7 de diciembre de 1943. Fecha de la que ahora celebramos su 70 aniversario. Un mujer de 23 años se dona a Dios… “se casaba con Dio”s. En ese momento Chiara Lubich no tenía intención de fundar nada, sencillamente “se casaba con Dios”. Sólo más tarde comienza a atribuirse a esa fecha el inicio simbólico del Movimiento de los Focolares.
Ella misma lo cuenta en una entrevista en 2002: “Y aquel día fui, él –el sacerdote- había preparado un reclinatorio en una Iglesia; yo debía ir allí, oír Misa. Tenía, en esa época se usaba, un misal pequeño, bonito. Y recuerdo que antes de pronunciar: “Soy toda tuya”, comprendí lo que estaba haciendo; era como si detrás de mí cayera un puente: ya no podía volver atrás. Y me acuerdo que me cayó una lágrima. Pero hice mi voto, voto, en definitiva, desposé a Dios. Y después volví a casa, y mi impresión era ésta: ¡te has casado con Dios: espérate cualquier cosa! Y yo estaba en espera de algo grande. No me habría jamás imaginado, naturalmente, un Movimiento como éste, que va más allá de todas las fuerzas humanas”.
Otras jóvenes siguen sus pasos; el círculo poco a poco se va ampliando: Natalia, Dori, Giosi,… Marco, Fons… “Por otro lado,-continúa Chiara en la entrevista- yo daba clases, daba clases a algunas compañeras, y con ellas enseguida… Me veían tan feliz: ‘Pero ¿qué tienes Chiara, que tienes?’ Entonces les conté y ellas: ‘Nosotras también’. Y poco a poco se prepararon: así comenzó el Movimiento”.
Al comienzo de todo, un descubrimiento: Dios es amor. Como más tarde escribiría Chiara Lubich: