Nos escriben desde Santiago de Chile

Se sentía el deseo de compartir todos los espacios con los mariapolitas, las comidas, el alojamiento en el Centro Mariapolis, los momentos de recreo, conocerse más entre todos.

Por eso, desde hace 3 años, las Mariápolis se realizan según la capacidad “hotelera” de nuestro Centro Mariápolis “Amore”, en la sexta Región, Cunaco.

Para incluir a todos los ciudadanos: matrimonios, niños, adultos, con las diversas necesidades, el cupo fue de 80 personas en cada una. Pero justamente esto es lo que hace bella y atrayente “la ciudad”. Podemos conocer y compartir profundamente con cada uno, asumiendo de este modo un protagonismo personal del programa en la sala, en los grupos, en la cocina, en todas partes!

Y fueron dos como si hubieran sido una única Mariápolis, aunque son las personas las que la construyen y por lo tanto muy diversas una de la otra.
Este año desde el 14 al 16 y desde el 21 al 23 de agosto, tuvimos la alegría de reencontrarnos con muchos, de conocernos con otros. ¡Y que hubiera representantes de muchas ciudades de Chile! Desde un grupito de Punta Arenas hasta una persona de Arica, las 2 ciudades más extremas del país, con 4.000 km. aprox. de distancia entre ambas…. ¡qué alegría reconocernos hermanos! Estar atentos a los deseos y necesidades de cada uno.

En la primera nos acompañó el obispo del lugar, Mons. Alejandro Goic. Y por primera vez contamos con la presencia de un pastor en cada mariapolis (de la iglesia bautista y de la iglesia luterana), novedad en la historia del Movimiento en Chile, que hizo más evidente nuestro llamado a contribuir con la unidad pedida por Jesús.
Pensando en quienes participaban por primera vez, hicimos un recorrido desde el primer anuncio de Dios Amor, hasta la comprensión de quién es Jesús Eucaristía para los miembros de los focolares, la luz que nos iluminó fue especialmente intensa: “El es el vinculo de la unidad”, para esto hemos nacido!

Con distintos matices, todos partimos felices del descubrimiento y con el deseo de llevar este amor a nuestro ambiente.

Y agregan algunas impresiones que se compartieron antes de regresar a sus ciudades:

“Dios nos ama inmensamente e intensamente, solo tenemos que abandonarnos a Jesús y recibiremos el céntuplo. Amando al otro con nuestra medida. Gracias, a cada uno por construir la Unidad en las pequeñas y grandes cosas compartidas”.

“Venía sin muchas ganas y un poco de susto . . . Me sorprendí prontamente. Son muy alegres, amorosos, me cuidan. Gracias”.

“Mi primera Mariápolis. Había recibido algunas invitaciones a participar antes de este fin de semana y bueno ahora pude asistir y me doy cuenta que me perdí de momentos y experiencias únicas. Entiendo parte de todo lo que se fue reflexionando estos días ‘el amor recíproco’. Hoy no puedo expresar mucho y necesito digerir todo el alimento espiritual para reconocer cada ingrediente y hacerme de una receta que pueda trasmitir. De verdad espero que esta sea el comienzo de muchas. Gracias!!!”

“Siento que he crecido como cristiano y me hace feliz; agradezco a Dios por la oportunidad de conocer a los focolares y comprender su ideal y regla de oro. Gracias a cada uno que me acogió y me hizo sentir en casa, cada sonrisa, abrazo o una simple palabra la agradezco de corazón. ‘Si estas en mi memoria, eres parte de mi historia’ y eso son cada uno de ustedes, una parte importante de mi historia”.

“… Esto llegó cuando más lo necesitaba por que me había alejado mucho de Dios. Este tiempo fue para reencontrarme con E., y darme cuenta que fui muy injusta y egoísta con Dios. El me amó tanto que esta instancia fue para reconciliarnos. Si fui injusta por no darme cuenta que Dios a través de estos hechos me va dando inmensos regalos sobre todo el Amor. Y muy felíz por vivir mi primera Mariápolis, gracias!”.

“Quiero agradecer esta linda experiencia de espiritualidad comunitaria. Lo vivido lo valoro muchísimo,  vuestro testimonio cristiano del evangelio encarnado me sorprende positivamente. Tengo que aprender de ustedes… Quiero leer los escritos inspirados de Chiara sobre el cristo abandonado. Ahí se descubre a Dios hecho totalmente hombre, es un momento epifaníco de carácter cristológico que tiene consecuencias eclesiologícas. Estoy motivado a leer a Chíara.” (Pastor iglesia luterana).