Ene 6, 2019 | Sin categorizar
Desde hace algunos meses seguimos con aprehensión el desarrollo de la situación de la primera ciudadela africana. Nos comunicamos con Margaret Long y Etienne Kenfack, quienes a nombre de la comunidad nos refirieron el estado de las cosas. “El 2018 fue un año difícil para Fontem debido a los disturbios, en curso todavía hoy, en la región noroccidental y suroccidental del país que no se han aplacado. Muchos de sus habitantes han tenido que dejar sus casas y buscar refugio en la selva o en las ciudades cercanas, el colegio está cerrado hace tiempo y el hospital funciona sólo parcialmente. “Desde que nosotros focolarinos salimos de Fortem en octubre pasado, -una decisión difícil pero que tomamos juntos seguros de que era lo correcto- explica Margaret Long, muchos otros se han trasferido también, sobre todo familias que querían darle a sus hijos la posibilidad de ir a la escuela, cosa que en la ciudadela ya no era posible. Lamentablemente no podemos decir cuándo se podrá retomar la vida de antes. Estamos en contacto cotidiano con quienes se quedaron: Aracelis Nkeza y Mbe Tasong Charles llevan adelante allí la vida de la comunidad del Focolar”. “Por lo que respecta al hospital – continua Etienne Kenfack – el actual estado de peligro no nos permite garantizar la protección y seguridad de quien trabaja allí. Por lo tanto nos dirigimos a las autoridades sanitarias para entender cómo proseguir y con base en sus consejos compartimos la situación con los empleados y concluimos el contrato laboral según la normativa vigente en Camerún. Quienes han querido seguir trabajando, lo hacen bajo su propia responsabilidad; y es por eso que la estructura sigue garantizando un servicio mínimo a la población. Ante la pregunta sobre cómo será el futuro de la ciudadela, Margaret responde que todos tienen una gran esperanza de que la vida se pueda retomar y que la gente regrese a la normalidad. “La cercanía de muchos que rezan en todo el mundo o que nos escriben nos da mucha fuerza”. Surge la duda si el conflicto, además de destruir vida humanas, bienes materiales y sueños, no esté comprometiendo también la misión de Fontem como faro de unidad y diálogo intercultural para el continente africano, así como había previsto Chiara Lubich. Etienne precisa que desde principios de los años ’60 Chiara paragonaba la ciudadela a una luz que surgía del amor recíproco vivido por todos: “Hoy, cincuenta años después, la impresión es que este amor y la solidaridad entre todos ha crecido, es más se podría afirmar que en la medida que aumenta el peligro y la precariedad, más aumentan”. Margaret agrega que muchas cosas han cambiado en África desde los inicios: “En aquellos tiempos la espiritualidad de la unidad había llegado sólo a Fontem, mientras que hoy ha llegado a todos los países del continente. Existe la ciudadela de Man (la Mariápolis Victoria) en Costa de Marfil que da testimonio del diálogo intercultural y también la Mariápolis Piero en Kenia, que es un centro de formación a la espiritualidad de la unidad para todo el continente africano; además muchos focolarinos que estaban en Fontem, ahora están partiendo para reforzar otros focolares del continente. “A pesar de los continuos desafíos, la incertidumbre de cada día, el no saber cómo irán a parar las cosas estamos seguros de que el designio de Dios sobre Fontem no se ha interrumpido, sino que, como dice el Papa Francisco, es sólo el inicio y el Espíritu Santo, que hace nuevas todas las cosas, seguramente hará nueva también a Fontem”.
A cargo de Stefania Tanesini
Ene 4, 2019 | Sin categorizar
Los niños, en la fiesta de Epifanía suelen recibir regalos. Y en el Niño Jesús ¿quién piensa? Un hecho, que aconteció de verdad, contado por Chiara Lubich a los pequeños de la Ciudadela Internacional de Loppiano (Italia).
