Había nacido el 20 de Junio de 1938 en la localidad de Espinillo (Entre Ríos). Sus padres de origen rusos-alemanes, formaron una familia de 9 hijos. Su madre falleció cuando José tenía sólo 3 años. A los 9 años su padre lo pone como pupilo en un Colegio de los Sacerdotes del Verbo Divino en Esperanza (Santa Fe). Al terminar el secundario ingresa en el Noviciado de los Verbitas en Alta Gracia (Córdoba) y al concluir el segundo año pasó al Noviciado en Rafael Calzada (Buenos Aires) en donde cursa Filosofía y dos años de Teología. Con el Prefecto del Colegio Padre Jorge Novak, que luego sería Obispo de Quilmes, se replantea su vocación y éste le anima diciéndole que podría ser un cristiano auténtico y fecundo en el mundo. Al salir del seminario vive con una de sus hermanas en Capitán Bermúdez, donde un sacerdote le ofrece un trabajo en el Arzobispado de Rosario, además estudia Estadística y Cooperativismo.
El Padre Ignacio Aparicio le ofrece trasladarse a Cañada de Gómez a los fines de reiniciar el Secundario en un Colegio del Obispado con muy pocos alumnos. Para facilitar en ingreso de chicos de localidades vecinas crea una Residencia estudiantil en donde él mismo los atendía. En el Colegio ejercía como profesor y celador. Con el tiempo y ante el crecimiento del Colegio fue secretario y por varios años Vice-director, además de profesor en Humanidades, Geografía e Historia, además de Educación Cívica. Por otro lado también dentro de las horas disponibles, fue Jefe de Personal en una Fábrica de muebles en donde creó una profunda relación con los 40 obreros de esa empresa. Más tarde le ofrecen la posibilidad de ejercer como Profesor en un Colegio secundario nocturno para jóvenes de condición muy humilde, en donde también presta un servicio social muy importante entregándose con verdadero amor de padre.
En el año 1967 fue invitado a participar de una Mariápolis que a fines de Diciembre se realizaba en Embalse Río III, viaje que realiza con mucho entusiasmo junto a un grupo de El Trébol y Sastre (localidades vecinas a su residencia). En esa misma Mariápolis se conocería con Teresita, la que luego sería su esposa, que también viajaba con ese grupo. Tuvieron dos hijos: Edgar y Pablo.
A pesar de su gran formación religiosa, queda profundamente impactado por la frescura de la espiritualidad de la unidad, y conmovido por el clima vivido durante los días de Mariápolis. Fue inmediata su adhesión al Carisma de Chiara Lubich, y a partir de ese momento como un niño evangélico se deja conducir por el Padre que lo lleva a comprometerse siempre más como Voluntario y junto a su esposa, referentes de la comunidad, con Familias Nuevas y en al ámbito parroquial. Decidido, emprendedor y entusiasta, siempre vivió y se entregó totalmente al Ideal de Chiara como un auténtico hijo suyo.
Su amor y entrega al prójimo, lo llevó junto a su esposa, a recibir en su casa por varios años a un sacerdote amigo de la familia y considerado un hermano para ellos, enfermo de un problema renal muy grave, atendiéndolo permanentemente con inmenso amor hasta su partida acaecida poco tiempo antes de la inesperada muerte de José.
Su funeral fue una verdadera “fiesta a la Vida”. Acompañado por todos los de la familia de los Focolares, Profesores, alumnos y amigos del Colegio “José Razzetto” en donde por muchos años ejerció su apostolado, como así por tantas personas a las que José ayudó y se brindó generosamente. La misa celebrada en la Capilla del Colegio, por los tres sacerdotes de la ciudad, entre cantos que expresaban el sentimiento de todos los presentes en un profundo clima de unidad, presentaron a José, como un verdadero ejemplo de laico que había recorrido un camino de santidad.
Se había cumplido la “profecía” de Monseñor Jorge Novak: “Podrás ser un cristiano fecundo en el mundo”
