“Sé feliz porque yo también lo soy”

 
En San Francisco, provincia de Córdoba, el encuentro de María Teresa Badano con Azul, la joven que habría sido curada de una hemoragia cerebral por la intercesión de la Beata Chiara Luce Badano.

El pasado viernes 27 de septiembre nos encontramos con Teresa Badano y Chicca Coriasco, respectivamente madre y mejor amiga de la Beata Chiara ‘Luce’ Badano en la localidad de San Francisco (Córdoba).

El motivo principal de esa visita era el de conocer a Azul, una adolescente que cuando tenía 5 años padeció una hemorragia cerebral entrando en un coma profundo y que gracias a las oraciones de un grupo de personas y un sacerdote por intercesión de la Beata Chiara Luce, la niña se recuperó totalmente sin que quede absolutamente ninguna secuela de este accidente.

Muy emotivo el encuentro de Azul y su madre con Teresa y Chicca, alrededor de una mesa con café y dulces a las 10 de la mañana; abrazos y fotos.

Luego a las 11 fuimos a la catedral de San Francisco para encontrarnos con estudiantes de las escuelas secundarias de los últimos cursos, unas 800 personas, donde Teresa y Chicca, presentaron la vida de Chiara Luce, contando muchas anécdotas y sobre todo manifestando la heroicidad en la fidelidad a Jesús durante sus últimos días. Cuando Teresa refería las últimas palabras de su hija: “Mamá, sé feliz porque yo también lo soy”, abundantes lágrimas se podían ver en los ojos de estos estudiantes.

Cuando la reunión acabó, muchas personas de todas las edades vinieron al encuentro de nuestras protagonistas para sacarse fotos, hacer preguntas, traer regalitos, etc.

Luego almuerzo con las personas de la comunidad y visita a la gruta de Lourdes donde se ha colocado una imagen de la beata hecha con azulejos.

Por la tarde nos dirigimos a Porteña, una localidad a 50 km al norte de San Francisco para visitar el Centro Educativo Nuestra Señora de Lourdes, e inaugurar un aula que lleva por nombre Chiara Badano. Miembros del cuerpo docente y alumnos de esta escuela habían visitado Italia hace tiempo atrás y habían tenido oportunidad en esa ocasión de encontrarse con Teresa y Chicca.

Luego de la bendición del aula y de descubrir una placa, encuentro con todos los estudiantes de la escuela, unos 350, profundamente conmovidos por la historia de Chiara.

Allí conocimos a Anita, una chica de 20 años, estudiante de odontología en Córdoba, que no obstante desde hace 15 años sufre un sarcoma en su pierna, contagia alegría y esperanza.

Para mí la cosa más extraordinaria es el hecho de sentir la presencia viva de Chiara Badano a través de su madre y su amiga, pienso que esto es lo que la gente experimenta cuando está con ellas: el encuentro con esta jovencita que ha sabido decir su sí a Jesús en situación de dolor inefable, y que ha sabido transformar ese dolor en alegría, esperanza y consuelo para muchos.

Colaboración de Lito Amuchástegui

 

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