La fidelidad de Dios es inquebrantable, como una roca, y ésta es la revelación salvífica no sólo para el pueblo de Israel tras el exilio como anuncia Isaías, sino también para cada uno de nosotros. Por lo tanto, confiar en el Señor quiere decir construir nuestra existencia yendo a la raíz, porque cuanto más profundos son los cimientos tanto más se podrá construir hacia arriba; tanto más confiaremos en él y más sólidos serán nuestros gestos también. Tensiones en la familia Cuando mi hermano D., enojado por cómo lo había tratado R. (otro de mis hermanos), dijo que ya no quería verlo más, pensé que a nuestra edad (todos tenemos más de 70 años) tendríamos que tener más compasión. De allí surgió la idea de reunir a la familia con la excusa de un picnic en Jells Park, en un terreno neutro. Pero ese día, en que se había fijado el encuentro, no apareció. No me quedó más que rezar pidiendo que su corazón obstinado se ablandara. Algunos días más tarde lo llamé por teléfono. Me di cuenta de que no estaba bien y de que no se estaba alimentando. Le aseguré que le llevaría un buen plato de comida. Cuando llegué a su casa y empezamos a hablar, se lo veía agradecido sobre todo porque no lo había juzgado. Luego, estando yo de regreso en mi casa, lo llamé a D. para contarle y él se demostró dispuesto a ir a visitar a su hermano si yo organizaba algo. Cuando nos encontramos, el domingo siguiente, al principio se notaba un cierto empacho en ellos, pero al rato empezaron a hablar con normalidad. Al final R. quiso que nos quedáramos a cenar. Me quedé muy contento con el resultado y espero que mi pequeño aporte pueda sanar ciertas tensiones en la familia. (Gill – Australia) La propina Antes del reciente aumento de los sueldos para los médicos y el personal de la salud, era praxis en Hungría darles a los médicos una propina según el servicio que prestaban, como una tasa preestablecida. Como jefe de cirugía, por mis principios, no me agradaba esta modalidad. Sobre todo porque sabía que muchos pacientes, carentes de medios económicos, pedían prestados los florines para los médicos. Por ello rechazaba esa idea, por más que todos lo hicieran, hasta que una colega me hizo notar que el hecho de no aceptar la propina podía ser interpretado por mis pacientes como un signo de que yo no haría bien la operación. Un día, viendo a una señora mayor sacar de su cartera el ya acostumbrado sobre para mí, le dije: “Yo como médico estoy a su servicio y me pagan por lo que hago, pero si Ud. se queda más tranquila si acepto este regalo, le propongo que se lo haga llegar a una familia necesitada”. Ella se quedó pensativa un rato, y después me tomó la mano: “Doctor, lo que me está diciendo me da la garantía de que Ud. piensa verdaderamente en la gente. Le agradezco y, si está de acuerdo, me gustaría ayudar, junto con usted, a alguien que se encuentra en necesidad”. (P.M. – Hungría)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VIII, número 2, noviembre-diciembre de 2022)
¡Imaginen a una chica enamorada! Enamorada con aquel amor que es el primero, el más puro, el que aún no ha sido declarado, pero que comienza a quemar el alma una alegría característica, que difícilmente se vuelve a experimentar en la vida: alegría secreta. Unos días antes del 7 de diciembre me habían dicho que velase durante la noche precedente, al lado del crucifijo, para prepararme mejor al casamiento con Dios, casamiento que debía realizarse en el modo más secreto. A la noche traté de hacer esta vigilia, arrodillada al lado de la cama, delante de un crucifijo de metal que ahora tiene mi madre. Por la mañana me levanté alrededor de las cinco. Me puse el mejor vestido que tenía, y me encaminé, atravesando toda la ciudad, hacia un pequeño colegio. Arreciaba un temporal tal que tuve que abrirme camino empujando hacia adelante el paraguas. Me parecía que expresaba que el acto que estaba a punto de hacer encontraría obstáculos. Apenas llego al colegio: cambio de escena. Un enorme portón se abre solo, auto Sensación de alivio y de acogimiento, casi como brazos abiertos de aquel Dios que me esperaba. La pequeña Iglesia había sido adornada lo mejor posible. En el fondo se destacaba una imagen de la Virgen de la Inmaculada. Antes de la comunión he visto, por un instante, lo que estaba a punto de hacer:;ya nunca más podría volver al mundo. Yo me casaba. Me casaba con Dios. Aquel abrir los ojos ante lo que estaba haciendo – recuerdo- fue inmediato y breve, pero tan fuerte, que me cayó una lágrima en el misal. Una larga acción de gracias. Creo que hice el viaje de vuelta a casa corriendo. Me detuve, me parece, cerca del obispado, a comprar tres claveles rojos para el crucifijo que me esperaba en la habitación. Habrían sido el signo de la fiesta común. Esto fue todo. Con las mejores previsiones, el 7 de diciembre de 1943, no habría podido pensar lo que hoy veo. Alabanza a Dios, gloria a María, reina de un reino que – sin metáfora- ha invadido el mundo.
Chiara Lubich (Extracto de “Hoy la Obra cumple treinta años”, Rocca di Papa, 7 de diciembre de 1973)
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Desde hace unos meses se encuentra en las librerías italianas el volumen de las Obras de Chiara Lubich “Lettere” (Cartas). Hemos entrevistado a Florence Gillet del Centro Chiara Lubich, teóloga y estudiosa de la fundadora de los Focolares, que tuvo a su cargo esa publicación.
Florance Gillet
Tras haber tocado el timbre del Centro Chiara Lubich, cerca del Centro Internacional de los Focolares en Rocca di Papa (Italia), la Doctora Gillet me recibe con alegría y me invita a entrar en la sala de reuniones. Hay por todos lados armarios que contienen placas y objetos que recuerdan los doctorados honoris causa y regalos recibidos por Chiara Lubich en sus viajes por los distintos países del mundo, además de los numerosos libros sobre la fundadora de los Focolares traducidos en varios idiomas, algunos de los cuales escritos por Florence Gillet o realizados con su supervisión. Cuando empezamos a hablar, su acento revela sus orígenes franceses. Me cuenta que conoció el carisma de la unidad a finales del año 1965 y tres meses más tarde estaba ya en la ciudadela internacional de Loppiano, Italia, para profundizar ese “Ideal” que tanto había buscado y que finalmente había encontrado. El estudio de la teología en la Pontificia Universidad Gregoriana la llevó a Roma y fue una de las primeras mujeres que cursaron en esa Universidad. Después fue a París algunos años y nuevamente a Roma. Se ilumina cuando cuenta sus experiencias en algunos países africanos en donde realizó “focolares temporáneos”, llamados así porque eran de períodos de corta duración. En el año 2008, se la invitó a formar parte del Centro Chiara Lubich, que había nacido ese año, para poder estudiar y trabajar en la publicación de los escritos de la Fundadora de los Focolares, concentrándose desde el principio en los puntos fundamentales de la Espiritualidad de la unidad. Hace poco tiempo ha sido publicado, dentro de la colección Obras de Chiara Lubich, el volumen “Lettere 1939 – 1960” (cartas 1939-1960), que ha tenido a su cargo. “Hay una gran variedad en estas cartas –explica Florence Gillet–: algunas se refieren claramente a una dirección espiritual; hay cartas en donde informa acerca de diferentes actividades; hay otras cartas que son de consuelo; otras que brotan del alma de Chiara Lubich, sobre todo las que envía a su hermana, en la que dice cosas muy impactantes. Sin embargo, hay un común denominador en todas ellas. Como primera cosa, su estilo literario: son cartas. En segundo lugar, en cada una de ellas es posible encontrar “el alma” de Chiara, su capacidad de “hacerse uno”, como dice San Pablo cuando afirma que ‘me he hecho todo a todos’. Asimismo cuando comunica su secreto, pues repetidamente es evidente la clara referencia a Jesús Abandonado”. ¿Con qué se puede comparar este volumen? Es la pregunta que Florence Guillet plantea en la introducción y a la que responde regalándonos una imagen muy elocuente: “Si fuese un jardín, sería un jardín de estilo inglés, sin formas geométricas, sin simetrías, y en donde la naturaleza es poesía y libertad, pero al mismo tiempo tiene rigor y orden. Si fuese una ruta, sería un camino azaroso a veces, pero bien señalizado, con una meta segura y una guía experimentada. Si fuese una casa, sería muy acogedora, con muchas habitaciones, todas ellas conectadas entre sí y en armonía, cálida y abierta”. El libro contiene 338 cartas (una selección de las muchas que escribió Chiara Lubich) que llevarán al lector a tener un contacto directo con los primeros años del camino del Movimiento de los Focolares, y del desarrollo de su carisma. “Aconsejo a todos que hagan el esfuerzo –sigue diciendo Florence– de empezar a leer a partir de la introducción, para captar la clave de lectura, y luego proseguir con las cartas, una por una, ordenadamente, dejar que ellas ‘nos hablen al corazón’”. El lector encontrará cartas a personas individuales, otras son colectivas a comunidades que estaban naciendo, a miembros de su familia; otras, en cambio, son más doctrinales, en las que Chiara explica su Ideal. “Producir este libro ha sido un trabajo apasionante –concluye–. Y creo que lo será para los lectores también”.
El 21 de noviembre de 2022 en el Centro Internacional del Movimiento de los Focolares (Rocca di Papa-Italia) se llevó a cabo el encuentro “Pueblo de Dios, punto de encuentro de la diversidad. Muchos nudos, una sola red”, que reunía las diferentes realidades eclesiales vinculadas al carisma de la unidad. “Somos una porción de la Iglesia con diferentes colores, con diferentes matices de color; tantos colores como carismas, ministerios, territorios de origen, pueblos. Nuestra tarea es crear unidad en esta diversidad, sobre todo crear comunidades en las que se viva plenamente el Evangelio”. Son palabras de la hermana Tiziana Longhitano, de la congregación de las hermanas franciscanas de los pobres, responsable del Centro de las consagradas, adherentes al Movimiento de los Focolares, una de las muchas participantes presentes en el encuentro “Pueblo de Dios, punto de encuentro de la diversidad. Muchos nudos, una sola red”, que se celebró el pasado 21 de noviembre y que reunió a personas de varios países y diferentes vocaciones, unas cuarenta en forma presencial y unas 600 conectadas vía zoom. Un momento para compartir, para entender cuáles son los pasos a dar, mirando juntos el hermoso camino de estos años, que comenzó en abril de 1982, en el Aula Nervi, en el Vaticano, con el congreso “El Sacerdote hoy, el religioso hoy”. Aquella cita contó con la participación de unos 7.000 sacerdotes y religiosos que, a través de testimonios de todo el mundo, destacaron los frutos del encuentro del carisma de la unidad y la renovación suscitada en muchas comunidades religiosas y parroquias. Hoy muchas realidades continúan cosechando esos frutos, síntoma de un proceso en curso, no sólo dentro del Movimiento de los Focolares, sino en toda la Iglesia; realidades iluminadas por una “profecía”, como definió Margaret Karram, presidente del Movimiento de los Focolares, en su discurso, “una profecía que se ha abierto camino y sigue madurando para convertirse cada vez más en una realidad (esperamos) compartida y practicada en toda la Iglesia”. A lo largo de estos 40 años, diócesis, parroquias, sacerdotes y diversas comunidades carismáticas han compartido experiencias, generado comunidades a la luz del carisma de la unidad, presentándose ya no como piezas individuales de la Iglesia sino como un solo cuerpo, un pueblo que vive la cultura de comunión, de escucha y de caminar juntos. Basta pensar en el importante desarrollo que ha tenido el Movimiento Parroquial y el Movimiento Diocesano en los últimos años y el compromiso de sacerdotes, religiosos, consagrados y laicos en el Camino Sinodal. Muchas experiencias contadas durante este evento. Desde Brasil, Desi, focolarina casada, y Matheus, seminarista, cuentan cómo el llamado a la sinodalidad y el llamado a trabajar en sinergia con todas las realidades del Movimiento de los Focolares han llevado al nacimiento de varios Congresos pastorales que han puesto al centro la escucha, el conocimiento y la formación: “nuestros corazones se ensanchan hacia aquello a lo que estamos llamados: ‘Para que todos sean UNO’, dice Desi. Por otro lado, de Ecuador nos llega el testimonio del Nuncio Apostólico, Mons. Andrés Carrascosa, y de algunos sacerdotes de la Arquidiócesis de Quito que, después de unos ejercicios espirituales, han desarrollado el deseo de dar vida a un grupo para poder meditar en la Palabra de Vida: “He hecho una experiencia más profunda de la Palabra, dice el padre Ramiro Ramírez, la hice más viva en mí, he aprendido a comprender mejor el Evangelio (…) y esto también con mis compañeros sacerdotes (…). El padre Charles Serrano agrega: “Sabía que habría una reunión de unos 15 sacerdotes y que también estaría el Nuncio, pero cuando llegué encontré sacerdotes necesitados de curación, con fragilidad, con dolores y con el corazón roto. Yo también llegué así (…). Aunque la primera vez que asistí dije que ni loco volvería, ahora creo que estoy loco, porque el segundo martes de cada mes no veo la hora de volver (…)”. Una Iglesia, la de hoy, que necesita experimentar la fraternidad para fortalecerse “formando, de hecho, un pueblo al servicio del Reino de Dios, en favor de la vida, allí donde más grita”, como dice la hermana Maria Inês Vieira Ribeiro, conectada desde Aparecida (Brasil). La diversidad de cada realidad se convierte en la verdadera riqueza de la Iglesia que, a pesar de los esfuerzos de este tiempo, mira a sus hijos como los posibles santos del mañana. Es la experiencia de los jóvenes del Movimiento Carismas para la Unidad que, después de haber conocido el ideal de Chiara Lubich, quieren poner en contacto el carisma de cada uno con el del otro. De ahí que, durante la pandemia, nació “Santos juntos, como en el Cielo así en la Tierra”, una serie de encuentros vía zoom, un laboratorio, para compartir experiencias, poner en práctica el Evangelio y animarse recíprocamente a vivir la propia consagración con entusiasmo.
El Consejo Mundial de Iglesias (CMI) recibió a la presidenta, Margaret Karram, y al copresidente, Jesús Morán, así como a otros miembros de la comunidad de los focolares el 28 de noviembre y les ofreció una visita guiada del Centro Ecuménico durante la cual hablaron de la unidad, la reconciliación, la construcción de puentes interreligiosos, Fe y Constitución, y las comunicaciones, entre otros temas de interés.
El secretario general en funciones del CMI, Rev. Prof. Dr. Ioan Sauca, expresó su agradecimiento por las múltiples colaboraciones del pasado entre el CMI y los focolares. La más reciente de ellas fue la participación de los focolares en la 11ª Asamblea del CMI en Karlsruhe (Alemania). Sauca dijo que el CMI reconoce la importancia de la cooperación y el apoyo mutuo entre el CMI y los focolares para servir juntos bajo el nuevo paradigma de la peregrinación de justicia, reconciliación y unidad. “Los cristianos de diferentes iglesias que pertenecen a los focolares han formado parte de las delegaciones de sus respectivas iglesias y han desarrollado otras funciones en las asambleas del CMI”, observó Sauca, que resumió la larga historia de cooperación entre los dos grupos. “Su compromiso con la promoción del diálogo entre cristianos, judíos y musulmanes, así como su participación en un diálogo sostenido entre los israelíes y los palestinos, son valores inspiradores para el Movimiento de los Focolares a escala mundial y para otros”, dijo Sauca. El personal del CMI y los representantes del Movimiento de los Focolares hablaron asimismo de ámbitos de colaboración del pasado y del futuro, y compartieron sus experiencias en relación con la unidad y el ecumenismo. Karram extendió sus más cordiales saludos y expresó su gran alegría por visitar el CMI veinte años después de la última visita de la fundadora de los focolares, Chiara Lubich. “Hace veinte años, Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, vino aquí por invitación del entonces secretario general, Konrad Raiser, y Prof. Ioan Sauca”, dijo Karram, “estoy muy agradecida por estar con todos ustedes hoy aquí para conmemorar este aniversario. Alabo a Dios porque soy consciente de que estoy caminando por un terreno que considero sagrado”. Karram aseguró al CMI la buena disposición y la capacidad del Movimiento de los Focolares para seguir caminando juntos. “Quiero añadir que no solo caminaremos juntos –sino que tenemos que darnos la mano–; no solo caminar juntos, sino hacerlo de la mano, los unos al lado de los otros. Quiero prometer esto”. El Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, secretario general electo del CMI, elogió las numerosas maneras en que la comunidad de los focolares y el CMI han intercambiado ideas y perspectivas a lo largo de los años. “Hemos colaborado a diferentes niveles”, dijo.
