Movimiento de los Focolares
MilONGa: una red de voluntariado joven con impacto global

MilONGa: una red de voluntariado joven con impacto global

En el mundo también surgen espacios en los que la fraternidad se cultiva con propósito. Uno de ellos es MilONGa, un proyecto que se ha establecido como una iniciativa clave en el ámbito del voluntariado internacional, con el objetivo de promover la paz y la solidaridad a través de acciones concretas.

MilONGa propone una alternativa concreta: vivir la solidaridad en primera persona, a través de experiencias que trascienden fronteras culturales, sociales y geográficas.

Su nombre, que proviene de “Mil organizaciones no gubernamentales activas”, es mucho más que un proyecto. Es una red que une a jóvenes con organizaciones de diversas partes del mundo, brindándoles la oportunidad de involucrarse activamente en iniciativas sociales, educativas, medioambientales y culturales. Desde su creación, el programa ha crecido tejiendo una comunidad global que se reconoce en valores compartidos: la paz, la reciprocidad y la ciudadanía activa.

Lo que distingue a MilONGa no es solo la diversidad de sus destinos o la riqueza de sus actividades, sino el tipo de experiencia que propone: una inmersión profunda en realidades locales, donde cada voluntario y voluntaria no llega a “ayudar”, sino a aprender, intercambiar, construir juntos. Se trata de un camino de formación integral que transforma tanto a quienes lo viven como a las comunidades que los acogen.

Los países donde se pueden realizar estas experiencias son tan diversos como los jóvenes que las protagonizan y abarca distintas latitudes: México, Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Perú en América, Kenia en África, España, Italia, Portugal y Alemania en Europa, Líbano y Jordania en Medio Oriente.

En cada uno, MilONGa colabora con organizaciones locales comprometidas con el desarrollo social y la construcción de una cultura de paz, ofreciendo a los voluntarios oportunidades de servicio que tienen un impacto real y duradero.

Detrás de MilONGa hay un sólido entramado de alianzas internacionales. El proyecto cuenta con el respaldo del AFR.E.S.H., project, co-financiado por la Unión Europea, que permite consolidar su estructura y ampliar su impacto. Además, forma parte del ecosistema de New Humanity, organización internacional comprometida con la promoción de una cultura de unidad y diálogo entre los pueblos.

Una historia que deja huella

Francesco Sorrenti fue uno de los voluntarios que viajó a África con el programa MilONGa. Su motivación no fue solo el deseo de “ayudar”, sino una necesidad más profunda de comprender y acercarse a una realidad que sentía lejana. “Era algo que me llevaba dentro desde hacía años: una curiosidad profunda, casi una urgencia de ver con mis propios ojos, de intentar acercarme a una realidad que sentía lejana”, cuenta Francesco sobre su experiencia en Kenia.

Su experiencia en Kenia estuvo marcada por momentos que lo transformaron. Uno de ellos fue su visita a Mathare, un barrio marginal de Nairobi. “Cuando uno de ellos me dijo: ´Mira, aquí viven mis padres. Yo nací aquí, mis hijos también. Mi esposa la conocí aquí, y probablemente muramos aquí´, sentí una impotencia muy fuerte. Entendí que antes de hacer cualquier cosa, era necesario detenerse. Que no estaba allí para arreglar las cosas, sino para mirar. Para no dar vuelta la cara”.

También vivió momentos de luz en su trabajo con niños en una escuela local. “La alegría de esos chicos era contagiosa, física. No hacían falta muchas palabras: bastaba estar ahí, jugar, compartir. Ahí comprendí que no se trata de hacer grandes cosas, sino simplemente de estar presente”, cuenta.

Dos años después de su experiencia, Francesco sigue sintiendo su impacto. “Mi manera de ver las cosas cambió: ahora valoro más lo que realmente importa y aprendí a apreciar la simplicidad. Esta experiencia también me dejó una forma de fuerza, una tenacidad interior. Te queda dentro una especie de resistencia, como la que vi en los ojos de quienes, al amanecer, querían hacerlo todo aunque no tuvieran nada”.

Encuentros que multiplican el compromiso

En abril de 2025, MilONGa formó parte del congreso internacional “Solidarity in Action, Builders of Peace” que tuvo lugar en la ciudad de Porto, en Portugal. Este encuentro fue organizado en conjunto por AMU (Azione per un Mondo Unito), New Humanity NGO y el Movimiento de los Focolares de Portugal, reuniendo a jóvenes líderes de todo el mundo vinculados a los programas Living Peace International y MilONGa.

Durante tres días, Porto se convirtió en un laboratorio de diálogo y acción, en el que los y las jóvenes participantes intercambiaron experiencias, compartieron buenas prácticas y construyeron estrategias conjuntas para fortalecer su rol como agentes de paz. MilONGa tuvo un rol clave, no solo a través de la participación activa de sus voluntarios, sino también mediante la creación de sinergias con otras redes juveniles comprometidas con la transformación social.

Uno de los momentos más significativos del congreso fue el espacio de talleres colaborativos, donde los y las participantes imaginaron y diseñaron proyectos concretos de impacto local y global.

MilONGa no se define solo por lo que hace, sino por el horizonte que propone: un mundo más justo, más unido, más humano. Un mundo donde la solidaridad no es una consigna, sino una práctica cotidiana; donde la paz no es una utopía, sino una responsabilidad compartida.

Manuel Nacinovich

Volver a nacer desde la oscuridad: un llamado a la unidad

Volver a nacer desde la oscuridad: un llamado a la unidad

Provengo de un contexto familiar de división; nací de una relación extra-matrimonial de mi padre. Por ello mantuve en secreto mi existencia y durante mucho tiempo sentí, sobre todo siendo niña, un temporáneo abandono de su parte.

Sentía que mi historia tenía algo que quedaba en la oscuridad. Lo que no sabía era que Jesús iniciaría un proceso de conversión radical en la vida de mi padre, que lo llevaría a ser un pastor pentecostal.

Mi historia y el sentido de abandono podrían haber sido, sin duda, un motivo para alejarme de la fe. Sin embargo, no fue lo que sucedió. Frente a la experiencia del abandono, no podía dejar de interrogarme acerca de ese amor que, incluso frente al dolor de una niña, había alcanzado la vida de mi padre. A veces me preguntaba: “¿Qué tipo de amor es éste, que es capaz de atravesar el dolor que estoy sintiendo?”. Cuando tenía 16 años, durante un crucero por la finalización de mis estudios secundarios, encontré ese amor. Una noche, sentada en la parte superior del buque, la voz del Señor habló claramente a mi corazón: “No has nacido para hacer lo que hacen tus amigos, Mayara, tú eres mía”. Gracias a lo que empezó allí, me volví una joven pentecostal convencida.

Cuando tenía 19 años, entré a la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (Brasil) para estudiar teología. Tras una historia que sólo el Espíritu puede escribir, llegué a ser presidente del Centro académico y de la Comisión estudiantil de teología del Estado de San Pablo. Era muy amiga de algunos seminaristas, y tuve contactos con varias diócesis y órdenes religiosas; algunos sacerdotes visitaban mi casa a menudo. Al comienzo, mi madre bromeaba: “Nunca me hubiera imaginado tener a tantos sacerdotes en mi casa, Mayara”.

Por esa experiencia decidí escribir mi tesis final sobre la unidad de los cristianos, pero cuando empecé a pensar en qué camino tendría que seguir, se dieron muchas cosas que me llevaron a reflexionar sobre mi historia familiar; atravesé un profundo proceso de perdón y reconciliación. Y así, mientras perdonaba, escribía. En todo momento, mi memoria me recordaba cuánto puede doler tener una familia dividida, pero fue en esos momentos cuando el Señor también me preguntó: “¿Y mi familia, la Iglesia?” Podía, y sentí que era necesario, unir mi abandono al de Jesús.

“Decidí escribir mi tesis final sobre la unidad de los cristianos (…), y se dieron muchas cosas que me llevaron a reflexionar sobre mi historia familiar; atravesé un profundo proceso de perdón y reconciliación”.

