Movimiento de los Focolares

Bocelli con las familias en Irlanda

El famoso tenor italiano, comprometido en varias actividades benéficas, será protagonista del “Festival de las familias” en el Croke Park Stadium (Dublín). El evento musical se desarrollará a conclusión del Encuentro mundiale de las Familias con el Papa Francisco, desde 21 al 26 de agosto, bajo el lema “El Evangelio de la familia: alegría para el mundo”. Andrea Bocelli ha definido “un privilegio” cantar delante del Papa: “Es una alegría poder ofrecer mi modest aporte en ocasión de este gran encuentro y momento de reflección sobre la familia. La familia es el principal elemento de la sociedad, una célula de afectos y un espacio privilegiado en el cual se puede enseñar y aprender, en cada acción, cómo elegir una vida che conduzca al bien más grande”, ha dicho.

Breve historia de los Encuentros Mundiales de la Familia

A pocos días del comienzo de la IX edición, que se desarrollará en Dublín (Irlanda) en los días 25-26 de agosto con el título “El Evangelio de la familia: alegría para el mundo”, miles de familias de 196 Países se están preparando al encuentro con el Papa Francisco. Se espera medio millón de personas que participarán a la misa conclusiva. Promovido por el nuevo Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el evento será precedido por un congreso pastoral de tres días, al cual participarán 37.000 familias.

La radicalidad del amor

La radicalidad del amor

Foto © CSC Audiovisivi

«Os agradezco por este encuentro extraordinario. He podido visitar vuestro Centro, la Mariápolis, que abraza a todos los Focolares del mundo; he podido hablar con Chiara y con sus colaboradoras y colaboradores, y ver rápidamente cómo se vive y se desarrolla el Movimiento, cómo cumple su misión, su apostolado en todos los continentes. Después de ese coloquio pude participar en la segunda parte del encuentro, durante la cual me presentaron tres testimonios muy conmovedores, que nos llevaron al centro, diría, de lo que es el Movimiento de los Focolares. Hubo luego un testimonio artístico, donde se vio cómo ese amor que pulsa dentro de vuestro Movimiento sabe animar todos los valores humanos, los valores de la belleza, los valores del arte, que perennemente están destinados a expresar lo más profundo del hombre, que es humano y divino también, porque el hombre está hecho a semejanza de Dios. Durante las distintas fases de nuestro encuentro, hice muchas reflexiones. Ahora trato de resumir todo en una constatación y un deseo. La constatación toca el núcleo central de vuestro Movimiento: el amor. Ciertamente, el amor es el inicio de muchas instituciones y estructuras de todo el apostolado, de todas las familias religiosas. El amor es rico, lleva consigo muchas potencialidades y difunde en los corazones humanos los distintos carismas. Con este encuentro he podido acercarme un poco más a lo que forma el carisma propio de vuestro Movimiento o, dicho de otra manera, comprender mejor cómo el amor – que es un don del Espíritu Santo, difundido por él en nuestros corazones, su mayor virtud – constituye el camino más excelente, la animación principal de vuestro Movimiento. Está bien que hayáis encontrado ese camino, esa vocación al amor. Escuchando los testimonios me convencí aún más de lo que hace tantos años y cada día constato, que en el mundo de hoy, en la vida de las naciones, de las sociedades, de los distintos ambientes, de las personas, el odio y la lucha son muy fuertes. Son programáticos. Entonces es necesario el amor. Se puede decir que el amor no tiene programas, pero los crea, y son bellísimos y riquísimos, como el vuestro. Es necesaria la presencia del amor en el mundo para afrontar el gran peligro que asecha a la humanidad, que amenaza al hombre, el peligro de encontrarse sin amor, con el odio, con la lucha, con guerras, con opresiones, con torturas, como hemos escuchado. El amor es más fuerte que todo y ésa es vuestra fe, la chispa inspiradora de todo lo que se hace con el nombre de Focolares, de todo lo que vosotros sois, de todo lo que hacéis en el mundo. El amor es más fuerte. Es una revolución. En este mundo tan atormentado por revoluciones, cuyo principio lo constituyen el odio y la lucha, se requiere la revolución del amor; es necesario que esa revolución se demuestre más fuerte. Esto es el radicalismo del amor. Ha habido en la historia de la Iglesia muchos radicalismos del amor, casi todos contenidos en el supremo radicalismo de Cristo Jesús. Existió la radicalidad de San Francisco, de San Ignacio de Loyola, de Charles de Foucauld y muchas otras hasta nuestros días. Hay también un radicalismo del amor, de Chiara, de los Focolarinos: un radicalismo que descubre la profundidad del amor y su simplicidad, todas las exigencias del amor en las diversas situaciones y que trata de hacer vencer siempre este amor en toda circunstancia, en toda dificultad donde el hombre – humanamente hablando – podría quedar superado por el odio. En esas situaciones hace que el amor venza». […] «Os deseo por lo tanto que continuéis en este camino. Ya tenéis una dirección muy clara, una característica profundamente marcada, un carisma en la riqueza del amor que tiene su fuente en Dios, en el Espíritu Santo. Ya habéis encontrado vuestra morada. Deseo que esta realidad, propia de vuestra vocación, se desarrolle cada vez más, y que llevéis al mundo de hoy, que tiene tanta necesidad de él, el amor y, a través del amor, deis a Dios. Este es mi deseo».

Jornada Mundial Humanitaria

La celebración de la Jornada Mundial Humanitaria, elegida por la Asamblea General de la ONU en 2009, en el aniversario del bombardeo, que ocurrió el 19 de agosto de 2003, en la sede de las Naciones Unidas de Baghdad, es una ocasión para conmemorar a los trabajadores humanitarios que existen en todo el mundo, que cada día, con su espíritu de solidaridad, enfrentan adversidades y graves peligros. La ayuda humanitaria, según el Derecho Internacional, se basa en una serie de principios, entre ellos humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia. A los trabajadores se les garantiza el acceso a los países que sufren crisis humanitarias, conflictos o desastres climáticos, con el fin de proveer una asistencia inmediata, que para muchos marca la diferencia entre vida y muerte, y en el transcurso del tiempo un sostén psico-social dirigido a reconstruir las comunidades y mantener una paz duradera y sostenible en las zonas de conflicto.

Cartas desde las Mariápolis

Cartas desde las Mariápolis

«Nuestra Mariápolis de Calgary –escriben Alizza y Norio desde Canadá– contó con la participación de casi 120 personas, en especial jóvenes y familias, en su mayor parte procedentes de las provincias de Alberta, Saskatchewan, pero también de Manitoba y de la Columbia británica. En el programa se presentó la Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre el llamado a la santidad en el tiempo contemporáneo (“Gaudete et Exsultate”), que continuó con un diálogo abierto. La presentación, que estuvo a cargo del Rev. A. Martens de la diócesis de Calgary, despertó en todos el deseo de leerla personalmente. Otra novedad, fue “la ciudad basada en la fe” como fue definida por una de las asistentes, que consistíó en una velada de oración por la paz». «Estamos en por terminar –escribe la comunidad de Chicago– la Mariápolis que reúne a la comunidad del Midwest. Ya el año pasado advertimos la exigencia de cambiar el lugar y el estilo de nuestra tradicional cita, que hasta ahora se había siempre desarrollado en un campus universitario de la ciudad. La elección del lugar fue un centro ubicado en las amenas orillas de un lago. El programa, cuyo título fue “María: su experiencia, nuestra experiencia”, nos recordó que ninguno de nosotros está inmunizado ante las pruebas e incertidumbres como las que María de Nazareth vivió, mostrándonos ella misma como enfrentarlas. ¿El resultado? “La atmósfera de la Mariápolis parecía la de un almuerzo en familia: relajada, con mucha flexibilidad, improvisación (que significa también humorismo sano) y una sensación general de paz”. “Los temas desarrollados y la comunión de las experiencias me ayudaron a comprender más en profundidad a María, los tiempos difíciles en que ella vivió y el modo como logró superar las dificultades. Me gustó el grupo de comunión sobre el tema de ‘saber perder’. Un concepto y una propuesta no muy popular en el mundo de hoy» «Nuestra Mariápolis se realizó en Virginia del Oeste con 160 participantes – escriben de la comunidad de los Focolares de Washington DC–. Los jóvenes, que eran más de la mitad de los participantes, de huéspedes pasaron a ser protagonistas y pusieron a disposición sus numerosos talentos, desde el aspecto técnico a la acogida y a la gestión de los grupos». En el Tennessee, USA, los participantes fueron unos setenta, procedentes de varios Estados del sudeste: Maryland, Georgia, Tennessee, Arkansas, Alabama, Florida, Texas, además estuvieron los de Indiana y de New York. «Dedicamos mucho tiempo a construir relaciones, y también miramos un par de partidos del Mundial de Fútbol… La presencia de los más pequeños fue un regalo, ellos siempre eran los primeros en contar sus actos de amor concreto. Profundizamos el “sí” de María, su “llevar Jesús al mundo”. Cuando transcurría la última tarde, un joven que se alojaba en el mismo centro quiso dar una contribución a la velada. Un papá: “Quedé impresionado por el amor de mi hijo, 7 años. Estaba ocupado preparando la velada final, él fue a cenar y me trajo mi plato con la cena”. Y un niño: “¿Por qué no nos quedamos aquí un mes entero?”» La carta que nos enviaron desde Bulgaria está llena de fotos: «Ya es la segunda vez que la Mariápolis se realiza en los Balcanes centrales, con casi ochenta personas de 1 a 85 años. Antes de comenzar, en el Monasterio ortodoxo que se encuentra al lado, había una fiesta dedicada a la Virgen. El Abad insistió en que nos viéramos el domingo siguiente con todos los mariapolitas. Éramos una única familia: católicos, ortodoxos y protestantes (Bautistas)». En Bolivia la Mariápolis contó con una fuerte presencia juvenil. Y se concluyó con el Genfest de los jóvenes. «Un gran amor recíproco entre los jóvenes y los adultos permitió la realización de estas dos manifestaciones. En la Mariápolis realizamos talleres sobre la Ecología, la Economía de Comunión, el Diálogo, hubo también coreografías y juegos para el Genfest del último día, una gran ocasión para ir más allá de nuestros límites, como se leía en el título y para poder hablar de Dios a muchos jóvenes».

En Dublín con la concreta “Amoris laetitia”

En Dublín con la concreta “Amoris laetitia”

Participaron en todos los encuentros mundiales de las familias, desde el de Roma de 1994, y ahora se preparan para vivir el evento de Dublín, en donde ofrecerán su testimonio en el Congreso pastoral. Son Anna y Alberto Friso, ex responsables de “Familias Nuevas”, realidad nacida en el Movimiento de los Focolares. En el micrófono de Vatican News hablan de los desafíos que las familias cristianas tienen que afrontar hoy y de las expectativas para el Encuentro de Dublín, iluminado por la Amoris laetitia del Papa Francisco. Han participado, como familia, a todos los encuentros mundiales, durante un cuarto de siglo. ¿Qué ha cambiado, según ustedes, para las familias cristianas, en estos 25 años? Anna Friso: Se ha acentuado, sobre todo en las nuevas generaciones, el hecho de no creer ya en el “para siempre”. El desafío que debemos recoger es el de hacer percibir a los jóvenes que el amor es una componente excepcional de la vida y que constituye una fuente de felicidad de la que la pareja es portadora. Encaminarse al matrimonio no significa perder la libertad, sino obtener una hermosa posibilidad de vida. Alberto Friso: De un modo especial, hay dos aspectos que caracterizan a nuestra sociedad hoy: el individualismo y el relativismo. Frente a estos dos impulsos empezó a faltar la cohesión de la pareja, la unidad. Esto requirió que nosotros cristianos, nosotros familias cristianas, mirásemos más en profundidad en el plan de Dios y viésemos que él nos ha llamado a vivir a su imagen y semejanza. Como familia que da testimonio de vida cristiana desde hace tanto tiempo, ¿qué quisieran decir a una joven pareja que da inicia su matrimonio, sobre el amor para siempre? Alberto Friso: Lo que nos gustaría decirles es: tened presente que el amor que habéis sentido en el primer momento en que visteis nacer este sentimiento es de un alcance extraordinario, eterno. Es una chispa de un valor muy profundo que constituirá la base de toda vuestra vida, incluso cuando lleguen las tempestades, y es el amor de Dios. Por lo tanto no os casáis siendo sólo dos, sino tres, porque Jesús estará con vosotros. Y esto, gracias a Dios, tiene respuestas. Luego, en la vida, estos jóvenes se volverán ellos mismos testigos y colaboradores en la difusión de la alegría. Se sienten imagen de Dios y testigos de esa realidad. Anna Friso: El desafío es no dejarse influenciar por la cultura dominante, que hace ver la centralidad de los sentimientos o bien que los derechos personales son los que prevalecen sobre los del otro, o sobre el valor de la pareja. En el designio del matrimonio está este sello de felicidad que es posible llevar a plenitud justamente porque forma parte del destino de la persona, del ADN de la persona. En Dublín obviamente la Amoris laetitia tendrá un rol particularmente importante. ¿Qué les está dando esta Exhortación post-sinodal a las familias católicas, pero no sólo a éstas? Alberto Friso: De un modo particular nos empuja a dar testimonio, con la vida, de la realidad cristiana del amor de Dios. Frente al mundo no debemos tanto defender una idea, un pensamiento, un valor: debemos dar testimonio de que Dios es caridad y que la caridad está en lo profundo del corazón, incluoso del que se encuentra en las crisis más negras y profundas. Anna Friso: Nosotros la hemos apreciado mucho justamente por su luminosidad y también por ser tan concreta, que no se estanca en la doctrina, sino que sabe comprender y dar una mano a quien está herido por la vida. Y a estas personas, en particular, les da la esperanza de poder alcanzar un camino de felicidad aun en las travesías, en las dificultades. Su belleza es justamente la de ser un himno al amor. Nosotros hemos visto en este documento toda la ternura de la Iglesia. Creo que es un regalo para las nuevas generaciones que se casan. Fuente: Vatican News, 10 de agosto de 2018

María, «como un celeste plano inclinado»

