Movimiento de los Focolares
La ONG New Humanity presenta las propuestas del Genfest en el Foro Global de la UNAOC

La ONG New Humanity presenta las propuestas del Genfest en el Foro Global de la UNAOC

En un mundo marcado por guerras, crisis y polarización, el diálogo y la cooperación siguen siendo los únicos caminos hacia la paz. Con esta convicción, la ONG New Humanity ha adherido al Foro Global de la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas (UNAOC) que convocó a su Grupo de Amigos en Cascais, Portugal, del 25 al 27 de noviembre. Con el tema “Unidos en la paz, restaurar la confianza, remodelar el futuro – Reflexionar sobre dos décadas de diálogo por la humanidad”, el evento reunió a diversas partes interesadas, incluidos líderes religiosos, académicos, jóvenes, medios de comunicación y representantes de la sociedad civil. Entre los participantes de alto perfil se encontraban António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, Marcelo Rebelo de Sousa, presidente de Portugal, el Rey Felipe de España, varios ministros de Asuntos Exteriores en ejercicio y ex primeros ministros de países europeos.

La ONG New Humanity del Movimiento de los Focolares y miembro del Consejo Asesor multirreligioso de UNAOC subrayó el compromiso de la organización para promover una sociedad justa y unida, donde las religiones sean espacios de encuentro y colaboración. Arraigada en décadas de iniciativas de base, New Humanity conecta la acción local con la diplomacia internacional para abordar los desafíos globales y promover la paz. Esta participación subrayó la importancia de los esfuerzos multilaterales para restablecer la confianza y remodelar un futuro de armonía y colaboración entre las instituciones internacionales, las organizaciones religiosas y el sector privado.

Durante el Foro Global, Ana Clara Giovani y André Correia, representantes de los jóvenes del Movimiento de los Focolares, junto con Maddalena Maltese, principal representante de la ONG Nueva Humanidad en Nueva York, presentaron el documento “Juntos para cuidar – Por nuestra familia humana y nuestra casa común”. Este documento representa un compromiso de Jóvenes por un Mundo Unido (Y4UW) con el Pacto para el Futuro, aprobado por las Naciones Unidas el pasado mes de septiembre.

En el Genfest 2024, un encuentro de 4.000 jóvenes de todo el mundo celebrado en Brasil, se lanzaron ocho centros de innovación para promover la unidad de la familia humana y el cuidado de nuestra casa común. Las ocho Comunidades del Mundo Unido han consolidado y desarrollado propuestas y proyectos inspirados en la espiritualidad de la unidad del Movimiento de los Focolares, en línea con los principios de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos y el Pacto para el futuro de las Naciones Unidas. Estas iniciativas se concentran en áreas como el desarrollo sostenible, la acción por el clima, la promoción de la paz y los derechos humanos, el diálogo intercultural, la cohesión social y el empoderamiento de la juventud.

Estos proyectos y propuestas forman el núcleo del documento presentado en Cascais. Se abrió con una carta al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, reconociendo sus incansables esfuerzos para apoyar la paz y el desarrollo sostenible. Las propuestas clave incluyen el establecimiento de un Foro Juvenil de Alto Nivel para integrar las perspectivas de los jóvenes en la toma de decisiones global y los preparativos para el 80º aniversario de las Naciones Unidas y la COP 30, mostrando soluciones lideradas por jóvenes para la sostenibilidad urbana y la salud climática.

Presentado a Miguel Ángel Moratinos, Alto Representante de UNAOC, y a Felipe Paullier, Alto Representante para los Asuntos de la Juventud, el documento obtuvo una entusiasta respuesta. Ambos líderes reconocieron las contribuciones de larga data de New Humanity y expresaron interés en analizar más a fondo las propuestas. Este compromiso destacó el papel central de los jóvenes en la formulación de políticas para un futuro justo y sostenible, fortaleciendo el vínculo entre las acciones de base y la diplomacia internacional.

Para ampliar el alcance y la eficacia de este trabajo, los Embajadores del Mundo Unido, una red de jóvenes, desempeñarán un papel clave al conectar iniciativas de base con instituciones internacionales como las Naciones Unidas, asegurando que las acciones locales tengan eco a nivel mundial.

New Humanity continúa su compromiso de conectar iniciativas de base con organizaciones relevantes, llevando a cabo su misión de promover la hermandad, el diálogo y el desarrollo sostenible. Las relaciones formadas durante el Foro Global de UNAOC serán cruciales para fortalecer el impacto de nuestros proyectos y amplificar las voces de los jóvenes de todo el mundo.

Ana Clara Giovani y Maddalena Maltese

Para descargar el documento, en inglés, haga clic en la imagen

7 de diciembre: donación y luz

7 de diciembre: donación y luz

(…) Hoy, mirando hacia atrás, podemos comprender qué podía decirnos, hace varios decenios, ese 7 de diciembre de 1943, año del nacimiento de nuestro Movimiento; afirma que un carisma del Espíritu Santo, una nueva luz, descendió esos días a la tierra; una luz que en la mente de Dios tenía que saciar la sed abrasadora de este mundo con el agua de la Sabiduría, calentarlo con el amor divino y hacer nacer así este pueblo nuevo, alimentado por el Evangelio. Esto, ante todo.

Pero como Dios es concreto en su manera de obrar, proveyó inmediatamente a asegurase el primer ladrillo para el edificio, esta Obra que le iba a ser útil para realizar sus planes. Y pensó en llamarme a mí, una chica como cualquiera. Y de allí nació mi consagración a El, mi “sí” a Dios que muy pronto fue seguido por muchos otros “sí” de jóvenes, mujeres y hombres.

Por eso aquel día nos habla de luz y de entrega a Dios de algunas criaturas, como instrumentos en sus manos para sus fines.

Luz y entrega de sí a Dios, dos palabras extremamente útiles en aquel tiempo de desorientación general, de odio recíproco, de guerra. Tiempo de tinieblas, en el que Dios parecía estar ausente del mundo con su amor, con su paz y guía, y parecía que nadie se interesara por Él.

Pero luz y entrega a Dios son dos palabras que también hoy el Cielo quiere repetirnos, cuando en nuestro planeta se prolongan tantas guerras. (…)

Luz que significa Verbo, Palabra, Evangelio, aún tan poco conocido y, sobre todo, demasiado poco vivido.

