La Palabra puesta en práctica

 
Cuando el Evangelio se pone en práctica produce frutos de transformación en las relaciones y en la realidad que nos rodea. A veces gestos pequeños, que pueden pasar desapercibidos, pero que sin duda nos acercan a un mundo unido y màs fraterno.

Lo que hiciste por mí

Desde hace un tiempo, está alojada en casa una médica de Venezuela con sus dos hijitos y una amiga de ellos.

Con la llegada de los primeros fríos, y como ya les había tejido algunas prendas de lana, me pidieron si podía tejerles dos bufandas con los colores de la bandera de su país. Sabiendo que esto las iba a poner muy contentas, ya que las usarían también en las manifestaciones en favor de la liberación de Venezuela, las hice enseguida.

Compré lana, ya que ellas no están en condiciones económicas de afrontar ese gasto y tejí las bufandas tal cual me las habían pedido. Cuando estuvieron terminadas, se tomaron varias fotos con ellas ya que en el clima de su país estos artículos son casi desconocidos. Estaban felicísimas con el estreno, y yo también.

A los pocos días llega a mi trabajo un paciente con una bolsa bastante abultada y entregándomela, me dice: “se la manda mi hija”. Al abrirla mi sorpresa fue enorme, encontré una gran bufanda como a mí me gustan, casi un chal, de una lana súper suave y abrigada, ideal para las madrugadas frías cuando salgo a trabajar. Me sentí muy amada por el Señor. Una respuesta concretísima. Sentí que me decía: “Te devuelvo lo que hiciste por mí”. No podía haber sido otro el regalo. Justo una bufanda, para que no haya dudas del céntuplo.

Anita K. (Florida, Buenos Aires, Argentina)

Lavar los pies

Estoy haciendo un curso de Inglés en la Universidad Arturo Jauretche, que funciona donde antes estaba el Laboratorio  de Investigación de YPF en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. El edificio decayó notablemente. Por otra parte se redujo el presupuesto y el personal de maestranza, por lo que muchos servicios no funcionan o funcionan mal, por ejemplo los baños. El que está cerca del aula donde curso, tiene un mingitorio que no funciona y dos inodoros que devuelven todo lo que reciben. Me pareció que lavar los pies a mis compañeros podría ser una forma de hacer algo por ellos, como decía la Palabra de Vida que vivíamos ese mes.

Por eso, un día fui más temprano a la facultad con una sopapa de mi casa, la apliqué varias veces en cada inodoro y en cuestión de pocos minutos ambos baños quedaron habilitados.

Con muy poco se pudo cambiar una situación muy desagradable, solo estando atento a poner en práctica la Palabra de Vida en las circunstancias que me toca vivir.

Néstor D. (Berazategui, Buenos Aires, Argentina)

Normas(500)