Kolumbien: «Das Leben aus dem Wort macht uns eins»
David es un estudiante de Economía de Quito, Ecuador. La familia tiene una empresa de uniformes y él participa en la administración. Ganar un importante contrato en otra ciudad resulta ser un negocio inesperado, pero ya en la primera reunión con el director les proponen un negocio deshonesto. La mamá de David lo rechaza y así empiezan las dificultades: múltiples viajes, crecientes exigencias, revisión exhaustiva de la mercancía, como consecuencia suben los costos pero como los productos y el servicio son de calidad todo termina bien. Sin embargo se preguntan: ¿qué querrá Dios de nosotros en esa ciudad? Llegan a saber de las dificultades de una familia del lugar y les ofrecen una beca para que unos de sus niños pueda estudiar. Las ventas de la empresa aumentan así como el prestigio general por su estilo respetuoso de las normas y los valores. Ahora el proyecto es entrar a formar parte de las empresas de Economía de Comunión y mientras tanto, dentro de pocos meses, David se estará graduando.
Otros testimonios presentan a gente, apacible y firme en sus principios, valiente y radicada en el Evangelio. En esta sala de Bogotá se reunieron, desde del viernes 5 hasta el día de Pascua, más de mil personas, representantes de las comunidades del Movimiento presentes en Colombia, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. Estuvo presente también Mons. Ruiz, secretario del Consejo Pontificio para la promoción de la Nueva Evangelización, y el nuncio Mons. Cavalli quienes Intervinieron en el encuentro ofreciendo aportes valiosos. Los tres días del encuentro giraron alrededor del tema “La Palabra vivida nos hace uno” que ofrece la posibilidad de hacer un balance sobre la presencia de los Focolares en contextos muy variados, pero a menudo marcados por la desintegración, la violencia, la corrupción, la impunidad.
Parecen inútiles gotas de agua azul en océanos contaminados, pero sorprende la determinación de estas personas, nutridas por el Evangelio y por la espiritualidad de la unidad. “Desde los primeros tiempos –indica Chiara Lubich en un video con el que inicia el encuentro- la Palabra vivida ha sido un punto central en nuestra vida. Es el camino a la santidad abierto para todos. Y María es el modelo, porque ha vivido la Palabra en modo incomparable”. Cristopher, de Panamá, un adolescente de los Focolares, quien fue asesinado con una puñalada al pecho, cayendo víctima de un robo deja una estela de luz y muchos de sus coetáneos ahora siguen su ejemplo.
Interpelado por una serie de preguntas, Giancarlo Faletti indica la necesidad de mantener encendida la llama del amor recíproco y de la unidad y llevarla a todos los ambientes; invita a aceptar los complejos desafíos del mundo de hoy, también en esta parte de América; sugiere buscar las respuestas en el Evangelio, pero también estar preparados y actualizados sobre los temas de hoy para poder justificar con la razón la propia conducta y la propia cultura. Es un apasionante preludio al diálogo con la presidente María Voce, quien, como siempre, sigue cada cita a través de la conexión por video desde Guatemala. Pero, antes de la reflexión hay un momento recreativo: las tradiciones artísticas de los seis países conquistan el palco y el agrado de los presentes: ¡qué ritmos, que danzas, que trajes!
Maria Voce aparece en la gran pantalla y produce una ovación. Como si estuviese aquí. “¿Por qué tenemos que obedecer a Jesús y no a María?”, le pregunta angelicalmente Sharik, de siete años. “María –contesta la Presidente- quiere que obedezcamos a Jesús, como nos indicó en las bodas de Canán. Esto es lo que ella quiere, por eso obedeciendo a Jesús obedecemos a María”. Ésta es la primera de las nueve preguntas que culminan con una solicitud osada: estás conociendo las Américas, ¿qué puede ofrecer el carisma de la unidad a nuestros pueblos?
«He visitado América del Norte – hace la premisa María Voce-, son pueblos jóvenes, emprendedores, amantes de la libertad, siempre en busca de nuevas soluciones y de nuevas fronteras. Aquí en América Central en cambio estoy descubriendo una historia rica, antigua, plural, que data mucho antes de la llegada de los españoles. Tiene raíces profundas que atraviesan siglos y siglos de todos estos pueblos que conviven aquí”. Y todavía: “No sólo hay que resolver las desigualdades económicas. Me parece que este pueblo se puede llegar a ser una sociedad armonizada de pueblos que se donan recíprocamente sus propias raíces, sus propios acontecimientos históricos y culturales para ofrecer al mundo un testimonio de una convivencia que recupera totalmente el pasado”. Y al final, el augurio: “Hay que caminar por esta vía, confío en cada uno de ustedes. Jesús entre nosotros nos ayudará paso tras paso”.
Han sido días de reflexión y de fiesta. En fin, de Pascua. Y es precisamente esa mañana que Alberto Lo Presti, el director del Centro Igino Giordani, habla de Giordani. Una figura poliédrica, precursora de los tiempos de hoy y cofundador de los Focolares. Fue él el primero que puso en evidencia las novedades que ofrecía Chiara Lubich y las implicaciones culturales, civiles y sociales de su carisma. También hoy es capaz de llevar de la contemplación a la acción, de hacer converger “aquí y ahora”, de hacer aterrizar los propósitos y compromisos de estos días en la realidad de los países presentes.
Giancarlo Faletti hace el cierre de los “tres días”. Lo hace en español, agradeciendo por la inolvidable experiencia de comunión. “El Resucitado nos ha traídos los dones del Espíritu y ustedes me han hecho entrar en la vida de sus países. El corazón nos arde en el pecho, como a los discípulos de Emaús. Vayamos hacia todos, incendiemos cada corazón. ¡Felices Pascuas!”.
De Paolo Lòriga, enviado
“Estoy contento de estar en Colombia justo en estos días y poder asistir a vuestro encuentro”, dijo mons. Octavio Ruiz, de paso por su País natal, quien se encuentra ahora en el Vaticano como secretario del Consejo Pontificio para la promoción de la nueva evangelización, el organismo creado por Benedicto XVI en el 2010.
