KidsAction4Peace es la iniciativa a la que adhieren los más jóvenes del Movimiento de los Focolares, los y las Gen4 y los y las gen 3, con la que invitan a los niños y niñas a implicarse en la construcción de la paz. Una forma sencilla pero concreta de orientar nuestra mirada a quienes, en este momento, viven el sufrimiento y la injusticia de la guerra. Para hacer una contribución, tenemos tiempo del 25 al 30 de enero de 2023 ¡Hola a todos! Somos unos niños comprometidos en la construcción de la paz en la escuela, en el hogar, en el deporte, tratando de ser amables y de ayudar a los necesitados. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros amigos que están en medio de la guerra? ¡Pedimos a nuestros jefes de gobierno o de estado que ayuden a los pueblos en guerra a hacer la paz! ¿Quieres echarnos una mano?
Haz un dibujo, o escribe un poema o una carta sobre la paz.
Escribe en él el slogan #KidsAction4Peace (también puedes pedirle a un adulto que tome la foto y la suba a las redes sociales con este slogan).
Envíalo entre el 25 y el 30 de enero a la dirección postal de tu jefe de gobierno o estado. Incluso puedes hacer más y enviarlos a otros gobernantes. Aquí encontrarás la lista porpaíses. (El 30 de enero es también el día escolar de la no violencia).
Pida al menos a otros 5 niños que hagan lo mismo y pase este mensaje.
Hemos escuchado que los días 9 y 10 de febrero muchos de estos gobernantes se reunirán en Bruselas, por lo que esperamos que nuestras cartas y dibujos lleguen a sus corazones. ¡¡Adiós!! Sofia (12), Agnese (10), Matteo (10), Costanza (10), Nicola (9), Mattia (8), Teresa (8), Cristina (7), Anastasia (7) de Italia; Leonor (11), Margarida (9), Leonor (9), Joao (8), Leonor (8) de Portugal; Thiméo (12), Mathilde (11), Adéline (8), Aurélien (5) de Bélgica https://www.youtube.com/watch?v=LTKfunyCnNA
Aprender a hacer el bien quiere decir poseer un alfabeto que nos permite captar la voluntad de Dios en nuestra vida e ir al encuentro del otro. Es un abecedario hecho de gestos, y la justicia no es otra cosa que el tesoro precioso que hay que buscar, la joya deseada y la meta de nuestras acciones. El accidente Volvía a mi casa a la hora del almuerzo cuando el coche que circulaba delante se salió del carril y luego volcó. Me detuve y bajé del coche para prestar ayuda. Gracias a que otras personas con ánimo de socorrer llegaron, los desafortunados, ensangrentados, pudieron ser rescatados del interior del vehículo. Se trataba de una anciana señora, un hombre joven y un niño. Por termor a quedar implicados en el accidente nadie tomó la iniciativa de llevarlos al hospital. Por lo tanto, ¡me tocaba a mí! Soy muy emotivo y en algunas ocasiones ver sangre me había provocado una pérdida de conciencia. Pero esta vez tenía que ser valiente y actuar. En la guardia de los primeros auxilios, para ingresar a los pacientes, exigían una suma de dinero que en ese momento no tenía. Es cierto que podía hacer un cheque, pero era un riesgo… No obstante, no podía abandonarlos. Entonces firmé un cheque y tras asegurarme de que los heridos estuvieran bien atendidos (como el buen samaritano), seguí mi camino. Me sentía liviano, como después de haber dado un examen. Había superado el obstáculo de mi emotividad, pero sobre todo había sido una ayuda a mis hermanos en un momento crucial. Experimenté la verdadera alegría del Evangelio. (Marciano – Argentina) Volver a nacer La adolescencia rebelde de uno de nuestros hijos, su depresión, los ataques de pánico, las amistades destructivas y las adicciones habían abierto una gran herida en nuestra familia. En mi interior crecía un torrente de rabia, de sentimientos hostiles y, por la suma de todas esas emociones, me comportaba de manera negativa en la relación con mi esposo y mis otros hijos. Como madre, consciente de haber fracasado, me fui encerrando cada vez más dentro de mí. Una amiga muy querida me vio en ese estado, y me aconsejó hablar con un sacerdote. La gracia me llegó justamente durante esa charla. Como si Dios hubiera roto las espesas paredes del corazón en donde estaban escondidas mis lágrimas, lloré mucho. Descargué con fuerza todas las cosas terribles que le habían pasado a nuestro hijo en todos esos años. Ese día la liturgia nos recordaba una frase de Ezequiel que confirmaba mi regreso a la vida: “Les daré un corazón nuevo y pondré dentro de ustedes un espíritu nuevo; quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne” (Ezequiel 36, 26). En la oración volví a encontrar la paz para poder ser para mis hijos un punto seguro. (W.Z. – Polonia) Perdón Una persona conocida había recibido un mensaje de su hermano; le anunciaba la muerte improvisa de la esposa y le pedía que fuera a verlo. Ella, en realidad, nunca había tenido una buena relación con su cuñada, especialmente a partir del momento en que le había impedido a su esposo ir a ver a su madre moribunda. Incluso algunas amigas le decían que estaba bien no ir a acompañar a su hermano, que no se había portado bien con toda la familia. La mujer, que a su manera era muy religiosa, empezó a rezar por su cuñada, hacía celebrar misas de sufragio… pero no se movía, pues no conseguía perdonar a su hermano. ¿Cómo convencerla de la incongruencia de su cristianismo? Justamente ese mes la Palabra de vida se centraba en el amor recíproco. Como para ayudarla, le llevé la hojita con el comentario que explicaba cómo vivir ese mandamiento evangélico. Después de algunos días la vi llegar a mi casa muy sonriente: me quería contar que tras haber leído esa hojita no había podido resistir, y había ido a ver a su hermano, reconciliándose con él. (D.P. – Brasil)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año IX – número de enero-febrero de 2023)
Tener “prisa” por ir hacia el otro, como la Virgen María. Este es el corazón del mensaje de la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que tendrá lugar en Lisboa (Portugal) del 1 al 6 de agosto de 2023. Algunas curiosidades sobre los preparativos. “Queridos jóvenes, sueño que en la JMJ vuelvan a experimentar la alegría del encuentro con Dios y con los hermanos y las hermanas. Tras largos periodos de distancia y aislamiento, en Lisboa — con la ayuda de Dios — redescubriremos juntos la alegría del abrazo fraternal entre los pueblos y entre las generaciones, el abrazo de la reconciliación y la paz, ¡el abrazo de una nueva fraternidad misionera! Este es el deseo con el que el papa Francisco, desde la Basílica de San Juan de Letrán (Roma), se dirigió a los jóvenes de todo el mundo el 15 de agosto de 2022, con motivo de la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María, explicando en profundidad el significado del tema elegido para la próxima Jornada Mundial de la Juventud: “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1,39). En tiempos tan difíciles, en los que la humanidad, probada por el trauma de la pandemia, se ve desgarrada por el drama de la guerra, el episodio evangélico de la Visitación es el camino por el que transitarán los pasos de muchos jóvenes que, del 1 al 6 agosto de 2023, participarán en el encuentro internacional de Lisboa; un momento de gran alegría y una oportunidad para testimoniar, meditar y compartir juntos siguiendo los pasos de María. Pero, ¿cómo van los preparativos de esta JMJ? Mariana Vaz Pato, una joven diseñadora de Lisboa, parte de un equipo del Movimiento de los Focolares que se encarga de la organización, nos cuenta al respecto: “Cuando supe que la JMJ se realizaría en Portugal, reaccioné a esta noticia con mucha alegría. Inmediatamente decidí ser parte de este equipo porque sentí que podía dar mi aporte, dedicar mi tiempo a construir este gran evento”. Mariana, ¿qué está pasando detrás de escena en este momento? Están sucediendo muchas cosas detrás de escena y el espíritu general es de gran entusiasmo. En este momento, el enfoque principal está en las inscripciones, que se acaba de abrir, y necesitamos correr la voz para no dejar a nadie fuera. Mi equipo trabajó en diferentes momentos del programa de la JMJ. Una de ellas es la preparación de una catequesis precisamente a la luz del carisma de la unidad y en esta fase estamos trabajando los contenidos vinculados al tema de la JMJ, siguiendo las orientaciones del Dicasterio para los laicos, la familia y la vida. Estamos trabajando en la creación de un stand en la Ciudad de la Alegría (Feria Vocacional), donde los peregrinos encontrarán contenidos interactivos y experiencias de todo el mundo, vinculados a las diversas fases de la vida de María y con el conjunto internacional Gen Verde estamos preparando otro momento, los talleres Start Now, que tendrán lugar en un barrio, en un área suburbana de Lisboa, y culminarán en una de las etapas del Festival de la Juventud. Además del programa principal de la JMJ, sentimos la necesidad de ofrecer una reunión posterior a la JMJ donde los participantes puedan tener la experiencia de reflexionar sobre todo lo que vivieron durante la Jornada. El encuentro tendrá lugar en la Ciudadela Arco-Íris y está abierto a todos los que quieran participar. Además, también participamos en otros grupos de acogida de peregrinos, gestión de voluntarios y el coro oficial. ¿Qué significa para un joven de hoy “levantarse” y partir sin demora? El tema de esta Jornada nos llama a ir en misión, siguiendo el ejemplo de María, que respondió a la llamada de Dios. Creo que para los jóvenes “levantarse” significa ser misioneros. Es decir, estar dispuesto a partir, a salir de uno mismo (de la comodidad de estar sentados), para ir hacia el prójimo, no permaneciendo indiferente a los problemas que existen a nuestro alrededor. También esta JMJ está confiada a algunos Santos Patronos o testigos de la fe, figuras de referencia que tienen en marcha este proceso. ¿Por qué es tan importante hoy aspirar a la santidad? Creo que aspirar a la santidad es aspirar a la felicidad. Para los jóvenes es importante tener un modelo a seguir y los santos son prueba de que es posible tener un estilo de vida cristiano diferente al que vemos a nuestro alrededor. La figura que más me llama la atención, por ejemplo, es la beata Chiara Badano. Su forma de vivir, contracorriente y con gran confianza en Dios, son fuente de inspiración y nos muestran que es posible llegar a ser santo también en el mundo de hoy. Para más información visite el sitio web: JMJ Lisboa 2023
El 31 de diciembre de 2022 falleció Luisa Del Zanna, una de las primeras focolarinas de Florencia. Nació en 1925 en una familia cristiana con 8 hijos. Habiendo conocido la espiritualidad de la unidad, inmediatamente la hizo suya. En 1954 entró a formar parte del focolar de Florencia. En los años siguientes, vio nacer y se ocupó de comunidades del Movimiento.Desde 1967 vivió en Rocca di Papa (Italia) donde Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, la había llamado para que se hiciera cargo de su secretaría, del archivo, que ella coordinó hasta 2007 y del naciente Centro Santa Chiara para las comunicaciones, junto a una de los primeros focolarinos, Vitaliano Bulletti. “Guardián de los ‘tesoros de los Focolares’ – se lee en un artículo de 2008 en Città Nuova – Luisetta, un nombre que te acaricia, que te hace pensar en una criatura delicada y amable. Y verdaderamente lo es en su diminuta figura, Luisa Del Zanna, una de esas personas a las que se les suele encomendar tareas importantes por su discreción, competencia, fidelidad, de cuyo valor no siempre uno se da cuenta porque no se notan, pero sin las cuales ciertos engranajes se acabarían atascando…”.En sus primeros años de vida en el focolar trabajó como maestra en un pequeño pueblo de las montañas del norte de Italia al que llegaba caminando o a lomo de burro durante un trecho. La experiencia que aquí publicamos es precisamente de esos años, dejando el estilo original de cuando se escribió en 1958, incluso en la forma. “Por favor, ¿el camino a Bordignano?[1]”. Después de cuatro horas de ómnibus llegaba al municipio central de ese pueblo que no había podido encontrar en el mapa topográfico (escala 1:100.000). Ninguna agencia de información sabía nada, ni los horarios de los distintos medios de transporte lo mencionaban. Y, sin embargo, la hoja de nombramiento era clara: “Se la invita a presentarse a prestar servicio y tomar posesión del cargo el viernes 7 de octubre en la escuela primaria de Bordignano en el municipio de Firenzuola”. Y el nombre estaba escrito en letras mayúsculas, imposible equivocarse. La persona con la que había hablado, un hombre alto y robusto, me miró inquisitivamente: “¿Cómo ha dicho?” y me hizo repetir la pregunta. Pensó que había entendido mal. Luego señaló hacia lo lejos. “¿Ve ese cerro allá? Detrás de él hay dos más y luego está B…. Yo también voy ahora a llevar el correo”. No dudé ni un momento en comprender que iba allí a pie: las botas que llevaba puestas y su rostro bronceado lo dejaban claro. Tuve un momento de desaliento: miré el cerro, las botas de ese hombre, comprendí que no había otro medio, me armé de valor. “Voy con usted”, le dije con firmeza. El cartero no pareció entender, como antes, pero me puse en marcha y lo seguí. Fueron tres largas horas de viaje, interrumpidas solo por breves momentos de descanso en la cima de las empinadas subidas; había fuertes ráfagas de viento donde se abría el valle. Por fin llegué: tres casas de piedra alineadas y arriba, en lo alto de una calle arbolada, la iglesia con su campanario. Saludé a un anciano, sentado con una pipa en la boca, en el umbral de la casa. Le dije que yo era la maestra. Se levantó y se movió para acompañarme. Entramos por una puerta rota a la segunda de esas casas en fila, todas ellas, propiedad del viejito; la primera era la tienda, equipada con todo (excepto algunas cosas que no tenía y que realmente hubiera necesitado). Había botas claveteadas, fósforos, trampas para ratones (de muchos tipos), pan duro, cuadernos, en fin, de todo. Subimos una escalera y entramos a la escuela. Una habitación grande, pocos pupitres amontonados en un rincón (nunca había visto unos así: en uno cabían hasta seis niños), una silla sin paja, una pizarra rota: eso eran todos los muebles. – Su casa está por aquí – me explicó el anciano – ¡puede estar feliz! Este año hay agua corriente. ¡La hice poner, yo la pagué! Me hizo pasar a una pequeña cocina; la chimenea apagada sobresalía en un rincón. Tenía frío. Empezaba a oscurecer: busqué el interruptor de la luz para encenderla, pero no había. (Los días siguientes, aprendía usar la lámpara de carburo y a trabajar y escribir a la luz de esa vacilante lengua de fuego.) Ese mismo día busqué al cura (supe que la Pieve era su iglesia, la más hermosa de las que había en el valle y cerros aledaños) y le rogué que avisara en la misa dominical, que comenzaba la escuela. “¡Eh, señorita, es tiempo de cosecha! Ahora hay castañas y luego aceitunas; los niños ayudan mucho en estos trabajos. De la escuela – añadió – se hablará en enero”. Me parecía imposible. Hacía tiempo que había aprendido a no retroceder ante las dificultades, al contrario – me decían – sirven de trampolín de lanzamiento – y había visto que era cierto. Encontré otra manera de hacerle saber a la gente que había llegado. Identifiqué las casas de mis alumnos entre esas casas dispersas y aisladas y fui allí. La primera fue la casa de Angiolino y Maria. De aquella me ha quedado un vago recuerdo de negro y humo. Allí estaba María agazapada en un rincón entre las cenizas de la chimenea (tenía dolor de garganta), se llevaba el bracito a la cara para que no la viera. Angiolino estaba de pie: en un rincón, con la cabeza gacha, seguía la conversación que yo tenía con su madre. Durante la entrevista me enteré de la desconfianza de la gente en la escuela y más aún en la maestra. Escuché mucho, en silencio. Me esforcé por comprender el discurso de aquella mujer en un dialecto cerrado, hostil, casi incomprensible. Supe que el niño había dejado la escuela hacía dos años, sin haber terminado sus estudios primarios, debido a las travesuras que realizaba en perjuicio de los maestros. Dije pocas cosas: había venido por ellos, la escuela era gratis, los chicos tendrían la tarde libre para ayudar en los trabajos del campo. “Ya veremos – dijo la mujer – mandaré a María”. Al despedirme, me despedí del niño: “Me gustaría poner la escuela bonita para los pequeños que vendrán, si puedes venir a ayudarme… te espero”. No hubo necesidad de muchas más invitaciones. Los niños llegaron uno por uno, en parejas los hermanitos, inseguros, temerosos. Se habían pasado la voz el uno al otro al reunirse para jugar, en el campo, mientras cuidaban el rebaño, o estando encorvados juntos en el bosque para recoger castañas. “¿Vas a venir también? Es agradable, ¿sabes?”. “¡Uno se siente bien, la maestra no pega!”. La escuela se volvió acogedora en poco tiempo con la valiosa ayuda de Angiolino. La naturaleza de octubre ofreció un rico material ornamental con el variado color de sus hojas. Establecí mi relación con los alumnos y las relaciones de los estudiantes entre sí sobre el mandato de Jesús: Ámense los unos a los otros…”. Fue la base de todo el trabajo de ese año. La escuela se convirtió en un pequeño paraíso. El libro preferido era el Evangelio y la inteligencia de aquellos niños, inusitada y cerrada a la razón humana, se abría a la lógica evangélica con una espontaneidad sorprendente. Ese método fue desafiante. “Pro eis sanctifico me ipsum” (Por ellos me santifico), Jesús lo había dicho, de lo contrario no tendría efecto. Al final del año me di cuenta de que la vida evangélica de los pequeños no se había detenido entre las paredes de la escuela, sino que se había difundido en el hogar, en la familia. Lo noté en el saludo agradecido de los padres que no habían permanecido indiferentes a ese soplo de vida gozosa que los niños traían a casa al regresar. Aquel ambiente áspero que los había hecho parecer insensibles para mí había desaparecido e, inconscientemente, esa misma vida había entrado en ellos.
Experiencia de Luisa Del Zanna
[1] Bordignano, en municipio de Firenzuola (Florencia, Italia).