(…) Yo tengo que contarles una historia que sucedió en Navidad. En un pueblo, mejor dicho, en una ciudad que se llama Vicenza – es una historia verdadera (…). (…) Allí había un párroco, un sacerdote que había llegado hacía poco a la parroquia y les había enseñado a los niños y a las niñas el arte de amar (…) Se acercaba la Navidad y entonces el párroco le dijo a estos niños: «Miren, pronto llega la Navidad, es necesario que ustedes hagan muchos, muchos, muchos actos de amor para el Niño Jesús», y los niños dijeron: «Está bien», y empezaron a hacer muchos actos de amor. La vigilia de Navidad, cuando Jesús todavía no había nacido, el párroco puso afuera el pesebre vacío; vacío porque Jesús todavía no había nacido. Esa misma tarde vio llegar a los niños con un paquete grande, grande, grande, repleto de rollitos amarillos, muchos rollitos amarillos: eran 277, 277. Eran 277 actos de amor. Entonces, ¿qué hizo el párroco? Tomó todos estos rollitos y los puso en una bolsa, llenó una gran bolsa y la puso sobre el pesebre. Y dijo a los niños: «Así, apenas nace el Niño Jesús tendrá como almohada, pero también como colchón, sus actos de amor». Los niños (…) se pusieron contentísimos. Entonces llegó el día de Navidad, era más o menos el mediodía, quizás las 11, o quizás las 10 y media, y el párroco dijo: «Y ahora ¿qué hacemos con todos estos actos de amor? ¿Saben, niños, qué hacemos? Los ponemos… los atamos, formando muchos paquetitos, estos paquetitos los atamos a muchos globos, es más –dijo- hacemos dos ramilletes de globos, un grupo de globos por acá y el otro grupo de globos por allá, y atamos estos paquetitos con los actos de amor. De este modo –dijo- los mandamos al Cielo y suben a donde está Jesús». Naturalmente todos los niños se pusieron a ayudar, era necesario comprar los globos, atar los paquetitos, había que atar los paquetitos a los globos, y había que hacerlos volar. Y el párroco los ayudó e hizo volar los globos hacia el cielo. Los niños estaban contentos. Miraban, miraban y los veían cada vez más pequeños, cada vez más pequeños, cada vez más pequeños hasta que ya no se veían. Y alguien decía: «Habrán estallado»; y otro: «Habrán estallado»; otro decía: « ¿Quién sabe?». En cambio, no. Allá arriba, arriba, arriba hacía viento, y ¿qué hizo el viento? Empujaba a los globos para acá, después para allá, y después para adelante, para allá, para acá; durante una hora, dos horas, tres horas, cuatro horas, cinco horas, siempre en alto con el viento que los mandaba para allá y para acá; seis horas, siete horas, ocho horas, nueve horas. A las nueve de la noche – tienen que saber que el párroco, junto con los actos de amor, había puesto también su número de teléfono, lo había puesto allí dentro – entonces, cuando eran las nueve de la noche, sucedió que en una ciudad, que se llama Reggio Emilia, lejos, lejos, quizás a unos doscientos kilómetros – doscientos kilómetros son muchísimos, casi como de aquí a Roma, más o menos – a un cierto momento, en esta ciudad, en Reggio Emilia, había una casa rodeada por un lindo parque, por un jardín y en este jardín estaban seis niños, que no conocían el arte de amar, eran seis niños comunes y corrientes, que estaban afuera en el jardín y jugaban. En un determinado momento estaban allí, tristes y aburridos, porque habían hecho la fiesta de los Reyes Magos, que pasarían después, pero era una fiesta de los Reyes Magos que no les había gustado nada. Y entonces estaban allí, tristes, tristes. De pronto, aunque ya era de noche, levantaron la mirada y vieron caer por tierra unos globos y junto a los globos muchos paquetitos. Estos niños, al ver caer todos estos paquetitos del cielo, se pusieron a festejar, contentos. ¡Nada que ver con la fiesta de antes! «Éste es el Niño Jesús que nos manda todos estos globos», dijeron. Y piensen que llegaron por milagro, porque si hubiese pasado un avión habría roto todos los globos, o bien, si esos globos hubiesen estado atados con hilos gruesos, podían haber entrado en los motores del avión, y habrían podido ponerlo en peligro, pero en cambio, no: no encontraron ningún avión. Por lo tanto llegaron hasta allí. Los niños, enseguida: «Papá… mamá, papá, mamá, miren lo que pasa: llueven muchos paquetitos del cielo; miren lo que hay adentro». Entonces el papá y la mamá salieron – quizás estaban también los abuelos, no lo sé – y miraron estos… y vieron todos estos paquetitos, y todos estos rollitos amarillos, y entonces los abrieron y empezaron a leer. Entonces uno abre uno de estos rollitos y encuentra: «He pedido disculpas a mi compañera por amor a Jesús». Otro: «Te ofrezco el esfuerzo que hice esta mañana para levantarme y hacer de monaguillo». Otro: «Hice un favor, aunque me costó un gran esfuerzo». Y