[:it]Giovani: una rete internazionale di scuole di formazione politica
[:it]Sudan: “Salvare il salvabile”
No más «Isla del Infierno»
«El mensaje del Evangelio, vivido para personas que han compartido todo con nosotros, y junto a nosotros han buscado los medios de sustento, ha sido algo que nos ha liberado dentro, y nos ha abierto un nuevo horizonte, que nos ha llevado a hacer de nuestra vida un “santo viaje”, nos ha hecho ser “sujetos” de la transformácion de nuestro ambiente social» Nací y vivo en la comunidad de la Isla Santa Terezinha, en la periferia de la ciudad de Recife en el Noreste de Brasil. Hace más de 30 años la llamavan «Isla del Infierno», por el grave abandono en el cual se vivía. Desde entonces el Movimiento de los Focolares desarrolla en esta comunidad una actividad de promoción social pero al mismo tiempo espiritual y cultural. A partir de la experiencia hecha por todos juntos, ha surgido la asociación de los habitantes de la Isla Santa Terezinha, de la que soy el Presidente desde hace 5 períodos consecutivos, con el objetivo de hacer vivir a los habitantes una experiencia comunitaria y los haga protagonistas del propio desarrollo. Hemos elegido como lema la frase del Evangelio que dice: «Busquen primero el Reino de Dios y su justicia…». Poniendo en Dios nuestras fuerzas, el Evangelio se convirtió en la brújula de nuestras vidas ya que, en aquella época, viviendo en un país capitalista que todavía estaba bajo el régimen militar, casi todas las comunidades se orientaban hacia los partidos que habian elegido la lucha como única propuesta para superar las desigualdades sociales. Nosotros en cambio estábamos siempre abiertos a dialogar con los administradores públicos, independientemente de su corriente partidista, manifestando claramente nuestra posición favorable como comunidad. De este modo conseguimos grandes progresos y conquistas, como el saneamiento de un área que antes siempre se inundaba, cuando llovía o cuando había marea alta; para resolver el problema de la falta de vivienda empezamos la construcción de casas, con el apoyo del Estado; para combatir el analfabetismo logramos instituir una escuela primaria con 680 alumnos. Para detener el problema de la mortalidad infantil abrimos un ambulatorio en colaboración con la Gobernación de Recife y con el apoyo de organizaciones alemanas. Hemos abierto también un centro para la recuperación de la infancia desnutrida y para combatir la desocupación hemos creado una empresa de materiales de construcción de cemento, que da trabajo a 7 padres de familia. A través de la iniciativa de las adopciones a distancia surgió también una asociación de amparo a la infancia y a la adolescencia que hace un trabajo preventivo ocupando a los niños y adolescentes en el tiempo libre que les deja en horario escolar, ofreciéndoles una formación humana y una educación cívica. El respeto y el reconocimiento de las autoridades competentes no tardaron a llegar: ellos no conocían la experiencia del Evangelio que nosotros estábamos viviendo «tras bambalinas», pero nos veían como una comunidad organizada y un pueblo que sabe luchar. El amor que nos impulsa invita a crecer, a mejorar. No podemos conformarnos con lo que hemos vivido ayer. Con la apertura democrática han surgido sistemas de participación especiales: uno de ellos es el «Balance preventivo-participativo» según el cual las comunidades eligen los propios representantes para poder discutir con el Municipio y tratar el uso de parte de los recursos financieros que son destinados por el Alcalde y su junta. La ciudad está dividida en 6 áreas, llamadas «Regiones político-administrativas» y en ellas son elegidos los representantes como delegados de este balance de participación: en total 470. En el curso de una asamblea realizada fuera de la Isla fui elegido como delegado de mí región para representarla en las negociaciones no sólo a mi comunidad sino también de los varios pueblos de la zona. Tambien en el ejercicio de este mandato he tenido la oportunidad de esforzarme en ver a Jesús en el otro, siguiendo las palabras del Evangelio » Todo lo que hiciste a uno de estos pequeños, a mí me lo hiciste». Bastante fácil, cuando se trata de alguien que pertenece a mi comunidad, pero más difícil cuando se trata de alguien que no siempre actúa de acuerdo a las aspiraciones de los menos favorecidos. Tenía que trabajar por mi comunidad, pero al mismo tiempo guardar la relación con ellos, no sólo por diplomacia. Un día en una reunión discutíamos la distribución de los financiamientos. Los delegados presentes querían incluir solamente las localidades de los delegados que participaban en la reunión. Recordando que debemos «amar la patria del otro como la propia» y, en este caso, amar la comunidad del otro como la propia, dije que no era justo sacrificar una comunidad sólo porque sus representantes no estaban presentes, y que no podíamos mirar sólo a las necesidades nuestras, sino también a las de los demás. Aceptaron mi propuesta. En otra ocasión en la que no pude estar presente por motivos de trabajo, se constató que los fondos que se habían destinado a una plaza de la Isla Santa Terezinha no eran suficientes. Aun sin mi presencia, los otros delegados reservaron una parte de los recursos para nuestra plaza. Son varios los frutos de este trabajo conjunto: hemos logrado asfaltar las calles principales de la Isla, además de la construcción de la plaza; hemos obtenido maquinaria para nuestro centro sanitario y patrocinio para las manifestaciones culturales. Además, hemos logrado encaminar varias obras de construcción, en otros barrios y comunidades de la zona de Recife, junto a otros delegados a partir del balance común. (J. – Recife)

Brasil: la fraternidad en la acción política para proyectar el futuro
La celebración, que tuvo lugar en la Cámara de los Diputados, en el Parlamento de Brasilia el pasado 7 de diciembre, contó con la participación de más de 200 diputados federales, a pocas semanas de la reciente toma de posesión de los nuevos órganos legislativos y de gobierno. El Presidente del parlamento, el diputado Aldo Rebelo, envió un mensaje. La noticia de la sesión solemne en honor al Movimiento Político por la Unidad (Mppu) figuraba también en el sito institucional de la Cámara, y dentro del calendario oficial de trabajo. “En el delicado momento histórico que vive Brasil, empalme de elecciones políticas cruciales, ya sea a nivel nacional que internacional, para su pueblo y otros pueblos que están emergiendo, hemos vivido una jornada realmente importante” –dijo la diputada Lucia Crepaz, Presidente del Mppu internacional, al regreso de su viaje. “En el curso de la sesión he escuchado a diputados de partidos diversos cuestionarse y asumir una posición en favor de la fraternidad universal, principio inspirador del Mppu. Y debo decir que, a pesar de que en el ambiente político a veces se considera una categoría frágil, inapropiada para la difícil composición de los intereses, allí, por el contrario, emergió una vez más en su capacidad de convertirse en proyecto, en contenido y método político, guía de acciones personales cotidianas así como de las grandes transformaciones políticas”. La pequeña historia del Mppu fue trazada por la diputada Luiza Erundina, quien recordó sobre todo el mensaje de Chirara Lubich entregado a los diputados en 1998 a través de Ginetta Cagliari –una de las primeras compañeras de Chiara, cofundadora de los Focolares en Brasil. Seguidamente, en el 2001, la fundación del Movimiento Político por la Unidad, a la que siguió su expansión en los distintos Estados de Brasil, con una serie de iniciativas políticas en todo el territorio y en las sedes políticas institucionales, que no han dejado de involucrar también al Parlamento de Brasilia.
En las dos jornadas sucesivas, la Convención del Mppu acogió otras decenas de políticos y administradores
públicos, funcionarios, ciudadanos interesados y estudiosos, provenientes de 25 Estados de Brasil, para trazar las próximas líneas de acción, a partir de lo que se ha realizado desde el 2001 hasta hoy. Para la ocasión llegaron mensajes de saludo de los centros nacionales del Mppu de Argentina, Uruguay y Paraguay, donde esta experiencia se desarrolla en modo análogo ya desde hace algunos años. El Movimiento Político por la Unidad – Nació por iniciativa de Chiara Lubich en 1996, puede ser definido como un laboratorio internacional de diálogo político que reúne a políticos pertenecientes a diversas tendencias y que trabajan en contextos sociales y políticos varios, que encuentran en el Carisma de la Unidad una fuente de inspiración y de motivaciones universales para trabajar conjuntamente a favor del bien común.
