Mariápolis Austral: generando espacios de fraternidad

 
El espacio virtual contuvo, el 14 y 15 de noviembre, la Mariápolis Austral.

Ya no existe más un lugar físico particular, ni un estrado, ni una cátedra para quien habla y para quien escucha, ni una casa o… sin darnos cuenta estamos habitando otro espacio: las redes. Desde allí interactuamos y desde allí hoy podemos decir que Dios nos acompaña y camina con nosotros.

Y en ese espacio virtual, una vez más y como todos los años, en muchos puntos de la tierra se recrea un evento: la Mariápolis. Que es mucho más que un evento, es una construcción real, un laboratorio de fraternidad, donde se hace el experimento de vivir el Evangelio. Un espacio personal y comunitario, en definitiva un camino de unidad. Esto nos sucedió a muchas familias, jóvenes, niños, hombres y mujeres que habitamos la porción más austral del mundo, la Patagonia argentina.

Durante 2 días, hemos ido armando, a través de historias, vivencias del día a día, cargadas de fe, de solidaridad y de entrega en tiempos de pandemia, un bordado donde hay hilos de todos los colores que van dibujando la historia de un pueblo que va haciendo su camino. El bordado comprendía también canciones, juegos, talleres, momentos de meditación, de profunda escucha, de intercambio, de recreación…

Se habló, con gran libertad, de nuestras vidas, de desafíos y compromisos… Una ciudad de María, ampliada y extendida en miles de km, donde Alicia desde Tierra del Fuego nos contaba sobre su constante volver a empezar y construir relaciones en su familia, o la acción solidaria de Liliana de Neuquén, que con otras personas, brindan acompañamiento y contención a mujeres trans… o Sofía que con un equipo de médicos del hospital Cipolletti se las ingeniaron para acompañar a los enfermos aislados con música, poesías y relatos cortos… Y de Fernando y Tobías que trabajan en el campo y llevan adelante un proyecto de revalorizar la agricultura regenerativa y no extractiva de la región del valle chubutense, trabajando en armonía con la naturaleza y junto a los productores locales… Pero también en tiempo real, los mariapolitas han querido hacer llegar su aporte generoso para el Hogar de Cristo de Trelew y el Centro de Espiritualidad Santa María, de Lanús, en Bs.As. con tanta generosidad puso a disposición el zoom con capacidad para 300 personas que permitió realizar esta conexión… Y podríamos seguir…

Acciones que nos llevan a dar respuesta a los grandes desafíos de hoy: generar espacios donde se pueda tocar la presencia de Dios Resucitado. Chiara Lubich salió a nuestro encuentro y nos decía cuáles son los instrumentos que tenemos que usar: “Nosotros, nosotros, mi corazón, mi mente. Yo tengo que volver a mi ciudad con un arma, con un instrumento para realizar esta revolución. ¿Cuál es el instrumento? Ustedes, sus personas, con la gracia de Dios, dejando vivir a Dios en ustedes, a través del amor. Amando, Cristo vive en ustedes. Pueden descubrirlo en los otros, hacerlo emerger y establecer a Jesús en medio. Dejen que él haga la revolución a través de los otros y, otros, otros…”.

Y es cierto: “Todo se revoluciona: política y arte, escuela y religión, vida privada y diversión. Todo”.

Y para esto no es necesario un evento, sino el simple hecho de estar y sentirnos corresponsables de lo que sucede a mi alrededor, de aquello que está viviendo el que está a mi lado.

Una experiencia que amplía el horizonte, abren la mente y el corazón en un accionar creativo; de renovación espiritual como expresaban la infinidad de palabras con las que los más de 200 mariapolitas, a través de la aplicación “mentimenter”, quisieron definir esta experiencia: unidad, alegría, amor, confianza, reciprocidad, compromiso, gratitud…

Mónica Reina (Trelew)

Normas(500)