Nella foto: Mayara durante el Congreso Ecuménico
en Castel Gandolfo (Roma, Italia) en el mes de 2025

Partiendo del patrimonio común de la Sagrada Escritura, concluí esa etapa tan sufrida escribiendo sobre el tema: “El Espíritu y la Esposa dicen: ¡ven!” La figura de la Esposa como respuesta profética a la unidad de la Iglesia”. Fue ese paso el que me condujo al diálogo católico-pentecostal: a la Comisión para la unidad de la Renovación carismático-católica de San Pablo y a la Misión Somos uno. Fundada por laicos en el contexto de una comunidad católica (Coração Novo-RJ), la Misión Somos uno se basa en una carta de intenciones firmada por líderes católicos y evangélicos en la que se definen los cuatro pilares del camino de diálogo: respeto de las identidades confesionales, eclesialidad, no proselitismo y cultura del encuentro. En el calendario oficial de la ciudad de Rio de Janeiro incluso hay una semana cuyo título es “Semana Somos uno” y nos ha sorprendido que hayamos recibido el reconocimiento como Patrimonio cultural e inmaterial. En la práctica, la Misión reúne a líderes evangélicos, católicos y pentecostales con una finalidad común: proclamar la unidad de los cristianos. El diálogo teológico se ha hecho posible por la creación de un Grupo de trabajo (GdT) católico-pentecostal nacional. Su objetivo es reflexionar teológica y pastoralmente acerca de la experiencia carismático-pentecostal, a partir de la realidad latino-americana. Recientemente hemos publicado el primer informe, fruto de nuestros encuentros, sobre los dones del Espíritu Santo. En el 2022 empezó el trabajo de la Misión Jóvenes Somos Uno, un grupo en el que me encuentro totalmente involucrada con todo mi corazón y mi servicio. Por todos estos motivos veo a la Misión Somos uno como un signo de esperanza. En primer lugar, por toda la comunión que he experimentado y, en segundo lugar, porque mi historia personal se entrelaza sin duda con ella.

Como encargados que somos de ser “peregrinos de la esperanza”, quisiera concluir todo esto que les he compartido con una frase que mi padre dice cuando cuenta la historia de nuestra familia. Repite innumerables veces que ella nació entre dolores y heridas, pero inundada por el amor infinito de Dios; se trata de la tribulación que se ha convertido en vocación”. Cuando mi padre vislumbra esa realidad, cita siempre la carta de San Pablo a los Romanos: “Allí en donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia de Dios” (Romanos 5, 20). Parafraseando ese texto bíblico, en esta “Semana de oración por la unidad de los cristianos 2025”, en el año del Jubileo y de la celebración de tantos aniversarios importantes como el Concilio de Nicea, me anima y me hace pensar que en medio de tantas heridas abundantes a lo largo de la historia de la Iglesia, seguramente Dios hace sobreabundar su esperanza.

Mayara Pazetto
Foto: © CSC Audivisivi

Up2Me Niños: una nueva oportunidad de formación

Up2Me Niños: una nueva oportunidad de formación

Up2Me es un programa de formación y educación sobre afectividad y sexualidad propuesto por el Movimiento de los Focolares. Nació en 2015 como respuesta a los retos educativos de las jóvenes generaciones del tercer milenio. Actualmente, está presente en 35 países de todo el mundo y ofrece cursos dirigidos específicamente a cada grupo de edad: niños y niñas con sus familias, preadolescentes y adolescentes (con un curso paralelo para sus padres) y jóvenes.

Conocemos más profundamente el curso para niños de 4 a 8 años, junto con Paolo y Teresa Radere, quienes llevan años comprometidos con la formación, en particular de las nuevas generaciones de los Focolares.

Paolo, Teresa, ¿en qué consiste Up2Me para niños?

Es una experiencia que los niños viven con sus padres, un itinerario de formación integral que parte del desarrollo de la afectividad, la emocionalidad y la sexualidad, estimulando también la esfera espiritual y la inteligencia existencial, para asumir una visión abierta y profunda del mundo y de las personas desde la infancia. El camino busca una relacionalidad positiva, creativamente abierta al diálogo, a la aceptación, al respeto por la singularidad e irrepetibilidad de la persona humana, para generar el marco necesario para una experiencia de crecimiento personal y comunitario, y para la apertura a los demás.

¿A quién va dirigido?

Está dirigido a todas las familias con niños, preferiblemente de 4 a 8 años. Si, como ocurre en todas las familias, hay niños mayores o menores, participar en Up2Me no es un problema, sino una oportunidad, ya que toda la familia vive una experiencia. El programa también se puede ofrecer a hijos de familias de acogida, familias monoparentales o separadas. En estos casos, los niños serán acompañados por la figura adulta que les sirva de referencia (uno de los dos padres biológicos o de acogida, o ambos, un tío, un abuelo, etc.).

El proyecto también puede proponerse y llevarse a cabo en grupos familiares, en la parroquia o en un ámbito escolar.

¿Cuáles son los objetivos?

Para los niños, el objetivo final es compartir experiencias con sus padres y otras figuras de referencia, necesarias para el desarrollo de su identidad y un crecimiento integral y armonioso. Reconocer, acoger y expresar emociones primarias con un valor positivo de forma adecuada al contexto; tener una comunicación positiva y efectiva con los padres; desarrollar la interioridad, el autoconocimiento, crecer en la dimensión espiritual — entendida como la capacidad de contemplar y trascender —, y aprender a cuidar el propio cuerpo, de los demás y a la naturaleza.

Para los padres, el curso es útil para favorecer el crecimiento de la capacidad de comunicarse entre generaciones dentro de la unidad familiar, entre familias y con la cultura contemporánea para valorizar su potencial latente; profundizar en el conocimiento del desarrollo sociocognitivo y psicológico del niño y el tipo de relaciones que lo favorecen; comprender cómo las formas en que los padres actúan y se relacionan con sus hijos influyen en su crecimiento y aprender buenas prácticas educativas para la regulación emocional; conocer la influencia de las nuevas tecnologías en la educación de los niños y el papel de los padres en ella.

¿Cuáles son los contenidos del camino?

A partir de la experiencia y el estudio de estos años, y para darle un carácter orgánico al camino, hemos elegido la metáfora de “un viaje juntos hacia la felicidad”. Decidimos trabajar en la educación afectivo-relacional de los niños porque esta constituye la base de su relación afectiva y sexual; las emociones permiten la articulación del cuerpo y la mente, lo que favorece el crecimiento personal integral. El método de formación experiencial permite a padres e hijos compartir sus experiencias diarias en reuniones comunitarias, dialogar, profundizar e iluminar, construyendo así nuevos saberes que surgen de la propia sabiduría y la de los demás.

Los contenidos se presentan a través de una pluralidad de lenguajes: el juego, el movimiento, la sensorialidad, la representación icónica, la narración, las imágenes, la danza como características del abordaje de las diferentes temáticas.

La idea es un viaje en avión que transmite al niño la imagen de la continuidad del itinerario, la sensación de espera y descubrimiento, y la necesidad de trabajar para prepararlo. Después de cada etapa, la experiencia continúa en casa, ya que cada núcleo familiar recibe una propuesta que ayuda a continuar el diálogo y el clima construido con el objetivo de buscar espacios de crecimiento familiar.

Para más información, clica aqui o envíe un correo electrónico a teresa.radere@focolare.org

Lorenzo Russo
Foto: © Archivio Up2Me

Familia: perdonar y ser perdonados

Familia: perdonar y ser perdonados

Somos Aureliana y Julián de Paraguay, estamos casados desde hace 36 años y tenemos cinco hijos y seis nietos.

JULIÁN: Aureliana tenía 18 años y yo 19 cuando nos casamos. Estábamos muy enamorados y llenos de entusiasmo por construir una vida juntos. Los primeros cinco años fueron muy bonitos, éramos excelentes compañeros, trabajábamos juntos, nos ayudábamos y nos complementábamos bien. Pero después de siete años de matrimonio entramos en una crisis muy fuerte que casi nos lleva a la separación. La comunicación se volvió difícil; no conseguíamos hablar de nosotros mismos, de nuestra relación y todo ello nos fue alejando progresivamente. Sin embargo, ambos teníamos el deseo de dar lo mejor a nuestros hijos y progresar económicamente. Cada uno vivía a su modo, peleábamos bastante, pero lográbamos ir adelante.