Navidad 2006 – La protesta de los más pequeños: “Han desalojado a Jesús”
«…Este mundo rico se ha “acaparado” la Navidad y todo su contorno, y ¡ha desalojado a Jesús! De la Navidad ama la poesía, el ambiente, la amistad que suscita, los regalos que sugiere, las luces, las estrellas, los cantos. Apunta a la Navidad porque es la mayor ganancia del año. Pero no piensa en Jesús ». A partir de estas palabras de Chiara Lubich, de la meditación “Han desalojado a Jesús”, ha nacido una singular iniciativa, promovida por los más pequeños del Movimiento de los Focolares: los y las gen 4. Todas las Navidades, desde 1996, desafiando el frío del invierno y del consumismo desenfrenado, ofrecen el Niño Jesús en las plazas principales, en los centros comerciales de las grandes ciudades. Este año para la acción “Han desalojado a Jesús” fueron a la conquista del Central Park de Nueva York, en Roma fueron a la Piazza del Popolo, a la centralísima Avenida Po en Turín… Del Centro Gen 4 mundial han salido más de 8.000 cestitas, destinadas a ser la cuna del pequeño Jesús que encontrará una casa de España a Japón, de África a Suecia. He aquí algunos flash de varias partes del mundo: Turín – Llevar tantos Niños Jesús Habiendo escuchado en las noticias que algunas cadenas de supermercados habían eliminado de sus ventas los pesebres porque eran “poco comerciables”, Margherita, una niña de Turín, exclamó: «Este año debemos llevar tantos, tantos Niños Jesús!». Alemania – Y regresa con dos sobres Las y los gen 4 de Alemania tiene un puesto en un mercadito navideño. Un hombre se acerca y toma una imagencita del Niño Jesús, lo mira… pero después se aleja sin llevar nada. Los gen 4 deciden regalárselo. Rápidamente lo alcanzan: «¡Te queremos regalar esto!». Sus ojos se iluminan. Cuenta que perdió el trabajo y que por ello no tiene dinero para llevar la imagencita, después les saluda y va a casa. Más tarde regresa con dos sobres. También él quiere regalar algo a los gen 4. En el primer sobre encuentran una oración que copió para ellos, y en el segundo, una carta que dice: «¡Hola queridísimos niños! Quiero agradecerles por el más grande don que exista. No lo olvidaré nunca. ¡Me han dado una gran sorpresa! Les deseo a todos una feliz Navidad y lindos regalos!”. Dallas (Texas) – Ni siquiera el tiempo de detenerse Delante de un alto rascacielos lleno de edificios, las y los gen 4 de Dallas logran obtener, por primera vez, el permiso de ofrecer el Niño Jesús. Pero no es fácil: las personas pasan de prisa, murmurando: «No, thank you!» o preguntan: «¿Qué son? ¿Galletas?». «¿Cómo es posible que ninguna de estas personas tenga el tiempo para detenerse y llevar a Jesús a casa?», se preguntan desilusionados los gen 4. Y piden a Jesús que los ayude a hacer llegar a todos su amor: no importa que no llegue el dinero para los pobres, saben que están allí para llevarlo a Él al mundo. No se dan por vencidos: preparan carteles coloridos que muestran a las personas, ofreciendo el Niño Jesús y cantando canciones navideñas. Ahora las personas se detienen y llevan el Niño Jesús. Una señora que quería llevarse una imagencita se da cuenta de que dejó en casa la billetera. Sin dudarlo, los gen 4 enseguida se lo regalan, y ella se va conmovida y felicísima. También los gen 4 se sienten felices: una vez más Jesús ha encontrado una casa. Al momento de contar el dinero, se recuerdan que le tienen que dar el 10% a la empresa frente a la cual ofrecieron el Niño Jesús. Van todos juntos a la oficina del director que, impresionado, no quiere nada: también él quiere dar su aporte para que a través de los gen 4 llegue una ayuda a quien tiene necesidad. Trento – Están invitados a mi casa Silvia y Mónica se ponen a fabricar Niños Jesús de yeso: ¡por qué no invitar también a sus amigos? Silvia prepara las invitaciones: “El sábado en la tarde están todos invitados a mi casa para hacer Niños Jesús” y al día siguiente las distribuye a todos sus compañeros. ¡El sábado son 10 los que trabajan! Antes de empezar, Silvia y Mónica les hacen ver un vídeo donde los gen 4 explican cómo nació la iniciativa “Han desalojado a Jesús”. Ninguno quisiera regresar a casa, se dejan con la promesa de volverse a encontrar pronto. Pisa – ¡Un acto de amor también lo puedo hacer yo! Un distinguido señor, encontrándose delante de Lorenzo quien le ofrece el pequeño Jesús, responde: «No me interesa, yo soy ateo». Y Lorenzo: «Yo soy un gen 4. ¿Qué quiere decir ateo?». «¿Qué quiere decir gen 4?» replica el señor. «Los gen 4 son aquellos que hacen actos de amor». «Aunque yo no crea, ¡un acto de amor lo puedo hacer también yo!», concluye el señor, y se lleva el Niño Jesús dejando una cuantiosa ofrenda. (Otros episodios se han recogido en el libro “Han desalojado a Jesús”, Città Nuova 2005)
Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo!
Navidad. Lo invisible se hizo visible, el Verbo se hizo carne, la Luz brilló en las tinieblas. Si Dios ha bajado del Cielo por nosotros, ¡no cabe duda de que nos ama! Si Dios nos ama todo es más comprensible. Oculta en los trazos oscuros de nuestra existencia se puede advertir entonces su mano amorosa. Hay un motivo a menudo ignorado, pero un motivo de amor. Chiara Lubich
Mejoran las condiciones de salud de Chiara Lubich
Las condiciones de salud de Chiara Lubich están en progresiva mejoría. Internada en el Policlínico Gemelli de Roma, el 2 de noviembre pasado, por una insuficiencia respiratoria causada por un cuadro infeccioso pulmonar, Chiara Lubich fue dada de alta del reparto de terapia intensiva. El Director del reparto, Prof. Massimo Antonelli, declaró que “la respuesta positiva a la terapia ha permitido alcanzar un cuadro clínico estable y satisfactorio”. Es viva la gratitud del Movimiento por la atención, por la disponibilidad y la competencia del Director y de sus colaboradores. El 21 de noviembre, el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, visitó a Chiara, después de presidir la Santa Misa celebrada por la inauguración del Año Académico de la Universidad Católica del Sagrado Corazón. Junto a una nueva bendición del Papa, le entregó a su nombre un rosario. Al día siguiente Chiara recibió la visita del Prof. Lorenzo Ornaghi, Rector de la Universidad Católica. Entre los mensajes que le llegan todos los días: El Jefe del Gobierno, Romano Prodi, auspicia que “su ‘estadía’ en el hospital sea muy breve”, porque –agrega- “hay demasiada necesidad de usted…”. También le escribieron: la Presidente de Irlanda, Mary McAleese, diputados europeos, italianos y brasileños de distintos partidos, varios alcaldes, entre los cuales el alcalde de Roma, Walter Veltroni y Alberto Pacher, alcalde de Trento, ciudad natal de Chiara, quien le expresa la cercanía de su ciudad que quiere que se restablezca. Expresiones de augurio y que le aseguran sus oraciones llegaron también del Secretario General de la Conferencia Mundial de las Religiones por la paz (WCRP), Dr. William Vendley, de amigos hebreos, entre los cuales rabinos y personalidades de Israel, Argentina y Estados Unidos. Entre ellos el rabino-jefe de Roma, Riccardo Di Segni, quien le augura “que su cuerpo sea fuerte como su espíritu y pueda superar esta crisis”.
Para combatir juntos una de las enfermedades más difundidas en Camerún
Aunque en los últimos años la atención sanitaria en Camerún ha dado grandes pasos con respecto a la enfermedad del sueño, haciendo bajar netamente la tasa de mortalidad infantil, no cuenta con los instrumentos adecuados para la prevención y la atención de otras patologías, como el tumor ginecológico -que es una de las principales causas de mortalidad entre las mujeres-. Los medios existen: se trata sólo de compartirlos. Por ello la AMU (Acción por un Mundo Unido) ha lanzado un proyecto de cooperación sanitaria, con el objetivo de crear en el hospital de Fontem y en el dispensario de Fonjumetaw, en Camerún, un Centro Oncológico de referencia regional y dar inicio a un programa de prevención y tratamiento del tumor ginecológico. El proyecto, acogido por la Región Toscana -Italia n.d.t.-, que ha puesto a disposición la experiencia de sus propias estructuras sanitarias y un importante financiamiento, prevé la educación sanitaria de la población, la formación profesional del personal sanitario local, la instalación del equipo médico, desarrollado según un cultura sanitaria que implemente una nueva praxis en la medicina, que ponga como centro el sentido de la vida, la dignidad y el valor de la persona, la relación salud-enfermedad en su dimensión personal y social.
