“Gracias a todos por hacerme pasar los mejores días de mi vida”, fue la expresión de uno de los Chicos al finalizar la Mariápolis que se realizó en la localidad de Funes, el 17 y 18 de octubre.

Los 438 participantes provenientes de Rosario y otras ciudades de la región: San Nicolás, Casilda, Rafaela, Corral de Bustos, Villa Constitución, Las Parejas, Cañada de Gómez (todas ciudades de la provincia de Santa Fe, Argentina), transformaron el Liceo Aeronáutico de Funes (a pocos kilómetros de Rosario) y su hermoso parque en “Ciudad de María”. Desde el primer momento el lema “Una experiencia de Fraternidad” hecho vida generó un clima de fraternidad intergeneracional, de profundidad espiritual, de diálogo, de comunión. El programa variado, y pensado para
diferentes edades por un equipo intergeneracional, tuvo un formato adaptado a los tiempos de hoy, informal, distendido, y a la vez de gran profundidad espiritual.

Todo resultó combinado de manera tal que facilitó momentos de encuentro con los demás, con Dios; equilibrando momentos más reflexivos o formativos, los espacios de diálogo y testimonio y las actividades lúdicas. Talleres, encuentros de grupo, juegos y expresiones artísticas preparados con esmero posibilitaron la construcción conjunta, privilegiando el aporte de cada uno para generar la comunidad. “No se dió un crecimiento gradual, (…) sino que cada día fue pleno, completo, con gran valor por sí mismo”.

La unidad en la diversidad se vio enriquecida por la alternancia de momentos de intercambio entre todos, y espacios que contemplaron las diferencias de edad e intereses. Entre éstos cinco
talleres que apuntaron a alentar el compromiso personal y grupal a trabajar por una sociedad más justa, solidaria, fraterna:

• La cultura del dar, base de una nueva economía
• Acariciar los conflictos en la familia
• El cansancio de los buenos: alternativas al desgaste laboral
• Política
• Ecología (reutilización de material descartable)
• Foro de Chicos por un mundo unido: espacio de diálogo y debate sobre el cuidado de nosotros mismos, la familia, la escuela, en el deporte, el barrio, el ambiente, los medios de comunicación.

El festejo del día de la madre fue significativo ya que se celebraba justamente ese domindo, envueltos por la presencia de María que facilitó la experiencia de reconciliación, plenitud, alegría, paz que probaron los mariapolitas. Será Ella quien nos ayudará a cumplir el desafío con el cual nos despedimos: llevar la fraternidad, la vida de familia, a cada rincón de la sociedad.