Durante su desempeño como Presidente del Movimiento de los Focolares, de 2008 a 2021, María Voce tuvo la posibilidad de conocer y encontrarse personalmente varias veces con el Papa Ratzinger. En una entrevista nos contó de su relación con el Papa emérito y su impresión acerca del aporte del pontificado del Papa Benedicto a la Iglesia y el mundo. “Cuando me recibió en audiencia en su estudio, mi impresión fue la de que estaba entrando en una sala familiar, en donde era posible hablar y sentirse contenidos con amor y, diría más, con amorosa atención. Al mismo tiempo, con una distinguida fineza, tacto y delicadeza”. Cuando se supo la noticia del fallecimiento del Papa Benedicto XVI los recuerdos de María Voce, ex Presidente del Movimiento de los Focolares, se retrotraen enseguida a aquel 13 de abril de 2010, ocasión en la cual ella y el que era en ese momento el Copresidente de los Focolares, el presbítero Giacarlo Faletti, fueron recibidos por el Papa. “Habían pasado dos años de la muerte de nuestra fundadora, Chiara Lubich –continúa diciendo María Voce–. Junto con el Copresidente fuimos a depositar en las manos del Papa la vida del Movimiento. Y allí nos dimos cuenta de que él tenía presentes en su mente muchas cosas de nosotros. Le contamos del viaje a varios países asiáticos del que acabábamos de regresar. Nos manifestó su complacencia, particularmente por la etapa que habíamos hecho en China, porque ese país era una gran frontera para la Iglesia. Se alegró por lo que el Movimiento hacía para ayudar en el camino de reconciliación entre los Obispos chinos y el Papa. También nos dio su bendición y nos impulsó a seguir adelante en el camino de la santidad. Personalmente, me impresionó especialmente, como siempre, su fina cortesía, y al mismo tiempo el cálido y familiar recibimiento. Tenía una gran sentido de la armonía, quizás gracias a su amor por la música, que se manifestaba incluso en la decoración de su estudio: un lugar acogedor como una casa y sagrado como una iglesia”. ¿En qué otras ocasiones se encontró Ud., como Presidente de los Focolares, con el Papa Benedicto XVI? “En el año 2008 me recibió a mí y al Copresidente Faletti, días después de la Asamblea General de los Focolares durante la cual habíamos sido elegidos, la primera tras la muerte de nuestra fundadora. Después me invitó a mí –y tuve la ocasión de viajar en su mismo tren junto a numerosas personalidades– a la “Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo”, celebrada en Asís el 27 de octubre de 2011, a los 25 años de la primera jornada realizada por el Papa Juan Pablo II en 1986. Y, por último, participé en su última audiencia el 27 de febrero de 2013, tras el anuncio de su renuncia”. ¿Qué reflexión suscitó en Ud. esa decisión? “Cuando se dio cuenta de que ya no tenía fuerzas para desempeñar su tarea, tuvo la valentía de dejar el sitio a otros, que según su parecer tenían más vigor y posibilidades de trabajar mejor. Como dije en ese momento, fue una decisión que nos ofreció un fruto de su reflexión teológica y espiritual. Puso de relieve la primacía de Dios, el sentido de que la historia está conducida por él. Y nos encaminó a reconocer los signos de los tiempos y responder a ellos con el coraje de opciones sufridas, pero innovadoras. Con una clara nota de esperanza hacia “la certidumbre de que la Iglesia es de Cristo”. Pienso que no me equivoco si afirmo que la Iglesia que el Papa Benedicto ha tenido en su mente, incluso al tomar esa decisión, es una “Iglesia-Comunión”, fruto del Vaticano II, pero también que ve en perspectiva, “cada vez más expresión de la esencia de la Iglesia” como él mismo había destacado. Pero ese “cada vez más” nos dice que aún no la hemos realizado plenamente y nos invita, a cada uno de nosotros, a trabajar en esa dirección con una responsabilidad cada vez mayor”. Al día siguiente de su elección como Pontífice, Chiara Lubich había escrito: “Por el conocimiento directo que tengo de él, sabiendo que posee talentos especiales para acoger la luz del Espíritu, no dejará de sorprendernos y de superar toda previsión”. Para Ud. ¿cuál ha sido el aporte más significativo que el Papa Benedicto XVI ha dado a la Iglesia? ¿Qué le dice a la Iglesia de hoy y a la Iglesia que el Sínodo está preparando para el futuro? “El Papa Ratzinger supo captar la realidad de los Movimientos en la Iglesia como una “primavera del Espíritu”. Fue fundamental su discurso, cuando aún era Cardenal, al Congreso de los Movimientos antes del gran encuentro de Pentecostés de 1998 con el Papa Juan Pablo II. Hay un texto suyo de 1969, dentro de un ciclo de conferencias radiofónicas, que es impresionante si pensamos en los tiempos actuales; allí manifiesta su profunda espiritualidad y esencialidad y una perspectiva que siempre quedaría presente en su corazón durante todo su pontificado. De hecho, él afirmaba que para la Iglesia se estaban preparando tiempos muy difíciles, que su verdadera crisis acababa de comenzar y que debería enfrentar fuertes agitaciones. Sin embargo, el que en ese momento era el Cardenal Ratzinger decía que estaba seguro de lo que quedaría al final: no la Iglesia del culto político, sino la Iglesia de la fe. Ella dejará de ser la fuerza social dominante de la forma en que lo era hasta hace poco tiempo. Concluía diciendo que la Iglesia, por el contrario, conocería un nuevo florecimiento y se presentaría como la casa del hombre, allí donde éste podría encontrar vida y esperanza más allá de la muerte”.
El teólogo Piero Coda recuerda al Papa Benedicto XVI y el extraordinario aporte de sabiduría que ha dado al camino de la Iglesia de nuestro tiempo.Monseñor Coda, en el año 1998 en el Congreso Mundial de los Movimientos eclesiales, el que en ese momento era el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Joseph Ratzinger, pronunció un histórico discurso acerca del rol de los Movimientos eclesiales. Según su opinión, ¿cuáles son los puntos esenciales de ese texto? ¿En qué medida esas palabras han hecho un aporte para cambiar el rol de los movimientos en la Iglesia? Sí, ¡fue sin duda un discurso histórico! Lo escuché presencialmente, porque yo estaba en ese Congreso. La gran competencia teológica y el conocimiento de la historia de la Iglesia, como así también la experiencia del Concilio y de su implementación a nivel universal (esto último particularmente por el rol que más adelante desempeñara en el Vaticano) le permitieron a Ratzinger ubicar con claridad el significado de los Movimientos eclesiales en la misión de la Iglesia. El punto central que propuso consiste en reconocer en ellos la acción del Espíritu Santo que a lo largo de los siglos, cada vez de una forma nueva, con oleadas sucesivas, renueva al Pueblo de Dios con el don de los carismas: San Benito, las órdenes mendicantes en el medioevo, la Compañía de Jesús y las órdenes misioneras en los últimos siglos, y justamente el inesperado florecimiento carismático en concomitancia con el Concilio. De allí la afirmación de Juan Pablo II, en sintonía con las enseñanzas del Vaticano II, según la cual la Iglesia está edificada gracias a la co-esencialidad de los “dones jerárquicos” –el ministerio conferido por el sacramento del Orden– y de los “dones carismáticos”, que son el libre regalo de gracias especiales de luz y vida a todos los discípulos de Jesús. Con ocasión de la muerte de Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, el papa Benedicto XVI escribió un extenso mensaje de condolencias. ¿Qué relación tuvo Chiara Lubich con él? Chiara me dijo a mí personalmente que había quedado muy impactada por ese discurso del Cardenal Ratzinger en 1998 y siempre le quedó profundamente agradecida por haberlo escrito. Además, visitando el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Italia) y celebrando allí la Santa Misa en la fiesta de la Inmaculada, el 8 de diciembre de 1989, comentó una parábola evangélica. Dijo que veía el crecimiento de un gran árbol nacido de una pequeña semilla, en el que encuentran descanso los pájaros de cielo… Los primeros años del pontificado de Benedicto XVI coincidieron con los últimos de la vida de Chiara. Por ello, para Chiara no fue posible encontrarse con él personalmente y gozar por el hecho de que, a un año de su muerte, el Papa Ratzinger, en la encíclica Caritas in veritate, mencionara la economía de comunión. ¿Qué dicen el pensamiento y la vida del papa Benedicto XVI a la Iglesia de hoy y a la del mañana, que el Sínodo actual está delineando? Su imperdible aporte ha sido recordar con su autoridad moral de hombre de Dios y de gran teólogo una verdad decisiva: la obra de renovación que puso en movimiento el Vaticano II debe promoverse relacionándola directamente con el núcleo vivo del Evangelio de Jesús y en el álveo de la Tradición eclesial. Así lo remarcó en el magistral discurso a la Curia romana en diciembre de 2005 –era el primer año de su pontificado– cuando trazó la clave resolutiva de interpretación: “reforma en la continuidad”. No es casualidad que el libro más conocido del aún joven teólogo Ratzinger, aparecido en su primera edición en 1968 y traducido a los principales idiomas, tenga el título de Introducción al cristianismo. Ello para señalar que el trampolín de lanzamiento para un profético salto hacia adelante es la fe de siempre en Jesús. Tampoco carece de significado que, ya siendo Papa, haya querido dedicar tres encíclicas a las virtudes teologales: la caridad, la esperanza y la fe. Haciendo hincapié con fuerza en la primacía de la primera, pues evoca el mismo nombre del Dios que se revela en Jesús. Ese Jesús al que dedicó una apasionada trilogía como invitación al encuentro con el principio vivo de la fe, que no es justamente una bella idea, sino que es él mismo. Por lo tanto, fidelidad al patrimonio de la fe. Pero para que de ella surjan la riqueza y la novedad del Evangelio. Ése es el secreto de la fuerza y de la fascinación duradera del magisterio de Benedicto XVI. Y Ud. Personalmente, ¿cuál es el recuerdo más bonito que conserva en su interior del Papa Ratzinger? Me encontré con él muchas veces, primero cuando era Cardenal y luego durante su papado. Siempre experimenté su gran cordialidad y su exquisita atención. Incluso pude conversar extensamente con él de teología, en el contexto de una serie de seminarios con otros estudiosos, a nivel internacional, cuando era Prefecto de la Doctrina de la Fe. Con creciente gratitud a Dios, siempre capté en él su extraordinario aporte de sabiduría al camino de la Iglesia en nuestro tiempo. De acuerdo con Chiara le comuniqué al Papa Benedicto la idea de hacer nacer el Instituto Universitario Sophia: “Es algo hermoso…–exclamó– y si consiguen hacerlo…”. Recuerdo, por último, su gozosa sorpresa cuando, durante una audiencia en la que le presenté al primer grupo de estudiantes, uno de ellos, Caelison, un estudiante no-vidente, espontáneamente le manifestó: “¡En Sophia hemos encontrado la luz!”.
Palabras de Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares con motivo del fallecimiento de Su Santidad, el Papa Benedicto XVI Estima, reconocimiento y gran conmoción llenan mi corazón ahora mientras expreso mi más profunda gratitud por la obra y la vida del Papa Benedicto XVI, en mi nombre y en el del Movimiento que él siguió y acompañó con cercanía y amor. Con toda la Iglesia nos unimos en torno al Papa Francisco al devolverlo a Dios, seguros de que ya ha sido recibido en la gloria del Cielo y lo haré personalmente, el 5 de enero próximo participando a la misa exequial en la Plaza San Pedro. Tuve el don de acoger al Papa Benedicto, en mayo de 2009, en Jerusalén, participando en varias etapas de su peregrinación a Tierra Santa. Dos momentos me quedaron particularmente impresos, sus palabras en el Santo Sepulcro: “La paz aquí es posible”, “la Tumba Vacía ─continuó─ nos habla de esperanza, esa que no defrauda, porque es don del Espíritu de la vida”. Para mí fue también muy fuerte la participación en una misa privada en la Delegación Apostólica de Jerusalén, celebrada precisamente por el Papa Benedicto XVI. Capté su ternura paternal y la grandeza de su caridad que se expresaba con un gesto de reconocimiento por todo lo que el Movimiento de los Focolares había hecho para preparar su visita. En 1989, cuando todavía era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Card. Joseph Ratzinger fue invitado por Chiara Lubich para un diálogo con las focolarinas, reunidas con ocasión de los ejercicios espirituales anuales, en los que yo también estaba participando. Respondió a preguntas muy variadas y en un momento determinado pronunció palabras que no he olvidado. A propósito del futuro de la Iglesia y de la humanidad dijo: “La última palabra de la historia del mundo será la comunión, será llegar a ser comunión, no solo entre nosotros sino que, incorporados en el amor trinitario, llegar a ser comunión universal, donde Dios es todo en todos” [1]. Hoy, en el momento en que el amadísimo Papa Benedicto XVI ha vuelto a la casa del Padre, esta expresión suya resuena en mí casi como un testamento espiritual. Son palabras de una actualidad extraordinaria, que hoy arrojan luz y esperanza sobre una humanidad afligida por conflictos de los que no vemos el final. Nos hemos nutrido de su pensamiento tan iluminado, el de un gran teólogo que, aún muy joven, participó en el Concilio Vaticano II, transmitiendo y presentando a lo largo de los años la novedad de una Iglesia-comunión, hecha de conocimiento de la Palabra y de caridad traducida en práctica. Al día siguiente de su elección como Pontífice, Chiara Lubich se expresó así: “Por el conocimiento directo que tengo de él, ya que posee dones particulares para captar la luz del Espíritu, no dejará de sorprender y superar cualquier expectativa” [2]. No olvidaremos el papel clave que desempeñó en 1998, cuando el Papa Juan Pablo II, con ocasión de la fiesta de Pentecostés, convocó en la plaza de San Pedro a los Movimientos eclesiales y a las Nuevas comunidades. En esa ocasión, el Card. Ratzinger dio una lección magistral titulada: “Los Movimientos eclesiales y su colocación teológica”, en la que delineó el perfil de los Movimientos y de las Nuevas comunidades y la relación imprescindible con la Iglesia. Algunos pasajes de su intervención siguen siendo, para mí y para el Movimiento, de gran luz para poder ser instrumentos de comunión en la Iglesia y brazos de Cristo para la humanidad: “Es muy evidente que el Espíritu Santo está también hoy actuando en la Iglesia y le concede nuevos dones ─dijo entonces─ gracias a los cuales ella revive la alegría de su juventud (cf. Sal 42, 4). Agradecimiento a tantas personas, jóvenes y ancianas, que se adhieren a la llamada del Espíritu y, sin mirar ni alrededor ni hacia atrás, se lanzan gozosamente al servicio del Evangelio. Agradecimiento a los obispos que se abren a los nuevos caminos, les hacen sitio en sus respectivas Iglesias, debaten pacientemente con sus responsables para ayudarlos a superar cualquier unilateralidad y para conducirlos a la justa conformación”[3]. Junto a toda la Iglesia, doy gracias a Dios por el don que el Papa Benedicto XVI ha sido para nuestro tiempo y rezo para que sepamos captar y traducir en vida la profundidad de su pensamiento teológico, la fidelidad al Evangelio y la valentía de un testimonio de vida capaz de conducir a la Iglesia por los senderos de la verdad, de la fraternidad y de la paz.
Margaret KarramPresidenta del Movimiento de los Focolares
[1] Visita del Card. Joseph Ratzinger al encuentro de las focolarinas, respuestas a las preguntas. Castel Gandolfo, 8 de diciembre de 1989. Archivo Chiara Lubich en Archivo General del Movimiento de los Focolares.[2] Declaración de Chiara Lubich en: Comunicado de Prensa Movimiento de los Focolares, 20 de abril de 2005[3] Los Movimientos en la Iglesia. Actas del Congreso mundial de los Movimientos eclesiales, Roma, 27-29 de mayo de 1998, Coll. Laici oggi 2, Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 1999.
Las emociones vividas en un año inolvidable y las perspectivas para el nuevo año Difícilmente olvidaremos el año 2022. La guerra en Ucrania, comparable con un virus que aún no tiene vacuna, ha marcado cada uno de los días de este año que llega a su término. Sin embargo, ha sido una ocasión para muchos artistas de dar mensajes de paz y esperanza. Así nació la canción “We Choose Peace” (Elegimos la paz), grabado por el grupo artístico internacional Gen Verde justamente en coincidencia con el comienzo del conflicto en Ucrania. El video clip grabado junto con los jóvenes de la ciudadela de Loppiano y lanzado durante la Semana por un mundo unido, fue de una contundente actualidad durante todo el año 2022, sobre todo en los varios conciertos de su gira por Europa. La banda también ha grabado otra canción, “Walk On Holy Ground” (Caminar en Tierra Santa), escrita especialmente para los seguidores de San Vicente de Paul, pero también para todos los que se sienten llamados a seguir a Jesús. “Sentir que el que me ha escogido así como soy –cuenta Andreina Rivera, del Gen Verde, cantante venezolana– me ha dado la fuerza para seguir aún con una mayor convicción”. Este año se ha caracterizado por el regreso de los conciertos a las plazas y teatros, con talleres y workshops, tras poco más de dos años de haberse suspendido por la pandemia. Varios han sido los conciertos del Gen Verde en Italia y ha habido una especial gira europea. La experiencia más fuerte se vivió en la cárcel femenina de la ciudad de Vechta, Alemania. “Por primera vez me encontré en condiciones de no sentir que vivía en una prisión. Ha sido muy bonito –contó una detenida cuando terminó el concierto–. No he sentido ninguna diferencia, pues ellas eran como nosotras. Algunas de ellas tenían lágrimas en los ojos. Nos han entendido realmente”. Otra decía: “Muchas canciones eran muy adecuadas a nuestra situación, sobre todo la canción “On the other side” (Del otro lado) porque ayuda a no juzgar al que es distinto a ti”. Otra detenida destacó que “el tiempo ha pasado muy rápido y no queríamos que terminase. Las historias de las canciones también son mi pasado y por ello ahora ya no me siento sola con mi dolor. Ahora sé que también otras personas con las mismas vivencias, con el mismo dolor, han conseguido volver a encontrar la felicidad”. Hablábamos del regreso tras la pandemia. Para el Gen Verde fue emocionante retomar la actividad con el Start Now Workshop Project, (Proyecto del Taller Empezar ahora), que consiste en encontrarse con los jóvenes en talleres artísticos y subir al escenario junto con ellos. “Ha sido muy impresionante encontrarnos con jóvenes de distintas partes de Europa –transmite Raiveth Banfield, del Gen Verde, cantante panameña–. Donando nuestras experiencias brotaba en sus ojos una gran luz. Era una confirmación de que vale la pena vivir por la fraternidad universal”. Se asocia a estas palabras lo que dijeron dos jóvenes eslovacas: “Antes de llegar no sabíamos con qué nos encontraríamos. Al comienzo ni siquiera queríamos salir de nosotras mismas. Luego, en los talleres, descubrimos que todos teníamos mucho en común, por más de que no nos conociésemos o no pudiésemos entendernos al hablar idiomas diferentes. Entonces, nos dimos cuenta de que cada uno de nosotros tiene una pequeña luz dentro de sí, a pesar de alguna pequeña oscuridad. Esta experiencia es inolvidable; nos la llevaremos dentro por el resto de nuestra vida”. En el Gen Verde empiezan a vislumbrar un 2023 lleno de sorpresas y novedades. “Nos estamos preparando desde hace varios meses porque estará lleno de viajes, giras, conciertos e incluso algunas sorpresas –afirma Alessandra Pasquali, cantante y actriz italiana–. No podemos adelantar mucho todavía porque hay cosas en elaboración, y aún se está trabajando en ello”. En los primeros meses de 2023 el Gen Verde estará nuevamente en Alemania y luego en Austria, Rumania, y durante el verano europeo en Portugal para la Jornada Mundial de la Juventud, además de viajar también a varias ciudades italianas. Entre estas últimas el 24 de febrero en Asís habrá un concierto dedicado a la paz.
La oración no es sólo el mejor camino para buscar a Dios, sino que, sobre todo, es estar disponible para ser encontrados por Él. De esta experiencia de gracia deriva nuestra fuerza y es precisamente en la oración que algunos jóvenes del Perú, ante una situación dolorosa, ha encontrado la respuesta. ¿Cómo vivir la oración? Este es el tema sobre el que las comunidades del Movimiento de los Focolares están llamadas a reflexionar este año y que también protagonizó el 13 de noviembre de 2022, durante la jornada Gen2day, que involucró las realidades juveniles del Movimiento de los Focolares, conectadas en directo desde muchas partes del mundo. Muchas experiencias sobre la importancia de la oración. Entre estas está la de un grupo de Gen de Arequipa (Perú), contada por un video a través de las palabras de Verónica, Alejandra, Anel y Katy. “Queremos compartir una experiencia de amor, unidad y oración que hemos vivido recientemente y que concierne en particular a una gen, nuestra gran amiga Pierina. Una semana después de su cumpleaños, sucedió algo inesperado, una noticia que conmocionó a todos: Pierina enfermó con consecuencias muy graves. Inmediatamente, entendimos la gravedad de la situación y que sería un proceso largo y delicado. Estábamos muy preocupados y sentíamos que teníamos las manos atadas. ¿Qué hacer? De repente nació de nuestros corazones la idea de rezar un rosario y una oración a la beata Chiara Luce Badano por la salud de Pierina. Junto con la comunidad de los Focolares de Arequipa empezamos a reunirnos todos los días a las 8 o 9 de la noche vía web. Pudimos observar cómo, lentamente, este momento juntos fue dando frutos inesperados, incluso en nosotros. Cada noche este rosario era nuestra fuerza. Aunque la situación seguía siendo complicada, pusimos todo en manos de Dios: la salud de Pierina, su recuperación y también la fuerza para la familia. Han pasado los meses y ha sido muy bonito ver como Pierina salía de terapia intensiva y luego comenzaba una lenta recuperación. Nos pareció una señal de que esta oración debía continuar. Nos dimos cuenta de que este espacio precioso que nos habíamos propuesto se había convertido en un momento para experimentar la unidad entre nosotros, en el que cada miembro podía no solo confiar la vida de Pierina a Dios, sino también traer sus dolores, sus dificultades, compartir y descubrir la belleza del encuentro con Dios. Ha sido una experiencia muy hermosa, que hasta el día de hoy es una fuerza para todos nosotros”.