Es patrocinado por el Ministerio de Salud, con la colaboración de la Empresa hospitalaria de Florencia-Careggi, Asl 4 de Prato, la Universidad de Florencia, el Centro Internacional Estudiantil Giorgio La Pira y la Asociación cultural «Medicina Diálogo Comunión». La iniciativa fue presentada el pasado 25 de noviembre en la sede Rai de Florencia, en el ámbito de un congreso científico en el que participaron unas 150 personas, entre especialistas, representantes de las instituciones y médicos camerunenses. Estaban presentes también la Dra. Laura Bazzini, médico del hospital de Fontem, toscana y con más de 10 años en Camerún, y el Dr. John Ivo Robert Leke, Presidente de la sociedad Camerunense de Ginecología y Obstetricia, de la Universidad de Yaoundè. El hospital de Fontem – Nacido en los años ’60 por iniciativa del Movimiento de los Focolares, hoy dispone de 115 camas y atiende cada año a alrededor de 30.000 personas, para las patologías más comunes de la zona. Últimamente se abrió un reparto para el tratamiento del SIDA. El dispensario de Fonjumetaw, que dista 20 kilómetros de Fontem, está en conexión con el hospital, cuenta con 13 camas y dispone de un reparto de maternidad y la consulta externa. Pero a pesar del precioso nivel de asistencia ofrecido, en ambos lugares todavía falta un espacio específico para patologías tumorales ya que a menudo las mismas son descubiertas sólo cuando están en un estadio avanzado o incluso terminal. Para ulteriores informaciones email: laurafalchi@tiscali.it www.azionemondounito.org
Una amnistia del corazón
Durante casi 11 años fui fiscal, especializada en antinarcóticos, en Colombia. Tuve que seguir numerosos casos contra el crimen organizado, con el 98%, de resultados positivos. Siempre fui consciente que, cada delito toca la vida de un hombre, de una familia, y que por lo tanto exigen respeto, amor, consideración; a pesar de la gravedad, penalmente relevante, de los actos cometidos. Me sentía feliz en una tarea que me daba la posibilidad de hacer una experiencia continua con Dios, y realizada, personal y profesionalmente, además de tener una cierta seguridad económica. Contaba, también con un excelente equipo de trabajo: expertos investigadores con grandes valores humanos y profesionales. Pero la corrupción trataba de infiltrarse, más que nunca, en todos los ambientes públicos de la justicia. Mi actuar radical y recto arrastraba a todo el grupo de trabajo; por esto las investigaciones se realizaban con pleno respeto de la ley. Un día “tocamos” a alguien que se consideraba intocable. El ofrecimiento no se hizo esperar: varios millones, que podrían dar serenidad a nivel económico. No podía, ni quería ceder, pero tampoco podía seguir como si nada hubiera pasado. Desde ese momento muchas cosas cambiaron para mí; en el trabajo, en la familia y en la vida cotidiana. Frente al rechazo de la oferta, llegaron numerosas amenazas, presiones por parte de los superiores y finalmente la carta de despido, junto con uno de mis mejores investigadores que, como yo, no había cedido a la corrupción. Probé mucha amargura en el corazón, desconfianza y desilusión. Vivía sola con mis dos hijos porque mi esposo me había abandonado. Mirando a mis hijos, indefensos, pensé que todo lo que Dios permite es para nuestra santificación. Sentía que estaba pagando el precio por permanecer en el camino justo. De acuerdo con ellos nos propusimos reducir todos los gastos. Estábamos serenos porque teníamos la certeza del amor inmenso de Dios. Pedí a Dios la fuerza necesaria para perdonar a quienes me obligaban a cambiar el tenor de vida que había tenido hasta ese momento. Esforzándome en vivir “una amnistía completa en el corazón”, encontré la verdadera felicidad y la fuerza para recomenzar. Con el dinero que quedaba de la liquidación y algunos ahorros, compré una buseta escolar. Mi primer turno, como conductor, iniciaba a las 4:45 de la mañana para transportar niños a diferentes colegios. Me costaba pasar por los lugares donde sabía que podía encontrarme con mis antiguos colegas o superiores. Rápidamente circuló la noticia que la “fiscal”, llamada la “dama de hierro”, trabajaba como conductor” algunas burlas y comentarios desagradables llegaron a mis oídos. Después de casi un año, un profesional que conocía, me pidió que le colaborara en la preparación de un trabajo para la Oficina de la ONU contra las drogas. Esto me permitió entrar nuevamente en el campo de mi especialización, aún con una mínima retribución, colaborando con personas de toda América Latina y del Caribe. El Organismo internacional apreció mi profesionalidad y seriedad y me asumió con un sueldo digno. Ahora estoy también capacitando a mis colegas de la Fiscalía. Al comienzo, conociendo el modo poco correcto de actuar de algunos y las apreciaciones hacia mí, tenía temor de enfrentarlos. Le pedí a la Virgen que me diera la humildad necesaria para olvidar el pasado y no juzgar. No ha sido fácil pero siento muy fuerte el amor de Dios por mí y por mi familia. (D. L. – Colombia)
[:it]«Una risposta alle ingiustizie sociali»

Asís: jóvenes de varias religiones por la paz
Pasar a a las nuevas generaciones el «Espíritu de Asís», propuesto al mundo por Juan Pablo II en la memorable jornada, que vio reunidos en la ciudad de Francisco a líderes de todas las religiones del mundo, es el objetivo del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, en el 20° aniversario de la «Jornada de Oración por la paz» del 27 de octubre de 1986. El encuentro reúne a jóvenes de diversas tradiciones religiosas con el objetivo de hacerles redescubrir y mantener vivo este Espíritu, cual motivo de esperanza para el futuro. Han adherido a la invitación un centenar de jóvenes de 27 países, entre cristianos -católicos y cristianos de otras Iglesias y comunidades-, hebreos y seguidores de una decena de tradiciones religiosas: hinduismo, taoísmo, budismo, jainismo, islamismo y otras. El programa comprende sesiones plenarias, debates por grupo o mesas redondas, peregrinajes a lugares significativos de la espiritualidad franciscana. En el Sagrado Convento han sido predispuestos lugares separados para la oración y la meditación de los diversos grupos religiosos; los jóvenes católicos participarán en la Eucaristía dominical y en varios momentos de oración. El programa – El encuentro cobrará vida el 5 de noviembre con la sesión inaugural abierta por el Obispo de Asís, Mons. Domenico Sorrentino. Después la reflexión de fondo sobre: «El impacto de Asís 1986» y la Liturgia Eucarística en el Sacro Convento. En la tarde están previstos los testimonios de los grupos que en estos 20 años han cultivado y promovido en forma especial el «Espíritu de Asís»: la Comunidad de San Egidio, los Budistas de la Tendai de Japón, Comunión y Liberación, el Movimiento de los Focolares. En la jornada del 6 de noviembre, Kathryn Lohre, del Consejo Ecuménico de las Iglesias, se dirigirá a los jóvenes con el tema «Sostener los valores comunes y respetar las diferencias», mientras que el martes 7 el Card. Paul Poupard, hará un análisis de la situación actual del diálogo interreligioso, acentuando el papel de los jóvenes en un mundo multirreligioso y multicultural. Los jóvenes tienen confiada la elaboración de un «Mensaje» de esperanza y de aliento al mundo entero, como signo de adhesión al «Espíritu de Asís». El encuentro se concluirá en Roma, la mañana del 8 de noviembre, con la participación en la Audiencia General del Santo Padre.
El Polígono Lionello Bonfanti
El Card. Antonelli: “La Economía de Comunión, no es para nada utópica” El arzobispo de Florencia, el Cardenal Ennio Antonelli, intervino en la inauguración del primer Polígono europeo de empresas de Economía de Comunión, que surge en las cercanías de la ciudadela internacional de Loppiano, en las colinas toscanas, cerca de Florencia. Empezó citando al Papa: Benedicto XVI quien ha dicho en más de una ocasión que la historia es guiada por minorías creativas. “Esta tarde participamos a un evento importante de una minoría creativa”. Puso en evidencia las raíces de la misma: el amor del Evangelio, un amor que “no se refiere sólo a los individuos, ni es limosna o voluntariado, sino que se refiere a la cultura, las estructuras y los dinamismos de la sociedad. Es el criterio de transformación del mundo” como afirma el Concilio. “Me parece –agregó- que esta tarde comprendemos mejor qué significa todo esto”. Y definió la idea de la Economía de comunión “nada utópica”, aunque “ciertamente exige grandes energías espirituales, grandes motivaciones, es tan fascinante que puede contagiar a tantas otras empresas”. El Presidente Prodi: “Lo que se está inaugurando tiene un papel ejemplar en la sociedad”. “En toda sociedad, para ir adelante tenemos necesidad de ejemplos”. Así dijo el Presidente del Consejo italiano quien intervino de sorpresa en la ceremonia inaugural. El Presidente Prodi dijo estar agradecido por ésta realización, por el esfuerzo de ser transparentes en los balances, por el respeto de la ley, y por el libre compartir de utilidades para activar una red de solidaridad”. Y rebatió que: “Toda sociedad tiene necesidad de ejemplos, porque de lo contrario se reseca, y todo se vuelve un modelo repetitivo. Aquí en cambio hay un ejemplo. Aquí hay algo más, al que no todos están llamados, pero que es un signo de un progreso en la convivencia humana”. El Polígono hace visible una vía económica que tiende a sanar las diferencias entre ricos y pobres. Llegando al Polígono impresiona la original construcción que se extiende sobre 9600 metros cuadrados, pero que no parece un galpón industrial. Son 5621 los accionistas. También pensionados, amas de casa, estudiantes se han visto involucrados: mediante la difundida membresía que constituye la EdC spa, que permite a los accionistas el sentirse protagonistas de un proyecto que tiene un respiro mundial. Una empresa nada fácil, la de transferir el propio negocio o crear nuevas filiales, como se puso en evidencia mediante flash de las experiencias de estos empresarios. Me fascina –se dijo- venir al polígono, para ser una comunidad de empresas que se abre al territorio, que se hace visible para dar su aporte ético al mundo de la economía, al sueño de colmar la diferencia entre ricos y pobres. El prof. Zamagni: “Para hacer reflorecer la empresa, es necesario centrar todo en la persona”. “La finalidad de estas empresas –dijo Cecilia Manzo, presidente de la EdC spa que administra y promueve el Polígono- suscita la coparticipación de los empleados en la administración empresarial”. Es precisamente este último aspecto el que ha sido subrayado por el prof. Zamagni, docente de Economía Política en la Universidad de Bolonia. “Hoy día, en ésta época post-industrial –dijo- el factor estratégico ya no es la máquina, ni el capital, es la persona humana. Si queremos que la empresa vuelva a florecer, es necesario centrar todo en la persona. Más que los incentivos son importantes las motivaciones de quien trabaja”. Es lo que sucede en las empresas de la EdC: los mismos empleados comparten los fines por los que nació la empresa. Una idea genial que ha aparecido con anticipación”. Chiara Lubich – La consigna de un lema: “Dios actúa siempre” En un mensaje de la fundadora de los Focolares, a quien se debe, hace quince años, el lanzamiento de la Economía de Comunión, ha auspiciado que el Polígono sea “una respuesta concreta a los problemas económicos de hoy”. Le dio además un lema: “Dios actúa siempre”, escrito en una placa realizada por el escultor Benedetto Pietrogrande, que fue develada el día de la inauguración. “Es para recordarnos del valor que Dios da al trabajo, al ingenio creativo del hombre”. Precisó después otro aspecto de este proyecto: el ser “parte constitutiva” de las ciudadelas del Movimiento, llamadas a ser “un boceto de una sociedad nueva basada en el Evangelio”.