Quedarse tibio ante el anuncio de la Palabra es como quedarse “ciego, desnudo e infeliz” (Ap 3, 17). Sin embargo, Dios sigue llamando a la puerta del hombre, especialmente en los momentos más oscuros de la vida; como un padre busca a su hijo, así Dios no se cansa de perseguirnos y para quien escucha su “llamada” está preparada la alegría plena.Solución providencial Cuando nuestros hijos eran pequeños, e incluso durante su adolescencia, los viajes y excursiones juntos siempre habían sido ocasiones de celebración. Desde que nos habíamos quedado solos, nos hemos dado cuenta de que habíamos cambiado, como si hubiéramos recorrido caminos diferentes y nos hubiésemos distanciado el uno del otro. Hablar entre nosotros se había vuelto difícil para no herir la susceptibilidad del otro. Llegamos a admitir que necesitábamos encontrar una nueva forma de comunicarnos, solicitando la ayuda de un psicoterapeuta. Hablando de ello con una amiga, me confió que ella había pasado por las mismas situaciones con su marido y que habían llegado al borde del divorcio. La solución providencial había sido formar parte de una comunidad en su parroquia, comprometida en obras de caridad. Se lo propuse a mi marido que estuvo de acuerdo. Desde entonces nuestra vida ha cambiado: donando nuestro tiempo, nuestras energías y abriendo la puerta de casa a los demás, hemos redescubierto no sólo el sentido de vivir sino una forma de comunicarnos. Incluso con hijos y nietos experimentamos mayor alegría. (F.d.A. – Croacia) El valor de hacerse uno Después de estudiar arquitectura en Florencia, volví de vacaciones a mi pequeño pueblo en las colinas toscanas donde mis padres estaban renovando la antigua granja familiar. Habiendo examinado el proyecto, expresé mis perplejidades, considerando tanto la condición estática del edificio como las modificaciones necesarias para conservar la estructura original. Sin embargo, mi hermano reaccionó mal, acusándome frente a todos de ser un sabelotodo. Quería demostrar que tenía razón, pero como había aprendido de un grupo que conocí en Florencia, que estaban comprometidos en la vivencia del Evangelio, el valor de “hacernos unos con los demás”, como dice san Pablo, dejé mi idea a un lado, para evitar discusiones. Cuando llegó el momento de empezar a trabajar, el maestro de obras explicó que ese proyecto no se podía llevar adelante y recomendó modificaciones que coincidían con las sugeridas por mí. En ese momento, mi madre concluyó: “Ves, hijo mío, aquí siempre te consideramos un niño y no aceptamos lo que has aprendido. Trata de entender a tu hermano”. (G.C. – Italia)
Maria Grazia Berretta
(tomado de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VIII, n.2, noviembre-diciembre 2022)
Esta es una de las páginas del diario de Irene, una jovencísima redactora de Teens, una revista del grupo Ciudad Nueva, hecha por los chicos para los chicos. A través de sus ojos y sus palabras, la historia de un viaje a una tierra marcada por las divisiones y su encuentro con el proyecto “Armonía entre los pueblos”, que a través del arte y la danza difunde belleza y esperanza a las nuevas generaciones de Belén. https://www.youtube.com/watch?v=79XjDZ_Gqi0
El misericordioso es capaz de perdonar al otro y a menudo también de perdonarse a sí mismo. Sin embargo, la misericordia no es sólo una disposición interior, sino que es también el camino que nos lleva a Dios. Su inmenso amor por nosotros no es un sentimiento, sino un acción; el acto a través del cual cada uno de nosotros “renace”. Vivir en paz No era la primera vez que notaba daños causados en mis tierras. Nunca había tenido enemigos y mi padre me había enseñado a construir buenas relaciones, pero esta vez quería entender bien qué estaba pasando. Pedí ayuda a la Virgen y una noche me escondí detrás de un árbol de fruta junto a otro campesino. Como había imaginado, en un determinado momento de la noche vi llegar a mi vecino junto con sus dos hijos, provistos de cajones de fruta. Mi plan fue fotografiarlos en forma flagrante. Desorientados por la luz del flash, los tres se fueron dejando la fruta recogida por el suelo. Al día siguiente, hacia el atardecer, la esposa del vecino le pidió a la mi señora el favor de destruir las fotos y que no denunciáramos a su esposo. Nos habíamos puesto de acuerdo con mi esposa que, en la eventualidad, respondiera: “No sé de qué fotos me estás hablando, mi marido está afuera desde hace dos días”. Desde ese momento las cosas cambiaron: se veía en ellos una insólita gentileza y prontitud a ayudar en la recolección… En una pausa para descansar, el vecino admitió que había venido a recoger algunas manzanas “para probarlas”, y había visto unos destellos de luz. Le dije: “Desde hace algún tiempo en el pueblo suceden cosas raras. Lo importante para nosotros es vivir en paz”. (V.S.E. – Italia) Un verdadero cambio Con el pensamiento, recorrí mi vida: ¡un total fracaso! No estoy casada por la oposición de mis padres a mi elección de un muchacho bueno pero no de nuestro “rango”. Con mis hermanos y mi hermana relaciones prácticamente inexistentes a raíz de una herencia repartida injustamente, según ellos. Puedo considerarme rica, pero sin embargo ¡qué vacío siento dentro de mí y alrededor de mí! Estaba en el hospital cuando una sobrina que me vino a ver dijo una frase que no me dejó en paz: “¡Tía, tu problema es que estás poseída por el mal. En ti ha desaparecido todo rastro de bien”. Cuando me dieron el alta busqué a un sacerdote para contarle lo que me angustiaba. Tras haberme escuchado, le pareció que de alguna manera yo me quería vengar con la vida, con la familia, con todos y me orientó a que pensara más en los demás: festejando con algún regalo los cumpleaños de mis parientes, preguntándoles a los vecinos para saber cómo están, escribiéndoles a mis ex alumnos… pequeños gestos pero que eran pasos hacia la luz. En la desesperación puse en práctica esa sugerencia. Es duro, pero siento que algo está cambiando. (G.I. – España) Amigas en la enfermedad Durante el período en el que mi madre estuvo internada en el hospital conoció a su compañera de habitación, Klari. Compartían el mismo estadio del cáncer, el mismo ritmo de quimioterapia. Se habían hecho amigas, pero algo las dividía. Cuando era joven, Klari había sido una activista comunista y no aceptaba la fe católica que profesaba mi madre. No polemizaban, pero se veía que ninguna de las dos daba el brazo a torcer en sus convicciones. De todos modos, mi madre se mostraba siempre disponible, y para ayudar a Klari, que no tenía parientes, nos había pedido a nosotros sus familiares que le diéramos una mano. Eran pequeñas cosas que ella necesitaba, algún trámite para acelerarle, llamar por teléfono a alguna amiga. Cuando la condición de la salud se agravó en ambas, noté una diferente aceptación de la enfermedad: mi madre, que estaba siempre atenta a lo que necesitaba su amiga, dejaba traslucir una gran paz. Klari, en cambio, era intolerante y agresiva, pero antes de entrar en coma le agradeció a mi madre por haber estado a su lado. Se había vuelto una de nuestra familia. (P.F.H. – Alemania)
A cargo de Maria Grazia Berretta (extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VIII, número 2, noviembre-diciembre de 2022)
Fue presentado al Parlamento europeo de Bruselas (Bélgica) un documento que comprende posiciones compartidas entre cristianos y marxistas hacia una ética social común, fruto de un largo camino de ocho años (y dos siglos). Dialop se autodefine como un proyecto en curso de diálogo transversal, entre cristianos y marxistas de Europa en el que se trabaja desde hace algunos años, y que tomó un impulso decisivo después de un encuentro en el Vaticano de algunos representantes de la izquierda europea con el Papa Francisco (ver también: Dialop: cristianos y marxistas trabajando juntos). El pasado 8 de noviembre, con el apoyo del grupo de Izquierda del Parlamento Europeo, en colaboración con el Movimiento Político por la Unidad y New Humanity, en el edificio Altiero Spinelli, 40 personas se reunieron ante la presencia de 9 países de la Unión y otras que siguieron vía streaming la presentación del documento de solidaridad”. El documento sobre los planteamientos comunes, surgido a partir del diálogo cristiano socialista, escrito por el Prof. Michael Brie – presidente del comité científico de la fundación Rosa Luxemburgo y – por el sociólogo belga prof. Bennie Callebaut del Instituto Universitario Sophia, analiza cómo de antagonistas en el pasado, el cristianismo y el marxismo tienen ahora delante un alto muro que abatir; el del capitalismo salvaje, y cómo sienten una sorprendente afinidad en el presente. En el mensaje y en la persona del Papa Francisco encuentran también una figura que los une, un líder y un compañero de viaje. “En las luchas comunes -afirma el documento-; estamos trabajando en proyectos guiados por una perspectiva compartida”. Cuáles son estos proyectos, que en el documento se presentan como pistas de trabajo: “una economía de la vida; una comunidad cuidadora; una política de transformación solidaria; un mundo donde hay espacio para muchos mundos; la dignidad de cada individuo en un mundo rico de bienes comunes; juntos por un espacio de paz”. Era inevitable que surgiera durante el debate la pregunta sobre cómo se concretan estos proyectos. La planteó el prof. Léonce Bekemans (Cátedra Jean Monnet, Universidad de Padua). Y respondió Walter Baier, de “transform!europe”, quien es uno de los pioneros y coordinadores de Dialop: “Nos movemos en tres niveles”, explicó, “el diálogo, como iniciativa cultural, para llegar a ser un “think tank”; involucrar a las personas en el trabajo por la solidaridad, como se ha hecho en las iniciativas a favor de los migrantes y refugiados; suscitar la participación a nivel político sobre todo para la construcción de la paz”. La anfitriona fue Marisa Matjas, eurodiputada portuguesa del Bloque de Izquierda, vicepresidenta del Partido de la Izquierda Europea en el Parlamento Europeo. Recordó con pasión las palabras del Papa Francisco a los miembros del Parlamento Europeo en el 2014 “dichas en el momento que necesitábamos escucharlas”. Nos habló de mantener viva la democracia en Europa, del trabajo y de los derechos de los trabajadores, de la educación, de la migración, en un momento en el que la UE ignoraba los masivos movimientos de personas que llegaban desde Siria; habló también de la dignidad y de los derechos humanos, tenemos muchas cosas en común por las que tenemos que trabajar juntos”. “Hoy tenemos necesidad, tanto del pan para vivir, como de una visión, de espíritu, de alianza. Es la hora de tener esperanza y de esperar “en plural”. A esto nos invita Dialop”, afirmó el teólogo Piero Coda en su discurso de apertura sobre “Senderos comunes hacia una sociedad global, justa y fraterna”. Una pluralidad que requiere e invita a ampliar cada vez más las alianzas, no solo en el mundo católico, sino en todo el mundo cristiano, en una dimensión ecuménica, no solo el cristianismo, sino entre las religiones, no solo con la izquierda, sino con las distintas almas políticas comprometidas por el bien común y la defensa del ambiente. Ciertamente, se necesita hacer un esfuerzo inicial para dejar de lado las pretensiones, dijo, citando el documento de “tener el monopolio de la verdad”. “Una ética social transformativa y transversal que debe contar con el aporte de otros actores y tradiciones, que junto con marxistas y cristianos, están presentes en nuestro continente y tienen perspectivas del mundo diversas”, subrayó a propósito el Padre Manuel Barrios Prieto, Secretario General del COME concepto de fraternidad humana, a partir de la firma del documento de Abu Dhabi del 2019 y de la Encíclica “Fratelli Tutti”. En un compromiso renovado con el diálogo que renace en Bruselas, con un impulso de inclusividad, conscientes de que el diálogo es un “trabajo en curso permanentemente”. Maria Chiara De Lorenzo
Entre los primeros focolarinos casados y co-iniciador del Movimiento Familias Nuevas, Danilo Zanzucchi falleció en paz el 16 de noviembre de 2022 a la edad de 102 en su casa de Grottaferrata (Roma) rodeado de su esposa Anna Maria, sus cinco hijos (Chiaretta, Michele, Mariannita, Giovanni y Francesco) y algunos de los 12 nietos. El mayor de una estimada familia de Parma (Italia), en sus viajes a Milán para seguir los primeros edificios que proyectó, Danilo encuentra el carisma de la unidad a través de Ginetta Calliari – una de las primeras compañeras de Chiara Lubich-. Ya católico ferviente, comprometido en política y presidente diocesano de la FUCI – Federación Universitaria Católica Italiana – y posteriormente de los Hombres de Acción Católica, advierte que debe comprometerse radicalmente con Dios y reorientar su vida sobre el Evangelio vivido. Esta elección también la comparte Anna Maria, quien se convertirá en su esposa. En torno a ellos nació la primera comunidad de Parma, mientras que para los dos se perfila con fuerza la vocación innovadora de focolarinos casados abierta por Igino Giordani. Nacidos sus primeros cuatro hijos, deciden dejar su prometedora carrera de ingeniero y los privilegios de una vida acomodada para trasladarse a la capital como familia-focolar y dedicarse a tiempo completo a los fines de los Focolares. Entre los primeros cargos de Danilo, la finalización de la estructura de Rocca di Papa destinada al Centro Mariápolis y, más tarde, a la sede internacional del Movimiento. Luego colaborará con la Editorial Città Nuova. En estrecho contacto con Chiara, colabora en la formación de generaciones de matrimonios de diferentes continentes que, como él, quieren seguir los pasos de Giordani. En 1980 fue invitado con Anna Maria como auditor al Sínodo sobre la familia y en 1981 Chiara Lubich lo llamó al Consejo Central del Movimiento con el papel, junto a su esposa, de pareja guía de las Familias Nuevas a nivel mundial. El nombramiento papal como consultor y, posteriormente, como miembro del dicasterio vaticano para la familia también se remonta a la década de 1980. Estas son las responsabilidades que lo ven, junto a Anna Maria, invitado en varias ocasiones en la residencia del Papa Wojtyla y testimonio de su servicio a la familia en transmisiones televisivas también en mundo visión. Con la llegada de Benedicto XVI, la colaboración con la Santa Sede se intensifica hasta el punto de que el pontífice les pide que redacten el texto del Vía Crucis (2012) en el Coliseo de Roma que él presidió. La larga vida de Danilo, por los muchos talentos recibidos y tan abundantemente fructificados, es un canto de gloria a Dios prolongado en el tiempo. Todo el Movimiento de los Focolares, en particular las filas de los focolarinos casados y la multitud de familias de todo el mundo de las que ha sido ejemplo, confidente, amable y seguro punto de referencia, le están profundamente agradecidos. Un agradecimiento que va a su figura de hombre: un gigante de rectitud, ternura, sencillez y sabiduría. Gracias Danilo también por no haber dejado nunca de encarnar a ese niño evangélico que siempre traslucía de tu ser, de tus palabras, de tu fino humor, de tus acuarelas, de las innumerables caricaturas que muchas veces improvisabas (quizás en servilletas de papel) para alegría de todos nosotros.
Una mirada al mundo con el objetivo de difundir “buenas noticias”. Esto es lo que anima a las redacciones de Teens International repartidas por distintos puntos del planeta y apoyadas por los grupos editoriales de Ciudad Nueva. Un espacio creado por los chicos para los chicos en el que poder intercambiar opiniones e ideas; formarse en la producción de contenidos para distintos medios de comunicación; encontrar juntos modelos de comunicación guiados por valores verdaderos. https://www.youtube.com/watch?v=f_9J9ro2Dig&list=PL9YsVtizqrYs-fUrfOgSZ2X2vhoedLwCI
Escuchar y compartir. “Nadie solo” es un camino de acompañamiento y testimonio que desde hace tiempo involucra a padres con niños LGBT en varios países del mundo. “No dejar a nadie solo” es la invitación que Chiara Lubich dirige, en el texto “Una ciudad no basta”, a cuantos quieren transformar las ciudades en las que vivimos, poniendo en práctica el amor del Evangelio. Una invitación que lleva, día tras día, a comprometerse para hacer de los lugares en los que vivimos, espacios de fraternidad donde todos se sientan amados y acogidos. Con esta invitación en mente, el Movimiento de las Familias Nuevas de los Focolares ha llamado “Nadie solo” a los itinerarios/taller de acompañamiento, intercambio de vida y testimonios que viene realizando desde hace algún tiempo con matrimonios de varias naciones (Italia, Portugal, Alemania, Bélgica y Brasil) con niños LGBT. Las reuniones se llevaron a cabo primero en presencia con algunos conectados en línea, luego, debido a la pandemia, completamente on line. A pesar de las grandes distancias geográficas y de las notables diferencias culturales, los encuentros fueron fuente de intercambio y de gran enriquecimiento recíproco. Poco a poco nos hemos convertido en una sola familia en la que las preguntas, los sufrimientos, las heridas y los logros de cada uno se han convertido en los de todos. De ahí surgieron las ganas de encontrarnos en directo y así, del 14 al 16 de octubre de 2022, se llevó a cabo un taller en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Italia) con la participación de 60 personas. Además de los matrimonios de padres que vienen siguiendo el camino desde hace tiempo y algunos responsables de varias realidades de los Focolares, el programa se enriqueció con la presencia de algunos jóvenes de orientación homosexual, miembros activos del Movimiento de los Focolares. Escuchar los testimonios de los padres, pero también de los hijos fue muy emotivo, nos permitió conocernos más e iluminar todas estas experiencias con la luz del Evangelio. Intentamos entendernos, también a través de la contribución de expertos, sin prejuicios. El padre Amedeo Ferrari, franciscano, teólogo y moralista, el padre Pino Piva, jesuita, teólogo muy involucrado en la pastoral de varios grupos de personas LGBT, Katrien Verhegge, psicoterapeuta belga, que trabaja en estos temas a nivel gubernamental en su país y Roberto Almada, también él psicoterapeuta, han acompañado al grupo con gran sabiduría y equilibrio, ayudando a los participantes a comprender el camino que está haciendo la Iglesia católica, a no tener miedo y a abrirse con valentía a las siempre inesperadas sorpresas del Espíritu, a ampliar la capacidad escuchar, acoger, acompañar e integrar. El padre Pino Piva invitó a todos a seguir ayudando y acompañando a “las familias – padres y otros miembros de la familia – a experimentar la acogida humana y cristiana, ante todo: ¡un niño siempre es bienvenido! Y en esto la familia ayuda a la Iglesia a ser una Familia que acoge e integra a sus hijos sin condiciones”. Las jornadas de encuentro generaron en todos los presentes un fuerte deseo de convertirnos en verdaderos compañeros de viaje para todo prójimo que se cruce en nuestro camino. Ciertamente, no se han encontrado todas las respuestas a las diversas preguntas. Quedan muchos interrogantes aún abiertos, entre ellos también comprender cómo asegurar un camino de acompañamiento, para profundizar y vivir el carisma de la unidad. El padre Amedeo Ferrari invitó a todos a “tener presente que toda persona posee una dignidad inviolable. Por tanto, incluso las personas que experimentan la tendencia homosexual deben ser recibidas con respeto e igual dignidad que cualquier otra persona, evitando cualquier tipo de prejuicio o discriminación en su contra”.