AURELIANA: Cuando nuestras hijas llegaron a la adolescencia, una de ellas comenzó a tener actitudes rebeldes y, a sus 17 años, quedó embarazada y fue a convivir con el novio. En ese momento empezamos a pedir ayuda para fortalecernos como padres, incluso desde el punto de vista espiritual. Asistíamos a reuniones de grupos de familias y a retiros espirituales. Gracias a ello, logramos superar retos difíciles, poniendo cada uno de nosotros mucha buena voluntad.

JULIÁN: Teníamos una estabilidad económica, una hermosa familia, salud y una empresa familiar bien posicionada: ¡lo teníamos todo! Un día empecé a relacionarme, a través de las redes sociales, con una persona, e inicié una relación extramatrimonial con ella. En esos momentos mi padre estaba enfermo y vivía en nuestra casa con nosotros; a nuestra hija, además, le costaba adaptarse a la maternidad. Por todo ello, Aureliana tenía que hacer malabares para estar con ella, trabajar y organizar la casa. Yo, por mi parte, estaba demasiado involucrado en esa relación extraconyugal y no ayudaba para nada en casa; por el contrario, decía que no tenía tiempo para dedicarme a ello. Ella se quejaba y yo me enojaba. En ese período hicimos un viaje juntos a Europa y allí Aureliana descubrió que yo le era infiel. Todo se derrumbó, estábamos lejos de todos, solos entre las cuatro paredes de una habitación de hotel.

AURELIANA: ¡Se me vino el mundo abajo! No sabía qué hacer, no podía creer que hubiera sucedido algo así. Al comienzo me quedé callada, pensando que terminaríamos el viaje; pero al poco tiempo estallé. Rompí el silencio a los gritos, llorando y exigiendo una respuesta. Él empezó a suplicarme piedad desesperadamente, a pedirle perdón a Dios y a mí, y eso, a pesar del terrible dolor que sentía, impactó en mi corazón. Sabía que yo tenía que dar un paso y deposité toda mi confianza en la ayuda de Dios para poder realizarlo. Al final, conseguí ver el rostro de Jesús crucificado en Julián. Le ofrecí mis brazos y nos tranquilizamos un poco. Pero de todos modos, a pesar del paso interior dado, me encontraba agobiada por el dolor y la tristeza.


“Esto es lo que queremos anunciar al mundo:
estamos aquí para ser “uno” tal y como el Señor quiere que seamos “uno”,
en nuestras familias y en los lugares donde vivimos,
trabajamos y estudiamos: distintos, pero uno;
muchos, pero uno, siempre uno,
en cualquier circunstancia y edad de la vida.(…)
No hay que olvidarlo:
del seno de las familias nace el futuro de los pueblos.”


Homilía del Santo Padre León XIV
Jubileo de las familias, los niños, los abuelos y los mayores
1 de junio de 2025

JULIÁN: De noche Aureliana no dormía, lloraba. Le diagnosticaron una depresión. Yo me veía impotente y me sentía culpable. Recé mucho; sabía que mi esposa y mi familia eran un bien muy precioso, pero el daño ya lo había hecho y tenía que aceptar mi error, pero también quería poner todo mi esfuerzo y mi confianza en Dios.

AURELIANA: Nuestra familia estaba dividida, los hijos no sabían a quién tenían que adjudicarle la culpa y se rebelaron. Después, Julián se enfermó: le encontraron un tumor en el cerebro. Todo esto me sacudió fuertemente y casi consiguió sacarme del estado depresivo. Cuando obtuvimos el resultado de la TAC, nos reunimos con nuestros hijos y buscamos la mejor alternativa para la operación. Sentíamos que la unidad de la familia era el bien más preciado, y que estaba por encima de toda adversidad y yo tomé conciencia de que era capaz nuevamente de dar la vida por mi esposo y vivir hasta el fondo mi fidelidad a él, “en la salud y en la enfermedad”.

JULIÁN: Me sentí amado y pude someterme a dos operaciones al cerebro, con una recuperación en tiempo récord. Nada más salir del hospital, tuvimos la oportunidad de participar de un encuentro de parejas en crisis, porque todavía necesitábamos curar nuestras heridas.

AURELIANA: En ese encuentro pude aclarar muchas dudas. Recibimos mucho afecto por parte de los participantes; aprovechando de la presencia de profesionales y parejas con muchos años de experiencia; descubrimos una nueva salida a nuestra crisis.

JULIÁN: Entendí que la voluntad de perdonar es una cosa, pero curarse del trauma requiere un proceso; la herida que le causé fue muy profunda y ella necesitaba tiempo, paciencia y amor de mi parte. Recibí el don más grande de Dios, que es el perdón. Hemos renovado nuestro matrimonio. Aureliana me ha dicho de nuevo su sí y hemos recomenzado.

AURELIANA: Nuestra vida ha cambiado completamente, tras 35 años de matrimonio hemos dejado de pelearnos. Vivimos una vida plena como pareja y podemos mirarnos a los ojos y amarnos como no lo habíamos hecho nunca antes de ahora.

Foto © pexels-scottwebb

¿Qué puedo hacer yo?

¿Qué puedo hacer yo?

Cada día ocurren acontecimientos terribles, de tal magnitud que nos hacen sentir impotentes: los migrantes que afrontan viajes de muerte en condiciones desesperadas, las poblaciones que viven la tragedia cotidiana de la guerra o las dramáticas injusticias sociales que afligen al planeta.

“¿Qué puedo hacer yo?”: es posible que esta pregunta nos paralice y nos encierre en un individualismo resignado. El primer desafío para la propia conciencia es dejarse interpelar precisamente por esa pregunta. “¿Qué puedo hacer yo?”

Se lo preguntaron en Italia los pescadores de las costas de Lampedusa, formando junto con la gente generosa del lugar verdaderas cadenas humanas, para tender la mano y tratar de salvar uno a uno, al menos a uno (y luego a diez, cien, mil…) de los náufragos desesperados abandonados a las olas del mar Mediterráneo. Se lo preguntaron las comunidades en las fronteras de las zonas de guerra (en Europa, en África, en Asia…), que abrieron las puertas de sus casas no por un cálculo político o económico, sino por una elección natural de compasión y acogida. Precisamente en estas situaciones es posible observar pequeños o grandes “milagros” cotidianos, que no son sueños utópicos, sino gestos que construyen la sociedad del futuro.

Buscar la esperanza, no esperar a que venga a nosotros: lo subraya el prof. Russell Pearce [1] de la Fordham School of Law de Nueva York. Ha realizado entrevistas en dos organizaciones que promueven el diálogo y la paz entre israelíes y palestinos –Parents Circle y Combatants for Peace– con el objetivo de comprender cómo sus miembros lograron mantener sus relaciones después del 7 de octubre de 2023 y durante la posterior guerra en Gaza.

¿Por qué estos grupos mantuvieron sus vínculos e incluso estos se fortalecieron? Tanto los palestinos como los israelíes afirman que su diálogo ha sido transformador. Dicen que el suyo es un diálogo de amor. Un participante palestino observa: «La transformación que hemos vivido ha sido para cada uno de nosotros una experiencia muy sagrada y ha dejado en nuestras almas un impacto y también un vínculo profundo. Se trata de un viaje y un proceso que transforma al otro en un hermano».

Un israelí observa de manera similar: «Trabajamos para construir confianza y convertirnos en una familia, años de un trabajo sagrado con todos sus desafíos, dinámicas y dudas». Concluye Pearce: los sabios judíos enseñan que «si salvas una vida, salvas el mundo entero»; un palestino que dirige el programa juvenil de Parents Circle explicó: «Si cambias a una persona, cambias un mundo entero».