«María no es fácilmente comprendida por los hombres, aunque es muy amada. En un corazón alejado de Dios es más fácil encontrar la devoción a Ella que la devoción a Jesús Es amada universalmente. Y el motivo es éste: María es Madre. Las madres, en general, no son «comprendidas», son amadas, sobre todo tratándose de sus hijos pequeños; y no es raro el caso, es más bien muy frecuente, que incluso un hombre de ochenta años muera pronunciando, como última palabra: «madre». La madre es más objeto de intuición del corazón que de especulación del entendimiento; es más poesía que filosofía, porque es demasiado real y profunda, y está cercana al corazón humano. Lo mismo sucede con María, la Madre de las madres, a la que todos los afectos, las bondades, las misericordias de las madres del mundo, juntos, no son capaces de igualar. Jesús, en cierto sentido, está frente a nosotros: Sus palabras divinas y espléndidas son demasiado distintas de las nuestras como para confundirse con ellas; incluso son signo de contradicción. María es pacífica como la naturaleza, pura, serena, tersa, templada, bella; esa naturaleza alejada del trajín del mundo en la montaña, en el campo, en el mar, en el cielo azul o estrellado. Y es fuerte, vigorosa, ordenada, continua, inflexible, rica de esperanza, porque en la naturaleza está la vida que aflora perennemente beneficiosa, engalanada por la etérea belleza de las flores, caritativa en la rica abundancia de los frutos. María es demasiado sencilla y está demasiado cerca de nosotros como para ser «contemplada». Ella es «cantada» por corazones puros y enamorados que expresan así lo mejor que hay en ellos Trae lo divino a la tierra, suavemente, como un celestial plano inclinado, que desde la inmensa altura de los Cielos desciende a la infinita pequeñez de las criaturas. Es la Madre de todos y de cada uno, la única que sabe balbucear y sonreír a su niño, de una manera tal que cualquiera, por pequeño que sea, puede gozar de esas caricias y responder con su amor a ese amor. No se comprende a María porque está demasiado cerca de nosotros. Destinada por el Padre eterno a traer a los hombres las gracias, divinas joyas del Hijo, está junto a nosotros y espera, siempre paciente, que advirtamos su mirada y aceptemos su don. Y si alguno, para su dicha, la comprende, ella lo transporta a su Reino de paz, donde Jesús es rey y el Espíritu Santo es el aliento de ese Cielo. Desde allí, purificados de nuestras escorias e iluminados en nuestra oscuridad, la contemplaremos y la gozaremos, como un paraíso añadido, como un paraíso aparte. Desde aquí merezcamos que nos llame por «su camino », no para continuar siendo pequeños en el espíritu, con un amor que es sólo súplica, imploración, petición, interés, sino para que, conociéndola un poco, podamos glorificarla. Sacado de: Centro Chiara Lubich

Diálogo y política, ¿binomio posible?

Diálogo y política, ¿binomio posible?

El referéndum de autodeterminación que tuvo lugar en Cataluña (España) el 1° de octubre de 2017, que fue declarado ilegal, dio vida a un período político y social de crisis política y de fortísima tensión civil que involucró en forma directa todos los sectores de la población, empezando por los jóvenes. Martí es catalán y proviene de una ciudad cerca de Barcelona, pero se transfirió a Madrid donde estudia. Es un Gen, es decir comparte los ideales de unidad de los Focolares con otros chicos provenientes de distintas regiones de España y cuenta que “a pesar de este valor común también con ellos los primeros tres meses en Madrid no fueron fáciles. Además, en la residencia en la que vivía me maltrataban porque era el único catalán. Con los Gen discutía muchísimo y continuamente estaba enojado. Pero un día decidimos resolver la situación, conversando entre nosotros y escuchándonos verdaderamente. Era esto lo más importante que había que hacer, lo estábamos entendiendo: más allá de nuestras ideas no podíamos perder el diálogo entre nosotros; la cosa más importante era entendernos y respetarnos. No puedo decir que después de ese momento el camino haya sido más sencillo, pero entendimos que cuando nos ponemos en la disposición de verdadera escucha los problemas se resuelven y no cuando queremos imponernos. También Alba es catalana y cuenta que el período post refrendario fue para ella y los otros Gen como una prueba de fuego: “En las redes sociales había comentarios muy fuertes sobre las motivaciones políticas de una parte y de otra, escritas por algunos Gen, que me herían profundamente, pero no me había detenido a pensar si también mi modo de expresarme le podía hacer daño a quien no pensaba como yo. Fue en esos días que empecé a reflexionar sobre lo que significaba para nosotros aquello que a menudo nos decimos, que estamos dispuestos incluso a morir los uso por los otros. ¿Cuándo habríamos tenido que poner en práctica esa promesa? Sentía que el momento era ahora. Fue así que nos encontramos de toda España para hablarnos claramente aunque no fue fácil porque éramos muchos y era imposible decirnos todo. Con algunos seguimos hablando, como por ejemplo con Laura. Recuerdo que con ella la situación era delicada porque no sabíamos cómo afrontar el problema sin herirnos recíprocamente. Cuando ella me propuso que hiciéramos el pacto, es decir poner el amor por encima de cualquier cosa, ¡me dejó desarmada! Nadie me había hecho una propuesta así, pero funcionó porque a partir de ese momento logramos dialogar. El objetivo no era defender nuestra idea, sino cuidar la una de la otra sin herirnos y, al mismo tiempo, dejar a la otra el espacio para expresarse. Esta experiencia me hizo ver la situación política en forma distinta, me hizo comprender que lo importante no era tener razón, sino entender que detrás de las ideas del otro hay una persona y esta es la cosa más importante. Todavía hoy nuestras opiniones no han cambiado, seguimos pensando distinto y esto no es fácil. A veces tenemos que pedirnos disculpas, pero hablando, llegamos a la conclusión de que tanto las cosas positivas como las negativas forman parte de la experiencia. La incomprensión ahora se ha transformado en algo más grande; no es resignación, no es sólo respeto, es esa rosa que vale más que todas las espinas juntas”.


https://youtu.be/9BbUM81or5o?t=1430

María, Sede de la Sabiduría

«María Santísima es la “Sede de la Sabiduría” en cuanto acogió a Jesús. Sabiduría encarnada, en su corazón y en su vientre. Con el “fiat” de la Anunciación, ella aceptó ponerse al servicio de la voluntad divina, y la Sabiduría puso su morada en su vientre, haciendo de ella una discípula ejemplar. La Virgen fue bienaventurada no tanto por haber amamantado al Hijo de Dios, sino por haberse nutrido ella misma con la leche saludable de la Palabra de Dios». (Sn. Juan Pablo II, Ángelus, 4 de septiembre de 1983) «Para comprender bien este santo canto de alabanza (El Magníficat), es necesario precisar que la bienaventurada Virgen María habla con base en su experiencia, habiendo sido iluminada e instruida por el Espíritu Santo; de hecho nadie puede comprender correctamente a Dios y Su Palabra, si no se lo concede directamente el Espíritu Santo. Pero recibir ese don del Espíritu Santo, significa hacer la experiencia, probarlo, sentirlo; el Espíritu Santo enseña mediante la experiencia como en una escuela, fuera de ella no se aprende nada más que palabras y palabrerío. Por lo tanto la santa Virgen, habiendo experimentado en sí misma que Dios había obrado grandes cosas en ella, por más humilde, pobre y despreciada que fuera, el Espíritu Santo le enseña este gran arte de comunicar la sabiduría…» (Martin Lutero, Comentario al Magníficat, introducción) «La Virgen es la Sede de la Sabiduría, no porque haya hablado, no porque haya sido doctora de la Iglesia, no porque se haya sentado en una cátedra, ni porque haya fundado una universidad; es la sede de la sabiduría porque dio a Cristo al mundo, la Sabiduría encarnada. Realizó un hecho. Así también nosotros: tendremos la sabiduría si vivimos de modo que Jesús esté en nosotros, que esté entre nosotros, que esté de hecho». (Chiara Lubich, Una via nuova, Città Nuova, 2002, p.145) «María no vive solamente desde sí misma, sino desde una profundidad más profunda. El Espíritu Santo en ella: de Él promana no sólo su Hijo, contenido y fruto de su ser; de Él promanan el cumplimiento y la forma de la misma vida». (Klaus Hemmerle, Brücken zum credo, p. 265)

En el Castillo de Seggau

En el Castillo de Seggau

«El que nos invitó a este lugar encantador – la Estiria, el “corazón verde” de Austria, como lo llaman aquí – fue Mons. Wilhelm Krautwaschl, actual obispo de esta diócesis que acaba de cumplir 800 años», escribe el cardenal thailandés Francis Xavier Kriengsak, coordinador de los obispos amigos del Movimiento de los Focolares. «Para nosotros esta convivencia fue la ocasión para vivir juntos como hermanos, compartir alegrías y dolores, regenerar las fuerzas y anclarnos nuevamente en lo esencial». Un poco de historia. El primer encuentro de obispos amigos de los Focolares se desarrolló en 1977, por invitación del teólogo Klaus Hemmerle (1929-1994), que había sido obispo de Aquisgrán (Alemania). En esa ocasión los participantes fueron doce, provenientes de los cinco continentes. En la audiencia general en el Vaticano, Paulo VI, saludándolos, los alentó a ir adelante. Al año siguiente, encontrándose con ellos por última vez, les dijo: «Como cabeza del colegio apostólico os aliento, os estimulo, os exhorto a continuar en esta iniciativa». El mismo aliciente llegó de los papas siguientes, hasta el Papa Francisco, quien les envió un saludo. En 1981 empezaron luego estos encuentros de verano entre obispos, en un pequeño grupo. Chiara Lubich, en 1984, los invitó a «proyectarse decididamente, junto a la Obra de María, hacia la unidad de las Iglesias y el diálogo con las religiones y con todas las personas de buena voluntad», en sintonía con el objetivo de la Iglesia y de la espiritualidad de los Focolares. «Esta invitación – escriben – provocó un salto de calidad de nuestra comunión». Este año los participantes fueron 63, provenientes de 31 países, entre los cuales, por algunos días el obispo luterano Christian Krause, ex Presidente de la Federación Luterana Mundial. El objetivo, el mismo de siempre: «profundizar y vivir la espiritualidad de comunión» y «explorar los modos en que ella puede potenciar el camino de la Iglesia» en las varias circunstancias socio-culturales. El contexto: el hermoso Castillo de Seggau (siglo XII), antigua sede de los obispos de Graz, hoy transformado en centro para congresos inmerso en el verde. El encuentro empezó en un clima de gran alegría y fraternidad, «volviendo a recorrer –escriben– los comienzos de la participación de los obispos en el carisma de la unidad, que los llevó a hacer hincapié en la vida de comunión no sólo durante las vacaciones de verano, sino también, a la distancia, durante todo el año». Muchas fueron las charlas que se compartieron. El padre Fabio Ciardi (OMI), responsable de la Escuela Abbá, expuso algunas meditaciones acerca de la experiencia de luz vivida por Chiara Lubich en 1949. Mons. Vincenzo Zani, secretario de la Congregación para la Educación Católica, ilustró acerca del Sínodo de los obispos sobre el tema de los jóvenes, que tendrá lugar en octubre. Mons. Brendan Leahy (Irlanda), hizo una relación sobre el Encuentro Mundial de las familias, que se llevará a cabo a fines de agosto en Dublín, con la presencia del Santo Padre. María Voce, presidente de los Focolares, anticipó el tema que se profundizará el próximo año, en el ámbito de los miembros de los Focolares: El Espíritu Santo, alma de la Iglesia y del mundo”. Por lo tanto, junto al copresidente Jesús Morán, contó de su viaje a algunos países asiáticos, hace unos meses, para reunirse con las comunidades del Movimiento, y sobre la reciente gran manifestación de los jóvenes, el Genfest de Manila. También se volvió a escuchar el discurso del Papa a la ciudadela de Loppiano (el 10 de mayo pasado), definido por Morán «una especie de vademecum para el camino de la Obra de María». El Gobernador de la Región acogió a los obispos en el Aula Magna de la antigua universidad de los Jesuitas, ofreciéndoles una recepción. Un evento – dijo – sin precedentes, que se integra en la buena colaboración entre instituciones civiles e iglesia «en espíritu ecuménico y con apertura a todas las religiones».

“Mil caminos” hacia Roma

Decenas de millares de jóvenes van camino a Roma, provenientes de casi 200 diócesis de toda Italia, para su encuentro con el Papa Francisco el 11 y 12 de agosto. Casi setenta mil jóvenes se encontrarán con el Papa el sábado en la tarde en el “Circo Máximo”, para mantener un diálogo “de tú a tú”. Posteriormente continuarán con una vigilia dentro de la perspectiva del Sínodo de octubre dedicado expresamente a los jóvenes. Durante la noche algunas de las Iglesias que están en el camino entre el Circo Máximo y San Pedro, permanecerán abiertas para la oración personal y comunitaria. Habrá confesiones y también testimonios, performance y encuentros temáticos. El domingo de mañana, en la Paza de San Pedro, se celebrará la S. Misa a la que seguirá un nuevo encuentro con Francisco, quien entregará a los jóvenes su mandato misionero y bendecirá los dones que los jóvenes italianos llevarán a la Jornada Mundial de la Juventud que se realizará en Panamá en enero de 2019.