La palabra del Evangelio propuesta para este mes de noviembre 2022 nos impulsa a poner en práctica la misericordia con los hermanos. Chiara Lubich, en este fragmento del 15 de octubre de 1981, pronunciado durante una conferencia telefónica mundial, invitaba a todos los que la escuchaban a renovar este amor misericordioso característico desde los primeros tiempos de los Focolares. Un llamamiento que también hoy puede ayudarnos a crecer en el camino personal de unión con Dios y con la comunidad. Es esto lo que hoy quiero subrayar para todos ustedes: la unidad. La unidad tiene que triunfar: la unidad con Dios, la unidad entre todas las personas. ¿Cómo? Amando a todos con aquel amor de misericordia característico de los primeros tiempos del Movimiento, cuando decidimos ver cada mañana, durante todo el día, al prójimo que encontrábamos, en la familia, en la escuela, en el trabajo, etc., en todas partes, verlo nuevo, novísimo, no recordando sus fallos, sus defectos, sino cubriéndolo todo con el amor. (…) Acercarse a todos con esta amnistía completa en nuestro corazón, con este perdón universal. Después, hacernos uno con ellos en todo, excepto en el pecado, excepto en el mal. ¿Para qué? Para obtener aquel resultado maravilloso al cual aspiraba Pablo, el apóstol. Él decía: «Hacerse todo a todos —hacerse uno con todos— para ganar a Cristo el mayor número» (Cf. 1 Co 9, 19). Pues bien, si nos hacemos uno con el prójimo, ayudados también por este perdón, podremos comunicar nuestro Ideal[1] a los demás. Y, una vez obtenido esto, establecer la presencia de Jesús entre nosotros y ellos, de Jesús Resucitado, de Jesús que prometió estar siempre con nosotros en su Iglesia y que, en cierto modo, se hace ver y sentir cuando está en medio de nosotros. Esta tiene que ser nuestra obra principal: vivir de tal forma que Jesús viva entre nosotros; Él, que es el conquistador del mundo. Si somos uno, muchos serán uno y el mundo un día podrá ver la unidad. ¿Y entonces? Constituir por todas partes células de unidad: en nuestra propia familia, en el vecindario, con los que jugamos o estudiamos, con los que trabajamos, con todos, lo más posible, encender estos fuegos por todas partes.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, La Vida, un viaje, Ciudad Nueva, Madrid 1994, pp. 16-18) [1] Se refiere al modo de vivir el Evangelio que es típico del Carisma de la unidad
El Movimiento de los Focolares adhiere al “Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles”, suscrito por el Dicasterio vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, por el Parlamento Europeo, por el Parlamento de las religiones mundiales y por más de 2900 entre científicos, académicos, asociaciones y representantes de los distintos credos religiosos. “Nosostros, los que suscribimos, invitamos a los gobiernos de todo el mundo a adoptar y poner en práctica con urgencia un Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles, para proteger la vida y los medios de subsistencia de las generaciones presentes y futuras a través de una gradual y equitativa eliminación de los combustibles fósiles en la línea del consenso científico de no superar el 1,5ºC de calentamiento”. Éstas han sido las palabras de introducción a la carta firmada por más de 2900 entre científicos, académicos, asociaciones y representantes de los distintos credos religiosos, por el Dicasterio vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y el Parlamento Europeo a la que también ha adherido el Movimiento de los Focolares para pedir a los líderes mundiales un Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles. Petróleo, gas y carbón son la causa principal de la crisis climática. El mundo tiene ya suficiente potencial de energía renovable para expandir cómodamente el acceso a la energía por parte de todos. Sin embargo, la dependencia de los combustibles fósiles continúa mientras los expertos lanzan la alarma acerca del daño que causan a nuestra salud pública, a la biodiversidad, a la paz en el mundo y a nuestro clima. A pesar de que el acuerdo de París ha fijado un objetivo climático global crucial, muchos gobiernos han seguido aprobando nuevas extracciones de carbón, petróleo y gas, por más que quemar esos combustibles fósiles implicaría emisiones siete veces superiores a las que son compatibles con el mantenimiento del calentamiento por debajo de 1,5°C. Para alcanzar los objetivos del acuerdo de París, se requiere la cooperación internacional para detener explícitamente la expansión de los combustibles fósiles. Éste es el motivo por el que se está desarrollando un notable impulso a la propuesta de un Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles. El lunes 7 de noviembre de 2022 en Sharm-el-Sheikh, Egipto, se inició la COP27, la conferencia mundial sobre el clima, con la participación de más de 140 jefes de estado y de gobierno. Durante ese evento se llevó a cabo un congreso cuyo título era “El derecho a un ambiente sano: fe y perspectivas éticas” organizado por el Parlamento de las religiones mundiales, en colaboración con la UNEP Al-Mizan (proyecto de las Naciones Unidas con distintas organizaciones islámicas sobre el ambiente). El derecho a un ambiente sano se encuentra sostenido por las enseñanzas éticas de las tradiciones de fe del mundo sobre la justicia y la valoración de la naturaleza. Expertos y líderes religiosos intercambiaron ideas sobre este tema desde el punto de vista de la ética religiosa y de los valores compartidos, de la cultura y de la defensa, y les piden a los líderes mundiales reunidos en Egipto que suscriban el Tratado de no proliferación de los combustibles fósiles.
El saludo de Margaret Karram, presidenta del Movimiento de los Focolares, a los voluntarios y a las voluntarias en formación reunidos en Castel Gandolfo el 5 de noviembre de 2022 y la alegría de compartir con ellos la bellísima carta recibida del papa Francisco. Activar los subtítulos en español https://youtu.be/izLQ6PkQsHA
A 25 años de la apertura del Focolar de Chiang Mai (Tailandia), presentamos una entrevista a Metta Surinkaew, una entre las primeras budistas del Movimiento de los Focolares, hoy colaboradora para el diálogo interreligioso.“Las religiones son como una variada selección de plantas que brotan continuamente, ofreciendo belleza y productividad, en equilibrio y armonía para toda la tierra”. Es una imagen bellísima que nos hace sentir en las cumbres de Tailandia, nos la regala Preyanoot Surinkaew, apodada Tom y más conocida como Metta, que en el idioma de Buda quiere decir “compasión”. “Nací en una familia del norte del país. Aquí el budismo es la raíz de nuestra cultura y desde pequeña viví en una comunidad que basa su estilo de vida budista en el de los monjes del templo de nuestra aldea”. ¿Metta, cuándo tuvo lugar tu encuentro con la espiritualidad del Movimiento de los Focolares? Conocí el Movimiento de los Focolares en 1993. Cuando tenía 19 años veía que mi aldea se estaba despoblando y la sociedad cambiaba radicalmente. El templo, que durante mi infancia era el lugar donde podía correr, jugar libre y observar a los ancianos participar en las ceremonias, se convirtió en un lugar donde “buscar la suerte” y preguntar cuál era el mejor número para jugar la lotería. Me preguntaba: “¿Cómo puedo, desde mi pequeñez, ayudar a la sociedad?”. Precisamente en el período en el que surgían esas preguntas en mi mente, tuve la oportunidad de participar en un campamento juvenil donde había muchos chicos del Movimiento de los Focolares. Lo que más me impresionó fue el clima de armonía y la relación fraterna que se creó entre todos, incluso si éramos de religiones diferentes. Cada palabra que escuchaba se transformaba en vida auténtica para esos jóvenes e inmediatamente decidí que también yo seguiría ese estilo de vida. Además, fui descubriendo con alegría, que algunas de las enseñanzas que propone el Evangelio eran similares a las del budismo y que también entre nosotros personas de religiones diferentes es posible establecer esa unidad. ¿Qué se necesita para que esto suceda también en la vida cotidiana? Tener una mente abierta, deseosa de acoger la identidad del otro y aprender de la belleza de las enseñanzas y de las prácticas de otras religiones, con amor y respeto. Esto hace nacer la conciencia de que es posible vivir juntos como “hermanos y hermanas”, superando las barreras que existen entre las mismas religiones. El evento organizado del 12 al 14 de agosto de 2022, para celebrar el 25° aniversario de la apertura del primer Focolar en Chiang Mai fue una ocasión ulterior para recordarlo. ¿Cómo fue ese momento? Una gran fiesta. Organizamos un tour, junto a nuestra comunidad compuesta por personas cristianas y budistas, a los varios lugares visitados por Chiara Lubich en 1997, un momento decisivo que abrió el camino al diálogo interreligioso con los amigos budistas en Tailandia. De hecho, fue durante ese viaje y gracias al encuentro con el Gran Maestro Phra Ajahn Thong, que Chiara Lubich intuyó la importancia que habría tenido la apertura de este focolar, para seguir viviendo y trabajando por el diálogo interreligioso. En esos días de fiesta era bello ver a cada uno rezar según su religión y, desde el respeto, asistir a la oración del otro. Es la confirmación de que ese vínculo de profunda amistad que nació entre Chiara Lubich y Phra Ajahn Thong nos lo han entregado a todos nosotros, como un hilo de oro, que todavía hoy nos mantiene unidos. El Papa Francisco en su reciente viaje a Kazakhstana afirmó: “Tenemos necesidad de la religión para responder a la sed del mundo”. ¿A la luz de tu experiencia qué piensas de esto? Cada religión es distinta de las demás y según la cultura y el origen, quiere permitir a los seres humanos y a la sociedad alcanzar el fin último de la verdad y de la paz, pero las enseñanzas y las varias prácticas deben transformarse en vida para ser un testimonio confiable. El significado clave de la existencia humana es este: “Tener paz en el corazón de las personas y paz en la sociedad”. El verdadero camino del diálogo es ante todo comprender plenamente las enseñanzas de la propia religión para después trabajar juntos por los demás, fraternalmente, en un proyecto de auténtica paz.
Con motivo de la fiesta litúrgica de la beata Chiara “Luce” Badano, el 29 de octubre de 2022, Sassello, su ciudad natal, abre sus puertas y se reúne para vivir juntos un momento deconmemoración en memoria de esta joven que aún continúa inspirando con su testimonio. La beata Chiara Badano habría cumplido 51 años este 29 de octubre de 2022. Una joven enamorada de Dios que, a los 17 años, descubrió que tenía un tumor óseo y, aún en su enfermedad, nunca dejó de alimentarse del amor a Dios, más fuerte que cualquier otra cosa. En su ciudad natal, Sassello, un municipio italiano de la provincia de Savona (Italia) rodeado de bosques y hermosas colinas, ese día fueron muchos los jóvenes, niños y adultos que vinieron a saludarla con motivo de su cumpleaños que coincide con su fiesta litúrgica. A 32 años de muerte, su testimonio sigue llegando a muchos y los frutos de una vida vivida en la luz inspiran a muchos a ir más allá de los obstáculos, a descubrir una caricia del Amor de Dios incluso en las dificultades y dolores; para dar su vida por los más necesitados. Un jornada que comenzó al mediodía en el Camposanto en el panteón de la familia Badano, donde muchas personas de diversos países se reunieron alrededor de la tumba de Chiara para el “Time-Out”, un minuto de recogimiento para pedir la paz en todo el mundo. Fue un momento sencillo pero profundo de reflexión y oración, al que asistieron la madre de Chiara, María Teresa, el alcalde de Sassello, Daniele Buschiazzo, el obispo de la diócesis de Acqui, monseñor Luigi Testore y los miembros de la Fundación Chiara Badano. “El 29 de octubre es generalmente un momento que enriquece a toda la comunidad -dijo el alcalde-. Y el hecho de que sean sobre todo los jóvenes los que reconozcan en la figura de Chiara una referencia importante, nos hace sentir aún más orgullosos. Que este sea un momento de encuentro donde se aborden temas importantes cada año, como este año sobre la paz, es un elemento de vitalidad también para nuestro Municipio y nuestra comunidad”. Por la tarde, en la parroquia de la Santísima Trinidad, en el centro de Sassello, muchos participaron en la Santa Misa, celebrada por Mons. Testore, en presencia del párroco Don Enrico Ravera.“Chiara nos muestra precisamente lo que significa acoger el Amor de Dios y descubrir constantemente este Amor –dijo el obispo-.Aquí es donde supo vivir su corta vida sobre todo con esta perspectiva, dejándonos una huella muy fuerte que cada uno de nosotros puede asumir: descubrir el Amor de Dios y dejarse guiar por este Amor para construir nuestra propia vida”. 5ª edición del “Premio de Arte 2022″ Inmediatamente después de la Santa Misa, la Fundación Chiara Badano anunció los nombres de los ganadores del “Premio de Arte 2022”, que brinda a los jóvenes la oportunidad de testimoniar con su talento cuánto les ha fascinado, involucrado e inspirado la historia de Chiara Badano, su ideal y su estilo de vida. Los ganadores de este año son Manuel Arduini de Cattolica (Italia), en la categoría “chicos” (10-16 años) con un dibujo inspirado en Chiara, titulado “El camino hacia la luz”. “Lo que me inspiró para hacer este dibujo fue la fe de Chiara ‘Luce’ en la Iglesia y en Dios”, explicó el ganador. Obtuvieron el premio en la categoría juvenil (17-35 años) Guilaine, Darlene, Ashura, Evasta y Erica de Burundi. Las 5 jóvenes de Bujumbura, Burundi, del Centro Chiara Luce del Movimiento de los Focolares, escribieron la letra de una canción (basada en una música tradicional) y prepararon una coreografía que expresa la alegría de haber conocido la vida de Chiara “Luce” y la ayuda que su ejemplo representa para sus vidas. Una mención especial del jurado fue para la canción presentada por un grupo de niños de Bujumbura en la categoría de niños. El premio y el pergamino fueron recibidos por Chiara Cuneo, consejera del Centro Internacional del Movimiento de los Focolares, que trajo los saludos de la presidenta Margareth Karram y del copresidente Jesús Morán. Antes de concluir la entrega de premios, Pasquale Capasso y Martina Bolino de Arzano (Italia), ganadores de la categoría juvenil para el año 2020, presentaron la canción con la que ganaron esa edición, “Qui per l’eternità” (Aquí por la eternidad), cuya entrega de premios en presencia no había sido posible debido a la pandemia. “Llegando a la última página del libro sobre Chiara “Entre cielo y tierra”, escrito por Franz Coriasco -explica Pasquale Capasso–, me pareció que esta historia debía continuar. Me acordé de muchos jóvenes, como yo, como nosotros, que tratan de pasar sus vidas poniendo sus talentos al servicio de los demás. Y así, la experiencia de esta canción seguramente fue una experiencia común, incluso con los otros chicos y amigos… y salió esta canción, que es un estímulo para llevar el testigo que Chiara nos dejó, porque es un compromiso que todos sentimos que podemos asumir”. “Nacióunpoco como un juego… -agregó Martina Bolino– le dimos la bienvenida a este juego y salió un intercambio de alegría loca que, de hecho, contagia, por lo que agradecemos a quienes hicieron esta invitación”.Premio “Solidarity Chiara Luce Badano” Al final de la ceremonia de entrega de premios de los ganadores de “Arte 2022”, también tuvo lugar la presentación y lanzamiento del nuevo Premio “Solidarity 2022”: una iniciativa anual para promover proyectos solidarios en todas partes del mundo, que se unirá al premio artístico. “Chiara, desde niña, ha mostrado una verdadera pasión por los más necesitados, los más débiles, los más marginados de la sociedad, los ancianos y los niños en particular -explicó Cristina Cuneo, miembro de la Fundación Chiara Badano–por esta razón, inspirada y anhelada por Ruggero Badano (padre de Chiara) y Delfina Giribaldi, la Fundación, ha decidido establecer el ‘Premio Solidarity Chiara Luce Badano’, de acuerdo con el mandato estatutario de apoyar y alentar proyectos para la promoción de acciones positivas dirigidas a los sectores más débiles de la población”. La fecha límite para la presentación de proyectos, de acuerdo con los procedimientos indicados en la convocatoria en el sitio web oficial de Chiara, es el 20 de enero de 2023 a las 12 del mediodía CET. Para más información sobre la Beata Chiara “Luce” Badano y su historia: www.chiarabadano.org