Chiara Lubich
(Conversazioni, Città Nuova, Roma 2019, p. 665)
Foto: © Archivio CSC Audiovisivi

¡Adelante siempre!

¡Adelante siempre!

La noticia de la muerte del obispo Christian Krause me llegó justo en el momento en que estaba empezando una conferencia por zoom con los obispos de varias Iglesias amigos del Movimiento de los Focolares, de quienes el obispo Christian ha sido un fiel compañero de viaje por muchos años. Desde hace un tiempo sabíamos que sus condiciones de salud se habían agravado y rezábamos por él; por lo cual fue espontáneo rezar juntos un “Padre nuestro”, agradeciendo a Dios por su presencia profética y alentadora en medio de todos nosotros. Era un hombre con un gran corazón y de amplios horizontes.

Habría mucho para decir sobre el obispo Christian. Mientras escribo este texto tengo delante de mí una fotografía en donde se ven el Cardenal Vlk de Praga (República Checa), el Cardenal Kriengsak de Bangkok (Tailandia), el Doctor Mor Theophilose Kuriakose de la Iglesia Siro-ortodoxa Malankara (India), se me ve a mí, católico, y al obispo Christian Krause mientras caminamos hacia el centro de la ciudad de Lund (Suecia), vestidos con nuestros atuendos eclesiásticos. Estábamos yendo a una ceremonia en la Catedral, que marcó el comienzo del 500° aniversario de la Reforma protestante. El encuentro ecuménico, cuya anfitriona fue la Federación Luterana Mundial (LWF) y con la presencia del Papa Francisco, fue la primera vez que católicos y luteranos conmemoraron juntos la Reforma a nivel global.

La foto me recuerda la simpatía con la que el obispo Christian llamaba a los obispos de las varias Iglesias amigos de los Focolares, “obispos coloreados”. Era un apasionado de la experiencia de la variedad y de la diversidad en la unidad, inspirada por un carisma y por una espiritualidad de la unidad y sostenida por el Movimiento de los Focolares, un movimiento al que en muchas ocasiones él puso de relieve por su aspecto prevalentemente laico. Nuestros ornamentos coloreados eran un signo exterior que indicaba la riqueza más profunda del intercambio de dones que hemos experimentado en el diálogo de la vida que los obispos de las varias Iglesias han emprendido a partir del año 1982 y que el obispo Klaus Hemmerle y Chiara Lubich han iniciado, con el apoyo del Papa Juan Pablo II.

Si bien él conocía a los Focolares desde la década de 1980 gracias a los contactos con el obispo Klaus Hemmerle, el encuentro con Chiara Lubich del 31 de octubre de 1999 fue para él un momento especial. Un encuentro que tuvo lugar en el contexto de lo que sin duda fue un hito fundamental de su vida: la firma, en nombre de la LWF, de la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación con la Iglesia católica romana, justamente ese 31 de octubre, en la ciudad de Augsburgo, Alemania. A lo largo de todos estos años, el obispo Krause nos contó muy a menudo de ese evento, resaltando su importancia como documento firmado antes de entrar en el siglo XXI. Pero le gustaba también recordar que justamente en esa ocasión, por la tarde, un grupo de focolarinos y responsables de Movimientos y comunidades, evangélicos y católicos, se reunió en la ciudadela focolarina de Ottmaring y lanzó el proyecto “Juntos por Europa”. El encuentro con Chiara Lubich, ese día, le abrió un camino en una experiencia ecuménica que él comprendió –quizás más que muchos de nosotros– como algo rico de posibilidades e implicancias proféticas.

Cuando fui consagrado obispo en el año 2013, empecé a tener un mayor contacto con el obispo Christian en el ámbito de los obispos de varias Iglesias amigos del Movimiento de los Focolares. Después de Lund nos encontrábamos todos los meses a través de tele-conferencias online. Los encuentros con Christian siempre nos abrían los horizontes, porque le gustaba ver las cosas en el cuadro general. Su sentido del humorismo se manifestaba en el brillo de sus ojos y en su sonrisa amable.

El obispo Christian Krause era un apasionado de la Iglesia, de la unidad de la Iglesia y de la necesidad de dar pasos hacia adelante. Para él, la vida no consistía en estar quietos. Y si queremos mejorar el futuro, ¡tenemos que estar dispuestos a desarmar el presente! En el caso de los obispos amigos de los Focolares, el obispo Christian siempre nos exhortó a ampliar el círculo y a comprometernos a promover lugares de diálogo vivo con los obispos de las varias Iglesias del Sur del mundo. Se alegró mucho cuando, en el mes de septiembre de 2021, durante la pandemia Covid, conseguimos organizar un encuentro online para 180 obispos de 70 Iglesias de todo el mundo. Fue un maravilloso encuentro de tres días.

Recientemente fui a visitar al obispo Christian en la residencia de salud adonde se había trasladado en las últimas semanas de vida. Tuvimos una conversación que recordaré por mucho tiempo. Me habló de su gratitud por el encuentro con el carisma de los Focolares, por el apoyo y la amistad que había experimentado. Habiendo crecido en la tradición del “despertar” (pietista), el encuentro con el Movimiento se encontraba en la línea de su personal convicción de la necesidad de la piedad, de la espiritualidad.

No ocultó su dolor por el hecho de que a veces pareciera que el mundo hubiera perdido la dinámica visionaria de la esperanza de los años de la década de 1960, cuando la misión mundial y los horizontes de la paz se presentaban muy auspiciosos. Era doloroso para él también el hecho de que aún no le fuera posible recibir la comunión en la Iglesia católica.

Sin embargo me contó de un acontecimiento en la década de 1990 cuando Chiara Lubich no se encontraba bien de salud. Mientras estaba en una reunión con el Cardenal Miloslav Vlk, éste lo invitó a ir con él y llamar por teléfono a Chiara. Debía ser simplemente una breve llamada. Por ello, para no alargar la conversación, el obispo Christian le preguntó a Chiara: “¿Tienes alguna consigna para nosotros?”. Chiara no dudó un momento y respondió: “¡Adelante siempre!”. Christian quedó muy impresionado.