Decía Chiara Lubich: «El aspecto más visible de la unidad es la fraternidad. Esta me parece ciertamente la vía más adecuada para ir contra corriente (…) para alcanzar más plenamente la libertad y la igualdad. (…) Es un camino válido para quienes tienen en sus manos el destino de la humanidad, pero también para las madres de familia, para los voluntarios que llevan fragmentos de solidaridad al mundo, para quienes ponen a disposición parte de las ganancias de su empresa para eliminar espacios de pobreza, para quienes no se rinden ante la guerra. La fraternidad que viene “de arriba” y la “de abajo” se encontrarán así en la paz» [2]

——————————–

LA IDEA DEL MES, es elaborada por el “Centro para el diálogo con personas de convicciones no religiosas” del Movimiento de los Focolares. Se trata de una iniciativa nacida en 2014 en Uruguay para compartir con amigos no creyentes los valores de la Palabra de Vida que es la frase de la Escritura que los miembros del Movimiento se esfuerzan por poner en práctica en su vida cotidiana. Actualmente LA IDEA DEL MES es traducida a 12 idiomas y se distribuye en más de 25 países, con adaptaciones del texto según las diferentes sensibilidades culturales. dialogue4unity.focolare.org


[1] R. Pearce: “Dialogo e Pace sostenibili” [Ekklesia-Sentieri di Comunione e Dialogo- n.4 octubre-diciembre 2024].

[2] C. Lubich, No a la derrota de la paz, en «Città Nuova» n. 24/2003 24/2003

©Fotos: Rineshkumar Ghirao – Unsplash

«Dadles vosotros de comer» (Lc 9, 13).

«Dadles vosotros de comer» (Lc 9, 13).

Estamos en un lugar solitario cerca de Betsaida, en Galilea. Jesús está hablando del Reino a la muchedumbre. El maestro había ido allí con los apóstoles para que descansasen después de su larga misión por aquella región, en la que habían predicado la conversión «anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes» (1). Cansados, pero con el corazón rebosante, contaban lo que habían vivido.

Sin embargo, la gente se entera y acude. Jesús acoge a todos: escucha, habla, cuida. La muchedumbre aumenta. Se acerca la noche y empiezan a tener hambre. Los apóstoles se dan cuenta y le proponen al maestro una solución lógica y realista: «Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida». Después de todo, Jesús ya había hecho mucho… Pero Él les responde:

«Dadles vosotros de comer».

Se quedan desconcertados. Es impensable: solo tienen cinco panes y dos peces para varios miles de personas; no es posible encontrar lo necesario en la pequeña Betsaida, y tampoco tendrían dinero para comprarlo.

Jesús quiere abrirles los ojos. Conmovido por las necesidades y los problemas de las personas, se dispone a dar una solución. Y lo hace partiendo de la realidad y valorando lo que hay. Es cierto, lo que tienen es poco, pero les encomienda una misión: ser instrumentos de la misericordia de Dios, que piensa en sus hijos. El Padre interviene, y sin embargo, los necesita.

El milagro “requiere” nuestra iniciativa y nuestra fe, que de ese modo crecerá.

«Dadles vosotros de comer».

Así pues, a la objeción de los apóstoles, Jesús responde ocupándose, pero les pide que hagan su parte, aunque sea pequeña. No la desdeña. No resuelve el problema en lugar de ellos. El milagro sucede, pero requiere que participen con todo lo que tienen, con lo que han podido conseguir y han puesto a disposición de Jesús para todos. Esto implica algún sacrificio y confianza en Él.

El maestro parte de la situación para enseñarnos a ocuparnos, juntos, los unos de los otros. Ante las necesidades de los demás no valen excusas («no nos compete»; «no puedo hacer nada»; «tienen que apañarse, como hacemos todos»…). En la sociedad que Dios ha pensado, son bienaventurados quienes dan de comer a los hambrientos, quienes visten a los pobres y van a ver a quienes lo necesitan [2].

«Dadles vosotros de comer».

La narración de este episodio nos recuerda la imagen del banquete que describe el libro de Isaías, un banquete que Dios mismo ofrece a todas las gentes, cuando Él «enjugará las lágrimas de todos los rostros» [3]. Jesús manda que se sienten en grupos de cincuenta, como en las grandes ocasiones. Siendo Hijo, se comporta como el Padre, lo cual subraya su divinidad.

Él mismo lo dará todo hasta hacerse alimento por nosotros en la Eucaristía, el nuevo banquete de la comunión.

Ante tantas necesidades como surgieron en la pandemia del covid-19, la comunidad de los Focolares de Barcelona creó un grupo a través de las redes sociales en el que comparten las necesidades y ponen en común bienes y recursos. Y es impresionante ver cómo circulan muebles, alimentos, medicinas, electrodomésticos… Porque «solos podemos hacer poco –dicen–, pero juntos se puede hacer mucho». Aún hoy, el grupo Fent família contribuye a que nadie entre ellos pase necesidad, como en las primeras comunidades cristianas [4].

Silvano Malini y el equipo de la Palabra de vida


[1] Lc 9, 6.

[2]Cf. Mt 25, 35-40.

[3]Is 25, 8.

[4]Cf. At 4, 34.

©Fotos: Congerdesign – Pixabay

Evangelio vivido: “Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero” (Juan 21, 17)

Evangelio vivido: “Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero” (Juan 21, 17)

Un mensaje

Era el cumpleaños de un amigo muy querido con quien hemos compartido ideales, alegrías y dolores. Pero hacía mucho que no le escribía y que no nos veíamos. Yo estaba un poco en duda: podría mandarle un mensaje, pero no sabía cómo iba a reaccionar. La Palabra de Vida me animó a hacerlo: “Señor, tú lo sabes todo; sabes que te amo” (Juan 21,17). Poco después me llegó su respuesta: “¡Qué alegría recibir tu saludo!”. Allí empezó un diálogo; y los mensajes iban y venían. Me contó cómo andaban sus cosas. Su trabajo le daba satisfacción, con un excelente sueldo y me confiesa que desea venir a verme. Lo alenté a hacerlo y me puse a su disposición para recibirlo y organizar su estancia. Es un motivo más para tenerlo presente… y no esperar otro año para mandarle un mensaje.

(C. A.- Italia)

Agobiada por el orgullo

Conseguía perdonarle a Miguel que pasara largas noches en la hostería, pero no podía hacer lo mismo con su infidelidad, que me había confesado un día. Yo era la esposa y madre perfecta, yo era la víctima. Pero desde cuando él se veía con el Padre Venancio y otras personas de la parroquia, mi esposo parecía otro. Estaba más presente en casa, más afectuoso conmigo, que por el contrario seguía mostrándome distante todas las veces que me proponía que leyéramos juntos el Evangelio para intentar ponerlo en práctica. De todos modos, una vez, como era su cumpleaños, acepté la idea de acompañarlo a un encuentro de familias. Fue el primero de otros. Un día, una frase me hizo reflexionar: «Construir la paz». ¿Cómo podía yo hacerlo, ya que en todo ese tiempo me había dado cuenta de que era una egoísta, de que estaba llena de miserias y rencores? El orgullo me impedía pedirle perdón a Miguel, mientras él en estos 28 años de matrimonio me lo había pedido varias veces. Sin embargo, yo buscaba el momento más adecuado para hacerlo. Hasta que, durante un encuentro con el grupo de familias, le pedí ayuda a Dios y logré contar nuestra experiencia de pareja y le pedí perdón a Miguel. Ese día sentí que nacía un amor nuevo, verdadero, por él.

(R. – México)

Atender al prójimo

Desde cuando transcurro un período de tiempo en La Habana –inmerso hasta el cuello en los problemas de supervivencia de los habitantes de nuestro barrio, y lidiando con la grave crisis económica del país– no me he acostumbrado aún a las puntuales intervenciones de la Providencia. Entre las muchas, ésta es la última. Una persona que forma parte de nuestra comunidad me había avisado que iba a llegar una consistente donación de fármacos válidos, todos correspondientes a tratamientos para enfermedades nerviosas. Fui a retirarlos con gran perplejidad ya que no entraban en la categoría de fármacos que los pobres que asisto nos piden. Pero luego me acordé de que una vez al mes, los lunes por la mañana, hay un psiquiatra que viene a atender gratis a las personas del barrio que necesitan ese tipo de tratamientos. Entonces, a la primera ocasión, me puse en contacto con él, llevándole la lista de los medicamentos. A medida que la iba leyendo, su rostro se iluminaba: «¡Son exactamente los medicamentos que estaba buscando!», exclamó sorprendido.

