Pablo: sacerdote para la unidad

 
Pablo Esteban Stortti fue ordenado sacerdote en la diócesis de Goya junto a otros 2 diáconos.

El último fin de semana de junio, en la diócesis de Goya fueron ordenados tres nuevos sacerdotes por el obispo, Mons. Adolfo Canecin, en la iglesia catedral: Juan José Godoy, Pedro Pablo Ojeda y Pablo Esteban Stortti. Quienes pudieron acompañarlos en la ceremonia de la ordenación y luego en la fiesta que reunió a 1200 personas en el predio Costa Surubí, dan cuenta de la característica de participación de toda la comunidad diocesana. Una verdadera fiesta para un momento trascendente y fundamental en la vida de los nuevos sacerdotes.

Nos escribe Pablo Stortti:

El 29 de junio fui ordenado sacerdote. Ese día pude dar un paso definitivo hacia Dios y responder a su voluntad en esta forma de vida a la cual me he sentido llamado. Junto a otros dos hermanos hemos sido consagrados para el servicio del pueblo de Dios, al servicio del sacerdocio común del que todos participamos por el bautismo. Fuimos tomados de entre nuestros hermanos para ser puestos como servidores de la Iglesia.
Por medio del ministerio sacerdotal Dios sigue llegando a los hombres de un modo único, fuimos asociados a la obra del único sacerdote, Jesuscristo. Pensando en este misterio que se realiza en la fragilidad de nuestras personas, elegí cómo lema de la ordenación “Cómo el padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes” (Jn 20,31). Jesús nos llamó y nos envío para poder hacerlo presente con todo nuestro ser, pero de modo particular al predicar, al presidir la eucaristía y administrar el sacramento de la reconciliación.
Ese día, y siempre, le he pedido a Dios ser como María, ser una pequeña María, que con su vida da Jesús al mundo. Aprender de ella a dejar que la Palabra se realice plenamente en mí y así anunciar al mundo la presencia del Resucitado.
Fuimos consagrados para formar un cuerpo, una familia, con el obispo y los demás sacerdotes. Solo en la comunión se comprende este misterio y solamente así se lo puede vivir en plenitud.
Gracias a todos los que han sido parte de este camino. De modo particular agradezco a Dios por el Movimiento de los Focolares que un día conocí.
También pido que mí vida sea siempre como la de Jesús en la cruz, conformar con Él mí existencia en cada instante, para hacer de Él mí único bien.

En septiembre próximo Pablo participará como uno de los delegados del Cono Sur en la Asamblea Joven del Movimiento de los Focolares en Roma.

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