En virtud de su reciente cargo mons. Ruiz fue invitado a tener una lección sobre la nueva evangelización de parte de los organizadores del convenio internacional de los Focolares, que eran más de un millar de personas provenientes de Colombia, Costa Rica, Ecuador, Panama, Perù, Venezuela Estaba presente en el encuentro de tres días el copresidente de los Focolares Giancarlo Faletti.
El secretario del Pontificio consejo resaltó las dimensiones de la evangelización, de la inculturación y del compromiso a través de las obras sociales, particularmente presentes aquí en América Central y Sud América. “La característica de la nueva evangelización está en la frescura que nace de la Palabra”, subrayó el prelado, revelando que “sirven hombres nuevos, con corazones nuevos, con nuevas convicciones, con fuerza interior y ardor”. Debido a las múltiples fronteras que se abrieron luego de la secularización “es cada vez más evidente el rol fundamental que deben desempeñar los laicos y entre ellos las familias”
En el saludo final, mons. Ruiz dijo a los presentes que, “siguiendo el carisma de Chiara Lubich, pueden contribuir en la realización de la nueva evangelización. Todos ustedes son protagonistas” Los testimonios presentados durante los tres días de trabajo hicieron hincapié en el centro que es la Palabra vivida y la vocación a estar en primera línea de las personas que viven el carisma de la unidad.
Terminando el convenio de los Focolares intervino el nuncio en Colombia, mons. Aldo Cavalli, italiano de la provincia de Bérgamo, que celebró la solemne Misa de Pascua. En la homilía recordó la urgencia de la nueva evangelización y recordó la reciente reflexión de Benedicto XVI sobre la vida de los cristianos de los primeros tiempos, que se encontraban en una época donde reinaba el politeísmo absoluto con tantas divinidades y tantas verdades.
Sin embargo la Buena Noticia se abrió rápidamente camino. ¿Cuál era su fórmula?, se preguntó el diplomático de la Santa Sede. Para el papa Ratzinger, la respuesta es clarísima: “Porque los discípulos vivían tan bien y anunciaban tan bien, que quien los encontraba quedaba impresionado e intuía que Jesús era la verdad”
El contexto de hoy se parece mucho al contexto de aquella época. Las dotes de los discípulos no cambian. “Para ser un buen discípulo –aclara mons. Cavalli-, deben comprender a Jesús a través de la Palabra, debo estar convencido para tener la capacidad de anunciarlo. Si no he comprendido la muerte de Jesús, ¿como puedo anunciar la Pascua?”. Preguntas y perspectivas que hay que atesorar volviendo al propio País para acentuar una presencia comunitaria capaz de testimoniar la familia de un Dios que es Amor.
Paolo Lóriga, enviado
Con una superficie de 2.800.000 km2 la República Argentina tiene una gran variedad de climas que van desde el calor subtropical al frío antártico. Entre la Cordillera de los Andes y las costas del Océano Atlántico una inmensa llanura fértil que ocupa casi la mitad de su territorio, lo que le ha hecho ganar el título de “granero del mundo”. La variedad de paisajes la convierten en meta de numerosos turistas.
Un país abierto a las grandes masas de inmigrantes que hicieron propia esta tierra y le dieron pujanza y desarrollo. 40 millones de habitantes, concentrados mayormente en las grandes ciudades, muestran una gran diversidad de orígenes, en su mayoría italianos y españoles.
La corta historia argentina presenta una serie de conflictos que se reflejan en el presente: las luchas entre las provincias y el gobierno de Buenos Aires, golpes militares con dictaduras (la última y más dura entre el ‘76 y el ‘83 que dejó el saldo de 30.000 “desaparecidos”), la guerra perdida con Inglaterra por las Islas Malvinas-Flakland en 1982, el 30 % de la población que aún vive en considerables niveles de pobreza.
La mayoría de la población es católica, con presencia de cristianos de otras denominaciones. Le siguen los musulmanes y judíos y en menor escala se cuentan fieles de las demás religiones y personas sin una convicción religiosa.
Los ámbitos de la cultura en todas sus expresiones, las artes y el deporte produjeron personajes reconocidos en todo el mundo.
Sobre esta base, cuando Chiara Lubich visitó Argentina en 1998 tuvo distintos encuentros en los que pudo palpar la riqueza y la diversidad cultural, religiosa, social y política de su gente. Cuando tuvo frente a sí los 8000 miembros del Movimiento de los Focolares les dio una consigna bien precisa: “Aconsejo aquí, un diálogo a 360 grados, o sea, amar a todos… Para realizar este diálogo a 360 grados, ¿por dónde empezar? Por el primer punto del arte de amar. Esta es la consigna: amar a todos”
El Movimiento de los Focolares había llegado a la Argentina en 1957 a través de un sacerdote que había participado en la Mariápolis que se realizaba en las Dolomitas (Italia). Nació una primera comunidad de personas que adhirieron al Ideal de la Unidad en Santa María de Catamarca, en los Valles Calchaquíes (al noreste del País), tierra rica de cultura de los pueblos originarios de Sudamérica. Pocos meses después, hacia fines de 1958, Lía Brunet, Marco Tecilla y Ada Ungaro llegaron por primera vez a Sudamérica con un itinerario que incluía Brasil, Argentina (visitando Buenos Aires y Santa María de Catamarca), Uruguay y Chile. En octubre de 1961 y febrero de 1962 se establecieron los primeros focolares en Buenos Aires con Lía Brunet y Vittorio Sabbione, para animar la comunidad que crecía día a día. La espiritualidad de la unidad se muestra como un camino nuevo para este pueblo joven y su difusión es muy rápida. Se multiplican las Mariápolis y en 1963 se funda la Editorial Ciudad Nueva argentina. Los años siguientes son importantes para el Movimiento de los Focolares en Argentina ya que por tres veces consecutivas (1964, ’65 y ’66) Chiara Lubich visita este País. Durante el último de estos viajes Chiara misma pone la piedra fundamental del “Centro Mariápolis” (centro de formación) en José C. Paz, cerca de Buenos Aires.
Como un faro para toda Argentina y países limítrofes en 1968 en O’Higgins, Buenos Aires, nació la Mariápolis permanente (“Ciudadela Lía”). Un fuerte centro de formación para los miembros del Movimiento y de irradiación para los miles de visitantes que llegan los fines de semana. Desde entonces son más de 4000 los jóvenes que pasaron un año dando vida a este proyecto y entrenándose para ser testigos de este estilo de vida en sus lugares de origen.