después otro: «Yo siempre le pido perdón a Dios, cuando mi abuelo blasfema»: dice groserías. Y otro más: «Yo esta semana le ayudé a mis papás a poner la mesa y a llevar las bolsas de las compras, a limpiar el piso y a barrer»; éste hizo muchas cosas. Y después escuchen a este otro: «Sequé los cubiertos sin que mi mamá me lo pidiera, y la ayudé a hacer la limpieza». Otro acto de amor. Y otro: «Cuando mi hermano Sebastián no quiere dormir, yo lo tomo en brazos y lo llevo a la cama, a la mía o a la de mis papás, y lo duermo cantándole canciones o contándole historias». Y otro: «Cuando estábamos en la piscina le presté el gorro a mi hermano, porque no tenía». Espera, hay otro. Yo aquí tengo sólo algunos, que les traje, porque serían 277, ¡son muchísimos! Escuchen éste: «Le pelé las mandarinas al abuelo porque vi que le dolía la mano, y le até los cordones de los zapatos a mi prima Alexia porque a la abuela le dolía la espalda». Éste estuvo atento a todo, ¿eh? Todavía otro, es el último: «Escuché el consejo del dado: ser el primero en amar, y como había ido a confesarme y había muchos niños, dejé que todos pasaran antes para confesarse, y mi mamá no sabía nada». Bueno, son sólo algunos ejemplos de estos niños. Entonces, ¿qué hicieron con estos rollitos? Como les he dicho – se los llevaron a sus papás, y los papás vieron que dentro de los rollitos estaba el número de teléfono de quien los había enviado, del párroco, era el número de teléfono del párroco. Y ¿qué hicieron? Ya eran las nueve de la noche, pero aunque era tarde, marcaron el número de teléfono y respondió el párroco. Y preguntaron: « ¿Usted es el Padre tal y tal?» «Sí, sí, sí, yo soy el Padre…» «Aquí llegaron todos estos actos de amor de parte de sus niños, ¿qué hacemos?». Y allí mismo se pusieron de acuerdo para que los niños llevaran a la escuela todos estos 277 actos de amor; hablaron con su catequista, y ahora juntos están respondiendo a los niños de Vicenza. También estos seis niños, (de Reggio Emilia), también estos seis niños aprenderán a hacer actos de amor. Es así. Fuente: Centro Chiara Lubich
Ene 3, 2019 | Sin categorizar
Lubumbashi, importante ciudad minera de un millón y medio de habitantes, en el sur del país, acoge el focolar femenino. Amisa Tabu vive aquí y nos cuenta la vida de esta comunidad que irradia su acción a ocho provincias en Katanga y en Kasai Amisa, ¿cómo ha nacido la comunidad de los Focolares en este territorio? Hace 30 años, gracias al trabajo de algunos misione- ros en Lubumbashi cobró vida una pequeña comunidad que, a 2000 km de Kinshasa, en 2011 pidió la presencia del focolar. Cuando el movimiento se dio las tres líneas de acción: “salir, juntos, conveniente- mente preparados”, con la invitación del Papa Francisco de ir a las”periferias existenciales”, nos preguntamos por qué “siempre éramos los mismos”. Comprendimos que no era suficiente decir a la gente que Dios es amor, sino que tenía- mos que pasar a concretizar. Aquí fueron importantes los estímulos de Humanidad Nueva: dar testimonio del Evangelio vivido en las diver- sas áreas de trabajo, como la salud, la educación, el ejercicio de la justicia, el comercio, etc. Al hacerlo, nos dimos cuenta de que la comunidad comen- zaba a crecer. El ideal de vida que proponíamos se volvía atractivo. ¿Cómo se sitúa el focolar con una comunidad en crecimiento? Con las puertas siempre abiertas. Chiara Lubich nos dejó como testamento “ser siempre familia”. La gente debe poder hacer la experiencia de ser una familia cuyo vínculo sobrenatural es aún más fuerte que el natural. Entre nosotros la acogida es una parte viva de la cultura. En el focolar no tenemos horarios fijos y todos vienen cuando pueden. ¿Cuál es el servicio a la Iglesia local? En julio de 2017 realiza- mos dos escuelas en los seminarios menor y mayor, con 140 participantes. Después un retiro/escuela para 104 sacerdotes provenientes de diversas Diócesis del Congo. Nos sentimos apoyados por la Iglesia. Algunos sacerdotes promueven el espíritu de comunión del Movimiento en sus parroquias. ¿Y en el ámbito social? Apuntamos a desarrollar el proyecto de la Economía de Comunión. Son 44 los emprendedores que han asistido a encuentros de for- mación, como el de Nairobi en 2015, y que han comenzado a comprometerse. La situación social y política en la República Democrática del Congo no es de las más tranquilizadoras: hay violencia y corrupción. Es necesario, por tanto, insistir en la formación de “hombres nuevos” con los instrumen- tos madurados en la experiencia del Movimiento de los Focolares. Cuando el focolar llegó a Lubumbashi la comunidad contaba con un centenar de personas, ahora son cerca de 500 con un florecer de vocaciones en las diversas expresiones de la Obra.