“Adelante siempre” ha sido el estímulo que el obispo Christian siempre nos ha aportado. Hablándome de su preparación a la muerte, manifestó su fuerte fe con la que solía mirar el futuro, incluso la muerte, con esperanza. Compartió conmigo la oración que tomó de una conocida poesía de Dietrich Bonhoeffer que era fuente de inspiración para él en ese último tramo de vida: “Cobijados maravillosamente por las fuerzas de la bondad, miremos con confianza lo que puede venir: Dios está con nosotros por la noche y por la mañana, y sin duda en cada nuevo día”.

Monseñor Brendan Leahy
Obispo de Limerick (Irlanda)

Foto: © Caris Mendez – CSC audiovisivi e Vatican Media – Encuentro de obispos de distintas Iglesias (Septiembre 2021)

«Nada es imposible para Dios» (Lc 1, 37).

«Nada es imposible para Dios» (Lc 1, 37).

En el relato de la Anunciación, el ángel Gabriel visita a María de Nazaret para darle a conocer los planes de Dios sobre ella: concebirá y dará a luz un hijo, Jesús, que «será grande y será llamado Hijo del Altísimo» [1]. Este episodio sigue la estela de otros eventos del Antiguo Testamento que llevaron a mujeres estériles o muy ancianas a nacimientos prodigiosos, cuyos hijos habrían de desarrollar una tarea importante en la historia de la salvación. Aquí, aunque María quiere adherirse con plena libertad a la misión de convertirse en la madre del Mesías, se pregunta cómo podrá suceder, siendo ella virgen. Gabriel le garantiza que no será obra de hombre: [2] «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra»[3]. Y añade:

Esta certeza, que significa que ninguna declaración o promesa de Dios quedará incumplida –pues no hay nada imposible para Él–, se puede formular también de este modo: nada es imposible con Dios. De hecho el matiz del texto griego –con, o cerca de o junto a– ilumina su estar cerca del hombre. Es al ser humano o a los seres humanos, cuando están junto a Dios y libremente se adhieren a Él, a los que nada les es imposible.

«Nada es imposible para Dios».

¿Cómo poner en práctica esta palabra de vida? Ante todo, creyendo con gran confianza que Dios puede actuar incluso dentro y más allá de nuestras limitaciones y debilidades, así como en las condiciones más oscuras de la vida.

Esa fue la experiencia de Dietrich Bonhoeffer, que, durante la reclusión que lo llevaría al suplicio, escribe: «Debemos sumergirnos una y otra vez en el vivir, hablar, actuar, sufrir y morir de Jesús para reconocer lo que Dios promete y cumple. Es cierto […] que para nosotros ya no hay nada imposible, porque nada hay imposible para Dios; […] es cierto que no debemos pretender nada y que sin embargo podemos pedirlo todo; es cierto que en el sufrimiento se oculta nuestra alegría y en la muerte nuestra vida… A todo esto Dios dijo sí y amén en Cristo. Este sí y este amén son el terreno firme en el que nos mantenemos»[4].

«Nada es imposible para Dios».

Cuando tratamos se superar la aparente «imposibilidad» de nuestra insuficiencia para alcanzar la «posibilidad» de una vida coherente, cumple un papel determinante la dimensión comunitaria, que se desarrolla allí donde los discípulos viven entre ellos el mandamiento nuevo de Jesús y así se dejan habitar, cada uno y todos juntos, por el poder de Cristo resucitado. Escribía Chiara Lubich en 1948 a un grupo de jóvenes religiosos: «¡Y adelante! No con nuestra fuerza, miserable y débil, sino con la omnipotencia de la Unidad. He constatado, palpado, que Dios entre nosotros realiza lo imposible: ¡el milagro! Si permanecemos fieles a nuestra divisa […] el mundo verá la Unidad y, con ella, la plenitud del Reino de Dios»[5].

Hace años, cuando estaba en África, muchas veces me encontraba con jóvenes que querían vivir como cristianos y me hablaban de las muchas dificultades que encontraban cada día en su entorno para permanecer fieles a los compromisos de la fe y a las enseñanzas del Evangelio. Hablábamos de ello durante horas, y al final siempre llegaban a la misma conclusión: «Solos es imposible, pero juntos podemos». Lo garantiza el propio Jesús cuando promete: «Donde están dos o tres reunidos en mi nombre (en mi amor), ahí estoy yo en medio de ellos» [6]. Y con él todo es posible.

Augusto Parody Reyes y el equipo de la Palabra de Vida


Fotos: ©Sammmie – Pixabay

[1]Lc 1, 32.
[2] Ibid, 35.
[3] Ibid, 37.
[4] D. BONHOEFFER, Resistenza e resa, San Paolo, Cinisello Balsamo 1988, p. 474. Dietrich Bonhoeffer (1906-1945) fue un teólogo y pastor luterano alemán, protagonista de la resistencia al nazismo.
[5] C. Lubich, Lettere dei primi tempi. Città Nuova, Roma 2010, p. 164.
[6] Cf. Mt 18, 20.

Más allá de nuestros límites

Más allá de nuestros límites

Cuando la vida nos presenta elecciones desafiantes e imprevistas, que incluso nos pueden asustar, emergen con claridad nuestros valores y el deseo de vivirlos con coherencia.

No siempre es fácil. Nuestra respuesta en una situación que requiere una decisión, libre y personal, puede parecer una apuesta difícil de hacer, casi un salto al vacío y necesitamos la fuerza para ir más allá de nuestros límites.

Pero, ¿dónde podemos encontrar esta fuerza? Para algunos es la fe en una dimensión sobrenatural y en un Dios personal que ama y nos acompaña. Para todos puede ser la cercanía de los amigos, de los “compañeros de viaje” que nos apoyan y nos hacen sentir su proximidad y confianza. Sacan lo mejor de nosotros y nos ayudan a superar lo aparentemente «imposible» de nuestras incapacidades para alcanzar la «posibilidad» de una vida coherente.

Es la consecuencia de la dimensión comunitaria fruto de relaciones basadas en la reciprocidad. Ya lo decía Chiara Lubich en 1948, en el lenguaje propio de la época: «¡Y adelante! No con nuestra fuerza, miserable y débil, sino con la omnipotencia de la unidad. Si permanecemos fieles a nuestra divisa […] el mundo verá la unidad”[1].

Ir más allá de nuestros límites nos abre a nuevas oportunidades y experiencias que, de otro modo, podrían parecer fuera de nuestro alcance, permitiéndonos creer y testimoniar que toda esperanza es posible.

