En Castel Gandolfo (Roma), están previstos dos congresos para los adherentes del Movimiento de los Focolares. 27 – 29 de enero de 2017(desde el viernes en la mañana al domingo después de almuerzo) con la llegada el 26 en la noche 6 – 8 de abril de 2017(desde el jueves en la mañana al sábado después de almuerzo) en la llegada el 4 o el 5 en la noche (con la posibilidad, para las personas que lo solicitan, de participar en la audiencia del Papa el miércoles 5 de abril) El tema de los dos congresos será: “Jesús abandonado: ventana de Dios, ventana de la humanidad”.
Era el 22 de octubre de 1991 cuando el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa, lo eligió por unanimidad para que fuera Arzobispo de Constantinopla-Nueva Roma y Patriarca Ecuménico. El recién elegido Patriarca ya había conocido a Chiara Lubich en los años en que, como diácono, estudiaba en Roma y en los repetidos viajes de Chiara a Estambul para visitar al Patriarca Atenágoras y, sucesivamente, al Patriarca Demetrio. Estuvo presente en varios de aquellos encuentros y, sobre todo del carisma profético de Atenágoras, había heredado esa pasión por la unidad de la Iglesia por la cual Chiara también vibraba con un vigor particular. Con el correr de los años, la amistad espiritual y la comunión fueron creciendo. El Patriarca visitó a Chiara cuando ella se encontraba internada en el Hospital Gemelli de Roma, algunos días antes de su fallecimiento, llevándole su bendición… Recordamos también la visita de octubre de 2015 a Loppiano, donde recibió el primer doctorado honoris causa en Cultura de la Unidad por el Instituto Universitario Sophia. Un mes después fue él quien recibió en la Escuela teológica de Halki (Estambul) al 34º encuentro ecuménico de los obispos amigos del Movimiento. Este aniversario se vive por lo tanto con gran participación y alegría de todo elMovimiento. Es difícil hacer un balance exhaustivo de estos 25 años de trabajo paciente y tenaz, manso y generoso. “25 años benditos”, así los define María Voce, en un breve video mensaje. La Presidente de los Focolares expresa sentimientos de “gratitud a Dios por los dones que El le ha concedido”, por ser “guía iluminada para Su iglesia”, pero también por “involucrar a muchos en el pensamiento y en la acción concreta (…) en favor de la vida, de la creación, del diálogo, de la paz y de la construcción de la fraternidad universal”. Sábado 22 de octubre: un ambiente de fiesta en la Iglesia de S. Giorgio, la Sede del Patriarcado Ecuménico, en Estambul. Lo que pasa es que se celebra la Divina Liturgia, momento culminante de las celebraciones de este Jubileo. En griego moderno “efcharistó” es el término que se usa para decir “gracias”. Y tal vez ninguna otra palabra exprese mejor el agradecimiento a Dios por el don que El hizo a la Iglesia y al mundo a través de este hombre. En presencia de numerosos metropolitas provenientes de diversos países y vinculados al Patriarcado Ecuménico, del vicario apostólico Rubén Tierrablanca de Estambul y de un Mufti Dede Bektasi de Albania, el Patriarca hace un balance de estos años como siervo humilde y agradecido. Monseñor Nicholas Wyrwoll, evidencia la importancia de este cuarto de siglo bajo su guía: «Muchísimas cosas cambiaron. Bartolomé ahora es reconocido como Patriarca Ecuménico, un título que no se podía nombrar ni siquiera en la Liturgia. Un cambio notable fue el del Santo Sínodo, que es el órgano de gobierno más importante de la Iglesia Bizantina. Antes, los miembros provenían de Turquía, ahora son invitados del mundo entero y se alternan con una periodicidad de seis meses. Él supo involucrar a la minúscula comunidad griega que quedó en Turquía y a las autoridades turcas en la restauración de muchas iglesias y monasterios, conservando y valorizando el enorme patrimonio cristiano de este país. Además está su interés por la salvaguardia de la Creación. Colaboró con todas las religiones; es un líder escuchado a nivel mundial. En la homilía, el Patriarca subrayó la importancia del diálogo y de la comunión: «Somos de distinta cultura, de distinta historia, de distintas experiencias -afirmó-; la expresión común de nuestra fe no se encuentra en las palabras, sino en la oración común”. Y saludó cordialmente al Mufti de Albania. Recordó el Sínodo Pan-ortodoxo realizado en Creta. Con él la búsqueda de la unidad en la Iglesia, y en particular con la Iglesia Católica, ha alcanzado una aceleración fenomenal».