Gianna Sibelli
Ene 2, 2019 | Sin categorizar
Pensar en grande Y comenzar por lo pequeño, tener la mirada en todo el mundo y partir del propio barrio En todas partes del mundo los Chicos por la unidad están comenzando a llenar de ideas y de vida el proyecto “Hambre cero”, apoyado por la FAO que está animando en particular a jóvenes y adolescentes a comprometerse en primera persona para realizarlo. En Mumbai en India el punto de partida ha sido pensar en quiénes eran los pobres de la ciudad. Pobres no solo de bienes, sino también de salud, de amistades. Después de haber conocido a ochenta coetáneos, enfermos de sida, que viven en condiciones de pobreza, los chicos han escrito una carta a 600 familias de diversas religiones que viven en los enormes edificios de la zona, explicando su sueño de un mundo sin hambre y proponiendo una recogida de periódicos viejos para luego venderlos. Se han sumado más de 50 familias expresando su gratitud por el proyecto. La operación se repitió, alentada precisamente por las familias del barrio. Ahora otros grupos en diversas partes de la India están repitiendo acciones similares. Y si es posible crear una acción para un barrio entero, ¿por qué no implicar a todo un municipio? Es lo que han pensado tres hermanos de Cesate en Lombardía, Italia, que han presentado a la alcaldesa su idea: hacer de Cesate un ¡”Municipio Hambre cero”! Junto a ella han pensado activar una sinergia entre el unicipio, la parroquia y la escuela, ampliando el proyecto a los municipios vecinos. Los chicos han hablado del proyecto “Hambre cero” al párroco y al sacerdote responsable del oratorio que, contentos de la ropuesta, han puesto a punto una estrategia para reducir el despilfarro de comida en el comedor. lo que respecta a las escuelas se ha pensado que cada año el 16 de octubre, Jornada Mundial de la alimentación, se realice el evento “Hambre cero Day” para reducir los despilfarros durante las comidas. Y precisamente de sinergias entre las organizaciones en la ciudad, nació la acción llevada adelante por un grupo de chicos del Líbano. Colaborando con Cáritas han reunido a más de sesenta ancianos que viven en situaciones de soledad y dificultades económicas. Han preparado y servido la comida, organizando bailes y juegos. Al final una de las chicas ha propuesto a la animadora que les acompañaba, repetir esta acción cada semana. “Pero para hacerlo se necesita un presupuesto no indiferente” le ha respondido. “Vosotros adultos – replicó la muchacha – pensáis siempre en grandes proyectos, pero debemos comenzar con equeños gestos”. Implicando a una chica de su edad y a otros adultos, ha hecho partir una pequeña acción: juntos preparan una comida cada dos semanas y la llevan a una familia en dificultades, pasando la tarde con ellos.