A través de la Escuela de Estudios Sociales se profundiza en la Doctrina Social de la Iglesia y su concreción en la realidad política y social argentina. La Escuela de Formación Ecuménica hace lo propio en el ámbito del diálogo entre las distintas iglesias cristianas. Muchos de los miembros de los focolares que se formaron en esta escuela hoy participan en las comisiones diocesanas de ecumenismo.
El diálogo con los distintos Movimientos y realidades eclesiales da frutos abundantes para la Iglesia Argentina. Con las grandes religiones -judíos, musulmanes, hinduistas y otros– se entreteje un diálogo de conocimiento, amistad y colaboración muy fuerte. En el 2011 se realiza en la Mariápolis Lía el IV Simposio Judeo cristiano. Distintos grupos de personas con convicciones no religiosas adhieren al espíritu de los Focolares y realizan acciones locales.
La propuesta de Chiara, de sostener un diálogo a 360º, está echando raíces en las distintas realidades sociales a través de las personas y las estructuras del Movimiento. En 1991 había nacido también en Argentina la Economía de Comunión y se dio inicio al Polo Industrial “Solidaridad” en la Mariápolis de O’Higgins. En la actualidad 56 empresas adhieren al proyecto.
En el año 2001, marcado por una fuerte crisis política y económica, se fundó el Movimiento Políticos por la Unidad, que dió vida a múltiples iniciativas de formación, reflexión y acción; con grupos de diálogo político y la Escuela de formación política y social para jóvenes, con 12 sedes en todo el país. Como consecuencia del compromiso social y formativo de estos años, nació la Cátedra Libre Sociedad Política y Fraternidad, en la Universidad Nacional de La Plata. Desde allí se originó la RUEF (Red Universitaria para el estudio de la fraternidad).
El Movimiento en Argentina cuenta con más de 7.000 miembros comprometidos, 42.000 adherentes, miles de simpatizantes, 1 ciudadela con 200 habitantes, la Editorial Ciudad Nueva, 3 Centros Mariápolis para cursos de formación, centros focolares en las principales ciudades del país, comunidades esparcidas por todo el territorio, obras sociales sostenidas por sus miembros y la participación de los mismos en distintos ámbitos de la actividad política, social, cultural y eclesial. Son cientos de miles las personas que han tenido y tienen contacto con alguna expresión del Movimiento.
Links externos:
República Argentina: http://www.argentina.gob.ar/
Editorial Ciudad nueva: http://www.ciudadnueva.org.ar
Mariápolis: http://www.mariapolis.org.ar
Economía de Comunión: http://www.mariapolis.org.ar/edc/
Movimiento Políticos por la unidad: http://www.mppu.org.ar
Ruef: http://www.ruef.cl
Obras sociales: http://www.focolares.org.ar/8g-obras_sociales.html
Tan explosivos como recogidos. Tan vivaces como profundos. En el palco seis jóvenes cantan derramando alegría y ritmo. Vienen del Ecuador y del Perú, Venezuela y Costa Rica, Panamá y Colombia representando a sus coetáneos comprometidos en el Movimiento de los focolares. Son casi 200 en la sala del Centro Mariápolis de Tocancipá, cerca de Bogotá. Pueden por lo tanto decir, dando comienzo al encuentro: “Buenas tardes, Latino América! Queremos que sea un anticipo del Genfest!”
Parece contradictoria una propuesta de este tipo un Viernes santo. Y en efecto no tienen ninguna intención de bromear. Abrieron la tarde con la liturgia del Triduo, vivida en recogimiento y escuchando la Pasión de Jesús. Ningún salto, por lo tanto, se advirtió, cuando, concluyendo la liturgia, empezaron a contar de sus iniciativas sociales en las que trabajan para aliviar los dolores, la pobreza y la marginación de su gente. Pero sin olvidar el sufrimiento de los millones de hambrientos del Africa.
Los relatos manifiestan el compromiso y el coraje de comunicar el espíritu del carisma a todos y en los distintos ambientes, sin ningún tipo de proselitismo pero sin ser timorato, como la fundadora Chiara Lubich propone que se realice en un video que siguen con gran silencio. Giancarlo Faletti, copresidente de los Focolares, lo constata: “Ustedes son la palabra viva de Chiara y le permiten gritar su mensaje aún más fuerte. Se ve que Dios es el protagonista de vuestra vida personal y comunitaria, por lo cual digo que el Genfest ha comenzado hoy”. Se desata un júbilo general.
El Genfest se realizará a fines de agosto en Budapest. Faletti, conquistado por los jóvenes ha lanzado anticipadamente el evento. Podría parece audaz, incluso por sus respuestas. Pero los hechos le dieron la razón. Lo que sucedió luego fue mucho más que un tímido anticipo.
La parte fuerte del programa fue el diálogo a distancia con la presidente María Voce. La conexión por Internet funciona enseguida y ya se ve María Voce en la pantalla. Los jóvenes le habían enviado una serie de preguntas, agrupadas por temas. Ella entra enseguida en los argumentos y con su acostumbrada claridad, responde. Las cabezas aprueban respuesta tras respuesta, es mucha la fe que la presidente deposita en ellos.
Después de una media hora abundante, María Voce cierra su intervención. Misión cumplida. No hubo canciones ni pausas. Quedan los saludos finales. Ella pregunta si hay alguna pregunta que surja en ese momento. Es el Genfest que empieza.
La distancia se anula, en espacio y tiempo. La presidente está presente en plena sintonía. Uno tras otro van pasando al micrófono, rostros imberbes o con barba descuidada que sacan sus temas, la marginación y la pereza, la felicidad y el miedo al dolor, la muerte y la rabia por las injusticias. Manifiestan su perplejidad en acontecimientos propios, emblemáticos de su generación.
