Hace algunos días que me estaba dando vuelta la idea de poder hacer un regalo musical con el “Gencorsa”¹ (conjunto musical inspirado en la propuesta de los Focolares), hasta que, uno de esos días, uno de nosotros puso en el chat “les tinca la idea de que hagamos algo como regalo para la comunidad”. La respuesta fue inmediata, otro ya había explorado una plataforma que nos podía servir, un par de ideas más, el esfuerzo de cada uno, pero sobretodo el deseo de dar Jesús al mundo a través de algo que tanto nos gusta hacer: música.

Uno de nosotros se quedó hasta bien tarde tratando de acoplar todo: voces e instrumentos y esta mañana lo primero que pensé, al igual que un niño que se pregunta “¿habrá pasado el conejito?”. “¿Estará lista la canción?” Y corrí a buscar los audífonos y el celular para degustar uno de los chocolates que más me gusta en la vida: hacer música para Dios con gente que quiero y escucharlos como nunca pensé hacerlo, motivados a distancia, apasionados a distancia, talentosos a distancia, generosos como siempre a distancia… Los amigos de siempre unidos y habiendo hecho una gran experiencia de la presencia de Jesús entre nosotros, aun a la distancia.

Y cómo dijo uno de nosotros: Doy gracias por ser testigo de las victoria del amor sobre la separación que nos reclama esta pandemia. Lo importante es lo que pasa en nuestro corazón.
¡Feliz Pascua de Resurrección!

Pablo Díaz (Santiago de Chile)