Experimentar la “locura” del Mundo Unido

 
Del 8 al 11 de Julio se realizó el laboratorio Hombre Mundo en Paraguay. Nos escriben los mismos chicos.

Vivimos 4 días geniales en los que pudimos compartir muchos momentos especiales y confirmar con nuestras actitudes y acciones que el Mundo Unido es posible y es una realidad entre nosotros.

hm04Más de 40 adolescentes, de 13 a 17 años, venidos de distintos puntos del país y con una representación de Argentina, desarrollamos varios talleres y charlas sobre temas que nos interesan, para formarnos a ser verdaderos “Hombres Mundo” allí donde cada uno está.

También visitamos a la Comunidad Ava Guaraní, donde jugamos y cantamos con los niños del lugar, creando un clima de unidad que superó las diferencias y nos impulsó a conocernos y querernos.

En El Barrio San Miguel, en Capiatá, pasamos un día junto a muchos chicos del lugar donde junto a ellos jugamos, cantamos, vivimos la Regla de Oro y creamos un mural con pequeños carteles que realizamos por grupos en los que se quería expresar nuestra propuesta de esos días: Mente, corazón y manos… en acción.

Hubo momentos para todo, desde lo profundo a lo divertido, la comunión y la acción, el diálogo y la reflexión, siempre rodeados por una naturaleza hermosa y exuberante, en un clima cálido y agradable.

hm06Sin duda esos días dejaron huella en todos los que tuvimos el gran regalo de formar parte de esa experiencia, por lo tanto damos la palabra a algunos de los participantes:

El Laboratorio Hombre Mundo para mí fue una experiencia única, cada día era super intenso, sentí muy fuertemente la presencia de Jesús en Medio nuestro; pude compartir mucho con los chicos y las chicas que estábamos ahí para dar testimonio de que el mundo unido es posible y construir con algunos una relación más profunda. Me alegró mucho como todos pusimos de nuestra parte para recomenzar en aquellos momentos que fueron un poco complicados, y más aún el ver que logramos grandes cosas gracias a estas dificultades.
Y el idioma no fue una barrera para lograr compartir con los Avá Guaraní, no todos sabíamos hablar guaraní a la perfección pero intentábamos y ellos también eran muy pacientes, pronto se creó un ambiente re lindo y pudimos compartir con las mamás de los niños un poco de su cultura; hmparaguay2017nos contaron que quieren construir un salón grande donde se tomarían las decisiones de la comunidad y se compartiría entre todos, y con los niños disfrutamos de los juegos que nosotros preparamos y también de algunos que ellos propusieron, también cantamos y bailamos un poco, no fue la primera vez que visitamos a la comunidad de los Avá Guaraní y, como las demás veces, disfruté mucho de compartir con ellos y ver que ellos también tienen mucho para darnos.
El laboratorio me ayudo a tomar de nuevo el compromiso de ser “Hombre Mundo” es decir amar la patria del otro como la mía, estar en el mundo pero no ser de él, vivir mi originalidad, ser revolucionaria del amor, vivir creyendo en esta “locura” de que el Mundo Unido es una realidad y poner mis manos, mi corazón y mi mente en acción. (Giani, 17 años)

Participe por primera vez y fue para mí pleno en todos los sentidos. Me sentía muy feliz especialmente el día que fuimos a San Miguel ya que era ir a compartir con niños que tenían mucho amor para dar y estaban dispuestos a recibir mucho amor. Me tocó compartir con un grupo de niñas de allí todo el día y sentí la unidad entre nosotras que sé que también hubo con todos los niños. Fue hermoso compartir con ellos y con los chicos por un mundo unido ese día de juegos, charlas, amistad, unidad y amor. (Marian, 16 años)

hm05El laboratorio Paraguay 2017, fue más que un campamento, un reencuentro, una experiencia inolvidable que me hizo volver a creer, y tener esperanza de que hay jóvenes y chicos que van por un camino diferente y buscan el cambio, me dio el arranque que necesitaba para dar mi granito de arena, en mi comunidad, para hacer un mundo unido. Disfrutar con los niños, tanto en San Miguel como con los Ava Guarani, despertó algo en mi que me sorprendió de verdad, la gratificación y la felicidad que causan pequeñas acciones, me ayudo a valorar la necesidad de los demás. Al terminar las visitas, me sentí maravillada al recordar la expresión en sus rostros, fue como si Jesús mismo estuviera dentro de cada niño. (Jocelyn, 15 años)

Para mi nuestro campamento fue la experiencia más hermosa ya que el sentimiento de unidad y amistad entre todos se sentía demasiado, en cada uno de los días aprendí bastante ya que con el taller que me tocó me concentré más en las adicciones y yo aprendía como decir que no a los excesos, me dí cuenta de cómo estos pueden dañarnos y vi que puedo ayudar a otros a no caer en las adicciones. Los demás días me divertí con los y las chicas además el punto más lindo y fuerte fue el de las visitas para demostrarnos cómo está nuestro mundo y saber cómo ayudar a cambiarlo. (Carlitos, 16 años)

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