(R.Z. – Cuba)

Editado por Maria Grazia Berretta
(tratto da Il Vangelo del Giorno, Città Nuova, anno X– n.1° maggio-giugno 2025)

Fotos: ©Mohamed Hassan – Wälz / Pixabay

Buscar la paz: un camino en manos de cada uno

Buscar la paz: un camino en manos de cada uno

“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios”. (Mt 5,9)

¿Sabes quiénes son los constructores de paz de los que habla Jesús?

No son los que llamamos pacíficos, que prefieren la tranquilidad, que no soportan las disputas y se manifiestan por naturaleza sus conciliadores pero a menudo revelan un recóndito deseo de no ser disturbados, de no querer tener problemas.

Los constructores de paz no son tampoco esas buenas personas que, fiándose de Dios, no reaccionan cuando son provocadas u ofendidas. Los constructores de paz son los que aman tanto la paz que no temen intervenir en los conflictos para procurársela a los que están en discordia. […]

Puede ser constructor de paz el que la posee en sí mismo.

Es necesario ser constructor de paz antes que nada en el propio comportamiento de cada instante, viviendo de acuerdo con Dios y haciendo su voluntad.

Los constructores de paz se esfuerzan además en crear vínculos, en establecer relaciones entre las personas, aplacando tensiones, desmontando el estado de guerra fría que encuentran en muchos ambientes, en la familia, en el trabajo, en la escuela, en el deporte, entre las naciones, etc. […]

La televisión, la prensa, la radio te dicen cada día que el mundo es un inmenso hospital y las naciones están a menudo tan grandemente enfermas que tendrían extrema necesidad de constructores de paz, para sanar relaciones con frecuencia tensas e insostenibles que representan amenazas de guerra, cuando esta no se ha desatado ya. […]

La paz es un aspecto característico de las relaciones típicamente cristianas que el creyente trata de instaurar con las personas con las que está en contacto o que encuentra ocasionalmente: son relaciones de amor sincero sin falsedad ni engaño, sin ninguna forma de implícita violencia, de rivalidad, de competencia o de egocentrismo.

Trabajar y entablar semejantes relaciones en el mundo es un hecho revolucionario. Las relaciones que, de hecho, normalmente existen en la sociedad, son de un estilo muy diferente y, lamentablemente, permanecen a menudo inmutables.

Jesús sabía que la convivencia humana era así y por eso pidió a sus discípulos dar siempre el primer paso sin esperar la iniciativa o la respuesta del otro, sin pretender la reciprocidad: “Yo les digo: amen a sus enemigos… Si saludan a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario?”. […]

Jesús vino a traer la paz. Todo su mensaje y comportamiento están orientados en este sentido.

Pero precisamente esta relación nueva, establecida con las personas, desenmascara a menudo relaciones sociales falsas, revela la violencia escondida en las relaciones entre las personas.

Al ser humano no le gusta que se descubra esta verdad y existe el riesgo, en casos extremos, que responda con odio y violencia contra el que osa disturbar la convivencia y las estructuras existentes.

A Jesús, portador de la paz, lo mató la violencia del hombre. […] “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.

¿Cómo vivirás entonces esta Palabra?

Ante todo difundiendo el amor en el mundo. […] Después intervendrás con prudencia cuando la paz a tu alrededor esté amenazada. Con frecuencia basta escuchar con amor, hasta el fondo, a los adversarios y se encuentra una solución pacífica.

. Y para rebajar tensiones, que pueden nacer entre las personas, un medio que no hay que despreciar es el humor. Dice un texto rabínico: “El reino futuro pertenece a aquellos que bromean con gusto porque son constructores de paz entre las personas que pelean”.

Además no estarás en paz hasta que las relaciones rotas, a menudo por una insignificancia, no se restablezcan.

Tal vez puedas ser constructor de paz haciendo nacer, en cualquier entidad o asociación de la que formas parte, iniciativas específicas, dirigidas a desarrollar una mayor conciencia de la necesidad de la paz. […]

Lo importante es que tú no te detengas viendo pasar los pocos días que tienes a disposición sin hacer algo por tus prójimos, sin prepararte convenientemente a la vida que te espera.

Chiara Lubich

(de Parole di Vita, Opere di Chiara Lubich, Citta Nuova Editrice, Roma 2017, pp. 196-197)

Hacia una pedagogía de la paz

Hacia una pedagogía de la paz

Soy Anibelka Gómez, voluntaria del Movimiento de los Focolares de Santiago de los Caballeros (República Dominicana), docente y actual directora de una escuela pública.

La educación no es solo un derecho, sino una herramienta poderosa para transformar nuestras comunidades. Como educadores, tenemos el poder de influir en la construcción de una sociedad más justa y fraterna. Por ello, en un momento dado, surgió en mí una gran inquietud: ¿cómo puedo contribuir a construir el “sueño” de unidad que Jesús le pidió al Padre? ¿Qué acciones concretas puedo iniciar para asegurar que la educación sea un motor de cambio hacia la paz en nuestras comunidades?

Así, el año pasado, nació la idea de hacer algo que trascendiera los límites de nuestra escuela. Sabiendo que nuestras fuerzas eran pocas, pero creyendo en el poder de Jesús, quien prometió estar presente entre quienes se aman, organizamos el congreso internacional “Promoviendo la pedagogía de la paz” en Santiago de los Caballeros. Decidimos preparar este congreso basándonos en el amor recíproco entre los organizadores, miembros del Movimiento de los Focolares de la República Dominicana y Puerto Rico. Participaron 140 docentes, psicólogos, directores y profesionales de la educación, con una representación de 55 centros educativos, incluyendo el Colegio Café con Leche de Santo Domingo, un colegio comprometido a vivir el arte de amar propuesto por Chiara Lubich.

En las imágenes: Congreso Internacional “Fomentando la Pedagogía de la Paz” (Foto: Anibelka Gómez)

Para la realización de este gran evento, la providencia de Dios se manifestó a través de la ayuda, apoyo y colaboración del director Rafael Liriano y de la funcionaria Ysmailin Collado del Distrito Educativo 08-04, de la Asociación Nacional de Directores (ASONADEDI), de algunos empresarios y de la comunidad de Santiago, quienes nos ayudaron con la logística.

Gracias a este congreso, se reavivó el interés por conocer mejor las propuestas e iniciativas educativas del Movimiento de los Focolares, como el Dado de la Paz y la Metodología “6×1” (seis pasos para un objetivo). Por ello, unos meses después, se celebró el seminario “Cultura de la paz y metodología 6×1”. Participaron 20 colegios, representados por sus directores y docentes, con el objetivo de difundirlo entre el profesorado de otros colegios.

Izquierda: Taller sobre FormaT; derecha: Taller sobre el Dado de la Paz y Metodología “6 x 1” (Foto: Anibelka Gómez)

Este taller resaltó la urgencia entre los participantes por implementar la novedad del Dado de la Paz y la Metodología 6×1 en las escuelas. Algunos directores y docentes afirmaron que la implementación de estos programas ayudará a los niños a promover una cultura de paz para una sociedad mejor. Además, para dar continuidad a este proyecto, se propuso realizar la capacitación FormaT, un curso on line dirigido a formadores que acompañan a niños, adolescentes y jóvenes en diferentes ambientes educativos. El objetivo es compartir experiencias, habilidades y herramientas para la formación y el acompañamiento. Este programa se imparte en línea desde Colombia, con la participación de todos los docentes de 14 centros educativos. La capacitación se realiza mensualmente a partir de septiembre, consta de 9 módulos y concluye con la entrega de un diploma a los participantes.