Vinu Aram, directora del Shanti Ashram, visita el Centro Internacional del Movimiento de los Focolares (Rocca di Papa- Roma). Un momento de gran intercambio recordando el precioso legado que le dejó el encuentro con Chiara Lubich: vivir en unidad por un mundo mejor; una ocasión especial para desear una feliz Navidad a todos aquellos que se preparan para vivir esta celebración. “Creo que nuestro viaje sigue teniendo un gran significado. Basta pensar en las primeras semillas sembradas, el trabajo que hemos hecho juntos y el deseo constante de un mundo en paz. ¿Dónde estamos? Piensen en una familia en la que cada uno tiene su particularidad, pero donde también hay cohesión. Confiamos el uno en el otro, con respeto y con mucho amor”. Son palabras de fraternidad las usadas por Viru Aram, india e hindú, directora del Centro Internacional Shanti Ashram, amiga y colaboradora del Movimiento de los Focolares desde hace mucho tiempo. Su reciente visita a Margaret Karram, presidente de los Focolares, el 23 de noviembre de 2022 en el Centro Internacional del Movimiento en Rocca di Papa (Italia), fue una oportunidad para fortalecer este vínculo, reflexionar sobre algunas cuestiones que aquejan este tiempo y considerar formas comunes para hacer del mundo un lugar mejor. Vinu, según su parecer, hoy ¿qué necesita realmente el mundo? Creo que necesita una escucha real y sincera. Lo que se requiere de nosotros hoy es humanidad y la humanización de nuestra experiencia vivida. Hemos hecho mucho, en algunos casos bien, pero a veces el costo ha sido alto. Estamos en medio de lo que hemos denominado una confluencia de crisis y la pandemia de COVID-19 la ha exacerbado. El virus no discriminó, pero prosperó en un mundo desigual. Creo que es necesario actuar fortalecidos por todo lo bueno que hemos hecho, pero también informados sobre lo que podemos hacer mejor: el respeto por el medio ambiente, por la vida humana y su sacralidad. La forma en que vivimos, la forma en que gobernamos y compartimos recursos, conlleva una responsabilidad para con nuestros hijos. Son nuestro presente y nuestro mañana. Es necesario hacer las cosas no solo de manera diferente, pero teniendo en cuenta los intereses de todos. Hoy son muchos los países y regiones del mundo afectados por la violencia y los conflictos, algunos de ellos olvidados. Como docente, ¿qué mensaje da a sus chicos? La de promover en ellos una mentalidad de paz, para que no sólo las naciones y las comunidades puedan trabajar por la paz, sino también los propios pueblos. La paz es la base fundamental sobre la que avanza la prosperidad. Pero si miras al mundo, los indicadores de violencia superan en número a los de vida pacífica. Ya sea en la esfera social o en la esfera económica u otros. Y cada conflicto en todo el mundo quita la dignidad esencial de la vida humana. Lo que se necesita son narrativas de paz. La gente tiene que creer que es posible. Necesitamos experiencias vividas ante las cuales los jóvenes y los niños puedan decir: “Ah, si esto funciona, también podemos hacerlo nosotros”. Necesitamos estructuras adecuadas, compartir y un diálogo de la más alta calidad, sinceros, que realmente lleven a la transformación. Por lo tanto, como solía decir Mahatma Gandhi, de una manera amable, podemos sacudir el mundo.
Maria Grazia Berretta
Activar los subtítulos en español https://youtu.be/Sm3O6PbLE1A?list=PLKhiBjTNojHqtFwgi5TYI3T7zRvAuOZiD
El Adviento es un tiempo de recogimiento, de espera y es un tiempo que nos despierta del adormecimiento, sorprendiéndonos con la encarnación de un Dios que se hace “pequeño” para venir a vivir en medio nuestro. El misterio de la Navidad nos lleva a lo concreto, a acoger a Jesús niño que en nuestra vida nos abre la posibilidad de convertirnos nuevamente y mirar con gratitud nuestra cotidianidad.Una caridad siempre nueva Desde que estalló el conflicto en Ucrania nos comprometimos a recoger alimentos y ropa y a acoger a los refugiados. En la parroquia empezó una cadena de oración por la paz. Nosotros acogimos a una madre de familia ucraniana con dos hijos. Por el idioma, que tiene una raíz eslava, no tuvimos mucho problema, a pesar de que mezclado con el inglés hablábamos una especie de esperanto… pero ¿cómo ayudar a organizar la vida a personas completamente desorientadas? En nuestra familia ya somos cinco y para acoger a los huéspedes le pedimos ayuda a parientes y amigos. Teníamos que organizar también los espacios, era una experiencia que nunca habíamos hecho. Después de los primeros días, fáciles por la novedad, pero difíciles por el resto, notamos en nuestros hijos, todos adolescentes, un sentido de responsabilidad que antes no habían demostrado, ayudaban en los quehaceres de la casa, con las compras, llevando al médico a alguno, enseñándoles algunas palabras en eslovaco, a cocinar, a planchar. Comprendimos el dolor de nuestros huéspedes, la incertidumbre y la falta de un horizonte y que compartir este dolor sordo no era solo un buen modo de ayudar a alguien, sino que nos ayuda a nosotros a vivir mejor nuestra fe y a transformarla en caridad siempre nueva. (J. y K. – Eslovaquia) Dios te visita Cuando quedé viudo, no encontraba ningún punto de referencia para el futuro. Nuestras dos hijas, ya no vivían en casa y tenían una vida por delante. ¿y si me volvía a casar? Pero, mi problema no era la falta de compañía, sino un gran interrogante sobre el sentido de la vida. Comencé a tomar licor, cada vez más. Un día tocó a mi puerta un chico de Bangladesh que vendía calcetines. Viéndome en estado catastrófico, se ofreció para acomodar la cocina y se puso a lavar un montón de platos y trastes hasta crear un aspecto ordenado. Mientras tomaba el café que me había preparado, le pregunté más sobre él. Estaba en Austria para tratar de sostener a sus padres ancianos y a su hermano enfermo. En resumen, después de pocos días se vio a vivir conmigo. Además de darme una mano con las labores de casa, le busqué otros trabajitos con amigos. Cuando veía que me dejaba llevar por la angustia, ese muchacho sencillo y bueno trataba de distraerme. Puedo decir que me salvó la vida. A través de él, siento que Dios vino a mí, vino para visitarme. (F.H. – Austria)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(Tomado de “Il Vangelo del Giorno” (El Evangelio del día), Città Nuova, año VIII, n.2, noviembre-diciembre 2022)
Mensaje de Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares, con motivo de la Navidad 2022 Activar los subtítulos en español https://www.youtube.com/watch?v=YGt4KlwM9N8 ¡Quiero expresarles mis mejores deseos de una feliz Navidad a todos! Y lo hago por medio de una poesía que escribí en estos días. ¡Ven Señor Jesús, apresúrate a venir, el mundo entero no resiste más! Una noche sombría ha caído sobre él. La estrella fugaz ha desaparecido del cielo azul. ¿Quién nos guiará ahora a Belén para encontrar al Príncipe de la Paz? ¿Quién nos ayudará a reencender en los corazones las llamas de un amor que arde y se hace arte? Es Navidad, vuelve, vuelve Señor Jesús. Queremos acogerte como nunca antes lo hemos hecho. Queremos, mejor que ayer, reconocerte en los que sufren: en el pobre, en el solo, en el desesperado, en el enfermo, en el abandonado. ¡Ayúdanos a escuchar el grito de quien no tiene esperanza, de quien ya no cree! Ayúdanos a ser personas de paz. ¡Danos valentía, danos audacia para hacerles eco a los ángeles y, como ellos, anunciar: alegría, esperanza, serenidad, fraternidad!
En pocos días más llega Navidad. Una fiesta que nos da la oportunidad para encontrarnos en familia y renovar relaciones, más allá de las luces y de los regalos. Dios se hace niño y nace en la pobreza de un pesebre. En la Navidad de 1986 Chiara Lubich invitó a las comunidades de los Focolares a ir al encuentro de quien más sufre. También hoy hay muchos hermanos y hermanas que se encuentran en situaciones de sufrimiento y esperan nuestro alivio, nuestro compartir. […] Hoy, el calor de la Navidad nos lleva a sentirnos todos más familia, más ‘uno’ entre nosotros, más hermanos, para compartirlo todo, alegrías y dolores. Dolores sobre todo con aquellos que, por las más diversas circunstancias, pasan esta Navidad cara a cara con el sufrimiento. […] ¡El sufrimiento! Ese que a veces envuelve totalmente nuestras personas, o el que nos roza y mezcla lo amargo con lo dulce en nuestras jornadas. El sufrimiento: Una enfermedad, una desgracia, una prueba, una circunstancia dolorosa… ¡El sufrimiento! […] Si miramos el sufrimiento con ojos humanos, estamos tentados de buscar su causa en nosotros o fuera de nosotros, en la maldad humana, por ejemplo, o en la naturaleza, o en otro… […] Y todo esto puede ser también verdad, pero, si solo pensamos de ese modo, olvidamos lo más importante, porque nos olvidamos de que detrás de la trama de nuestra vida está Dios, con su amor, que todo lo quiere, o lo permite por un motivo superior, que es nuestro bien. […] Jesús, después de habernos invitado a tomar nuestra cruz para seguirlo, ¿acaso no afirmó que “el que pierda su vida, (y esto es lo máximo del sufrir), la encontrará”. (Mt 10, 39)? Por lo tanto, el dolor es esperanza de salvación. […] ¿Qué decir entonces hoy a aquellos de los nuestros que se debaten en el sufrimiento? […] Acerquémonos a ellos, ante todo con sumo respeto porque, aunque quizás todavía no lo piensan, en estos momentos están siendo visitados por Dios. Después, compartamos, en todo cuanto sea posible, sus cruces, es decir, tengamos a Jesús en medio con ellos efectivamente. Asegurémosles también nuestro continuo recuerdo y nuestra oración, para que sepan tomar directamente de las manos de Dios lo que les angustia y les hace sufrir, y puedan unirlo a la pasión de Jesús de manera que se potencie al máximo. […] Y recordémosles ese maravilloso principio cristiano de nuestra espiritualidad, por el cual un dolor amado como rostro de Jesús crucificado y abandonado puede transformarse en alegría. […] Que sea esta nuestra Navidad […]: compartir todo sufrimiento con nuestros hermanos más probados y ofrecerle los nuestros al Niño Jesús.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Conversazioni, Città Nuova, Roma 2019, pag.265-268)
El Centro Evangelii Gaudium (CEG), abre la inscripción para el Curso de Formación sobre Sinodalidad, una contribución para responder a la llamada de la Iglesia a caminar juntos. El Centro Evangelii Gaudium (CEG), un centro de formación dentro del Instituto Universitario Sophia, se está preparando para lanzar, en 2023, un Curso de Formación sobre Sinodalidad desarrollado en sinergia con la Secretaría General del Sínodo y en colaboración con otros centros de formación e institutos académicos en Italia y otros países. Pero ¿por qué hablar de sinodalidad? Lo explica , profesor de teología fundamental en la Facultad de Teología de Apulia en Italia y coordinador del CEG.
Prof. Vincenzo di Pilato
“El pasado 16 de octubre, el Papa Francisco anunció la decisión de celebrar la próxima XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en dos sesiones. ‘Esta decisión nace del deseo de que el tema de la Iglesia sinodal, por su amplitud e importancia, sea objeto de un prolongado discernimiento no sólo por parte de los miembros de la Asamblea sinodal, sino de toda la Iglesia’. Este es el reto que el Curso quiere asumir: combinar lo mejor posible el caminar ‘juntos’ con caminar ‘todos’. Lo estamos experimentando a nivel de diócesis, parroquias, movimientos, congregaciones, en todas partes: la sinodalidad sin vida en el Espíritu se reduce a un asambleísmo desafinado e inconcluso. Necesitamos ‘casas y escuelas de comunión’, pero también ‘gimnasios sinodales’ en los que aprender a escuchar y seguir al Espíritu Santo. ¡Fácil de decir! El curso quiere ponerse al servicio de este otro desafío: reunir la experiencia espiritual con las ciencias teológicas y humanas. Esto es lo que esperan los Dicasterios pontificios, especialmente los que están comprometidos en la formación, que en varias ocasiones han sugerido cursos de este tipo, abiertos a todas las vocaciones. La propia Secretaría General del Sínodo se mostró particularmente involucrada en la iniciativa. De hecho, tendremos el honor de abrir el Curso con el cardenal secretario Mario Grech, el próximo 17 de enero de 2023”. Profesor, ¿cómo se llevará a cabo este curso y a quién está dirigido?El curso es de tres años. Se desarrolla en 4 períodos del año (3 módulos académicos y una reunión residencial), tratando temas en armonía con el proceso sinodal en curso. Es posible inscribirse para todo el año o para un solo módulo. El idioma oficial será el italiano, pero con traducciones simultáneas al español, portugués e inglés. Es un curso destinado a todos los miembros del pueblo de Dios, desde los obispos hasta los agentes pastorales, desde los sacerdotes hasta las monjas, desde los seminaristas hasta los laicos. Para este año el curso será online. Se recomienda, cuando sea posible, participar en grupos de la misma comunidad, parroquia, diócesis para hacer del Curso una verdadera “palestra de sinodalidad”. Dos o más participantes que podrán dialogar entre sí en estilo sinodal, también se convertirán en “multiplicadores” del curso, o de sus temas principales, en la comunidad donde se insertan. Durante un encuentro con las diversas realidades eclesiales vinculadas al Movimiento de los Focolares, el copresidente Jesús Morán habló de la espiritualidad de comunión (citando la Novo Millennium Ineunte de San Juan Pablo II) y de la sinodalidad como dos momentos vinculados entre sí, pero distintos. ¿Puede dar más detalles sobre esto? Nos estamos preparando para el próximo Jubileo en 2025 con un prolongado camino sinodal sin precedentes en la historia de la Iglesia. Después del último jubileo del año 2000, San Juan Pablo II reconoció que “se ha hecho mucho desde el Concilio Vaticano II también con respecto a la reforma de la Curia Romana, la organización de los sínodos, el funcionamiento de las conferencias episcopales. Pero ciertamente queda mucho por hacer” (NMI, 44). ¿Qué quiso decir con que “queda mucho por hacer”? Creo que no fue una expresión retórica para él, sino profética. En 2015, el quincuagésimo aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco se expresó de la siguiente manera: “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”. He aquí la convergencia mutuamente inspirada entre estos dos jubileos: por una parte, la “espiritualidad” de comunión para penetrar en la más alta contemplación del misterio de Dios Trinidad custodiado en todas las criaturas y entre ellas; por otra, la sinodalidad como “camino” en el que permanecer, siguiendo el ejemplo de Jesús y María, mezclados entre todos, participando “a esta marea un tanto caótica que puede transformarse en una verdadera experiencia de fraternidad, en una caravana de solidaridad, en una peregrinación santa” (Evangelii Gaudium 87). Está claro, por tanto, que no hay espiritualidad de comunión sin sinodalidad y viceversa. La comunión hasta la unidad es el misterio de Dios revelado a nosotros por Jesús crucificado-resucitado y siempre presente en el destino de la humanidad; la sinodalidad es el camino que nos permite hacerla visible “para que el mundo crea” (Jn 17, 21). ¿Qué significa esto para cada uno de nosotros y cuáles son las etapas para vivir esta llamada? En primer lugar, sentirse parte de un solo pueblo, no de un grupo de individuos colocados uno al lado del otro como bolos en una pista de bowling o pasajeros en un ascensor. Dirigiéndose a los jóvenes, el Papa Francisco explicó: “Cuando hablamos de ‘personas’ no debemos entender las estructuras de la sociedad o de la Iglesia, sino el conjunto de personas que no caminan como individuos, sino como el tejido de una comunidad de todos y para todos, que no puede permitir que los más pobres y débiles se queden atrás: ‘La gente quiere que todos compartan los bienes comunes, y por eso aceptan adaptarse al ritmo de los más pequeños para llegar todos juntos’ (Christus Vivit, 23). Entonces: caminando juntos sin dejar a nadie atrás, reconociendo la presencia de Cristo en todos los que pasan. Esta es la raíz de la igual dignidad y libertad de cada uno de nosotros. Sentirse un único pueblo es la premisa, pero también el propósito de la sinodalidad, así como Jesús es, al mismo tiempo, el Camino y nuestro compañero de viaje. En cada miembro del Pueblo de Dios habita el Espíritu Santo, como en un templo, y la única ley entre todos debe ser el mandamiento nuevo de amar como Jesús mismo nos amó (Cfr. Jn 13,34). Esperamos que el Curso sea un tramo de camino hecho junto con nuestra mirada dirigida a los límites del Reino de Dios que encontramos cada vez que hay un prójimo al que amar.
La fidelidad de Dios es inquebrantable, como una roca, y ésta es la revelación salvífica no sólo para el pueblo de Israel tras el exilio como anuncia Isaías, sino también para cada uno de nosotros. Por lo tanto, confiar en el Señor quiere decir construir nuestra existencia yendo a la raíz, porque cuanto más profundos son los cimientos tanto más se podrá construir hacia arriba; tanto más confiaremos en él y más sólidos serán nuestros gestos también. Tensiones en la familia Cuando mi hermano D., enojado por cómo lo había tratado R. (otro de mis hermanos), dijo que ya no quería verlo más, pensé que a nuestra edad (todos tenemos más de 70 años) tendríamos que tener más compasión. De allí surgió la idea de reunir a la familia con la excusa de un picnic en Jells Park, en un terreno neutro. Pero ese día, en que se había fijado el encuentro, no apareció. No me quedó más que rezar pidiendo que su corazón obstinado se ablandara. Algunos días más tarde lo llamé por teléfono. Me di cuenta de que no estaba bien y de que no se estaba alimentando. Le aseguré que le llevaría un buen plato de comida. Cuando llegué a su casa y empezamos a hablar, se lo veía agradecido sobre todo porque no lo había juzgado. Luego, estando yo de regreso en mi casa, lo llamé a D. para contarle y él se demostró dispuesto a ir a visitar a su hermano si yo organizaba algo. Cuando nos encontramos, el domingo siguiente, al principio se notaba un cierto empacho en ellos, pero al rato empezaron a hablar con normalidad. Al final R. quiso que nos quedáramos a cenar. Me quedé muy contento con el resultado y espero que mi pequeño aporte pueda sanar ciertas tensiones en la familia. (Gill – Australia) La propina Antes del reciente aumento de los sueldos para los médicos y el personal de la salud, era praxis en Hungría darles a los médicos una propina según el servicio que prestaban, como una tasa preestablecida. Como jefe de cirugía, por mis principios, no me agradaba esta modalidad. Sobre todo porque sabía que muchos pacientes, carentes de medios económicos, pedían prestados los florines para los médicos. Por ello rechazaba esa idea, por más que todos lo hicieran, hasta que una colega me hizo notar que el hecho de no aceptar la propina podía ser interpretado por mis pacientes como un signo de que yo no haría bien la operación. Un día, viendo a una señora mayor sacar de su cartera el ya acostumbrado sobre para mí, le dije: “Yo como médico estoy a su servicio y me pagan por lo que hago, pero si Ud. se queda más tranquila si acepto este regalo, le propongo que se lo haga llegar a una familia necesitada”. Ella se quedó pensativa un rato, y después me tomó la mano: “Doctor, lo que me está diciendo me da la garantía de que Ud. piensa verdaderamente en la gente. Le agradezco y, si está de acuerdo, me gustaría ayudar, junto con usted, a alguien que se encuentra en necesidad”. (P.M. – Hungría)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VIII, número 2, noviembre-diciembre de 2022)
¡Imaginen a una chica enamorada! Enamorada con aquel amor que es el primero, el más puro, el que aún no ha sido declarado, pero que comienza a quemar el alma una alegría característica, que difícilmente se vuelve a experimentar en la vida: alegría secreta. Unos días antes del 7 de diciembre me habían dicho que velase durante la noche precedente, al lado del crucifijo, para prepararme mejor al casamiento con Dios, casamiento que debía realizarse en el modo más secreto. A la noche traté de hacer esta vigilia, arrodillada al lado de la cama, delante de un crucifijo de metal que ahora tiene mi madre. Por la mañana me levanté alrededor de las cinco. Me puse el mejor vestido que tenía, y me encaminé, atravesando toda la ciudad, hacia un pequeño colegio. Arreciaba un temporal tal que tuve que abrirme camino empujando hacia adelante el paraguas. Me parecía que expresaba que el acto que estaba a punto de hacer encontraría obstáculos. Apenas llego al colegio: cambio de escena. Un enorme portón se abre solo, auto Sensación de alivio y de acogimiento, casi como brazos abiertos de aquel Dios que me esperaba. La pequeña Iglesia había sido adornada lo mejor posible. En el fondo se destacaba una imagen de la Virgen de la Inmaculada. Antes de la comunión he visto, por un instante, lo que estaba a punto de hacer:;ya nunca más podría volver al mundo. Yo me casaba. Me casaba con Dios. Aquel abrir los ojos ante lo que estaba haciendo – recuerdo- fue inmediato y breve, pero tan fuerte, que me cayó una lágrima en el misal. Una larga acción de gracias. Creo que hice el viaje de vuelta a casa corriendo. Me detuve, me parece, cerca del obispado, a comprar tres claveles rojos para el crucifijo que me esperaba en la habitación. Habrían sido el signo de la fiesta común. Esto fue todo. Con las mejores previsiones, el 7 de diciembre de 1943, no habría podido pensar lo que hoy veo. Alabanza a Dios, gloria a María, reina de un reino que – sin metáfora- ha invadido el mundo.
