Con los pies en la tierra y los ojos mirando al Cielo

 
El fin de semana 24-25 de febrero, 80 adolescentes argentinos reunidos para reflexionar sobre el llamado de todos los cristianos a la santidad.

gen3-06“Una generación de santos”. Más que el lema de su congreso, éste es el desafío al cual apuntan los y las gen3 del Movimiento de los Focolares reunidos en Alta Gracia (Córdoba) el sábado 24 y el domingo 25 de febrero. Alrededor de 80 adolescentes el número de los participantes provenientes de distintas provincias del País (Tucumán, Santa Fe, La Rioja, Entre Ríos, Buenos Aires y Córdoba) para profundizar en la Espiritualidad de la Unidad de Chiara Lubich. Según el estilo pedagógico típico de la fundadora de los gen3-04Focolares, acompañaron a los chicos y a las chicas también varios jóvenes que con sus muchos aportes constituyeron parte fundamental del programa.

A partir de la historia fundacional del Movimiento, los adolescentes fueron invitados a reflexionar sobre la identidad del gen3, profundizando además en los distintos aspectos de la propuesta espiritual focolarina. La temática de la identidad fue abordada también desde una perspectiva psicológico-gen3-08antropológica gracias a talleres oportunamente preparados por familias y psicólogos.

Momento culminante del congreso fue la conexión Skype con Maria Teresa Badano y Chicca Coriasco que desde Sassello (Italia) contaron a los chicos y a las chicas la historia de la Beata Chiara Luce Badano que las dos italianas vivieron en primera persona. gen3-01Mientras Maria Teresa y Chicca – respectivamente madre y amiga de Chiara Badano – hablaban, los y las gen 3 no lograron enmascarar lágrimas de conmoción. Según refirieron algunos de ellos: “la profundidad, la confianza y la cercanía con las cuales nos hablaron, nos hicieron sentir a Chiara Luce cercana”. El modelo de santidad de esta joven, fallecida a los 19 años por un melanoma, mostró a los adolescentes reunidos en Alta Gracia lo gen3-07extraordinario de una vida normal, hecha de sueños, proyectos, fracasos y éxitos.

En las mochilas, de vuelta a sus casas, los gen 3 no llevaron sólo lindos propósitos sino proyectos concretos de compromiso social, como el proyecto hambre cero: signo de que esta generación mantiene los pies en la tierra y los ojos mirando al cielo.

Colaboración de Tommaso Bertolasi
fotos: Sol Wamba

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