Anna Lisa Innocenti
Ene 1, 2019 | Sin categorizar
Publicamos la entrevista a la Presidente del Movimiento de los Focolares publicada en el número de enero de la revista “Neue Stadt“ 1) “¿Qué te hace reír con ganas?”. Emmaus: Cuando tropiezo. Por ejemplo camino, no veo una grada y cuando me percato estoy en el suelo. Me cuesta levantarme, ¡porque me muero de la risa! 2) “¿Qué te hace enojar?”. Emmaus: No siento nacer en mí sentimientos de rabia. Al máximo siento disgusto por algo que ha sucedido o por algo que me dicen o por algo que me molesta. 3) “¿Cuál es la experiencia más importante de tu vida?”. Emmaus: El encuentro con un grupo de jóvenes: Me cautivó por la unidad entre ellos y por su testimonio coherente del cristianismo que vivían, amando y al servicio de todos, sin juzgar a nadie. Esto me llevó a conocer a los Focolares. Mi vida cambió en el momento en el que escuché a alguien pensando que era mi hermano, que Jesús estaba en él. 4) “¿Cuál es tu debilidad?”. Emmaus: La curiosidad. Cuando escucho hablar a dos personas fuera de mi puerta no puedo evitar poner atención. Cada vez es un paso decidir dejarla de lado. 5) “¿Cuáles son tus fortalezas?”. Emmaus: El optimismo y la confianza. Yo confío en Dios y también en los demás, aunque no los conozca, aun cuando me doy cuenta que no debí haber puesto allí mi confianza. Me resulta fácil relacionarme con los demás. 6) “¿Cuál es tu lugar favorito?”. Emmaus: Me gusta todo el mundo. Después como lugar preferido pienso en una casa confortable, donde hay personas conmigo, con quienes puedo establecer una auténtica y profunda comunión. Y posiblemente en un lugar caliente, con sol; ¡en el mar! Esta casa la visualizo en una ciudad, porque soy una persona sociable. 7) “¿Qué te hace recuperar fuerza?”. Emmaus: Una buena dormida después de haber vivido bien el momento presente y de haber confiado las preocupaciones al Eterno Padre. 8) “¿Qué te preocupa?”. Emmaus: Todo lo que tiene el sabor de conflicto, oposición; las guerras, las diferencias en la familia, los problemas no resueltos. Muchas veces no puedo hacer nada, pero si puedo hacer algo busco la solución o trato de ayudar a los demás a encontrarla. 9) “¿Qué tienes en tu corazón como guía del Movimiento de los Focolares?”. Emmaus: Que el Movimiento de un auténtico testimonio del carisma de la unidad. Hay grupos en muchas partes del mundo que en este momento lo están viviendo. Esto me da tranquilidad, me da seguridad. Porque de ellos nacerán nuevas ideas, nuevas formas de encarnación. Ellos llevan adelante el carisma de la unidad hasta alcanzar la meta por la que Jesús rezó: “Padre, que todos sean una cosa sola”.
Dic 31, 2018 | Sin categorizar
Con motivo de la 52 Jornada Mundial de la Paz y en apoyo del mensaje del Papa “La buena política está al servicio de la paz”, proponemos una síntesis de Chiara Lubich del 2002, en el Coliseo de Roma, durante una reunión con chicos por la unidad del Movimiento de los Focolares. ¿Cuál es la clave para promover la paz? Vivir la regla de oro para construir la fraternidad universal. https://vimeo.com/148631351 […] La paz. Pero ¿es de tanta actualidad la paz? Sí, sin duda, y tal vez más que nunca. Y no solamente por las decenas de guerras que han estallado aquí y allá, en nuestro planeta, sino también porque hoy la paz está amenazada de otro modo más disimulado. […] La situación, por tanto, es seria. Porque, si las cosas están así, no es suficiente oponerse a tal peligro únicamente con las fuerzas humanas. Hay que movilizar las fuerzas del Bien con la B mayúscula. Y todos ustedes saben cuál es este Bien: es ante todo Dios y todo lo que tiene su raíz en Él: el mundo espiritual, de los grandes valores, del amor verdadero, de la oración. […] Pero la paz hoy es un bien tan valioso que todos nosotros, adultos y jóvenes, gobernantes y simples ciudadanos, debemos comprometernos en salvaguardarla. […] Naturalmente, para saber cómo comportarnos, debemos conocer bien las causas más profundas de esta dramática situación actual. También ustedes se dan cuenta de que en el mundo no reina la justicia, que hay Países ricos y Países pobres, que padecen hambre, mientras que el plan de Dios sobre la Humanidad sería el de ser todos hermanos, en una única gran familia, con un solo Padre. […] Entonces, ¿cómo crear mayor igualdad?, ¿cómo suscitar una cierta comunión de los bienes? Es lógico que los bienes no se mueven por sí solos si no se mueven los corazones. Por lo tanto, hay que difundir el amor, ese amor recíproco que genera la fraternidad. ¡Hay que invadir el mundo con el