Chiara Lubich (Extracto de “Hoy la Obra cumple treinta años”, Rocca di Papa, 7 de diciembre de 1973)
Activar los subtítulos en español https://www.youtube.com/watch?v=2i80L6Srdh8&list=PLKhiBjTNojHqNPFPXKJgyiqn8c7NKZ0ME
Desde hace unos meses se encuentra en las librerías italianas el volumen de las Obras de Chiara Lubich “Lettere” (Cartas). Hemos entrevistado a Florence Gillet del Centro Chiara Lubich, teóloga y estudiosa de la fundadora de los Focolares, que tuvo a su cargo esa publicación.
Florance Gillet
Tras haber tocado el timbre del Centro Chiara Lubich, cerca del Centro Internacional de los Focolares en Rocca di Papa (Italia), la Doctora Gillet me recibe con alegría y me invita a entrar en la sala de reuniones. Hay por todos lados armarios que contienen placas y objetos que recuerdan los doctorados honoris causa y regalos recibidos por Chiara Lubich en sus viajes por los distintos países del mundo, además de los numerosos libros sobre la fundadora de los Focolares traducidos en varios idiomas, algunos de los cuales escritos por Florence Gillet o realizados con su supervisión. Cuando empezamos a hablar, su acento revela sus orígenes franceses. Me cuenta que conoció el carisma de la unidad a finales del año 1965 y tres meses más tarde estaba ya en la ciudadela internacional de Loppiano, Italia, para profundizar ese “Ideal” que tanto había buscado y que finalmente había encontrado. El estudio de la teología en la Pontificia Universidad Gregoriana la llevó a Roma y fue una de las primeras mujeres que cursaron en esa Universidad. Después fue a París algunos años y nuevamente a Roma. Se ilumina cuando cuenta sus experiencias en algunos países africanos en donde realizó “focolares temporáneos”, llamados así porque eran de períodos de corta duración. En el año 2008, se la invitó a formar parte del Centro Chiara Lubich, que había nacido ese año, para poder estudiar y trabajar en la publicación de los escritos de la Fundadora de los Focolares, concentrándose desde el principio en los puntos fundamentales de la Espiritualidad de la unidad. Hace poco tiempo ha sido publicado, dentro de la colección Obras de Chiara Lubich, el volumen “Lettere 1939 – 1960” (cartas 1939-1960), que ha tenido a su cargo. “Hay una gran variedad en estas cartas –explica Florence Gillet–: algunas se refieren claramente a una dirección espiritual; hay cartas en donde informa acerca de diferentes actividades; hay otras cartas que son de consuelo; otras que brotan del alma de Chiara Lubich, sobre todo las que envía a su hermana, en la que dice cosas muy impactantes. Sin embargo, hay un común denominador en todas ellas. Como primera cosa, su estilo literario: son cartas. En segundo lugar, en cada una de ellas es posible encontrar “el alma” de Chiara, su capacidad de “hacerse uno”, como dice San Pablo cuando afirma que ‘me he hecho todo a todos’. Asimismo cuando comunica su secreto, pues repetidamente es evidente la clara referencia a Jesús Abandonado”. ¿Con qué se puede comparar este volumen? Es la pregunta que Florence Guillet plantea en la introducción y a la que responde regalándonos una imagen muy elocuente: “Si fuese un jardín, sería un jardín de estilo inglés, sin formas geométricas, sin simetrías, y en donde la naturaleza es poesía y libertad, pero al mismo tiempo tiene rigor y orden. Si fuese una ruta, sería un camino azaroso a veces, pero bien señalizado, con una meta segura y una guía experimentada. Si fuese una casa, sería muy acogedora, con muchas habitaciones, todas ellas conectadas entre sí y en armonía, cálida y abierta”. El libro contiene 338 cartas (una selección de las muchas que escribió Chiara Lubich) que llevarán al lector a tener un contacto directo con los primeros años del camino del Movimiento de los Focolares, y del desarrollo de su carisma. “Aconsejo a todos que hagan el esfuerzo –sigue diciendo Florence– de empezar a leer a partir de la introducción, para captar la clave de lectura, y luego proseguir con las cartas, una por una, ordenadamente, dejar que ellas ‘nos hablen al corazón’”. El lector encontrará cartas a personas individuales, otras son colectivas a comunidades que estaban naciendo, a miembros de su familia; otras, en cambio, son más doctrinales, en las que Chiara explica su Ideal. “Producir este libro ha sido un trabajo apasionante –concluye–. Y creo que lo será para los lectores también”.
El 21 de noviembre de 2022 en el Centro Internacional del Movimiento de los Focolares (Rocca di Papa-Italia) se llevó a cabo el encuentro “Pueblo de Dios, punto de encuentro de la diversidad. Muchos nudos, una sola red”, que reunía las diferentes realidades eclesiales vinculadas al carisma de la unidad. “Somos una porción de la Iglesia con diferentes colores, con diferentes matices de color; tantos colores como carismas, ministerios, territorios de origen, pueblos. Nuestra tarea es crear unidad en esta diversidad, sobre todo crear comunidades en las que se viva plenamente el Evangelio”. Son palabras de la hermana Tiziana Longhitano, de la congregación de las hermanas franciscanas de los pobres, responsable del Centro de las consagradas, adherentes al Movimiento de los Focolares, una de las muchas participantes presentes en el encuentro “Pueblo de Dios, punto de encuentro de la diversidad. Muchos nudos, una sola red”, que se celebró el pasado 21 de noviembre y que reunió a personas de varios países y diferentes vocaciones, unas cuarenta en forma presencial y unas 600 conectadas vía zoom. Un momento para compartir, para entender cuáles son los pasos a dar, mirando juntos el hermoso camino de estos años, que comenzó en abril de 1982, en el Aula Nervi, en el Vaticano, con el congreso “El Sacerdote hoy, el religioso hoy”. Aquella cita contó con la participación de unos 7.000 sacerdotes y religiosos que, a través de testimonios de todo el mundo, destacaron los frutos del encuentro del carisma de la unidad y la renovación suscitada en muchas comunidades religiosas y parroquias. Hoy muchas realidades continúan cosechando esos frutos, síntoma de un proceso en curso, no sólo dentro del Movimiento de los Focolares, sino en toda la Iglesia; realidades iluminadas por una “profecía”, como definió Margaret Karram, presidente del Movimiento de los Focolares, en su discurso, “una profecía que se ha abierto camino y sigue madurando para convertirse cada vez más en una realidad (esperamos) compartida y practicada en toda la Iglesia”. A lo largo de estos 40 años, diócesis, parroquias, sacerdotes y diversas comunidades carismáticas han compartido experiencias, generado comunidades a la luz del carisma de la unidad, presentándose ya no como piezas individuales de la Iglesia sino como un solo cuerpo, un pueblo que vive la cultura de comunión, de escucha y de caminar juntos. Basta pensar en el importante desarrollo que ha tenido el Movimiento Parroquial y el Movimiento Diocesano en los últimos años y el compromiso de sacerdotes, religiosos, consagrados y laicos en el Camino Sinodal. Muchas experiencias contadas durante este evento. Desde Brasil, Desi, focolarina casada, y Matheus, seminarista, cuentan cómo el llamado a la sinodalidad y el llamado a trabajar en sinergia con todas las realidades del Movimiento de los Focolares han llevado al nacimiento de varios Congresos pastorales que han puesto al centro la escucha, el conocimiento y la formación: “nuestros corazones se ensanchan hacia aquello a lo que estamos llamados: ‘Para que todos sean UNO’, dice Desi. Por otro lado, de Ecuador nos llega el testimonio del Nuncio Apostólico, Mons. Andrés Carrascosa, y de algunos sacerdotes de la Arquidiócesis de Quito que, después de unos ejercicios espirituales, han desarrollado el deseo de dar vida a un grupo para poder meditar en la Palabra de Vida: “He hecho una experiencia más profunda de la Palabra, dice el padre Ramiro Ramírez, la hice más viva en mí, he aprendido a comprender mejor el Evangelio (…) y esto también con mis compañeros sacerdotes (…). El padre Charles Serrano agrega: “Sabía que habría una reunión de unos 15 sacerdotes y que también estaría el Nuncio, pero cuando llegué encontré sacerdotes necesitados de curación, con fragilidad, con dolores y con el corazón roto. Yo también llegué así (…). Aunque la primera vez que asistí dije que ni loco volvería, ahora creo que estoy loco, porque el segundo martes de cada mes no veo la hora de volver (…)”. Una Iglesia, la de hoy, que necesita experimentar la fraternidad para fortalecerse “formando, de hecho, un pueblo al servicio del Reino de Dios, en favor de la vida, allí donde más grita”, como dice la hermana Maria Inês Vieira Ribeiro, conectada desde Aparecida (Brasil). La diversidad de cada realidad se convierte en la verdadera riqueza de la Iglesia que, a pesar de los esfuerzos de este tiempo, mira a sus hijos como los posibles santos del mañana. Es la experiencia de los jóvenes del Movimiento Carismas para la Unidad que, después de haber conocido el ideal de Chiara Lubich, quieren poner en contacto el carisma de cada uno con el del otro. De ahí que, durante la pandemia, nació “Santos juntos, como en el Cielo así en la Tierra”, una serie de encuentros vía zoom, un laboratorio, para compartir experiencias, poner en práctica el Evangelio y animarse recíprocamente a vivir la propia consagración con entusiasmo.
El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) recibió a la presidenta, Margaret Karram, y al copresidente, Jesús Morán, así como a otros miembros de la comunidad de los focolares el 28 de noviembre y les ofreció una visita guiada del Centro Ecuménico durante la cual hablaron de la unidad, la reconciliación, la construcción de puentes interreligiosos, Fe y Constitución, y las comunicaciones, entre otros temas de interés.
El secretario general en funciones del CMI, Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca, expresó su agradecimiento por las múltiples colaboraciones del pasado entre el CMI y los focolares. La más reciente de ellas fue la participación de los focolares en la 11ª Asamblea del CMI en Karlsruhe (Alemania). Sauca dijo que el CMI reconoce la importancia de la cooperación y el apoyo mutuo entre el CMI y los focolares para servir juntos bajo el nuevo paradigma de la peregrinación de justicia, reconciliación y unidad. “Los cristianos de diferentes iglesias que pertenecen a los focolares han formado parte de las delegaciones de sus respectivas iglesias y han desarrollado otras funciones en las asambleas del CMI”, observó Sauca, que resumió la larga historia de cooperación entre los dos grupos. “Su compromiso con la promoción del diálogo entre cristianos, judíos y musulmanes, así como su participación en un diálogo sostenido entre los israelíes y los palestinos, son valores inspiradores para el Movimiento de los Focolares a escala mundial y para otros”, dijo Sauca. El personal del CMI y los representantes del Movimiento de los Focolares hablaron asimismo de ámbitos de colaboración del pasado y del futuro, y compartieron sus experiencias en relación con la unidad y el ecumenismo. Karram extendió sus más cordiales saludos y expresó su gran alegría por visitar el CMI veinte años después de la última visita de la fundadora de los focolares, Chiara Lubich. “Hace veinte años, Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, vino aquí por invitación del entonces secretario general, Konrad Raiser, y Prof. Ioan Sauca”, dijo Karram, “estoy muy agradecida por estar con todos ustedes hoy aquí para conmemorar este aniversario. Alabo a Dios porque soy consciente de que estoy caminando por un terreno que considero sagrado”. Karram aseguró al CMI la buena disposición y la capacidad del Movimiento de los Focolares para seguir caminando juntos. “Quiero añadir que no solo caminaremos juntos –sino que tenemos que darnos la mano–; no solo caminar juntos, sino hacerlo de la mano, los unos al lado de los otros. Quiero prometer esto”. El Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, secretario general electo del CMI, elogió las numerosas maneras en que la comunidad de los focolares y el CMI han intercambiado ideas y perspectivas a lo largo de los años. “Hemos colaborado a diferentes niveles”, dijo.
Quedarse tibio ante el anuncio de la Palabra es como quedarse “ciego, desnudo e infeliz” (Ap 3, 17). Sin embargo, Dios sigue llamando a la puerta del hombre, especialmente en los momentos más oscuros de la vida; como un padre busca a su hijo, así Dios no se cansa de perseguirnos y para quien escucha su “llamada” está preparada la alegría plena.Solución providencial Cuando nuestros hijos eran pequeños, e incluso durante su adolescencia, los viajes y excursiones juntos siempre habían sido ocasiones de celebración. Desde que nos habíamos quedado solos, nos hemos dado cuenta de que habíamos cambiado, como si hubiéramos recorrido caminos diferentes y nos hubiésemos distanciado el uno del otro. Hablar entre nosotros se había vuelto difícil para no herir la susceptibilidad del otro. Llegamos a admitir que necesitábamos encontrar una nueva forma de comunicarnos, solicitando la ayuda de un psicoterapeuta. Hablando de ello con una amiga, me confió que ella había pasado por las mismas situaciones con su marido y que habían llegado al borde del divorcio. La solución providencial había sido formar parte de una comunidad en su parroquia, comprometida en obras de caridad. Se lo propuse a mi marido que estuvo de acuerdo. Desde entonces nuestra vida ha cambiado: donando nuestro tiempo, nuestras energías y abriendo la puerta de casa a los demás, hemos redescubierto no sólo el sentido de vivir sino una forma de comunicarnos. Incluso con hijos y nietos experimentamos mayor alegría. (F.d.A. – Croacia) El valor de hacerse uno Después de estudiar arquitectura en Florencia, volví de vacaciones a mi pequeño pueblo en las colinas toscanas donde mis padres estaban renovando la antigua granja familiar. Habiendo examinado el proyecto, expresé mis perplejidades, considerando tanto la condición estática del edificio como las modificaciones necesarias para conservar la estructura original. Sin embargo, mi hermano reaccionó mal, acusándome frente a todos de ser un sabelotodo. Quería demostrar que tenía razón, pero como había aprendido de un grupo que conocí en Florencia, que estaban comprometidos en la vivencia del Evangelio, el valor de “hacernos unos con los demás”, como dice san Pablo, dejé mi idea a un lado, para evitar discusiones. Cuando llegó el momento de empezar a trabajar, el maestro de obras explicó que ese proyecto no se podía llevar adelante y recomendó modificaciones que coincidían con las sugeridas por mí. En ese momento, mi madre concluyó: “Ves, hijo mío, aquí siempre te consideramos un niño y no aceptamos lo que has aprendido. Trata de entender a tu hermano”. (G.C. – Italia)
Maria Grazia Berretta
(tomado de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VIII, n.2, noviembre-diciembre 2022)
Esta es una de las páginas del diario de Irene, una jovencísima redactora de Teens, una revista del grupo Ciudad Nueva, hecha por los chicos para los chicos. A través de sus ojos y sus palabras, la historia de un viaje a una tierra marcada por las divisiones y su encuentro con el proyecto “Armonía entre los pueblos”, que a través del arte y la danza difunde belleza y esperanza a las nuevas generaciones de Belén. https://www.youtube.com/watch?v=79XjDZ_Gqi0
El misericordioso es capaz de perdonar al otro y a menudo también de perdonarse a sí mismo. Sin embargo, la misericordia no es sólo una disposición interior, sino que es también el camino que nos lleva a Dios. Su inmenso amor por nosotros no es un sentimiento, sino un acción; el acto a través del cual cada uno de nosotros “renace”. Vivir en paz No era la primera vez que notaba daños causados en mis tierras. Nunca había tenido enemigos y mi padre me había enseñado a construir buenas relaciones, pero esta vez quería entender bien qué estaba pasando. Pedí ayuda a la Virgen y una noche me escondí detrás de un árbol de fruta junto a otro campesino. Como había imaginado, en un determinado momento de la noche vi llegar a mi vecino junto con sus dos hijos, provistos de cajones de fruta. Mi plan fue fotografiarlos en forma flagrante. Desorientados por la luz del flash, los tres se fueron dejando la fruta recogida por el suelo. Al día siguiente, hacia el atardecer, la esposa del vecino le pidió a la mi señora el favor de destruir las fotos y que no denunciáramos a su esposo. Nos habíamos puesto de acuerdo con mi esposa que, en la eventualidad, respondiera: “No sé de qué fotos me estás hablando, mi marido está afuera desde hace dos días”. Desde ese momento las cosas cambiaron: se veía en ellos una insólita gentileza y prontitud a ayudar en la recolección… En una pausa para descansar, el vecino admitió que había venido a recoger algunas manzanas “para probarlas”, y había visto unos destellos de luz. Le dije: “Desde hace algún tiempo en el pueblo suceden cosas raras. Lo importante para nosotros es vivir en paz”. (V.S.E. – Italia) Un verdadero cambio Con el pensamiento, recorrí mi vida: ¡un total fracaso! No estoy casada por la oposición de mis padres a mi elección de un muchacho bueno pero no de nuestro “rango”. Con mis hermanos y mi hermana relaciones prácticamente inexistentes a raíz de una herencia repartida injustamente, según ellos. Puedo considerarme rica, pero sin embargo ¡qué vacío siento dentro de mí y alrededor de mí! Estaba en el hospital cuando una sobrina que me vino a ver dijo una frase que no me dejó en paz: “¡Tía, tu problema es que estás poseída por el mal. En ti ha desaparecido todo rastro de bien”. Cuando me dieron el alta busqué a un sacerdote para contarle lo que me angustiaba. Tras haberme escuchado, le pareció que de alguna manera yo me quería vengar con la vida, con la familia, con todos y me orientó a que pensara más en los demás: festejando con algún regalo los cumpleaños de mis parientes, preguntándoles a los vecinos para saber cómo están, escribiéndoles a mis ex alumnos… pequeños gestos pero que eran pasos hacia la luz. En la desesperación puse en práctica esa sugerencia. Es duro, pero siento que algo está cambiando. (G.I. – España) Amigas en la enfermedad Durante el período en el que mi madre estuvo internada en el hospital conoció a su compañera de habitación, Klari. Compartían el mismo estadio del cáncer, el mismo ritmo de quimioterapia. Se habían hecho amigas, pero algo las dividía. Cuando era joven, Klari había sido una activista comunista y no aceptaba la fe católica que profesaba mi madre. No polemizaban, pero se veía que ninguna de las dos daba el brazo a torcer en sus convicciones. De todos modos, mi madre se mostraba siempre disponible, y para ayudar a Klari, que no tenía parientes, nos había pedido a nosotros sus familiares que le diéramos una mano. Eran pequeñas cosas que ella necesitaba, algún trámite para acelerarle, llamar por teléfono a alguna amiga. Cuando la condición de la salud se agravó en ambas, noté una diferente aceptación de la enfermedad: mi madre, que estaba siempre atenta a lo que necesitaba su amiga, dejaba traslucir una gran paz. Klari, en cambio, era intolerante y agresiva, pero antes de entrar en coma le agradeció a mi madre por haber estado a su lado. Se había vuelto una de nuestra familia. (P.F.H. – Alemania)