La implementación de estos módulos ha creado un fuerte vínculo entre los colegios, tanto que durante la Cuaresma organizamos un retiro con quienes participan en FormaT, seguido de un fin de semana con los directores participantes. Nos impresiona ver cómo Jesús multiplica talentos, toca corazones y los frutos van más allá de lo imaginable, dando vida a experiencias de unidad.

Anibelka Gómez
Foto de apertura: © Alicja-Pixabay

10 años de Laudato Si’: el “proyecto Amazonia

10 años de Laudato Si’: el “proyecto Amazonia

Soy Letícia Alves y vivo en Pará en el norte de Brasil.

En 2019 participé en el Proyecto Amazonia, y durante 15 días con un grupo de voluntarios dedicamos nuestras vacaciones a convivir con la gente de la baja Amazonia, en la ciudad de Óbidos, Brasil.

Antes de embarcarme en esta aventura, me preguntaba si sería capaz de entregarme por completo a esta experiencia, ambientada en una realidad tan diferente a la mía. Durante el proyecto visitamos algunas comunidades ribereñas que viven a orillas del río Amazonas, y todos nos acogieron con un cariño sin igual.

Prestábamos servicios sanitarios, jurídicos y de apoyo familiar, pero lo más importante era escuchar profundamente y participar de las vidas, de las historias y de las dificultades de quienes encontrábamos. Las historias eran de lo más diversas: la falta de agua potable, la del niño que tenía un cepillo de dientes para toda la familia, o incluso el hijo que quería matar a su madre… Cuanto más escuchábamos, más comprendíamos el sentido de nuestra presencia allí.

Y entre tantas historias, pude comprobar hasta qué punto podemos marcar la diferencia en la vida de las personas: hasta qué punto una simple escucha marca la diferencia, hasta qué punto una botella de agua potable marca la diferencia.

El proyecto fue más que especial. Pudimos plantar una semilla de amor en medio de tanto dolor y “construir juntos” nos hizo crecer. Cuando Jesús está presente entre nosotros, todo se hace inspirador, lleno de luz y de alegría.

No fue algo que viví durante 15 días y se acabó, sino que fue una experiencia que realmente transformó mi vida, sentí una fuerte presencia de Dios y eso me dio las fuerzas para abrazar el dolor de la humanidad que tengo a mi alrededor y en esta construcción diaria de un mundo unido.

Me llamo Francisco. Nací en Juruti, en el Amazonas, en un pueblo cerca de Óbidos. Me quedé sorprendido cuando supe que personas de varias partes de Brasil atravesaban todo el país para donarse, para cuidar de mi pueblo y quise unirme a ellos.

Lo que más me impresionó fue la felicidad de todos, de los voluntarios y de la población local, que aun viviendo con tan pocos bienes materiales experimentaban la grandeza del amor de Dios.

Después de vivir el proyecto Amazonia en Óbidos, volví a Juruti con una nueva perspectiva y el deseo de continuar esta misión, pero en mi propia ciudad. Allí vi las mismas necesidades que había encontrado en Óbidos. Este deseo se convirtió no sólo en el mío, sino en el de toda nuestra comunidad, que abrazó la causa. Juntos pensamos y dimos vida al proyecto Amazonia en la comunidad de São Pedro con el objetivo de escuchar y responder al “grito” de los que más lo necesitan, que a menudo no son escuchados. Elegimos una comunidad del continente, empezamos a hacer un seguimiento de sus necesidades y después fuimos en busca de profesionales voluntarios.

Con la colaboración de varias personas, llevamos a toda la comunidad la vida del Evangelio, asistencia médica, asesoramiento psicológico, medicamentos y atención odontológica. Sobre todo, tratamos de detenernos para escuchar las dificultades y las alegrías de aquellos con los que nos encontrábamos.

Tengo una certeza: para construir un mundo más fraterno y unido, estamos llamados a escuchar el grito de los que sufren a nuestro alrededor y a actuar, con la seguridad que ¡nada es pequeño de lo que hacemos con amor y puede cambiar el mundo!

Ver el video

Bruselas: a los 75 años de la Declaración Schuman

Bruselas: a los 75 años de la Declaración Schuman

Europa sigue dando que hablar de sí misma, en el centro de tensiones internacionales y de encendidos debates cuyo resultado incide en la vida de sus ciudadanos: casi 500 millones son los de la Unión Europea. Paz versus defensa, guerra o paz comercial, las opciones sobre la energía, las políticas de desarrollo y la justicia social, identidad y diversidad, apertura y fronteras: los temas que están en la agenda son numerosos y, frente a los cambios de escenario interno –ante todo la guerra en Ucrania–, la relectura y la puesta al día de la profecía de Robert Schuman y de los padres fundadores no es sólo actual, sino que también necesaria.

Han pasado ya 75 años desde cuando el que era en ese entonces ministro de asuntos exteriores de Francia, el 9 de mayo de 1950, pronunció su revolucionario discurso en París, colocando las las bases para el proceso de integración europea. El 15 de mayo de 2025, en la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, un panel de expertos, exponentes de varios Movimientos cristianos y jóvenes activistas, han expresado la visión de la unidad europea como instrumento de paz.

El evento se llevó a cabo por iniciativa de Juntos por Europa (JpE) en coordinación con algunos europarlamentarios, por invitación de la parlamentaria eslovaca Miriam Lexmann –ausente por motivos familiares– y reunió, en la mañana del 15 de mayo, a un centenar de personas de Bélgica, Italia, Alemania, Países Bajos, Eslovaquia, Austria, Francia, Grecia y Rumania. Estuvieron presentes cristianos católicos, ortodoxos y de las Iglesias de la Reforma; representantes de la Comunidad Immanuel, YMCA, Focolares, Schoenstatt, San Egidio, Quinta Dimensione, Comunidad Papa Juan XXIII: se trata de la variedad típica de la red JpE. Gerhard Pross, el moderador de Juntos por Europa, un testigo de los comienzos, toma la palabra: “Para nosotros es importante expresar la fuerza de la fe cuando hay que plasmar una sociedad. Sin embargo, no nos interesa el poder o el dominio, sino que, por el contrario, queremos ser portadores de esperanza, de amor, de la fuerza de la reconciliación y del estar juntos; todos valores que están ínsitos en el Evangelio”.

En medio del público –y entre los mismos relatores– se destaca el fuerte componente juvenil: son 20 los alumnos del Liceo Spojená škola Svätá Rodina de Bratislava. Estudian ciudadanía activa y derecho europeo. Están en Bruselas con sus profesores, para hacer una experiencia que puede marcar su itinerario profesional y de vida. Entre ellos está Maria Kovaleva: “Yo vengo de Rusia y para mí Europa significa poder estar aquí independientemente de mi proveniencia o de la situación política en mi país o en Eslovaquia, y hablar libremente justamente aquí, en el corazón de Europa. Para mí Europa siempre ha sido un lugar en donde no importa qué religión o qué nacionalidad uno tenga. Todos tienen el derecho de hablar, y de hablar sin censuras. Es éste el tipo de Europa que Robert Schuman soñaba”.

Peter, de 16 años, confiesa que se encuentra sinceramente sorprendido, al verse por primera vez en un lugar institucional en donde se toman decisiones importantes. Es el representante de los estudiantes y lo que vivió en Bruselas es para él una inspiración para el futuro, en el cual a través del management o del compromiso en política pueda desarrollar un rol de liderazgo.

Samuel tiene 17 años. Definió estos días como “una experiencia extraordinaria para descubrir algo más sobre el resto de Europa, cómo funciona la política, como trabaja el Parlamento; creo poder hablar en nombre de todo mi curso y digo que ¡ha sido extraordinario!”.

Otra experiencia estudiantil llega de Italia. Son 10 los estudiantes de ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad LUMSA, de Roma. Daniele, primer año de ciencias políticas, ha quedado impactado particularmente por el momento de la tarde: la oración ecuménica en la “Chapel for Europe”. “Me gusta el trabajo de Chiara Lubich, crear puentes para reunir a todos, y se veía el compromiso por ello en cada uno de los presentes. No es un encuentro entre soñadores, sino una búsqueda concreta que conduce a algo sólido”. Para Diego es un momento en el que la memoria se renueva y favorece la continuidad. Está inspirado en la universalidad que se respira en Bruselas, “un punto de partida para desarrollos futuros” y apreció en especial los discursos de los europarlamentarios.