Maria Voce, usted dirige el Movimiento de los Focolares que el próximo 15 de noviembre organiza en la UNESCO un encuentro cuyo título es “Reinventar la paz”. ¿Puede decirnos qué hacer con respecto a la “guerra mundial a trozos” de la que habla el Papa Francisco? ¿Se trata hoy de reinventar la “paz a pequeños trozos” y favorecer por todas partes iniciativas concretas, como pequeñas luces que brillan en la oscuridad?Las miles pequeñas acciones de paz que llevan adelante cuantos se relacionan con elMovimiento de los Focolares, que tienen ya valor por sí mismas, como las de muchísimos otros, forman parte de un designio unitario y tienen una visión común: tender a la fraternidad universal, orientarse al “que todos sean uno”: el sueño de un Dios [Cf. Jn 17,21]. Esta visión y este horizonte estimulan, sostienen y ayudan a recomenzar siempre, más allá de las dificultades y en medio de los sufrimientos que requiere el compromiso de construir la paz. Hace 20 años que la fundadora de los Focolares,Chiara Lubich, recibió en la UNESCO el premio por la Educación a la Paz. El 15 de noviembre en París este encuentro presentará las numerosas iniciativas que el Movimiento ha puesto en marcha para avanzar por el camino de una paz concreta. En Tierra Santa por ejemplo – Jordania, Palestina e Israel especialmente – tierras fundamentales para la paz en el mundo, ¿qué están promoviendo los Focolares para responder a la pregunta sobre la educación a la paz y que puede ser fuente de inspiración también en otros lugares entre las personas de buena voluntad?El encuentro entre culturas y religiones que los Focolares promueven es una experiencia cotidiana. No se limita a la tolerancia o al simple reconocimiento de la diversidad; supera incluso la reconciliación. Tal encuentro crea, por decir así, una nueva identidad, más amplia, común, compartida. De hecho, es un diálogo que involucra a personas de las más variadas convicciones, incluso no religiosas, e impulsa a hacerse cargo de las necesidades concretas, para responder juntos a los desafíos en el campo social, económico, cultural, político. Se realiza en contextos afectados por crisis gravísimas, como Siria, Irak, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Nigeria, y muchos otros. Y de igual modo en Tierra Santa. La convicción es común: si hay un extremismo de la violencia, tratamos de responder de un modo estructuralmente distinto, es decir, con el extremismo del diálogo. Un compromiso que requiere el máximo empeño personal y comunitario, y es arriesgado, exigente, desafiante. Lo viven chicos, jóvenes y familias; cristianos, hebreos y musulmanes. Son personas que se esfuerzan, ante todo, en cortar en sí mismos las raíces de la incomprensión, del temor, del resentimiento. Un extremismo alimentado, día tras día, poniendo en práctica un arte: el arte de amar. En el plano del diálogo islamo-cristiano en particular, ¿qué se esperan de este encuentro en la UNESCO del próximo 15 de noviembre, sobre todo, después de apenas un año del atentado del 13 de noviembre en París? ¿Qué mensaje quieren enviar sobre este argumento? Esperamos que pueda llevarnos, a nosotros y a muchos otros, a una nueva y más radical toma de conciencia de que el designio de Dios sobre la Humanidad es que se componga en una sola familia, unida y plural, que supone las diversidades pero no las contrapone. Una realidad que hay que construir precisamente por la vía del diálogo, en la cual el islamo-cristiano es cada vez más importante y necesario, como demuestran los hechos, pero no es el único. Fuente: Vatican Insider
¿Cómo podemos tener la certeza de haber elegido verdaderamente a Dios y cómo concretar esta elección en la actitud del vivir cotidiano? «Chiara: (…) Sólo se puede estar seguros de lo que se vive en el presente: yo ahora, quiero esta voluntad de Dios, quiero encontrarme con estos sacerdotes, tan amados por María, tan amados por Dios. ¿Quiero estar aquí? ¡Lo quiero, con todo el corazón! Pero si me dijera en este momento: “Mira, Chiara, puedes elegir: puedes también morir y venir enseguida al Paraíso con Jesús y María, con todos los nuestros de la Mariápolis celestial, con todos los santos, con todos los ángeles; pero ésta no sería la voluntad de Dios, sería tu voluntad:¿qué es lo que elegirías?”