… El Papa, hablando a las Familias Nuevas del Movimiento de los Focolares, delineó y definió la imagen ideal de la familia, Iglesia doméstica, así: “Ustedes, con toda su vida, con la convivencia, con el estilo de su existencia, construyen la Iglesia en su dimensión más pequeña y al mismo tiempo fundamental: ¡la ‘Ecclesiola’!”
Ahora bien, si esta Iglesia doméstica – esta Ecclesiola – debe ser el corazón de la Iglesia, como dijo todavía el Papa, debe tender a reflejar la actitud de María Santísima a la que ahora se ha consagrado; siendo como María transparencia de la voluntad de Dios, debe hacer suya la simple pero absoluta donación de sí misma al plan divino, que es siempre un plan de redención y de salvación. El gesto del Santo Padre de hecho, es una invitación a todas las familias a vivir particularmente consagradas a María, a confiarle a Ella todas las ansias y las alegrías de la vida familiar y a tener en Ella el punto de referencia para un común empeño de vida evangélica.