Fotos: H. Brehm / K. Brand / M. Bacher

De hecho, estaban presentes esa mañana Antonella Sberna (Conservadores y Reformistas europeos), vice-presidente del Parlamento Europeo y responsable de la puesta en práctica del articulo 17 TFUE, Leoluca Orlando y Cristina Guarda (Verdes). “Ustedes son el ejemplo de lo que la Unión Europea puede hacer por nuestros pueblos y nuestras civilizaciones”, afirma la vice-presidente, dirigiéndose a Juntos por Europa. Invitando luego a los jóvenes presentes a “ser críticos, pero apasionados”, a “estudiar bien a Europa”, para estar “juntos al servicio y así corregir lo que no nos gusta y garantizar la paz en nuestras fronteras, como ejemplo de unión de los pueblos en el respeto de las soberanías”.

Leoluca Orlando invita a “recoger el proyecto de futuro que residía en la acción de Schumann, cultivando una memoria inquieta” y recuerda el principio de fraternidad, que hace superar las históricas polarizaciones entre la derecha y la izquierda sobre la libertad y la igualdad. Y como experiencia de fraternidad menciona “la experiencia profética de unidad entre católicos y luteranos, gracias a la intuición de Chiara Lubich, en Ottmaring, (Baviera, Alemania), un lugar en el corazón de la Guerra de los Treinta Años”.

Para Cristina Guarda, paz es la palabra clave: “Como Movimientos cristianos les pido a ustedes que se unan a esta discusión, y que nos exijan nuestra coherencia en la búsqueda de la paz. Por ello, hay que hacer opciones justas y votar correctamente, para respetar la paz”.

Justamente la Declaración de Schuman aspira a un proyecto de paz: Jeff Fountain, del Schuman Centre, ofrece una lectura de los fundamentos espirituales de la Declaración, de su “valiente discurso de tres minutos”: “su proyecto no era sólo político y económico. Si la leemos con mayor nivel de profundidad, la Declaración Schuman manifiesta que el proyecto es profundamente moral, espiritual y arraigado en los valores del corazón”. “Las instituciones que ayudó a inspirar –por más que fueran imperfectas– son una defensa contra el retorno a la política del dominio y de la exclusión, del miedo y del odio”.

Pues bien, ¿quién tiene que darle un alma a Europa? Invita a reflexionar sobre ello Alberto Lo Presti. “No tendríamos que esperar que esa alma sea un fruto de las instituciones políticas europeas y que ellas la transmitan a sus ciudadanos. No quisiera vivir en una sociedad en la que la institución me inculca, en el cerebro, una visión del mundo. Las que hacen así, por lo general, son las organizaciones políticas totalitarias que en Europa también hemos conocido ciertamente. Por ejemplo, el nazi-fascismo y el comunismo. Se verá el alma de la Unión Europea cuando esa alma sea visible en las opciones cotidianas de sus ciudadanos. Con nuestra Juntos por Europa queremos acompañar a Europa en la realización de su vocación”.

Maria Chiara De Lorenzo
(de https://www.together4europe.org/)

El Concilio de Nicea: una página histórica y actual de la vida de la Iglesia

El Concilio de Nicea: una página histórica y actual de la vida de la Iglesia

Mucho se ha dicho y se seguirá diciendo sobre la importancia ecuménica del año 2025. El 1700º aniversario del Concilio de Nicea es solo uno, aunque fundamental, de los diversos aniversarios importantes para toda la cristiandad que se celebran este año. ¿Por qué es esencial recordar Nicea incluso hoy? ¿Cuál es su relevancia? Para comprenderlo bien, debemos remontarnos al siglo IV.

En el año 313, el emperador Constantino accedió a conceder a los cristianos la libertad de culto, poniendo fin a la persecución religiosa en todo el imperio. Más tarde, en el año 324, Constantino se convirtió en la máxima autoridad de todo el imperio, tanto en Occidente como en Oriente, pero comprendió que una controversia doctrinal podía perturbar la paz territorial. Por lo tanto, decidió convocar un Concilio de toda la Iglesia para resolver el asunto; era consciente de que se trataba de una cuestión religiosa, pero también estaba convencido de que la unidad religiosa era un factor importante para la estabilidad política. Entre 250 y 318 obispos de todo el Imperio llegaron a Nicea. El objetivo principal era defender y confirmar la fe y la doctrina transmitidas por los apóstoles sobre la Persona divina y humana de Jesucristo, frente a otra doctrina que se extendía entre los cristianos: la del presbítero Arrio de Alejandría en Egipto y sus partidarios, quienes afirmaban que Jesucristo no siempre había sido Dios, sino la primera y más sublime criatura de Dios.

Es comprensible que tal misterio, es decir, la persona de Jesucristo, representara un desafío para la inteligencia humana. Pero, al mismo tiempo, el testimonio de los apóstoles y de muchos cristianos capaces de morir — para defender esta fe — fue más fuerte. Incluso entre los obispos que acudieron al Concilio, muchos aún llevaban las marcas de la tortura y el sufrimiento padecidos por esta razón.

Así definió aquel Concilio la fe en la que se funda el cristianismo y que profesan todas las Iglesias cristianas, el Dios revelado por Jesucristo es un Dios único, pero no solitario: Padre, Hijo y Espíritu Santo son un solo Dios en tres Personas distintas que han existido siempre.

Recordar Nicea hoy es, por tanto, de gran importancia y actualidad: un Concilio que sentó las bases de la estructura sinodal de la Iglesia, de la que hoy buscamos mayor concreción; un Concilio que unificó el día de la celebración de la Pascua para toda la Iglesia (siglos después, hasta hoy, con el cambio de calendarios, la fecha se volvió diferente para las Iglesias de Occidente y Oriente) y que sentó los puntos fundamentales de la fe cristiana. En particular, este último punto nos interpela hoy de forma contundente. Quizás la tendencia a no creer en la divinidad de Jesucristo nunca haya desaparecido del todo. Hoy, para muchos, es más fácil y cómodo hablar de Jesús privilegiando sus prerrogativas humanas como hombre sabio, ejemplar y profeta, en lugar de creerlo como el Hijo unigénito de Dios, de la misma sustancia que el Padre.

Iznik, antigua Nicea, hoy es una pequeña ciudad de Turquía

Ante estos desafíos, podemos pensar que Jesucristo también nos dirige hoy la misma pregunta que dirigió a los apóstoles: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” (Mt 16,13-17).

Aceptar el Credo de Nicea y profesarlo juntos es, por tanto, ecuménicamente importante, también porque la reconciliación de los cristianos implica reconciliación no solo con y entre las Iglesias del presente, sino también con la tradición de la Iglesia primitiva y apostólica.

Considerando el mundo de hoy, con todas sus angustias, problemas y expectativas, nos damos cuenta aún más de cómo la unidad cristiana no es sólo una necesidad evangélica, sino también una urgencia histórica.

Si queremos confesar juntos que Jesús es Dios, entonces sus palabras, especialmente lo que él llamó su nuevo mandamiento, el criterio que estableció para que el mundo nos reconociera como sus discípulos, adquirirán gran valor. Vivir este mandamiento “será la única manera, o sin duda la más eficaz, de hablar de Dios hoy a quienes no creen, de hacer que la Resurrección de Cristo sea comprensible para el hombre de hoy” [1].


[1] BENEDICTO XVI, Luz del mundo. El Papa, la Iglesia y los signos de los tiempos. Una conversación con Peter Seewald, Herder, Barcelona 2010.

