Movimiento de los Focolares
Cuaresma: tiempo de conversión

Cuaresma: tiempo de conversión

Klaus_Hemmerle_BishopsKlaus Hemmerle tuvo un rol esencial en el nacimiento, junto con Chiara Lubich, de la comunión entre obispos que adhieren a la espiritualidad de la unidad. Los fragmentos que transmitimos a continuación fueron tomados del libro: “Klaus Hemmerle,  luce dentro le cose” (Klaus Hemmerle, la luz dentro de las cosas”), Città Nuova, Roma, 1998. «Aún después de la radical conversión de nuestra vida, que ocurrió una vez para siempre en el Bautismo, todos nosotros tenemos incesante necesidad de convertirnos. También en el caso en que el bautizado no se aleje de Dios, los pretextos que la sociedad alega y las tentaciones de la vida cotidiana nos invaden de modo tal que nos encierran en nuestro propio yo, de forma que esa palabra irrepetible por la cual el bautizado se convirtió gracias a Cristo, se empaña, se altera, se quiebra. La herida  que la vida de Dios  sufre en nosotros,  necesita de una constante curación» (pág. 82) «Perdona nuestro pecados como nosotros  perdonamos a nuestros deudores. Jesús es realista, conoce nuestras debilidades. No nos juzga, pero tampoco dice que da lo mismo la forma en que tú vivas. Nos llama al arrepentimiento, a la con-versión, a recomenzar incesantemente. Nos perdona, nos enseña a perdonar a los demás. La amistad con Él se empantana, si nuestra vida no es una incesante conversión» (pág. 73) «Para cada uno de nosotros, hoy, existe una cruz que llevamos encima.  Pero debe ser llevada ¡hoy mismo! De lo contrario, es la cruz la que nos lleva, y entonces nos sentimos infinitamente oprimidos, atormentados, anulados, y ni siquiera nos damos cuenta de que fue la cruz la que nos arrastró. Pero si nosotros tenemos el coraje de cargar la cruz, entonces ella se transforma en la cosa más preciosa del mundo» (pág. 89) «Cuando los discípulos ven en Jesús al Dios grande y poderoso, no logran encontrarlo. Deben arrodillarse en el suelo, mirar el polvo: Jesús está allí, que lava los pies a los suyos. El don de sí mismo, el “abajamiento”, el servicio, la toma de conciencia madura de la banalidad de las necesidades humanas, el hacerse pequeños, la capacidad de renunciar a algo, la fortaleza en darse totalmente, el no aparecer, el esconderse, todo esto que no tiene nada que ver con el brillo de Dios, es el rasgo más luminoso y central de nuestro culto a Dios, es Eucaristía» (pág. 101) «Yo,  sigo fracasando siempre, no puedo hacer otra cosa que vivir del perdón de Dios. Pero este perdón se demuestra en el perdón al hermano, tiene en este perdón su esencia, repercute en la comunidad con la que estamos vinculados recíprocamente con la misericordia que nos hace nuevamente libres, para ser juntos hijos del Padre con el Señor, el único Señor, en medio de ellos». (pág. 74)    

Familia: una herida que se vuelve oro

Familia: una herida que se vuelve oro

20170228-aFederico: Un italiano y una uruguaya, ¿cuántas posibilidades tienen de encontrarse? Sin embargo a nosotros nos sucedió, hace siete años, frecuentando un centro latinoamericano en Roma; yo para dar una mano en la animación, ella para hablar un poco su idioma. Nuestras miradas se cruzaron y empezamos a hacer una casa juntos. Las restricciones económicas nos llevaron a dejar la gran ciudad para ir a vivir al pueblito de mis padres, también porque estaba por realizarse uno de nuestros deseos más grandes: la llegada de un hijo. La felicidad no faltaba, pero el estrés por el nacimiento y por la rapidez del cambio de vida no nos dejaban ni respirar. Laura: Como si no fuera suficiente, mi mamá, que se hacía cargo de mi papá inválido y de mi hermano menor, se enfermó gravemente. Pensé en ir enseguida a Uruguay, al menos un par de meses, también porque, quizás, no habría tenido otra posibilidad para hacerle conocer al pequeño a mi madre. Pero mientras tanto con Federico ya estábamos viviendo en dos planetas diferentes: yo encerrada en la casa con el niño, él siempre fuera para escapar de las tensiones entre nosotros. Cuando nuestras miradas se entrecruzaron había sólo rencor, cansancio, incomprensión. «A mi regreso –le dije al irme- o nos dejamos o estaremos juntos para siempre». Federico: La distancia física llegó a ser también del corazón. Los meses transcurrían y ella no regresaba, y yo me encontré en  otro camino. Por honestidad sentí que tenía que decirle que no quería volver con ella y que quizás se podía quedar allí donde estaba. Laura: El dolor fue grande, aunque me lo esperaba. Recogí toda mi fuerza, dejé de lado mi sufrimiento y decidí regresar a Italia, aun consciente de que tenía pocas probabilidades. De hecho, cuando regresé a la casa, él no quería vivir conmigo. Federico: Un día le conté a mi hermano lo que estaba pasando y él me habló de una pareja con mucha experiencia que podía ayudarnos. La propuesta no me convenció mucho, pero al final, por el bien del niño, acepté que quizás ellos nos podrían ayudar a dejarnos sin desencadenar una guerra –me dije.  Era una tarde de finales de mayo. En el parque donde nos encontramos había cerezas maduras, todo hablaba de esperanza y de paz, pero en nuestros corazones hervían sensaciones contrastantes. La mano fuerte de ese hombre que estrechaba la mía y el rostro delicado de su esposa me provocaron un largo escalofrío en la espalda. Vi que también a Laura la impactaron. El coloquio duró media hora. La misma noche corté en seco con todo y regresé a casa. Regresando las lágrimas bañaban mi rostro, pero el alma estaba empezando a volar: ¡lo podía lograr! Vaso_oroLaura: Cuando vi que Federico regresaba no lo podía creer. La nueva cita con esa pareja era en la ciudadela de  Loppiano (Florencia), donde nos encontraremos con otras parejas amigas y otras en crisis como nosotros. En el curso, organizado por las  Familias Nuevas de los Focolares, lo primero  de lo que hablamos –casi como un juego- fue del arte japonés del kintsugi, según el cual una jarra de cerámica rota no se descarta, sino que se restaura con oro. Haciendo así se vuelve todavía más valioso. El clima nuevo que se respiraba nos regeneraba y nos dábamos cuenta de ello. Comprendimos que el oro que puede recomponer nuestra pareja es el perdón que nos pedimos el uno al otro y que encontramos la fuerza de donarnos recíprocamente. Federico: La espiritualidad de la unidad en la que está basado el curso, los consejos de los expertos, la ayuda de otras parejas: es una mezcla que refuerza nuestra voluntad de renacer como pareja y da un impulso fundamental a nuestro proceso de cambio. A partir de entonces todos los días nos declaramos que estamos dispuestos a volver a empezar, sin dar nada por descontado, esforzándonos en ponernos en los zapatos del otro. Laura: Después de dos años llegamos a tomar una decisión importante: casarnos por la Iglesia, para hacer que el amor por excelencia vele sobre nuestras vidas y siga brotando hasta el final. Ahora estamos esperando a nuestro segundo hijo que nacerá en julio. Realmente Dios-Amor ha sabido escribir derecho en nuestras líneas torcidas.    

