52 Movimientos eclesiales estaban representados en el hermoso Santuario de Schoenstatt, donde se desarrolló el sábado 30 de abril el cuarto encuentro de Movimientos eclesiales de la Arquidiócesis de Santiago de Chile. “Por sus obras los reconocerán” era el título de la reunión, en la que los Focolares participamos activamente desde el nacimiento de esta iniciativa hace 4 años, siguiendo la consigna de San Juan Pablo II de buscar la unidad de los Movimientos.
Crece la esperanza al conocer la variedad de dones que el Espíritu Santo sigue ofreciendo a la Iglesia y la cantidad de personas que dan “hasta que duele” -como decía San Alberto Hurtado-, generando oportunidades, visitando enfermos, acompañando personas privadas de libertad o con distintas adicciones, dando fuerza a quien opta por la vida y respetando y amando a quien no es capaz, generando trabajo, impulsando sueños y abriendo puertas comunes, porque los bienes son de todos y queremos compartirlos. También nosotros de los Focolares pudimos ofrecer nuestro testimonio en los espacios de trabajo por mundos de intereses (de la Educación, de la Salud y vida, carcelario, de las adicciones, de los jóvenes y del Desarrollo social y justicia), con la animación de la jornada y de la Santa Misa, junto con el Movimiento Shalom que cantó maravillosamente.
La presencia del Arzobispo de Santiago, Mons. Ricardo Ezzati, aludiendo a los recientes discursos del Papa Francisco a dos Movimientos eclesiales (Neocatecumenales y Comunión y Liberación), marcó un derrotero: valorar y hacer fructificar el propio carisma en plena unidad con la Iglesia, concientes de la potencia que contiene cada Carisma. Es ciertamente lo que todos queremos hacer y nos dejamos también interpelar en este ”hoy” de la Iglesia en Chile, en función de fortalecer la unidad y dejar pasar la riqueza de cada Movimiento a esta Iglesia local, para que pueda cada vez más ser expresión de ese Dios Misericordioso que acoge y sana todas las heridas.