Ir al encuentro del prójimo, amarlo plenamente, muchas veces significa volver sobre nuestros pasos, aun cuando pensamos que nuestras razones merecen ser escuchadas. Significa guardar las armas y mostrar actos de amabilidad.El regreso de papa Por motivos de trabajo mi marido estuvo ausente una semana entera, así que me encontré cuidando a cuatro niños sola en casa tras el cierre de los colegios por el Covid-19. Descontenta, cavilaba: “¿Era correcto que él asumiera tantas tareas?”. Y dentro de mí estaba la ansiedad de desahogarme cuando regresara. En cierto momento, sin embargo, me di cuenta de que el menor de los niños estaba preparando cuidadosamente un dibujo para entregar a su padre a su regreso. Ese amable gesto me hizo reflexionar, fue un verdadero examen de conciencia para mí. “¿Y yo? ¿Qué bienvenida le daré? ¿Lo asaltaré con mis recriminaciones enumerando las cargas que he tenido que soportar?, me dije. Ese dibujo fue una oportunidad para cambiar de dirección y decidir -esta vez junto a los niños, entusiasmados con la idea- recibir a papá con una fiesta, preparando cosas ricas para comer y decorando las habitaciones. Cuando llegó mi esposo, quedó sorprendido. Cansado, pero feliz de estar en casa, comentó: “¡No sabes lo que significa para mí tener una familia así!”. (MS – Hungría) Restablecer relaciones Hace años se rompió mi relación con un vecino. Mis esfuerzos por reconciliarme con él fueron inútiles. Recientemente, al ver el nombre de su santo en el calendario, se me ocurrió una idea. Pero antes, pues se había mudado, tuve que investigar un poco para localizarlo. En la mañana de su onomástico, me presenté en su casa con cierto temblor y una canasta de regalos. La esposa, que me acoge cordialmente, me dice: “¡Qué sorpresa! Disculpe, pero no la he reconocido”; y anuncia la llegada de su marido. Me preguntaba cómo reaccionaría. Pero nunca hubiera imaginado el gran abrazo con el que me recibió, repitiendo: “¡Qué regalo me ha hecho al venir a verme! He estado mal, pero sabe, ¡mucho depende de mí temperamento!”. En la sala de estar, entablamos una conversación cordial durante unas dos horas. Y al momento de despedirme me quiso ofrecer algunos productos de sus campos. Por este encuentro que nos dio alegría a ambos, agradecí a Dios: sólo él podría darme el coraje de atreverme y creer más en el bien que hay en lo profundo del corazón de cada hombre. (E.B. – Italia)
Maria Grazia Berretta
(tomado de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, anno VIII, n.2, septiembre-octubre 2022)
El 4 de octubre de 2022, se presentó en el Vaticano el documental “La Carta”, una mirada sobre cómo actuar por el bien de nuestra “casa común”, concebida por el Movimiento Laudato Si’, ahora disponible de forma gratuita en Youtube Originals en 12 idiomas. Arouna Kandé es un joven estudiante senegalés nacido en un pequeño pueblo que trabajaba en la granja, entre cabras y gallinas, pero la destrucción progresiva del medio ambiente empujó al joven musulmán a abandonar el pueblo. El joven cuenta, refiriéndose a la ciudad costera de Saint-Louis, que el aumento de las aguas ya ha obligado a miles de personas a abandonar sus hogares. “Mi familia, en Senegal”, dice, “no hizo nada para causar la sequía en nuestro pueblo y las inundaciones en la ciudad. Nos afectan las decisiones tomadas por otras personas. Pero el futuro está llegando, es mío y haré un buen uso de él”. En la película “La Carta“, presentado por el Movimiento Laudato Si’, del cual el Movimiento de los Focolares es miembro, la historia de Arouna Kandé se entrelaza con los acontecimientos del líder indígena brasileño Cacique Odair Dadá Borari, de la activista india de catorce años Ridhima Pandey, de los esposos estadounidenses Asner, biólogos marinos, y de la irlandesa Lorna Gold, todos muy activos para la protección del medio ambiente. Con una carta que parte del Vaticano y llega a cada uno de ellos, comienza un viaje en su propia experiencia hasta que regresa al Vaticano donde el Papa Francisco comienza un diálogo con ellos en un ambiente de íntima confianza y escucha profunda. Finalmente, la acción se traslada a Asís, en los lugares de San Francisco. Allí, el cardenal Raniero Cantalamessa, ofrece una perspectiva única para comprender las raíces franciscanas del mensaje de la Carta Encíclica Laudato Si’, dedicada por el Papa Francisco al cuidado de nuestra casa común. La película fue presentada en el Vaticano el 4 de octubre, fiesta del santo de Asís, en presencia de los protagonistas, el director Nicolas Brown y su equipo junto con los productores. En el Aula del Sínodo, Arouna Kandé explicó la importancia de aumentar la conciencia pública sobre estos temas. Habló de escuelas que fueron arrasadas por el agua y cientos de niños que no tenían lugar seco para descansar, obligados a dormir durante días de pie. El joven contó que se había mudado a una ciudad costera, donde los niveles del mar están subiendo. No se ha rendido: ahora es estudiante universitario y está ideando una nueva ONG para liderar la próxima era de desarrollo sostenible en su país. Por lo tanto, Arouna es testigo de las miles de personas que tienen experiencia de primera mano de la crisis climática y que poseen los conocimientos necesarios para resolverla. También Ridhima Pandey, una estudiante secundaria de la India de 14 años, que participó en manifestaciones para que los gobiernos rindan cuentas por su acción climática. Fundó una ONG para ayudar a las mujeres jóvenes a convertirse en activistas climáticas. Ridhima dijo que serán las generaciones jóvenes futuras las que sufrirán el abuso y el abandono de la tierra en todo el mundo. “Nuestra generación, los jóvenes, es y será la más vulnerable”. “La carta” es una película para ser vista en familia, en las comunidades, en las escuelas porque la misiva que recibe cada uno de los protagonistas está dirigida a cada habitante del planeta y nos permite tomar conciencia de que todos podemos hacer nuestra pequeña o gran parte para cuidar, como dice el Papa Francisco en Laudato Si’, “nuestra casa común”. La película estará disponible de forma gratuita en Youtube Originals doblada en 12 idiomas a partir del 2 de noviembre de 2022. https://theletterfilm.org/
Carlos Mana
Activar los subtítulos en español https://www.youtube.com/watch?v=Rps9bs85BII
El 11 de octubre de 1962 empezaban los trabajos del Concilio Vaticano II. A 60 años de distancia, una reflexión y una mirada sobre esta conmemoración histórica y excepcional en la vida de la Iglesia. “El Concilio que empieza surge en la Iglesia como un día brillante de espléndida luz. Es apenas el alba; pero ¡cómo tocan ya suavemente nuestros espíritus los primeros rayos del sol naciente!”. Con estas palabras el Papa Juan XXIII concluía el 11 de octubre de 1962 la celebración solemne en la Basílica de San Pedro, dando inicio a una nueva era. Han pasado ya 60 años desde la apertura del Concilio Vaticano II, un Concilio ecuménico, o sea universal, y un momento de gran comunión para afrontar, a la luz del Evangelio, las nuevas cuestiones planteadas por la historia y responder a las necesidades del mundo. Los trabajos, conducidos luego por Paulo VI, continuaron hasta diciembre de 1965, y justamente un mes antes de la conclusión del evento conciliar, Chiara Lubich, Fundadora del Movimiento de los Focolares, escribía: “¡Oh, Espíritu Santo!, haz que seamos, a través de lo que ya has sugerido en el Concilio, una Iglesia viva: es éste nuestro único deseo y todo lo demás sirve para eso”[1]. Palabras que son fruto del creciente fervor que animaba ya a los primeros movimientos y a las nuevas comunidades eclesiales preconciliares; signo indeleble de esa “circularidad hermenéutica que, por la acción del Espíritu Santo en la misión de la Iglesia, se instaura entre el magisterio de un Concilio como el Vaticano II y la inspiración de un carisma como el de la unidad”[2]. Pues bien, ¿con qué ojos tenemos que mirar hoy este aniversario? De ello nos habla Vincenzo Di Pilato, docente de Teología Fundamental en la Facultad Teológica de Puglia (Italia). Profesor Di Pilato, ¿qué sueños encendieron el deseo de hacer nacer este Concilio? A partir de la clara decisión de convocar a un Concilio universal, el 25 de enero de 1959, el último día de la Semana de oración por la unidad de los cristianos, el Papa Juan XXIII trató de explicar sus intenciones empleando términos que hoy se han vuelto fuertemente significativos, como por ejemplo: aggiornamento, signos de los tiempos, reforma, misericordia, unidad. En los meses anteriores a la apertura del Concilio, el Papa esperaba que éste fuera una epifanía del Señor (cf. Sacrae Laudis, 6 de enero 1962), que permitiría que Roma fuera una nueva Belén. Los obispos de todo el mundo, como en su momento hicieron los Magos, llegarían para adorar a Jesús en medio de su Iglesia. Roncalli soñaba con una Iglesia sinodal, una Iglesia en salida “del recinto cerrado de sus cenáculos” (10 de junio de 1962); una Iglesia de todos, especialmente de los pobres” (11 de septiembre de 1962) porque “la finalidad” del Concilio coincidía con la de la Encarnación y de la Redención, o sea “la unión del cielo con la tierra… en todas las formas de la vida social” (4 de octubre de 1962). ¿Por qué detenernos a reflexionar sobre esta conmemoración hoy? No es una conmemoración como las demás, sino que es la ocasión irrenunciable para una renovada toma de conciencia en un tiempo de gracias especiales. La Iglesia –acaso un poco agobiada por sus dos mil años– se siente impulsada a “soñar”, o sea a revivir ese evento en el Espíritu del Resucitado con la certeza de que él está aquí y estará «hasta el fin del mundo» (Mateo 28,20). ¿Qué otra cosa podría significar el proceso sinodal iniciado por el Papa Francisco sino el de perpetuar Pentecostés en todo tiempo y en todo lugar? Además, en el período precedente y en especial el inmediato anterior al del Concilio, la creciente vitalidad de los nuevos movimientos, como por ejemplo el Movimiento de los Focolares y otras asociaciones de fieles y comunidades eclesiales, han promovido una mayor comprensión del principio de la co-esencialidad entre la dimensión institucional y la dimensión carismática de la Iglesia. Es importante recordar esta sinergia del Espíritu que hace que la Iglesia no se quede sola frente a los enormes retos que se van presentando en el camino de la historia. En una palabra: la Iglesia es el lugar de la fraternidad en donde tiene su comienzo el Reino de Dios cuyas fronteras van mucho más allá de las que son visibles en la misma Iglesia. La “corresponsabilidad” de los laicos en la Iglesia, palabra que nos retrotrae al Concilio, es un camino que aún está abierto… Sí, sin duda es un tema que está en desarrollo y equivale a reconocer la igualdad fundamental de todos los bautizados; a rever la relación presbíteros-laicos; a apreciar la circularidad de las vocaciones; a poner en movimiento todas las estructuras de comunión y las formas de sinodalidad que ya son posibles; a apuntar a la colegialidad episcopal y en el mismo presbiterio (entre el clero y con el obispo). Nos lleva a descubrir la co-esencialidad de los ministerios y de los carismas; a promover la plena reciprocidad hombre-mujer en la Iglesia; a comprometerse en el diálogo ecuménico e interreligioso; a abrirse en una relación auténticamente dialógica con el mundo circundante, con la/las cultura/as, valorando la capacidad y la disponibilidad de la escucha, que la familiaridad con el Cristo nos dona, purificándonos. Nos conduce a promover nuevos intentos de hacer nacer pequeñas y vivas comunidades locales. En una palabra: permitir que surja Cristo no sólo en lo que decimos, sino también en las relaciones que construimos con cada prójimo a todos los niveles.
Maria Grazia Berretta
[1] C. Lubich, Un nuevo Pentecostés, del diario, 11 de noviembre de 1965, en La Chiesa, a cargo de B. Leahy y H. Blaumeiser, Città Nuova, Roma 2018.[2] Piero Coda, con ocasión del Congreso “El Concilio Vaticano II y el carisma de la Unidad de Chiara Lubich”, Florencia, 11-12 de marzo de 2022.
Ser testigos auténticos sin resignarnos nunca. Vivir el Evangelio en la vida de todos los días nos exigen esto, poner de lado nuestros temores e ir más allá de nuestros límites o de nuestras convicciones; confiar en los dones que Dios nos ha dado porque allí reside nuestra fuerza.Sin rencor La Misa estaba concluyendo. Mientras el Padre Carlos, nuestro párroco, impartía una bendición especial a uno de los parroquianos que estaba cumpliendo noventa años, yo intentaba sacar una foto de la escena. También estaba presente en la ceremonia su hermana, que había venido por la ocasión desde la Suiza francesa. A la salida de la iglesia me acerqué a ella y le pedí su número de celular para poder mandarle toda la serie de fotos. Me lo dio con mucho gusto, agradeciendo. Más tarde me llamó a mi casa, mientras yo no estaba; le respondió mi esposo, quien a mi regreso me dijo: “¿Pero tú hablas con esa persona a pesar de todo lo que nos hizo?”. Se refería a viejos desencuentros entre esa señora y nosotros. “¡Claro! -le respondí-. No quiero irme de este mundo guardando rencor a nadie. La verdad es que somos todos hermanos, aunque algunas veces se nos olvida”. Mi marido no replicó nada, pero por un tiempo lo vi más bien pensativo. (Loredana – Suiza) El examen Vivo en Florencia con otros cuatro amigos, que también son estudiantes universitarios y, como yo, desean modelar su vida de acuerdo al ejemplo que nos dio Jesús. El apartamento donde vivimos es muy húmedo y para calentarnos usamos una estufa de leña. No es la única dificultad, pero sin embargo es un incentivo para querernos auténticamente. Por ejemplo, con el compañero con el que estaba preparando un examen teníamos tiempos y métodos diferentes. Quería desistir y proponerle que cada uno estudiara por su cuenta. Pero cuando hablé con los otros chicos me aconsejaron que siguiera insistiendo, que intentara comprender mejor a mi compañero de estudios. Entendí que tenía que seguir amándolo. No faltaron los momentos de tensión y desánimo, pero él me decía que le gustaba venir a estudiar a nuestra casa, porque había un clima distinto. Al final, nos fue bien en el examen y él quiso que lo festejáramos en la pizzería, pero no solo conmigo sino con todos nosotros y dijo: “el examen superado es el fruto de querernos, pero también de la compresión de tus amigos”. (Gioacchino – Italia)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(Tomado de” Il Vangelo del Giorno” (El Evangelio del Día), Città Nuova, año VIII, n.2, septiembre – octubre 2022)
El profundo encuentro personal con Dios en la oración redefine toda nuestra existencia. Reconocerlo como autor de la gracia nos concede la posibilidad de amar como hijos, de perdernos en su mirada, hasta convertirnos en oración viva.[…] Como sabemos, nuestra espiritualidad, personal y comunitaria a la vez, nos lleva a extender nuestro amor verticalmente –como se dice hoy– hacia Dios, y horizontalmente hacia el prójimo; y la santidad que se deriva de ello, es consecuencia de la presencia equilibrada de estos dos amores.Pero a algunos les resulta fácil –y lo está demostrando la tendencia que se da al activismo– desarrollar especialmente la dimensión horizontal del amor y quizá no tanto la vertical.Es verdad que nosotros, todo lo que hacemos lo dirigimos normalmente a Él: por Él amamos, por Él trabajamos, sufrimos, rezamos…Pero si, con el continuo “hacernos uno” con los prójimos, muchas veces hemos llegado a amarlos también con el corazón, ¿estamos igualmente seguros de amar a Dios no solo con la voluntad, sino a la vez con el corazón?Al final de nuestra vida no podremos presentarnos a Dios junto con los demás, con la comunidad, sino que tendremos que hacerlo solos.¿Estamos seguros de que, en aquel momento, todo el amor reunido en nuestro corazón a lo largo de nuestra existencia se volcará espontáneamente, como debería ser, en Aquel al que tendríamos que haber amado siempre, al que por fin vemos y que nos juzgará?[…]Sin duda, también a nosotros nos llegará ese momento y, si lo tenemos presente, deberíamos desde ahora tratar de profundizar mejor y al máximo en nuestra relación con Dios.En efecto, podemos amar como siervos y tratar de cumplir todo lo que el patrón quiere sin dirigirle la palabra; o podemos amar como hijos, con el corazón lleno del Espíritu Santo, de amor y de confianza en nuestro Padre: una confianza que nos lleva a hablar frecuentementecon Él, a contarle todas nuestras cosas, nuestros propósitos, nuestros proyectos; una confidencia, un deseo divino que nos lleva a esperar con impaciencia a que llegue el momento dedicado exclusivamente a Él para ponernos en contacto profundo con Él.¡Esta es la oración, la oración verdadera! A ella debemos aspirar, hasta ser oraciones vivas.Hay una hermosa frase del teólogo Evdokimov, a propósito de la oración, que dice: “No basta con hacer oración, es necesario transformarse en ella, ser oración, construirse en forma de oración…”¹.Construirse en forma de oración, ser oración, como quiere Jesús, que dijo: “Es preciso orar siempre”².Creo que en el corazón de muchos de nosotros hay un verdadero patrimonio de amor sobrenatural que puede transformar nuestra vida en auténtica oración, que puede construirnos en oración. Se trata de recogerlo en los momentos oportunos.En los próximos días esforcémonos, pues, en hablar a menudo con Dios, incluso en medio de la actividad. Tratemos de mejorar precisamente en esto.Decir “por ti” antes de cada acción ya la transforma en una oración. Pero no basta. Iniciemos un coloquio íntimo con Él cada vez que sea posible. Solo así podrán florecer en nuestros labios, al final de la vida, expresiones de amor a Dios semejantes a las de los santos. […]
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Conversazioni, Cittá Nuova 2919, pag. 551-553)
