Igino Giordani: sabiduría y presencia

 
El domingo 18 de abril, 41 aniversario del fallecimiento de Igino Giordani, se realizó un evento online en el que intervino la Presidente de los Focolares, se inauguró una obra de arte emplazada en el jardín del Centro del Movimiento en Rocca di Papa, Italia, se presentó un nuevo libro biográfico sobre su figura y se escucharontestimonios de quien lo ha conocido, y de quien hoy recurre a la riqueza de esta profunda y poliédrica figura a pesar de no haberse encontrado personalmente nunca con él.

“Preparándome para este evento, recordé con emoción uno de los momentos más bonitos de mi vida. Corría el año 1978, estábamos terminando un congreso de jóvenes del Movimiento de los Focolares, junto a otras chicas de mi edad. En el parque del Centro del Movimiento nos encontramos personalmente con Igino Giordani”.  Comenzó así, con un recuerdo personal, el discurso de Margaret Karram, presidente del Movimiento de los Focolares, pronunciado durante el evento dedicado a Igino Giordani el 18 de abril de 2021. Se conmemoraban los 41 años de su muerte. “Nos contaron –recuerda también a propósito de ese encuentro– que era una gran personalidad, pero que para ellos era simplemente ‘Foco’. Así lo llamaban todos los que lo querían. Era la persona que había ayudado a Chiara Lubich en los primeros años de la vida del Movimiento, gracias a su riquísima experiencia en el campo cultural, religioso y político. A través de él muchas personas habían conocido el Ideal de la unidad.  Además, al tener una familia, había abierto un camino muy novedoso que era la consagración al focolar de las personas casadas”.

Margaret Karram se encontraba en ese momento con un grupo de chicas de Tierra Santa y, presentándose a Giordani, vieron que su rostro se iluminó: “La referencia a Tierra Santa le había dado una gran alegría –explica– y con una sonrisa tan radiante que ha quedado marcada en mis ojos y una mirada profundísima, nos dijo: ‘¡Acuérdense de ser otra María!’. Esas palabras, pocas pero esenciales –añadió la Presidente– se me imprimieron en el alma y más adelante mi di cuenta del porqué: Foco muchas veces, en sus estudios, se había detenido a meditar en los acontecimientos y en los lugares donde Jesús había nacido e iniciado su predicación, como si hubiese querido descubrir los aspectos más íntimos de la vida que llevaba la familia de Nazaret, y así poderlos imitar”.

El encuentro que Karram recordaba había tenido lugar en el parque del Centro Mariápolis de los Focolares en Rocca di Papa (Italia).  A ese Centro, en sus últimos años, Giordani, ya viudo, se había trasladado para vivir en un focolar. A menudo se sentaba en un banco del jardín y los que pasaban, o los que participaban en los encuentros internacionales que allí se desarrollaban, lo podían saludar o se sentaban a su lado. “Hemos recogido muchos testimonios acerca de lo que sucedía mientras la gente estaba sentada en ese banco –siguió diciendo Margaret Karram–. Un joven le llevaba sus dudas de fe, un padre de familia le confesaba sus dificultades de pareja, un profesional le pedía consejos sobre cómo conciliar la carrera  profesional con sus compromisos morales. Incluso sacerdotes o religiosos le pedían ayuda para comprender cómo continuar con su vocación. Igino escuchaba, comprendía y después daba consejos de sabiduría, muchas veces decisivos para resolver los problemas de esas personas”.

Tras la intervención de la Presidente, hubo varios testimonios en el evento dedicado a Giordani. Uno fue, por ejemplo, el de alguien que de niño se había sentado en ese banco y aún ahora conserva, como un tesoro, la riqueza de aquel coloquio con él. Es el caso de Margarida Pereira Da Silva, focolarina que vive en Portugal, de Manoel Araujo, médico brasileño y de Stanislao Di Piazza, senador de la República Italiana.

Al lado de Giordani se sentó también, siendo muy chico, Peter Kostner, hoy artista conocido en varios países europeos y autor de una escultura que se colocó en el jardín del Centro del Movimiento de los Focolares, que representa justamente a Giordani sentado en un banco. “Si la gente ve la escultura –explicó Kostner– se sienta a su lado, y mi deseo es que queden compenetrados por él, o que tengan el anhelo de conocer su pensamiento, su vida y lo que él ha sido, y así tener una inspiración para la propia vida”.

Porque, como atestiguaron ampliamente algunos durante el evento, él sigue suscitando un profundo interés en el ámbito académico, inspirando con su experiencia y su sabiduría profética opciones de vida personales y decisiones valientes en el camino hacia la fraternidad y la paz en el ámbito político, civil y social.

“Estoy en el comienzo del camino político y por lo tanto hay muchas posibilidades de hacer el bien, pero al mismo tiempo muchas dudas cuando no estoy completamente seguro de lo que está bien y lo que no lo está”, expresó František Talíř, joven Vicepresidente del Gobierno Regional de Bohemia del Sud, en la República Checa.  “En esos momentos –continuó– a menudo me acuerdo de Igino Giordani, le rezo y le pido ayuda”.  Una vez, tras una fuerte tensión vivida a raíz del comportamiento de un colega del Gobierno, se preguntó que habría hecho Igino en su lugar: “Después de algunos días lo invité a tomar un café. Y por más que nuestros puntos de vista no cambiaron –él quedó con su verdad, yo con la mía– conseguimos encontrar la manera de seguir adelante. Pienso que fue un pequeño milagro, quizás gracias a Igino Giordani. Creo que en estas situaciones –que volverán a suceder seguramente– conseguiremos cambiar lo siguiente: cómo hacer política”.

Anna Lisa Innocenti
Foto: © Caris Mendez – CSC Audiovisivi

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