Estos jóvenes son exigentes: quieren comprender como Dios ve las cosas. María Voce va más allá. Los lleva a ver desde donde Dios ve las cosas: desde el abandono del crucifijo, de ese insondable misterio que esconde la potencia divina y la fragilidad humana. No es la cruz, no es el dolor: “Jesús abandonado es una persona que dio la vida por nosotros. En el sufrimiento Lo encontramos. Todos los dolores, si creemos en Dios Amor tienen un valor de redención” Es Viernes santo y hay luz en los ojos de estos muchachos. Pasó una hora y media. Fue un auténtico Genfest.
Paolo Lóriga, enviado.
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Zenit: Nos acercamos a la Pascua. Mientras que en el mundo se respira un clima de miedo por la amenaza terrorista, ¿qué respuesta ofrece el misterio del Viernes Santo y de la Pascua de Resurrección? «Cada día es un Viernes Santo. Al ver el telediario, ante la sucesión de asesinatos y atentados, ante esas imágenes inhumanas de violencia, ante el grito de esos sufrimientos, resuena el grito de abandono que lanzó Jesús al Padre en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”; su prueba más alta, las tinieblas más oscuras. Pero es un grito que no quedó sin respuesta. Jesús no se quedó en el abismo de aquel sufrimiento infinito, sino que, con un esfuerzo inmenso e inimaginable se volvió a abandonar al Padre, superando ese enorme dolor y reconduciendo así a los hombres al seno del Padre y al abrazo recíproco. Sabemos cuáles son las causas más profundas del terrorismo: el resentimiento, el odio refrenado, los deseos de venganza incubados por pueblos oprimidos desde hace mucho porque los bienes no son compartidos, los derechos no son reconocidos. Lo que falta es la comunión, la capacidad de compartir, la solidaridad. Es urgente, por tanto, suscitar en el mundo, por doquier, espacios de fraternidad, esa fraternidad reconquistada en la cruz. Desde esa cruz, Jesús nos da la lección altísima, divina, heroica, sobre lo que es el Amor: un amor que no hace distinciones, sino que ama a todos; no busca recompensa, sino que siempre toma la iniciativa; sabe hacerse uno con el otro, sabe vivir en el otro; tiene una medida sin medida: sabe dar la vida. Este amor tiene una fuerza divina, puede desencadenar la revolución cristiana más poderosa que tiene que invadir no sólo el ámbito espiritual, sino también el humano, renovando cada una de sus expresiones: cultura, política, economía, ciencia, comunicación… (…) el mandamiento que Jesús define como nuevo y suyo: “amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Cuando es vivido con radicalidad, genera la unidad y lleva consigo una consecuencia extraordinaria: el mismo Jesús, el Resucitado, se hace presente entre nosotros, como prometió “a dos o tres reunidos en su nombre”, que quiere decir en su amor, como dicen los Padres de la Iglesia. Una página de los inicios del Movimiento constata la sorpresa de cuánto íbamos descubriendo: “¡La Unidad! ¡Se siente, se ve, se goza, pero… es inefable! Todos gozan de su presencia, todos sufren por su ausencia. Es paz, gozo, amor, ardor, clima de heroísmo, de plena generosidad. ¡Es Jesús entre nosotros!”. Y con él, es Pascua perenne.» Leggi tutto il testo (Centro Chiara Lubich)
Joana es una adolescente de largo cabello negro. Canta una canción típica –Esta es Colombia, viajero-, que evoca la belleza del País. Giancarlo Faletti recién llegado de México se encuentra ahora en esta tierra con costa sobre los dos océanos. Visita una significativa iniciativa que le da la bienvenida. Una decena de niños y niñas con vestimenta de papel coloreado danza con paso seguro, en la salita repleta de lugareños que llegaron para saludar al copresidente de los Focolares.
Los Chircales es un barrio de la periferia sur de Bogotá. Es una extensión de casitas rojas desordenadas, de color ladrillo que dan el nombre al lugar. Todo alrededor se percibe como un panorama difícil, con calles rotas, las paredes en ruina. Es en este contexto que tiene su sede el Centro social Unidad.
Todo comenzó en 1977. Un grupito de jóvenes de la ciudad tomó en sus manos el audaz desafío lanzado en ese año por Chiara Lubich: Morir por la propia gente. Llegaron aquí, al territorio de la parroquia del padre Luis y comenzaron a jugar con los niños. Encontraron la humanidad herida pero profunda de dos chircaleros, Gabrielina y Macedonio, que mezclaban la arcilla para producir ladrillos, esos ladrillos que sirvieron para edificar la gran metrópolis de Bogotá
Gracias a la generosa disposición de estos jóvenes, nacieron una cantidad de emprendimientos sociales para este barrio olvidado por todos, pero no olvidado por la Providencia. Instalaron un consultorio médico y otro de dentista, una boutique muy bonita que arregla y vende vestidos a precios accesibles, ofrecieron apoyo escolar a los niños del barrio. La misma municipalidad de Bogotá se dio cuenta de la voluntad de estos jóvenes que querían rescatar el barrio y se ocupó de proveer el abastecimiento de agua corriente, del saneamiento, de las alcantarillas, del servicio eléctrico.
Gabrielina y Macedonio dan testimonio de una esperanza transformada en realidad. Hoy el analfabetismo y el alcoholismo han desaparecido de la mayoría de los habitantes. Ellos son un ejemplo y se han convertido, por la dignidad rescatada, en puntos de referencia y líderes escuchados.
El Centro social Unidad se jacta de ser una sede más que digna, en la cual se desarrollan programas educativos para las diversas edades con una sala equipada con computadoras. 75 estudiantes se benefician del sostén a distancia coordinado por la Asociación Familias Nuevas. Se realizan con regularidad cursos de recuperación para 70 escolares flojos en el estudio y las actividades recreativas ocupan a otros 120 jóvenes.
Hace unos años una docente conoció la iniciativa y quiso aportar profesionalmente ayuda a las madres. Se desarrolló aquí un rol fundamental, apareció una figura poco usual: la mamá comunitaria. Actualmente son 15 y cada una cuida 14 niños, una especie de nido y refugio en el que inician educando a los ciudadanos del mañana.
El tiempo pasó al galope: “Encontré una gran página de historia sagrada –comenta Giancarlo Faletti-, encontré el Evangelio vivo. Le comunicaré a la presidente Maria Voce el precioso tesoro que son ustedes para el barrio y la ciudad” Los abrazos no terminan nunca. ¡Y se comprende!