A cargo de Maria Grazia Berretta (extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VIII, número 2, noviembre-diciembre de 2022)
Fue presentado al Parlamento europeo de Bruselas (Bélgica) un documento que comprende posiciones compartidas entre cristianos y marxistas hacia una ética social común, fruto de un largo camino de ocho años (y dos siglos). Dialop se autodefine como un proyecto en curso de diálogo transversal, entre cristianos y marxistas de Europa en el que se trabaja desde hace algunos años, y que tomó un impulso decisivo después de un encuentro en el Vaticano de algunos representantes de la izquierda europea con el Papa Francisco (ver también: Dialop: cristianos y marxistas trabajando juntos). El pasado 8 de noviembre, con el apoyo del grupo de Izquierda del Parlamento Europeo, en colaboración con el Movimiento Político por la Unidad y New Humanity, en el edificio Altiero Spinelli, 40 personas se reunieron ante la presencia de 9 países de la Unión y otras que siguieron vía streaming la presentación del documento de solidaridad”. El documento sobre los planteamientos comunes, surgido a partir del diálogo cristiano socialista, escrito por el Prof. Michael Brie – presidente del comité científico de la fundación Rosa Luxemburgo y – por el sociólogo belga prof. Bennie Callebaut del Instituto Universitario Sophia, analiza cómo de antagonistas en el pasado, el cristianismo y el marxismo tienen ahora delante un alto muro que abatir; el del capitalismo salvaje, y cómo sienten una sorprendente afinidad en el presente. En el mensaje y en la persona del Papa Francisco encuentran también una figura que los une, un líder y un compañero de viaje. “En las luchas comunes -afirma el documento-; estamos trabajando en proyectos guiados por una perspectiva compartida”. Cuáles son estos proyectos, que en el documento se presentan como pistas de trabajo: “una economía de la vida; una comunidad cuidadora; una política de transformación solidaria; un mundo donde hay espacio para muchos mundos; la dignidad de cada individuo en un mundo rico de bienes comunes; juntos por un espacio de paz”. Era inevitable que surgiera durante el debate la pregunta sobre cómo se concretan estos proyectos. La planteó el prof. Léonce Bekemans (Cátedra Jean Monnet, Universidad de Padua). Y respondió Walter Baier, de “transform!europe”, quien es uno de los pioneros y coordinadores de Dialop: “Nos movemos en tres niveles”, explicó, “el diálogo, como iniciativa cultural, para llegar a ser un “think tank”; involucrar a las personas en el trabajo por la solidaridad, como se ha hecho en las iniciativas a favor de los migrantes y refugiados; suscitar la participación a nivel político sobre todo para la construcción de la paz”. La anfitriona fue Marisa Matjas, eurodiputada portuguesa del Bloque de Izquierda, vicepresidenta del Partido de la Izquierda Europea en el Parlamento Europeo. Recordó con pasión las palabras del Papa Francisco a los miembros del Parlamento Europeo en el 2014 “dichas en el momento que necesitábamos escucharlas”. Nos habló de mantener viva la democracia en Europa, del trabajo y de los derechos de los trabajadores, de la educación, de la migración, en un momento en el que la UE ignoraba los masivos movimientos de personas que llegaban desde Siria; habló también de la dignidad y de los derechos humanos, tenemos muchas cosas en común por las que tenemos que trabajar juntos”. “Hoy tenemos necesidad, tanto del pan para vivir, como de una visión, de espíritu, de alianza. Es la hora de tener esperanza y de esperar “en plural”. A esto nos invita Dialop”, afirmó el teólogo Piero Coda en su discurso de apertura sobre “Senderos comunes hacia una sociedad global, justa y fraterna”. Una pluralidad que requiere e invita a ampliar cada vez más las alianzas, no solo en el mundo católico, sino en todo el mundo cristiano, en una dimensión ecuménica, no solo el cristianismo, sino entre las religiones, no solo con la izquierda, sino con las distintas almas políticas comprometidas por el bien común y la defensa del ambiente. Ciertamente, se necesita hacer un esfuerzo inicial para dejar de lado las pretensiones, dijo, citando el documento de “tener el monopolio de la verdad”. “Una ética social transformativa y transversal que debe contar con el aporte de otros actores y tradiciones, que junto con marxistas y cristianos, están presentes en nuestro continente y tienen perspectivas del mundo diversas”, subrayó a propósito el Padre Manuel Barrios Prieto, Secretario General del COME concepto de fraternidad humana, a partir de la firma del documento de Abu Dhabi del 2019 y de la Encíclica “Fratelli Tutti”. En un compromiso renovado con el diálogo que renace en Bruselas, con un impulso de inclusividad, conscientes de que el diálogo es un “trabajo en curso permanentemente”. Maria Chiara De Lorenzo
Entre los primeros focolarinos casados y co-iniciador del Movimiento Familias Nuevas, Danilo Zanzucchi falleció en paz el 16 de noviembre de 2022 a la edad de 102 en su casa de Grottaferrata (Roma) rodeado de su esposa Anna Maria, sus cinco hijos (Chiaretta, Michele, Mariannita, Giovanni y Francesco) y algunos de los 12 nietos. El mayor de una estimada familia de Parma (Italia), en sus viajes a Milán para seguir los primeros edificios que proyectó, Danilo encuentra el carisma de la unidad a través de Ginetta Calliari – una de las primeras compañeras de Chiara Lubich-. Ya católico ferviente, comprometido en política y presidente diocesano de la FUCI – Federación Universitaria Católica Italiana – y posteriormente de los Hombres de Acción Católica, advierte que debe comprometerse radicalmente con Dios y reorientar su vida sobre el Evangelio vivido. Esta elección también la comparte Anna Maria, quien se convertirá en su esposa. En torno a ellos nació la primera comunidad de Parma, mientras que para los dos se perfila con fuerza la vocación innovadora de focolarinos casados abierta por Igino Giordani. Nacidos sus primeros cuatro hijos, deciden dejar su prometedora carrera de ingeniero y los privilegios de una vida acomodada para trasladarse a la capital como familia-focolar y dedicarse a tiempo completo a los fines de los Focolares. Entre los primeros cargos de Danilo, la finalización de la estructura de Rocca di Papa destinada al Centro Mariápolis y, más tarde, a la sede internacional del Movimiento. Luego colaborará con la Editorial Città Nuova. En estrecho contacto con Chiara, colabora en la formación de generaciones de matrimonios de diferentes continentes que, como él, quieren seguir los pasos de Giordani. En 1980 fue invitado con Anna Maria como auditor al Sínodo sobre la familia y en 1981 Chiara Lubich lo llamó al Consejo Central del Movimiento con el papel, junto a su esposa, de pareja guía de las Familias Nuevas a nivel mundial. El nombramiento papal como consultor y, posteriormente, como miembro del dicasterio vaticano para la familia también se remonta a la década de 1980. Estas son las responsabilidades que lo ven, junto a Anna Maria, invitado en varias ocasiones en la residencia del Papa Wojtyla y testimonio de su servicio a la familia en transmisiones televisivas también en mundo visión. Con la llegada de Benedicto XVI, la colaboración con la Santa Sede se intensifica hasta el punto de que el pontífice les pide que redacten el texto del Vía Crucis (2012) en el Coliseo de Roma que él presidió. La larga vida de Danilo, por los muchos talentos recibidos y tan abundantemente fructificados, es un canto de gloria a Dios prolongado en el tiempo. Todo el Movimiento de los Focolares, en particular las filas de los focolarinos casados y la multitud de familias de todo el mundo de las que ha sido ejemplo, confidente, amable y seguro punto de referencia, le están profundamente agradecidos. Un agradecimiento que va a su figura de hombre: un gigante de rectitud, ternura, sencillez y sabiduría. Gracias Danilo también por no haber dejado nunca de encarnar a ese niño evangélico que siempre traslucía de tu ser, de tus palabras, de tu fino humor, de tus acuarelas, de las innumerables caricaturas que muchas veces improvisabas (quizás en servilletas de papel) para alegría de todos nosotros.
Una mirada al mundo con el objetivo de difundir “buenas noticias”. Esto es lo que anima a las redacciones de Teens International repartidas por distintos puntos del planeta y apoyadas por los grupos editoriales de Ciudad Nueva. Un espacio creado por los chicos para los chicos en el que poder intercambiar opiniones e ideas; formarse en la producción de contenidos para distintos medios de comunicación; encontrar juntos modelos de comunicación guiados por valores verdaderos. https://www.youtube.com/watch?v=f_9J9ro2Dig&list=PL9YsVtizqrYs-fUrfOgSZ2X2vhoedLwCI
Escuchar y compartir. “Nadie solo” es un camino de acompañamiento y testimonio que desde hace tiempo involucra a padres con niños LGBT en varios países del mundo. “No dejar a nadie solo” es la invitación que Chiara Lubich dirige, en el texto “Una ciudad no basta”, a cuantos quieren transformar las ciudades en las que vivimos, poniendo en práctica el amor del Evangelio. Una invitación que lleva, día tras día, a comprometerse para hacer de los lugares en los que vivimos, espacios de fraternidad donde todos se sientan amados y acogidos. Con esta invitación en mente, el Movimiento de las Familias Nuevas de los Focolares ha llamado “Nadie solo” a los itinerarios/taller de acompañamiento, intercambio de vida y testimonios que viene realizando desde hace algún tiempo con matrimonios de varias naciones (Italia, Portugal, Alemania, Bélgica y Brasil) con niños LGBT. Las reuniones se llevaron a cabo primero en presencia con algunos conectados en línea, luego, debido a la pandemia, completamente on line. A pesar de las grandes distancias geográficas y de las notables diferencias culturales, los encuentros fueron fuente de intercambio y de gran enriquecimiento recíproco. Poco a poco nos hemos convertido en una sola familia en la que las preguntas, los sufrimientos, las heridas y los logros de cada uno se han convertido en los de todos. De ahí surgieron las ganas de encontrarnos en directo y así, del 14 al 16 de octubre de 2022, se llevó a cabo un taller en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Italia) con la participación de 60 personas. Además de los matrimonios de padres que vienen siguiendo el camino desde hace tiempo y algunos responsables de varias realidades de los Focolares, el programa se enriqueció con la presencia de algunos jóvenes de orientación homosexual, miembros activos del Movimiento de los Focolares. Escuchar los testimonios de los padres, pero también de los hijos fue muy emotivo, nos permitió conocernos más e iluminar todas estas experiencias con la luz del Evangelio. Intentamos entendernos, también a través de la contribución de expertos, sin prejuicios. El padre Amedeo Ferrari, franciscano, teólogo y moralista, el padre Pino Piva, jesuita, teólogo muy involucrado en la pastoral de varios grupos de personas LGBT, Katrien Verhegge, psicoterapeuta belga, que trabaja en estos temas a nivel gubernamental en su país y Roberto Almada, también él psicoterapeuta, han acompañado al grupo con gran sabiduría y equilibrio, ayudando a los participantes a comprender el camino que está haciendo la Iglesia católica, a no tener miedo y a abrirse con valentía a las siempre inesperadas sorpresas del Espíritu, a ampliar la capacidad escuchar, acoger, acompañar e integrar. El padre Pino Piva invitó a todos a seguir ayudando y acompañando a “las familias – padres y otros miembros de la familia – a experimentar la acogida humana y cristiana, ante todo: ¡un niño siempre es bienvenido! Y en esto la familia ayuda a la Iglesia a ser una Familia que acoge e integra a sus hijos sin condiciones”. Las jornadas de encuentro generaron en todos los presentes un fuerte deseo de convertirnos en verdaderos compañeros de viaje para todo prójimo que se cruce en nuestro camino. Ciertamente, no se han encontrado todas las respuestas a las diversas preguntas. Quedan muchos interrogantes aún abiertos, entre ellos también comprender cómo asegurar un camino de acompañamiento, para profundizar y vivir el carisma de la unidad. El padre Amedeo Ferrari invitó a todos a “tener presente que toda persona posee una dignidad inviolable. Por tanto, incluso las personas que experimentan la tendencia homosexual deben ser recibidas con respeto e igual dignidad que cualquier otra persona, evitando cualquier tipo de prejuicio o discriminación en su contra”.
La palabra del Evangelio propuesta para este mes de noviembre 2022 nos impulsa a poner en práctica la misericordia con los hermanos. Chiara Lubich, en este fragmento del 15 de octubre de 1981, pronunciado durante una conferencia telefónica mundial, invitaba a todos los que la escuchaban a renovar este amor misericordioso característico desde los primeros tiempos de los Focolares. Un llamamiento que también hoy puede ayudarnos a crecer en el camino personal de unión con Dios y con la comunidad. Es esto lo que hoy quiero subrayar para todos ustedes: la unidad. La unidad tiene que triunfar: la unidad con Dios, la unidad entre todas las personas. ¿Cómo? Amando a todos con aquel amor de misericordia característico de los primeros tiempos del Movimiento, cuando decidimos ver cada mañana, durante todo el día, al prójimo que encontrábamos, en la familia, en la escuela, en el trabajo, etc., en todas partes, verlo nuevo, novísimo, no recordando sus fallos, sus defectos, sino cubriéndolo todo con el amor. (…) Acercarse a todos con esta amnistía completa en nuestro corazón, con este perdón universal. Después, hacernos uno con ellos en todo, excepto en el pecado, excepto en el mal. ¿Para qué? Para obtener aquel resultado maravilloso al cual aspiraba Pablo, el apóstol. Él decía: «Hacerse todo a todos —hacerse uno con todos— para ganar a Cristo el mayor número» (Cf. 1 Co 9, 19). Pues bien, si nos hacemos uno con el prójimo, ayudados también por este perdón, podremos comunicar nuestro Ideal[1] a los demás. Y, una vez obtenido esto, establecer la presencia de Jesús entre nosotros y ellos, de Jesús Resucitado, de Jesús que prometió estar siempre con nosotros en su Iglesia y que, en cierto modo, se hace ver y sentir cuando está en medio de nosotros. Esta tiene que ser nuestra obra principal: vivir de tal forma que Jesús viva entre nosotros; Él, que es el conquistador del mundo. Si somos uno, muchos serán uno y el mundo un día podrá ver la unidad. ¿Y entonces? Constituir por todas partes células de unidad: en nuestra propia familia, en el vecindario, con los que jugamos o estudiamos, con los que trabajamos, con todos, lo más posible, encender estos fuegos por todas partes.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, La Vida, un viaje, Ciudad Nueva, Madrid 1994, pp. 16-18) [1] Se refiere al modo de vivir el Evangelio que es típico del Carisma de la unidad
El Movimiento de los Focolares adhiere al “Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles”, suscrito por el Dicasterio vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, por el Parlamento Europeo, por el Parlamento de las religiones mundiales y por más de 2900 entre científicos, académicos, asociaciones y representantes de los distintos credos religiosos. “Nosostros, los que suscribimos, invitamos a los gobiernos de todo el mundo a adoptar y poner en práctica con urgencia un Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles, para proteger la vida y los medios de subsistencia de las generaciones presentes y futuras a través de una gradual y equitativa eliminación de los combustibles fósiles en la línea del consenso científico de no superar el 1,5ºC de calentamiento”. Éstas han sido las palabras de introducción a la carta firmada por más de 2900 entre científicos, académicos, asociaciones y representantes de los distintos credos religiosos, por el Dicasterio vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y el Parlamento Europeo a la que también ha adherido el Movimiento de los Focolares para pedir a los líderes mundiales un Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles. Petróleo, gas y carbón son la causa principal de la crisis climática. El mundo tiene ya suficiente potencial de energía renovable para expandir cómodamente el acceso a la energía por parte de todos. Sin embargo, la dependencia de los combustibles fósiles continúa mientras los expertos lanzan la alarma acerca del daño que causan a nuestra salud pública, a la biodiversidad, a la paz en el mundo y a nuestro clima. A pesar de que el acuerdo de París ha fijado un objetivo climático global crucial, muchos gobiernos han seguido aprobando nuevas extracciones de carbón, petróleo y gas, por más que quemar esos combustibles fósiles implicaría emisiones siete veces superiores a las que son compatibles con el mantenimiento del calentamiento por debajo de 1,5°C. Para alcanzar los objetivos del acuerdo de París, se requiere la cooperación internacional para detener explícitamente la expansión de los combustibles fósiles. Éste es el motivo por el que se está desarrollando un notable impulso a la propuesta de un Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles. El lunes 7 de noviembre de 2022 en Sharm-el-Sheikh, Egipto, se inició la COP27, la conferencia mundial sobre el clima, con la participación de más de 140 jefes de estado y de gobierno. Durante ese evento se llevó a cabo un congreso cuyo título era “El derecho a un ambiente sano: fe y perspectivas éticas” organizado por el Parlamento de las religiones mundiales, en colaboración con la UNEP Al-Mizan (proyecto de las Naciones Unidas con distintas organizaciones islámicas sobre el ambiente). El derecho a un ambiente sano se encuentra sostenido por las enseñanzas éticas de las tradiciones de fe del mundo sobre la justicia y la valoración de la naturaleza. Expertos y líderes religiosos intercambiaron ideas sobre este tema desde el punto de vista de la ética religiosa y de los valores compartidos, de la cultura y de la defensa, y les piden a los líderes mundiales reunidos en Egipto que suscriban el Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles.