Pero, ¿es factible creer “que todo es posible” ante lo absurdo del Mal? Es la gran pregunta de la humanidad de hoy y de siempre. Una pregunta sin respuesta que une a todos, creyentes, no creyentes, en una búsqueda que sólo puede emprenderse juntos. Porque si el “Mal” sigue siendo un misterio, igual de poderosa es la fuerza del “Bien”. No hay una respuesta, sino un horizonte de sentido.

Así lo reafirmaba en una reciente entrevista Edith Bruck, deportada a Auschwitz cuando tenía 13 años y que hoy, con noventa y dos, sigue siendo un auténtico testigo de paz. Cuando terminó la guerra, ella y su hermana tuvieron el dilema de su vida. “Cinco fascistas húngaros que habían apoyado a los nazis nos suplicaron que les ayudáramos a volver a casa clandestinamente y les ayudamos en el camino. Compartimos con ellos pan y chocolate. Ese fue uno de los momentos más intensos que yo he vivido espiritualmente. Yo estaba tratando como un amigo a alguien que podía haber matado a mi padre”. La decisión no fue fácil y discutió mucho con su hermana, pero lo hicieron porque pensaron que quizás, así, esas personas nunca volverían a maltratar a un judío [2].

LA IDEA DEL MES, es elaborada por el “Centro para el diálogo con personas de convicciones no religiosas” del Movimiento de los Focolares. Se trata de una iniciativa nacida en 2014 en Uruguay para compartir con amigos no creyentes los valores de la Palabra de Vida que es la frase de la Escritura que los miembros del Movimiento se esfuerzan por poner en práctica en su vida cotidiana. Actualmente LA IDEA DEL MES es traducida a 12 idiomas y se distribuye en más de 25 países, con adaptaciones del texto según las diferentes sensibilidades culturales. dialogue4unity.focolare.org


Fotos: © Pixabay

[1] Chiara Lubich “Lettere dei primi tempi”. Città Nuova Roma 2010 p. 16
[2] Marisol Rojas Cadena SER- artículo sobre E. Bruck 26/01/2024

Concurso Chiara Lubich: bajo el signo de la paz

Concurso Chiara Lubich: bajo el signo de la paz

“El concurso ha sido y sigue siendo una forma de dar a conocer la figura de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, especialmente a las nuevas generaciones y a un público que se ha acercado a ella desde un enfoque de carácter cultural” dice Giuliano Ruzzier, docente y colaborador del Centro Chiara Lubich.

El concurso está promovido por el Ministerio de la Instrucción y del Mérito, New Humanity y la Fundación Museo Histórico de la provincia de Trento. La temática de este año es la paz: reflexionar acerca del significado de esa palabra y de esa realidad, a la luz del aporte que nos ha dejado Chiara Lubich. “En su vasto patrimonio, considerando los ámbitos en los que ella se ha expresado de forma explícita sobre este tema –explica Ruzzier– hemos individualizado cuatro perspectivas a partir de las cuales se puede reflexionar en la temática de la paz”.

Las pistas por las que caminar son, concretamente, el diálogo constructivo entre personas de religiones y culturas diferentes, la superación de las disparidades económicas, el compromiso personal por la fraternidad generando relaciones de proximidad, y la difusión de una cultura de paz. “Chiara Lubich tuvo una mirada completa. Es conocida su invitación a ‘amar la patria del otro como la propia’, nos sigue diciendo el profesor Giuliano Ruzzier. “Seguramente algo que caracteriza el pensamiento y la vida de Chiara es el hincapié que hace en las relaciones de proximidad en la cotidianeidad. Como ella dijo, toda nuestra jornada puede llenarse de servicios concretos, humildes e inteligentes, que son expresiones de nuestro amor. No existe ningún gesto, por más pequeño que sea, que no tenga una implicancia en el cuerpo social”.

El concurso está dirigido a los niños de la escuela primaria y a chicos y jóvenes de la escuela secundaria. “Como ya sucedió en los años anteriores, este año también y de una manera especial, esperamos una amplia participación incluso por parte de las escuelas italianas en el exterior, ya que la temática escogida tiene un claro alcance internacional”.

Le preguntamos a Giuliano Ruzzier, qué les diría él como docente a sus colegas para alentarlos a participar en este concurso. “A mí me parece que con este concurso se les ofrece a los chicos la posibilidad de reflexionar de una manera original y autónoma sobre una idea que seguramente tiene gran actualidad e importancia como es el tema de la paz. Además, ofrece también la posibilidad de dialogar con el pensamiento muy singular de una mujer que recorrió y vivió de una forma fuertemente significativa el siglo XX. Y que se ha expresado de múltiples maneras”.

El término para la presentación de los trabajos es el 31 de marzo de 2025. Para acceder al reglamento y para todo tipo de información: https://chiaralubich.org/concorso-per-le-scuole-2024-25/

Carlos Mana

Evangelio vivido: “En su pobreza ha puesto todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44)

Evangelio vivido: “En su pobreza ha puesto todo lo que tenía para vivir” (Mc 12,44)

Esta mañana, mientras estaba comprando en el supermercado, pasé junto a un carrito grande donde una empleada estaba apilando cajas y vi que dos de ellas estaban en el suelo.

Temiendo haberlas dejado caer sin darme cuenta, me disculpé, luego recogí las cajas y las coloqué en el carrito.

La empleada me agradeció y me dijo que no me preocupara. Luego, haciendo un comentario en voz alta, añadió: “¡La amabilidad es rara!”. Otra persona que pasaba cerca confirmó: “¡Es realmente cierto!”. Entonces la dependienta le contó, a modo de explicación, lo sucedido.

Por mi parte, estaba feliz, también porque este pequeño episodio me recordaba una frase que escuché hace algún tiempo y que me llamó la atención: nos invitaba a “sembrar amabilidad”. Me pareció una “caricia” de Dios.

G.S. – Italia (*)

Tengo un hermano, cristiano católico, que se casó con una mujer alemana de la Iglesia Evangélica. Cuando se establecieron en Italia, la relación entre mi madre y mi cuñada no fue fácil, aunque ella no se oponía a que sus hijos fueran educados en la Iglesia católica. En cuanto a mí, traté de ser un “mediador” entre ella y mi madre. Mi cuñada también sufría por la incomprensión, que sin embargo se solucionó poco antes de la muerte de nuestra madre. Desde hace un tiempo comparto con ella diariamente, vía WhatsApp, el “pensamiento del día” que nos ayuda a vivir cada día el amor evangélico. Un día nos invitó a “ser misericordiosos”, con este breve comentario: “La misericordia es un amor que sabe acoger a cada prójimo, especialmente a los más pobres y necesitados. Un amor que no mide, abundante, universal, concreto”. Su respuesta no se hizo esperar: “Si te he hecho sentir mal en cualquier circunstancia en los últimos años, perdóname”. Sorprendida, respondí a mi vez: “Yo también me disculpo”. Y ella: “No recuerdo ningún episodio por el que deba disculparte…”.