Alberto Lo Presti y Paolo Lòriga
Las imágenes que se suceden en la pantalla deberían narrarnos el caso judicial de Manuel Mena. Pero nos da trabajo reconocer su rostro. Ha apenas pasado la puerta de la cárcel, finalmente libre y alrededor de él se estrechan abrazos de sus familiares y las lágrimas y los gritos de alegría crean un conmovedor juego de intermitencias. Miguel había sido arrestado y condenado injustamente a los 17 años y algunos errores de procedimiento y de investigación le habían hecho sufrir la injusticia.
Su caso es uno de los últimos tratados por el “Proyecto Inocencia”, una iniciativa que está en la vanguardia en América Latina, surgida de la fraternidad en el 2007 en la universidad Manuela Beltrán de Bogotá por obra de Juan Carlos Cárdenas y otros, que inspirados en el ideal de la unidad, orientaron un servicio gratuito al departamento académico jurídico sobre los hechos de injusticia. La innovadora acción constituía una piecita del mosaico que se ha ido componiendo el pasado 4 de abril en la universidad Beltrán con aportes de Venezuela, Ecuador, Perú, mostrando un verdadero interés de los demás 400 presentes, entre ellos políticos, académicos, artistas y exponentes de varias Iglesias cristianas. El simposio internacional –promovido sobre el tema “El diálogo con la cultura. Camino hacia la fraternidad” del Movimiento de los Focolares de los Países implicados-, no tenía la intención de conducir un reconocimiento de las iniciativas existentes, sino más bien individualizar los rasgos relevantes de un diálogo que se puede reproducir en otros contextos. Miguel Niño, coordinador de los trabajos, presentó el diálogo como categoría cultural y dimensión existencial que nos dirigen hacia Chiara Lubich y mostró declinaciones y niveles, desde el interpersonal al multiétnico, desde el intercultural al de los conocimientos. Hay suficiente material para intuir las razones y los desafíos que la cultura de la fraternidad debe hoy enfrentar en la Hispanoamérica. Y la necesidad y fecundidad de encuentros como este, fue subrayado por Giancarlo Faletti, copresidente de los Focolares, llevando el saludo de la presidente Maria Voce, que siguió los trabajos por conexión telemática. Que se trate de una frontera rica de futuro surgió también de la creciente influencia operada por la Cátedra libre Chiara Lubich, fundada por el rector, profesor Lombardi, de la universidad católica de Maracaibo, Venezuela. Los ámbitos de incidencia se refieren ya a los culturales y artísticos, económicos y sociales, éticos y pedagógicos, con un despliegue hacia otras nueve universidades y asociaciones de carácter cultural Universidades e instituciones públicas de varios Países siguen con atención también las otras iniciativas presentadas en el simposio, que van desde el desafío multiétnico e intercultural –desafío muy abierto en el conjunto de tipos humanos del continente latinoamericano-, hasta la recalificación de ambientes urbanos, desde la promoción de la cultura de la unidad hasta la búsqueda de factores éticos de desarrollo cultural En resumen, un cuadro de escenarios apasionantes, que extraen origen y linfa cultural del principio de la fraternidad universal, de la cual habló, al principio del simposio, Alberto Lo Presti, politólogo italiano. El mostró la actualidad de ese principio para la cultura contemporánea. “Las transformaciones del mundo global –indicó-, ponen en luz la interdependencia y el común destino de los pueblos. Y es por esto que tienen necesidad de la cultura de la fraternidad, capaz de representar con eficacia las metas hacia la cual la historia está corriendo” Paolo Lóriga, enviado
“Esta es Colombia, mi pueblo: negro, mestizo, indio, el que te da la mano, esperanza del pueblo Americano”, con las notas de esta canción tradicional un grupo festivo de jóvenes, niños y adultos acompañado de bombo y guitarra recibe a Giancarlo Faletti, copresidente del Movimiento de los focolares. Es la primera vez, desde que el Movimiento está presente en Colombia, que reciben la visita del copresidente, mientras que María Voce se encuentra en otro país de América Latina, en Guatemala. “Pero la sentimos muy presente –dicen-, y recibiendo a Giancarlo nos parece que recibimos también a ella”. S
on las 20:30 cuando las puertas automáticas del aeropuerto “El Dorado” de Bogotá se abren para dejar pasar al copresidente y la comitiva que lo acompaña. Es un momento de gran fiesta y emoción para los miembros de la comunidad de los Focolares de Colombia, pero también para la gran cantidad de personas que viajaron para esta ocasión desde Costa Rica, Panamá, Venezuela, Perú y Ecuador. Un sonoro aplauso acompañado del grito al unísono y en italiano “Benvenuto”, suena en el aeropuerto llamando la atención de los ocasionales pasajeros curiosos de tanta efusión colectiva. La alegría aumenta cuando Giancarlo Faletti se pone la “ruana” blanca –vestimenta típica colombiana- que lo ayudará a cubrirse del frío de Bogotá. Es el primer y breve saludo, que anuncia días importantes plenos de alegría. “Giancarlo nos saludó con una gran sonrisa” – cuenta uno de los presentes, mientras lo acompañan hacia la casa que lo alojará en estos días. “Nos dejó en un maravilloso clima de amor y unidad” – cuenta otro del grupo de los anfitriones. Una atmósfera de alegría profunda que quedará durante toda su estadía en la tierra colombiana.
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«Después de la resurrección, Jesús todavía se quedó 40 días en la tierra con los suyos. ¿No será porqué nos quería manifestar su deseo de permanecer entre los hombres y compartir con ellos obligaciones, dificultades, alegrías, dolores, victorias, fracasos…?