El saludo de Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares, a los voluntarios y a las voluntarias en formación reunidos en Castel Gandolfo el 5 de noviembre de 2022 y la alegría de compartir con ellos la bellísima carta recibida del papa Francisco. Activar los subtítulos en español https://youtu.be/izLQ6PkQsHA
A 25 años de la apertura del Focolar de Chiang Mai (Tailandia), presentamos una entrevista a Metta Surinkaew, una entre las primeras budistas del Movimiento de los Focolares, hoy colaboradora para el diálogo interreligioso.“Las religiones son como una variada selección de plantas que brotan continuamente, ofreciendo belleza y productividad, en equilibrio y armonía para toda la tierra”. Es una imagen bellísima que nos hace sentir en las cumbres de Tailandia, nos la regala Preyanoot Surinkaew, apodada Tom y más conocida como Metta, que en el idioma de Buda quiere decir “compasión”. “Nací en una familia del norte del país. Aquí el budismo es la raíz de nuestra cultura y desde pequeña viví en una comunidad que basa su estilo de vida budista en el de los monjes del templo de nuestra aldea”. ¿Metta, cuándo tuvo lugar tu encuentro con la espiritualidad del Movimiento de los Focolares? Conocí el Movimiento de los Focolares en 1993. Cuando tenía 19 años veía que mi aldea se estaba despoblando y la sociedad cambiaba radicalmente. El templo, que durante mi infancia era el lugar donde podía correr, jugar libre y observar a los ancianos participar en las ceremonias, se convirtió en un lugar donde “buscar la suerte” y preguntar cuál era el mejor número para jugar la lotería. Me preguntaba: “¿Cómo puedo, desde mi pequeñez, ayudar a la sociedad?”. Precisamente en el período en el que surgían esas preguntas en mi mente, tuve la oportunidad de participar en un campamento juvenil donde había muchos chicos del Movimiento de los Focolares. Lo que más me impresionó fue el clima de armonía y la relación fraterna que se creó entre todos, incluso si éramos de religiones diferentes. Cada palabra que escuchaba se transformaba en vida auténtica para esos jóvenes e inmediatamente decidí que también yo seguiría ese estilo de vida. Además, fui descubriendo con alegría, que algunas de las enseñanzas que propone el Evangelio eran similares a las del budismo y que también entre nosotros personas de religiones diferentes es posible establecer esa unidad. ¿Qué se necesita para que esto suceda también en la vida cotidiana? Tener una mente abierta, deseosa de acoger la identidad del otro y aprender de la belleza de las enseñanzas y de las prácticas de otras religiones, con amor y respeto. Esto hace nacer la conciencia de que es posible vivir juntos como “hermanos y hermanas”, superando las barreras que existen entre las mismas religiones. El evento organizado del 12 al 14 de agosto de 2022, para celebrar el 25° aniversario de la apertura del primer Focolar en Chiang Mai fue una ocasión ulterior para recordarlo. ¿Cómo fue ese momento? Una gran fiesta. Organizamos un tour, junto a nuestra comunidad compuesta por personas cristianas y budistas, a los varios lugares visitados por Chiara Lubich en 1997, un momento decisivo que abrió el camino al diálogo interreligioso con los amigos budistas en Tailandia. De hecho, fue durante ese viaje y gracias al encuentro con el Gran Maestro Phra Ajahn Thong, que Chiara Lubich intuyó la importancia que habría tenido la apertura de este focolar, para seguir viviendo y trabajando por el diálogo interreligioso. En esos días de fiesta era bello ver a cada uno rezar según su religión y, desde el respeto, asistir a la oración del otro. Es la confirmación de que ese vínculo de profunda amistad que nació entre Chiara Lubich y Phra Ajahn Thong nos lo han entregado a todos nosotros, como un hilo de oro, que todavía hoy nos mantiene unidos. El Papa Francisco en su reciente viaje a Kazakhstana afirmó: “Tenemos necesidad de la religión para responder a la sed del mundo”. ¿A la luz de tu experiencia qué piensas de esto? Cada religión es distinta de las demás y según la cultura y el origen, quiere permitir a los seres humanos y a la sociedad alcanzar el fin último de la verdad y de la paz, pero las enseñanzas y las varias prácticas deben transformarse en vida para ser un testimonio confiable. El significado clave de la existencia humana es este: “Tener paz en el corazón de las personas y paz en la sociedad”. El verdadero camino del diálogo es ante todo comprender plenamente las enseñanzas de la propia religión para después trabajar juntos por los demás, fraternalmente, en un proyecto de auténtica paz.
Con motivo de la fiesta litúrgica de la beata Chiara “Luce” Badano, el 29 de octubre de 2022, Sassello, su ciudad natal, abre sus puertas y se reúne para vivir juntos un momento deconmemoración en memoria de esta joven que aún continúa inspirando con su testimonio. La beata Chiara Badano habría cumplido 51 años este 29 de octubre de 2022. Una joven enamorada de Dios que, a los 17 años, descubrió que tenía un tumor óseo y, aún en su enfermedad, nunca dejó de alimentarse del amor a Dios, más fuerte que cualquier otra cosa. En su ciudad natal, Sassello, un municipio italiano de la provincia de Savona (Italia) rodeado de bosques y hermosas colinas, ese día fueron muchos los jóvenes, niños y adultos que vinieron a saludarla con motivo de su cumpleaños que coincide con su fiesta litúrgica. A 32 años de muerte, su testimonio sigue llegando a muchos y los frutos de una vida vivida en la luz inspiran a muchos a ir más allá de los obstáculos, a descubrir una caricia del Amor de Dios incluso en las dificultades y dolores; para dar su vida por los más necesitados. Un jornada que comenzó al mediodía en el Camposanto en el panteón de la familia Badano, donde muchas personas de diversos países se reunieron alrededor de la tumba de Chiara para el “Time-Out”, un minuto de recogimiento para pedir la paz en todo el mundo. Fue un momento sencillo pero profundo de reflexión y oración, al que asistieron la madre de Chiara, María Teresa, el alcalde de Sassello, Daniele Buschiazzo, el obispo de la diócesis de Acqui, monseñor Luigi Testore y los miembros de la Fundación Chiara Badano. “El 29 de octubre es generalmente un momento que enriquece a toda la comunidad -dijo el alcalde-. Y el hecho de que sean sobre todo los jóvenes los que reconozcan en la figura de Chiara una referencia importante, nos hace sentir aún más orgullosos. Que este sea un momento de encuentro donde se aborden temas importantes cada año, como este año sobre la paz, es un elemento de vitalidad también para nuestro Municipio y nuestra comunidad”. Por la tarde, en la parroquia de la Santísima Trinidad, en el centro de Sassello, muchos participaron en la Santa Misa, celebrada por Mons. Testore, en presencia del párroco Don Enrico Ravera.“Chiara nos muestra precisamente lo que significa acoger el Amor de Dios y descubrir constantemente este Amor –dijo el obispo-.Aquí es donde supo vivir su corta vida sobre todo con esta perspectiva, dejándonos una huella muy fuerte que cada uno de nosotros puede asumir: descubrir el Amor de Dios y dejarse guiar por este Amor para construir nuestra propia vida”. 5ª edición del “Premio de Arte 2022″ Inmediatamente después de la Santa Misa, la Fundación Chiara Badano anunció los nombres de los ganadores del “Premio de Arte 2022”, que brinda a los jóvenes la oportunidad de testimoniar con su talento cuánto les ha fascinado, involucrado e inspirado la historia de Chiara Badano, su ideal y su estilo de vida. Los ganadores de este año son Manuel Arduini de Cattolica (Italia), en la categoría “chicos” (10-16 años) con un dibujo inspirado en Chiara, titulado “El camino hacia la luz”. “Lo que me inspiró para hacer este dibujo fue la fe de Chiara ‘Luce’ en la Iglesia y en Dios”, explicó el ganador. Obtuvieron el premio en la categoría juvenil (17-35 años) Guilaine, Darlene, Ashura, Evasta y Erica de Burundi. Las 5 jóvenes de Bujumbura, Burundi, del Centro Chiara Luce del Movimiento de los Focolares, escribieron la letra de una canción (basada en una música tradicional) y prepararon una coreografía que expresa la alegría de haber conocido la vida de Chiara “Luce” y la ayuda que su ejemplo representa para sus vidas. Una mención especial del jurado fue para la canción presentada por un grupo de niños de Bujumbura en la categoría de niños. El premio y el pergamino fueron recibidos por Chiara Cuneo, consejera del Centro Internacional del Movimiento de los Focolares, que trajo los saludos de la presidenta Margareth Karram y del copresidente Jesús Morán. Antes de concluir la entrega de premios, Pasquale Capasso y Martina Bolino de Arzano (Italia), ganadores de la categoría juvenil para el año 2020, presentaron la canción con la que ganaron esa edición, “Qui per l’eternità” (Aquí por la eternidad), cuya entrega de premios en presencia no había sido posible debido a la pandemia. “Llegando a la última página del libro sobre Chiara “Entre cielo y tierra”, escrito por Franz Coriasco -explica Pasquale Capasso–, me pareció que esta historia debía continuar. Me acordé de muchos jóvenes, como yo, como nosotros, que tratan de pasar sus vidas poniendo sus talentos al servicio de los demás. Y así, la experiencia de esta canción seguramente fue una experiencia común, incluso con los otros chicos y amigos… y salió esta canción, que es un estímulo para llevar el testigo que Chiara nos dejó, porque es un compromiso que todos sentimos que podemos asumir”. “Nacióunpoco como un juego… -agregó Martina Bolino– le dimos la bienvenida a este juego y salió un intercambio de alegría loca que, de hecho, contagia, por lo que agradecemos a quienes hicieron esta invitación”.Premio “Solidarity Chiara Luce Badano” Al final de la ceremonia de entrega de premios de los ganadores de “Arte 2022”, también tuvo lugar la presentación y lanzamiento del nuevo Premio “Solidarity 2022”: una iniciativa anual para promover proyectos solidarios en todas partes del mundo, que se unirá al premio artístico. “Chiara, desde niña, ha mostrado una verdadera pasión por los más necesitados, los más débiles, los más marginados de la sociedad, los ancianos y los niños en particular -explicó Cristina Cuneo, miembro de la Fundación Chiara Badano–por esta razón, inspirada y anhelada por Ruggero Badano (padre de Chiara) y Delfina Giribaldi, la Fundación, ha decidido establecer el ‘Premio Solidarity Chiara Luce Badano’, de acuerdo con el mandato estatutario de apoyar y alentar proyectos para la promoción de acciones positivas dirigidas a los sectores más débiles de la población”. La fecha límite para la presentación de proyectos, de acuerdo con los procedimientos indicados en la convocatoria en el sitio web oficial de Chiara, es el 20 de enero de 2023 a las 12 del mediodía CET. Para más información sobre la Beata Chiara “Luce” Badano y su historia: www.chiarabadano.org
Ir al encuentro del prójimo, amarlo plenamente, muchas veces significa volver sobre nuestros pasos, aun cuando pensamos que nuestras razones merecen ser escuchadas. Significa guardar las armas y mostrar actos de amabilidad.El regreso de papa Por motivos de trabajo mi marido estuvo ausente una semana entera, así que me encontré cuidando a cuatro niños sola en casa tras el cierre de los colegios por el Covid-19. Descontenta, cavilaba: “¿Era correcto que él asumiera tantas tareas?”. Y dentro de mí estaba la ansiedad de desahogarme cuando regresara. En cierto momento, sin embargo, me di cuenta de que el menor de los niños estaba preparando cuidadosamente un dibujo para entregar a su padre a su regreso. Ese amable gesto me hizo reflexionar, fue un verdadero examen de conciencia para mí. “¿Y yo? ¿Qué bienvenida le daré? ¿Lo asaltaré con mis recriminaciones enumerando las cargas que he tenido que soportar?, me dije. Ese dibujo fue una oportunidad para cambiar de dirección y decidir -esta vez junto a los niños, entusiasmados con la idea- recibir a papá con una fiesta, preparando cosas ricas para comer y decorando las habitaciones. Cuando llegó mi esposo, quedó sorprendido. Cansado, pero feliz de estar en casa, comentó: “¡No sabes lo que significa para mí tener una familia así!”. (MS – Hungría) Restablecer relaciones Hace años se rompió mi relación con un vecino. Mis esfuerzos por reconciliarme con él fueron inútiles. Recientemente, al ver el nombre de su santo en el calendario, se me ocurrió una idea. Pero antes, pues se había mudado, tuve que investigar un poco para localizarlo. En la mañana de su onomástico, me presenté en su casa con cierto temblor y una canasta de regalos. La esposa, que me acoge cordialmente, me dice: “¡Qué sorpresa! Disculpe, pero no la he reconocido”; y anuncia la llegada de su marido. Me preguntaba cómo reaccionaría. Pero nunca hubiera imaginado el gran abrazo con el que me recibió, repitiendo: “¡Qué regalo me ha hecho al venir a verme! He estado mal, pero sabe, ¡mucho depende de mí temperamento!”. En la sala de estar, entablamos una conversación cordial durante unas dos horas. Y al momento de despedirme me quiso ofrecer algunos productos de sus campos. Por este encuentro que nos dio alegría a ambos, agradecí a Dios: sólo él podría darme el coraje de atreverme y creer más en el bien que hay en lo profundo del corazón de cada hombre. (E.B. – Italia)
Maria Grazia Berretta
(tomado de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, anno VIII, n.2, septiembre-octubre 2022)
El 4 de octubre de 2022, se presentó en el Vaticano el documental “La Carta”, una mirada sobre cómo actuar por el bien de nuestra “casa común”, concebida por el Movimiento Laudato Si’, ahora disponible de forma gratuita en Youtube Originals en 12 idiomas. Arouna Kandé es un joven estudiante senegalés nacido en un pequeño pueblo que trabajaba en la granja, entre cabras y gallinas, pero la destrucción progresiva del medio ambiente empujó al joven musulmán a abandonar el pueblo. El joven cuenta, refiriéndose a la ciudad costera de Saint-Louis, que el aumento de las aguas ya ha obligado a miles de personas a abandonar sus hogares. “Mi familia, en Senegal”, dice, “no hizo nada para causar la sequía en nuestro pueblo y las inundaciones en la ciudad. Nos afectan las decisiones tomadas por otras personas. Pero el futuro está llegando, es mío y haré un buen uso de él”. En la película “La Carta“, presentado por el Movimiento Laudato Si’, del cual el Movimiento de los Focolares es miembro, la historia de Arouna Kandé se entrelaza con los acontecimientos del líder indígena brasileño Cacique Odair Dadá Borari, de la activista india de catorce años Ridhima Pandey, de los esposos estadounidenses Asner, biólogos marinos, y de la irlandesa Lorna Gold, todos muy activos para la protección del medio ambiente. Con una carta que parte del Vaticano y llega a cada uno de ellos, comienza un viaje en su propia experiencia hasta que regresa al Vaticano donde el Papa Francisco comienza un diálogo con ellos en un ambiente de íntima confianza y escucha profunda. Finalmente, la acción se traslada a Asís, en los lugares de San Francisco. Allí, el cardenal Raniero Cantalamessa, ofrece una perspectiva única para comprender las raíces franciscanas del mensaje de la Carta Encíclica Laudato Si’, dedicada por el Papa Francisco al cuidado de nuestra casa común. La película fue presentada en el Vaticano el 4 de octubre, fiesta del santo de Asís, en presencia de los protagonistas, el director Nicolas Brown y su equipo junto con los productores. En el Aula del Sínodo, Arouna Kandé explicó la importancia de aumentar la conciencia pública sobre estos temas. Habló de escuelas que fueron arrasadas por el agua y cientos de niños que no tenían lugar seco para descansar, obligados a dormir durante días de pie. El joven contó que se había mudado a una ciudad costera, donde los niveles del mar están subiendo. No se ha rendido: ahora es estudiante universitario y está ideando una nueva ONG para liderar la próxima era de desarrollo sostenible en su país. Por lo tanto, Arouna es testigo de las miles de personas que tienen experiencia de primera mano de la crisis climática y que poseen los conocimientos necesarios para resolverla. También Ridhima Pandey, una estudiante secundaria de la India de 14 años, que participó en manifestaciones para que los gobiernos rindan cuentas por su acción climática. Fundó una ONG para ayudar a las mujeres jóvenes a convertirse en activistas climáticas. Ridhima dijo que serán las generaciones jóvenes futuras las que sufrirán el abuso y el abandono de la tierra en todo el mundo. “Nuestra generación, los jóvenes, es y será la más vulnerable”. “La carta” es una película para ser vista en familia, en las comunidades, en las escuelas porque la misiva que recibe cada uno de los protagonistas está dirigida a cada habitante del planeta y nos permite tomar conciencia de que todos podemos hacer nuestra pequeña o gran parte para cuidar, como dice el Papa Francisco en Laudato Si’, “nuestra casa común”. La película estará disponible de forma gratuita en Youtube Originals doblada en 12 idiomas a partir del 2 de noviembre de 2022. https://theletterfilm.org/
Carlos Mana
Activar los subtítulos en español https://www.youtube.com/watch?v=Rps9bs85BII
El 11 de octubre de 1962 empezaban los trabajos del Concilio Vaticano II. A 60 años de distancia, una reflexión y una mirada sobre esta conmemoración histórica y excepcional en la vida de la Iglesia. “El Concilio que empieza surge en la Iglesia como un día brillante de espléndida luz. Es apenas el alba; pero ¡cómo tocan ya suavemente nuestros espíritus los primeros rayos del sol naciente!”. Con estas palabras el Papa Juan XXIII concluía el 11 de octubre de 1962 la celebración solemne en la Basílica de San Pedro, dando inicio a una nueva era. Han pasado ya 60 años desde la apertura del Concilio Vaticano II, un Concilio ecuménico, o sea universal, y un momento de gran comunión para afrontar, a la luz del Evangelio, las nuevas cuestiones planteadas por la historia y responder a las necesidades del mundo. Los trabajos, conducidos luego por Paulo VI, continuaron hasta diciembre de 1965, y justamente un mes antes de la conclusión del evento conciliar, Chiara Lubich, Fundadora del Movimiento de los Focolares, escribía: “¡Oh, Espíritu Santo!, haz que seamos, a través de lo que ya has sugerido en el Concilio, una Iglesia viva: es éste nuestro único deseo y todo lo demás sirve para eso”[1]. Palabras que son fruto del creciente fervor que animaba ya a los primeros movimientos y a las nuevas comunidades eclesiales preconciliares; signo indeleble de esa “circularidad hermenéutica que, por la acción del Espíritu Santo en la misión de la Iglesia, se instaura entre el magisterio de un Concilio como el Vaticano II y la inspiración de un carisma como el de la unidad”[2]. Pues bien, ¿con qué ojos tenemos que mirar hoy este aniversario? De ello nos habla Vincenzo Di Pilato, docente de Teología Fundamental en la Facultad Teológica de Puglia (Italia). Profesor Di Pilato, ¿qué sueños encendieron el deseo de hacer nacer este Concilio? A partir de la clara decisión de convocar a un Concilio universal, el 25 de enero de 1959, el último día de la Semana de oración por la unidad de los cristianos, el Papa Juan XXIII trató de explicar sus intenciones empleando términos que hoy se han vuelto fuertemente significativos, como por ejemplo: aggiornamento, signos de los tiempos, reforma, misericordia, unidad. En los meses anteriores a la apertura del Concilio, el Papa esperaba que éste fuera una epifanía del Señor (cf. Sacrae Laudis, 6 de enero 1962), que permitiría que Roma fuera una nueva Belén. Los obispos de todo el mundo, como en su momento hicieron los Magos, llegarían para adorar a Jesús en medio de su Iglesia. Roncalli soñaba con una Iglesia sinodal, una Iglesia en salida “del recinto cerrado de sus cenáculos” (10 de junio de 1962); una Iglesia de todos, especialmente de los pobres” (11 de septiembre de 1962) porque “la finalidad” del Concilio coincidía con la de la Encarnación y de la Redención, o sea “la unión del cielo con la tierra… en todas las formas de la vida social” (4 de octubre de 1962). ¿Por qué detenernos a reflexionar sobre esta conmemoración hoy? No es una conmemoración como las demás, sino que es la ocasión irrenunciable para una renovada toma de conciencia en un tiempo de gracias especiales. La Iglesia –acaso un poco agobiada por sus dos mil años– se siente impulsada a “soñar”, o sea a revivir ese evento en el Espíritu del Resucitado con la certeza de que él está aquí y estará «hasta el fin del mundo» (Mateo 28,20). ¿Qué otra cosa podría significar el proceso sinodal iniciado por el Papa Francisco sino el de perpetuar Pentecostés en todo tiempo y en todo lugar? Además, en el período precedente y en especial el inmediato anterior al del Concilio, la creciente vitalidad de los nuevos movimientos, como por ejemplo el Movimiento de los Focolares y otras asociaciones de fieles y comunidades eclesiales, han promovido una mayor comprensión del principio de la co-esencialidad entre la dimensión institucional y la dimensión carismática de la Iglesia. Es importante recordar esta sinergia del Espíritu que hace que la Iglesia no se quede sola frente a los enormes retos que se van presentando en el camino de la historia. En una palabra: la Iglesia es el lugar de la fraternidad en donde tiene su comienzo el Reino de Dios cuyas fronteras van mucho más allá de las que son visibles en la misma Iglesia. La “corresponsabilidad” de los laicos en la Iglesia, palabra que nos retrotrae al Concilio, es un camino que aún está abierto… Sí, sin duda es un tema que está en desarrollo y equivale a reconocer la igualdad fundamental de todos los bautizados; a rever la relación presbíteros-laicos; a apreciar la circularidad de las vocaciones; a poner en movimiento todas las estructuras de comunión y las formas de sinodalidad que ya son posibles; a apuntar a la colegialidad episcopal y en el mismo presbiterio (entre el clero y con el obispo). Nos lleva a descubrir la co-esencialidad de los ministerios y de los carismas; a promover la plena reciprocidad hombre-mujer en la Iglesia; a comprometerse en el diálogo ecuménico e interreligioso; a abrirse en una relación auténticamente dialógica con el mundo circundante, con la/las cultura/as, valorando la capacidad y la disponibilidad de la escucha, que la familiaridad con el Cristo nos dona, purificándonos. Nos conduce a promover nuevos intentos de hacer nacer pequeñas y vivas comunidades locales. En una palabra: permitir que surja Cristo no sólo en lo que decimos, sino también en las relaciones que construimos con cada prójimo a todos los niveles.