Contra la guerra

Contra la guerra

Tommaso Carrieri, co-fundador de la asociación italiana “Non dalla la guerra”

«La experiencia que llevó al nacimiento de nuestra asociación, “Non dalla Guerra”, comenzó casi por casualidad. Éramos muy jóvenes, inexpertos y poco preparados, pero llenos de energía y de deseo de ir más allá de la realidad que se nos transmitían por los medios de comunicación. Nuestra actividad consiste principalmente en educar a la paz en las escuelas, en los grupos y a los ciudadanos. Nuestra intervención consiste en hablar sobre la situación de Medio Oriente, de países como Jordania, Palestina, Siria e Iraq... sobre las guerras que no matan solamente a las personas sino también a los países, que destruyen la esperanza, la libertad y el futuro. Cada año involucramos a muchos jóvenes para que participen en los proyectos de voluntariado, especialmente en Jordania, gracias a Caritas, con el objetivo de que permanezcan y estén con las personas, con las familias y con los jóvenes que escapan de la pesadilla de la guerra. En el 2014 llegamos por primera vez a Jordania y desde ese momento todo cambió. A través de las historias de millares de refugiados de Siria e Iraq, que están viviendo todavía en Jordania, conocimos las consecuencias de la guerra: devastación, pobreza y pérdida de toda esperanza. Comprendimos que la realidad es sumamente compleja allí y qué duro es comprenderla. ¿Qué significa la paz? ¿Por qué existe la guerra? Somos jóvenes, y nos preguntamos: ¿qué cosa podemos hacer? Tratando de responder a esta pregunta comprendimos cada vez más, y entendimos que el cambio y la paz deben partir de nosotros, a través de un viaje lento, interminable y trabajoso hacia la coherencia entre quienes somos y lo que hacemos, un gran desafío. El hecho de ser jóvenes no fue un impedimento para llevar adelante nuestros ideales, al contrario. Es cierto que cometemos todavía muchos errores, pero esto forma parte del “juego”. Sentimos que tenemos una responsabilidad y esta responsabilidad para nosotros tiene un rostro, una historia y el nombre de todas esas personas con quienes nos hemos encontrado. Wael Suleiman, el director de Caritas en Jordania, en una ocasión dijo: “La paz no es una campaña, es vida”, y entonces ¿qué puedo hacer? ¿Formar parte del “No a la Guerra? Comprometerme en mi ciudad, sí, seguramente. Lo más importante que hay que hacer, es responder con la vida. Mi vida es una respuesta ¡a lo que vivo! Gracias a esta experiencia comprendimos que los jóvenes pueden hacer todo lo que quieren y si esto es verdad, debemos unirnos, no para ser iguales, sino para estar unidos, para no repetir los errores y los conflictos que estamos viviendo ahora. Queremos apuntar al cambio y lo podemos hacer juntos».  

Jornada mundial de las poblaciones indígenas

Esta jornada, que fue instituida por la ONU en 1994, nos recuerda el derecho que poseemos todos los seres humanos de vivir según las tradiciones y las costumbres de nuestro propio ambiente originario, y hace una referencia particular a las poblaciones indígenas: casi 370 millones de personas que viven en 90 países diversos del mundo y representan el 5% de la población mundial, siendo este 5% la población más pobre del planeta. El documento de la ONU pretende “encarnar el consenso global sobre los derechos de las poblaciones indígenas y establecer un cuadro de mínimas normas para su sobrevivencia, dignidad y bienestar”. En los últimos diez años –recuerda la ONU en su portada– la actuación de la Declaración ha producido diversos progresos a nivel internacional, nacional y regional, pero a pesar de todo, continúa existiendo una brecha entre el reconocimiento formal de las poblaciones indígenas y la concreción de políticas adecuadas en el territorio.

La elección de Dios como familia

La elección de Dios como familia

Edgar y Maquency, junto con sus tres hijos: Edgar (18), Monserrat (16) y Mackenzie (15), desde hace cuatro años viven en “El Diamante”, a 50 Km de Puebla y casi a 170 de Ciudad de México. Son pocas decenas de habitantes, pero varios miles las personas que cada año los visitan. Es una tierra rica de culturas y de fuertes contrastes, con modernas y pobladas metrópolis y zonas marginadas fuera de la ciudad. La ciudadela es una auténtica “punta de diamante”, el corazón palpitante del Movimiento de los Focolares, fundada en 1990 por Chiara Lubich. Un lugar que da testimonio de que la inculturación de la vida del Evangelio es posible si está basada en el diálogo y en el intercambio recíproco entre las distintas culturas. «Decidimos mudarnos a la ciudadela con nuestros tres hijos para dar una contribución concreta. Llegamos aquí respondiendo a una verdadera llamada de Dios para construir, junto con otros, la ciudadela», cuenta Edgar. «Para nosotros, ofrecer nuestra disponibilidad era también un modo de devolver todo el amor que nos habían donado, desde que recibimos el don del Ideal de la unidad», agrega Maquency. «En este período –cuenta Edgar– he tenido que afrontar la dificultad de no tener un trabajo fijo. En el primer año transcurrido en la ciudadela hice varios trabajos de carpintería, plomería y trabajos de pintura de casas, siempre para sostener la economía familiar. A continuación, hablando con Maquency y con los otros focolarinos, decidimos que yo buscara otra fuente de ingresos en mi profesión de ingeniero. Después de poco tiempo encontré un trabajo en una ciudad a 90 Km de la ciudadela. El trabajo era bueno y estaba contento, pero sentía siempre la nostalgia de encontrarme lejos de casa, de mi familia, de la ciudadela». Apareció otra oportunidad de trabajo en una ciudad más cercana. «Hablándolo en familia, tomamos la decisión de aceptar. A primera vista parecía una buena opción, pero después de algunos meses de trabajo en esta empresa, me di cuenta de que las cosas no eran como parecían y tuve que renunciar. Volví a la ciudadela y me dediqué al trabajo de serigrafía. Me parecía que había vuelto atrás, en cambio, poco después me llegó otra oferta de trabajo inesperada como consultor en un proyecto. Lo asumí de inmediato. El trabajo me gustaba mucho y el sueldo era bueno. Finalmente logramos tener una economía estable en la familia». Cuando todo parecía haberse normalizado desde el punto de vista económico, se le propuso a Edgar, sorpresivamente, ocuparse de la gestión de los trabajos de mantenimiento de la ciudadela, que eran necesarios después de tantos años de su construcción. «Con mi esposa entramos en una nueva etapa de discernimiento, tratando de comprender cuál era la decisión justa que debíamos tomar. No faltaron momentos de incertidumbre y aprensión, sobre todo pensando en el futuro de nuestros hijos». «Nos acordamos –interviene Maquency– de la experiencia inicial del llamado de Dios. Nos sentimos nuevamente interpelados, porque cuando Dios llama te pide que dejes todo y exige un amor exclusivo. Quiere que dejemos nuestras seguridades, para ponernos al servicio. Pero también nos ofrece todo, como dice el Evangelio: “No hay nadie que haya dejado casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o campos por mi causa y por causa del Evangelio, que no reciba ya, ahora, en este momento, cien veces más”». «Así decidimos que yo me pusiera al servicio de la ciudadela. Cuando hablé con el responsable de la empresa, exclamó: “¡Tendrían que existir muchas personas como tú!” y me propuso trabajar en la empresa con un horario reducido, más adecuado a nuestras exigencias. Pude constatar la intervención de la Providencia y la verdad del Evangelio».        

Recordando Hiroshima y Nagasaki

Hoy se cumplen 73 años del horror de Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, y de Nagasaki, tres días después. Se presentó como una inmensa explosión, como un sol enceguecedor, que causó la muerte inmediata de centenares de miles de personas, casi todas civiles. Y muchas más en los años siguientes, por las consecuencias de las radiaciones nucleares. De aquellas explosiones no sólo Japón sino la entera humanidad quedaron devastados, consignando al mundo la conciencia de que nada habría sido como antes. “Nunca más” es no sólo un imperativo moral, sino también una necesidad absoluta, si queremos que el planeta tenga un futuro de paz y se realice un mundo en el cual el sol sea sólo símbolo de vida.

Carta desde la cárcel

Carta desde la cárcel

«Esta carta para mí es preciosa como las palabras escritas por Chiara Lubich: “Puedo imaginar que todos vosotros ….sintáis el peso de la violencia y el terrorismo que están en naciones enteras. Jóvenes no mayores que vosotros, creen poder cambiar la sociedad con secuestros, muertes y cometiendo los crímenes más variados. Sin duda ellos no han encontrado ideales más positivos y así se dejaron llevar por caminos extremadamente peligrosos. Mucha gente está asustada y no puede vivir en paz. ¿Qué podemos hacer? ¿Qué aporte podemos dar?”. Estas palabras resumen perfectamente lo que estoy viviendo ahora. Quisiera compartir lo que estoy pasando y cómo me siento abandonado en este momento; tal vez como se sintió Jesús cuando estaba abandonado en la cruz. Este sentido de abandono es algo que experimenté en los cuatro centros de detención en donde estuve y en donde me encontré con chicos que eran en su mayoría más jóvenes que yo. Al comienzo estos chicos me asustaban, estaban en contra de mí y querían matarme. Pero traté de acercarme a ellos y me di cuenta de que lo que les faltaba era ser comprendidos, una oportunidad y como conscuencia les faltaba amor. No estoy tratando de justificarlos, pero ellos también tienen necesidad de amor, sólo que lo pedían llamando la atención sobre sí mismos, de la manera equivocada, pero era el único modo que conocían. Mis padres tratan de vivir por un mundo unido y, desde que yo era pequeño, yo también traté. Es más fácil cuando eres parte de una comunidad en la cual se trata de vivir de esta manera. Mientras que para las demás personas que tienen miedo de dejarse amar es más difícil , especialmente cuando uno ve que este amor no es correspondido y uno se encuentra circundado de ladrones y asesinos. De todos modos el amor va más allá de los límites y ésta es la verdad más preciosa, a pesar de lo que estoy viviendo acá. Ahora estos chicos vienen a mi celda para pedirme consejos o ayuda, en particular cuando atraviesan un mal momento; alguno quiere incluso saber más sobre los Jóvenes por un mundo unido de los que formo parte, a pesar de mi situación. Muchos me preguntan cómo estoy, si tengo necesidad de algo, alguno incluso me llama hermano. Lo que estoy viviendo en la cárcel puede ser una invasión de amor que se difunde poco a poco en donde reina la violancia. Así como la lluvia suave que penetra dulcemente en las profundidades de la tierra…»

Santidad de pueblo

Santidad de pueblo

Maria Voce

«Chiara Lubich era una joven de veintitrés años que buscaba un Ideal en la vida y lo había encontrado en Dios, y por esto había elegido vivir el Evangelio integralmente. Ella había comprendido que de esta elección suya podía derivar un cambio personal y en quien la rodeaba y, por tanto, se lanzó en esta revolución evangélica. […] Chiara Lubich nos indicó un camino de santidad que en este momento está siendo observado también por la Iglesia, la cual está estudiando su eventual canonización. Pero no sólo esto. Chiara nos ha hecho comprender que la santidad se construye haciendo la voluntad de Dios, momento a momento; que la santidad no es una cuestión de éxtasis, de milagros o de cosas extraordinarias. Haciendo la voluntad de Dios, momento a momento, todos pueden alcanzarla. También en nuestro Estatuto está escrito, que el fin primero y general es la “perfección de la caridad”. Pero esta perfección, que además es la santidad, se logra momento a momento en la voluntad de Dios que es distinta para cada uno; por ejemplo para una madre de familia es ser una buena madre de familia, para un estudiante es ser un buen estudiante, pero puede llevarnos a esta perfección de la caridad. Y me parece que éste es un mensaje siempre actual, que atrae a las personas, porque no es una santidad extraordinaria hecha de imágenes o de culto, sino de construir, momento a momento, una relación con Dios y con los demás, en el amor. Éste es el primer rasgo fundamental. El segundo es que esta santidad, además, debe estar al servicio de los demás. No es una santidad finalizada a sí misma, porque ninguno de nosotros vive para sí mismo. Dios nos creó y nos redimió juntos. Jesús vino a la tierra para redimirnos a todos como su pueblo, Iglesia, Cuerpo de Cristo, y por eso quiere que esta santidad se extienda a la humanidad entera. Chiara nos deja un mensaje que es el de abrirse a todos, no mirar a nadie como si fuese extraño a ti, sino mirarlo como si fuese tu hermano. Y hacerlo con “cada uno” significa mirar a la persona de la misma patria como a la de otra, al cristiano como al no cristiano, al creyente como al no creyente, a quien comprende y acepta lo que digo como al que se opone a mí, porque también la persona que me adversa es un hermano. Esto nos lo enseñó Chiara viviéndolo en primera persona, teniendo un corazón capaz de acoger a cada uno como si fuese la única persona en el mundo, ya fuera un Jefe de Estado o un niño, un pariente o un responsable de otra Iglesia u otra religión. Chiara tenía el mismo amor por todos. Creo que éste es el mensaje más importante también hoy, mientras vemos que renacen tensiones, violencias, egoísmos, indiferencias recíprocas, para construir un mundo que, animado por el Evangelio, pueda convertirse en el mundo de la fraternidad, de la verdadera familia humana».

Hacia el encuentro mundial de las familias en Dublín

Hacia el encuentro mundial de las familias en Dublín

Brenda Drumm

El Papa estará con las familias reunidas en Dublín los días 25 y 26 de agosto. Es el huésped más esperado. Por otro lado, escribe Brenda Drumm en un largo artículo de L’Osservatore Romano, el Encuentro mundial de las familias «ha tenido desde sus inicios la marca personal del Pontífice: él es quien eligió a Irlanda para recibirlo, e indicó el tema de los trabajos: “El Evangelio de la familia: alegría para el mundo”; y, sobre todo, nos dio la exhortación apostólica Amoris laetitia como documento clave con el cual cotejarnos. Y cuando el 21 de marzo Francisco anunció que vendría, el debate se concentró en lo que su vida significará para los fieles, para las familias y para los jóvenes, para la Iglesia y para el pueblo. El Pontífice transcurrirá la mayor parte del tiempo aquí en Irlanda con las familias y con personas marginadas de la sociedad. Y, siempre con las familias en el centro de sus intenciones, se reservó una pausa de oración en el santuario mariano de Knock». El evento, promovido por el Dicasterio de la Santa Sede para los Laicos, la Familia y la Vida, se volvió a proponer con una frecuencia trienal, y reúne a familias de todo el mundo para festejar, rezar y reflexionar juntos acerca de la importancia del matrimonio como fundamento de la vida personal de la sociedad y de la Iglesia. El encuentro estará articulado, tras la inauguración oficial el 21 de agosto, a través de un congreso de tres días en el cual habrá programas diversificados para jóvenes y adultos y entretenimientos para los niños, culminando con la compartición de experiencias de fe en presencia del Papa. La mayor parte del programa se llevará a cabo en Dublín, mientras otros eventos relacionados, como la acogida, tendrán lugar en todo el territorio irlandés. Los números del evento, según Drumm, son alentadores: «La respuesta de la gente fue arrasadora. Hace tiempo que todas las entradas necesarias para los acontecimientos que están en el programa se han reservado: 37.000 para el congreso pastoral, 77.000 para el Festival de las familias, 45.000 para la visita a Nuestra Señora de Knock, 500.000 para misa de clausura. Dentro de esos números se pueden leer datos interesantes: llegarán a Irlanda familias de 116 países, por un total de alrededor de 15.000 participantes internacionales; miles de familias convergerán en Dublín de todo el país. Serán alrededor de 6.000 los jóvenes de edad inferior a los 18 años y 10.000 los voluntarios comprometidos para asegurar el buen resultado del encuentro. Pero, detrás de las cifras están las personas: familias de todo el mundo que se reunirán para celebrar sus alegrías y para discutir algunos de los muchos retos afrontados en un mundo que cambia rápidamente». Y sigue: «El Papa Francisco sabe acoger perfectamente la realidad de la vida familiar de hoy, con las dificultades de cada día. Comprende que como padres hacemos día a día lo mejor que podemos el uno por el otro y por nuestros hijos, y también comprende que las familias no son perfectas». ¿Qué es la familia para el Papa Francisco? Recuerda Drumm: «“El hospital más cercano, la primera escuela para los jóvenes, la mejor casa para los ancianos”. Y a pesar de que “a veces los platos pueden volar”, el Papa nos recuerda “cuánto más feliz sería nuestra vida de familia si entendiésemos la importancia de las palabras “por favor”, “gracias” y “perdón”. El Pontífice continúa convencido apasionadamente de que la familia sigue siendo “una buena noticia” para el mundo. Cree que en las realidades, a menudo complejas y desordenadas, de la vida familiar moderna la gracia y el amor de Jesucristo están vivos en una galaxia de actos cotidianos de gentileza, ternura, generosidad y fidelidad, que a veces se viven heroicamente entre una inmensa fragilidad humana y arrolladores retos sociales. En una sociedad fácilmente propensa a la violencia, la familia sigue uniendo nuestras vidas y el mundo mismo». Las citas del artículo de Brenda Drumm, responsable de comunicación del Imf 2018, se han tomado de L’Osservatore Romano, 27 de julio de 2018, pág. 8.

