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Misael y su anhelo por la paz
A iniciativa de un alumno de 10 años, uno de los colegios más grandes de Salta (Argentina), dedicó un espacio a una oración ecuménica por la paz.
Cuando Chiara Lubich estuvo en Argentina (1998), nos propuso un diálogo a 360°, entonces confirmé que si quería contribuir al Mundo Unido debía especializarme en amar a todos. Hoy a la luz del Documento de Aparecida siento fuertemente el empuje a “SALIR” como nos invita el Papa, no sola sino junto a otros para dar una respuesta de esperanza a muchos.
Trabajo en un colegio de los religiosos Salesianos en mi ciudad. Allí las ocasiones para vivir este diálogo son muchas… siento que ‘prestar oído’ a las relaciones es muy importante.
A principio de octubre me había encontrado con Misael, un alumno de 10 años, luego de un encuentro de oración entre ortodoxos y católicos por la Paz en Siria organizado por la comunidad franciscana. Entonces, la foto del pequeño niño sirio, Aylan, había suscitado conmoción en los medios.
Saludándolo me confió que le gustaría hacer algo por la Paz en el cole, que aquello que más dolor le causaba era saber que muchos niños habían quedado huérfanos por la guerra. Acordamos encontrarnos durante el recreo, en el patio, ese lugar privilegiado por Don Bosco para relacionarnos con los chicos. Fue allí que me compartió que estaba participando
Misael, vestido de blanco, en un momento de la celebración
de la comunidad de la Iglesia ortodoxa, estaba convencido que podíamos rezar juntos por la paz: católicos y ortodoxos, proponía un oficio religioso. Días más tarde me hizo ver un volante que custodiaba en su carpeta “Siria somos todos, recemos por la Paz”. Entre los casi 800 alumnos de nivel primario y secundario, me sorprendió que un niño tuviese tan presente el dolor de la humanidad a kilómetros de distancia, desde Salta, al norte de Argentina.
Haciéndome eco de su deseo, lo animé a que él mismo lo expresara a las autoridades del colegio. Así surgió la propuesta de realizar una Oración Ecuménica por la Paz. Por primera vez la palabra ecumenismo comenzaba a resonar en los pasillos de este colegio de Don Bosco, en las autoridades, en el plantel docente, en los chicos.
Concretar esta iniciativa significó acompañar todo el proceso de su realización como una ocasión para vivir la Palabra de Vida, en una continua escucha a la voz del Espíritu Santo. Primeramente compartí la iniciativa con quien en mi lugar de trabajo está dispuesto a compartir el ideal la oración de Jesús por la unidad: “Que todos sean uno“, un religioso de la institución. Así me lancé a vivir la dinámica de la unidad–comunión: escuchar, amar, decir tu idea, posponerla, saber esperar y ¡constatar los frutos! el involucramiento creciente día a día: p. Adolfo, de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía con quien organizamos cada detalle de la celebración a la que se sumó
El P. Adolfo de la Iglesia ortodoxa. Atrás el pastor luterano y el P. Andrés del colegio.
la Iglesia Luterana, ya que nuestra comunidad educativa acoge a dos jóvenes voluntarios alemanes y uno de ellos es luterano. Luego el presidente de la Unión Sirio Libanesa de la ciudad, el cónsul de Alemania y la vice-cónsul de Italia, un representante del Ministerio de Educación, medios de prensa y otros colegios… Ya no era algo mío sino NUESTRO…
El primer paso de la iniciativa de Misael, fue construir la Paz en nuestras relaciones cotidianas suscitando muchas experiencias entre los chicos a quienes propusimos la iniciativa de los Jóvenes por un Mundo Unido que es el Time Out.
Así el miércoles 18 de noviembre, con el trasfondo de los recientes atentados en París, constatamos que Dios Padre bendecía esta iniciativa que, además de rezar por la Paz en el mundo, fue una demostración de unidad.
El testimonio de muchos cristianos en Siria o África estuvo vivo en la homilía de los celebrantes, las peticiones por la Paz fueron expresadas por una joven de la Juventud Ortodoxa, una señora rezó el
Padrenuestro en árabe, lo que llegó mucho a los chicos y las banderas de los representantes de los diferentes países nos dilataron el corazón sintiéndonos miembros de la única Familia Humana.
Una experiencia ‘macro’ que dejó en todos el ‘sabor de algo nunca experimentado, relaciones fraternas, lazos impensados. Las autoridades del colegio la definieron una jornada histórica, mi amigo religioso expresó:
“La cantidad de agradecimientos, de rostros alegres y de miradas llenas de esperanza me hizo sentir que en verdad la presencia de Jesús entre nosotros lo hizo todo.” Una alumna escribió: “…pudimos rezar juntos haciendo de esa mañana una de las más hermosas”.
Gabriela Carral – Salta
Algunos ecos de los chicos y chicas de ese día:
“…entendí que la paz entre todos es muy importante (…) La parte más linda para mí fue en la que los chicos y chicas decían su compromiso por la Paz y encendían su vela con el Cirio Pascual. Otra parte interesante fue cuando una señora rezaba el Padrenuestro en árabe. Esta celebración me hizo entender el significado de la Paz” (Aarón M. 12 años)
El saludo de la paz entre los celebrantes se fue extendiendo a todos los participantes.
“Tenemos que pensar que no todo se soluciona con guerras sino hablando y buscando la manera de solucionar los conflictos.” (Antonella)
“Me gustó porque pudimos conocer a los luteranos y ortodoxos. Hablaron de la paz y eso nos ayuda a ser mejores en todas las cosas.” (Juan R.)
“Comprendí que en los malos momentos debemos ayudarnos entre todos.” (Tomás T)
“Una de las reflexiones que me dejó es que somos todos iguales, con los mismos derechos, el mismo derecho a la vida, a no ser atacada ni quitada.” (Martina)
“Agradecemos a Dios nuestra libertad y nos comprometemos a no estar ni de un bando ni de otro sino del lado de la Paz” (Mercedes C.)