Maria Grazia Berretta
[1] C. Lubich, Un nuevo Pentecostés, del diario, 11 de noviembre de 1965, en La Chiesa, a cargo de B. Leahy y H. Blaumeiser, Città Nuova, Roma 2018.[2] Piero Coda, con ocasión del Congreso “El Concilio Vaticano II y el carisma de la Unidad de Chiara Lubich”, Florencia, 11-12 de marzo de 2022.
Ser testigos auténticos sin resignarnos nunca. Vivir el Evangelio en la vida de todos los días nos exigen esto, poner de lado nuestros temores e ir más allá de nuestros límites o de nuestras convicciones; confiar en los dones que Dios nos ha dado porque allí reside nuestra fuerza.Sin rencor La Misa estaba concluyendo. Mientras el Padre Carlos, nuestro párroco, impartía una bendición especial a uno de los parroquianos que estaba cumpliendo noventa años, yo intentaba sacar una foto de la escena. También estaba presente en la ceremonia su hermana, que había venido por la ocasión desde la Suiza francesa. A la salida de la iglesia me acerqué a ella y le pedí su número de celular para poder mandarle toda la serie de fotos. Me lo dio con mucho gusto, agradeciendo. Más tarde me llamó a mi casa, mientras yo no estaba; le respondió mi esposo, quien a mi regreso me dijo: “¿Pero tú hablas con esa persona a pesar de todo lo que nos hizo?”. Se refería a viejos desencuentros entre esa señora y nosotros. “¡Claro! -le respondí-. No quiero irme de este mundo guardando rencor a nadie. La verdad es que somos todos hermanos, aunque algunas veces se nos olvida”. Mi marido no replicó nada, pero por un tiempo lo vi más bien pensativo. (Loredana – Suiza) El examen Vivo en Florencia con otros cuatro amigos, que también son estudiantes universitarios y, como yo, desean modelar su vida de acuerdo al ejemplo que nos dio Jesús. El apartamento donde vivimos es muy húmedo y para calentarnos usamos una estufa de leña. No es la única dificultad, pero sin embargo es un incentivo para querernos auténticamente. Por ejemplo, con el compañero con el que estaba preparando un examen teníamos tiempos y métodos diferentes. Quería desistir y proponerle que cada uno estudiara por su cuenta. Pero cuando hablé con los otros chicos me aconsejaron que siguiera insistiendo, que intentara comprender mejor a mi compañero de estudios. Entendí que tenía que seguir amándolo. No faltaron los momentos de tensión y desánimo, pero él me decía que le gustaba venir a estudiar a nuestra casa, porque había un clima distinto. Al final, nos fue bien en el examen y él quiso que lo festejáramos en la pizzería, pero no solo conmigo sino con todos nosotros y dijo: “el examen superado es el fruto de querernos, pero también de la compresión de tus amigos”. (Gioacchino – Italia)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(Tomado de” Il Vangelo del Giorno” (El Evangelio del Día), Città Nuova, año VIII, n.2, septiembre – octubre 2022)
El profundo encuentro personal con Dios en la oración redefine toda nuestra existencia. Reconocerlo como autor de la gracia nos concede la posibilidad de amar como hijos, de perdernos en su mirada, hasta convertirnos en oración viva.[…] Como sabemos, nuestra espiritualidad, personal y comunitaria a la vez, nos lleva a extender nuestro amor verticalmente –como se dice hoy– hacia Dios, y horizontalmente hacia el prójimo; y la santidad que se deriva de ello, es consecuencia de la presencia equilibrada de estos dos amores.Pero a algunos les resulta fácil –y lo está demostrando la tendencia que se da al activismo– desarrollar especialmente la dimensión horizontal del amor y quizá no tanto la vertical.Es verdad que nosotros, todo lo que hacemos lo dirigimos normalmente a Él: por Él amamos, por Él trabajamos, sufrimos, rezamos…Pero si, con el continuo “hacernos uno” con los prójimos, muchas veces hemos llegado a amarlos también con el corazón, ¿estamos igualmente seguros de amar a Dios no solo con la voluntad, sino a la vez con el corazón?Al final de nuestra vida no podremos presentarnos a Dios junto con los demás, con la comunidad, sino que tendremos que hacerlo solos.¿Estamos seguros de que, en aquel momento, todo el amor reunido en nuestro corazón a lo largo de nuestra existencia se volcará espontáneamente, como debería ser, en Aquel al que tendríamos que haber amado siempre, al que por fin vemos y que nos juzgará?[…]Sin duda, también a nosotros nos llegará ese momento y, si lo tenemos presente, deberíamos desde ahora tratar de profundizar mejor y al máximo en nuestra relación con Dios.En efecto, podemos amar como siervos y tratar de cumplir todo lo que el patrón quiere sin dirigirle la palabra; o podemos amar como hijos, con el corazón lleno del Espíritu Santo, de amor y de confianza en nuestro Padre: una confianza que nos lleva a hablar frecuentementecon Él, a contarle todas nuestras cosas, nuestros propósitos, nuestros proyectos; una confidencia, un deseo divino que nos lleva a esperar con impaciencia a que llegue el momento dedicado exclusivamente a Él para ponernos en contacto profundo con Él.¡Esta es la oración, la oración verdadera! A ella debemos aspirar, hasta ser oraciones vivas.Hay una hermosa frase del teólogo Evdokimov, a propósito de la oración, que dice: “No basta con hacer oración, es necesario transformarse en ella, ser oración, construirse en forma de oración…”¹.Construirse en forma de oración, ser oración, como quiere Jesús, que dijo: “Es preciso orar siempre”².Creo que en el corazón de muchos de nosotros hay un verdadero patrimonio de amor sobrenatural que puede transformar nuestra vida en auténtica oración, que puede construirnos en oración. Se trata de recogerlo en los momentos oportunos.En los próximos días esforcémonos, pues, en hablar a menudo con Dios, incluso en medio de la actividad. Tratemos de mejorar precisamente en esto.Decir “por ti” antes de cada acción ya la transforma en una oración. Pero no basta. Iniciemos un coloquio íntimo con Él cada vez que sea posible. Solo así podrán florecer en nuestros labios, al final de la vida, expresiones de amor a Dios semejantes a las de los santos. […]
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Conversazioni, Cittá Nuova 2919, pag. 551-553)
1. P. Evdokimov, Ortodossia, in Aforismi e citazioni cristiane, cit. p. 153. 2. Cf. Lc 21, 36.
Fueron selecionados 15 proyectos para el Seed Funding Program, programa de microfinanciación que sostiene y promueve inciativas de ecología integral significavas y prometedoras en distintas partes del mundo. Una acción conjunta del Movimiento de los Focolares, FaithInvest y MundellEarth. El mundo se enfrenta a una compleja crisis social y medioambiental y lo que motiva principalmente a las personas es el deseo de encontrar soluciones para responder concretamente a este problema. Actuar por el bien de nuestra “casa común”, como le gusta al papa Francisco definir la tierra, escuchando “el grito de los pobres, del planeta y de las nuevas generaciones” También el Movimiento de los Focolares está decidido a querer hacer su parte y comprendió que tiene la responsabilidade de estudiar a fondo los problemas que afligen al mundo y comprometerse en acciones concretas. Con esta voluntad de encontrar estrategias desde un enfoque integrado, nació el Programa de Financiación Semilla (SFP) en colaboración con FaithInvest y MundellEarth. El SFP es un programa de microfinanciación que tiene como objetivo sostener y fomentar iniciativas significativas y prometedoras en diferentes partes del mundo hacia la realización de planes ecológicos locales dentro de las comunidades del Movimiento para caminar juntos hacia una ecología integral. Desde Filipinas hasta Argentina, 15 proyectos fueron seleccionados para recibir la financiación y desarrollar su trabajo con aspectos ambientales y sociales en sus comunidades. Los proyectos están dirigidos por jóvenes, con esfuerzos intergeneracionales, situados en sus comunidades locales, orientados hacia la ecología integral y motivados por valores espirituales. Durante la reunión de lanzamiento del SFP, que tuvo lugar el 3 de septiembre, todos los participantes pudieron inspirarse en los proyectos de los demás, desde las cooperativas de carpintería reciclable hasta la formación integral de los jóvenes. Un momento de mucha participación que contó com la reunión contó con la presencia de Catherine Devitt (Faith Plans Programme Manager de FaithInvest), John Mundell (Presidente de MundellEarth) y Etienne Kenfack (Consejero del Movimiento de los Focolares para el aspecto de la “Vida física y del Centro de la Opera.
La intensa experiencia vivida por Jenny López Arévalo, responsable del Centro para Ancianos Chiara Lubich, en Lámud (Amazonía peruana). El relato de su encuentro con L. Un mañana, en mi oficina del Municipio donde trabajo, recibí un expediente pidiendo ayuda para internar a una adulta mayor en nuestro Centro. El expediente tenía sólo el nombre de la persona, L. y el número de documento. Pedí, por lo tanto, un informe más completo y un diagnóstico actualizado de su salud. Desde la Alcaldía del pueblo de origen me explicaron que la abuela era violentada en su propia casa. Ella, una persona vulnerable, con los brazos amoratados, imposibilitada de movilizarse y en un estado de abandono total. Como responsable de la Casa Hogar “Chiara Lubich”, pedí a las autoridades locales que agilizaran los trámites para alejarla de su casa y de su pueblo. El Juzgado tenía que dictar sentencia para que la anciana pudiera dejar ese lugar, sólo que el juez estaba de vacaciones… Decidí, entonces, ofrecer nuestra disponibilidad para acogerla enseguida, asumiéndome toda la responsabilidad. Llegamos a su pueblo luego de 7 horas por caminos dificultosos. La anciana estaba sola en su casita, dormida, parecía moribunda. Me acerqué y la llamé por su nombre, pero no respondía. Firmé, enseguida, el acta para poder trasladarla y esa noche la pasamos en un hospedaje. No pude dormir, mi mente y mi alma estaban puestas en lo que podía pasar. Me desperté temprano y ofrecí todos mis miedos en la oración. Al día siguiente pedí el apoyo de una asistente social para poder finalmente regresar a mi casa, con mis niñas, mi esposo y mis padres ancianos. Sin embargo, no se encontró la disponibilidad de una asistente social. Fue un momento difícil, pero decidí no desistir. La vida de L., atada a un hilo, dependía sólo de un pequeño esfuerzo. Y así pasó otro día. Le susurré a Martina: “Tú estás sufriendo como Jesús en la Cruz y yo estoy aquí contigo. Si tienes que partir al Cielo, lo harás acompañada”. Pasé la noche con ella y, al otro día, llegaron los médicos que la atendieron, la hidrataron, y sólo después la trasladamos a la Casa Hogar, donde la acogimos con todo el afecto. Se necesitaban 23 frasquitos de una medicina muy fuerte. Recorrí las farmacias de Lámud, hasta que llegué a una que me dijo que tenía, pero que no sabía qué cantidad tenía. Fue emocionante cuando la empleada trajo la caja y se puso a contar los frasquitos: ¡Eran exáctamente 23! Vi su cara de sorpresa: “Es así cuando uno anda con Dios”, le dije. Luego del largo viaje, Martina pudo descansar. Hace algunos días Dios la llamó. Partió serena, rodeada de afecto y recibiendo la unción de los enfermos. En el dolor, nos queda la alegría de haber amado a nuestra querida L. que tanto sufrió, y deja tras de sí una estela de amor y de oraciones de personas de todo el mundo que piden por ella. Su breve presencia llegó como un don y nos puso a todos en “puntas de pie”, con más confianza en Dios. Jenny López Arévalo (Lámud, Amazonas, Perú)
El Movimiento de los Focolares ha publicado un Balance de Comunión para el período 2020-2021, una herramienta de información para dar a conocer las principales acciones e intervenciones de esta realidad en el mundo; un documento detallado que es útil a cada uno para vivir y caminar juntos hacia la realización de la unidad y la fraternidad. Por primera vez el Movimiento de los Focolares publica un informe de misión y decide hacerlo a la luz de este tiempo de crisis e incertidumbre, que trae consigo las secuelas de la pandemia y las heridas aún abiertas de los múltiples conflictos en el mundo. Pero es precisamente cuando los problemas parecen más grandes y comunes que parece emerger un sentimiento popular de verdadera fraternidad y solidaridad. He aquí, por tanto, que este Balance de Comunión, más que ser un simple informe, pretende dar al lector una narración explicativa de las acciones e intervenciones del Movimiento de los Focolares, destacando lo que une y lo que queda por mejorar. El balance da especial importancia al elemento clave que se deduce del propio nombre: la comunión. En efecto, el estilo de vida propuesto por el Movimiento se basa en la tensión de poner en práctica el amor que tiene sus raíces en el Evangelio. Un amor que – como dijo la fundadora de los Focolares Chiara Lubich (1920-2008) – exige amar a todos, se los primeros en amar, “entrando en la piel del otro”, para que este amor se extienda hasta hacerse recíproco, precisamente, comunión. En esta perspectiva, el documento quiere resaltar los efectos de la comunión misma, de lo que se tiene y de lo que se es, en un compartir voluntario y libre. Al mismo tiempo, quiere convertirse en un instrumento que se abre al diálogo y a la comunión, como ha dicho la presidenta Margaret Karram en sus palabras introductorias: “Es con estos sentimientos que deseo ofrecer a todos para que esto también pueda convertirse en un instrumento de diálogo, para tender puentes y difundir una cultura y una práctica de la fraternidad. Me interesa mucho que podemos aprender a vivir cada vez mejor esta comunión, este intercambio, en una relación de reciprocidad que nos hace hermanos y hermanas y promueve una auténtica familia en la que la diversidad nos enriquece y nos une en una unidad armoniosa”.
Stefania Tanesini
Para leer el Balance de Comunión en español, haga clic aquí
Si queremos imitar a Jesús, debemos tratar de poner en práctica lo que Él dijo e hizo. Palabras y hechos que encontramos en el Evangelio, un texto siempre actual y todo por vivir. Así veremos que es posible encontrar una vía de solución también para los conflictos y los problemas que tenemos que afrontar cotidianamente. Lavar los pies… No cabe duda: este gesto de Jesús es una ilustración clara, concreta y eficaz del mandato del amor; Jesús quiere enseñar a sus discípulos esa humildad que es la base del amor. (…) Precisamente porque Jesús es el Señor y el Maestro, su ejemplo se convierte en norma para los suyos. La comunidad cristiana –luego también cada uno de nosotros– es invitada a convertirlo en la regla de oro de su vida. Poco después Jesús lo expresará como ley fundamental de la Iglesia: el discípulo debe amar a sus hermanos como Él mismo nos amó. (…) La imitación que Jesús nos pide no consiste en repetir literalmente su gesto, aunque hemos de tenerlo siempre ante nosotros como ejemplo luminosísimo e incomparable. Imitar a Jesús significa comprender que los cristianos tenemos sentido si vivimos “por” los demás, si concebimos nuestra existencia como un servicio a los hermanos, si planteamos toda nuestra vida sobre esta base. Entonces habremos realizado lo que Jesús más desea. Habremos entendido el Evangelio. Seremos verdaderamente dichosos.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Palabras de Vida/1, Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 244-245
En un clima de alegría, paz y fraternidad, concluyó días atrás la Undécima Asamblea General del Consejo Ecuménico mundial de las Iglesias, en Karlsruhe, Alemania. Nos lo cuenta el equipo del Centro “Uno”, secretaría internacional para el ecumenismo del Movimiento de los Focolares, presente en el evento. “El amor de Cristo mueve el mundo a la reconciliación y a la unidad”. Ése ha sido el lema cristológico alrededor del cual se llevó a cabo la undécima Asamblea General del Consejo Ecuménico de las Iglesias (CEC) que tuvo lugar en Karlsruhe (Alemania) del 31 de agosto al 8 de septiembre de 2022. Estaban presentes los representantes de alrededor de 350 Iglesias. Delegados y líderes miembros del CEC, líderes de otras comunidades de fe que colaboran con el Consejo trabajando por la unidad de la humanidad, como así también una delegación tanto de la Iglesia ucraniana, como de la rusa. Un fuerte signo y un testimonio concreto de cómo este Consejo realmente es una plataforma siempre abierta al diálogo. Los participantes provenientes de todos los continentes de la tierra trajeron consigo la imagen viva de toda la humanidad, en su diversidad, sufrimiento y riqueza. Contaron sus historias, su gran amor por Cristo, las luchas por la paz, y el deseo de apuntar a la unidad justamente. Un proyecto que para realizarse no requiere un amor cualquiera, sino que necesita el Amor que nace del corazón de la Trinidad, que se encuentra sólo en el contacto con Dios. Ello fue expresado en la especial importancia y atención que se le dieron a la oración. Todos los días, de hecho, empezaba y se concluía rezando, dentro de una tienda espaciosa y luminosa preparada especialmente en memoria del lugar del pacto, en donde el pueblo hebreo se encontraba con Moisés. La diversidad de las liturgias, de los idiomas, de la música, de los cantos y las costumbres, alimentó la alegría y el asombro por la riqueza de la única fe común, expresada a través de una infinidad de formas. Las delegaciones llegaron a Karlsruhe como peregrinos que quieren acompañarse y sostenerse mutualmente, trazar nuevas direcciones y dar testimonio juntos del amor de Dios. Guiaba la delegación de la Iglesia Católica el Cardinal Kurt Koch, quien, durante la apertura del evento, transmitió algunas palabras del Papa Francisco escritas para la ocasión, alentando a los participantes a crecer en la comunión fraterna en el nombre de Cristo, para ser creíbles como Iglesia en salida y para alivio del mundo en una época de divisiones y guerras. El aporte del Movimiento de los Focolares se insertó como una pieza en este gran mosaico, con una presencia de más de 30 personas, católicas y de varias Iglesias, entre obispos amigos de los Focolares, focolarinas y focolarinos, gen (los jóvenes del Movimiento), voluntarios de Dios y un amigo musulmán. Estar presentes junto a tantas personas de las distintas Iglesias fue una experiencia única para cada uno de nosotros y una ocasión preciosa para sentirnos una sola cosa en el amor de Cristo. La asamblea concluyó entregando un informe, acogido por una gran mayoría que expresó su consentimiento, y que hace referencia a tres retos significativos de nuestro tiempo: justicia climática, justicia racial, igualdad entre el hombre y la mujer. Todo ello haciendo hincapié en la manera en que las Iglesias pueden afrontarlas. Elementos que no sólo nos ponen en camino sino que, como se lee en algunas líneas de este documento final, manifiestan la similitud con los objetivos y con el espíritu que guía al Movimiento de los Focolares: “Se puede definir la búsqueda de la unidad que está inspirada por el amor y basada en una relación profunda y recíproca como: un ‘ecumenismo del corazón’. Es el amor cristiano el que nos impulsa a caminar uno al lado del otro, honestamente, para tratar de ver el mundo con los ojos de los demás y para experimentar la compasión de los unos por los otros”.