1. P. Evdokimov, Ortodossia, in Aforismi e citazioni cristiane, cit. p. 153. 2. Cf. Lc 21, 36.
Fueron selecionados 15 proyectos para el Seed Funding Program, programa de microfinanciación que sostiene y promueve inciativas de ecología integral significavas y prometedoras en distintas partes del mundo. Una acción conjunta del Movimiento de los Focolares, FaithInvest y MundellEarth. El mundo se enfrenta a una compleja crisis social y medioambiental y lo que motiva principalmente a las personas es el deseo de encontrar soluciones para responder concretamente a este problema. Actuar por el bien de nuestra “casa común”, como le gusta al papa Francisco definir la tierra, escuchando “el grito de los pobres, del planeta y de las nuevas generaciones” También el Movimiento de los Focolares está decidido a querer hacer su parte y comprendió que tiene la responsabilidade de estudiar a fondo los problemas que afligen al mundo y comprometerse en acciones concretas. Con esta voluntad de encontrar estrategias desde un enfoque integrado, nació el Programa de Financiación Semilla (SFP) en colaboración con FaithInvest y MundellEarth. El SFP es un programa de microfinanciación que tiene como objetivo sostener y fomentar iniciativas significativas y prometedoras en diferentes partes del mundo hacia la realización de planes ecológicos locales dentro de las comunidades del Movimiento para caminar juntos hacia una ecología integral. Desde Filipinas hasta Argentina, 15 proyectos fueron seleccionados para recibir la financiación y desarrollar su trabajo con aspectos ambientales y sociales en sus comunidades. Los proyectos están dirigidos por jóvenes, con esfuerzos intergeneracionales, situados en sus comunidades locales, orientados hacia la ecología integral y motivados por valores espirituales. Durante la reunión de lanzamiento del SFP, que tuvo lugar el 3 de septiembre, todos los participantes pudieron inspirarse en los proyectos de los demás, desde las cooperativas de carpintería reciclable hasta la formación integral de los jóvenes. Un momento de mucha participación que contó com la reunión contó con la presencia de Catherine Devitt (Faith Plans Programme Manager de FaithInvest), John Mundell (Presidente de MundellEarth) y Etienne Kenfack (Consejero del Movimiento de los Focolares para el aspecto de la “Vida física y del Centro de la Opera.
La intensa experiencia vivida por Jenny López Arévalo, responsable del Centro para Ancianos Chiara Lubich, en Lámud (Amazonía peruana). El relato de su encuentro con L. Un mañana, en mi oficina del Municipio donde trabajo, recibí un expediente pidiendo ayuda para internar a una adulta mayor en nuestro Centro. El expediente tenía sólo el nombre de la persona, L. y el número de documento. Pedí, por lo tanto, un informe más completo y un diagnóstico actualizado de su salud. Desde la Alcaldía del pueblo de origen me explicaron que la abuela era violentada en su propia casa. Ella, una persona vulnerable, con los brazos amoratados, imposibilitada de movilizarse y en un estado de abandono total. Como responsable de la Casa Hogar “Chiara Lubich”, pedí a las autoridades locales que agilizaran los trámites para alejarla de su casa y de su pueblo. El Juzgado tenía que dictar sentencia para que la anciana pudiera dejar ese lugar, sólo que el juez estaba de vacaciones… Decidí, entonces, ofrecer nuestra disponibilidad para acogerla enseguida, asumiéndome toda la responsabilidad. Llegamos a su pueblo luego de 7 horas por caminos dificultosos. La anciana estaba sola en su casita, dormida, parecía moribunda. Me acerqué y la llamé por su nombre, pero no respondía. Firmé, enseguida, el acta para poder trasladarla y esa noche la pasamos en un hospedaje. No pude dormir, mi mente y mi alma estaban puestas en lo que podía pasar. Me desperté temprano y ofrecí todos mis miedos en la oración. Al día siguiente pedí el apoyo de una asistente social para poder finalmente regresar a mi casa, con mis niñas, mi esposo y mis padres ancianos. Sin embargo, no se encontró la disponibilidad de una asistente social. Fue un momento difícil, pero decidí no desistir. La vida de L., atada a un hilo, dependía sólo de un pequeño esfuerzo. Y así pasó otro día. Le susurré a Martina: “Tú estás sufriendo como Jesús en la Cruz y yo estoy aquí contigo. Si tienes que partir al Cielo, lo harás acompañada”. Pasé la noche con ella y, al otro día, llegaron los médicos que la atendieron, la hidrataron, y sólo después la trasladamos a la Casa Hogar, donde la acogimos con todo el afecto. Se necesitaban 23 frasquitos de una medicina muy fuerte. Recorrí las farmacias de Lámud, hasta que llegué a una que me dijo que tenía, pero que no sabía qué cantidad tenía. Fue emocionante cuando la empleada trajo la caja y se puso a contar los frasquitos: ¡Eran exáctamente 23! Vi su cara de sorpresa: “Es así cuando uno anda con Dios”, le dije. Luego del largo viaje, Martina pudo descansar. Hace algunos días Dios la llamó. Partió serena, rodeada de afecto y recibiendo la unción de los enfermos. En el dolor, nos queda la alegría de haber amado a nuestra querida L. que tanto sufrió, y deja tras de sí una estela de amor y de oraciones de personas de todo el mundo que piden por ella. Su breve presencia llegó como un don y nos puso a todos en “puntas de pie”, con más confianza en Dios. Jenny López Arévalo (Lámud, Amazonas, Perú)
El Movimiento de los Focolares ha publicado un Balance de Comunión para el período 2020-2021, una herramienta de información para dar a conocer las principales acciones e intervenciones de esta realidad en el mundo; un documento detallado que es útil a cada uno para vivir y caminar juntos hacia la realización de la unidad y la fraternidad. Por primera vez el Movimiento de los Focolares publica un informe de misión y decide hacerlo a la luz de este tiempo de crisis e incertidumbre, que trae consigo las secuelas de la pandemia y las heridas aún abiertas de los múltiples conflictos en el mundo. Pero es precisamente cuando los problemas parecen más grandes y comunes que parece emerger un sentimiento popular de verdadera fraternidad y solidaridad. He aquí, por tanto, que este Balance de Comunión, más que ser un simple informe, pretende dar al lector una narración explicativa de las acciones e intervenciones del Movimiento de los Focolares, destacando lo que une y lo que queda por mejorar. El balance da especial importancia al elemento clave que se deduce del propio nombre: la comunión. En efecto, el estilo de vida propuesto por el Movimiento se basa en la tensión de poner en práctica el amor que tiene sus raíces en el Evangelio. Un amor que – como dijo la fundadora de los Focolares Chiara Lubich (1920-2008) – exige amar a todos, se los primeros en amar, “entrando en la piel del otro”, para que este amor se extienda hasta hacerse recíproco, precisamente, comunión. En esta perspectiva, el documento quiere resaltar los efectos de la comunión misma, de lo que se tiene y de lo que se es, en un compartir voluntario y libre. Al mismo tiempo, quiere convertirse en un instrumento que se abre al diálogo y a la comunión, como ha dicho la presidenta Margaret Karram en sus palabras introductorias: “Es con estos sentimientos que deseo ofrecer a todos para que esto también pueda convertirse en un instrumento de diálogo, para tender puentes y difundir una cultura y una práctica de la fraternidad. Me interesa mucho que podemos aprender a vivir cada vez mejor esta comunión, este intercambio, en una relación de reciprocidad que nos hace hermanos y hermanas y promueve una auténtica familia en la que la diversidad nos enriquece y nos une en una unidad armoniosa”.
Stefania Tanesini
Para leer el Balance de Comunión en español, haga clic aquí
Si queremos imitar a Jesús, debemos tratar de poner en práctica lo que Él dijo e hizo. Palabras y hechos que encontramos en el Evangelio, un texto siempre actual y todo por vivir. Así veremos que es posible encontrar una vía de solución también para los conflictos y los problemas que tenemos que afrontar cotidianamente. Lavar los pies… No cabe duda: este gesto de Jesús es una ilustración clara, concreta y eficaz del mandato del amor; Jesús quiere enseñar a sus discípulos esa humildad que es la base del amor. (…) Precisamente porque Jesús es el Señor y el Maestro, su ejemplo se convierte en norma para los suyos. La comunidad cristiana –luego también cada uno de nosotros– es invitada a convertirlo en la regla de oro de su vida. Poco después Jesús lo expresará como ley fundamental de la Iglesia: el discípulo debe amar a sus hermanos como Él mismo nos amó. (…) La imitación que Jesús nos pide no consiste en repetir literalmente su gesto, aunque hemos de tenerlo siempre ante nosotros como ejemplo luminosísimo e incomparable. Imitar a Jesús significa comprender que los cristianos tenemos sentido si vivimos “por” los demás, si concebimos nuestra existencia como un servicio a los hermanos, si planteamos toda nuestra vida sobre esta base. Entonces habremos realizado lo que Jesús más desea. Habremos entendido el Evangelio. Seremos verdaderamente dichosos.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Palabras de Vida/1, Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 244-245
En un clima de alegría, paz y fraternidad, concluyó días atrás la Undécima Asamblea General del Consejo Ecuménico mundial de las Iglesias, en Karlsruhe, Alemania. Nos lo cuenta el equipo del Centro “Uno”, secretaría internacional para el ecumenismo del Movimiento de los Focolares, presente en el evento. “El amor de Cristo mueve el mundo a la reconciliación y a la unidad”. Ése ha sido el lema cristológico alrededor del cual se llevó a cabo la undécima Asamblea General del Consejo Ecuménico de las Iglesias (CEC) que tuvo lugar en Karlsruhe (Alemania) del 31 de agosto al 8 de septiembre de 2022. Estaban presentes los representantes de alrededor de 350 Iglesias. Delegados y líderes miembros del CEC, líderes de otras comunidades de fe que colaboran con el Consejo trabajando por la unidad de la humanidad, como así también una delegación tanto de la Iglesia ucraniana, como de la rusa. Un fuerte signo y un testimonio concreto de cómo este Consejo realmente es una plataforma siempre abierta al diálogo. Los participantes provenientes de todos los continentes de la tierra trajeron consigo la imagen viva de toda la humanidad, en su diversidad, sufrimiento y riqueza. Contaron sus historias, su gran amor por Cristo, las luchas por la paz, y el deseo de apuntar a la unidad justamente. Un proyecto que para realizarse no requiere un amor cualquiera, sino que necesita el Amor que nace del corazón de la Trinidad, que se encuentra sólo en el contacto con Dios. Ello fue expresado en la especial importancia y atención que se le dieron a la oración. Todos los días, de hecho, empezaba y se concluía rezando, dentro de una tienda espaciosa y luminosa preparada especialmente en memoria del lugar del pacto, en donde el pueblo hebreo se encontraba con Moisés. La diversidad de las liturgias, de los idiomas, de la música, de los cantos y las costumbres, alimentó la alegría y el asombro por la riqueza de la única fe común, expresada a través de una infinidad de formas. Las delegaciones llegaron a Karlsruhe como peregrinos que quieren acompañarse y sostenerse mutualmente, trazar nuevas direcciones y dar testimonio juntos del amor de Dios. Guiaba la delegación de la Iglesia Católica el Cardinal Kurt Koch, quien, durante la apertura del evento, transmitió algunas palabras del Papa Francisco escritas para la ocasión, alentando a los participantes a crecer en la comunión fraterna en el nombre de Cristo, para ser creíbles como Iglesia en salida y para alivio del mundo en una época de divisiones y guerras. El aporte del Movimiento de los Focolares se insertó como una pieza en este gran mosaico, con una presencia de más de 30 personas, católicas y de varias Iglesias, entre obispos amigos de los Focolares, focolarinas y focolarinos, gen (los jóvenes del Movimiento), voluntarios de Dios y un amigo musulmán. Estar presentes junto a tantas personas de las distintas Iglesias fue una experiencia única para cada uno de nosotros y una ocasión preciosa para sentirnos una sola cosa en el amor de Cristo. La asamblea concluyó entregando un informe, acogido por una gran mayoría que expresó su consentimiento, y que hace referencia a tres retos significativos de nuestro tiempo: justicia climática, justicia racial, igualdad entre el hombre y la mujer. Todo ello haciendo hincapié en la manera en que las Iglesias pueden afrontarlas. Elementos que no sólo nos ponen en camino sino que, como se lee en algunas líneas de este documento final, manifiestan la similitud con los objetivos y con el espíritu que guía al Movimiento de los Focolares: “Se puede definir la búsqueda de la unidad que está inspirada por el amor y basada en una relación profunda y recíproca como: un ‘ecumenismo del corazón’. Es el amor cristiano el que nos impulsa a caminar uno al lado del otro, honestamente, para tratar de ver el mundo con los ojos de los demás y para experimentar la compasión de los unos por los otros”.