[:it]«Testimoni della Chiesa italiana»
[:it]La fraternità come categoria politica
[:it]L’economia di comunione. Una novità di vita e di pensiero nel campo economico
[:it]A Verona, guardando avanti con speranza
El «otro» Paraguay
Paraguay tiene una historia rica, con grandes potencialidades. Es un mosaico compuesto por las diferencias entre desarrollo y miseria, campo y ciudad. Mi historia personal atravesó diversos momentos: al comienzo la pasión por la humanidad. Mi primer trabajo a los 14 años, después los corredores de la Universidad y el encuentro con los gen, luego las marchas contra la dictadura y los primeros pasos en la política de partido. A continuación la segunda etapa, la de la “desilusión”: las traiciones, las incoherencias, mi propia incapacidad en la actividad política. La sensación de no poder hacer nada para cambiar verdaderamente las cosas. La tercera etapa, fundamental, ha sido la de la “elección”, la elección de amar siempre que me impulsaba hacia una política activa, entendida como medio de transformación de la sociedad. En el 2000, después de un trabajoso proceso, con un grupo de amigos que ya estaban comprometidos en el ámbito del desarrollo sostenible, he constituido una organización. Nació de esta manera la “Fundación Yvy Porậ” (tierra hermosa) que, en seis años de vida, promovió el desarrollo de decenas de proyectos en Paraguay, sosteniendo a comunidades de pequeños empresarios, campesinos, artesanos e indígenas, en centros urbanos y rurales. Sin embargo yo no me sentía satisfecho. Deseaba hacer algo más. De esta forma, junto a otros políticos, me comprometí en la preparación del Encuentro latinoamericano de intendentes que tuvo lugar en Rosario, Argentina, promovido por el Movimiento Político por la unidad. Nos parecía la ocasión justa para presentar a la sociedad paraguaya la fraternidad como doctrina política. Recurrimos al elenco de los intendentes para invitarlos a esta manifestación. Por las respuestas y la adhesión obtenida nos dijimos: ¡“Es un Paraguay nuevo, un país resucitado, que trabaja en silencio y nosotros queremos ponerlo en luz”! Y justamente esta realidad fue subrayada por un diario de gran difusión nacional, que así tituló una página dedicada a este encuentro: “El otro Paraguay”. En este encuentro participaron más de 1000 políticos, – de diversos Países de Latino América – de los cuales 119 son intendentes, 168 asesores y miembros de consejos comunales, parlamentarios, funcionarios locales y nacionales. Contagiados por el espíritu de este encuentro, los 16 intendentes de Paraguay que participaron, propusieron a otros intendentes un proyecto de colaboración entre varios Municipios. En ocasión de la “Jornada de la amistad en Paraguay”, el 30 de julio de 2005, establecieron un Protocolo de entendimiento y de colaboración fraterna para sostener y promover un intercambio de políticas de desarrollo local. Este acuerdo, sin precedentes en Paraguay, fue firmado por 22 Municipios. Después de estos encuentros hemos dado vida a reuniones periódicas de profundización de la doctrina de la fraternidad entre políticos y estamos construyendo una escuela paraguaya de formación cívica y política para jóvenes.
[:it]Intervista all’economista Luigino Bruni
[:it]Un percorso itinerante
[:it]Si inaugura il Polo Lionello Bonfanti
[:it]Intervista a Mons. Betori, segretario della Conferenza Episcopale italiana, sul Convegno ecclesiale nazionale di Verona
[:it]Dialogo islamo-cristiano – «Fare di ogni ostacolo una pedana di lancio»
«Concedeme solo una ecepción…»
Ante una solicitud de ayuda imprevista para un proyecto del Banco Internacional de Desarrollo para Sudamérica: nace como respuesta el «Plan Esperanza», un proyecto social que asumirá grandes dimensiones. Hace diez años empecé a trabajar en el Banco Internacional de Desarrollo, que tiene como radio de acción toda Sudamérica, incluido Brasil. Al inicio el Banco estaba especializado en crédito para Infraestructuras: construcción de calles, de centrales hidroeléctricas y de otros grandes proyectos. Con los fondos provenientes de las utilidades se concedían créditos no reembolsables para estudios macroeconómicos y para la evaluación del impacto ambiental. Después de un año de trabajo, recibí la visita de algunas personas muy humildes, agotadas, después del largo viaje. Leí su proyecto y su solicitud de financiamiento, pero enseguida me di cuenta de que no correspondía con el tipo de proyectos previstos por el banco. Simplemente tenían necesidad de ayuda para sobrevivir. Venían de una zona cerca de la frontera con Perú. Debido a la guerra nadie les prestaba atención. Mirándome con ojos llenos de esperanza, me dijeron: «Sabemos que usted puede ayudarnos». Dentro nació dentro de mí una plegaria: «Dios ayúdame a ayudarte en estos hermanos». No sabía por dónde empezar. La única persona que habría podido hacer algo era el Presidente Ejecutivo. A menudo venía a Ecuador. A su primera visita le mostré, como siempre, los grandes proyectos realizados y al final le dije: «Tengo algo muy especial que proponerte». Le mostré las dos páginas y le hablé del proyecto. Ante sus objeciones le hice una propuesta: «Hagamos una excepción. Déjame trabajar en este proyecto. Es un proyecto social muy pequeño». «Pero esto quiere decir que tengo que asumir personal que lo siga y no lo puedo hacer», replicó. «Me encargo yo» -estaba decidida-. «Dame sólo el permiso para la excepción y el resto lo arreglo yo». «Está bien -concluyó- que sea una excepción». Muy contenta, salí para la frontera y empezamos a trabajar en el proyecto. Después fui a hablar con el Presidente de la Conferencia Episcopal y con todos los Obispos. Aceptaron inmediatamente. Les propuse: «A este punto debemos hablar con el Presidente de la República». Nos pusimos de acuerdo, pedimos la cita y fuimos a presentarle la propuesta del proyecto social. Quedó muy sorprendido pero lo aprobó. Gracias a los fondos recibidos, hemos podido realizar hospitales psiquiátricos, otro hospital para personas con enfermedades incurables, hemos trabajado mucho con los indígenas para procurarles agua, estamos interviniendo en las escuelas en todo el territorio nacional. Nació así el «Plan Esperanza». Seguido, poco después por el «Plan Esperanza 2». Últimamente la experiencia vivida ha ido más allá, y un gobierno europeo le ha confiado a nuestra institución el fondo para la conversión de la deuda externa para desarrollar proyectos en el área educativa y social. En el 2000 las Naciones Unidas se propusieron como objetivo a realizar a favor de la infancia, para la próxima década, la alfabetización y la educación de los niños entre los 0 y los 15 años en todos los países en vías de desarrollo. Seguimos trabajando para que esta meta se alcance verdaderamente. (C. C. – Ecuador)
[:it]Il Risorto è “la” speranza che Dio offre al mondo
[:it]Come nasce il “Quartiere nuovo”
[:it]Un contributo all’unità europea
[:it]Da Genova al mondo intero
[:it]Una filanda ai piedi delle Ande
[:it]Il dialogo possibile tra cattolici e protestanti
[:it]Una comunità indigena, riconosciuta come modello di convivenza civile e democratica
Una amnistia del corazón
Durante casi 11 años fui fiscal, especializada en antinarcóticos, en Colombia. Tuve que seguir numerosos casos contra el crimen organizado, con el 98%, de resultados positivos. Siempre fui consciente que, cada delito toca la vida de un hombre, de una familia, y que por lo tanto exigen respeto, amor, consideración; a pesar de la gravedad, penalmente relevante, de los actos cometidos. Me sentía feliz en una tarea que me daba la posibilidad de hacer una experiencia continua con Dios, y realizada, personal y profesionalmente, además de tener una cierta seguridad económica. Contaba, también con un excelente equipo de trabajo: expertos investigadores con grandes valores humanos y profesionales. Pero la corrupción trataba de infiltrarse, más que nunca, en todos los ambientes públicos de la justicia. Mi actuar radical y recto arrastraba a todo el grupo de trabajo; por esto las investigaciones se realizaban con pleno respeto de la ley. Un día “tocamos” a alguien que se consideraba intocable. El ofrecimiento no se hizo esperar: varios millones, que podrían dar serenidad a nivel económico. No podía, ni quería ceder, pero tampoco podía seguir como si nada hubiera pasado. Desde ese momento muchas cosas cambiaron para mí; en el trabajo, en la familia y en la vida cotidiana. Frente al rechazo de la oferta, llegaron numerosas amenazas, presiones por parte de los superiores y finalmente la carta de despido, junto con uno de mis mejores investigadores que, como yo, no había cedido a la corrupción. Probé mucha amargura en el corazón, desconfianza y desilusión. Vivía sola con mis dos hijos porque mi esposo me había abandonado. Mirando a mis hijos, indefensos, pensé que todo lo que Dios permite es para nuestra santificación. Sentía que estaba pagando el precio por permanecer en el camino justo. De acuerdo con ellos nos propusimos reducir todos los gastos. Estábamos serenos porque teníamos la certeza del amor inmenso de Dios. Pedí a Dios la fuerza necesaria para perdonar a quienes me obligaban a cambiar el tenor de vida que había tenido hasta ese momento. Esforzándome en vivir “una amnistía completa en el corazón”, encontré la verdadera felicidad y la fuerza para recomenzar. Con el dinero que quedaba de la liquidación y algunos ahorros, compré una buseta escolar. Mi primer turno, como conductor, iniciaba a las 4:45 de la mañana para transportar niños a diferentes colegios. Me costaba pasar por los lugares donde sabía que podía encontrarme con mis antiguos colegas o superiores. Rápidamente circuló la noticia que la “fiscal”, llamada la “dama de hierro”, trabajaba como conductor” algunas burlas y comentarios desagradables llegaron a mis oídos. Después de casi un año, un profesional que conocía, me pidió que le colaborara en la preparación de un trabajo para la Oficina de la ONU contra las drogas. Esto me permitió entrar nuevamente en el campo de mi especialización, aún con una mínima retribución, colaborando con personas de toda América Latina y del Caribe. El Organismo internacional apreció mi profesionalidad y seriedad y me asumió con un sueldo digno. Ahora estoy también capacitando a mis colegas de la Fiscalía. Al comienzo, conociendo el modo poco correcto de actuar de algunos y las apreciaciones hacia mí, tenía temor de enfrentarlos. Le pedí a la Virgen que me diera la humildad necesaria para olvidar el pasado y no juzgar. No ha sido fácil pero siento muy fuerte el amor de Dios por mí y por mi familia. (D. L. – Colombia)