amor! Empezando por nosotros mismos, igualmente ustedes, jóvenes. Pero alguno de los presentes podría preguntarme: “El amor, amarse, ¿es compatible con el estilo de vida que nuestras culturas nos han transmitido?” Sí, es posible. Vayan a buscar en sus Libros sagrados y encontrarán – está en casi todos ellos – la así llamada “Regla de oro”. En el cristianismo se expresa así: “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti” (Cf. Lc 6,31). Y así dice Israel: “No hagas a nadie lo que no te agrada a ti” (Tob 4,15). En el Islam: “Ninguno de ustedes es verdadero creyente si no desea para el hermano lo que desea para sí mismo” (Hadith 13, Al Bukhari). En el Hinduismo: “No hagas a los demás lo que te causaría dolor si te lo hicieran a ti” (Mahabharata 5: 1517) Todas son frases que significan: respeta, ama a tu prójimo. Y si tú, joven musulmán, amas, y tú, cristiano, amas, y tú, hebreo, amas, y tú hindú, amas, seguramente llegarán a amarse recíprocamente. Y así entre todos, se realizará un fragmento de la fraternidad universal. […] Amar entonces: éste es uno de los grandes secretos del momento. Amar con un amor especial. Ciertamente no con ese amor que se limita únicamente a los propios familiares o a los amigos, sino el amor hacia todos, simpáticos y antipáticos, pobres y ricos, pequeños y grandes, de la propia patria o de otra, amigos y enemigos… Hacia todos. Y ser los primeros en amar, tomando la iniciativa, sin esperar ser amados. Y amar no sólo de palabra, sino concretamente, con hechos. Y amarse mutuamente. […] Si hacen así, si todos hacemos así, la fraternidad universal se extenderá, florecerá la solidaridad, los bienes serán mejor distribuidos, y el arco iris de la paz podrá resplandecer sobre el mundo: sobre ese mundo que, dentro de pocos años, ustedes tendrán en sus manos. Chiara Lubich (Collegamento CH – 5 de diciembre de 2015)
Dic 31, 2018 | Sin categorizar
Perder su trabajo a los 53 años y con tres hijos habría puesto a dura prueba a cualquiera. Mirco no se desanimó, regresó a la escuela y dio vida a un proyecto basado en la danza como un vehículo para unir a las personas y fomentar el intercambio de emociones. «Alguien me dijo: “¿Por qué no haces de tu pasión un trabajo?”. Así comenzó el desafío, no muy sencillo, de construirme una nueva identidad de trabajo». Mirco Castello, nacido en 1955, hoy Art Counselor, después de la pérdida del trabajo («un buen trabajo en el mundo textil y de la ropa») y el despido, en 2008 comenzó a enfrentar un presupuesto familiar cada vez más precario. «Traté de escuchar los consejos que me dieron, pero sobre todo una “voz” dentro de mí, que me sugería que volviera a intentarlo. Durante muchos años fui mimo, actor y bailarín por pasión. Traté de convertir esta pasión en un servicio para los demás, especialmente para los niños. Entré con un proyecto de danza dentro de una guardería y de una escuela primaria, para jugar con la danza y la música». El baile, explica una psicóloga infantil, tiene el poder de ayudar a los niños a recuperar una nueva armonía. Pero no es suficiente: para trabajar con las instituciones se necesita capacitación, y así Mirco vuelva a estudiar, se actualiza, obtiene un diploma en Art Counselor y un master en mediación familiar, contacta a las escuelas públicas y privadas de Italia, abre un sitio (www.ledanzedimirco.it), donde ofrece pasantías para maestros y reuniones con niños. «Desde 2008 con mi familia vivimos “al límite”, siempre esperando que no se presenten gastos inesperados. Pero puedo decir que nunca nos ha faltado nada. En profunda unidad con mi esposa y con los amigos de la comunidad de los Focolares al que pertenezco y que me apoyan, me he abandonado en Dios. Él me muestra los pasos a seguir y con mi trabajo puedo testimoniar que Él me ama y no me abandona. Lo considero mi nuevo empleador». Actualmente, Mirco lleva a cabo un proyecto que involucra a dos mil niños por año, no solo en Italia, sino también en Europa: «Con la música juego con los niños y de inmediato me doy cuenta de sus problemas. ¡Cómo sufren hoy los niños! Carecen de valores, reglas, autonomía o viven situaciones de separación o conflicto de los padres». Junto con su esposa, también lleva a cabo un proyecto para adultos. «Hablamos de franqueza, asertividad, comprensión, perdón». «Y ¿sabes lo mejor? Hace diez años que no vamos de vacaciones porque no lo podemos solventar, y ahora nos ofrecieron un viaje a Kenia, en enero, para conocer a los niños de dos escuelas y un asilo, y otro a Rusia. ¿Cómo puedo no ver el amor de mi nuevo empleador en todo esto? ».