San Pablo, en el versículo elegido como “Palabra de vida” de septiembre de 2022, afirma que Él se hizo siervo de todos. En el comentario a aquella Palabra, en 1972, Chiara Lubich alienta a quien quiere ser portador de unidad a servir humildemente a los hermanos. Cualquier persona que quiera realizar la unidad ha de vivir lo que dice Pablo: “Siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más que pueda”[1]. En el Nuevo Testamento se presenta el verbo “servir” con dos matices diferentes: a veces significa “servir por amor”, y otras, “servir como esclavo”. Sabemos que en aquel entonces los esclavos no tenían ningún derecho. Existían solamente para su amo. Así, los cristianos debían considerar todo lo que poseían –su trabajo, sus carismas y su oración– al servicio de los hermanos. Por ejemplo, respecto al carisma de cada uno, Pedro escribe: “Que cada cual lo ponga al servicio de los demás”[2]. Respecto al trabajo: “El que robaba, que ya no robe, sino que trabaje con sus manos… para que pueda hacer partícipe al que se halle en necesidad”[3]. Respecto a la oración: “Os saluda Epafrás, vuestro compatriota, siervo de Cristo Jesús, que se esfuerza siempre a favor vuestro en sus oraciones…”[4]. La oración también estaba al servicio de los demás. ¿Qué podemos hacer los cristianos (…) en nuestra vida cotidiana? Ante todo, reavivar este sentido de humildad, practicando lo que dice Lucas: “El mayor entre vosotros sea como el más joven y el que gobierna como el que sirve”[5]. De este modo desaparecerán del todo ciertas actitudes de superioridad, tan odiosas y anacrónicas, en quienes mandan. Y en un cristianismo renovado ya no se conocerá el servilismo. En su lugar resplandecerá la fraternidad cristiana con esa belleza que la caracteriza y que lleva a exclamar: “¡Qué bueno, qué dulce habitar los hermanos todos juntos!”[6]. Además será preciso volver a empezar cada día a servir a quien tenemos al lado en cualquier ocasión que se presente, a ejemplo de Jesús, trabajando por los demás, poniendo nuestros talentos y dones al servicio de ellos, rezando por los otros como por uno mismo. Si todos los hombres o al menos un grupo exiguo de ellos fueran verdaderos siervos de Dios en el prójimo, pronto el mundo sería de Cristo
Chiara Lubich
Chiara Lubich, Palabras de Vida/1, Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 98-100)
Un puente entre Europa y Asia. Kazajistán fue el país de destino del 38° Viaje Apostólico del Papa Francisco, que tuvo lugar del 13 al 15 de septiembre de 2022. El motivo de la visita fue el VII Congreso de Líderes de Religiones mundiales y tradicionales. El VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales se inauguró ayer, 14 de septiembre de 2022, en el Palacio de la Independencia de Nur-Sultan, la capital kazaja, evento que reunió a cerca de un centenar de delegaciones de 50 países de todo el mundo y que ha colocado entre las más altas prioridades la afirmación de la paz, la armonía y la tolerancia como principios inquebrantables de la existencia humana. No es casual, por tanto, que el lema de este 38º viaje papal sea precisamente “Mensajeros de paz y unidad” y que el logotipo diseñado para la ocasión represente una paloma con una rama de olivo. Un fuerte llamado a la fraternidad, como recordó el Pontífice al inicio de su discurso, “que nos une a todos, como hijos e hijas del mismo Cielo”. En un tiempo corroído por los conflictos y aplastado por el peso de las desigualdades, ha declarado Francisco, “las religiones nos recuerdan que somos criaturas (…). La condición de criaturas que compartimos instaura así una comunión, una verdadera fraternidad”. Citando a un poeta kazajo, Abai, el Papa subrayó la importancia de mantener “el alma despierta y clara la mente”. Eso es lo que necesita el mundo, una “religiosidad auténtica”, desprovista de cualquier tipo de fundamentalismo, tóxica para todos los credos. “Por tanto, necesitamos la religión para responder a la sed de paz del mundo y a la sed de infinito que habita en el corazón de todo hombre”, prosiguió. Mirando los problemas de hoy, especialmente los relacionados con la vulnerabilidad provocada por la pandemia “los creyentes están llamados al cuidado – dijo el santo Padre -, es decir, a hacerse cargo de la humanidad en todas sus dimensiones, convirtiéndose en artesanos de comunión”. Una fuerte exhortación que representa uno de los tantos desafíos planetarios a afrontar junto a la indiferencia ante las miserias ajenas, la custodia de la creación y la enorme dificultad para trazar un camino de paz en una tierra asolada por las guerras. “Sigamos adelante juntos, para que el camino de las religiones sea cada vez más amistoso”, concluyó Bergoglio, y agregó un agradecimiento especial a Kazajstán por “el esfuerzo de unir siempre, intentando el diálogo, entablando lazos de amistad”. Por la tarde y al final del segundo día del viaje apostólico, el papa Francisco también celebró la Santa Misa en la plaza de la Expo, reuniendo a los católicos del país y de varias otras partes de Asia. Algunos miembros de la pequeña comunidad del Movimiento de los Focolares presente en la zona también siguieron sus pasos: “La visita del Papa Francisco a Kazajstán ha sido una gran alegría para los católicos que viven aquí y más allá”, dijo Nikolay, un jovencísimo padre de familia de Amalty. “Nuestra comunidad ha organizado una peregrinación para ir a Nur-Sultan. Era importante estar allí y rezar junto al Papa”, prosigue. Una oración comunitaria que parece expresar un deseo grabado en el corazón de todos, el de alcanzar la alegría de un mundo unido sembrando el bien. Ser “mensajeros de paz”, para Nikolay significa esto: “Kazajistán es un país multinacional en el que viven diferentes naciones y cada habitante respeta las diferentes tradiciones religiosas de los demás. Los musulmanes felicitan a los cristianos en Semana Santa y Navidad y los cristianos, a su vez, felicitan a los musulmanes en sus festividades. En diversas situaciones difíciles todos intentan ayudar a los demás, sin importar si son kazajos, rusos o kirguises, pero es un camino que debe renovarse continuamente”. Así lo confirma también el papa Francisco, citando en su homilía una parte del discurso que san Juan Pablo II pronunció durante su viaje a Kazajstán en septiembre de 2001 y que deja a todos con una exhortación a seguir: “La paz nunca se gana de una vez por todas”, debe ser conquistada cada día, así como la convivencia entre las diferentes etnias y tradiciones religiosas, el desarrollo integral, la justicia social. Y para que Kazajstán crezca aún más ‘en la fraternidad, el diálogo y la comprensión […] para construir puentes de cooperación solidaria con otros pueblos, naciones y culturas’[1], se necesita el compromiso de todos”.
Una ola excepcional de lluvias monzónicas, cinco veces superior a la media, ha generado una de las inundaciones más desastrosas de Pakistán en las últimas décadas. Una verdadera catástrofe que, a pesar de las enormes dificultades, no ha frenado el deseo de muchas personas sobre el terreno de actuar concretamente por el prójimo. También se inició una recaudación de fondos por parte de la Coordinación de Emergencia del Movimiento de los Focolares. Lo que Pakistán está viviendo hoy es una verdadera emergencia humanitaria y sanitaria. Las lluvias monzónicas, también provocadas por el cambio climático, que comenzaron a producirse a mediados de junio de 2022, han puesto de rodillas a un tercio del país. Unas 33 millones de personas, el 15% de toda la población, han sido desplazadas, más de 1.500 personas han muerto y más de 700.000 hogares han sido destruidos. El peligro de enfermedades como la fiebre tifoidea, el cólera y el dengue crece día a día, y las necesidades son cada vez más urgentes. La megalópolis de Karachi, uno de los lugares donde la realidad del Movimiento de los Focolares está presente desde hace tiempo, no se ha visto tan afectada como otros centros, a los que ya es difícil llegar en condiciones normales, como las provincias de Sind, el sur de Punjab y Baluchistán; sin embargo, “los desplazados también están llegando aquí y nos estamos moviendo para organizar la ayuda en los campos de acogida”, dicen algunos miembros de los Focolares. Además, muchos de los Focolares, de distintas edades y vocaciones, hacen todo lo posible para responder como comunidad necesidades más inminentes, algunos incluso abriendo las puertas de sus casas si es necesario, como ocurrió con Abid, un joven padre de familia, que acogió a dieciséis musulmanes que lo habían perdido todo en el primer piso de su casa. La ciudad más grande afectada por estas inundaciones es Hyderabad. Matthew, un Gen, es decir, uno de los jóvenes del Movimiento local de los Focolares, escribe: “Ahora la situación en el centro de la ciudad es segura, pero los barrios cercanos al río Indo siguen en peligro y algunas partes han sido evacuadas. Las próximas dos semanas serán muy difíciles”. En estos días, el miedo se mezcla con una conciencia lúcida, generando una fuerza interna e instintiva que mira al otro y, con coraje renovado, se moviliza y crea redes. “Como Jóvenes por un Mundo Unido, hace unos meses hemos creado un grupo que se llama “The Spirit of Giving” (El espíritu de dar), somos católicos y de la Iglesia Anglicana de Pakistán, continúa Hanan, el hermano de Mathew, nos reunimos para hacer un plan, para saber qué y cómo ayudar. Se podría pensar que no podemos hacer mucho o que es muy poco, pero nos hemos dicho que cada uno puede dar algo, que debemos mover los corazones”. Y así es como estos jóvenes, llamando a todas las puertas de su barrio, entrando en las tiendas, recaudaron unas 5.000 rupias, mientras que otras 2.000 rupias llegaron providencialmente en respuesta a un volante compartido en las redes sociales. Un deseo de donación que, partiendo de una experiencia de diálogo, se ha transformado en servicio y acción. Entre las muchas personas con dificultades no hay que olvidar que en estas zonas uno de los grupos que más riesgo corre son las comunidades hindúes nómadas: “Las tiendas de nuestras familias estaban en una llanura. Con la inundación, la gente se refugió en una parte elevada del terreno que ahora está rodeada por las aguas, es como si estuvieran en una isla de la que ya no pueden salir”, cuentan algunos jóvenes pertenecientes a estas comunidades. Agruparse en torno a los afectados y poner en marcha iniciativas de ayuda y apoyo específicas, especialmente allí, donde los recursos para hacerlo son escasos, no es sólo un deseo, sino que parece ser una verdadera prioridad para todos. En respuesta a todo este dolor, en Karachi, en un barrio bastante pobre de las afueras de la ciudad, un pequeño grupo de Gen se movilizó de inmediato: “Hemos activado un punto de recolección por el que ha pasado mucha gente: algunos han traído víveres, agua o ropa; otros dejaron dinero en una caja colocada en la entrada”, dice Rizwan. “Vi que no había mucha ropa para los niños”, dice Soiana, “así que empecé a coser para ellos, utilizando la tela que me sobraba de mi trabajo”. Para contribuir a la recaudación de fondos de la Coordinación de Emergencia del Movimiento de los Focolares para Pakistán puedes donar en:
Acción por un Mundo Unido ONLUS (AMU)
Acción para Familias Nuevas ONLUS (AFN)
IBAN: IT58S 05018 03200 000011204344 En Banca Popolare Etica
IBAN: IT92J 05018 03200 000016978561 En Banca Popolare Etica
Código SWIFT/BIC: ETICIT22XXX
Código SWIFT/BIC: ETICIT22XXX
CAUSA: Emergencia Pakistán
Las contribuciones ingresadas en las dos cuentas corrientes con este motivo serán gestionadas conjuntamente por la AMU y la AFN. Para tales donaciones se prevén beneficios fiscales en muchos países de la UE y en otros países, según las distintas normativas locales. Los contribuyentes italianos podrán obtener deducciones y retenciones de sus ingresos, según la normativa de las entidades Onlus, hasta el 10% de sus ingresos y con un límite de 70.000,00 euros al año, excluyendo las donaciones realizadas en efectivo.
María, así como cuidó y amó a su hijo Jesús, quiere el bien de cada persona. Ella, criatura humana, es el modelo de todo cristiano y, reflejándonos en las etapas de su vida podemos dar nuestro aporte para un mundo nuevo. Aunque nuestro planeta esté atravesado por múltiples tensiones, la Virgen impulsa a los hombres de muchas maneras, y en todas partes, a la unidad. Quiere familias unidas, las distintas generaciones unidas; quiere la unidad entre las etnias, entre las razas, entre los pueblos, entre los cristianos y, en lo posible, con los fieles de otras religiones. Y también, por lo menos en el campo de la acción concreta, con todos los hombres que no tienen una referencia religiosa definida, pero que buscan el bien del hombre. Ella ama a toda la humanidad y quiere la fraternidad universal. (…) Que María, que hizo de Dios el ideal de su vida, haga de manera que lo sea también para nosotros. Que María, que hizo suya la voluntad de Dios en la Encarnación y en toda su vida, nos ayude a cumplirla a la perfección. Que Ella, que amó al prójimo, tal como se manifiesta en su visita a santa Isabel y en las bodas de Caná, infunda en nuestro corazón esa caridad. Que María, que vivió el amor recíproco con plenitud en la familia de Nazaret, nos ayude también a nosotros a ponerlo en práctica. Que María, que supo ofrecer todo dolor al pie de la cruz, fortifique nuestros corazones cuando el dolor nos invada. Que María, que es madre universal, nos ensanche el corazón a la medida de la humanidad.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Discurso en la Basílica de Santa María Mayor, Roma, 30.11.1987, en María Transparencia de Dios, Ciudad Nueva, Buenos Aires, 2003, pp. 73-74)
Junto a la alegría de reencontrarse de forma presencial después de la pandemia, llega el inesperado y afectuoso saludo del Papa Francisco a los responsables del Movimiento de los Focolares en el mundo reunidos del 10 al 23 de septiembre. “Muchas gracias por tantas buenas noticias. Estoy cerca de usted y de todos ustedes. Rezo por ustedes, por favor háganlo por mí”. Con estas palabras, el Papa ha respondido a Margaret Karram –presidenta del Movimiento de los Focolares– que ha querido empezar con ellas las jornadas de encuentro de los dirigentes de los Focolares en el mundo, junto con el Consejo General del Movimiento. La presidenta dijo a los 104 presentes, que en los últimos días había sentido el impulso de escribir al Papa Francisco para agradecerle su constante cercanía a ella y al Movimiento y con la esperanza de darle una alegría. En su carta al Santo Padre del pasado 6 de septiembre, le escribió entre otras cosas: «Ha transcurrido un año y siete meses desde mi elección como presidenta y le confieso que ha sido un tiempo arduo, con muchos retos que afrontar y decisiones que tomar. He comprendido cada vez más sus palabras referentes a las “podas” necesarias para el crecimiento y –renovando mi elección de abrazar a Jesús crucificado y abandonado en ellas–, he percibido que la humildad se hacía más profunda, aumentaba la esperanza y sentía con más fuerza mi unidad con Usted, Santidad, junto con la certeza de que Dios sigue trabajando. Al mismo tiempo, he visto florecer tantos frutos, pasos espirituales individuales y comunitarios, la atención a los últimos, muchas acciones concretas en favor de los que más sufren». Y concluía asegurando al Papa las oraciones de los miembros del Movimiento. Su sorpresa fue enorme cuando al día siguiente recibió esta respuesta escrita por el Papa de su puño y letra:
7.9.22
Querida hermana: Muchas gracias por su carta de ayer. Muchas gracias por tantas buenas noticias. Estoy cerca de usted y de todos ustedes. Rezo por ustedes, por favor háganlo por mí. Que el Señor la bendiga y la Virgen la proteja. Fraternalmente, Francisco
Los Chicos por un Mundo Unido conocieron una familia carenciada en las periferias del Gran Buenos Aires en Argentina. A partir de entonces, comenzaron una relación que los llevó a compartir momentos y experiencias inesperadas. El trabajo que comenzaron hace unos meses los Chicos por un Mundo Unido (CHxMU) de las localidades de Rodríguez y Luján, en la provincia de Buenos Aires a poca distancia de la capital Argentina, junto con los Jóvenes por un Mundo Unido y miembros de la comunidad, fue dando pasos tan inesperados como providenciales. El puntapié inicial había sido la Navidad pasada. La sensibilidad de CHxMU los había llevado a pensar que la idea de que existan familias que no puedan darse el gusto de festejar las Fiestas de fin de año con algo sabroso en la mesa, era injusta. Así, contactaron con la familia de Tiziano, que tenía cinco años y vivía con sus padres en condiciones muy humildes. Prepararon una rica caja navideña, en la que incluyeron todo lo que comerían ellos en un momento tan especial como ese: compraron un pollo, hicieron una ensalada, incluyeron vino, sidra, pan dulce, budín, gaseosa. Incluso llegaron a conseguir algunos regalos. Pero la alegría del trabajo hecho no quedaría ahí. Cuando los CHxMU llevaron la caja navideña a la familia, conocieron la realidad en la que vivían. Una situación en la que tener una vivienda digna, siquiera para no pasar frío, era solo una utopía. “Fue muy impactante”, recuerdan los referentes de CHxMU. Al mismo tiempo, los padres de Tiziano les contaron que su hijo estaba muy entusiasmado por empezar el primer año de la escuela primaria. La repuesta concreta frente a eso fue unánime: apadrinarlo. “Nos propusimos comprarle todo lo que necesitaba para la escuela. Zapatillas, medias, remeras, pantalón, guardapolvo, mochila, cuaderno, lápices”, cuentan los CHxMU –que además tuvieron la ayuda económica de otros jóvenes amigos de Mendoza y de Guatemala– y recuerdan el primer día de clases de Tiziano. “La madre nos mandaba fotos del nene con sus cosas nuevas, estaban muy contentos”. Pero si los CHxMU creían que el trabajo terminaría ahí, estaban equivocados. Después de la caja navideña, después del colegio de Tiziano, todavía había otro paso más que dar. Tiempo después de esas experiencias, algunas voluntarias, adherentes, simpatizantes y amigos que integran el grupo de Amas de Casa del Movimiento Humanidad Nueva les comentaron que habían conseguido providencialmente algo de dinero para comprar materiales y construir una casa para la familia. Ricardo, el padre de familia, sabía de albañilería e incluso ya contaba con algo de arena y piedras, así que esa ayuda económica se transformó en ladrillos y cemento. “Nosotras hacemos nuestra parte, estando atentas a las necesidades de los hermanos y poniendo en común; luego ¡la Providencia se hace tangible!”, comentan. En 20 días, la casa estuvo en pie; se acercaba el invierno y fue muy importante para ellos. Un mensaje de voz de Tiziano al Whatsapp lo confirma: “Gracias por los ladrillos para mi habitación”.