. Yo elijo estar aquí, con ustedes, porque elijo la voluntad de Dios. (…) Desde que empecé a vivir así, naturalmente vuelvo a empezar en cada momento. Pues he entendido que aquella frase: “el justo peca siete veces”, quiere decir un sin fin de veces, porque se escapa siempre de la voluntad de Dios, hay que estar siempre al tanto para volver a ponerse dentro de la voluntad de Dios. (…) Otra experiencia que he hecho viviendo así es que cada acto, aún el más pequeño: desde lavarse a vestirse, a recoger un papel, a poner una cosa en su lugar, a encontrase con una persona… todo se vuelve un acto solemne. Es maravilloso, porque éste es un camino para todos; realmente creo que haya sido María quien nos lo ha sugerido, pues María es la mamá de todos: de los sacerdotes, de los laicos, de las mujeres, de los hombres, de los niños, de los ancianos, de todos, ella es la mamá de todos nosotros, pues es la mamá de la Iglesia; por eso nos ha dado un camino hecho para todos. (…) Ahora, esta vía es tan sencilla que todos los niños la pueden vivir, los sacerdotes, las chicas, los hombres, los casados, todos la pueden emprender, por lo que se abre una vía de acceso a la santidad para todos…, basta que lo quieran, pues ya no son ellos los que viven, es Dios quien vive en ellos. ¡A mí esto me da una inmensa alegría! Es haber podido obtener de María el secreto de la santidad, de una santidad popular, de una santidad universal para todo el pueblo de Dios. Por lo cual, para hacer lo que el Concilio desea, de que la santidad sea para todos, que no se limite a los conventos, a ciertas categorías de personas, aquí hemos encontrado el camino. Y esto es algo extraordinario. Porque, decir: “Tú puedes hacerte santo en un estado de perfección”; muy bien, ve, hazte fraile, hazte monja, etc. Pero poder decir a todos: hay un camino en el que tú puedes hacerte santo; mira, tú que quizás no puedes ir a la iglesia porque las circunstancias te lo impiden realmente; tú que estás tras el Muro de Berlín, donde no puedes tener contacto con los sacerdotes; tú que estás en prisión, tu puedes hacerte santo, es la voluntad de Dios vivida, perdiendo todo: la libertad, si estás en la cárcel; el contacto con la Iglesia, si estás “tras el muro de Berlín”… Tú lo puedes. Esto es algo extraordinario. Sólo María podía inventar algo así. Sólo una mamá que nos ama a todos y a cada uno personalmente. Sólo ella. Yo no me lo explico de otro modo. Es extraordinario. (…) Y es que la sencillez es una de las cosas más difíciles de entenderse. Porque es la unidad y es misteriosa. Entonces ¿cómo puede ser? Hay que elegir a Dios una vez; y luego ponerse en esta vía (…)». Chiara Lubich Texto completoFuente:Centro Chiara Lubich
¿De qué modo una organización como la UNESCO fomenta la paz? En primer lugar hay que recordar que la UNESCO es parte integrante de las Naciones Unidas. Y la paz es el elemento basilar que hizo nacer a las Naciones Unidas. El objetivo de la UNESCO es la coordinación de la cooperación internacional en lo que se refiere a la instrucción, la ciencia, la cultura y la comunicación y, de algún modo, la que le da su aporte ético. Su función fundamental es por lo tanto la paz, sobre todo a través del diálogo entre las culturas. Su programa científico intergubernamental, dedicado a las transformaciones sociales (MOST), pone en evidencia que ningún cambio puede realizarse si no está integrado en las diversas culturas. De hecho, la UNESCO es conocida por el desarrollo del pluralismo cultural. Pero, ¿cuál es el vínculo con la búsqueda de la unidad y cómo lograr que la voz de New Humanityse escuche entre todos los promotores de paz? Si la riqueza de la diversidad de culturas debe ser protegida, así también como la biodiversidad ¿dónde está entonces la unidad, a la cual aspira la humanidad? Todavía no hemos podido superar este estado de cosas. La declaración universal de los derechos del hombre es, a este propósito, un fundamento común, aunque a veces es discutible, pero es necesario encontrar aquellos valores comunes, universales, indispensables para nuestro contrato social global. El evento del 15 de noviembre permitirá reflexionar sobre este punto. Esta manifestación de New Humanity en la sede de la UNESCO es una contribución a los trabajos de la misma con lo que nosotros podemos ofrecer: buenas prácticas unidas a una reflexión de fondo. Nuestra ONG puede hacer comprender que la unidad es la fuente y la meta de la vida de la humanidad. En un mundo llagado por los conflictos, ¿no es utópico creer en la posibilidad de un evento de este tipo? Es cierto que el mundo anda mal, pero tenemos razones para creer en la paz. El evento logrará que sean visibles aquellos que la hacen posible. La promoción de una cultura de paz no se podrá nunca medir realmente, pero el camino está abierto. Personalmente, creo en las organizaciones internacionales. Pueden