C. – Italia (*)

Una persona muy querida me pidió que escribiera algo sobre mi experiencia como docente para un conocido suyo de otro país que estaba haciendo un proyecto sobre educación en valores.

Entendí que era una oportunidad para transformar en testimonio y “anuncio” lo que, de alguna manera, ha sido, a lo largo de mi vida, mi respuesta personal al “llamado” a vivir según las enseñanzas del Evangelio como docente y como madre.

La redacción requirió muchas horas de escritura, borrando, corrigiendo, reescribiendo, recordando aspectos que podría agregar, eliminando otros que me parecían irrelevantes y, sobre todo, filtrando cada palabra con amor. Intenté ponerme en el lugar de la persona para quien escribía, porque, aunque no la conocía, podía amar a Jesús en ella.

Se lo envié a mi amiga, sabiendo que tal vez no era exactamente lo que necesitaba, pero dispuesta para cambiarlo todo.

Para mi sorpresa, ella respondió: “Ya envié tu carta y gustó mucho”. Sin duda, no fue la escritura en sí lo que gustó, sino la obra que Dios hizo en mí y que, compartida, puede ser una pequeña luz para los demás.

Y por supuesto, las otras cosas que necesitaba hacer en esos días fueron fáciles de solucionar, ya que hubo algunos cambios de programa que me dejaron tiempo libre para hacerlas.

C.M. – Argentina

Carlos Mana
Foto © StockSnap-Pixabay

(*) De “Il Vangelo del giorno” noviembre-diciembre, Città Nuova, Roma 2024.

“Resurrección”

“Resurrección”

El 30 de septiembre de 2024, el Focolare Meeting Point recibió a la delegación coreana de la Fundación Lee Tae Seok y al director Soo-Hwan Goo, que presentaron a los participantes el documental «Resurrección».
Resurrección» cuenta la historia de John Lee Tae Seok, también conocido como “P. Jolly” (P. Allegro), un salesiano coreano que dedicó su vida a atender a los más pobres y sufrientes, especialmente en Sudán del Sur, y la historia de unos 70 de sus alumnos una década después de su muerte.
A pesar de su tristemente corta vida, el Hermano John Lee dejó una huella indeleble en los corazones de las personas que conoció a través de su compromiso como médico, educador y hombre de fe. Su legado sigue inspirando a miles de personas en todo el mundo.

Iglesia, rostro de esperanza

Iglesia, rostro de esperanza

Vivir la Iglesia en su dimensión comunitaria a través del método sinodal. Este es uno de los mensajes que surgieron del congreso eclesial organizado por el Movimiento de los Focolares de Italia y Albania que se celebró a principios de noviembre en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo, en Italia. Un evento que contó con la participación de mil personas, de diferentes edades y vocaciones, que adhieren a la espiritualidad de los Focolares, pero también representantes de otras asociaciones.

Cristiana Formosa y Gabriele Bardo, responsables del Movimiento de los Focolares en Italia y Albania, resaltaron el camino recorrido hasta ahora junto con otras realidades de la Iglesia italiana. Todo surgió de “un diálogo profundo, crecido en el tiempo, entre sacerdotes y laicos; trabajando juntos, personas de todas las ramas de la Obra de María (es decir, Movimiento de los Focolares); una valorización creciente de todos aquellos que de diferentes maneras trabajan en la iglesia local y en los organismos diocesanos y nacionales. […] Sentimos que en los últimos años esta sensibilidad dentro del Movimiento ha crecido significativamente y tanto a nivel nacional como local colaboramos mucho más con otros Movimientos y Asociaciones eclesiales”.

El primer día, el profesor Vincenzo Di Pilato, profesor de teología fundamental y coordinador académico del Centro Evangelii Gaudium, destacó (testo) la figura de María como Madre de Dios y Madre de la humanidad, resaltando la raíz trinitaria de la encarnación y la dimensión social de María.

A continuación, el cardenal Giuseppe Petrocchi ha ahondado en la realidad del ser Iglesia hoy, subrayando cómo es necesario tener una brújula de valores para entender cómo moverse, qué iglesia ser y cómo ser iglesia. Debemos estudiar y amar el contexto sociocultural del territorio en el que actuamos y mirar los signos de los tiempos: lo que el Señor nos pide hoy.

Luego, un espacio para diversas experiencias sobre proyectos educativos dirigidos a personas marginadas, sobre las nuevas generaciones, la fraternidad universal, la opción de los “pobres” por una sinodalidad inclusiva.

El segundo día estuvo enriquecido con la presencia de la Dra. Linda Ghisoni, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, que trajo el saludo y el aliento del Prefecto del Dicasterio, el cardenal Kevin Joseph Farrell. La Dra. Ghisoni donó una reflexión meditativa titulada “Dimensión mariana: una Iglesia con rostro sinodal”. Recorriendo la vida de María, afirmó que también nosotros debemos “confiar en Dios que es fiel”. Nos corresponde a nosotros, lejos de cualquier triunfalismo, estar de pie ante las situaciones más duras de nuestra sociedad, de nuestra familia, de nuestro movimiento. No debemos avergonzarnos si parece que pertenecemos a un grupo de fracasados, si tenemos cobardes entre nosotros, y acoger la llamada a una generatividad siempre nueva, anunciando con cercanía, cuidado, escucha, inteligencia, atención y diálogo, que Dios es fiel, es cercano, es misericordioso”.

Y ha recordado las palabras que el cardenal Farrell dirigió al Movimiento de los Focolares en el 80° aniversario de su nacimiento: “El ideal que Chiara (Lubich) transmitió sigue siendo siempre actual, incluso en el mundo secularizado de hoy, tan diferente del de los inicios de la Obra. Vuestro carisma contiene en sí una gran carga vital, pero como suele decir el Santo Padre: ‘no es una pieza de museo… necesita entrar en contacto con la realidad, con las personas, con sus inquietudes y sus problemas. Y así, en este encuentro fecundo con la realidad, el carisma crece, se renueva y la realidad también se transforma, se transfigura a través de la fuerza espiritual que este carisma trae consigo’”.