El 2 de junio del 2000 se realizó el primer congreso sobre “Comunicación y unidad” en el que Chiara Lubich propuso a los presentes el modelo del “gran comunicador”: Jesús en el momento del abandono [del Padre], mediador entre la humanidad y Dios. Después enumeró los principios rectores de una comunicación que se inspira en el carisma de la unidad. Es inconcebible que se pueda proponer una nueva comunicación desde arriba, por parte de una agencia internacional o una institución. Nacerá de la experiencia de comunicadores que tienen a Dios-Amor como modelo de comunicación y como paradigma de relaciones profesionales. Y a Él recurren aquellos de nosotros que trabajan en las comunicaciones. Éstos han extraído de su experiencia histórica un modo peculiar de hacer comunicación. Y vamos a exponerlo aquí como nuestra pequeña aportación al trabajo conjunto de estos días. Primera consideración: para ellos es esencial comunicar. El esfuerzo por vivir cada día el Evangelio, la misma experiencia de la Palabra de vida, siempre estuvo y está indisolublemente unida al acto de comunicarla, al relato de sus pasos y frutos, dado que la ley es amar al otro como a uno mismo. Pensamos que lo que no se comunica, se pierde. De este modo, sobre lo vivido se enciende una luz para quien narra y para quien escucha, y la experiencia parece fijarse en la eternidad. Se diría que tenemos casi una vocación a la comunicación. Segunda consideración: para comunicar, sentimos el deber de “hacernos uno” −como decimos nosotros− con quien escucha. (…) Tercera consideración: subrayar lo positivo. Siempre ha formado parte de nuestro estilo poner de relieve lo que es bueno, convencidos de que es infinitamente más constructivo destacar el bien, insistir en las cosas buenas y en las perspectivas positivas en lugar de detenerse en lo negativo, aunque para una persona responsable es obligatorio denunciar oportunamente errores, carencias y culpas. Por último: lo que importa es la persona, no el medio, que es un simple instrumento. Para difundir la unidad, hace falta ante todo ese medio imprescindible que es el hombre, un hombre nuevo, en palabras de san Pablo, que ha aceptado el mandato de Cristo de ser levadura, sal y luz del mundo.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, La doctrina espiritual, Ciudad Nueva 2005, p. 352-3)
Dentro del programa de actividades para la Semana Mundo Unido 2022, el equipo de preparación de Cochabamba (Bolivia), en coordinación con la “Casa de los Niños” de la misma ciudad, organizó una visita a la Comunidad rural de Carpani.Carpani es una pequeña localidad de 250 habitantes, ubicada en la cabecera del altiplano boliviano (3.900 msnm), entre los departamentos de Cochabamba y Oruro. La invitación estaba dirigida a los jóvenes y también a todos los que se animaran a participar. Para llegar a la pequeña localidad de Carpani (a 135 km de Cochabamba), viajamos tres horas por carretera, asfaltada en gran parte, con la topografía de subida a la montaña, para luego tomar el desvío por carretera de tierra unos 15 km, y finalmente por un desvío secundario, casi camino de trocha, para llegar al pueblito con viviendas de adobe y ladrillo, enclavado en la montaña. “La etapa preparatoria al viaje, conllevó la recolección de varios materiales, como víveres, útiles escolares para la escuelita con una sola aula multigrado –sigue el relato Arístides, responsable de la ‘Casa de los Niños’–. Lamentablemente, está desatendida por las autoridades locales y nacionales que, incluso, quitaron el ítem de un profesor. Pero, desde hace muchos años, recibe apoyo de la ‘Casa de los Niños’ –inspirada también por el Ideal de la unidad– que trata de cubrir parte de las múltiples necesidades de la pequeña población, que se sostiene con la poca producción de papa y del pastoreo de sus pequeños rebaños de ovejas”. Gracias al apoyo de la comunidad del Movimiento de los Focolares en Cochabamba, se logró reunir buena cantidad del listado de las necesidades que el responsable de la comunidad de Carpani hiciera llegar con alguna anticipación. “El programa preparado para el día de visita –continúa Silvana Verdún–, fue muy sencillo: tuvo un momento de oración comunitaria en la pequeña capilla, en su idioma nativo (quechua, aunque también entienden y hablan español), conversatorio con los habitantes del pueblito en grupos de varones, mujeres y niños”. “Fue una experiencia muy rica de donación de las partes, y nos sentimos todos hermanos que se escuchan y apoyan, en la sencillez y calidez humana que ellos tienen, puros de corazón como el cielo que los cobija, e íntegros como son sus montañas que los circunda –cuenta Franc Moura–”. Como no podía faltar el broche de cierre del encuentro con la comunidad fue el momento de compartir el almuerzo al aire libre. Preparamos una mesa común con los alimentos que cada participante llevó y ellos nos ofrecieron el producto de su trabajo: “papas a la wathia”. Es una técnica propia de las comunidades rurales, que consiste en cavar un hueco en la tierra, cuya profundidad depende de la cantidad de los víveres a cocer; el hueco y los terrones sacados se calientan con brasas de leñas y carbón. Una vez alcanzada la temperatura adecuada, se colocan dentro los alimentos y se cubren con los terrones calientes y se deja todo tapado por un determinado tiempo. Fueron momentos hermosos que quedan grabados en nuestros corazones. Una familia de Cochabamba, en su primer viaje a Carpani, escribía: “Vivimos una experiencia, como familia, inolvidable. Cuando regresamos a casa nos sentamos a conversar sobre la experiencia vivida y la conclusión que sacamos fue de absoluta felicidad. Nos llenó de mucho orgullo conocerlos a todos ustedes voluntarios y a la comunidad de Carpani. Fue una verdadera bendición y nos gustaría seguir participando de otras actividades. Gracias por la oportunidad”. ¡El “mundo unido” avanza también en la pequeña Carpani!
“De Jesús no oímos palabras de desprecio, de condena, sino solamente palabras de amor, de misericordia”. Así dijo el papa Francisco en su primer Angelus, el 17 de marzo de 2013. De hecho, la misericordia, el perdón son virtudes características del cristiano que podemos ejercer con cada hermano y hermana que encontramos durante la jornada. (…) ¿Qué es lo que hace tan potente a la misericordia que siempre termina por imponerse a la justicia? ¿Y por qué Jesús le da tanta importancia a esta virtud al punto de ponerla como condición para la salvación personal eterna? Como muy bien explica Juan Pablo II, la misericordia es “la condición indispensable del amor, es como su segundo nombre”[1]. (…) En la oración del “Padre nuestro” vuelve, con otras palabras, el mismo argumento: “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Es ley escrita en el Cielo que el perdón de nuestras ofensas nos llegará en la medida que habremos sabido perdonar a los hermanos y a las hermanas. El tema de la misericordia y del perdón recorre todo el Evangelio. En el fondo, el objetivo de Jesús es el que nos reveló en su oración final, la noche antes de la pasión: la unidad de todos, hombres y mujeres, en una gran familia que tiene su modelo en la Trinidad. Toda su enseñanza no tiende más que a darnos, con su amor, el instrumento para realizar esta altísima comunión entre nosotros y con Dios. Y la misericordia es precisamente la última expresión del amor, de la caridad, la que la completa, es decir, la hace perfecta. Tratemos, entonces, de vivir en cada relación nuestra este amor a los otros en forma de misericordia. La misericordia es un amor que sabe acoger a cada prójimo, especialmente al más pobre y necesitado. Un amor que no mide, abundante, universal, concreto. Un amor que tiende a suscitar la reciprocidad, que es el fin último de la misericordia, sin la cual habría solo justicia, que sirve para crear igualdad, pero no fraternidad. Hoy se habla con frecuencia de perdón negado a quien ha cometido graves crímenes. Se pide venganza, más que justicia. En cambio nosotros, después de haber tratado por todos los medios de resarcir el daño, tenemos que darle espacio al perdón, el único capaz de curar el trauma personal y social provocado por el mal. “Perdonen y serán perdonados”. Entonces, cualquier ofensa hayamos recibido, cualquier injusticia, perdonemos y seremos perdonados. ¡Seamos los primeros en usar piedad, en expresar compasión! Aunque parezca difícil y arriesgado, preguntémonos, ante cada prójimo: ¿Cómo se comportaría su madre con él? Es un pensamiento que nos ayudará a comprender y a vivir según el corazón de Dios.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, en Parole di Vita, Città Nuova, 2017, pp. 632/4) [1]Dives in Misericordia, n. 7
Del 31 de agosto al 8 de septiembre de 2022 tendrá lugar en Karlsruhe (Alemania) la undécima Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI). El aporte del Movimiento de los Focolares que está vinculado al CMI por una larga historia de amistad y colaboración. En un mundo lacerado por conflictos, marcado por una pandemia que ha acentuado las desigualdades, que está atravesando una crisis climática sin precedentes, caracterizado por el progreso científico y tecnológico que crea nuevas disparidades entre personas y áreas del mundo, ¿todavía tiene sentido hablar de unidad? ¿Cuál es el aporte que los cristianos pueden dar para realizarla? Esta reflexión será el centro del trabajo de la onceava Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) que tendrá lugar del 31 de agosto al 8 de septiembre de 2022 en Karlsruhe, Alemania. La Asamblea, en su undécima edición, constituye el ente de gobierno del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y se reúne normalmente cada ocho años. Hoy día forman parte del CMI 350 Iglesias presentes en 110 países del mundo, que representan a alrededor de 500 millones de cristianos. En la edición de este año participarán unas 4000 personas de todo el mundo. La unidad es, para los cristianos, la realización de la oración de Jesús “Que todos sean una sola cosa” (Jn. 17, 21). Una invocación que da la certeza de que “El amor de Cristo mueve el mundo hacia la reconciliación y hacia la unidad”, como lo expresa el título del evento. El trabajo de la Asamblea iniciará precisamente a partir de la reflexión sobre los grandes desafíos del planeta que han puesto en evidencia su vulnerabilidad, fracturas e injusticias étnicas, económicas y sociales. Pero que también han subrayado la interdependencia entre individuos y pueblos; la responsabilidad que tenemos unos con otros en un mundo en el cual nadie puede salvarse solo. Por lo tanto, las Iglesias cristianas, juntas, se reúnen en Asamblea para un momento de oración y celebración, pero también de reflexión y acción. Es una oportunidad para profundizar su compromiso en favor del diálogo, la unidad visible y el testimonio común. Al programa para los delegados oficiales de las varias Iglesias se suman alrededor de 100 talleres y stands ofrecidos al público de las Iglesias, Comunidades e Instituciones. Entre ellos se injerta también el aporte del Movimiento de los Focolares que se nutre de la experiencia de diálogo que lo caracteriza. El equipo del Centro “Uno”, la secretaría internacional para el ecumenismo de los Focolares, constituida por representantes del Movimiento provenientes de Alemania, Suiza, Irlanda y Rumania estará presente con un stand durante toda la Asamblea. El 5 de septiembre de 2022, a las 17.00 hrs. ofrecerá un taller con el título “El diálogo como estilo de vida: metodología y práctica” en el que propondrá a los participantes una experiencia de diálogo entre cristianos de distintas Iglesias y entre cristianos y musulmanes. Un diálogo en el máximo respeto de la recíproca identidad, que da prioridad al encuentro entre teoría y vida. El CMI fue fundada el 23 de agosto de 1948, en Amsterdam, estaban presentes 147 Iglesias. El diálogo como camino y como característica de una vida cristiana auténtica es el principal objetivo. El Movimiento de los Focolares está vinculado al CMI por una larga historia de amistad y colaboración, desde la primera visita de Chiara Lubich, en 1967, cuando fue invitada por el teólogo reformado Lukas Vischer. Durante la tercera visita de Lubich en el 2002 ella visitó también el Instituto Ecuménico de Bossey, del CMI. Era director el Rev. Dr. Ioan Sauca quien ha recordado, en varias ocasiones, la importancia que tuvo ese encuentro con Chiara Lubich para el instituto y cómo ayudó a aclarar el problema de la relación entre identidad y unidad.
La Mariápolis Ginetta ha celebrado sus bodas de oro el 15 de agosto de 2022. El sueño de los pioneros hoy es una realidad: un faro de unidad, diálogo y una nueva sociedad para todos. Desde su génesis, la Iglesia católica ha tratado de vivir de diversos modos el mandato de Jesús en la llamada oración sacerdotal: “Padre, que sean uno, como nosotros somos uno” (cf. Jn 17-21). La unidad y el diálogo siguen siendo hoy la base de las acciones y de las teorías eclesiales, y fue precisamente durante la Segunda Guerra Mundial, en la ciudad de Trento, en Italia, cuando Chiara Lubich, con veintiún años, comprendió que quería vivir y difundir la unidad entre todos los pueblos del mundo, creyentes y no creyentes. En Brasil, a través de la Mariápolis Ginetta, esta misión ha sido fructífera durante los últimos 50 años. La “ciudad sobre el monte”Al fundar el Movimiento de los Focolares, y siguiendo el ejemplo de sus experiencias, Chiara pensó que sería bueno crear ciudades visibles y luminosas ubicadas “sobre el monte”, que fueran verdaderos faros para la sociedad, donde pudieran vivir el amor recíproco en comunión, el Evangelio y la presencia constante de Dios. En el mundo existen hoy 35 Mariápolis, como se llaman las Ciudadelas nacidas de los Focolares. Tres de ellas están ubicadas en Brasil: la Mariápolis Santa María cerca de Recife, la Mariápolis Gloria cerca de Belem y la Mariápolis Ginetta, ubicada en el Estado de San Paulo, en la Vargem Grande Paulista que, en el día de la Fiesta de la Asunción, el 15 de agosto celebró sus bodas de oro. La Mariápolis Ginetta Fruto de la providencia de Dios, testimoniada por muchas acciones, ha sido lugar de encuentro espiritual y social para miles de personas en todo el mundo. Habitada por familias, personas consagradas, laicos, sacerdotes e incluso personas de otras confesiones religiosas, la ciudad faro, es un espacio donde cada visitante puede hacer una experiencia de Dios. Karina Gonçalves Sobral, que vive con su esposo y sus dos hijas en la comunidad, subraya la importancia de la espiritualidad de la unidad y los valores contenidos en la cultura local: “La Mariápolis tiene como misión ser un lugar de encuentro, una casa abierta a todos. Y es verdaderamente para todos. Quien viene aquí debe sentirse acogido. La acogida es parte de nuestro carisma”. “Ante los diversos terrenos que habíamos propuesto hace cincuenta años, este en Vargem Grande realmente parecía tener las características adecuadas para ser un espacio fecundo, donde podemos encarnar visiblemente el Ideal de la unidad. Aquí nos hemos establecido y hoy celebramos un hito importante”, dice Maria do Socorro Pimentel, una focolarina que vive en la ciudadela desde hace más de 40 años. La presencia de la fundadoraChiara Lubich visitó varias veces la Mariápolis Ginetta y en uno de sus viajes, en 1991, al encontrarse con la gran desigualdad social de la población brasileña, se inspiró particularmente y es aquí donde creó la Economía de Comunión, cuyo principal objetivo es el de desarrollar una red de empresas que comparten sus ganancias, contraponiendo a la cultura del tener con la cultura del dar. La Mariápolis toma su nombre de una de las primeras compañeras de Chiara Lubich, la Sierva de Dios Ginetta Calliari, una de las más grandes impulsoras de la construcción de esta “ciudad sobre el monte” y corresponsable del inicio del Movimiento de los Focolares en Brasil. Su cuerpo está enterrado en el cementerio de la Ciudadela, donde acuden varios fieles a pedir gracias. Reconocimiento Ya en mayo de 2022 el Municipio de Vargem Grande Paulista ha reconocido el trabajo social y espiritual realizado por el Movimiento de los Focolares en la ciudad y la importancia no solo de su Centro Mariápolis, sino de todas las obras que se realizan y que involucran a niños, adolescentes y jóvenes. No hay que olvidar el trabajo de los albergues para personas sin hogar y su Sistema de Comunicación, que trajo inversiones, alianzas y notoriedad al municipio. Con motivo de la Santa Misa celebrada el lunes 15 de agosto de 2022 por Don João Bosco, obispo de Osasco, el Papa Francisco envió la Bendición Apostólica escrita en señal de agradecimiento por esta misión realizada por el Movimiento de los Focolares en la ciudad, en el Estado de San Paolo y en todo Brasil.
Ronnaldh Oliveira (de un artículo publicado en cancaonova.com)
El profesor Giuseppe Argiolas ha presentado su dimisión como Rector del Instituto Universitario Sophia “por motivos personales”. El actual Vicerrector, Prof. Declan O’Byrne, ha sido nombrado Rector en funciones y desarrollará su servicio hasta el final natural del mandato, es decir, enero de 2024. La Vice Gran Canciller Margaret Karram, Presidenta del Movimiento de los Focolares, escribe a la comunidad académica del Instituto: “Les pido a todos la máxima colaboración con el Prof. Declan O’Byrne, que ha aceptado el cargo que le ha asignado la Congregación de la Educación Católica, a fin de que el Instituto Universitario Sophia pueda seguir prestando su servicio de enseñanza, investigación y compromiso cultural con la debida profesionalidad y diligencia. Agradezco al profesor Argiolas su compromiso y el trabajo que ha asumido para hacer progresar Sophia, sobre todo en tiempos tan difíciles como los de la pandemia 2020-2022, y confío a la responsabilidad de toda la comunidad académica el éxito del nuevo curso académico que comienza”. Los profesores y el personal del IUS se unen a la Vice Gran Canciller para agradecer al Prof. Argiolas por su gran dedicación al servicio del Instituto.
