Chiara Lubich

 
Martxoaren 14an bere zerurako agurra gogoratu genuen.

Próxima la celebración del sexto aniversario del fallecimiento de Chiara Lubich, el Movimiento de los Focolares por ella iniciado, la recuerda en todas las partes del planeta. También en varias ciudades españolas, con distintos actos y celebraciones.

Éste es el año en el que también se celebran los 70 años de su inicio y en el que tendrá lugar su Asamblea General. Una ocasión óptima para hacer balance y para ver los desafíos que el Movimiento de los Focolares en todo el mundo tiene delante y las respuestas que ofrece.

En los comienzos del Movimiento, en la festividad de Cristo Rey en 1944, Chiara, junto con algunas compañeras, al concluir la celebración de la eucaristía, se reunieron alrededor del altar. Durante la liturgia, habían escuchado el salmo: “Pídeme y te daré en herencia todas las gentes y en dominio hasta los últimos confines de la Tierra” (Sal 2, 8). La respuesta de Chiara no se hizo esperar: “Tú sabes cómo se puede realizar la unidad –dicen-. Aquí estamos, úsanos, si quieres”.

En recientes declaraciones, Maria Voce –actual presidente de los Focolares- ha hecho presente este ofrecimiento a Dios, siempre en la línea de ser instrumentos de comunión: “usa de nosotros”.

Y con vistas a favorecer un desarrollo en este sentido, hace unos meses se abrió una nueva etapa de reconfiguración en todo el mundo. El proceso, que está involucrando a todas las personas pertenecientes a los Focolares, pretende ofrecer una respuesta adecuada a las necesidades y expectativas actuales de la sociedad y al llamamiento que en diferentes ocasiones ha realizado el Papa Francisco: “salir a las periferias”; al tiempo que responde al proprio objetivo del Movimiento.

Un compromiso para salir afuera de sí mismos yendo al encuentro de las periferias existenciales del mundo. Un ponerse en actitud de escuchar a la humanidad de hoy. Un momento de renovación que conduce, y así es como se experimenta de forma nueva, a una vuelta a los primeros años del Movimiento, en los que el amor a los demás era prioritario y la alegría el fruto espontáneo de ir al encuentro del prójimo. Y un compromiso que exige una preparación, una redistribución de personas y una reconfiguración territorial en todo el mundo, incluida España.

Por este motivo, algunos miembros de los Focolares que desarrollaban su labor en España, ahora ya están en Colombia, Camerún, Madagascar o Costa de Marfil. Otros, han cambiado de ciudad dentro de España, quedando los centros del Movimiento en siete ciudades –Barcelona, Bilbao, Girona, Madrid, San Sebastián, Sevilla y Valencia- y una Ciudadela al noroeste de Madrid. Pero su presencia se extiende a toda nuestra geografía, como ha quedado patente durante la última gira del grupo internacional Gen Verde, quienes han visitado Cáceres, Jaén, Granada y Albacete.

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