Y si es así, nuestro amor recíproco siempre renovado, que le permite resucitar continuamente en nosotros y entre nosotros, ¿no será el mejor modo de vivir una Pascua perenne? ¡Desde Guatemala, donde se viven muy intensamente los misterios de la Semana Santa, lleguen a todos los amigos del Focolar en el mundo mis mejores deseos para que sea así!» Emmaus (Maria Voce) |
Tengo 21 años y asisto al 3er año de medicina. Conocí el Movimiento gracias a los Jóvenes por un Mundo Unido que eran compañeros de clase en el liceo. Apenas sentí la necesidad de profundizar en mi espiritualidad y en mis ideales le pedí consejo a un amigo gen. Me gustaba el movimiento y sentía un gran deseo de amar concretamente pero tenía miedo de no poderme acercar al Ideal de la Unidad porque estaba alejado de la religión. Mis amigos enseguida me tranquilizaron pues hay ideales que van más allá de la religión. No me gusta que me llamen ateo, porque hoy en día el ateísmo está siendo considerado en feroz oposición a la Iglesia y a las religiones. Yo en cambio trato de tener respeto delante de cada persona y cada cosa, por esto prefiero que me llamen “no creyente”. Vivir cada momento amando es lo que me hace sentir un verdadero Gen, brillar lo más que puedo, de forma que alguien quede impresionado de mi luz. Vivir en medio de tanta gente que está siempre pronta a amar, me llevó a comprender que no se necesita ser héroe para salvar vidas. Si se ama en el momento presente en cualquier lugar, las personas cambian. Un pequeño gesto de amabilidad puede despertar la sonrisa en alguien, y puede desatar una serie de acontecimientos positivos en cadena, se crea una porción de mundo unido. Un día, cuando estaba de excursión en la montaña, un señor decidió unirse a nuestra comitiva porque sufría de vértigo y tenía miedo de bajar con la aerosilla. A pesar de que sus zapatos estaban rotos decidí cambiarle los zapatos continuando yo con un pie descalzo y el otro con un zapato roto. … Cuando una acción es impulsada por el amor desinteresado y vivida con cotidianidad, a nosotros tal vez no nos cambie el día pero a muchos otros sí. Mi elección de vivir como Gen, como joven que vive este Ideal no es tan simple: cada día trato de hacer lo que es justo. A menudo sin embargo, me encuentro en dificultades en el intercambiar mis ideas o conceptos con fundamentos religiosos que no comparto plenamente o no logro comprender, o simplemente me resulta difícil amar concretamente en el momento presente. A todas las personas que tienen dudas de fe o piensan que ser no creyente quiera decir estar marcado en la vida, quisiera decirles que no es así. Sobre todo aquí, en este ambiente , me he sentido siempre recibido como en una familia, al máximo…. Se arriesga de tener que hablar en un palco como lo estoy haciendo yo ahora. A. O. – Italia (Testimonio contado en ocasión del evento “Chiara Lubich y las nuevas generaciones” – Castelgandolfo, 11 de marzo 2012)
Una biografía de Victorio Sabbione Autor: Rey Honorio Contada con el ritmo casi de una novela, la historia de Victorio Sabbione resulta, como bien dice el título de esta biografía, un viaje no sólo en el espacio y el tiempo, sino por el interior de una personalidad sin duda original y subyugante. Desde las inquietudes intelectuales y sociales de su juventud en Turín, Italia, su participación en la resistencia partisana contra el fascismo, su compromiso político, su profesión de abogado, la intensa experiencia matrimonial, el dolor de una pérdida irreparable hasta el encuentro con un Ideal que colma sus aspiraciones más hondas, su vida nos va abriendo siempre nuevos horizontes. En el relato de su trayectoria de apóstol de la fraternidad desde su arribo a la Argentina, en 1962, confluyen innumerables historias que van tejiendo la trama del Movimiento de los Focolares, extendido hoy por toda Hispanoamérica y otras partes del mundo. Salpicado de datos coyunturales, lenguaje realista y testimonios directos, de la mano de Victorio se termina recorriendo también buena parte de la historia de nuestra sociedad en el siglo XX, con las puertas abiertas a la esperanza en el que estamos transitando. Datos del autor: Honorio Rey, quien, como él mismo dice, “ha tenido el privilegio de hilvanar los testimonios que integran esta biografía”, es periodista de profesión. Redactor y luego director de la revista Ciudad nueva por cuarenta años, tuvo ocasión de conocer de primera mano el anuncio y desarrollo del ideal de la Unidad, encarnado por el Movimiento de los focolares en estas tierras. Testigo, como pocos, de toda la trayectoria de Victorio Sabbione, incluso como estrecho colaborador suyo, ha sumado a su particular conocimiento de los hechos y de la personalidad del protagonista de estas páginas, la minuciosa recopilación del centenar de entrevistas que nutren esta obra. A Honorio Rey se debe también la redacción, de estilo diario-entrevista, de La aventura de Lía Brunet. Entre sus trabajos se destaca, además, como coautor, la biografía de Jorge Haddad, Sólo de noche se ven las estrellas y la recopilación de experiencias familiares en ¿Por qué sos mi papá?, todas obras de esta misma editorial, además de sus numerosas colaboraciones en distintas publicaciones. Editorial Ciudad Nueva – Buenos Aires, Argentina
Visita de María Voce y Giancarlo Faletti a América Latina, a las comunidades de los Focolares de lengua española.