parecer impotentes pero no es poca cosa que 195 países puedan discutir juntos y que países beligerantes entre ellos se encuentren en la misma sala. En el momento en que nos ponemos en un nivel cultural en lugar que político, los intercambios son más libres. Un ejemplo: cuando Palestina no podía entrar en las Naciones Unidas, la UNESCO lo hizo posible considerando su patrimonio cultural, que había que tutelar. Deseamos que nuestro evento tenga una incidencia a través de lo que ha sido enviado a los embajadores presentes en la UNESCO. Los actos del evento pueden convertirse en un punto de referencia, en un patrimonio cultural interesante para investigadores y para personas de todo el mundo. Y esto, durante muchos años. Entrevista de Chantal Joly
El Papa Francisco, el obispo Munib Younan y el pastor Martín Junge (en representación de la Comunión de las 145 Iglesias que componen la Federación Luterana Mundial): son éstas las tres personalidades que, con un gesto pleno de significado, después de 500 años, firman juntos la invitación a la ceremonia de apertura del Vº Centenario de la Reforma. Es igualmente significativo el título del evento “Desde el conflicto a la comunión – unidos en la esperanza”, que tendrá lugar el 31 de octubre con un culto ecuménico en la Catedral de Lund al que seguirá una ceremonia pública en el estadio de Malmö en Suecia.Ya en el ’99, con la “Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación”, se había colocado un mojón en la relación ecuménica católico-luterana. Un importante documento histórico que en la conmemoración de este año se coloca como fundamento teológico, en la búsqueda de la posible, plena unidad de la única Iglesia de Cristo. Entre los luteranos y el Movimiento de los Focolares existe un largo recorrido de amistad. Serán, es cierto, los contactos con ellos los que le harán comprender a Chiara Lubich que la espiritualidad que Dios le había confiado no era sólo para los católicos. Un poco de historia. El 14 de enero de 1961, Chiara fue invitada a hablar de la espiritualidad de la unidad a las religiosas de Darmstadt (Marienschwestern). En esa ocasión conoció a algunos pastores luteranos, entre ellos a Klaus Hess y a su esposa Amalie, cofundadores de la “Bruderschaft vom gemeinsamen Leben” en Alemania. Pocos meses después, los esposos Hess viajaron a Roma para conocer mejor el Movimiento y la Iglesia católica. El 24 de mayo de 1961, Chiara fundó en Roma el “Centro Uno” para la unidad de los cristianos y en junio del 68 se inauguró el Centro Ecuménico en la ciudadela de los Focolares de Ottmaring (Augsburgo) Mientras tanto, en las dos Alemanias de aquella época, el espíritu de los Focolares fue recibido tanto por los obispos católicos, como por los evangélicos y los luteranos. También en Escandinavia la espiritualidad de la unidad se difundió en el ámbito ecuménico y en las Mariápolis de Suecia casi la mitad de los participantes son luteranos. A partir de 1982, a los encuentros de los obispos católicos amigos del Movimiento se añaden otros encuentros ecuménicos con la participación de obispos de varias Iglesias. En el 2015, los obispos luteranos que asistieron al encuentro ecuménico de obispos realizado en Constantinopla, fueron seis, de tres países distintos. En el 88 se le otorgó a Chiara Lubich el premio “Fiesta de la paz de Augsburgo” En el 99, Chiara es invitada al histórico evento de la firma de la “Declaración conjunta sobre la Doctrina de la justificación” en Augsburgo. Durante la solemne celebración se le pidió a Chiara que compusiera y recitara una oración. En el 2003, el obispo luterano de Mónaco, Johannes Friedrich, viajó al Centro del Movimiento con una delegación. Allí Chiara les habló de Jesús Abandonado: «El se presentó (…) como el modelo para imitar en todas las pruebas y de forma especial en los dolores de la desunidad; (…) Él, abandonado, es la luz también para recomponer la plena comunión visible»En 2009, la actual presidente de los Focolares, María Voce, fue invitada a las celebraciones que se realizaron en ocasión del 10º aniversario de la “Declaración conjunta”. Para la apertura del Vº Centenario de la Reforma, dado que la presidente no podrá estar presente personalmente, el Movimiento de los Focolares estará representado por los delegados centrales Friederike Koller y Ángel Bartol. Mensaje a la asamblea de Lund (en italiano)