Chiara Favotti
Dic 29, 2018 | Sin categorizar
Al aproximarse la navidad, también este año hay mucho revuelo entre las y los gen4 que se toman en serio y realizan la invitación a acoger a Jesús en quienes se encuentran en dificultad.
El Papa Francisco, en la navidad de 2017, nos invitaba a hacer de modo que: “nuestro corazón no esté cerrado como lo estuvieron las casas de Belén”. Tomando en serio la invitación del Papa, ayudados por los asistentes, implicando a padres, profesores, compañeros del colegio, la acción “Han desalojado a Jesús” (HDJ) se está orientando a financiar proyectos de acogida, para ayudar a aquellos que no son acogidos y sufren por falta de paz, de justicia, no tienen casa o se ven obligados a dejar su propia tierra. En este único “marco” de la acogida, se preparan pequeños talleres para confeccionar las figuritas del niño Jesús que nace para cada hombre, hoy como ayer, y espera que lo recibamos en todos los necesitados. Desafiando a veces la indiferencia de las personas y la dificultad para obtener los permisos para estar en lugares públicos. “¿Por qué llevar al niño Jesús por las calles?”. Una niña responde: “Porque hay personas que no conocen a Jesús y se lo damos a conocer”. Preparan villancicos o teatros donde se representa la historia de Jesús, organizando fiestas para las familias, para los niños, o van a las residencias de ancianos…. La acción HDJ conducida por los más pequeños, lleva en sí los valores profundos de la Navidad: el don de sí mismo, el agradecimiento, el amor desinteresado, la generosidad. Refuerza indirectamente estos valores también en los adultos, en las familias. Promueve habilidades manuales, creativas, imaginativas, de colaboración, de programación, de expresión mediante la realización de las figuritas. Desarrolla en los niños una ciudadanía activa, la solidaridad y la fraternidad, a través de la recogida de fondos destinada a aportar respuestas concretas a las necesidades de otros niños en diversas zonas del mundo. Estimula el deseo de dar. De hecho, son muchos los que han dejado espontáneamente un donativo para sostener tales iniciativas y muchas son las experiencias contadas por los adultos que reciben el mensaje de estos pequeños que con amor querrían encontrar una casa para Jesús, al menos durante la Navidad. “Entrar en un supermercado y verse acogidos por niños tan sonrientes que te ofrecen al Niño Jesús es impactante”, ha exclamado un señor de Florencia. “¡Pensamos que podemos encontrar todo en un supermercado, pero nunca hubiera contado con poder volver a casa llevando conmigo a Jesús!”.
Rosi Bertolassi
Dic 28, 2018 | Sin categorizar
Un trimestral dirigido a cuantos trabajan en las distintas áreas del ámbito eclesial. «Senderos de comunión y diálogo» es el subtítulo que indica el estilo que caracteriza los contenidos. Nacida en sinergia entre el Movimiento de los Focolares y el Grupo editorial Cittá Nuova esta revista, en formato impreso y digital, sale con su primer número en italiano y, próximamente, con algunos artículos en inglés. En futuro se publicarán las ediciones en otros idiomas. Se propone como instrumento de formación, subsidio para la acción y fuente de inspiración para la búsqueda de caminos y lenguajes nuevos para compartir el Evangelio con las mujeres y los hombres de nuestro tiempo. Dirigida a los agentes y animadores de pastoral, miembros de las familias carismáticas (consagrados/as y laicos), personas comprometidas en la parroquia o en la diócesis, Movimientos eclesiales o asociaciones, ofrecerá también un espacio a las relaciones entre las Iglesias y entre las religiones, al encuentro entre convicciones y culturas diferentes, a la renovación de las Iglesias y de la sociedad. Cada número tendrá un enfoque y un tema específico. “La expresión griega ekklesia significa ‘asamblea’, personas que saben que son llamadas a ser juntas protagonistas del camino de un pueblo, -se lee en el editorial del primer número. Senderos, como dice el subtítulo, habla del carácter experimental y práctico del proyecto; comunión y diálogo indica la dirección en la que se mueve pero también el estilo; quisiéramos que las revistas, impresas y digitales, en los distintos idiomas en los que se publicarán, puedan expresar y estar al servicio de una comunidad”. Entre sus autores están el teólogo Piero Coda, Vincenzo Zani (Secretario de la Congregación para la Educación Católica), Tiziana Longhitano sfp, el cardenal Giuseppe Petrocchi (arzobispo de Aquila), el exegeta Gerard Rossé, Brendan Leahy (obispo de Limerick, Irlanda), Jesús Morán (co-presidente del Movimiento de los Focolares), el experto en la vida consagrada Fabio Ciardi omi, la experta en comunicaciones colombiana Susana Nuin, el teólogo anglicano Callan Slipper, el teólogo evangélico Stefan Tobler. Informaciones y suscripciones: www.cittanuova.it E-mail: ekklesia(at)cittanuova.it – abbonamenti(at)cittanuova.it