Con Marina Castellitto y Carlo Fusco se profundizó en el tema de la vocación universal a la santidad, a través de las figuras de algunos miembros del Movimiento de los Focolares para quienes se ha iniciado la causa de beatificación.

Después la experiencia de la Semana social de los católicos italianos celebrada en Trento en julio de 2024: “Esos días fueron una experiencia de escucha y de estudio del aquí y ahora de nuestro tiempo: interrogándonos sobre nuestro ser comunidad de creyentes en el más amplio ámbito eclesial y, por tanto, comunidad política como historia y red de relaciones humanas”, afirmó Argia Albanese, presidenta del Movimiento Político por la Unidad (MPPU) Italia.

La jornada continuó con la experiencia de la Consulta Nacional de Agregaciones Laicas (CNAL) en presencia de la secretaria Dra. Maddalena Pievaioli. La Consulta es el lugar en el que viven de manera unitaria la relación con el Episcopado italiano, ofreciendo la riqueza de sus asociaciones y acogiendo activamente sus programas e las indicaciones pastorales. La esperanza es que esta realidad pueda difundirse cada vez más dentro de las Asociaciones.

Cerrando el intercambio de algunas buenas prácticas como el Centro Evangelii Gaudium, las experiencias del Movimiento Diocesano de Pesaro y Fermo y reflexiones sobre el diálogo ecuménico e interreligioso, el diálogo con personas de creencias no religiosas y el diálogo con el mundo de la cultura.

El último día contó con la participación de Margaret Karram y Jesús Morán, presidente y copresidente del Movimiento de los Focolares. Margaret narró su reciente experiencia en el Sínodo al ser convocada entre nueve personalidades en calidad de invitados especiales. “El Sínodo, con sus 368 participantes, entre obispos y laicos, entre ellos 16 delegados fraternos de otras Iglesias cristianas, nos ofreció un ejemplo perfecto de la dimensión universal de esta esperanza – afirmó Margaret –. Veníamos de 129 naciones y cada uno de nosotros era portador de nuestra propia realidad: de paz, de guerra, de pobreza, de bienestar, de migración, de alegrías y tristezas de todo tipo. Por eso diría que el primer mensaje, quizás el más importante, es la dimensión profundamente misionera del Sínodo. […] Y la primera lección que aprendimos es: caminar juntos, dar testimonio juntos, nos necesitamos unos a otros. La segunda lección fue la práctica espiritual del discernimiento que requiere: libertad interior, humildad, confianza mutua, apertura a la novedad”. (…) Nuestra responsabilidad es “ser portadores de la sinodalidad en todos los ámbitos: eclesial en primer lugar, basta pensar en cuántos de nosotros – ¡y aquí son muchísimos! – están comprometidos con su Iglesia local. Pero nosotros, miembros de la Obra de María, no podemos limitarnos sólo a este ámbito, somos un Movimiento laico y esta laicidad es imprescindible, viene del Carisma y no la podemos perder. El Sínodo ha subrayado en numerosas ocasiones que debemos ‘ampliar nuestra tienda’ para incluir a todos, especialmente a aquellos que se sienten excluidos”.

Jesús Morán realizó una meditación-reflexión sobre ser una Iglesia de esperanza hoy. “La esperanza – afirmó – nos ayuda a superar el miedo. La esperanza debe estar unida a la fe y al amor, las tres hermanas de la vida teologal. La esperanza es virtud comunitaria, nos libera del aislamiento de la angustia y nos lanza hacia el “nosotros”; un “nosotros” que se convierte en amor concreto al hermano”.

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Lorenzo Russo
Photo: FocolarItalia

Llamados a la esperanza

Llamados a la esperanza

“Dar un alma a Europa”. En síntesis, es ese el objetivo de Juntos por Europa, la red cristiana que hoy agrupa a más de 300 Movimientos y Comunidades cristianas de Europa occidental y oriental. Un signo de esperanza sobre todo en tiempos de conflictos y crisis.

El 31 de octubre pasado Juntos por Europa (JpE) ha celebrado el 25° aniversario de su nacimiento. El mismo día de 1999, en Augsburgo (Alemania), tuvo lugar el evento fundador con la firma conjunta católico-luterana de la Declaración sobre la justificación que ponía fin a una profunda ruptura entre las dos Iglesias desde hacía más de 500 años. En los años sucesivos se construyó un diálogo cada vez más profundo, sobre la base del perdón recíproco, hasta llegar al evento histórico del pacto de amor recíproco (diciembre de 2001) en la iglesia luterana de Munich repleta, con más de 600 personas.

Entre los primeros promotores de la red JpE se encuentran Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, otros fundadores de movimientos y comunidades católicas italianas y evangélico-luteranas alemanas, decididos desde un comienzo a caminar juntos.

Este año, del 31 de octubre al 2 de noviembre más de 200 representantes de la red JpE se reunieron en Graz-Seckau (Austria), para el evento anual cuyo título era “Llamados a la esperanza”, en representación de 52 Movimientos, Comunidades y Organizaciones provenientes de 19 países europeos. Estaban presentes cristianos ortodoxos, católicos, protestantes, reformados y miembros de las Iglesias libres, líderes espirituales y laicos, autoridades civiles y políticas.

Entre ellos el Obispo Wilhelm Krautwaschl de la Diócesis anfitriona, el Obispo Joszef Pàl de la Diócesis de Timisoara (Rumania), el Copresidente del Movimiento de los Focolares Jesús Morán, Reinhardt Schink, responsable de la Alianza Evangélica en Alemania, Markus Marosch de la Mesa Redonda (Austria), Márk Aurél Erszegi del Ministerio de Asuntos Exteriores húngaro, el ex Primer Ministro de Eslovenia Alojz Peterle y el ex Primer Ministro de Eslovaquia Eduard Heger. También participó del congreso una delegación de la Interparliamentary Assembly on Orthodoxie con el Secretario General Maximos Charakopoulos (Grecia) y el Advisor Kostantinos Mygdalis.