Por primera vez la cita mundial de los dirigentes de los Focolares no se ha realizado en una única sesión, sino en tres segmentos de 10 días cada uno, subdividiendo de forma imaginaria el planeta en tres macro-áreas: Américas y Oceanía; Asia, África y Medio Oriente; Europa. Tres eventos que se han llevado a cabo en fechas sucesivas y con el mismo contenido, de los que han participado, además de los dos delegados de la zona, los responsables de algunas naciones o territorios y algún consejero de los aspectos concretos. Han estado presentes unas noventa personas en cada turno, hombres y mujeres que representaban a las innumerables comunidades que están diseminadas en el planeta, para llevarle el espíritu de la unidad. Los recibió la presidente Maria Voce quien subrayó la riqueza de estos momentos de cosecha, gratos a Dios por la vida que ha generado el carisma de Chiara Lubich. Y fue ella quien anunció el tema espiritual elegido para este encuentro y para el año que se abre: el misterio de Jesús abandonado, llave para realizar la unidad. «Jesús vino a la tierra – recordó la presidente– para cargarse todos los dolores de la humanidad y para que estemos seguros de que, con Él, es posible pasar de la cruz a la resurrección».Durante el intenso trabajo de los tres turnos, se vivieron momentos de mucha comunión. Empezó con las instancias de un mundo “joven” – las Américas y Oceanía – que tiende con fuerza al desarrollo social y tecnológico, pero con muchas exigencias también espirituales, sobre todo en América Latina, mientras que las otras regiones necesitan desarrollar nuevas estrategias para crecer también en los valores. «Pero no se trata – subraya Ray Asprer – de definirlas sentados en el escritorio, sino que hay que desarrollar la conciencia de que será el Espíritu Santo el que sugerirá el aporte que la sociedad actual espera del carisma de la unidad». «En Oceanía – añade Vania Cheng – tenemos que acercarnos más a los pueblos aborígenes y enfrentar el desafío de la secularización. Empezamos por aquí para seguir sembrando con coraje, con la convicción de que el Evangelio se difunde por sí mismo». «Si bien los desafíos no faltan – afirma Gabriela Melo por América Latina – nuestras comunidades viven la comunión y la reciprocidad. Y esto hace que crezca la confianza de que el objetivo de alcanzar un mundo unido no es una utopía».Ha sido muy significativo también el encuentro de las tres macro-regiones de África, Asia y Oriente Medio, cada una envestida por problemas de todo tipo – sobre todo en Oriente Medio – donde se vive un drama que parece no tener solución. Justamente aquí, en la tierra donde Jesús vivió, emerge con fuerza la necesidad, además de sostener a las poblaciones, de difundir la “cultura de la resurrección”. «Por lo que se refiere a África – cuenta Joseph Assouad – se ha puesto de manifiesto el gran valor de la inculturación. Cada pueblo ha realizado un largo camino para descubrir la Verdad y nosotros, yendo allí, ¡no debemos creer que construiremos desde cero!». Mientras que Roberto Catalano, hablando del continente asiático, afirmó que tiene mucho que decir al mundo sobre el aspecto social y político, y subraya la importancia del diálogo interreligioso en las diferentes áreas asiáticas y también del aporte que da la escuela sobre las grandes religiones nacida en Filipinas, por obra de los Focolares. Y para acabar, Europa, desde Siberia a Portugal. Un continente del que el mundo espera unidad, valores humanos y espirituales, capacidad de diálogo, en especial con el Islam, realidad que cada vez más toma mayor relieve en su regiones. «Y sobre todo – declara Severin Schmit – el mundo espera que Europa encuentre una digna solución al drama de los prófugos». Los desafíos son muchos: secularización, relativismo, nuevas generaciones. Y exigen propuestas y respuestas que sean fruto de la comunión entre todos los componentes geográficos del continente. «Son problemas – afirma Margherita Karram – que han provocado una mayor creatividad, conectando en red a muchas personas que, por ejemplo en Italia, han activado la acogida». De estos tres encuentros, han surgido muchos principios inspiradores, muchos estímulos. Todavía hay muchas respuestas que encontrar. Pero en todos existe la certeza de que hay que seguir abriéndose a los demás con confianza, como sugiere el Papa Francisco, seguros de que, en el camino, se abrirán nuevos e inesperados senderos. Jesús Morán, copresidente de los Focolares, está convencido de ello: «A la Magdalena, Jesús dice que vaya y que diga a sus hermanos que Él los precede en Galilea. ¿Qué es Galilea? Galilea es el mundo, fuera de la Ciudad Santa, fuera de los muros de Jerusalén, donde Jesús murió. Es el mundo. Jesús nos precede allí, nos habla allí, en el mundo».