[:it]Il paziente al primo posto
[:it]Accanto ai malati di Aids
Comunión en la diversidad para un mundo pacificado
Ante un mundo lacerado por múltiples conflictos políticos, étnicos y religiosos en curso, 45 Obispos de varias Iglesias, amigos del Movimiento de los Focolares, provenientes de 20 países, de Etiopía a Finlandia, de Australia a India, del Sur al Norte de América , están ofreciendo, con su encuentro, un testimonio de que es posible la comunión, en el respeto de la diversidad de las tradiciones, es más, para los cristianos hoy ésta es un deber. Este 25° Congreso ecuménico de los Obispos, entre quienes se encuentra un obispo de Líbano, quien acaba de salir de la guerra, se desarrolla del 20 al 27 de septiembre en el Centro Mariápolis de Castelgandolfo con el objetivo de profundizar -como lo propone el tema- el amor por Cristo crucificado y abandonado como vía indispensable para avanzar hacia la plena comunión visible entre los cristianos, y para promover en el mundo la fraternidad universal. Los obispos este año han querido encontrarse cerca de Roma, para poder estar en contacto directo con S.S. el Papa Benedicto XVI. En años anteriores se han reunido en lugares altamente significativos, como en Estambul, donde los obispos pudieron encontrar al Patriarca ecuménico Bartolomé I, y en Bucarest en el Patriarcado rumano ortodoxo donde fueron acogidos por el Patriarca Teoctist. El actual grupo de Obispos, pertenece a 22 Iglesias y Comunidades Eclesiales de Oriente y de Occidente, el Papa los recibió el domingo a mediodía para la oración del Ángelus y un saludo personal. El Card. Walter Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la unidad de los Cristianos, recién llegado de la primera sesión plenaria de la Comisión internacional con la que en estos días se reinició, en Belgrado, el diálogo internacional entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa, este martes se dirigió a los Obispos para hablarles sobre «Los cambios en la escena ecuménica con especial referencia a la ortodoxia». Un aporte muy esperado proviene de una reflexión de Chiara Lubich, fundadora y presidente del Movimiento de los Focolares, quien afrontó el pasaje de la «noche colectiva y cultural», en la que se encuentran hoy vastas áreas de la sociedad, y una renovada presencia de Cristo en medio de hombres y mujeres, capaz de suscitar entre individuos y pueblos una ola de amor, de cooperación y de participación. La visita a las Catacumbas, símbolo de las raíces comunes de la Cristiandad unida, y el encuentro con las varias comunidades presentes en Roma -católica, ortodoxa, anglicana, evangélico-luterana- fueron ulteriores estímulos para proseguir en el camino hacia una más profunda comunión y un testimonio coherente y convincente ante el mundo. El Congreso ha sido alimentado por la «espiritualidad de la unidad», típica del Movimiento de los Focolares, acogida por fieles de diversas Iglesias como una espiritualidad ecuménica, que contribuye a instaurar un «Diálogo de la vida» entre individuos, comunidades, grupos y Movimientos. Estos Congresos, sostenidos desde un inicio por la bendición de los respectivos jefes de las Iglesias -sobre la base del compromiso de poner en práctica el Evangelio y, primero entre todos, el Mandamiento nuevo de Jesús (cf Gv 13, 34) – promueven entre los Responsables de las varias Iglesias un espíritu de comunión que, especialmente en los últimos años, repercute cada vez más en el Cristiandad.
Cita para el 2009: «Muchas ciudades unidas hacia un mundo unido»
Con una consigna comprometedora, proyectada hacia el futuro, al 2009, se concluyó la gran manifestación de Budapest. «Ahora el reto pasa a cada uno de nosotros: ¡nuestros países, nuestras ciudades nos esperan!». Valeria Ronchetti y Giuseppe Di Giacomo, entre los más estrechos colaboradores de Chiara Lubich anuncian: «Chiara Lubich ha tenido una idea -prosiguen-: ¿por qué no conectar, un día preciso en el 2009, todas nuestras ciudades en una red que muestre tantos fragmentos de fraternidad realizada?». La manifestación ya tiene un título: «Muchas ciudades hacia un mundo unido». Una propuesta acogida con gran entusiasmo. Se abre por lo tanto un nuevo escenario, después de haber mostrado en el curso de la manifestación de Budapest, cuál puede ser el impacto innovador de la fraternidad en el mundo económico (presentado en la mañana) y los intentos de respuesta a los desafíos presentados por la comunicación, a la difundida llaga de la ilegalidad y la corrupción, a la crisis de la política (en la segunda parte de la jornada). La fraternidad, como antídoto a la difundida praxis de la ilegalidad y la corrupción ha sido el argumento central de la mesa redonda dedicada al Derecho. Simone Borg, docente de Derecho Internacional en la Universidad de Lovanio, en Bélgica, habló de la justicia no sólo represión. El sentido de la fraternidad -dijo- exige hacerse cargo de las situaciones de sufrimiento social, moverse para eliminar las causas, no callar ante las injusticias. Caminos no fáciles, pero transitables. Como lo demostró Marisa Gentiletti, argentina, graduada, madre de dos hijos, quien vio desaparecer a su sobrinito de 8 años. En un país donde existe un vacío legal que no garantiza la intervención inmediata de la policía, Marisa puso en movimiento una vasta campaña de concientización e iniciativas concretas en defensa de los menores que ha impactado a la opinión pública, las instituciones y la policía. Comunicación. Fraternidad, en este campo crucial, significa un modelo de comunicación que tiene como objetivo el mundo unido. La premisa es el valor de la dignidad humana, el método el diálogo, la norma el amor, que puede transformar radicalmente la comunicación. Estos son sólo algunas de las líneas trazadas por Manuel Bru, docente en la Universidad San Pablo – CEU de Madrid, España. Entre las aplicaciones en el campo: Geert Vanoverschelde, belga, entre los responsables de una importante empresa de producción televisiva, demostró como es posible conjugar calidad, programas positivos y éxito con la audiencia. La fraternidad abre un nuevo horizonte también al mundo de la política. Es ésta la experiencia del Movimiento Político por la Unidad (Mppu), presente hoy en 15 países, definido como «un laboratorio internacional de trabajo político común, entre ciudadanos, funcionarios públicos, estudiosos, políticos comprometidos en varios niveles, de inspiraciones y partidos diversos, que ponen la fraternidad como base de sus vidas». Lucía Fronza Crepaz, ex – diputada en el Parlamento italiano y Presidente del MPPU ilustró sus finalidades y concreciones. Entre los varios testimonios, tuvo particular relieve el de Cesar Romero, asesor de programas de desarrollo para los campesinos de Paraguay, comprometido en sanar los fuertes desequilibrios sociales. Mediante el Movimiento Político por la Unidad ha logrado poner en acto un protocolo de acuerdos y colaboración para sostener y promover un intercambio de políticas de desarrollo local, al que han adherido 22 ciudades. Significativa la coreografía final, cuyo título era «El alba sobre la ciudad». Desde esta ciudad de Budapest, que en el ’56 vivió horas dramáticas marcadas por la violencia, a distancia de 50 años, parte un nuevo impulso de renovación, de fraternidad, de esperanza que se irradiará en las muchísimas ciudades de los 92 países de los 5 continentes aquí representados.

«Nuestra respuesta a la noche cultural colectiva de hoy»
«En el mundo de hoy marcado por dramáticas tensiones, el Movimiento de los Focolares propone, también por medio de esta iniciativa, la fraternidad como posible camino a recorrer para llegar a la paz». Es con este mensaje del Papa Benedicto XVI, leído por el Card. Petér Erdõ, arzobispo de Budapest y Primado de Hungría que, en el SportArena de Budapest, repleto con más de 11.000 personas prevenientes de 92 países, se abrió la gran manifestación que con ideas, experiencias e iniciativas concretas, propone la fraternidad como respuesta a los muchos desafíos de hoy. El Papa animó a los voluntarios «a proseguir con la obra desarrollada hasta ahora con tantos frutos, encarnando en la realidad de cada día el Evangelio del amor». En el modernísimo gimnasio húngaro estaban presentes, entre los seguidores de otras religiones, un numeroso grupo de musulmanes provenientes de Argelia, cristianos de diversas denominaciones, y miembros de 13 Movimientos y nuevas comunidades católicas, personalidades civiles y religiosas, como el vicepresidente del Parlamento húngaro, Péter Harrach. Este evento fue precedido por una doble jornada en la que se reunieron en la capital húngara más de 9000 «voluntarios de Dios», ramificación de los Focolares, comprometidos en la renovación de la sociedad, con ocasión del 50° de su nacimiento, como respuesta a los trágicos «hechos de Budapest». A 50 años de distancia de dichos eventos, la fundadora de los Focolares hace una lectura actual de la situación mundial: percibe los signos de una humanidad envuelta por una «noche oscura cultural y colectiva». En su mensaje, leído por una de sus primeras compañeras, Valeria Ronchetti, Chiara Lubich habla de «una noche que ha descendido cada vez más sobre la humanidad, especialmente en Occidente», donde predomina el relativismo y la ética ya no tiene la capacidad de gobernar el ritmo vertiginoso de los descubrimientos científicos y tecnológicos. Un Occidente en búsqueda de «ideas fuertes, de un ideal que abra un camino a los numerosos y angustiosos interrogantes, que muestre un luz para poder seguir». Haciendo eco a Juan Pablo II, Chiara indica el camino en el «drama de un Dios que grita: ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?'». «Es su pasión interior, es su noche más negra, el ápice se sus dolores». Un drama que abre perspectivas de luz: «Si logramos encontrarLo en cada dolor, si Lo amamos dirigiéndonos al Padre como Jesús en la cruz: ‘Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46), entonces