Gerhard Pross (CVJM Esslingen), moderador de JpE y testigo del comienzo, con ocasión del 25°aniversario puso de relieve en su discurso de apertura los muchos momentos de gracia vividos en estos años. El obispo Christian Krause, que en 1999 era presidente de la Federación Luterana Mundial y fue cosignatario de la “Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación”, él también, a través de un mensaje, hizo hincapié en la importancia de ese itinerario recorrido en común.

“Viendo la actual situación en Europa, he llegado aquí desalentado y deprimido –afirmó uno de los presentes–, pero estos días me han devuelto el coraje y la esperanza”. En esa sintonía, una señora ucraniana dijo: “Ser embajadores de reconciliación, eso es lo que me llevo del encuentro de Juntos por Europa. Vivo en un país en guerra, en donde aún no se puede hablar de reconciliación. Pero creo que podemos ser embajadores, porque un embajador es por definición un diplomático, no impone sino que presenta y prepara… Es esta la misión que deseo llevar allí donde vivo. Intentaré hacerlo tratando de ser, como ha dicho Jesús Morán, “artesano de una nueva cultura”.

De hecho, en su discurso, Jesús Morán había afirmado: “Las cosas no cambian de un día para el otro, son importantes los artesanos, los agricultores de una nueva cultura, que con paciencia trabajan y siembran y esperan. (…) Ese “juntos” del que estamos hablando no es juntos en el sentido de una unión. A diferencia de la unión, la unidad considera a los participantes como personas. Su objetivo es la comunidad… La unidad transforma las personas involucradas, porque llega hasta su misma esencia sin atacar su individualidad. La unidad es más que un compromiso común: es estar unidos, ser “uno” en el compromiso. Mientras en la unión la diversidad es fuente de conflicto, en la unidad es garantía de riqueza. En definitiva, la unidad es algo que está más allá de los participantes; la unidad los trasciende y, por lo tanto, no está hecha por ellos, sino que ellos la reciben como un don”.

Durante el encuentro los participantes renovaron solemnemente el Pacto del amor recíproco, base del compromiso común, rezando en cuatro idiomas: “Jesús, queremos amarnos como tú nos amaste”.

El evento concluyó con la idea de poder realizar un gran evento en 2027 con el objetivo de enviar una potente señal de unidad a Europa.

“Estoy segura de que el trabajo, la vida, el amor y el sufrimiento brindarán algo positivo a Europa – escribió una señora de los Países Bajos cuando concluía la manifestación–; es muy importante ser embajadores de reconciliación. (…) Los artesanos son importantes y arrojan la semilla de la esperanza”.

Lorenzo Russo

Valencia, España: después de la DANA la solidaridad

Valencia, España: después de la DANA la solidaridad

La provincia española de Valencia vivió uno de los desastres naturales más grandes de su historia hace algunos días luego de que las lluvias intensas provocaran inundaciones masivas -la DANA- en ciudades y pueblos de la región el pasado 29 de octubre.

Al momento se cuentan 214 fallecidos y aun están desaparecidos 32. Se calcula que 800.000 personas, un tercio de los habitantes de la provincia de Valencia, fueron afectados. Cerca de 2000 pequeños locales comerciales fueron invadidos por el agua y el barro y han perdido todo. Los automóviles navegaban como barcos de papel por las calles amontonándose unos sobre otros. No existe todavía registro de cuántas familias han perdido la fuente de su sustento. Un gran desastre magnificado por la prorroga indefinida de obras públicas necesarias para evitar que se produzcan estas verdaderas riadas.

Un gran desastre que se complementa con una gran solidaridad. Los días siguientes, cuando las aguas empezaron a retirarse y quedaba a la vista la acumulación de barro que todo lo cubría, miles de voluntarios, en su mayoría jóvenes, llegaban a la zona del desastre caminando con palas y escobas para ponerse manos a la obra.

“Esto ha sido, está siendo todavía, una tragedia inmensa. Por encima de cualquier cosa que hubiéramos podido imaginar. No acabábamos de creer que estaba pasando”, dice José Luis Guinot, médico oncólogo y presidente de la Asociación Viktor E. Frankl de Valencia para el apoyo emocional en la enfermedad, el sufrimiento, la muerte y cualquier pérdida vital. Fue convocado por el Ayuntamiento a colaborar en un centro de atención sanitaria y de apoyo que se creó para la ocasión para “escuchar y contener a quien viene con la necesidad de contar lo que le pasó y lo que está viviendo”.

Cuenta que algunos días después, participando de la misa dominical, le provoca dolor escuchar que sólo se rece por los muertos, los afectados de la inundación, sin proponer nada más. Luego reflexiona y piensa “cuidado, no nos basta rezar, aun si hay que rezar muchísimo. Es necesario acercarse para dar una esperanza. Y ahí nosotros como cristianos, como Movimiento de los Focolares, tenemos que dar esa esperanza más allá de las cosas durísimas que vivimos. Pero juntos y unidos es como podremos ayudar a salir de esta situación”.

En uno de los pueblos afectados a una familia de los Focolares con niños pequeños se les inundó la casa. No hubo consecuencias graves, pero ya nada de lo que tenían sirve: lavadora, heladera, todos los electrodomésticos, muebles… La ayuda de las otras familias no se hizo esperar: quien le lavó toda la ropa, quien les consiguió una lavadora nueva…

Eugenio, es un miembro de los Focolares que tiene una discapacidad por poliomelitis. Durante años se ha prodigado por la Federación de Deportes adaptados de Valencia, siendo el Presidente. Tiene muchos problemas de movilidad y durante los días siguientes a la inundación estaba imposibilitado de moverse. Pero tiene a mano el teléfono y desde su casa movilizó a las asociaciones locales de discapacitados que se organizaron para la ayuda. “Nosotros tenemos que dar ideas, ayudar a crear solidaridad, a generar donación”, aclara José Luis Guinot y así estas asociaciones han conseguido sillas de ruedas para quienes tienen las suyas inutilizadas.

“Yo creo que es una alerta a toda la sociedad. Es conocido que en España vivimos un periodo de conflicto político muy polarizado – reflexiona José Luis -. Pero hay otra sociedad de personas, muchos jóvenes, que pensamos que están atados a las redes sociales, sin embargo, ahora están ahí, en el barro, y nos están pidiendo una sociedad solidaria, un mundo unido, una sociedad donde la fraternidad se entiende. Este mensaje, hasta ahora no quedaba bien con los políticos. Pero ahora nadie lo va a discutir”.