Durante la IV Jornada Mundial de la Juventud, realizada en Santiago de Compostela (España) en 1989, Chiara Lubich expuso un tema titulado “Jesús es el Camino”. Hemos elegido un fragmento de este, en el que invita a todos a poner en marcha la fuerza transformadora del amor como hizo el mismo Jesús. (Jesús) Hijo de Dios, que es Amor, vino a la tierra por amor, vivió por amor, irradiando amor, donando amor, llevando la ley del amor y murió por amor. Después resucitó y subió al Cielo, cumpliendo así su designio de amor. Todo por amor hacia ustedes, hacia mí, hacia todos. Podemos decir entonces que el camino recorrido por Jesús tiene un nombre: amor. Y que nosotros para seguirlo, debemos recorrer este camino: el camino del amor. Amor. Alguno de ustedes podrá preguntarse: ¿Qué tipo de amor tenía Jesús en su corazón? ¿Con qué amor actuó? ¿Cómo es el amor que dejó aquí en la tierra? El amor que Jesús vivió y que nos trajo es un amor especial y único. No es un amor como ustedes podrían imaginarlo. No es filantropía, por ejemplo, ni simplemente solidaridad o benevolencia; no es pura amistad o afecto (como el que una chica puede sentir por un chico o una madre por su hijo); y tampoco es la no-violencia. Es algo excepcional, o mejor, divino: Es el mismo amor que arde en Dios. A nosotros Jesús nos ha dado una llama de ese incendio infinito, un rayo de aquel inmenso sol. Es algo extraordinario en lo que pensamos poco y que, si lo tomáramos en consideración, nos haría potentes (…) Tenemos que hacer fructificar este amor. ¿De qué manera? Amando.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich “Jesús es el Camino”. Discurso a los jóvenes participantes en la JMJ, Santiago de Compostela 16 de agosto de 1989)
Amar nos impulsa a salir de nosotros mismos, haciendo el bien y acercándonos al otro venciendo la indiferencia. Ensuciarse las manos, comprometerse, nos recuerda que Dios nos amó primero y cuál es el sueño que colocó en nuestro corazón. Diecisite quintales de libros Hablando con amigos sobre la crisis en Argentina supimos que había una grave carencia de textos escolares en ese país. Entonces, surgió la idea de hacer circular entre las familias conocidas la propuesta de realizar una recolección de libros. La respuesta fue inmediata y generosa. Hubo también otras iniciativas: avisos en los periódicos, en la radio, ir a hablar a las parroquias y a varias asociaciones de padres. Muchos participaron en primera persona, incluso en otras ciudades. Recogimos diecisiete quintales de libros de todos los niveles escolares para enviar a la Argentina por mar. Hubo quien, también, recolectó otros dos quintales en el lapso de un mes, haciendo participar a otros, y consiguió el dinero para el transporte. Por nuestra escasa experiencia, en algunos casos fue difícil tener en cuenta muchos detalles importantes (por ejemplo el tipo de cajas adecuadas para el transporte, los trámites aduaneros, etc.). Pero a todo se le encontró una solución. Tuvimos ocasión también de contarles a muchos qué era lo que nos impulsaba a efectuar esa acción: el ideal de un mundo más unido y solidario. (S.A. – España) Juntos en el servicio Soy enfermera en un centro asistencial. Una pareja necesitada, con un niño de nueve meses, se había dirigido a mí requiriendo mis servicios. Ni siquiera tenían dinero para el autobús; la mujer se había lastimado la mano y el pequeño necesitaba completar su vacunación. Yo no habría podido atender a sus pedidos a causa de ciertos procedimientos muy rígidos, pero dentro de mí sentía la obligación de hacer algo por esos prójimos. Cuando conseguí solucionar una emergencia pendiente y terminar, me dediqué a responder a todas las exigencias de esa familia, y así evitar que tuvieran que comprar los billetes del autobús para una nueva cita. De pronto, espontáneamente, otra enfermera se ofreció a atenderlos ella en mi lugar. Le curó la mano a la señora, le dio todo el material para nuevas curaciones y vacunó al niño. Estaba feliz por haber podido ayudarlos y yo también lo estaba. (Maina – Canadá)
A cargo de Maria Grazia Berretta
(extraído de “Il Vangelo del Giorno”, Città Nuova, año VIII, número 2, julio-agosto2022)
Nel 1976, en la rúbrica de la revista Cittá Nuova “Diálogo abierto”, un lector hizo a Chiara Lubich esta pregunta: De vez en cuando siento, como un reproche, que no amo suficientemente a María, que pienso poco en ella. ¿Qué crees tú que haría falta hacer para tener una verdadera devoción por María? Esta fue su respuesta. María está más cerca de Dios que del hombre, y eso que es criatura como lo somos nosotros, es criatura ante el Creador. De ahí la posibilidad que ella tiene de ser para nosotros como un plano inclinado que toca el cielo y la tierra. En cuanto a poseer una verdadera devoción por ella –aunque ensalcemos las distintas devociones que han florecido durante siglos para dar al pueblo cristiano la sensación de un amor materno seguro, que piensa en todas las pequeñas y grandes desgracias que la vida conlleva– yo te aconsejaría un camino que provoca en el corazón un amor a María semejante al que Jesús tiene por ella. Mira, si María tiene todas esas magníficas y extraordinarias cualidades que tú sabes, ella también es la perfectacristiana. Y lo es porque, como puedes deducir del Evangelio, no vive su vida, sino que deja que la ley de Dios viva en ella. Es quien puede decir mejor que nadie: «No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí». María es la Palabra de Dios vivida. De modo que si quieres amarla de verdad, imítala. ¡Sé también tú Palabra de Dios viva! Y ya que no podemos vivir todo el Evangelio a la vez, reevangeliza tu vida tomando en serio y viviendo cada día una de las «palabras de vida» que contiene.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, Maria, Ciudad Nueva, Madrid 2017, pp. 189-190)
La V Cumbre de Halki se realizó en Turquía del 8 al 12 de junio de 2022. Sostener juntos el futuro del planeta es el título de esta edición promovida por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla junto con el Instituto Universitario Sophia de Loppiano (Florencia-Italia). https://www.youtube.com/watch?v=jdCxlBxhtug&list=PL9YsVtizqrYs-fUrfOgSZ2X2vhoedLwCI&index=1&t=40s
La palabra de vida de agosto de 2022 nos pide perdonar siempre. Cuando nos presentamos delante de Dios –en la liturgia, en la oración– debemos estar en armonía con todos. Como dice el papa Francisco, no podemos ir a dormir si estamos en discordia con nuestros hermanos o hermanas. Dice Jesús, utilizando un lenguaje paradójico para subrayar la importancia ante Dios de la plena concordia entre los hermanos: si cuando vas a ofrecer tu sacrificio te acuerdas de que hay alguna discordia entre tu prójimo y tú, interrumpe tu sacrificio y ve primero a reconciliarte con tu prójimo. Pues la ofrenda del sacrificio – como es para los cristianos el participar en la Misa– sería un acto vacío de contenido si estamos en discordia con nuestros hermanos. El primer sacrificio que Dios espera de nosotros es que nos esforcemos por estar en armonía con todos. Con esta exhortación suya, el pensamiento de Jesús no parece presentar novedades sustanciales respecto al Antiguo Testamento (…) Pero hay una novedad, y consiste en esto: Jesús afirma que debemos tomar siempre la iniciativa para que la buena armonía sea constante, para que se mantenga la comunión fraterna. Y así lleva el mandamiento del amor al prójimo hasta su raíz más profunda. Pues Él no dice: «si te acuerdas de haber ofendido tú a un hermano», sino «si te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti». Para Él, el mero hecho de quedarnos indiferentes ante la discordia con el prójimo, aunque no seamos nosotros los responsables de esta sino los demás, es ya un motivo para no ser gratos a Dios, para ser rechazados por Él. Jesús quiere ponernos en guardia no solo contra las más graves explosiones del odio, sino también contra toda expresión o actitud que de un modo u otro denote falta de atención o de amor a los hermanos. (…) Tendremos que procurar no ser superficiales en las relaciones, sino rebuscar en los rincones más recónditos de nuestro corazón. También trataremos de eliminar la simple indiferencia, o cualquier falta de benevolencia, toda actitud de superioridad, de desinterés hacia cualquier persona. Normalmente intentaremos reparar un desaire o un arranque de impaciencia pidiendo disculpas o con un gesto de amistad. Y si a veces esto no parece posible, lo importante será el cambio radical de nuestra actitud interior. A una actitud de rechazo instintivo del prójimo debe sucederle una actitud de acogida total, plena, de aceptación completa del otro, de misericordia sin límites, de perdón, de compartición, de atención a sus necesidades. Si actuamos así, podremos ofrecer a Dios cualquier regalo que queramos y Él lo aceptará y lo tendrá en cuenta. Nuestra relación con Dios será más profunda y llegaremos a esa unión con Él que es nuestra felicidad presente y futura.
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, en Palabras de Vida/1, Ciudad Nueva, 2020, pp. 295-297)
El perdón es un ejercicio constante en nuestra vida diaria y es esa experiencia la que permite que el amor de Dios vuelva a ponernos de pie. Reconocernos perdonados es el punto de partida para intentar ser misericordiosos, abrir la mirada al otro y ser verdaderamente libres.Fila de espera Satisfecho por haber llegado a tiempo a la cita con el médico, de repente en la fila pasa una señora frente a mí como si nada. Dentro de mí la rebelión va en aumento y estoy a punto de hacerme oír, pero… al pensar en ciertas escenas de la guerra en Ucrania, de repente, decido transformar mis derechos en cortesía, en aceptación. ¡Pero qué difícil es dejar de lado la idea de lo que uno considera correcto! Luego, en casa cuento lo que me pasó y también la lucha interior. Nuestra hija mayor, después de un largo silencio, interviene contando la última experiencia: ella también estaba en la fila de la secretaría de la Universidad y, ante un gesto descortés de un estudiante maleducado, lo regañó fuertemente hasta avergonzarlo. “Tal vez me equivoqué” – añade. Terminamos diciendo que, grande o pequeña, la guerra acecha dentro de nosotros pero que es posible vencerla con el perdón. (F.I. – Italia) Una lección para recordar Mi esposa es maestra y un día, mientras ella estaba en la escuela, estando en casa, para sorprenderla, comencé a hacer esos pequeños arreglos y trabajos de limpieza que a veces con la apretada agenda descuidaba. Pensé que ella lo disfrutaría, pero nada más llegar a casa se quejó porque había encontrado la puerta de acceso abierta: “¿No piensas en los ladrones?”. Estaba confundido. No recordaba haberla dejada abierta, pero no quería quejarme, así que, aunque lo sentía, decidí no alimentar la ira. Por la tarde mi esposa me pidió hablar. Quería ser perdonada: “Viendo cuántas cosas hiciste y pensando en cómo te he reprochado una tontería, me sentí humillada por mi ceguera. Con tu silencio me has dado una verdadera lección”. A los pocos días me confió que, después de haber contado lo que había pasado entre nosotros en la escuela, se había creado en la clase un clima de gran respeto como nunca antes. (L.D. – Hungría)
Maria Grazia Berretta
(Tomado de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VIII, n.2, julio-agosto 2022)
“Ama al prójimo como a ti mismo”. La medida del amor que debemos tener con cada hermano o hermana está contenida en ese “como”. Chiara Lubich en este fragmento de un discurso a jóvenes seminaristas nos impulsa a ocuparnos de los demás como de nosotros mismos. Jesús, que vino del cielo a la tierra, tenía la experiencia del cielo, en cuanto Verbo de Dios, y trajo a la tierra esa experiencia, nos enseñó a vivir en la tierra como en el cielo. De hecho, Él habló del mandamiento nuevo ─ en el que se dice y se explica el amor mutuo, manda amarse mutuamente─, es un mandamiento “suyo”, típicamente suyo y “nuevo”. Y los primeros cristianos consideraban este mandamiento, esta enseñanza, como la síntesis de las enseñanzas de Jesús y lo practicaban de un modo realmente ejemplar. (…) El mandamiento nuevo. Todos lo conocemos, pero ahora ¿cómo se interpreta? ¿Cómo se practica? ¿Qué significa y qué consecuencias tiene poner en práctica el amor recíproco? Lo podemos comprender bien si primero se comprende bien qué es el amor –amar– para el cristiano. Desde un principio, una de las cosas que el Espíritu Santo nos enseñó a través de este carisma, fue esta: comprender que la Palabra del Evangelio: “Ama al prójimo como a ti mismo” había que tomarla al pie de la letra. Que ese “como” significaba exactamente “como”. Por tanto, que sea yo, que seas tú, o el otro, o el otro, es igual: ama al prójimo como a ti mismo. Y nos dimos cuenta de que antes de descubrir esto, nuestro amor al prójimo era mucho menor que el amor a nosotros mismos. Éramos cristianos bautizados, comulgábamos quizá todos los días, pero ni por asomo pensábamos que había que amar al otro como a nosotros mismos y muchas veces nuestro amor se centraba solo en nosotros mismos. Por lo tanto, había que hacer una conversión y ocuparnos del otro como de nosotros mismos. Lo hicimos, tratamos de hacerlo con cada prójimo que encontrábamos y nació una revolución. Parece imposible, pero el Evangelio mantiene siempre su frescor, es cuestión de comprenderlo. ¿Por qué nació una revolución? Porque este modo de actuar, donde quiera que se esté, impacta a los demás, se preguntan ¿por qué?, ¿qué sucede?, ¿qué hay detrás de ello? Y te ofrecen la ocasión de explicar por qué tratas así a los demás, por qué actúas así, sirves así, ayudas así. Y muchos de los que te interrogan tienen también ganas de empezar, de intentarlo también ellos. Y entonces sucede que, si eran personas indiferentes con los demás, como todos nosotros, incluso cristianos, esas personas comienzan a revitalizarse, a interesarse por los demás, a amarse, a componerse en comunidad, dando la idea de lo que es una Iglesia viva, y esto con una sola palabra vivida: “Ama al prójimo como a ti mismo”; porque dice san Pablo, “toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Gal 5,14).
Chiara Lubich
(Chiara Lubich, discurso a un grupo de seminaristas, Castel Gandolfo, 30 de diciembre de 1989)
Elegir salir al encuentro del prójimo, dar un paso atrás en las propias convicciones, derribando los muros del orgullo, significa encontrar el camino hacia el corazón del otro y, en este camino, aprender a reconocer el propio: entrar en comunión y reconstruir.Finalmente, amigos Un compañero de clase a menudo se burlaba de mí, exponiéndome siempre ante los demás y especialmente con las chicas. Esto comenzó a molestarme. Traté de decírselo, pero se disculpó diciéndome que no había maldad en lo que hacía. Después lo hablé en casa y lo que me sorprendió fue que mis padres no parecían estar de mi lado: “¿Has tratado de respetarlo más, no solo de defenderte?”. ¿Qué hacer? En un examen de matemáticas, materia en la que tengo bastante conocimiento, me di cuenta de que este compañero estaba en dificultades. Le hice señas y le pasé los elementos necesarios para proceder. En el intervalo se me acercó casi conmovido y me dio la mitad de su merienda. No sé si realmente entendí lo que mis padres querían decirme, pero todo rastro de resentimiento hacia él se borró en mí. La chica de la que estaba enamorado se acercó a nosotros y, quizás conociendo las tensiones pasadas, comentó: “Qué bueno verlos así, amigos”. Reconozco que mis padres, queriéndome, me ayudan a vivir con la máxima dignidad. Les he agradecido sus consejos. (R.G. – Italia) El primer paso En Colombia el padre es el punto fuerte de la familia, pero últimamente, desde que nuestra hija estudia bachillerato, la relación con ella se ha vuelto difícil y desde hace un tiempo las escenas se suceden. Ella es de carácter fuerte, como yo, pero soy un adulto y tengo algo de experiencia en la vida. Hace varias noches la vi pegada a la computadora cuando ya era tarde. Cuando le señalé que era hora de ir a la cama, ella respondió que tenía que terminar un trabajo. Lo que me sorprendió es que ella no me tomó en serio, de hecho, por primera vez, también levantó la voz. Así que desconecté el módem para que ya no pudiera navegar. No me hablaba desde entonces. Durante días en casa el clima se mantuvo tenso y el aire parecía irrespirable. En cierto momento tuve un replanteamiento de mi forma de hacer y le pedí a Dios la fuerza para estar más calmo, menos orgulloso, para dar el primer paso y entablar una nueva relación con ella. Al darse cuenta de esto, ella misma se me acercó un día y se disculpó. (G.G. – Colombia)
Maria Grazia Berretta
(Tomado de Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, año VIII, n.2, julio-agosto2022)
Magdalena es una ilustradora coreana que, después de algunos años, ve truncado su sueño matrimonial. Solo el amor y el apoyo de otras familias le han permitido afrontar y superar el dolor. Hoy, Magdalena pinta una nueva página en su vida haciendo circular el mismo amor que ha recibido para los que se encuentran en situaciones similares a la suya.