focolarinos casados y entre las primeras parejas en seguir el espíritu de fraternidad propuesto por Chiara Lubich, que el Papa Benedicto XVI ha dado el trabajo este año de redactar los textos de las meditaciones de las Estaciones del Vía Crucis, que se celebrará el Viernes Santo (6 abril) en el Coliseo. Ya asesores del Pontificio Consejo por la Familia, Anna María y Danilo Zanzucchi han sido durante cerca de 40 años responsables del movimiento Familias Nuevas, donde siguen dando su valiosa contribución. En el año pastoral dedicado a la familia, en el que tendrá lugar también el VII Encuentro Mundial de la Familia (Milán, 30 mayo-3 junio 2012), las reflexiones que acompañarán a la tradicional cita harán, por tanto, referencia al tema de la familia. Es la primera vez que el Papa confía esta labor a un matrimonio. Prensa: El matrimonio Zanzucchi preparará las meditaciones del Vía Crucis Meditaciones
Autor: Ighina Domingo “O inventamos o erramos” dijo el tremendo maestro de Bolívar, Simón Rodríguez. Su mandato no era una apelación vaga a despegarnos de las madejas difíciles de la colonia ibérica sino más bien la constatación de la posibilidad de un futuro hasta ese momento inédito en la historia moderna de la humanidad. América, como nunca otra región del globo, recibía en su seno doloroso todas las tradiciones del hombre y esa era una riqueza nueva, tan nueva que necesitaba nuevas formas, nuevas palabras. Este libro quiere responder al imperativo de don Simón utilizando, quizás, uno de los conceptos más valiosos de ese Occidente tan contradictorio. La Fraternidad surge en los textos de los independentistas y discurre hasta nuestros días como una novedad reinventada en América para dar respuesta a aquello que los otros sólo vieron en estos suelos: la posibilidad de una humanidad en plenitud de justicia y libertad. Si el ideal de integración continental es entendido aún hoy como la garantía, la utopía universal para América Latina, cabe explorar qué papel juega el principio de Fraternidad en esa construcción. Nuestra América, a pesar de su cambiante historia, siempre expresó el deseo de la emancipación de y con todos los oprimidos, y creemos que la idea de Fraternidad intenta constantemente reunir en la misma esperanzatodos los esfuerzos para dar realidad a la Patria Grande latinoamericana, nuestra forma de la utopía. Precisamente ese viaje de lo universal a lo latinoamericano y de ahí a la experiencia conflictiva y por eso fraternal de los pueblos constituye el objeto de este ensayo. Se trata de la “invención” de la Fraternidad, la recreación histórica de un principio milenario de comunidad forjado desde hace dos milenios por los pobres de la tierra. La brasa bajo la ceniza. La Fraternidad en el pensamiento de la integración latinoamericana continúa la serie de libros que desde 2009 intentan dar cuenta del principio político olvidado por Occidente y que emerge renovado en nuestros tiempos. La Fraternidad, exigencia y perspectiva, ofrece entonces respuestas y caminos a los desafíos del siglo XXI. Datos del autor: Domingo Ighina (1969) es licenciado y doctor en Letras Modernas por la Universidad Nacional de Córdoba. Profesor por concurso en la cátedra de Pensamiento Latinoamericano de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Investigador del Centro de Investigaciones “María Saleme de Bournichon” de esa Universidad. Docente de posgrado en universidades de Argentina, Brasil y España. Sus áreas de trabajo son el nacionalismo argentino y el ensayo del Cono Sur, y la cultura popular desde una perspectiva geocultural y descolonial. Entre sus últimos trabajos mencionamos: Ver con los ojos cerrados. Crisis de las ontologías nacionales criollas, geocultura y fagocitación (2010) y Las apuestas epistemológicas del ensayismo militante (2010). Desde 1992 codirige el Grupo de Estudios Literarios del Cono Sur. Es miembro del Comité Editorial de Silabario. Revista de estudios y ensayos geoculturales desde 1998. Participa en la RUEF desde sus comienzos y ha editado trabajos sobre Fraternidad y Pensamiento Latinoamericano en el marco de los Seminarios Internacionales sobre Fraternidad. Editorial Ciudad Nueva – Argentina
Autores: Blanco de Di Lascio Cecilia; Gatti Isabel; López Verónica FRATERNIDAD Y ACCIÓN POLÍTICA ofrece un abanico de experiencias muy diversas: por su geografía, sus referencias políticas y sociales. Sin embargo, algo las une. Todos los políticos entrevistados, y también los entrevistadores, hacen parte de una misma propuesta de vida y de acción política, originada en el Movimiento Políticos por la Unidad. Estos políticos y ciudadanos, frente al desánimo de muchos, encontraron en este espacio la posibilidad de comprometerse en acciones transformadoras de lo social desde una lógica innovadora. El Movimiento Políticos por la Unidad es una asociación a la que adhieren políticos y ciudadanos de distintos partidos y tendencias, con el compromiso común de contribuir a la construcción de un orden social y político más justo y fraterno. Quienes la integran, reconocen en la fraternidad universal el fin, el contenido y el método específico del compromiso político. El MPPU se inspira en el pensamiento y la doctrina espiritual de Chiara Lubich, caracterizados por promover la unidad y la comunión entre las personas más allá de sus credos e ideologías. En un discurso al parlamento catalán, ella misma afirmó que el MPPU “no es un partido nuevo, sino el portador de una cultura y una praxis política nuevas. (…) El fin específico del Movimiento de la unidad, entonces, es ayudar y ayudarse a vivir siempre la fraternidad; basándose sobre ella, creer en los valores profundos, eternos del hombre, y sólo después comenzar la acción política” (Barcelona, 29 de noviembre de 2002). Gracias a esta concepción, los miembros del movimiento consideran la política como un instrumento privilegiado para alcanzar el bien común de una sociedad fraterna que promueve la unidad en la diversidad. De esta manera, con la fraternidad como paradigma, nace un nuevo estilo de acción política que explicita los grandes objetivos del bien común y favorece prácticas políticas que, en su medio y en su fin, tienden a la unidad de la familia humana, sin exclusiones, superando desde esta lógica cada barrera; ofreciendo una alternativa a una de las llagas más importantes de nuestro tiempo: la fragmentación social. Datos del autor: COORDINACIÓN DE LA OBRA: Blanco de Di Lascio, Cecilia: Licenciada en Filosofía por la Universidad del Salvador. Magister en Doctrina Social de la Iglesia por la Universidad Pontificia de Salamanca. Profesora en Filosofía y Pedagogía por el CONSUDEC. Presidenta nacional del Movimiento Políticos por la Unidad (MPPU) desde 2001hasta la fecha. Gatti, Isabel: Magister en Comunicación y Educación por la Universidad Autónoma de Barcelona. Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social (UBA). Coordinadora de Relaciones Institucionales del MPPU. López, Verónica: Licenciada en Ciencia Política por la Universidad Católica Argentina de Córdoba. Responsable del MPPU, región Salta. Docente de la Escuela para Jóvenes del MPPU. SISTEMATIZADORES DE LAS EXPERIENCIAS: Andrián, Melissa Luisina (Entre Ríos). Blanco, María Laura (Córdoba). Lic. Cáceres, Malvina (Santa Fe). Candusso, Santiago Luis (Buenos Aires). Lic. Duffard Evangelista, Irene (Buenos Aires). Lic. Gordillo, Claudia Lucrecia (Mendoza). Lic. Paniagua, María Noelia (Buenos Aires). Rabbia, Sebastián (Entre Ríos). Lic. Sanguineti, Mercedes (Buenos Aires). Editorial Ciudad Nueva – Buenos Aires
¡Estos jóvenes! Llevaron al co-presidente Faletti al jardín de afuera de la sala del encuentro, lo vendaron y le pusieron en la mano un palo para golpear una olla de barro con siete rayos que estaba colgada por un largo cable tironeado por dos jóvenes, uno de cada lado. Es un juego de antigua tradición maya, asumido por el cristianismo con nuevo significado.