Evangelio vivido: “Te he amado con un amor eterno”

El más pequeño Una vecina, preocupada por el escaso rendimiento escolar de su hijo, no sabía cómo ayudarlo en sus tareas. De hecho, salía a trabajar a las 5,30 de la mañana y volvía de noche. Le propuse entonces mandarlo a mi casa para que estudiase con el mío. No era fácil, porque tenía que ayudar a mi otro hijo mayor, y cuidar del más pequeño, de apenas un año. Pero estaba feliz de poder ayudar a alguien. M. M. – Venezuela Fábrica de armas Por fin había encontrado un trabajo, en una fábrica dotada de sofisticados sistemas de seguridad. No lo podía creer, se habían acabado nuestros problemas. Al poco tiempo me enteré de un detalle que nadie me había dicho antes: esa fábrica construía armas. Me preguntaron si tenía problemas de conciencia, y con desenvoltura dije que no. Yo no iba a resolver al problema; por otra parte, renunciar a ese trabajo significaba volver a la calle. Pero no estaba en paz. Hablé con mi esposa, y con algunos amigos, entendí lo que tenía que hacer. Mientras volvía a casa, de nuevo sin trabajo, lloraba sin parar, pero en el fondo de mi alma había una alegría insólita al mismo tiempo. Había puesto como prioridad mi ser cristiano, o sea ser un hombre de paz. No podía imaginar que al poco tiempo me ofrecerían la posibilidad de otro trabajo, gratificante, y sobre todo de acuerdo con mi conciencia. D. R. – Italia Con una disposición diferente Nuestro hijo había regresado de un período de vacaciones vivido de una manera que nosotros, como padres, no podíamos aprobar. Nos propusimos hablarle después de la cena, decididos a decirle que o cambiaba su estilo o se tenía que ir de casa. Durante todo el día me pregunté si ese aut aut era realmente por su bien. Hablé de todo esto con algunas amigas también, y la duda crecía. Tal vez, pensaba, había que saber esperar, poner más amor en nuestra relación, como Jesús nos enseña. Después de haber hablado con mi marido, nos preparamos con otra actitud, ya no la de imponer nuestra postura, sino la de escucharlo. Estuvimos charlando mucho tiempo, y nos sentimos libres de decirle todo lo que pensábamos. Nos escuchó a fondo y si bien no compartía nuestras ideas, nos comunicó sus angustias. Agradecimos a Dios por habernos guiado. C. W. – Austria Una persona sospechosa En el pueblo en donde nos hemos venido a vivir por el trabajo no conocemos a nadie. Mis compañeras me dicen incluso que no le dé confianza a nadie, porque hay gente poco recomendable. Mi esposo, con su carácter extrovertido, empezó a hablar enseguida con la gente, sobre todo con un señor con quien se encuentra todos los días en el quiosco de diarios. Mis colegas de nuevo me ponen en guardia y me avisan que esa persona, en particular, tuvo serios problemas con la justicia. Algunos días después nuestra hija pequeña se siente mal y empeora rápidamente. Me siento perdida. En ese momento mi marido se acuerda que ese señor del quiosco le había regalado un mapita en donde estaban indicados los números útiles del pueblo, con el número del hospital, de la farmacia y del médico. Todo resultó fácil luego, gracias a esos datos del mapita de esa “persona sospechosa”. Para mí fue una fuerte lección: el amor al prójimo viene antes de todo juicio. L. S. – Italia

Perdón de Asís

Según la tradición, una noche de julio del 1216, San Francisco le pidió a Dios el perdón de las culpas de cuantos, arrepentidos, fueran hasta la “Porziuncola”. El Papa Onorio III estableció el “Perdón de Asís” el día 2 de agosto, y hoy se ha extendido a todas las iglesias parroquiales esparcidas en el mundo, y también a las iglesias franciscanas. El 1° de agosto, tendrá lugar la celebración de la “Apertura del Perdón” (desde mediodía del 1° de agosto hasta medianoche del 2 de agosto). Seguirá la tradicional Vigilia de oración postmeridiana, con la procesión “aux flambeaux”. (De las antorchas) Los jóvenes de la XXXVIII Marcha Franciscana, provenientes de todas las regiones de Italia y de algunas naciones extranjeras, atravesarán la puerta de la “Porziuncola” después de haber caminado, por más de una semana, guiados por el lema “Con un nombre nuevo”. Al final, en la Plaza de la Basílica se realizarán cinco eventos/espectáculos (Gloriosus Francisuc con Michele Placido, el Concierto de la Orquesta filarmónica rusa, En viaje con María, el Concierto del Perdón de la Banda de la Guardia Vaticana, el ballet “Los dos caminos”).  

United World Project

United World Project

«Vivimos en un mundo que realmente se ha convertido en una aldea, compleja y nueva, pero una aldea. La humanidad vive hoy como si fuera un pequeño grupo. Y, si así es, podría vivir, verdaderamente, en la fraternidad. ¿Pero cómo hacerla florecer?». Chiara Lubich Conoce el nuevo sitio web: www.unitedworldproject.org Con nuevos contenidos: Watch, Workshop, Network (Observatorio, Talleres, Redes) «UWP, promovido por New Humanity, quiere contribuir a realizar el mundo unido realizando un mapeo, promoviendo y poniendo en red las buenas prácticas, los procesos, las iniciativas personales y colectivas, las acciones pequeñas y grandes, cotidianas o extraordinarias, que contribuyen a que el mundo sea un lugar de paz, más fraterno y unido» dicen sus objetivos. ¡Entra en la red del United World Project!

“Life Directions”

“Life Directions”

La línea de uno de los sietes talleres que se desarrolló después del Genfest, era la pregunta “¿qué hago con mi vida?”; se afronto el tema de las elecciones de vida, la propia “Life Direction”.  «La construcción de ese taller -cuentan los organizadores, adultos junto con un grupo de jóvenes de varias partes del mundo- empezó ya el pasado febrero con encuentros por Skype, una experiencia realmente edificante, asumida por todos con seriedad, responsabilidad y creatividad». «Llegando a Tagaytay nos conocimos personalmente, y nos dimos cuenta cuán alta era la expectativa de todos. También los números esperados para el taller eran altos, de los mil inscritos en los siete talleres, 250 habían elegido Life Direction. Los participantes provenían de varios países del mundo, hablaban 16 idiomas diferentes». La conducción del programa, era ágil y progresiva, hacia contenidos cada vez más “profundos” en donde las experiencias era el factor principal; fue preparado y llevado adelante por los mismos jóvenes de la ciudadela asiática, el hilo conductor era el “lema cotidiano” un pensamiento para poner en práctica durante la jornada. «El primer día se inició con el tema “Abre tu corazón”: una invitación abrir el corazón a la verdadera felicidad, tratando de quitar todo lo que podía ser un impedimento para vivir con intensidad el momento presente. Se presentaron cuatro experiencias en formas y situaciones diferentes sobre el tema de la felicidad encontrada gracias al amor verdadero, o su descubrimiento después de una caída, o en situaciones dolorosas y difíciles. El intercambio en pequeños grupos permitió verificar cuán profundamente habían penetrado y las preguntas y expectativas que cada uno llevaba consigo». «El segundo día –prosiguen- el lema era “What is the call” (¿Cuál es el llamado?). En éste se requería nuestra participación en forma activa. Para presentar el sentido del “llamado” con un lenguaje comprensible para poder ser acogido, se asoció a tres palabras clave: comprender, escuchar, elegir. Después de presentó la historia con Dios de cinco personajes bíblicos: Samuel, el joven rico, el hijo pródigo, María y Pedro. Un matrimonio, un religioso, una persona comprometida en el mundo profesional y una focolarina fueron entrevistados siguiendo la línea de estas tres palabras clave. «En grupos más pequeños se pudo profundizar el sentido de cada una de estos llamados, interactuando también con preguntas y respuestas». «El tercer día se apuntó hacia lo alto con el lema: “Aim high”. Dejamos la palabra a Chiara Lubich quien encuentra sobre su llamado a los jóvenes en Barcelona en el 2002. Las preguntas, esta vez eran escritas, poco a poco fueron llenando el buzón que se había puesto a disposición, y fueron la materia con la que se animó el programa de la tarde, siempre con entrevistas a nuestros invitados, cada uno subrayaba la belleza de la propia vocación desde la perspectiva de un único llamado al amor. Fue una hora y media que ¡se fue volando!». «En estos cuatro días -escriben los adultos- hemos visto jóvenes con sed de poder tener una relación con Dios, en profunda búsqueda, abiertos a la escucha, pero también llenos de sufrimientos, de dudas, de temores, todo se vivió en un clima de gran serenidad y simplicidad. Hemos advertido que en cada uno sucedió algo nuevo, una experiencia de luz se abrió brecha, se trata de un nuevo camino de diálogo con los jóvenes sobre el llamado y sobre una vocación radical». Algunas impresiones de los presentes: «Era exactamente lo que tenía necesidad a este punto de mi vida. Vivir el momento presente, abrir mis puertas, dar pasos radicales que van más allá de nosotros mismos. Esto es lo que me llevó». «Los jóvenes que contaron de su elección de seguir a Jesús en una forma totalitaria me animan a hacer elecciones sólo por amor». «Para mí era importante entender cómo responder al llamado. Entender (que Dios me ama), escuchar (la voz dentro) y decidir (seguir a Jesús). Estoy muy feliz por esta experiencia. ¡Gracias!».

Jornada de la amistad

Son más de 50 los países que han decidido adueñarse de la “Jornada internacional de la amistad”, instituida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2011, que se celebra el 30 de julio de cada año y los días sucesivos, en algunos países, entre ellos India, Nepal y Bangladesh. El objetivo de la Jornada es el de alentar a los gobiernos, a las asociaciones y a los grupos a favorecer, según la cultura y las costumbres locales, toda forma de amistad, solidaridad, confianza, comprensión recíproca y reconciliación, en la convicción de que estos sentimientos pueden contribuir efectivamente a la paz entre los pueblos y las naciones. En especial, las Naciones Unidas animan a los jóvenes, como futuros líderes, a comprometerse en actividades comunitarias que incluyan culturas distintas para promover la comprensión internacional y el respeto de la diversidad. A juzgar por la entusiasta adhesión de millares de jóvenes, no es ésta una exhortación lanzada al vacío. Como se comprueba  en el mensaje de amistad y unidad “más allá de cada frontera”, que fue lanzado recientemente en los Genfest de Manila  y de muchos otros países del mundo.  