con Él la noche será parte del pasado, la luz nos iluminará». «El Movimiento -agregó- posee una riquísima experiencia», que en estos últimos años ha tenido un nuevo desarrollo. Chiara habla de «inundaciones de luz – para usar un término de Juan Crisóstomo, gran Padre de la Iglesia- que iluminan la cultura de hoy en sus varios aspectos», fruto del diálogo que el Movimiento de los Focolares ha entablado, desde hace algún tiempo, entre la sabiduría que ofrece el Carisma de la Unidad y los distintos ámbitos del saber y de la vida humana»: de la política a la ecología, de la comunicación a la salud, al derecho y la economía. Desarrollo suscitado por la acción del Espíritu que «precisamente en este tiempo, ha sido generoso, irrumpiendo en la familia humana con varios carismas a partir de los cuales han nacido Movimientos, corrientes espirituales, nuevas comunidades, nuevas obras». No es una novedad que «experiencias civiles y económicas tengan su origen en corrientes espirituales nacidas de carismas. La historia de la humanidad está constelada de las mismas». Dijo Luigino Bruni, docente de economía política en la Universidad Bicoca de Milán (Italia), quien introdujo la primera de las 4 mesas redondas, que afrontaron los retos presentados por la economía, la justicia, la comunicación y la política. Es «delante del escándalo de un mundo edificado con lujosos rascacielos y barracas deshumanas», que durante un viaje de Chiara Lubich a Brasil, en el ’91, «se enciende la chispa inspiradora de aquella que seguidamente será llamada Economía de Comunión». Sus protagonistas son cientos de «empresas modernas, eficientes, que trabajan dentro de la economía de mercado», dando vida también a polígonos empresariales. La novedad: destinan las utilidades al crecimiento de la empresa y por lo tanto a la creación de empleos; a la formación de hombres nuevos aptos para esta nueva cultura; para sostener a quien se encuentra en una situación de necesidad inmediata. No sólo. Toda la «praxis económica y administrativa de la empresa está inspirada en la comunión». La finalidad: llegar a que no haya ningún indigente. «Una novedad de vida, pero también de pensamiento, una novedad doctrinal». De ello habla Kelen Leite de Brasil, joven investigadora, una de los casi 200 jóvenes que han publicado tesis de doctorado sobre la Economía de Comunión. «Y ahora -afirma- algunas universidades enseñan esta materia junto con los nuevos modelos de economía social y civil». La prueba de los hechos: también durante la grave crisis económica que en el ’97 sacudió toda Asia, un banco rural de Filipinas, nacido para sostener a los campesinos, y administrado según los criterios de la EdC, no sólo sobrevivió, sino que tuvo la intrepidez de realizar un proyecto de micro-financiación o préstamo a los pobres sin garantía. A partir de allí ha nacido una nueva Agencia de Crédito todavía hoy floreciente. Es el testimonio de Tess y Francis Garzón, del Consejo Administrativo del Bangko Kabayan. El proyecto «Fraternidad con África» – Una posibilidad abierta a todos para contribuir a una nueva economía. El proyecto, presentado al final de la mañana, tiene como fin hacer crecer los recursos humanos y profesionales en África, de modo que los africanos mismos puedan contribuir a su propio desarrollo social y cultural. Serán asignadas a jóvenes y adultos africanos, que no tienen los recursos, becas a nivel universitario o para cursos de especialización profesional: quienes se beneficiarán con tales aportes que comprometerán, terminando los estudios, a trabajar, al menos por un período en su país. En la tarde se afrontaron otros tres retos propuestos por los mundos de la justicia, de la comunicación y la política.
«Emular a los primeros cristianos, hoy, en el siglo XXI»
En Budapest, el sábado 16 de septiembre, se mostrará la novedad y el pensamiento que está emergiendo en el mundo de la economía, del derecho, de la comunicación y de la política. Una novedad que tiene su raíz en la primacía de Dios, en la radicalidad del Evangelio, vivido en la vida cotidiana de miles de personas de diversos contextos culturales, suscitada por el carisma de la unidad de los Focolares. En primera fila «los voluntarios de Dios», (ramificación de los Focolares) comprometidos en la renovación de la sociedad. En un clima de fiesta empezó la doble jornada (14-15 de septiembre), titulada «50 años al servicio de la humanidad», que ha reunido a 9.000 voluntarios de todo el mundo en el modernísimo gimnasio «SportArena», de la capital húngara, para volver a las raíces de su historia y relanzar su compromiso en la renovación de la sociedad. Budapest 1956 – Sus raíces se ahondan en un momento histórico dramático revivido con emoción durante la apertura del encuentro: la invasión de las tropas rusas que en noviembre de 1956 sofocaron el anhelo de libertad del pueblo húngaro. En el SportArena resonó la voz de Pío XII quien en un mensaje radial lanzó un llamamiento: devolver «a los Parlamentos, a las casas, a las oficinas, a Dios, fuente de todo derecho, justicia y libertad». Fueron recordadas las palabras de Chiara Lubich, al dar inicio a la aventura de los voluntarios y de las voluntarias: «Si ha habido una
sociedad capaz de quitar el nombre de Dios (…) del corazón de los hombres. Debe haber una sociedad capaz de volverlo a poner en su lugar. Son necesarios auténticos discípulos de Jesús, un ejército de voluntarios, porque el amor es libre». Budapest 2006 – Chiara Lubich, en un mensaje, recordando estas raíces, trazó el perfil del voluntario hoy, mostrando una singular sintonía con el Papa Benedicto XVI, y con su llamado de estos días, en Munich, de responder a los desafíos del momento histórico actual que más que nunca tiene necesidad de Dios, y hacer de Él «la fuerza determinante para nuestra vida y nuestro actuar», «para que la justicia y el amor lleguen a ser fuerzas decisivas en el ordenamiento mundial». Chiara recordó la meta que ella propuso hace 50 años: «formar un bloque de hombres de todas las edades, razas, condiciones, unidos por el vínculo más fuerte que existe: el amor recíproco, el amor que funde a los Cristianos en una divina unidad». Una meta que considera actual «en sociedades trastornadas como las nuestras, y sin embargo repletas de anhelos y de potencialidades». Chiara subrayó la vocación de los voluntarios, quienes -en cuanto laicos- viven «en las condiciones ordinarias de la vida familiar, laboral y social», que es «tan totalitaria, tan libre, tan esencial» y los llamó, hoy, «en el siglo XXI, a emular a los primeros cristianos», a «edificar, como fermento en la masa, ‘cielos nuevos y tierras nuevas’ renovadas por la luz del Evangelio». Fueron recorridas las etapas más significativas de la historia de los voluntarios, en el camino que ha precisado su vocación específica. Se recordaron las primicias que se remontan a los años ’40, a los inicios de los Focolares, cuando Chiara Lubich empezó su aventura espiritual junto con sus primeras compañeras precisamente entre los más pobres, con el objetivo de resolver el problema social de Trento, y con la certeza de que «la revolución evangélica es la más potente revolución social». Seguidamente se presentaron las figuras de los pioneros de los «voluntarios de Dios», testimonios de un gran amor por la humanidad y de la capacidad de construir en el ambiente donde cada uno está, auténticos fragmentos de «fraternidad social». En estos días seguirán los testimonios y de las gritas de esta vida emergerá el impacto social del Evangelio vivido en lo cotidiano, en los más diversos contextos culturales. Los responsables de la manifestación comunicaron los datos actualizados relativos a la manifestación del 16 de septiembre: 11.700 participantes, de 92 países, de los 5 continentes. Además de 3.800 de Italia, alrededor de 600 de Asia, 170 de Medio Oriente, más de 1300 de las Américas, 130 de África, 40 de Australia. La previsión de una representación de: 13 movimientos eclesiales y nuevas comunidades, – cristianos de diversas Iglesias – seguidores del Islam y de otras religiones Entre las personalidades civiles y religiosas se espera: – El Primado de Hungría, Arzobispo de Esztergom-Budapest, y Presidente de la Conferencia Episcopal, Card. Péter Erdõ – El Vicepresidente del Parlamento Húngaro, Péter Harrach – El embajador de Italia en Hungría, Paolo Guido Spinelli – El Secretario General de la Iglesia Reformada de Hungría, Zoltán Tarr – El Presidente de la Iglesia Evangélica de Hungría, obispo János Ittzés
[:it]Per una cultura dell’accoglienza
[:it]50 anni di servizio all’umanità – Tante sfide, una proposta: la fraternità
[:it]Budapest 1956-2006: «Un’altra rivoluzione»
«Podía escuchar y ver perfectamente con el corazón»