Centro “Uno”

Para profundizar sobre el tema está disponible el video: Desde Nicea caminando juntos hacia la unidad


Amor, unidad, misionariedad: caminando con el papa León XIV

Amor, unidad, misionariedad: caminando con el papa León XIV

Más de 150 delegaciones de todo el mundo, líderes políticos, jefes de varias Iglesias cristianas, representantes de distintas religiones y más de 200.000 fieles de todas partes del planeta han participado en el Vaticano, hoy, 18 de mayo de 2025, de la celebración en ocasión del comienzo del ministerio del papa León XIV. El Pontífice ha querido empezar su camino justamente con el encuentro con los peregrinos, recorriendo en coche la plaza San Pedro y la via della Conciliazione, en un saludo largo, alegre y conmovedor. Luego se detuvo ante la tumba de Pedro, de quien es sucesor, y dio comienzo a la celebración eucarística.

También estaba presente un grupo del centro internacional de los Focolares, en representación de la Presidente del Movimiento, Margaret Karram, y del Copresidente Jesús Morán, que en estos días están de viaje en los Estados Unidos.

“Una experiencia de universalidad de la Iglesia –así define ese momento vivido en la plaza San Pedro Silvia Escandell (Argentina), delegada central de los Focolares–. “Una experiencia de universalidad de la Iglesia –así define ese momento vivido en la plaza San Pedro Silvia Escandell (Argentina), delegada central de los Focolares–. Sentí que el papa León XIV, sin duda también por su carisma, recogía esa profunda diversidad en la unidad. Me impresionó el hecho de que él hubiera destacado dos palabras, ‘amor y unidad’, y que todo su discurso lo desarrollara en ese sentido ”. “También me impactó cuando –sigue diciendo Silvia– se refirió a Pedro a quien Jesús le decía que echara las redes y nos llamó a hacerlo una vez más. Pero sabiendo que son las redes del Evangelio, que va al encuentro de todos los hombres. Me pareció un signo de mucha esperanza, para la Iglesia y la humanidad ”.

En las fotos: plaza San Pedro repleta de fieles, un momento de celebración y el grupo del Centro internacional de los Focolares.

“Para mí hoy ha sido una fuerte experiencia en el camino hacia el mundo unido –dice Ray Asprer (Filipinas) delegado central del Movimiento de los Focolares–. Fue impresionante ver toda esa plaza llena y, sobre todo, escuchar el llamado del papa que expresaba su visión de una Iglesia como instrumento de unidad. Me parecía que era justamente lo que se estaba viviendo allí, en toda su solemnidad, era lo que justamente estábamos experimentando. Estábamos juntos de todo el mundo, alrededor del papa que proclamaba que la misión de la Iglesia es amor y unidad. Sentí una invitación a la unidad como un signo de los tiempos ”.

De esperanza habla igualmente Chiara Cuneo (Italia), consejera del centro internacional de los Focolares y co-responsable del diálogo entre Movimientos y nuevas Comunidades en el ámbito de la Iglesia Católica. “En este tiempo tan oscuro –nos cuenta– la esperanza es una luz que nos guía. Durante la Misa pensé que, a veces, es necesario experimentar el desierto para que se vean brotes de esperanza. Hoy hemos visto uno de esos brotes: hay algo que crece ”.

Las palabras del papa, cuando nos invitaba a caminar juntos –observa– son muy inclusivas también, pues mencionó realmente a todos, estábamos dentro todos, todos, todos”.

Pude saludar –concluye– junto a muchos otros, a algunos fundadores y presidentes de varios Movimientos de la Iglesia. Fue un momento de fiesta, de alegría y de esperanza renovada para cada uno de nosotros. Con el deseo de continuar este camino juntos, y con el propósito de querernos cada vez más, como dijo el papa ”.

Enno Dijkema (Países Bajos) es consejero del centro internacional de los Focolares y co-director del Centro Uno para la unidad de los cristianos. “Había también muchísimos jefes de otras Iglesias cristianas –observa– y el papa dijo justamente que quiere estar en diálogo con todos y quiere ser un servidor de la unidad de la Iglesia de Cristo”. “Me impactó mucho también –nos sigue diciendo– cuando habló de su ministerio y lo describió no como por encima de todos, sino por debajo, como amor, como servicio que es alegría y fe para todos los cristianos y para todo el mundo. Delante de tantos jefes de Estado me pareció un hermoso testimonio, una definición del ‘poder’ entendido como amor y como servicio ”.

Anna Lisa Innocenti

Foto: Vatican Media Live e © A.L.I.-CSC Audiovisivi

Una ciudad no basta. Chiara Lubich, ciudadana del mundo

Una ciudad no basta. Chiara Lubich, ciudadana del mundo

El viernes 9 de mayo, en el punto de encuentro de los Focolares, en el corazón de Roma (Italia), y mediante transmisión on line, se celebró la ceremonia de entrega de premios del concurso para escuelas titulado “Una ciudad no basta. Chiara Lubich, ciudadana del mundo ”. El concurso está dedicado a la figura de la fundadora del Movimiento de los Focolares, una mujer que supo unir la educación, la política y el diálogo por la paz.

El tema propuesto para la quinta edición fue: «Explorando el concepto de paz en relación con el pensamiento de Chiara Lubich». Se recibieron 118 trabajos (individuales y grupales), presentados por 35 escuelas de 15 regiones italianas.

El concurso, promovido por New Humanity, el Centro Chiara Lubich y la Fundación Museo Histórico del Trentino, se lleva a cabo en colaboración con el Ministerio de Educación y Mérito de Italia. Se consolida como una oportunidad para que docentes y estudiantes reflexionen sobre los valores de la fraternidad, la aceptación y el diálogo intercultural, temas centrales en el pensamiento y la acción de Chiara Lubich.

Trabajos premiados

Educación secundaria

1.er puesto: Construyendo el infinito, de 5º A Lingüístico, Liceo A. Maffei – Riva del Garda (Trento). Con imágenes relevantes, las alumnas presentaron creativamente su reflexión sobre el tema de la paz, combinándolo con elementos característicos del pensamiento de Chiara Lubich, que concedía tanta importancia a las relaciones de proximidad: donde hay amor hay unidad y donde hay unidad hay paz.

2° puesto ex aequo: Vivir la paz, de la clase 2º H, Liceo clásico Quinto Orazio Flacco – Bari. En el ensayo escrito, se aprecia el especial énfasis que la reflexión pone en la paz, como una tarea para vivir a diario. Son significativas las referencias escogidas del pensamiento de Chiara Lubich, quien deja un legado de fraternidad y un compromiso concreto por un mundo más unido.

2° puesto ex aequo: Mirada, de Elena Scandarelli, 3° AU, Liceo Maria Auxiliadora – Riviera San Benedetto (Padua). De forma sencilla y eficaz, la imagen comunica explícitamente la importancia que Chiara Lubich concede a saber mirar el mundo más allá de los desafíos humanos, viviéndolos con esperanza.

Escuela Secundaria

1.er puesto: 1920-2011, por Alessia Tombacco 3° C, IC Elisabetta “Betty” Pierazzo – Noale (Venecia). El texto presentado ofrece una reflexión original que resalta la actualidad del pensamiento de Chiara Lubich y la posibilidad de un encuentro vital con ella, incluso en una época diferente a la que vivió Chiara. Rico de confianza en el presente y esperanza en el futuro, es la imagen del hombre célula: portador de nuevas relaciones para un mundo sin fronteras.

2° puesto: Voces de fraternidad, de 3º D, IC Giovanni XXIII – Villa San Giovanni (Reggio Calabria). En el trabajo multimedia, se valora especialmente la participación activa de los estudiantes, como primeros testigos de un fragmento de un mundo más unido y fraterno. La referencia a la posibilidad de ser “constructores de paz” a partir de las relaciones más estrechas es especialmente significativa.

Escuela Primaria

1.er puesto: Una semilla de unidad, Aurora Pellegrino 5° A, IC Radice-Alighieri – Catona (Reggio Calabria). La composición poética expresa una reflexión original sobre el tema de la paz a la luz de la contribución específica de Chiara Lubich, mujer del diálogo.

2do. puesto: Una ciudad no basta, 4º grado A, IC Antonio Gramsci – Tissi (Sassari). La obra multimedia presenta, de forma original y eficaz, los espacios y valores de un mundo ideal donde, con amor, se puede superar cualquier forma de discriminación.

Por menciones honoríficas y mayor información sobre el contenido de los trabajos, clica aquí

Lorenzo Russo