Con la comunidad de los Focolares se reunirán un próximo fin de semana, después que pasen estos días de emergencia para pensar y programar juntos cuál es el servicio que pueden brindar. Porque “en dos o tres meses lo que va a venir va a ser esa necesidad de apoyo emocional, de sentirse parte de algo, de una comunidad, o bien parte de la parroquia… Allí tenemos una tarea muy grande, de usar mucho el teléfono, de poder ir a ver a las personas, de dejar que nos cuenten, animarlas sabiendo que está siendo muy duro, pero que estamos a su lado”. Una tarea en la cual se pueden y deben involucrar todos como dice José Luis: “No te puedes mover de casa, eres anciano, tienes hijos pequeños… pero tu tienes capacidad de hablar con tus vecinos, tienes la posibilidad de llamar por teléfono y dar ánimo. Transmitir comunidad… a quien está sufriendo una pérdida de seres queridos, bienes esenciales no le voy a explicar nada, les voy a dar un abrazo y le voy a decir: vamos a ayudarte para que encuentres la fuerza de salir adelante”. .

La comunidad de los Focolares ha lanzado una campaña de recogida de fondos junto a la Fundación Igino Giordani, fondos que gestionarán localmente para la ayuda a los damnificados. Los daños y pérdidas materiales son incontables. Los sobrevivientes se han quedado sin camas, mesas, neveras, lavadoras, coches, materiales de trabajo…

Se pueden hacer aportes solidarios a través de:
Fundación Igino GiordaniCaixaBank: ES65 2100 5615 7902 0005 6937
Proprietario: Fundación Igino Giordani
Concetto: Emergencia DANA España
Si se desea desgravar por su donación envíe sus datos fiscales a info@fundaciongiordani.org

Carlos Mana
Foto: © UME/via fotos Publicas

¿De qué sirve la guerra?

¿De qué sirve la guerra?

La paz es el resultado de un proyecto: un proyecto de fraternidad entre los pueblos, de solidaridad con los más débiles, de respeto recíproco. De ese modo se construye un mundo más justo, se arrincona la guerra come una práctica bárbara que pertenece a la fase oscura de la historia del género humano. Pasaron muchos años desde la primera publicación de este escrito, que resulta aun muy actual, en un momento en el que el mundo está desgarrado por conflictos atroces. La historia, nos dice Giordani, podría enseñarnos mucho.

La guerra es un homicidio en gran escala, disfrazado de una suerte de culto sagrado, como el sacrificio al dios Baal. Y la razón de ella es el terror que inspira, la retorica tras la que se esconde y los intereses que implica. Cuando la humanidad haya progresado espiritualmente, la guerra sera incluida entre los ritos cruentos, las supersticiones de los hechiceros y los fenómenos de barbarie.

La guerra es para la humanidad lo que la enfermedad para la salud, o el pecado para el alma. Es destrucción y vergüenza; ataca al alma y al cuerpo, a los individuos y a la colectividad.

Einstein afirmaba que el hombre tenia necesidad de odiar y destruir, y la guerra lo satisfacía. Pero no es asi. La mayorfa de los hombres, pueblos enteros, no manifiestan esa necesidad. O, en todo caso, saben contenerla. La razón y la religión condenan la guerra.

Todas las cosas apetecen la paz, segun Tomas de Aquino. En efecto, todas apetecen la vida. Solo los locos o los enfermos terminales pueden desear la muerte. Y la guerra es muerte. El pueblo no la quiere; la quieren algunas minorías que con la violencia se aseguran provechos económicos o, también, la satisfacción de las peores pasiones. Más que nunca hoy, los costos, las muertes y la destrucción definen a la guerra como una “masacre inútil”. Masacre y, además, inútil. Una victoria de la muerte sobre la vida, verdadero suicidio de la humanidad.

[…] “La inteligencia humana, destinada a otras finalidades, ha inventado y puesto en marcha hoy instrumentos de guerra capaces e despertar el horror en el ánimo de toda persona honesta, sobre todo porque no atacan solo ejércitos sino que a menudo también a poblaciones civiles, niños, mujeres, ancianos, enfermos… además de destruir construcciones sacras y obras de arte. ¿A quién no espanta la idea dde que nuevos cementerios se sumen a los ya numerosos del reciente conflicto y que nuevas ruinas humeantes de barrios y ciudades aumenten las destrucciones anteriores? ¿Quién no tiembla al pensar que la destrucción de nuevas riquezas, inevitable consecuencia de la guerra, pueda agravar la crisis económica que sufren los pueblos, especialmente las clases más humildes?” [1]. […]

Esa inutilidad fue confirmada por Pío XII en 1951: “Todos manifestaron con la misma enérgica claridad el horror ante la guerra, y la convicción de que ésta no es un medio válido para dirimir conflictos y restablecer la justicia. A ello pueden ayudar solamente acuerdos consensuados de manera libre y leal. Para admitir razones que justifiquen una guerra popular -en el sentido que respondan al deseo y las voluntad de los pueblos- sólo podría considerarse injusticias tan mayúsculas y destructivas de los bienes esenciales que alteren la conciencia de toda nación” [2].

Así como la peste apesta y el hambre genera hambruna, la guerra provoca muerte. Además, destruye también los instrumentos de la vida. Es una industria temeraria, una fábrica de ruinas.

Solamente un alterado mental puede pensar que de una masacre obtenga beneficios, salud de una grave hemorragia o energía de una pulmonía. El mal produce mal, así como la palmera dátiles. La realidad demuestra, también en este campo, la inconsistencia práctica del maquiavélico aforismo según el cual “el fin justifica los medios”.

El fin puede ser la justicia, la libertad, el honor, el pan; pero los medios provocan tal destrucción de alimentos, libertad, justicia, dignidad, además de vidas humanas -entre las de niños, mujeres, ancianos e inocentes de toda clase- que anulan trágicamente los mismos fines.

En síntesis, la guerra no sirve de nada, fuera de destruir vidas y bienes.

Igino Giordani, La inutilidad de la guerra, Ciudad Nueva, Buenos Aires, 2003, pag. 9
da https://iginogiordani.info/

Fotos: © Pixabay y CSC Audiovisivi

[1] Pio XII, “Mirabile illud”, 1950.
[2] Discurso al Cuerpo Diplomático, 1-1-1951.