Dic 27, 2018 | Sin categorizar
Veinticinco años de presencia de los Focolares en tierra albanesa “Nosotros, que hemos seguido el desarrollo del Movimiento en el mundo y en Albania en particular, hemos notado la respuesta concreta de los Focolares a la necesidad de los albaneses, a nuestra exigencia de unidad”. Lo afirma Donika Omari, publicista y traductora albanesa, de covicciones no religiosas, con ocasión del vigésimo quinto aniversario de la llegada de la espiritualidad de la unidad al “país de las águilas”. Albania es una tierra que aún sufre por las divisiones sociales, ideológicas y religiosas: en el país hay musulmanes, con la presencia de la confraternidad religiosa sufi de la Orden Bektashi; cristianos, en su mayoría católicos y ortodoxos; y muchas personas que no reconocen un credo religioso. “El mensaje de unidad de Chiara Lubich que supera divisiones de cualquier tipo entre las personas – prosigue Donika Omari – ha sido saludable para nuestra tierra”.
El primer focolarino que llegó a Albania fue Gigi Franco y se instaló en la ciudad de Dirraquio (o Durrës) en 1991, donde lo recibió una familia. Luego llegó un segundo focolarino, y entonces se abrió el focolar masculino en Tirana y, algunos años después, también el focolar femenino. A partir de entonces se fue formando una comunidad de la que forman parte cristianos, musulmanes y personas sin un credo religioso. “El espíritu del ‘hacerse uno con el prójimo’, la fraternidad entre las personas sin distinción de categoría social, raza, nacionalidad, ideología – explica Donika Omari – son mensajes que me atrajeron desde el comienzo, en este Movimiento. Hay gran necesidad de todo ello en nuestro país, en donde nuevos y viejos trastornos sociales han obstaculizado la normalización de las relaciones humanas”. Un camino que conoció también momentos muy dolorosos, como la guerra en Kosovo en 1999. En ese momento todo el Movimiento en el mundo se movilizó para recoger ayudas, contribuir a la acogida de más de 500.000 refugiados e intervenir, después de la guerra, para la reconstrucción. Por los veinticinco años de los Focolares, en Tirana se realizó un evento público en el Aula Magna de la universidad católica “Nuestra Señora del Buen Consejo” y se presentó también la traducción albanesa del libro de Chiara Lubich “Un camino nuevo”. Los participantes fueron 200, con representaciones de Kosovo y Macedonia. Estaban presentes el Nuncio Apostólico Mons.Charles Brown, el arzobispo de la Iglesia católica Mons. Frendo, el obispo Asti Bakallbashi de la Catedral ortodoxa de Tirana, el Prof. Shehu, musulmán, docente de Pedagogía en la Universidad de Skopje. “Este aniversario está en la línea de la continuidad y del desarrollo – dice Livio Brianza, quien vivió en el focolar de Tirana durante 12 años –. Me dio alegría ver, a pesar de la presencia masiva del consumismo y la ansiedad por un futuro precario que a muchos les hace pensar en emigrar, el apego, incluso en los más jóvenes, a los valores familiares y sociales de la sociedad albanesa”. La Presidente de los Focolares, María Voce, envió un mensaje en el que expresa a la comunidad albanesa de los Focolares el deseo de que: “alimentados y fortificados por el continuo amor recíproco, podáis dar un aporte, con creciente esfuerzo y compromiso, para que vuestras ciudades ‘resplandezcan como el oro’ por la presencia más intensa entre vosotros del amor de los Amores”. “Veinticinco años atrás quería cambiar el mundo – dice Madi Roço, albanesa, experta en legislación ambiental – y estaba segura de que vería un mundo unido con mis ojos. Aún hoy tengo el mismo sueño, fuerte y claro. Ver la ‘familia’ de los Focolares crecida y unida mi armó de coraje para seguir adelante”.
Cristina Tomelleri