Palabra de Vida de Agosto de 2018

El profeta Jeremías es enviado por Dios al pueblo de Israel, que está viviendo una dolorosa experiencia de exilio en tierra babilónica y ha perdido todo lo que había representado su identidad y su elección: la tierra, el templo, la ley… Sin embargo, la palabra del profeta desgarra este velo de dolor y turbación. Es cierto: al entregarse a la destrucción, Israel se ha demostrado infiel al pacto de amor con Dios. Pero he aquí el anuncio de una nueva promesa de libertad, de salvación, de renovada alianza, que Dios, con su amor eterno y nunca revocado, prepara para su pueblo. «Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti». La dimensión eterna e irrevocable de la fidelidad de Dios es una cualidad de su amor: Él es el Padre de toda criatura humana, un Padre que toma la iniciativa en el amor y que se compromete para siempre. Su fidelidad alcanza a cada uno de nosotros y nos permite arrojar en Él cualquier preocupación que pueda frenarnos. Gracias a este Amor eterno y paciente podemos crecer y mejorar en la relación con Él y con los demás. Somos muy conscientes de que no nos mantenemos firmes en nuestro compromiso, aunque sincero, de amar a Dios y a los hermanos. Pero la fidelidad de Él para con nosotros es gratuita, nos precede siempre, independientemente de nuestras «prestaciones». Con esta gozosa certeza podemos liberarnos de nuestro horizonte limitado, ponernos cada día de nuevo en camino y convertirnos también nosotros en testigos de esta ternura «materna». «Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti». Esta mirada de Dios sobre la humanidad pone de manifiesto también un gran designio de fraternidad, que encontrará en Jesús su pleno cumplimiento. Pues Él testimonió su confianza en el amor de Dios con la palabra y sobre todo con el ejemplo de toda su vida. Nos abrió el camino para imitar al Padre en el amor a todos (cf. Mt 5, 43ss.) y nos desveló que la vocación de todo hombre y mujer es contribuir a edificar relaciones de acogida y diálogo en su entorno. ¿Cómo viviremos la Palabra de vida de este mes? Chiara Lubich invita a tener un corazón de madre: «[…] Una madre acoge siempre, ayuda siempre, espera siempre, lo cubre todo. […] De hecho el amor de una madre es muy parecido a la caridad de Cristo, de la que habla el apóstol Pablo. Si tenemos el corazón de una madre o, para ser más exactos, si nos proponemos tener el corazón de la madre por excelencia, María, estaremos siempre dispuestos a amar a los demás en todas las circunstancias y, por tanto, a mantener vivo en nosotros al Resucitado. […] Si tenemos el corazón de esta Madre, amaremos a todos: no solo a los miembros de nuestra Iglesia, sino también a los de las demás; no solo a los cristianos, sino también a los musulmanes, a los budistas, a los hindúes, etc.; también a los hombres de buena voluntad y a todo hombre que habita la tierra […]»1. «Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti». Esto cuenta una joven esposa que comenzó a vivir el Evangelio en la familia: «Sentía una ale- gría que nunca antes había experimentado y el deseo de derramar este amor más allá de las cuatro paredes de casa. Recuerdo por ejemplo que corrí al hospital para acompañar a la mujer de un compañero de trabajo que había intentado suicidarse. Conocía desde hacía tiempo sus dificultades, pero, absorta en mis problemas, no me había preocupado de ayudarla. Ahora sí hice mío su dolor, y no me quedé tranquila mientras no se resolvió la situación que la había empujado a dar ese paso. Este episodio marcó para mí el inicio de un cambio de mentalidad. Me hizo comprender que, si amo, puedo ser para cada uno que pasa a mi lado un reflejo – aunque sea pequeñísimo– del mismo amor de Dios». Y ¿qué pasaría si también nosotros, sostenidos por el amor fiel de Dios, nos pusiésemos libremente en esta actitud interior ante todos aquellos con quienes nos encontremos durante el día?   LETIZIA MAGRI ___________________________________ 1 Cf. C. Lubich, Buscando las cosas de arriba, Ciudad Nueva, Madrid 1993, pp. 44-45.

María, Madre de casa

«La mujer de Nazareth, una mujer de su casa, es un enorme desafío para nosotros: nos impulsa a ser conscientes de una espiritualidad basada en el atractivo extraordinario en encontrar una mística de lo cotidiano. Por suposiciones teóricas y por una realidad palpable en la simplicidad de lo cotidiano…. Dios camina en él» (Ermes Ronchi: Las preguntas simples del Evangelio, p. 176) «…Nosotros tenemos real necesidad de la casa. La casa es importantísima. […] Ésta debe ser cuidada como María Santísima habría cuidado su casa, que hospedaba nada menos que a Jesús. Por lo tanto, había que hacer cada cosa en armonía con El que era el Verbo de Dios, es la belleza de Dios, es la irradiación, es la gloria, gloria quiere decir irradiación de Dios. Imagínense a Dios como un sol que se oculta en el ocaso y los rayos que suben son el Verbo, y por lo tanto el Verbo de Dios hecho carne es Jesús. Por lo tanto Él es justamente la gloria, por lo tanto, el máximo de la belleza, del esplendor. Y por lo tanto María […], esa casita […] ella sabía mantenerla bien, de forma que alojara bien a Jesús […]. Nuestra vocación, que es una vocación mariana, es la de la casa. No se comprende a María si no es como ama de casa, además de ser sede de la Sabiduría, y por lo tanto Alguien que sabe mantener bien una casa» (Chiara Lubich, Loppiano, 30 de mayo de 1996, inauguración de la casita Gen) «La mamá se maneja más con la intuición del corazón que con la especulación del intelecto, más con la poesía que con la filosofía, porque es demasiado real y concreta, cercana del corazón humano. Así es María, la Madre de las madres, y la suma de todos los afectos, de toda la bondad, de toda la misericordia de las madres del mundo, no puede igualarla. María es pacífica como la naturaleza, pura, serena, tersa, templada, bella […]. Y es fuerte, vigorosa, ordenada, constante, inflexible, rica de esperanza. María es demasiado simple y demasiado cercana a nosotros para ser “contemplada”. […]. Trae lo divino a la tierra suavemente como un plano celeste inclinado que desde la altura vertiginosa de los Cielos desciende a la infinita pequeñez de las criaturas» (Chiara Lubich, Designios de luz, pp. 84,85)

Agentes de pastoral

Escriben los organizadores: «Aquí en Loppiano hemos vivido días especiales en la primera escuela para agentes de pastoral. Somos 75, provenientes de varias regiones italianas, y una representación de América Latina y de Ruanda». Iglesia local: comunión y misión – Itinerarios pastorales a la luz de la Evangelii Gaudium, ha sido el título elegido para el curso que tuvo lugar, del 15 al 21 de julio, en la ciudadela internacional de Loppiano (Italia), promovida por el Movimiento de los Focolares junto al Centro Evangelii Gaudium (CEG); el centro de formación, estudio e investigación, del Instituto Universitario Sophia (IUS). «Nos sorprendió el efecto que esta propuesta produjo en los participantes, ya sea por la profunda y madura comunión de las experiencias eclesiales de cada uno, que por las respuestas que la espiritualidad de la unidad ofrece a sus inquietudes, y por la presencia de “Jesús Maestro” que ha iluminado la experiencia pastoral». «Profundas y de calidad –continúan- fueron las intervenciones de los relatores, fruto de una elaboración común y en sintonía los unos con los otros. Además, los talleres interactivos de las tardes nos pusieron a disposición metodologías adecuadas para concretar los contenidos que se nos ofrecieron». La escuela tenía como objetivo proponer instrumentos teóricos y prácticos para quienes están comprometidos en que la espiritualidad de los Focolares sea “visible y exerimentable” en las articulaciones de la Iglesia italiana, conscientes de que “se trata de un don que el Espíritu dio a Chiara Lubich para toda la Iglesia de nuestro tiempo”. En la inauguración, Mons. Piero Coda, director del Instituto, presentó una rica introducción al “método trinitario” del ateneo de Loppiano, y después S.E. el Card. Giuseppe Petrocchi, Presidente del CEG, ofreció un tema programático con el título “Protagonistas de la vida de la diócesis y de las parroquias”. El comentario de uno de los presentes: “Bellísimo el análisis del nuevo cardenal. Cada concepto suscitaba reacciones positivas, emociones… Creo haber absorbido una cierta mentalidad humana, sobre todo por lo que respecta al anuncio con la palabra. Con la excusa de respetar la libertad de los demás, me escondo y privo a los demás del don recibido. El Card. Petrocchi nos habló con fuerza y en su análisis se sentía toda la pasión por la Iglesia, por la humanidad, y el secreto para ayudar a renovarla”. Otras importantes intervenciones fueron realizadas por Mons. Vincenzo Zani, secretario de la Congregación para la Educación cristiana y por el Prof. Vincenzo Buonomo, excelso rector de la Universidad Lateranense. “La conferencia de Mons. Zani – comenta un joven – me iluminó mucho. Se necesita un proyecto: la Palabra, entrar en la escuela de “Jesús Maestro”, vivir relaciones nuevas, expresar la dimensión comunitaria de la Iglesia, la dimensión del diálogo que genera la fraternidad universal”. Otros comentarios: “Interesante esta escuela para descubrir el valor de la Palabra encarnada y renovar las estructuras humanas de la Iglesia”. “Nuestro camino misionero pasa a través de la caridad vivida, y por lo tanto, los demás, al verla, sienten el deseo de participar”. “Bella y completa la parte teórica de esta escuela. Hoy, tercer día, entré en crisis, después hice un examen de conciencia sobre aquello que me he propuesto y que a menudo no logro hacer. Ha sido por lo tanto una crisis constructiva”. “Siento la necesidad de que todos puedan tener esta formación para que nuestra forma de actuar tenga el soporte de este tipo de conocimiento”. El curso proseguirá con una segunda parte que tendrá lugar la primera mitad de octubre en algunas iglesias particulares, allí donde están en marcha experiencias significativas. Gustavo Clariá

Humanae vitae cumple 50 años

«Cincuenta años después de la publicación, la Encíclica Humanae vitae de Pablo VI se presenta a los ojos de los hombres de hoy de un modo completamente distinto. En 1968 era un documento valiente – y por lo tanto controversial- que iba contra el ambiente de la época, la época de la revolución sexual, y para vivir lo que en ella se decía, era fundamental utilizar un anticonceptivo seguro y aunque se usara podía existir también la posibilidad de abortar. Era la época en que los economistas hablaban de “bomba humana”, es decir del peligro de una super población que amenazaba a los países ricos y podía disminur su prosperidad», escribe en el Avvenire  Lucetta Scaraffia. Pero hoy el mundo cambió, concluye, por lo tanto sería necesario re leerla con una mirada distinta y como un “evento profético”. La Encíclica fue publicada el 25 de julio de 1968, en el sexto año de pontificado de Pablo VI, despertando muchas reacciones controversiales.  

Carta a Dios

«Dios mío, recuerdo esos momentos, cuando era más joven, que te escribía cartas. Eran cartas llenas de preguntas, para las que quería respuestas inmediatas. Tenía 12 años cuando empecé a ver el mundo de una manera distinta. Había nacido en una hermosa familia, como las que se ven en las películas. Tenía una madre premurosa que se levantaba temprano para preparar el desayuno, un padre amoroso y dos adorables hermanitas más chicas, siempre felices por las pequeñas cosas de la vida. Pero exactamente como en las películas, un día todo eso se derrumbó. Al despertarme, vi que mi madre no estaba. Recuerdo claramente, el domingo era el día de los “pancakes”, mi padre prepararía “pancakes” y mi madre cocinaría huevos y tocino. Pero ese día vi que mi padre bebía su café, solo. No habia “pancakes”. No había ni huevos ni tocino. Y mamá no estaba. Papá me explicó que nos había dejado. Mis hermanas tenían 8 y 6 años. Las abracé, prometiéndole al cielo que iba a hacer todo lo posible para cuidarlas. En la ciudad, estábmos en la boca de todos. Los padres, los maestros y profesores, los niños, todos hablaban de nosotros. En muchos momentos habría querido sólo ir y contraatacar, para proteger a mis hermanas, o simplemente llorar y lamentarme contigo “¿Por qué? ¿Por qué nos ha pasado justamente a nosotros? Soy demasiado joven para afrontar todo esto. Dios, ¿en dónde estás?” Mi padre, la persona mejor del mundo, no se lo merecía. Nos fuimos a vivir con los abuelos. Un día, mientras estaba en la escuela, comiendo con mis compañeros, mis hermanas se precipitaron sobre mí para decirme que mamá estaba allí. Imposible, pensé. La vi venir hacia nosotros. Tenía una bolsa llena de regalos para mí y mis hermanas. No sabía qué estaba experimentando. La ignoré. “¿Por qué ahora? ¿Por qué has vuelto? ¿Después de haber dejado a tu familia? ¿Piensas que puedes volver atrás así? Y ¿piensas que te perdonaremos y te recibiremos con los brazos abiertos? ¿Piensas que los regalos pueden llenar el vacio de todos esos momentos en los que no estuviste? No”. Así, Dios, te pedí que me mandaras a tus ángeles como mensajeros. No sé cómo y cuándo, pero sentía en mi corazón que me estabas escuchando. Recuerdo que le escribí también a María. Le dije que tenía necesidad de una madre. Y tú me respondiste en serio. Se dio ese día, cuando hablé con la abuela. Ella me ayudó a comprender que tenía que ir más allá del dolor que mamá nos había causado. Estaba Jesús dentro de ella. Y a pesar de todas las cosas feas que podemos hacer en la vida, su amor por nosotros no cambia nunca. Incluso si caemos y cometemos errores, él nos amará siempre, inmensamente. No fue fácil, tuve que liberar mi corazón, y dejarla entrar, poco a poco. Empezamos a construir una relación, y ahora mi madre forma parte de mi vida nuevamente. El amor que tengo por mi familia es tan grande que siempre habrá espacio para los errores y la aceptación. Puedo no tener una familia como la de las películas, pero tengo una historia que es real, y es mejor gracias a ti, mi Dios, que la has guiado. Y la has escrito. La vida no se detiene aquí, aún tengo muchas batallas por superar, hay tantos desafíos, pero una cosa es cierta, tengo confianza en tus planes para mí. Podría no entenderlos enseguida, pero tengo esta fe en mi corazón: siempre estarás para mí, no importa cómo».