San Pablo, en el versículo elegido como “Palabra de vida” de septiembre de 2022, afirma que Él se hizo siervo de todos. En el comentario a aquella Palabra, en 1972, Chiara Lubich alienta a quien quiere ser portador de unidad a servir humildemente a los hermanos. Cualquier persona que quiera realizar la unidad ha de vivir lo que dice Pablo: “Siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más que pueda”[1]. En el Nuevo Testamento se presenta el verbo “servir” con dos matices diferentes: a veces significa “servir por amor”, y otras, “servir como esclavo”. Sabemos que en aquel entonces los esclavos no tenían ningún derecho. Existían solamente para su amo. Así, los cristianos debían considerar todo lo que poseían –su trabajo, sus carismas y su oración– al servicio de los hermanos. Por ejemplo, respecto al carisma de cada uno, Pedro escribe: “Que cada cual lo ponga al servicio de los demás”[2]. Respecto al trabajo: “El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos… para que pueda hacer partícipe al que se halle en necesidad”[3]. Respecto a la oración: “Os saluda Epafrás, vuestro compatriota, siervo de Cristo Jesús, que se esfuerza siempre a favor vuestro en sus oraciones…”[4]. La oración también estaba al servicio de los demás. ¿Qué podemos hacer los cristianos (…) en nuestra vida cotidiana? Ante todo, reavivar este sentido de humildad, practicando lo que dice Lucas: “El mayor entre vosotros sea como el más joven y el que gobierna como el que sirve”[5]. De este modo desaparecerán del todo ciertas actitudes de superioridad, tan odiosas y anacrónicas, en quienes mandan. Y en un cristianismo renovado ya no se conocerá el servilismo. En su lugar resplandecerá la fraternidad cristiana con esa belleza que la caracteriza y que lleva a exclamar: “¡Qué bueno, qué dulce habitar los hermanos todos juntos!”[6]. Además será preciso volver a empezar cada día a servir a quien tenemos al lado en cualquier ocasión que se presente, a ejemplo de Jesús, trabajando por los demás, poniendo nuestros talentos y dones al servicio de ellos, rezando por los otros como por uno mismo. Si todos los hombres o al menos un grupo exiguo de ellos fueran verdaderos siervos de Dios en el prójimo, pronto el mundo sería de Cristo
Chiara Lubich
Chiara Lubich, Palabras de Vida/1, Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 98-100)
Un puente entre Europa y Asia. Kazajistán fue el país de destino del 38° Viaje Apostólico del Papa Francisco, que tuvo lugar del 13 al 15 de septiembre de 2022. El motivo de la visita fue el VII Congreso de Líderes de Religiones mundiales y tradicionales. El VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales se inauguró ayer, 14 de septiembre de 2022, en el Palacio de la Independencia de Nur-Sultan, la capital kazaja, evento que reunió a cerca de un centenar de delegaciones de 50 países de todo el mundo y que ha colocado entre las más altas prioridades la afirmación de la paz, la armonía y la tolerancia como principios inquebrantables de la existencia humana. No es casual, por tanto, que el lema de este 38º viaje papal sea precisamente “Mensajeros de paz y unidad” y que el logotipo diseñado para la ocasión represente una paloma con una rama de olivo. Un fuerte llamado a la fraternidad, como recordó el Pontífice al inicio de su discurso, “que nos une a todos, como hijos e hijas del mismo Cielo”. En un tiempo corroído por los conflictos y aplastado por el peso de las desigualdades, ha declarado Francisco, “las religiones nos recuerdan que somos criaturas (…). La condición de criaturas que compartimos instaura así una comunión, una verdadera fraternidad”. Citando a un poeta kazajo, Abai, el Papa subrayó la importancia de mantener “el alma despierta y clara la mente”. Eso es lo que necesita el mundo, una “religiosidad auténtica”, desprovista de cualquier tipo de fundamentalismo, tóxica para todos los credos. “Por tanto, necesitamos la religión para responder a la sed de paz del mundo y a la sed de infinito que habita en el corazón de todo hombre”, prosiguió. Mirando los problemas de hoy, especialmente los relacionados con la vulnerabilidad provocada por la pandemia “los creyentes están llamados al cuidado – dijo el santo Padre -, es decir, a hacerse cargo de la humanidad en todas sus dimensiones, convirtiéndose en artesanos de comunión”. Una fuerte exhortación que representa uno de los tantos desafíos planetarios a afrontar junto a la indiferencia ante las miserias ajenas, la custodia de la creación y la enorme dificultad para trazar un camino de paz en una tierra asolada por las guerras. “Sigamos adelante juntos, para que el camino de las religiones sea cada vez más amistoso”, concluyó Bergoglio, y agregó un agradecimiento especial a Kazajstán por “el esfuerzo de unir siempre, intentando el diálogo, entablando lazos de amistad”. Por la tarde y al final del segundo día del viaje apostólico, el papa Francisco también celebró la Santa Misa en la plaza de la Expo, reuniendo a los católicos del país y de varias otras partes de Asia. Algunos miembros de la pequeña comunidad del Movimiento de los Focolares presente en la zona también siguieron sus pasos: “La visita del Papa Francisco a Kazajstán ha sido una gran alegría para los católicos que viven aquí y más allá”, dijo Nikolay, un jovencísimo padre de familia de Amalty. “Nuestra comunidad ha organizado una peregrinación para ir a Nur-Sultan. Era importante estar allí y rezar junto al Papa”, prosigue. Una oración comunitaria que parece expresar un deseo grabado en el corazón de todos, el de alcanzar la alegría de un mundo unido sembrando el bien. Ser “mensajeros de paz”, para Nikolay significa esto: “Kazajistán es un país multinacional en el que viven diferentes naciones y cada habitante respeta las diferentes tradiciones religiosas de los demás. Los musulmanes felicitan a los cristianos en Semana Santa y Navidad y los cristianos, a su vez, felicitan a los musulmanes en sus festividades. En diversas situaciones difíciles todos intentan ayudar a los demás, sin importar si son kazajos, rusos o kirguises, pero es un camino que debe renovarse continuamente”. Así lo confirma también el papa Francisco, citando en su homilía una parte del discurso que san Juan Pablo II pronunció durante su viaje a Kazajstán en septiembre de 2001 y que deja a todos con una exhortación a seguir: “La paz nunca se gana de una vez por todas”, debe ser conquistada cada día, así como la convivencia entre las diferentes etnias y tradiciones religiosas, el desarrollo integral, la justicia social. Y para que Kazajstán crezca aún más ‘en la fraternidad, el diálogo y la comprensión […] para construir puentes de cooperación solidaria con otros pueblos, naciones y culturas’[1], se necesita el compromiso de todos”.
Una ola excepcional de lluvias monzónicas, cinco veces superior a la media, ha generado una de las inundaciones más desastrosas de Pakistán en las últimas décadas. Una verdadera catástrofe que, a pesar de las enormes dificultades, no ha frenado el deseo de muchas personas sobre el terreno de actuar concretamente por el prójimo. También se inició una recaudación de fondos por parte de la Coordinación de Emergencia del Movimiento de los Focolares. Lo que Pakistán está viviendo hoy es una verdadera emergencia humanitaria y sanitaria. Las lluvias monzónicas, también provocadas por el cambio climático, que comenzaron a producirse a mediados de junio de 2022, han puesto de rodillas a un tercio del país. Unas 33 millones de personas, el 15% de toda la población, han sido desplazadas, más de 1.500 personas han muerto y más de 700.000 hogares han sido destruidos. El peligro de enfermedades como la fiebre tifoidea, el cólera y el dengue crece día a día, y las necesidades son cada vez más urgentes. La megalópolis de Karachi, uno de los lugares donde la realidad del Movimiento de los Focolares está presente desde hace tiempo, no se ha visto tan afectada como otros centros, a los que ya es difícil llegar en condiciones normales, como las provincias de Sind, el sur de Punjab y Baluchistán; sin embargo, “los desplazados también están llegando aquí y nos estamos moviendo para organizar la ayuda en los campos de acogida”, dicen algunos miembros de los Focolares. Además, muchos de los Focolares, de distintas edades y vocaciones, hacen todo lo posible para responder como comunidad necesidades más inminentes, algunos incluso abriendo las puertas de sus casas si es necesario, como ocurrió con Abid, un joven padre de familia, que acogió a dieciséis musulmanes que lo habían perdido todo en el primer piso de su casa. La ciudad más grande afectada por estas inundaciones es Hyderabad. Matthew, un Gen, es decir, uno de los jóvenes del Movimiento local de los Focolares, escribe: “Ahora la situación en el centro de la ciudad es segura, pero los barrios cercanos al río Indo siguen en peligro y algunas partes han sido evacuadas. Las próximas dos semanas serán muy difíciles”. En estos días, el miedo se mezcla con una conciencia lúcida, generando una fuerza interna e instintiva que mira al otro y, con coraje renovado, se moviliza y crea redes. “Como Jóvenes por un Mundo Unido, hace unos meses hemos creado un grupo que se llama “The Spirit of Giving” (El espíritu de dar), somos católicos y de la Iglesia Anglicana de Pakistán, continúa Hanan, el hermano de Mathew, nos reunimos para hacer un plan, para saber qué y cómo ayudar. Se podría pensar que no podemos hacer mucho o que es muy poco, pero nos hemos dicho que cada uno puede dar algo, que debemos mover los corazones”. Y así es como estos jóvenes, llamando a todas las puertas de su barrio, entrando en las tiendas, recaudaron unas 5.000 rupias, mientras que otras 2.000 rupias llegaron providencialmente en respuesta a un volante compartido en las redes sociales. Un deseo de donación que, partiendo de una experiencia de diálogo, se ha transformado en servicio y acción. Entre las muchas personas con dificultades no hay que olvidar que en estas zonas uno de los grupos que más riesgo corre son las comunidades hindúes nómadas: “Las tiendas de nuestras familias estaban en una llanura. Con la inundación, la gente se refugió en una parte elevada del terreno que ahora está rodeada por las aguas, es como si estuvieran en una isla de la que ya no pueden salir”, cuentan algunos jóvenes pertenecientes a estas comunidades. Agruparse en torno a los afectados y poner en marcha iniciativas de ayuda y apoyo específicas, especialmente allí, donde los recursos para hacerlo son escasos, no es sólo un deseo, sino que parece ser una verdadera prioridad para todos. En respuesta a todo este dolor, en Karachi, en un barrio bastante pobre de las afueras de la ciudad, un pequeño grupo de Gen se movilizó de inmediato: “Hemos activado un punto de recolección por el que ha pasado mucha gente: algunos han traído víveres, agua o ropa; otros dejaron dinero en una caja colocada en la entrada”, dice Rizwan. “Vi que no había mucha ropa para los niños”, dice Soiana, “así que empecé a coser para ellos, utilizando la tela que me sobraba de mi trabajo”. Para contribuir a la recaudación de fondos de la Coordinación de Emergencia del Movimiento de los Focolares para Pakistán puedes donar en:
Acción por un Mundo Unido ONLUS (AMU)
Acción para Familias Nuevas ONLUS (AFN)
IBAN: IT58S 05018 03200 000011204344 En Banca Popolare Etica
IBAN: IT92J 05018 03200 000016978561 En Banca Popolare Etica
Código SWIFT/BIC: ETICIT22XXX
Código SWIFT/BIC: ETICIT22XXX
CAUSA: Emergencia Pakistán
Las contribuciones ingresadas en las dos cuentas corrientes con este motivo serán gestionadas conjuntamente por la AMU y la AFN. Para tales donaciones se prevén beneficios fiscales en muchos países de la UE y en otros países, según las distintas normativas locales. Los contribuyentes italianos podrán obtener deducciones y retenciones de sus ingresos, según la normativa de las entidades Onlus, hasta el 10% de sus ingresos y con un límite de 70.000,00 euros al año, excluyendo las donaciones realizadas en efectivo.
María, así como cuidó y amó a su hijo Jesús, quiere el bien de cada persona. Ella, criatura humana, es el modelo de todo cristiano y, reflejándonos en las etapas de su vida podemos dar nuestro aporte para un mundo nuevo. Aunque nuestro planeta esté atravesado por múltiples tensiones, la Virgen impulsa a los hombres de muchas maneras, y en todas partes, a la unidad. Quiere familias unidas, las distintas generaciones unidas; quiere la unidad entre las etnias, entre las razas, entre los pueblos, entre los cristianos y, en lo posible, con los fieles de otras religiones. Y también, por lo menos en el campo de la acción concreta, con todos los hombres que no tienen una referencia religiosa definida, pero que buscan el bien del hombre. Ella ama a toda la humanidad y quiere la fraternidad universal. (…) Que María, que hizo de Dios el ideal de su vida, haga de manera que lo sea también para nosotros. Que María, que hizo suya la voluntad de Dios en la Encarnación y en toda su vida, nos ayude a cumplirla a la perfección. Que Ella, que amó al prójimo, tal como se manifiesta en su visita a santa Isabel y en las bodas de Caná, infunda en nuestro corazón esa caridad. Que María, que vivió el amor recíproco con plenitud en la familia de Nazaret, nos ayude también a nosotros a ponerlo en práctica. Que María, que supo ofrecer todo dolor al pie de la cruz, fortifique nuestros corazones cuando el dolor nos invada. Que María, que es madre universal, nos ensanche el corazón a la medida de la humanidad.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Discurso en la Basílica de Santa María Mayor, Roma, 30.11.1987, en María Transparencia de Dios, Ciudad Nueva, Buenos Aires, 2003, pp. 73-74)
Junto a la alegría de reencontrarse de forma presencial después de la pandemia, llega el inesperado y afectuoso saludo del Papa Francisco a los responsables del Movimiento de los Focolares en el mundo reunidos del 10 al 23 de septiembre. “Muchas gracias por tantas buenas noticias. Estoy cerca de usted y de todos ustedes. Rezo por ustedes, por favor háganlo por mí”. Con estas palabras, el Papa ha respondido a Margaret Karram –presidenta del Movimiento de los Focolares– que ha querido empezar con ellas las jornadas de encuentro de los dirigentes de los Focolares en el mundo, junto con el Consejo General del Movimiento. La presidenta dijo a los 104 presentes, que en los últimos días había sentido el impulso de escribir al Papa Francisco para agradecerle su constante cercanía a ella y al Movimiento y con la esperanza de darle una alegría. En su carta al Santo Padre del pasado 6 de septiembre, le escribió entre otras cosas: «Ha transcurrido un año y siete meses desde mi elección como presidenta y le confieso que ha sido un tiempo arduo, con muchos retos que afrontar y decisiones que tomar. He comprendido cada vez más sus palabras referentes a las “podas” necesarias para el crecimiento y –renovando mi elección de abrazar a Jesús crucificado y abandonado en ellas–, he percibido que la humildad se hacía más profunda, aumentaba la esperanza y sentía con más fuerza mi unidad con Usted, Santidad, junto con la certeza de que Dios sigue trabajando. Al mismo tiempo, he visto florecer tantos frutos, pasos espirituales individuales y comunitarios, la atención a los últimos, muchas acciones concretas en favor de los que más sufren». Y concluía asegurando al Papa las oraciones de los miembros del Movimiento. Su sorpresa fue enorme cuando al día siguiente recibió esta respuesta escrita por el Papa de su puño y letra:
7.9.22
Querida hermana: Muchas gracias por su carta de ayer. Muchas gracias por tantas buenas noticias. Estoy cerca de usted y de todos ustedes. Rezo por ustedes, por favor háganlo por mí. Que el Señor la bendiga y la Virgen la proteja. Fraternalmente, Francisco
Los Chicos por un Mundo Unido conocieron una familia carenciada en las periferias del Gran Buenos Aires en Argentina. A partir de entonces, comenzaron una relación que los llevó a compartir momentos y experiencias inesperadas. El trabajo que comenzaron hace unos meses los Chicos por un Mundo Unido (CHxMU) de las localidades de Rodríguez y Luján, en la provincia de Buenos Aires a poca distancia de la capital Argentina, junto con los Jóvenes por un Mundo Unido y miembros de la comunidad, fue dando pasos tan inesperados como providenciales. El puntapié inicial había sido la Navidad pasada. La sensibilidad de CHxMU los había llevado a pensar que la idea de que existan familias que no puedan darse el gusto de festejar las Fiestas de fin de año con algo sabroso en la mesa, era injusta. Así, contactaron con la familia de Tiziano, que tenía cinco años y vivía con sus padres en condiciones muy humildes. Prepararon una rica caja navideña, en la que incluyeron todo lo que comerían ellos en un momento tan especial como ese: compraron un pollo, hicieron una ensalada, incluyeron vino, sidra, pan dulce, budín, gaseosa. Incluso llegaron a conseguir algunos regalos. Pero la alegría del trabajo hecho no quedaría ahí. Cuando los CHxMU llevaron la caja navideña a la familia, conocieron la realidad en la que vivían. Una situación en la que tener una vivienda digna, siquiera para no pasar frío, era solo una utopía. “Fue muy impactante”, recuerdan los referentes de CHxMU. Al mismo tiempo, los padres de Tiziano les contaron que su hijo estaba muy entusiasmado por empezar el primer año de la escuela primaria. La repuesta concreta frente a eso fue unánime: apadrinarlo. “Nos propusimos comprarle todo lo que necesitaba para la escuela. Zapatillas, medias, remeras, pantalón, guardapolvo, mochila, cuaderno, lápices”, cuentan los CHxMU –que además tuvieron la ayuda económica de otros jóvenes amigos de Mendoza y de Guatemala– y recuerdan el primer día de clases de Tiziano. “La madre nos mandaba fotos del nene con sus cosas nuevas, estaban muy contentos”. Pero si los CHxMU creían que el trabajo terminaría ahí, estaban equivocados. Después de la caja navideña, después del colegio de Tiziano, todavía había otro paso más que dar. Tiempo después de esas experiencias, algunas voluntarias, adherentes, simpatizantes y amigos que integran el grupo de Amas de Casa del Movimiento Humanidad Nueva les comentaron que habían conseguido providencialmente algo de dinero para comprar materiales y construir una casa para la familia. Ricardo, el padre de familia, sabía de albañilería e incluso ya contaba con algo de arena y piedras, así que esa ayuda económica se transformó en ladrillos y cemento. “Nosotras hacemos nuestra parte, estando atentas a las necesidades de los hermanos y poniendo en común; luego ¡la Providencia se hace tangible!”, comentan. En 20 días, la casa estuvo en pie; se acercaba el invierno y fue muy importante para ellos. Un mensaje de voz de Tiziano al Whatsapp lo confirma: “Gracias por los ladrillos para mi habitación”.
El 2 de junio del 2000 se realizó el primer congreso sobre “Comunicación y unidad” en el que Chiara Lubich propuso a los presentes el modelo del “gran comunicador”: Jesús en el momento del abandono [del Padre], mediador entre la humanidad y Dios. Después enumeró los principios rectores de una comunicación que se inspira en el carisma de la unidad. Es inconcebible que se pueda proponer una nueva comunicación desde arriba, por parte de una agencia internacional o una institución. Nacerá de la experiencia de comunicadores que tienen a Dios-Amor como modelo de comunicación y como paradigma de relaciones profesionales. Y a Él recurren aquellos de nosotros que trabajan en las comunicaciones. Éstos han extraído de su experiencia histórica un modo peculiar de hacer comunicación. Y vamos a exponerlo aquí como nuestra pequeña aportación al trabajo conjunto de estos días. Primera consideración: para ellos es esencial comunicar. El esfuerzo por vivir cada día el Evangelio, la misma experiencia de la Palabra de vida, siempre estuvo y está indisolublemente unida al acto de comunicarla, al relato de sus pasos y frutos, dado que la ley es amar al otro como a uno mismo. Pensamos que lo que no se comunica, se pierde. De este modo, sobre lo vivido se enciende una luz para quien narra y para quien escucha, y la experiencia parece fijarse en la eternidad. Se diría que tenemos casi una vocación a la comunicación. Segunda consideración: para comunicar, sentimos el deber de “hacernos uno” −como decimos nosotros− con quien escucha. (…) Tercera consideración: subrayar lo positivo. Siempre ha formado parte de nuestro estilo poner de relieve lo que es bueno, convencidos de que es infinitamente más constructivo destacar el bien, insistir en las cosas buenas y en las perspectivas positivas en lugar de detenerse en lo negativo, aunque para una persona responsable es obligatorio denunciar oportunamente errores, carencias y culpas. Por último: lo que importa es la persona, no el medio, que es un simple instrumento. Para difundir la unidad, hace falta ante todo ese medio imprescindible que es el hombre, un hombre nuevo, en palabras de san Pablo, que ha aceptado el mandato de Cristo de ser levadura, sal y luz del mundo.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, La doctrina espiritual, Ciudad Nueva 2005, p. 352-3)