Y aquí está Giancarlo dando prueba de habilidad y de fe (no ve nada) para lograr golpear los siete vicios capitales (los rayos) y romper la piñata, haciendo que bajen sobre los presentes las gracias del Cielo, simbolizadas por fruta y caramelos. Empresa que no es fácil porque el blanco al que debe pegar, es levantado y bajado por los cuatro “bandidos” colocados en el extremo de la cuerda. Alegría final y reparto de las exquisiteces entre los 180 jóvenes del Movimiento que lograron llegar a la ciudadela “El diamante” desde todas las regiones de México.
El encuentro había comenzado tres horas antes, con un recibimiento musical de gran ritmo, y un cartel colgado en la sala “Y nosotros hemos creído en el amor”. Una frase del Evangelio que hizo propia la fundadora de los Focolares, en el alba del Movimiento, y convertida en hecho comunitario de fe y fundamento de toda iniciativa.
Estos jóvenes han recogido el testimonio y el desafío demostrándolo con los argumentos que han querido enfrentar al ilustre huésped, sin ningún temor reverencial.
La violencia en las ciudades, la imponente y condicionante presencia del narcotráfico, la disgregación social, la tibieza de muchos coetáneos en luchar por grandes ideales, la competencia por el éxito a toda costa, la relación de súbdito ante la autoridad, incluidos los padres, han sido los temas enfrentados. También se habló de las parejas gay, de la cultura libertaria imperante, del condicionamiento que imponen los mass media en manos de pocos.
En las respuestas de Faletti los jóvenes apreciaron lo concreto de cada indicación. Inclusive al final, les dijo que no sean alumnos de la televisión, ni de Internet, sino más bien comprometerse a poseer la cultura que nace del carisma de la unidad, una luz para los temas de actualidad y para los tradicionales.
“Los desafíos modernos –pronosticó al atento auditorio–, nos dan más trabajo, exigen conocimiento interdisciplinario y profundizaciones continuas, pero esto es parte de la vida de Jesús en el 2012. Es fundamental comprender juntos y hasta el fondo, lo que estamos viviendo como hijos de Chiara y porqué lo estamos viviendo. En este compromiso pueden aprovechar toda la competencia y disponibilidad de los expertos del Movimiento”
Parecía que había terminado. Pero el co-presidente pide de nuevo la palabra, se refiere al Mensaje de Benedicto XVI para la jornada mundial de la juventud, en la cual habla de Chiara Luce Badano y resalta el testimonio de esta joven de la Liguria, fallecida por un tumor en 1990, y beatificada en el 2010. Faletti la conoció personalmente: “Chiara Luce hablará al corazón de cada uno, les contará sobre su relación con Chiara Lubich y sobre la espiritualidad del carisma de la unidad que la condujo en esta época a la santidad”
El desafío propuesto por el papa de ser testimonios de la alegría no es fácil de aceptar en un México atravesado por la violencia, condicionado por la abrumadora presencia del narcotráfico, pero también influido por una cultura fuertemente libertaria. Aquí nace el compromiso de estrecharse cada vez más en un vínculo de amistad con Chiara Badano y proponerla a muchos coetáneos como referencia, interlocutora modelo.
Paolo Lóriga, enviado
“La ciudadela se convertirá aún más en un punto de referencia para vuestros coetáneos si los jóvenes del Movimiento manifiestan su amistad con Chiara Luce Badano, que ha vivido la espiritualidad de la unidad hasta la santidad”. Giancarlo Faletti habla en medio de jóvenes que están apiñados con tal de estarle cerca. Recién terminó la Misa del Domingo de Ramos, y se celebra, como de costumbre, en simultáneo, la Jornada mundial de la Juventud. También en México conocen a la beata italiana de dieciocho años. Para la ciudadela se abren nuevos horizontes, pero también para la comunidad de los Focolares en México, la jornada de encuentro les regaló no menores perspectivas para el futuro. Era una cita esperada, la de hoy, que comenzó de la forma más post-moderna, un ícono de un tablero sobre el cual Giancarlo hizo presión con el índice. Así comenzó su viaje por todas las regiones del País. Nada virtual, pues en cada rincón del jardín de la ciudadela lo esperaban representaciones de las diversas comunidades, con vestimenta de colores vivos, canciones y mapa geográfico en los hombros. Danzas, coros, trajes de las formas más variadas, se fueron alternando en el palco bajo la gran carpa blanca que alojaba más de 1.200 personas, que llegaron también de Torrión (a 16 horas de ómnibus) para no perderse el final del rico programa, o sea, el diálogo con Giancarlo antes y luego sucesivamente con la presidente Maria Voce, en conexión skype desde Guatemala.
Las preguntas rondaron sobre los grandes argumentos de actualidad y sobre la vida del Movimiento, pero fue la primera pregunta, hecha a la presidente por Gabriel, un pequeñito de Guadalajara, sumergido dentro de un sombrero negro, la que orientó el ánimo de todos: ¿Cómo hacer para ser santo?. Maria Voce le respondió como si estuvieran en un coloquio de tu a tu: “Debes preocuparte no tanto por ser santo, sino por ser Jesús. Jesús era hijo de Dios, era todo amor. Entonces debes amar, debes aprender todos los puntos del arte de amar. Más amas, más santo serás”. Gabriel asintió convencido. A todos, la presidente, en su saludo final, les confió: “Les repito mi gratitud. El augurio es que la vida vuestra de testimonio del carisma de la unidad transforme cada vez más los ambientes en los cuales viven, para contribuir como Movimiento a la renovación de México”. El silencio en la sala era profundo, las cabezas asentían. La nueva frontera los esperaba. Luego se produjo la explosión del folklore. Pero describirlo es una tarea ardua. Lo mejor es ir a México. de Paolo Lóriga, enviado