Austria: profundizar el carisma de la unidad

Se está realizando en Seggau (Austria, del 24 de julio al 1 de agosto) el encuentro de los obispos miembros del Movimiento de los Focolares. Son 64 obispos (entre los cuales cardenales de la Curia romana y nuncios apostólicos) de 31 países y cuatro continentes, y vivirán “algunos días de experiencia de Iglesia universal entre obispos, en Estiria”, se lee en un comunicado publicado en la página de la diócesis austríaca. El anfitrión es el obispo Wilhelm Krautwaschl: “La tradición de estos encuentros episcopales tuvo inicio hace décadas ya, cuando la fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich (1920-2008), invitó a Suiza, durante el verano, a algunos obispos vinculados al Movimiento”, se lee en la nota. Luego, el ya fallecido obispo de Aquisgrán, Mons. Klaus Hemmerle, fue quien impulsó y moderó estos encuentros que tienen “un carácter deliberadamente privado” y se desarrollan todos los años pero en lugares distintos. Finalidad del encuentro es “profundizar el carisma de la unidad”, cultivar los intercambios entre obispos a nivel mundial y transcurrir algunos días en comunión fraterna”. El sábado 28 de julio, el obispo Krautwaschl celebrará junto a sus hermanos en el episcopado una misa en la basilica de Seckau, “a la que están invitados todos los que deseen participar”. En Austria el Movimiento cuenta con 1.300 miembros y más de veinte mil simpatizantes. Fuente: AgenSir

Gente, planeta y futuro

Gente, planeta y futuro

Conscientes de las crisis ecológica y social que afronta nuestro planeta, cientos de personas en todo el mundo trabajan constantemente para encontrar soluciones creativas a estos grandes problemas y lo hacen, en su vida de todos los días, a través de acciones grandes y pequeñas. Acciones que, sin embargo, a menudo crecen y mueren en total aislamiento. “Juntos podemos hacer mucho más” es uno de los lemas propuestos por Prophetic Economy, una iniciativa que trata de crear redes de colaboración entre todos aquellos que, en su propio contexto, trabajan en favor del desarrollo humano, independientemente de edades, nacionalidades y creencias. El evento principal de Prophetic Economy se llevará a cabo en Castel Gandolfo (Roma), desde el 2 al 4 de noviembre de 2018. Contará con la presencia de expertos de varios ámbitos, como Jeffrey Sachs, economista y ensayista norteamericano, uno de los mayores expertos mundiales en materia de cuestiones ambientales y sustentabilidad, o Luigino Bruni, economista italiano, coordinador del proyecto Economía de Comunión. «La experiencia –afirma Florencia Locascio, coordinadora general de Prophetic Economy– se dirige a todas las personas, organizaciones y empresas que están proponiendo soluciones sustentables y creativas al problema de la pobreza, la desigualdad, la crisis social y ambiental que estamos viviendo. Queremos identificar a los change-makers, los “innovadores”, para darles visibilidad». Durante el evento, además de workshops, actividades de inteligencia colectiva, intercambios y conferencias de personalidades y expertos internacionales, se desarrollará la premiación del concurso “Prophetic practices award 2018”. Es un concurso que quiere premiar, dar visibilidad y poner en contacto experiencias ya existentes de “economía profética”, todas esas buenas prácticas ya en curso y que contribuyen al bien común. Paolo Matterazzo, responsable de la comunicación de la Comunidad de Nomadelfia, explica: «Los adolescentes y las nuevas generaciones tienen algo importante que decir, y aportan ya desde ahora con un fuerte entusiasmo, dando ejemplos concretos muy estimulantes». Los primeros tres ganadores del concurso recibirán un premio en dinero y serán invitados también a presentar sus proyectos durante el evento de noviembre. Además, los diez primeros clasificados tendrán la oportunidad de presentar sus buenas prácticas. La fecha tope para presentarse al concurso está prevista para el 1 de agosto. Para mayores informaciones consultar la página http://www.propheticeconomy.org Fuente: United World Project

Project Lía: transformar vidas

Project Lía: transformar vidas

Imaginen descubrir en los materiales de descarte la posibilidad de una forma nueva, ya presente en potencia, de transformarlos en “algo” lindo, útil y precioso, que antes no existía. Después, involucrar en este proceso regenerador a personas vulnerables como, por ejemplo, las mujeres que, habiendo pagado su pena en la cárcel, encuentran dificultades para reintegrarse a la sociedad, encontrar un puesto de trabajo y obtener una independencia económica. Ésta es la misión del “Project Lía”, una asociación sin fines de lucro y una empresa social que surgió en la ciudad de Indianápolis (USA). «Estas mujeres que tratan de reinsertarse en la sociedad, aprenden, a través nuestro, a crear objetos decorativos y muebles, en un ambiente de trabajo educativo, que es un espacio de comprensión y respeto recíproco, donde se transforman  los materiales pero también la vida de las personas a través de relaciones basadas en la reciprocidad y la confianza», explica Elizabeth Wallin fundadora y directora ejecutiva de ética empresarial, salud y bienestar, además de promover la participación en la vida comunitaria y social». Según las estadísticas publicadas en el sitio web del proyecto, tomadas de los datos del “Bureau of Justice”, en los últimos tres decenios y medio, la población carcelaria femenina de los Estados Unidos ha crecido en más del 700 por ciento. En 1980, eran 12.144 las mujeres bajo la jurisdicción estatal o federal. Una cifra que ascendió a más de 100.000, en el 2015. Si, se suman a esta cifra las detenidas en las estructuras carcelarias locales, en libertad condicional o bajo arresto domiciliario, la suma llega a superar el millón de mujeres. «Cuando estas personas salen de la cárcel», continúa Elizabeth Wallin «deben encontrar un trabajo estable y una casa, mientras tratan de reanudar las relaciones con la propia familia. Si a esto, se asocia el estigma generado por la cárcel y la discriminación racial, es muy difícil para ellas lograr reintegrarse, y es posible que se produzca una reincidencia». “Project Lía”, ha elegido trabajar con las mujeres porque, ayudándolas, se refuerza indirectamente la familia y la comunidad. Según importantes estudios, la responsabilidad hace que estas mujeres piensen “comunitariamente”, invirtiendo el 90% de su ganancia en su propia familia. Llegando a este punto, alguien se puede preguntar ¿cuál fue la idea inspiradora? «Durante un viaje a Argentina», relata Elizabeth, «participé en la organización de un festival juvenil que tenía como título “No te detengas”. Un festival que reunió a más de 1.000 jóvenes. Hablaba de aquellas jaulas en las cuales a menudo nos quedamos aprisionados por miedo, por las presiones de los demás, por el conformismo o los prejuicios. Volviendo a los Estados Unidos, me di cuenta de que aquí las mujeres que salían de la prisión continuaban siendo “prisioneras” de una jaula más grande y sistemática. Para mí, “Project Lia” es una respuesta al miedo, a las presiones, al conformismo y a los prejuicios de un sistema de justicia penal y de una sociedad que, incluso después de haber descontado la culpa, continúa “aprisionando” a las ex convictas, sin ofrecerles posibilidades de una verdadera integración social». En síntesis, se trata de un proyecto inclusivo, que apunta a construir puentes de verdadera solidaridad social. Habiendo llegado a este punto, la única curiosidad que permanece insatisfecha es el nombre: ¿Por qué el nombre “Lía”? Elizabeth me explica que «”Lía” es el nombre de una mujer que dedicó toda su vida a construir puentes entre personas de razas, culturas, religiones y procedencias sociales distintas. Su nombre completo era Lía Brunet. Ella era de Trento y fue una de las primeras compañeras de Chiara Lubich, la fundadora del Movimiento de los Focolares». En 1961, Lía Brunet llegó a la Argentina, allí, en el corazón de la “Pampa Argentina” (en la Provincia de Buenos Aires), nació la ciudadela que hoy lleva su nombre. Fue allí donde también Elizabeth pudo experimentar el ideal de un mundo unido.   Fuente: United World Project

Evangelio vivido: “Te basta mi gracia”

En el comedor Había un colega que nunca venía al comedor. Por su carácter beligerante casi no tenía amigos. Un día le insistí que vinera y como respuesta me confió el drama que estaba viviendo con su hijo drogadicto. Lo escuché profundamente, después vino conmigo a comer. Los colegas, viendo la cordialidad con la que hablábamos entre  nosotros, desde entonces asumieron hacia él una actitud de respeto. O.F. – Eslovaquia Un regalo En la oficina donde trabajo me ofrecí junto con otra colega, a recoger el dinero para comprar un regalo para un empleado que estaba por pensionarse. Cuando había que comprar el regalo, la colega me dijo que bastaba gastar la mitad de la cifra y que el resto nos lo podíamos dividir entre nosotros. Le contesté que no me parecía justo, pero ella replicó que esa era la costumbre. Me quedé en silencio, haciéndole entender que no pensaba de ese modo. Poco después vino a pedirme disculpas, y desde ese día nos hicimos amigas. F.M. – Italia Una rosa y una promesa Desde hace tiempo me ocupo de mantener abierto el oratorio de la parroquia para que los chicos tengan un lugar donde reunirse cuando están libres de la escuela. El compromiso no es poca cosa. A veces entre los chicos se desencadenan peleas y no siempre es fácil devolver la calma. Una vez, por separar a dos que estaban peleando, recibí un golpe destinado a uno de los dos. Por el susto ambos se escaparon. Pero poco después, el que involuntariamente me golpeó regresó con una rosa y la promesa de ser más bueno.  F.B. – Suiza Pasantía Mientras yo estaba haciendo la práctica en el hospital me llamó la atención un paciente. Leí su expediente clínico y me entere que, debido a la diabetes, le habían amputado un dedo y medio pie. Lamentablemente la situación se había agravado y los médicos habían decidido amputarle toda la pierna. Asumí la situación y decidí hablarle de la próxima operación. Él se desesperó y yo traté de consolarlo. «Mira – le dije – tengo un regalo para ti, no es algo material». Juntos leímos la Palabra de Vida. Al día siguiente, cuando lo estaban llevando a la sala de operaciones, me vio y me dijo: «Tengo fe. ¡Creamos juntos!».  C. – Argentina En voz baja Quería restablecer la relación con mi hermana con quien habíamos tenido una diferencia, pero nunca encontraba el valor y no me decidía. Al día siguiente de una noche de lucha, la encontré en la cocina y le dije “hola”, pero tan bajo que ella no escuchó. Pensé para mí mismo: «Ahora tengo que repetirlo más fuerte», pero también pensé pero no, y «mi amor propio…». Volví a decir “hola” con voz fuerte y convencida. Ella se quedó sorprendida y nos sonreímos.  D.B. – Italia

Jesús pasa, y los jóvenes lo siguen

Jesús pasa, y los jóvenes lo siguen

«Para seguir a Jesús hay que ser jóvenes, o hacerse jóvenes. Él nos pide incluso que nos volvamos como niños: todos los días, en todo momento, liberándonos de la enfermedad de la senilidad espiritual. Que si el espíritu envejece, de alguna manera se anquilosa, y como tal no se presta ya a volar. Por lo tanto, cada vez hay que renacer, recomenzar, hacerse un hombre nuevo: Jesús. Se dice a menudo, como un lugar común, que la juventud de nuestro tiempo es escéptica, o incluso cínica… Si ello es cierto, se trata sólo de una pose, o tal vez de una moda, en las que pesa el asombro, mezclado con el estupor, de una generación que ha nacido a la vida en medio de un derroche inhumano y enorme de energías para fabricar la muerte. Un asombro que aumenta al ver la ignorancia con la que se insiste en el error, mientras se siguen introduciendo en la convivencia los explosivos de un maquiavelismo especulativo y ruin. Es el materialismo que asusta o desilusiona, o frena a esta juventud, que, por naturaleza, reacciona frente a un tenor de vida hecho sólo de cálculos económicos, sólo de diversiones sensoriales, sólo de lucha por el estómago… Ésta es la lección divina de esta crisis humana, en la que derramamos ríos de lágrimas, de tinta y de coca-cola: no se puede vivir sin lo absoluto. Jesús pasa, y los jóvenes lo siguen si lo ven: si el verlo no está impedido por el surgimiento de criaturas humanas, soberbias, o sea que se sienten más que los demás por dinero o poder político… Si los jóvenes descubren, tan sólo apenas, el rostro juvenil, puro y divino de Jesús, dejan padre y madre, noviazgo y dinero, comodidades y lisonjas, y lo siguen, primero por los senderos del apostolado y después por los del calvario. Ellos quieren a Cristo, y a Cristo crucificado. A Cristo entero, todo en todos: un único ideal. Y quieren su espíritu, que es la caridad: esa sangre divina, que vence a la muerte; que es inteligencia y sabiduría y vínculo de unidad.» Igino Giordani

Acoger es el primer paso

Acoger es el primer paso

A los pies de dos pequeñas montañas, en el corazón de Argentina, en encuentra La Falda, una pequeña ciudad de la provincia de Córdoba, situada en una dulce colina, que forma parte del famoso circuito turístico del Valle de Punilla. Aquí vivía, hasta hace cuatro años, la familia Bongiovanni, Esteban y Victoria, junto con sus dos hijos. Después, en forma inesperada, se transfirieron a San Marcos Sierras, un poco más al norte. Como respuesta generosa a la solicitud de ir a vivir al Hogar Sierra Dorada, una casa de acogida para menores que a su joven edad ya cargan con demasiados y graves problemas. Son historias de maltrato, violencia, abandono, desnutrición. Actualmente el centro hospeda a 28 chicos. «Antes de llegar al Hogar, tenía un pésimo concepto de las casas de acogida para los menores, las imaginaban así como las que se ven en las películas, donde los jóvenes y los niños son agredidos o maltratados. En cambio encontramos una realidad muy distinta, como de una gran familia. Nos esforzamos en mejorar su situación y ayudarlos a vaciar desde dentro de la violencia y las condiciones en las que han vivido, de modo que comprendan que lo normal, a su edad, es vivir en paz, jugar y estudiar». La Casa está la provincia de Córdoba, fue fundada hace casi veinte años por Julio y Patricia y es sostenida por una fundación sin fines de lucro, que trabaja con verdadero espíritu cristiano. Su objetivo es mejorar las condiciones de vida de los chicos y ayudarlos a reintegrarse en su contexto familiar o en el de familias adoptivas. Al inicio Julio y Patricia Laciar no tenían nada, sólo el deseo de querer mejorar la situación de muchos chicos. Poco a poco, gracias a la solidaridad de muchas personas, esta realidad fue creciendo; hoy la Fundación Sierra Dorada administra cuatro Casas-Laboratorio: San Marcos Sierras (donde viven Victoria y Esteban), Embalse de Río Tercero, Rumipal y Salsipuedes, además de distintos programas de acompañamiento familiar, las becas para los voluntarios y otras numerosas actividades. Sentados alrededor de la mesa del comedor de externo, Victoria y Esteban explican: «Muchas personas demuestran una gran solidaridad, especialmente desde que empiezan a cultivar una relación con los chicos. Hay jóvenes extranjeros que vienen para hacer pasantías en trabajo social, pero también hay estudiantes universitarios argentinos. Nuestro trabajo empieza con la acogida. Desde que llegan, tratamos de ofrecerles contención, de darles amor, como una mamá y un papá. Con la ayuda de un equipo de psicólogos, tratamos de ayudarlos a dar un orden a sus vidas. Empezando por el uso del cepillo de dientes, el baño diario, el uso de ropa limpia, hasta educarlos para que sean responsables con sus tareas y las de la escuela». Con una gran sonrisa, Victoria elige unas diez historias que podría relatar. «Hace algunas semanas fuimos todos a un hotel, donde nos invitaron a pasar el fin de semana. No había tendido mi cama pensando que estaba en un hotel. Pero me di cuenta de que los chicos habían dejado sus habitaciones en perfecto orden, y también los baños estaban impecables. Entonces regrese de prisa para arreglar mi cama, porque me di cuenta de que sólo yo no la había hecho». «Tratamos de vivir bien esta vocación de servicio. Pero, ciertamente, no siempre es necesario dejar todo, la propia ciudad, la propia casa, para ir a vivir en una casa con los niños. El servicio se puede vivir en todas partes, con quien está a nuestro lado. A partir de las cosas más pequeñas, como ceder el lugar a una persona anciana en el autobús, o manejar sin agresividad. A partir de los pequeños gestos se difunden las buenas acciones». Y concluye Esteban: «Hemos entendido que Dios no nos abandonará nunca si hacemos las cosas bien, sin esperar nada a cambio, con humildad y confianza. La realidad es que haciendo así… funciona». Fuente: United World Project