Soy portadora de una discapacidad auditiva y visual, resultado de una enfermedad que mi madre contrajo durante el embarazo. Conforme crecía, me daba cuenta de que era diferente de los demás. Me sentía marginada y sufría mucho. quería participar, ayudar, pero a menudo las personas a mi alrededor me dejaban de lado, decían que yo no era capaz, que nunca lo lograría. Empecé a esforzarme mucho en los estudios, pensando que así sería aceptada. Pero todavía me faltaba algo y a veces, llorando, me preguntaba: «¿Por qué tuvo que suceder esto? ¿Por qué Dios quiso esto para mí?». A los 25 años fui invitada a participar en un encuentro, realizado por un sacerdote, para personas con dificultades auditivas como yo. Él tenía en su mano el Evangelio que trataba de explicar con muchas dificultad porque no conocía el leguaje de signos. Me ofrecí a ayudarlo e ilustré las palabras de Jesús: «Ámense los unos a los otros como yo los he amado». Cuando concluyó el encuentro, reflexioné sobre esas palabras: tenía que empezar a amar como Jesús, a perdonar como Jesús. Conocí a algunas personas del Movimiento de los Focolares y empecé a participar en los encuentros, junto con los jóvenes, tratando de poner en práctica el Evangelio. La pregunta que me había planteado muchas veces -¿Por qué, Dios mío?- finalmente había encontrado una respuesta. «Para amar mejor a Dios, yo tenía que ser un instrumento de Su amor en el mundo». Entendí cuan importante era ver y escuchar con el corazón. En la escuela Ahora soy profesora y, desde que empecé en este trabajo, he sentido la exigencia de desarrollar mi actividad de un modo nuevo. Trabajé en una escuela para personas con déficit auditivo, allí colaboraba para introducir un método centrado en la cultura de la persona sorda, utilizando el lenguaje de signos como apoyo del idioma portugués. Paralelamente, fui adoptando otro método, basado en el «arte de amar», que me hacía amar a todos, ser la primera en amar, «hacerme uno» con cada uno, de modo que cada alumno se sintiera una persona especial. Un día la directora convocó a todos los profesores, y me pidió que ilustrara mi método. Hablé de cómo trataba de comprender la vida de los estudiantes, hasta legar a ser una cosa con cada uno. Los colegas estaban muy impresionados y muchos de ellos, después de esto, quisieron cambiar de método. En el catecismo Hace algunos años participé en una Misa donde diversos muchachos sordos recibieron el Sacramento de la Eucaristía. Me di cuenta de que no entendían bien lo que estaban haciendo porque no habían sido preparados adecuadamente. Después de un período de práctica en Italia, en un Instituto para personas sordas, decidí ocuparme de la catequesis para las personas que no oyen en mi parroquia. Los resultados han sido inmediatos, he usado el lenguaje brasileño de signos, basando las lecciones en el texto de la Misa dominical. Enseguida después fui invitada a coordinar todos las actividades de este tipo en la provincia de Paraná (Brasil), que comprende 16 diócesis y he empezado a reunirme periódicamente con los catequistas. Me siento realizada, feliz, porque me doy cuenta de que la Espiritualidad de la Unidad me ha abierto el camino para contribuir a la construcción de una humanidad renovada con el amor. R. A. (Brasil)
Los Voluntarios de Dios
«Estuvimos en Viena. Visitamos a grupos de prófugos: El mundo verdaderamente sintió la tragedia de ese pueblo y corrió en su ayuda. Los prófugos, de hecho, pudieron tener muchas cosas: alimentos, dulces, ropas, refugio, cortesía, y sobre todo un respiro de libertad. Uno de nosotros se acercó a un muchacho de diez y seis años. Aún tenía su pistola. Había sido herido en un combate y se mostraba orgulloso de haber matado a diez y seis. Pero cuando nos interesamos por él más profundamente, comenzó a llorar y expresó su deseo de volver a ver a su mamá. Se le preguntó si conocía a Dios. Respondió decididamente que no. Después continuó diciendo que había escuchado blasfemar tanto a su madre como a su padre y, como había sido educado de esta manera, se habría sorprendido que la madre lo hubiese invocado al comienzo de los desórdenes en Hungría. De todas maneras para él Dios no significaba nada. Tanto para él como para muchos, muchos otros jóvenes que hemos encontrado. Fue frente a esta anulación del nombre de Dios, en aquellas almas, que comprendimos de manera nueva y más profunda por qué el Santo Padre había gritado: “¡Dios Dios, Dios!” “Dios los ayudará, Dios será vuestra fuerza. ¡Dios! ¡Dios! Resuene este inefable nombre, frente a cada derecho, justicia y libertad, en los Parlamentos, en las plazas, en las casas y en las oficinas…” (Radiomensaje de Su Santidad Pio XII del 10.11.1956). Ha habido entonces una sociedad capaz de borrar el nombre de Dios, la realidad de Dios, la providencia de Dios, el amor de Dios del corazón de los hombres. Debe existir una sociedad capaz de volverle a dar su puesto. Dios está, Dios está, Dios está. No sólo porque lo creemos, sino porque, quisiera decir, Lo vemos: pero.. ¿quién ha hecho esta bellísima tierra, quién ha fijado las estrellas en el cielo, quién nos ha dado un alma que siente y distingue el bien del mal, quién nos ha creado? ¡Dios quiere que se salva a El en la humanidad y a la humanidad por El! Es necesaria gente que siga a Jesús como quiere ser seguido: renunciando a sí mismos y tomando su cruz. Que cree en este arma: la cruz, más potente que las más potentes bombas atómicas porque la cruz es una abertura en las almas, mediante la cual Dios entra en los corazones de Sus hijos y los hace atletas. Es necesario hacer un bloque de hombres de todas las edades, razas, condiciones, ligados por el vínculo más fuerte que existe: el amor recíproco que nos dejó el Dios humanizado moribundo, como testamento, ideal supremo e insuperable fuerza. Amor recíproco que funde a los Cristianos en una unidad divina indestructible a los ataques de lo humano y del mal, la única que puede oponerse a la unidad provocada por el interés, por motivos de esta tierra, por el odio. Amor recíproco que significa: hechos concretos, proyección de todo nuestro amor hacia los hermanos por amor de Dios. Es decir, son necesarios discípulos de Jesús, auténticos en el mundo, no sólo en los conventos. Discípulos que voluntariamente Lo sigan, impulsados solo por un iluminado amor hacia El. Gente que esté dispuesta a todo. Un ejército de voluntarios, porque el amor es libre. Es necesario edificar una sociedad nueva, renovada por la Buena Nueva siempre antigua y siempre nueva, donde resplandezcan con el amor la justicia y la verdad. ¡Una sociedad que supere en belleza y en concreción a toda otra sociedad, que sea el sueño hecho realidad por los hombres para los hombres, que sea donada por Dios a Sus hijos que Lo reconocen y Lo adoran como Padre! Una sociedad que testimonie sólo un nombre: Dios. Porque como a aquel prófugo húngaro no le bastaba la libertad, no le bastaba el pan, sino que le era necesaria su madre (pues se trata de regresar a lo puro que da la naturaleza, primer escalón hacia el Creador), de igual manera para cuantos están diseminados en el mundo y creen en el triunfo de ideas aparentemente bellas, pero amenazadas en su base por el ateismo, es necesario el don de Dios. Dios sólo puede colmar el vacío cavado durante tanto años».
Chiara Lubich
(Publicado en Città Nuova del 15/1/1957)
«Que el mundo sea invadido por el amor»
Hiroshima, 21-25 de agosto de 2006 Queridísimos y queridísimas participantes en la Asamblea de los jóvenes de las Religiones por la Paz: Sé que se han reunido en Hiroshima de todos los continentes del mundo para manifestar y trabajar a favor de la paz. A todos mi más caluroso saludo y el augurio de que esta asamblea sea rica de propósitos y de frutos concretos. No es necesario que me alargue sobre la importancia de cuanto están haciendo en estos días. La trágica situación de un mundo que añora la paz, pero que no la sabe encontrar, está ante los ojos de todos. Por lo tanto, cada gesto en esta dirección es significativo; todo esfuerzo, todo compromiso, es un aporte. Pero ustedes que son jóvenes creyentes, jóvenes religiosos, tienen -yo diría- una tarea y un papel del todo especial en esta inmensa cantera que es nuestro planeta. Si, porque ustedes, sin importar de cuál religión provienen, están convencidos de que el prójimo, cada prójimo, debe ser amado y respetado. De hecho la «Regla de oro» -así como es llamado este precepto- está presente en los Libros Sagrados de todas las grandes religiones. La misma dice en práctica: haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti; desea a los demás lo que deseas para ti; no hagas o no desees a los otros lo que no desearías para ti; no hagas o no desees a los demás lo que te causaría dolor si te lo hicieran a ti. El amor hacia el prójimo, así entendido, es el aporte más esperado y eficaz; es la llave principal para la solución de todo problema, la respuesta fundamental para todo mal. Pero es necesario especificar cuál tipo de amor estamos llamados a llevar al mundo – nosotros que hemos recibido el don de la fe religiosa- es un amor especial, fuerte como la muerte. No es suficiente la tolerancia o la no-violencia, no basta la amistad o la benevolencia hacia los demás. Es un amor que va hacia todos indistintamente: pequeños y grandes, pobres y ricos, de la propia patria o de otra, amigos o enemigos. Exige misericordia y perdón. Después, debemos ser los primeros en amar, tomando la iniciativa, sin esperar ser amados. Y amar no sólo con las palabras, sino concretamente, con hechos, olvidándonos de nosotros mismos para ponernos al servicio de los demás. Y esto comporta sacrificio y esfuerzo. La verdadera paz y la unidad llegarán cuando este modo de vivir sea practicado no sólo por personas en forma aislada, sino juntas, en reciprocidad. En estos días podrán experimentar cuán verdadero es esto, amándose entre ustedes. En la liturgia cristiana se canta que: «donde hay caridad y amor allí está Dios». Dios entre ustedes, que se hace presente por su amor recíproco, les iluminará sobre lo que hay que hacer, los guiará, será su fuerza, su ardor, su alegría. Les unirá como en una red invisible pero potente, también cuando estén lejos los unos de los otros. Por lo tanto amor entre ustedes y amor sembrado en muchos rincones de la tierra entre los individuos, entre los grupos, entre las naciones, con todos los medios, para que el mundo se vea invadido por el amor, también gracias al aporte de ustedes. ¡Ánimo, queridísimos jóvenes! Vayan adelante sin titubear. La juventud, que poseen, no hace cálculos, es generosa. ¡Si todos hacemos así, la humanidad será cada vez más una familia, y podrá resplandecer en el mundo el arco iris de la paz! Estoy con ustedes, Chiara Lubich
Líderes religiosos juntos, para iluminar el sendero de la paz
“En un tiempo en el que la religión es manipulada por los extremistas, los líderes religiosos reunidos en Kyoto demuestran a todo el mundo la capacidad de las comunidades religiosas de iluminar el sendero de la paz cuando trabajan juntos”, afirmó el Dr. Vendley, Secretario General de la Conferencia Mundial de las Religiones por la Paz (WCRP), en la conclusión de su VIII Asamblea mundial, en la que participaron más de dos mil personas.
Los 800 delegados, provenientes de más de 100 países, eran exponentes Budistas, Cristianos, Hindúes, Musulmanes, Hebreos, Jainistas, Sikhs, Sintoístas, Zoroastrianos e Indígenas. Entre los musulmanes figuraban personalidades de relieve como el ex presidente iraní Khatami y el príncipe de Jordania, Hassan Talal. Como jede de la delegación hebrea participó el rabino David Rosen, presidente de la Comisión internacional hebrea. Guiaban la representación católica, los cardenales Stephen Fumio Hamao, japonés, y el boliviano Julio Terrazas Sandoval.
