¡Gracias Peppuccio!

 
Nos ha dejado Giuseppe Maria Zanghí, apasionado de la Verdad, uno de los primeros compañeros de Chiara Lubich.

Conocido simplemente como Peppuccio, durante muchos años responsable de la Escuela Abba, el centro cultural de los Focolares, Giuseppe Maria Zanghí nos dejó de improviso a la edad de 85 años, después de una breve enfermedad, la tarde del 23 de enero. “El, que muchas veces nos habló del Paraíso, ahora puede gozarlo plenamente”, afirma María Voce, presidente de los Focolares al dar la noticia.
Lo recordamos con algunos párrafos de una entrevista que le hizo la revista Cittá Nuova en 2009.

20-10-05 054Compartiste con Chiara Lubich los inicios del Movimiento Gen, que reune a los jóvenes de los Focolares. ¿Por qué ella decidió comunicar también a las nuevas generaciones esas realidades místicas conocidas como el “Paraíso del 49”?
“En el fondo ¿qué es el “Paraíso del ’49”? Es la narración escrita que Chiara le enviaba a Igino Giordani de lo que le sucedía a ella en el verano de 1949 en Fiera di Primiero (ndr. localidad de las Dolomitas, en el norte de Italia), un período contemplativo en el que Dios le imprimía en el ama, como con un hierro incandescente, el proyecto de la Obra que tenía que iniciar. Dios hace esto con todos los místicos que tienen que ser fundadores de una realidad en la Iglesia. La característica del ’49 es que en esta experiencia contemplativa con Chiara estuvo un grupo de focolarinas y focolarinos -por participación- que pasaban con ella un período de vacaciones, unidos por el amor de Dios: pero una fusión que dejaba intactas las distintas individualidades. Se trata de una experiencia muy original también bajo el aspecto cultrual, porque está relacionada con lo que yo llamo un “sujeto colectivo”. Toda cultura, en efecto, nace de un sujeto y, según lo que pienso, el hombre de hoy está a la búsqueda justamente de un sujeto para la cultura que tiene que nacer. Esta es para mi la contribución más grande -y está todo por comprender- de Chiara para el nacimiento de una nueva cultura.
“Pero, dejando de lado este aspecto, sobre el que tendremos que trabajar y estudiar, la realidad en la cual Dios había abierto a Chiara el abismo de su vida haciéndole comprender, al mismo tiempo, muchas cosas de la Obra que habría nacido, en ella no era algo solo para recordar, sino vida actual. Y esto lo sentías estando a su lado. Sentías que seguir el Ideal de la unidad no era tanto conocer una doctrina o escuchar hablar de la experiencia hecha por una persona, no, sino entrar en la realidad en la cual Chiara había vivido en el ’49 y que continuaba. Para ella también los jóvenes del movimiento, los gen, tenían que entrar en la esencia de esta experiencia umana y divina a la vez, espiritual y cultural, y permanecer en ella, desarrollándola y llevándola adelante. Por eso ella quiso empezar a darles a los jóvenes algo de este “Paraíso”.
“¿Cuáles son los efectos? Recuerdo haber escuchado a Chiara decir más de una vez que en los gen auténticos encontraba un auditorio que la comprendía hasta el fondo. Tengo presente varias videograbaciones donde ellos aparecen encantados, como si desde siempre hubiesen esperado escuchar estas cosas”.

1422036015Menos conocidos son los períodos de prueba que Chiara pasó y que en términos místicos se llaman “noches”.
“Esto es típico de todos los grandes fundadores de movimientos espirituales como Francisco, Teresa de Avila, Ignacio de Loyola… pero también un poco de todos los místicos. ¿Qué es la “noche”? Lo que Dios realiza en lo íntimo de la persona que ha elegido para hacerla capaz de seguir una determinada tarea. Y al mismo tiempo en esta purificación también ése o ésa que son instrumentos maduran, crecen. Chiara vivió distintas “noches”. Lo que puedo decir es que en el último período de su vida ella estaba viviendo una, como ella dijo, distinta de las demás que había vivido: la llamaba la “noche de Dios”, que paragonaba con un sol que se pone en el horizonte con un ocaso permanente. Chiara permaneció en esta ausencia hasta los últimos días, manteniéndose siempre fiel a Dios”.

¿Qué produjeron estos momentos particulares?
“Cada vez significaban una más profunda penetración de Dios en el alma de Chiara y por lo tanto, de parte suya, una mayor capacidad de llevar adelante la obra que Dios, según su proyecto, le había confiado.
“Pero hay que tener en cuenta algo impotante: por Jesús abandonado, que es el icono de la “noche”, de la ausencia de Dos, “mi noche no tiene oscuridad”. Es decir esta situación dramática, si se vive en el amor a él, enseguida se convierte en un don, fuente de vida. Jesús abandonado no es un momento para pasar y entrar en la luz, es la luz misma. Si comprendes esto comprendiste la táctica con la cual Dios te trabaja.
“Yo he tratado de decir algo sobre esta “noche de Dios” en mi librito Gesú abbandonato maestro di pensiero (Cittá Nuova) -ndr. Jesús abandonado maestro de pensamiento-, pero es una realidad para profundizar y entregar a la historia de la espiritualidad. A mi me parece que allí está la llave para comprender también la “noche de la cultura actual” (Chiara misma lo decía), y como poder resurgir, el camino de la resurrección”.

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