Una semilla lanzada lejos

Una semilla lanzada lejos

Chiara Lubich está entre las mujeres italianas más estimadas y por eso digna de ser recordada, según afirman en el Comité organizador de la “Italian week”. En el festival que dura diez días, y que se realiza en Ottawa, capital de Canadá, del 6 al 25 de junio pasados, figuran nombres ilustres que simbolizan la cultura italiana, desde Giacomo Puccini a Sophia Loren, de Vittorio De Sica a Alda Merini. Fue inesperada la propuesta del Comité de incluir también a Chiara Lubich entre las mujeres italianas a celebrar. Ante la propuesta, la comunidad de los Focolares se preguntó: ¿cómo presentar el carisma de la unidad en una sociedad multicultural y multireligiosa, constantemente en búsqueda de soluciones de convivencia pacífica y respetuosa de todas las diversidades? ¿En una sociedad, en donde la relación con los aborígenes sigue siendo un desafío siempre abierto, con una serie de contradicciones y consecuencias a nivel relacional y social? «Durante el período de preparación del evento –explican entre otros Fernando y Lucie- supimos que algunos musulmanes de Montreal, discípulos del Dr. Shomali, habían participado recientemente en un Congreso promovido por nosotros en Castelgandolfo, cerca de Roma. Ante el deseo de trabajar juntos, dieron su disponibilidad para ofrecer su testimonio». El 16 de junio, escriben, «la sala San Marco, en el centro de la “Little Italy” de Ottawa, empezó a poblarse de personas provenientes de África, de Asia, de Medio Oriente y, naturalmente, de Italia y de Canadá, estaba también presente el Nuncio Apostólico, Mons. Luigi Bonazzi, y el Ministro Fabrizio Nava, en representación de la Embajada italiana». Fueron distintas las experiencias que en ese contexto daban testimonio de la actualidad del carisma de Chiara Lubich. Empezando por la de Jaques, un focolarino que vive en Toronto y es “pionero” de la difusión del ideal de la unidad en Canadá, después de un encuentro casual con dos italianos en Vancouver. Después fue el momento de Anne, gerente de una empresa turística con un nombre emblemático, “Spiritours”, quien habló del descubrimiento de la Economía de Comunión como una posibilidad para vivir concretamente el Evangelio, también en la empresa. Después tomó la palabra María, una focolarina brasileña que está en Montreal, quien dio su testimonio del encuentro con los aborígenes de Wati, en el Gran Norte. Junto con otras cuatro personas, el año pasado, transcurrieron un mes con ellos por solicitud de la Iglesia local. Y también: Edwige, originaria de Togo, quien actualmente vive en Rimouski, en la provincia de Quebec. Después de haber sido una de las primeras estudiantes del Instituto Universitario Sophia de Loppiano, en Italia, empezó a poner a la persona en el centro, y por este estilo de vida suyo, recientemente obtuvo una mención honorífica, normalmente reservada a los docentes de la Universidad que frecuenta actualmente. Después fue el momento de Fátima, quien junto con Mostapha ofreció una experiencia de diálogo entre musulmanes y cristianos, que están en contacto con el carisma de Chiara. «Una de las lecciones más importantes que he aprendido –dijo- es que la unidad es un don de Dios y que una manifestación de la unidad es la armonía en la diversidad». Al final el Nuncio de Canadá, Mons. Luigi Bonazzi, quien se encontró varias veces con la fundadora de los Focolares, contó a los presentes que en el lejano 1975 hizo con ella el pacto de “amar siempre” a pesar de las dificultades, un pacto que siempre lo ha sostenido en su intensa actividad diplomática. Al final del programa propusieron el discurso de Chiara Lubich pronunciado en Washington en el 2000, sobre el tema “el arte de amar”. «Gracias a este evento –concluyen- difundido a través de las redes sociales y de distintos sitios web, la semilla de la espiritualidad de la unidad se ha lanzado lejos también en Canadá, y promete nuevos frutos».

Hindúes en  Loppiano y Asís: encuentro de mentes y corazones

Hindúes en Loppiano y Asís: encuentro de mentes y corazones

«Nuestra delegación hindú-cristiana llega al Instituto Universitario Sophia de Loppiano para profundizar el conocimiento de su original experiencia, y también para conmemorar el décimo quinto aniversario del regalo del cuadro de la Virgen María, pintada por un artista hindú, que domina una de las paredes laterales de la Theotokos, el Santuario de la ciudadela. Los momentos de intercambio con profesores y algunos estudiantes de Sophia son muy ricos. Los académicos indios muestran un gran interés por los estudios que tienen que ver con la formación al diálogo, en una dimensión interdisciplinaria. Momentos de diálogo e interacción profundos permiten el conocimiento recíproco y revelan consonancia entre algunas instituciones que se inspiran en Mahatma Gandhi y Sophia. Se espera que pronto se pueda introducir, en el Instituto Universitario con sede en Loppiano, también estudios y profundizaciones acerca de la figura de este apóstol del diálogo. Un seminario muy interesante, sobre Teología y praxis del diálogo, se lleva a cabo en presencia, no sólo de los estudiantes y de la delegación hindú, sino también de otros jóvenes y adultos de la ciudadela. El tema es vital, pero al mismo tiempo desconocido para muchos. Al atardecer, en el Santuario Theotokos, los hindúes, en procesión, llevan ramos de flores y guirnaldas a la imagine de María, mientras el grupo musical Gen Verde canta un himno. Reverencias y solemnidad crean un clima espiritual profundo. Siguen algunas oraciones espontáneas en sánscrito, tamil e inglés. Luego, el momento sagrado del silencio. El silencio es parte del ser oriental. ¡Qué incómodo es, en cambio, para Occidente! Casi como si no estuviésemos acostumbrados, o por miedo a tener que enfrentarnos con nuestro propio ser. Cuando las culturas y las religiones se encuentran con hombres y mujeres de fe genuina no es necesario recurrir a componendas, sincretismos o anomalías de cualquier tipo. Todo gesto, toda palabra, todo silencio habla de Absoluto, cada uno lo escucha en la propia longitud de onda, pero las vibraciones – como las llaman los indios – son las mismas y llegan hasta el fondo del corazón». Última etapa, Asís. «Llegamos alrededor de las 10.30 de la mañana. Subimos a pie hacia la basílica de San Francisco y desde allí seguimos hasta el cementerio. No puedo hacer a menos que recordar el otoño de 1997, pocas semanas después del terremoto que había golpeado con fuerza la ciudad y había causado muchas víctimas. En esos días habíamos subido a estas colinas con Vinu y Ashok, hijos del Dr. Aram, educador gandhiano, fallecido algunos meses antes. Había querido que parte de sus cenizas fueran llevadas a la patria de San Francisco, que admiraba mucho, y por ello recitaba su oración de paz todas las noches: Señor, hazme un instrumento de tu paz. La peregrinación sigue hacia la cripta de la Basílica, en donde participamos de la oración de la “hora sexta” de los frailes, delante de la tumba de San Francisco. Gran recogimiento, en una atmósfera de fraternidad y espiritualidad. Nuestros amigos siguen en un silencio profundo nuestra oración: un signo de respeto y valorización de la oración de los demás como si fuera la propia. La historia de San Francisco, hombre de paz y de diálogo, sigue atrayendo a hombres y mujeres de todas partes del mundo y de toda creencia religiosa. Asís es realmente el lugar ideal para el diálogo». Fuente: blog de Roberto Catalano

En Tonadico con los hindúes

En Tonadico con los hindúes

«Después de tres años, aquí estoy nuevamente en Tonadico, en el valle de Primiero (Italia del Norte). Con nosotros están los amigos hindúes, que han venido de la India para una “peregrinación” a las fuentes del carisma de la unidad. Son viejos conocidos, sobre todo del mundo académico, con quienes desde hace años compartimos momentos de estudio y de vida, el último de los cuales en enero pasado, cuando estuve en Mumbai. Es una alegría volverse a encontrar juntos. Son personas fascinadas por Chiara Lubich, que quieren profundizar en el conocimiento de su experiencia mística. Y ¿qué ambiente puede ser más apto que Tonadico, en donde Chiara en 1949 tuvo una extraordinaria experiencia de luz? El encuentro empieza con una profunda comunión en un gran espíritu de familia. La mística une las religiones en lo más profundo. Los caminos que cada religión recorre, con los medios que pone a disposición, conducen al corazón del Misterio, único para todas ellas. Los caminos y los instrumentos son distintos, pero el punto de llegada es el mismo, por eso en la mística hay convergencia y nos encontramos unidos. Los lenguajes y las formas, también, son muy diferentes, pero los símbolos son comunes: el sol, la llama, el oro, la nada, el todo… y a través de ellos nos entendemos. Sabemos que “el Camino” es Jesús, pero él, de la manera que sólo él conoce, se hace “Caminante” con todos y conduce a todos al Padre. Entonces, ¡nos deseamos un buen viaje!» El Padre Fabio Ciardi es profesor en el Instituto de Teología de la vida consagrada “Claretianum” (Roma) y director del Centro de estudios de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. Actualmente es responsable de la Escuela Abba, Centro de estudios interdisciplinarios fundado por Chiara Lubich en 1990, con el aporte del obispo Klaus Hemmerle (3 de abril de 1929 – 23 de enero de 1994), conocido teólogo y filósofo. Su objetivo es profundizar el carisma de la unidad desde diferentes puntos de vista. Fuente: Blog F. Ciardi


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16 de julio de 1949

16 de julio de 1949

Al comienzo del período de mayores iluminaciones [de Chiara Lubich] podemos ponerle una fecha: el 16 de julio. En efecto, ese día llegó a Tonadico (en las montañas de la zona de Trento, en el Norte de Italia, ndr) Igino Giordani. Se alojaba en el Hotel Orsinger, y tenía que dar una conferencia en la sala de los padres capuchinos. Giordani, «enamorado de Santa Catalina», siempre había buscado una virgen a la cual seguir. Seguro de que la había encontrado en Chiara, le propuso hacerle un voto de obediencia, pensando que de esa manera obedecería a Dios. Agregó que se iban a poder hacer santos juntos, como San Francisco de Sales y Juana de Chantal. Chiara no entendía: el Movimiento no existía, no se hablaba de votos; y además, percibía que ella había nacido para el «que todos sean uno». Estaba tentada de no darle importancia a ese deseo, pero tuvo la impresión de que una gracia era al origen de esas palabras, una gracia que no podía perderse. Le dijo entonces: «Tú conoces mi vida, yo no soy nada. De hecho, quiero vivir como Jesús Abandonado que se anuló completamente. Tú tampoco eres nada porque vives de la misma manera. Pues bien, mañana iremos a la iglesia y a Jesús Eucaristía que estará en mi corazón, como en un cáliz vacío, le diré: “Sobre la nada de mí, haz tú un pacto de unidad con Jesús Eucaristía en el corazón de Foco. Y tú, Jesús, haz que nazca ese vínculo que tú crees debe nacer”. Y tú, Foco, haz lo mismo». Hicieron así. Giordani, de allí, se dirigió hacia la sala en la que debía hablar, mientras que Chiara se sintió impulsada a volver a la iglesia. Delante del tabernáculo, se dispuso a rezarle a Jesús, pero en ese momento sintió que no lo podía hacer, sintió que estaba totalmente identificada con el hijo. Sintió que sus labios pronunciaban una palabra: «Padre». Entendió que su vida religiosa debía ser distinta a la que había vivido hasta ese momento: no dirigida a Jesús, sino al lado de Jesús, Hermano, dirigida al Padre.   Armando Torno, “PortarTi il mondo fra le braccia. Vita di Chiara Lubich”, Città Nuova, Roma, 2011. Cit. pp. 45-46.

