“Os animo a ser testigos de cercanía con el amor fraterno”

 
Papa Francisco recibe en audiencia a los miembros de la Asamblea General que concluye mañana.

“Gracias Maria. Has estado muy bien y muy humana”. Así agradecía el Papa a Maria Voce por estos 12 años al servicio del Movimiento de los Focolares como Presidenta.

“Gracias por recordar la tarde de oración por Tierra Santa. (…) Debemos llevar en el corazón siempre Tierra Santa”. Palabras a Margaret Karram, quien en aquella tarde de 2014 rezó en árabe la oración cristiana.

“Os agradezco por vuestro alegre testimonio evangélico. Se dice que siempre sonreís”

Discurso del Santo Padre en castellano y al video del momento ( a partir del 19’30”). El periodo posterior a la fundación; la importancia de las crisis; y vivir la espiritualidad con coherencia y realismo, han sido los tres temas centrales de sus palabras.

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Un poco más tarde de las 12 de hoy sábado 6 de febrero aparecía Papa Francisco en el Aula Pablo VI. Allí le esperaban los miembros de la Asamblea General de los Focolares que han podido desplazarse hasta allí. Con un gran aplauso, ellos representaban a quienes participan de la Asamblea desde sus casas y a todo el Movimiento de los Focolares.

La primera en tomar la palabra ha sido Maria Voce, Presidenta de los Focolares durante estos últimos 12 años. Tras pedir poter quitarse la mascarilla, ha agradecido al Papa por acogerles en esta día, permitiendo además que este momento tan especial se pudiera compartir en el mundo entero. Ha recordado cuando hace seis años, al ser reelegida como Presidenta, Papa Francisco le preguntó si podría con ello. “Como ve – ha continuado Maria Voce-, con la gracia de Dios y sostenida por su amor, que me ha acompañado siempre, lo hemos conseguido”. A continuación ha mostrado su alegría por poder presentarle a Margaret Karram, la nueva Presidenta del Movimiento.

Margaret, tras agradecer a todos, ha repetido su disponibilidad como Presidenta. Dejando de mirar el escrito preparado y mirando directamente al Papa y con la mano en el corazón: “No me gusta la palabra presidenta; aquí delante de todos quiero decir que me siento hija de la Iglesia”. Mencionando el Encuentro por la paz en 2014 ha afirmado que “entonces no me imaginé estar aquí saludándole en nombre de los 362 miembros de la Asamblea y de todo el Movimiento”. Agradeciendo al Dicasterio de Laicos, Familia y Vida, por la posibilidad de desarrollar la Asamblea telemáticamente, ha pasado a expresar cómo “está siendo una experiencia única. Cada uno conectado desde su casa, siendo expresión de la realidad poliédrica que comprende el Movimiento; con diferencias de edades, culturas,… Nos sentimos guiados por el carisma de Chiara Lubich, más vivo y actual hoy que nunca. Todos con su misma pasión por el que todos sean uno”.

Y tras ellas, las cercanas y alegres palabras de Papa Francisco. En varias ocasiones ha dejado de mirar el discurso preparado, contando incluso un chiste. Varias han sido las referencias a Chiara Lubich instando a todos a seguir con radicalidad y creatividad cuanto ella vivió.

Su discurso ha girado en torno a tres claves:

  • Después de la fundación. “Su espiritualidad, caracterizada por el diálogo y la apertura a diferentes contextos culturales, sociales y religiosos, puede ciertamente favorecer este proceso. La apertura a los demás, sean quienes sean, debe cultivarse siempre: el Evangelio está destinado a todos, es levadura de humanidad nueva en todo lugar y tiempo”. “La autocelebración no hace un buen servicio al carisma. Se trata más bien de acoger cada día con asombro el don gratuito que han recibido encontrando su ideal de vida y, con la ayuda de Dios, tratar de corresponder a él con fe, humildad y valor, como la Virgen María después de la Anunciación”
  • Importancia de las crisis. “No se puede no vivir con las crisis. Son una bendición, importantes también para las instituciones (…) Toda crisis es una llamada a una nueva madurez, es un tiempo del Espíritu, que despierta la necesidad de actualizarse, sin dejarse desanimar por la complejidad humana y sus contradicciones”. Quienes ocupan cargos de gobierno deben esforzarse por afrontar las crisis comunitarias y organizativas de la mejor y más constructiva manera; las crisis espirituales de los individuos, que implican la intimidad del individuo y la esfera de la conciencia, deben ser afrontadas con prudencia a todos los niveles, dentro del Movimiento. “Esta es una buena regla que se aplica no sólo a los momentos de crisis de las personas, sino en general a su acompañamiento en el camino espiritual. Es esa sabia distinción entre foro externo e interno que la experiencia y la tradición de la Iglesia nos enseña que es indispensable. De hecho, la mezcla de la esfera del gobierno y la esfera de la conciencia da lugar a abusos de poder”
  • Vivir la espiritualidad con coherencia y realismo. El que “todos sean uno” (Jn 17,21), objeto del Movimiento de los Focolares, requiere un compromiso fuera del Movimiento y dentro de él. Papa Francisco ha animado a ser testigos de la cercanía con el amor fraterno que supera toda barrera y alcanza toda condición humana. “Este es el camino de la cercanía fraterna, que transmite la presencia del Señor resucitado a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, empezando por los pobres, los últimos, los descartados; trabajando junto a las personas de buena voluntad para la promoción de la justicia y la paz”. En cuanto al compromiso dentro del Movimiento, animó a promover cada vez más la sinodalidad. “Quien tiene la responsabilidad de gobernar está llamado a fomentar y poner en práctica una consulta transparente no sólo dentro de los órganos de gobierno, sino a todos los niveles, en virtud de esa lógica de comunión según la cual cada uno puede poner al servicio de los demás sus propios dones, sus propias opiniones en verdad y con libertad”

Concluyendo, una última referencia a la fundadora, Chiara Lubich: “A imitación de Chiara Lubich, permanezcan siempre a la escucha del grito de abandono de Cristo en la Cruz, que manifiesta la más alta medida del amor. La gracia que procede de ella es capaz de suscitar en nosotros, débiles y pecadores, respuestas generosas y a veces heroicas; es capaz de transformar el sufrimiento e incluso la tragedia en fuente de luz y esperanza para la humanidad”.

Confiando a todos a María Santísima, Madre de la Iglesia y pidiendo oraciones por él, ha pasado a impartir la bendición y a saludar a cada uno de los presentes.

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