Los líderes religiosos de Irak, Corea del Sur, Sri Lanka y Sudán han demostrado la singular capacidad de la Asamblea de reunir a delegados provenientes de zonas en conflicto. Los líderes religiosos chiítas, sunitas y curdos, de Irak, en conflicto en su país, en una declaración conjunta afirmaron: “Hemos hablado con audacia, valentía y con confianza. Ahora caminamos por este sendero de diálogo. Si Dios quiere, alcanzaremos una línea verde de paz para todo Irak”. Los representantes hindúes y budistas, provenientes de Sri-Lanka, se estrecharon públicamente la mano, y han solicitado el cese-al-fuego y el reinicio de las conversaciones de paz.
Como conclusión de la Asamblea, los delegados han adoptado las veinte recomendaciones de una Declaración que “pone a las comunidades religiosas en el centro de los esfuerzos para afrontar localmente la violencia en todas sus formas”. El documento va dirigido no sólo a los líderes religiosos, sino también a los gobiernos, a las organizaciones internacionales, para llevar adelante la seguridad compartida mediante el apoyo recíproco, la educación, la colaboración con y entre las comunidades religiosas.
Las raíces espirituales del diálogo entre las religiones y su compromiso a favor de la paz han sido el centro del mensaje de Chiara Lubich, una de las presidentes honorarias de la WCRP, representada por una delegación internacional del Movimiento de los Focolares. La presidente de los Focolares puso el acento en el “amor que une”, “aquél que cada uno de nosotros, empezando por sí mismo, puede injertar en todas sus relaciones”. Hasta “hacer resplandecer, juntos, por el amor recíproco, la presencia de Aquél que nos trasciende y que es infinitamente más grande que nosotros”. “Una presencia nueva de Dios que comporta tolerancia, comprensión, perdón, paz, alegría, y que enciende esa llama de amor que fusiona a los hombres en comunión, ilumina el camino de la existencia y no puede no abrir brecha en el corazón de todos”.
Dos sesiones de la Asamblea mundial han dado voz a las mujeres y a los jóvenes de diversos credos. Más de 400 participantes, de 65 países, han concluido la Asamblea de las mujeres de las Religiones por la Paz, el 25 de agosto, con una Declaración en la que se afirma que “las mujeres de fe tienen fuerza y esperanza cuanto todo parece sin esperanza”. La Asamblea de los jóvenes, reunidos en Hiroshima, del 21 al 25 de Agosto, en una Declaración propia, proclamó que elige “la esperanza porque es el único camino para progresar”.
La WCRP, Conferencia Mundial de las Religiones por la Paz, es el más grande organismo mundial que reúne a líderes y organizaciones de las diversas religiones. Instituida en 1970, se funda en el principio del profundo respeto de las diversidades religiosas. Promueve la cooperación para sanar los conflictos, construir la paz y el desarrollo. Estos grandes encuentros periódicos favorecen sobre todo el conocimiento recíproco y el diálogo.
[:it]La fratellanza universale per sanare le piaghe della società
«Un pastor incansable por la unidad»: Card. Johannes Willebrands
«El amor que Cristo ha requerido de Pedro, no se circunscribe a un grupo, ni siquiera a la Iglesia Católica: todos son ovejas suyas. Y por ello, el amor va dirigido a todos los cristianos, y este amor exige ante todo la unidad, porque hay mucho sufrimiento cuando una familia está dividida. En este espíritu he concebido mi nueva tarea y la he desarrollado con todo el corazón y con todas las fuerzas -espirituales y materiales- que Dios me ha dado; el Señor me ha bendecido y yo Le agradezco profundamente por haberse servido por tanto tiempo de mi trabajo a favor de Su Iglesia». Este es el testimonio directo del card. Johannes Willebrands, en una entrevista concedida a la Radio Vaticana en 1989, a la edad de 80 años, en el momento en el que dejaba, por motivos de edad, después de 20 años, su cargo como Presidente del Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos. Benedicto XVI: «Un pastor incansable al servicio del Pueblo de Dios y de la unidad de la Iglesia» que ha dado «un nuevo impulso al diálogo ecuménico». Dijo el Papa, ante su fallecimiento, el 2 de agosto pasados, en el telegrama de condolencia, donde agradeció al Señor por la vida del Card. Willebrands. Tenía 97 años. Su labor al servicio de la causa del ecumenismo empezó ya en 1951, 10 años antes del Concilio Vaticano II. Es viva la gratitud del Movimiento de los Focolares: el Card. Willebrands ha acompañado y animado, con su sabia visión, el desarrollo ecuménico del Movimiento desde los años Sesenta. Alguna nota biográfica El cardenal Johannes Willebrands nació en 1909 en Bovenkarspel, en los Países Bajos. Docente de Filosofía y después rector del Seminario Mayor de Warmond, en Holanda, muestra enseguida un vivo interés por la causa de la unidad de los cristianos, organizando en 1951 la Conferencia Católica para los asuntos ecuménicos. En 1958 el episcopado holandés lo designa como delegado para las actividades ecuménicas y dos años más tarde Juan XXIII lo nombra secretario del apenas constituido Secretariado para la Unión de los Cristianos, que durante los trabajos del Concilio Vaticano II se ocupó -bajo la guía del Cardenal Bea- de la preparación de los documentos relativos al ecumenismo, a la libertad religiosa y a las relaciones con las religiones no cristianas. Consagrado obispo en 1964, promueve un gran número de iniciativas para hacer más intenso el diálogo entre la Iglesia católica y las otras Iglesias cristianas, contactando especialmente a ortodoxos, anglicanos y luteranos. En 1969, sustituye al Card. Bea: Pablo VI lo nombra Presidente del Secretariado para la Unión de los Cristianos (que será después el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos), haciéndolo poco después cardenal. El testimonio de los hermanos de varias Iglesias Entre los numerosos testimonios de nuestros hermanos y hermanas de varias Iglesias, recordamos un episodio significativo del que es testigo el pastor evangélico Dieter Fürst. En 1986, recordamos un encuentro del Card. Willebrands con un grupo de evangélicos en el Centro Uno, Centro ecuménico de los Focolares, en Roma, el pastor Fürst refiere que, antes de encontrarse con el Cardenal, tenían el «temor de que la grande, potente Iglesia católica quisiera aplastar la pequeña, débil Iglesia evangélica». El pastor agregó que entre los participantes en este encuentro había también representantes de las Iglesias libres, quienes nutren ese temor en forma especial. Pero la palabra del card. Willebrands fue tan paterna, tan llena de Espíritu Santo, que suscitó entusiasmo en estos hermanos: «el Cardenal presentó la Iglesia y la cristiandad en una dimensión mucho más amplia de cuanto la tuviésemos antes».
[:it]La guerra: un omicidio in grande
[:it]Giovani per la pace
Chispas de paz en un Líbano en llamas
Biacout, como todas las aldeas libanesas que todavía no han sido sometidas a bombardeos está repleta de familias refugiadas de las regiones meridionales de Beirut, cristianas y musulmanas, sin distinción. Se trata de una pequeña urbanización piloto, nacida durante la guerra de los años ’80 por obra de personas voluntarias de los Focolares, con el fin de ser un oasis de paz y de convivencia. Hoy vive un nuevo rostro de su «vocación».
En el Centro Médico Social, encontramos a Acia a quien conocimos hace 20 años cuando, con su familia y otro centenar de personas, escapó de su aldea en el sur de Líbano. La encontramos en una playa, sin casa, sin víveres, completamente desprovista. Estuvimos cerca de ella y a partir de entonces la relación se profundizó.
Hoy la historia vuelve a empezar de cero. Acia ha acogido en su casa a tres familias provenientes de su aldea, además de dos viejitos. Su situación precaria no le impide compartir todo con los demás. «Nos las arreglamos como es posible», nos dice. «Menos mal que es verano. Los hombres duermen en la terraza. Pero tenemos necesidad de colchones y sobre todo de medicinas para los niños, para mi mamá y para mi suegra, y también para mi marido». De hecho, hace un año más o menos a su marido se le diagnosticó una esclesosis muscular y está siempre en tratamiento. Después continua: «Hoy otras familias fueron acogidas por mi vecina. Están en condiciones pésimas. Tienen necesidad de todo».
Compartimos lo que tenemos y seguimos nuestra visita. Llegamos a la Casa Notre Dame, que fue construida en plena guerra para ser un lugar de paz, de escucha, de intercambio. Sawsan, la maestra del preescolar, ha acogida a 8 familias musulmanas. Agradecen a «Allah» por estar aquí y esperan poder volver a encontrar sanos y salvos los familiares que viven cerca de la frontera.
«Esperamos que ‘Allah’ queme a todos aquellos que nos asesinan», dice con rabia una de ellas. Pero enseguida: «Es más fuerte que yo, me caliento, me altera lo que esta sucediendo, pero sé que también los otros del otro lado sufren como nosotros por la furia de la guerra». Fatmé recalca: «Todos somos hijos de Dios. Que Allah, el Omnipotente, calme los corazones y los espíritus y nos haga volver a encontrar la paz».
En tanto llega Wardé, una joven cristiana escapada del sur durante la última guerra con el marido y los hijos, para refugiarse en Biacout. Últimamente había regresado al sur. «Henos aquí de regreso a Biacout. ¡Agradezcamos a Dios! Ninguno salió herido ni golpeado. Vivimos juntos, 3 familias. No tenemos nada y tenemos miedo de lo que está sucediendo y de lo que nos espera todavía».
Mientras conversamos, veo entre las manos de algunas mujeres chiítas largos rosarios. Invocan a ‘Allah’ el Grande, alabándolo, dándole gracias. Y es con esta bellísima nota espiritual que nos despedimos.
Wardé nos acompaña, nosotros tratamos de compartir su angustia. Regresamos al auto: en el corazón permanece la dulzura de estos momentos transcurridos juntos en la Casa Notre Dame y el amargo grito de dolor que resuena por doquier.