El pacto de unidad

El pacto de unidad

En el siguiente texto, publicado integralmente en la Revista Nuova Umanità XXXIV (2012/6) 204, Chiara Lubich describe el “pacto de unidad” estrechado con Igino Giordani (a quien ella llamaba Foco) el 16 de julio de 1949, que fue el preludio de la experiencia espiritual y mística de ese verano. «Vivíamos esta experiencia cuando vino a la montaña Foco.Foco, enamorado de Santa Catalina, siempre había buscado en su vida a una virgen a la cual poder seguir. Y ahora tenía la impresión de haberla encontrado entre nosotros. Por eso, un día me hizo una propuesta: hacerme el voto de obediencia, pensando que, haciendo así, habría obedecido a Dios. Añadió también que, en este modo, podíamos hacernos santos como San Francisco de Sales y Santa Giovanna de Chantal. Yo no comprendí en aquel momento ni el porqué de la obediencia, ni esta unidad entre dos. Entonces no existía la Obra y entre nosotros no hablábamos mucho de votos. La unidad entre dos, además, no la compartía porque me sentía llamada a vivir el «que todos sean uno». Pero al mismo tiempo me parecía que Foco estuviese bajo la acción de una gracia, que no se debía dejar perder. Entonces le dije más o menos así: “Puede ser verdaderamente que cuanto tú sientes venga de Dios. Por eso tenemos que tomarlo en consideración. Pero yo no siento esta unidad entre dos porque todos deben ser uno”. Y añadí: “Tú conoces mi vida: yo soy nada. Quero vivir, de hecho, como Jesús Abandonado que se ha anulado completamente. También tú eres nada porque vives de la misma manera. Pues bien, mañana iremos a la Iglesia y a Jesús Eucaristía que vendrá a mi corazón, como en un cáliz vacío, yo diré: ‘Sobre mi nada pacta Tú unidad con Jesús Eucaristía en el corazón de Foco. Y haz, Jesús, que surja ese vínculo entre nosotros que Tú sabes'”. Después añadí: “Y tú, Foco, haz lo mismo”». Continua en: Centro Chiara Lubich

Dios no es un personaje lejano

Dios no es un personaje lejano, al que uno se puede acercar sólo a través de un protocolo. Él escucha a quienes son especialmente pobres, especialmente pequeños, especialmente humildes con especial atención. (Del volumen Elegido por los hombres, p. 113) Cuantas más cosas tengo que hacer, tanta más necesidad tengo de la oración. Y entonces descubro una cosa: cuando yo empleo, “malgasto” mi tiempo en permanecer en Dios, sucede una “milagrosa multiplicación del tiempo”; gracias al tiempo donado a Dios, tengo más tiempo a mi disposición o por lo menos, un tiempo mejor, más disponible, más rico de amor para donar a los demás. El tiempo se convierte como en un collar de perlas, hecho de momentos preciosos que puedo vivir, y llevar a plenitud en el recogimiento y la dedicación a los demás. (Del volumen Elegido por los hombres, pp. 109-110) Se podría definir “grano de sal” de la oración cristiana el punto en el que la distinción que caracteriza lo que es cristiano parece más claro y evidente: es decir, cuando en la oración dirigida a Dios está presente siempre el hermano, el otro; cuando al decir yo en el orante está siempre incluido el decir nosotros. (Del volumen Elegido por los hombres, p. 114) Quizás a veces es bueno no querer otra cosa que permanecer en silencio. Sólo entonces, de hecho, notamos el flujo de pensamientos, de impresiones, de ideas que nos atraviesan. Estamos como inmersos en una marea que crece y que incesantemente nos aleja de nosotros mismos, no nos permite llegar a nosotros mismos. Para la oración no es determinante que alcancemos este silencio absoluto. Ella puede ser incluso “justa” si, a pesar de todo nuestro esfuerzo, no lo logramos. De hecho, en cierto modo comprendemos que también en ese flujo indistinto, confuso, imperfecto e incompleto, soy siempre yo mismo, yo que me doy y me aban-dono a mí mismo, no soy yo quien me conozco, no soy yo quien me poseo, sino tú en mí, en lo más profundo de mi yo interior, Tú que me conoces y me escrutas, tú quien sabes quién soy y qué es bueno para mí y me respondes con tu sí, te diriges a mí diciéndome: Tú. (Del volumen Das Wort fur uns, pp. 91s.)                                                                  De: Klaus Hemmerle, “La luce dentro le cose, meditazioni per ogni giorno”, (“La luz dentro las cosas, meditaciones para cada día”) Città Nuova, 1998.

Operativo metro cuadrado

Operativo metro cuadrado

«Vengo de un país de Centroamérica, El Salvador. Un pequeño Estado, pero rico de recursos naturales y de historia, y al mismo tiempo agobiado, desde hace muchos años, por una gran inestabilidad política, injusticias y pobreza, que han generado distintas formas de violencia y malestar social. En los últimos años, la violencia se ha intensificado tanto que se ha creado una falta de confianza recíproca entre los habitantes, y cualquier persona representa una amenaza para los demás. Una situación que hace sentir a todos la impotencia. En 2014 viví por algún tiempo con otros Jóvenes por un Mundo Unido en una ciudadela de los Focolares en Argentina, la “Mariápolis Lía”. Allí tratamos de poner en práctica la llamada “regla de oro”, que dice: “haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti”. Me di cuenta de lo hermoso que sería construir una sociedad en la que todos cuidemos los unos de los otros. Pero cuando volví a El Salvador, me encontré nuevamente frente a la lucha interna de mi país. La situación era realmente difícil, e incluso más violenta aún. En cualquier momento, incluso de día, era arriesgado salir de casa. Yo solía ir en autobús a un centro deportivo, pero hasta eso se había vuelto peligroso. Nunca sabes si volverás a casa de noche sano y salvo. A raíz de esta situación mis padres, mi hermana y yo llegamos a pensar que debíamos irnos de allí. Pero reflexionando más a fondo sobre el tema, decidimos quedarnos, para ser una luz en este lugar oscuro, en tiempos tan oscuros. En ese período leí un artículo de los Jóvenes por un Mundo Unido de Medio Oriente, quienes contaban que habían decidido quedarse allí, a pesar de la guerra, para estar disponibles a ayudar a los heridos después de los ataques. Su experiencia me hizo reflexionar, reforzando la determinación de quedarme en El Salvador, para ir al encuentro de los sufrimientos de mi gente. Así fue que, junto con otros coetáneos míos, decidimos lanzar una campaña, a la que llamamos “Cambia tu metro cuadrado”, con el objetivo de construir la paz en nuestro ambiente. Sabemos que el problema de nuestro país es complejo, pero podemos hacer la diferencia si empezamos desde nuestra vida, con la gente que encontramos a diario, con las actividades que normalmente desempeñamos. A nivel personal, por ejemplo, trato de ayudar a mis compañeros a afrontar un difícil examen de matemática, o a crear relaciones positivas con los vecinos. Todo ello tuvo un impacto en nuestra sociedad también. Hemos involucrado a otros en este trabajo conjunto, construyendo un parque local, un ambiente más bonito, pintando paredes, limpiando las calles, recogiendo la basura e instalando bidones de residuos. Lanzamos una campaña de recolección de libros para enviar a esas ciudades en donde la tasa de abandono escolar es muy alto. Nació luego una colaboración con otros movimientos que se dedican a visitar a personas ancianas en los institutos, o con instituciones que proveen de alimentos y alojamiento a personas sin techo. Los adultos nos ayudan recogiendo víveres y abriendo sus casas para dejar que cocinemos en ellas. Es increíble ver que la comida siempre alcanza para todos los que la necesitan. Tal vez no estemos en condiciones de cambiar nuestro país de golpe, pero “metro cuadrado por metro cuadrado” podemos hacer un cambio».

Aquél gesto de amor me salvó

Aquél gesto de amor me salvó

«Soy Jean Paul. Una noche de 2015, cuando esperaba un ómnibus para volver a casa, me encontré con un joven en la estación. Para él, viajar solo, era arriesgado pues estábamos en una de las zonas más peligrosas de la ciudad, así que le propuse que viniera esa noche a mi casa. Como el ómnibus no llegaba, comenzamos a caminar. A lo largo del trayecto, fuimos agredidos por seis hombres. Nos dieron una paliza y después me tiraron en una cuneta, tal vez pensando que me había muerto. Allí estuve durante una hora en un estado de inconsciencia. Cuando me desperté, me di cuenta que no podía moverme desde el tórax hasta abajo. Me puse a gritar, después este amigo nuevo vino a auxiliarme: él no estaba gravemente herido como yo. Con la ayuda de algunas personas, me llevaron a un hospital cercano. Esa actitud de amor que yo había tenido hacia él, fue lo que me salvó la vida. Si no hubiera sido por él, me habría muerto. Después de una semana en el hospital, me trasladaron a Kigali, a Ruanda, la ciudad de Egide. Tenía una lesión espinal, no podía moverme porque estaba paralítico y muy dolorido» Egide: «Estaba asombrado porque él (Jean Paul) sonreía siempre, después de lo que le había pasado. A todos los que lo visitaban le infundía alegría y esperanza, era como si irradiara una luz. Durante el primer mes se ocupó de él, un amigo suyo, que debía también ir a la escuela. Entonces me ofrecí a tomar su lugar. No era fácil, había encontrado un trabajito, pero decidí dejarlo para estar al lado de Jean Paul todo el tiempo. Mi madre no comprendía, decía que ese trabajito, aunque fuera pequeño, era un buen comienzo, pero yo estaba decidido y ella me dejó ir. Le pedí a Dios que me indicara la forma de ayudar a Jean Paul. Nuestros amigos y familiares de Ruanda y de Burundi venían a visitarnos. Gracias a su amor, encontramos la fortaleza» «Después de algunos meses, me operaron. Me dijeron que no iba a caminar más. Después de un mes, nos trasladamos a un centro de rehabilitación para comenzar la terapia, que era muy exigente. Pero no me rendí. Hice los ejercicios con todas mis fuerzas y al final logré caminar. ¡Un milagro! Primero con dos muletas, posteriormente, después de un año, con una sola» «Esta amistad nuestra atrajo la atención de la familia de Jean Paul, de las enfermeras, de los médicos y de los otros pacientes, porque yo soy ruandés y el burundí. Durante el tiempo transcurrido en el hospital y en el centro de rehabilitación, él sufría mucho, pero seguía sonriendo. Todos estábamos asombrados de su actitud, de su valor y decisión. Con la ayuda de Jóvenes por un mundo unido y de nuestros amigos, pudimos superar los sufrimientos y vivir entre nosotros “más allá de toda barrera”. Nuestros amigos se alternaban para traernos comida. Poco a poco, una ong descubrió nuestra situación y nos brindó las comidas diarias. Pero Jean Paul me pedía siempre que llevara la comida a alguien que tuviera mayor necesidad. Lo hacía con alegría, diciendo que era el regalo de otro paciente» «Hace un año terminé la rehabilitación. Agradezco a Dios por haberme dado el valor de no sentirme derrotado. Pude también perdonar a aquellos que me habían lastimado. Perdonarlos no sólo me dio paz, sino que también me ayudó de algún modo a recuperarme más rápidamente. Quiero agradecer a los Jóvenes por un mundo unido y a sus familiares que me ayudaron a juntar el dinero para pagar los tratamientos» «Después de este período recibí dinero para volver a la escuela, y, al mismo tiempo encontré un trabajo mejor que el que había dejado. Agradezco a Dios, ¡nadie pensaba que Jean Paul habría caminado! Si una persona da todo por amor, no permanece sola»


El himno de la JMJ de Panamá

Se llama “Que se haga en mi según tu palabra” y su versión internacional fue lanzada el 4 de julio. La próxima Jornada Mundial de la Juventud, en la cual estará presente el Papa Francisco, se realizará en Panamá desde el 22 al 27 de enero de 2019 y tendrá un himno oficial que se cantará en cinco idiomas. La música fue compuesta por Abdiel Jimenez, y la versión italiana fue compuesta por el Maestro Marco Frisina. Los intérpretes de la versión internacional son Gabriel Diaz, Marisol Carrasco y Masciel Muñoz para el español; Lucía Muñoz y Pepe Casis para el italiano; Naty Beitía para el francés; José Berasategui y Eduviges Tejedor para el inglés; y Erick Vianna y Kiara Vasconcelos de la Comunidad Shalom de Brasil para el portugués.   https://www.youtube.com/watch?v=SXlYt_JjftE

En la Tierra hay una sola humanidad

En la Tierra hay una sola humanidad

«Los muros dividen naciones, culturas y personas. Crecí frente al muro que separa por un lado los Estados Unidos y por otro México. Me llamo Noé Herrera y nací en una ciudad de México, cuyo nombre, Mexicali, viene de México y California. Desde pequeño, me preguntaba por qué es tan difícil atravesar la frontera con los Estados Unidos. Estos dos países tienen muchos rasgos comunes en su cultura, como la comida, la lengua e incluso aspectos económicos. Tengo muchos amigos en ambos lados y mucha gente, como yo, va y viene de México a Estados Unidos y viceversa. Sin embargo, he visto que esta frontera representa un motivo de grandes sufrimientos para nuestros países. Lo vi en muchas familias que se separaron, en los inmigrantes que luchan por encontrar un futuro mejor, en los muchos prejuicios que hemos creado. Pero he visto que la gente es indiferente a esta situación. ¿Por qué? Porque nos hemos acostumbrado a ver esta división». «No hice la misma experiencia que Noé con el muro, puedo decir que desde los Estados Unidos es más fácil atravesar la frontera, que al revés. Me llamo Josef Capacio. Vivo en una ciudad del sur de California, San Diego, cerca de la frontera. Yo también vi la división en los Estados Unidos, pero por suerte aprendí, desde cuando era muy joven, a vivir por la unidad. A lo largo de los años una nueva percepción del mundo se abrió camino dentro de mí. Creciendo, expuesto a la multiculturalidad, no sólo la tolero ahora, sino que la he hecho mía. Pienso que es parte del motivo por el cual Noé y yo nos hicimos amigos. Yo no soy solamente Josef, norteamericano, nacido en una familia emigrada de las Filipinas, y él Noé, de la gran estirpe mexicana. Somos todo esto y algo más aún. Somos dos ciudadanos del mundo. Y no olvidaré nunca cómo nos conocimos. Tras haber pasado un año lejos de mi casa, y habiendo estado en una escuela de formación para jóvenes de los Focolares en Italia, me había entusiasmado con la idea de volver a casa y sostener nuestras iniciativas en California. Un amigo me sugirió que me uniese a un proyecto en Mexicali. Siendo honesto, al principio, no me gustaba la idea. Pero me mordí la lengua y lo escuché. Afortunadamente, después de haber conocido a Noé, me decidí a ir con algunos amigos. Ese día no se puede describir con palabras; fue una maravilla.» «El objetivo era mostrar nuestra visión de un mundo unido a través de una carrera simultánea a lo largo del muro. Había unas 200 personas de los dos lados, con un único mensaje: “Podemos estar divididos por un muro, pero estamos juntos para construir un mundo unido”. Mucha gente, de todas las edades, adhirieron y desde entonces se ha vuelto una cita anual en la que hemos involucrado a los gobiernos locales, de ambos lados. Después de ese primer gran evento, nuestro objetivo se volvió más visible. Josef y yo, con otros amigos de nuestros países, tuvimos la oportunidad de trabajar juntos en muchas actividades sociales, y también con el tiempo, hemos desarrollado relaciones de fraternidad y de verdadera amistad con nuestros vecinos más allá de la frontera. Descubrí que nuestros valores, objetivos y visión del mundo son muy similares. Somos todos iguales y puedo amar a su país como al mío». «Saqué esta foto durante uno de nuestros eventos, que me inspiró esta idea: “Hay, por distintos motivos, fronteras físicas, geopolíticas, económicas, de seguridad. Pero en nuestros corazones no hay barreras. Somos un único pueblo y queremos un mundo unido”. Los que tuvieron el privilegio de mirar a nuestro planeta desde el espacio hablan a menudo de una nueva percepción de la vida humana, en la Tierra. Desde allá arriba no hay fronteras. Desaparecen. Son invisibles, inexistentes. Los motivos por los que seguimos haciendo guerras se vuelven pequeños. Un astronauta llegó a decir incluso: “Desde aquí se ve claramente que sobre la Tierra somos una única humanidad”».