El 16 de octubre de 1966 un Citroën 2 CV llega un Tlemcen, una ciudad de Argelia. A bordo tres focolarinos: Salvatore Strippoli y Ulises Caglioni, italianos, y Pierre Le Vaslot, francés. Será el comienzo de una aventura que en estos días está celebrando 50 años de presencia y de vida, y que desde Argelia se difundió por todas partes en el Norte de África y Medio Oriente. Dice Mourad, médico: «Éramos un grupo de jóvenes que no sabíamos exactamente lo que queríamos hacer; una nada nos hacía reír. Un día nos encontramos con Gérard que nos invitó a tomar el té en su casa, el focolar. Volvimos varias veces, hablamos, cantamos canciones, eran lindas canciones que decían muchas cosas acerca de la vida. Íbamos conociendo cada vez más un ideal que nos ha colmado, y nos enseñó a vivir. Esto fue hace cincuenta años. Ahora tengo 67 años y sigo viviendo este ideal, estoy feliz de vivirlo; es un ideal que nos enseña a vivir el amor entre las personas». Y Samira, una estudiante: «Tengo 21 años. Estoy muy impactada, agradecida y alentada por las ideas sanas de los Focolares. Sobre todo por la determinación de construir puentes entre las personas y en la transmisión de los valores morales y humanos, que unen a los hermanos de todos los horizontes y sobre todo a Alá, nuestro Señor, que es uno». Omar, enfermero de la sala de operaciones: «La paz sea con ustedes. El Movimiento de los Focolares me ha enseñado a conocer al otro, aunque sea diferente, a aprender a apreciarnos, incluso más, a enriquecernos mutuamente más allá de los prejuicios, a veces seculares. Aprendí a dar el primer paso hacia el otro, para acercarme como a un hermano, con un amor desinteresado que es la clave de la fraternidad». Y monseñor Henri Teissier, arzobispo emérito de Argel: «La Iglesia de Argelia no es más que un pequeño número de cristianos para el que es importante estar insertado en la sociedad argelina. El Focolar se ha centrado precisamente en la relación, en el diálogo, sin ocultar la propia identidad, pero dejando los amigos argelinos que se acercaban la tarea de traducirlo en su propia cultura. Creo que el Focolar, al hacerlo, ha respondido a las expectativas de la Iglesia. Obviamente, esto los ha marginado de la comunidad cristiana reunida, pero, sin duda, nuestro objetivo no es la comunidad reunida, sino una comunidad que busca a los demás para encontrarse en una realidad que va más allá de nosotros». El centro de los Focolares “Dar es Salam” de Tlemcen da la bienvenida a dos eventos que marcan la etapa de este 50°: * El segundo Congreso Internacional de los musulmanes del Movimiento de los Focolares (28-30 de octubre de 2016), con participantes de toda Argelia, de la cuenca mediterránea (Líbano, Egipto, Jordania, Italia, Francia, Suiza) y Canadá; * La fiesta del 50 aniversario del Movimiento de los Focolares en Argelia (1 a 2 de noviembre de 2016), con participantes de diversas comunidades y algunos de los primeros testigos de esta aventura, presente también el copresidente de los Focolares Jesús Morán. Comunicado de prensa – 28 de octubre de 2016