Quién es Jesús abandonado para mí

Quién es Jesús abandonado para mí

spiritualityCA0008_baumgarten_gesu-abbandonato

© A.M Baumgarten

Soy Noemi, paraguaya, de 26 años. Se me preguntó quién es para mí Jesús Abandonado. Desde pequeña he experimentado el dolor: la pérdida de mi mamá a los 7 años, luego, a los 17, la de mi abuela con quien me crie, y un año más tarde la de mi papá. Recientemente, vino a mi encuentro con el descubrimiento de una enfermedad crónica. Cristo Crucificado, tal como Chiara Lubich nos lo hizo conocer, jamás fue para mí sólo dolor, incomprensión, fracaso, soledad, etc. sino también momentos preciosos y ricos de una fuerte experiencia de Dios, como también de muchas gracias personales y junto con los demás. En mi trayectoria académica en Sophia, durante una clase, el profesor nos preguntó: “¿Ustedes saben por qué Jesús Abandonado es el Dios de nuestro tiempo?”. Un compañero levantó la mano y dijo: “Porque es un dolor y hay que abrazarlo”. El profesor, entonces, nos recordó el texto del Evangelio en el que Jesús muere en cruz y el centurión exclama: “¡Este hombre era realmente el Hijo de Dios!”. Para los judíos de su tiempo, Jesús era un maldito por Dios. La cultura y las creencias religiosas no le habían permitido reconocer la divinidad en ese hombre. En cambio, el centurión, un pagano, logró ver a Dios allá donde los ojos humanos de sus contemporáneos no habían podido descubrirlo. «Aquí no hay dolor  – sigue el profesor –, aquí está la Luz que deja ver y la Sabiduría que nos deja entender quién es Dios realmente: Aquél que se revela escondiéndose, que se vacía completamente de sí mismo para dejar que el otro surja, para dejar que el otro sea, porque es Amor. He aquí Jesús Abandonado». Esta nueva comprensión de Su identidad fue fulgurante para mí y me permitió encontrar el sentido y la pasión por el estudio. Para tratar de ofrecer, junto con los demás y a través de las distintas disciplinas – que son todas expresiones de esa única Sabiduría –, las respuestas a los problemas de nuestro mundo devastado, porque Jesús Abandonado es concreto, no es un concepto teórico y ni siquiera sólo espiritual. Entendí que el órgano del pensamiento es el corazón, ese corazón traspasado en cruz que nos permite ver a Dios y ser mirados por Él. Además, conocerlo mejor me ayudó a entender no sólo quién es Dios, sino quién soy yo: soy nada. Ante el Creador no puedo ser otra cosa que nada, sólo Dios es. Jesús en su abandono se convirtió en la clave de lectura de mi vida, de mi historia, y también de la historia de mi pueblo con sus miserias y riquezas. Y todo esto junto con el deseo de vivir y comprometerme por mi gente aprovechando de los dones que Él me ha dado. Esta visión de Jesús crucificado y abandonado es un don que Dios, a través de Chiara Lubich, le hizo no sólo al Movimiento de los Focolares, sino a la Iglesia y a toda la humanidad. Especialmente allá donde Dios está más ausente. Porque Él nos ha demostrado que el más lejano de Dios es el más íntimo a Él, como le pasó al centurión. Porque Jesús Abandonado no es sólo una “clave” para resolver nuestros problemas personales. Éste es sólo el primer paso, la premisa para luego donarlo, buscarlo y amarlo en los dolores de la humanidad.  

Palabra de vida – Marzo 2017

En muchos lugares del planeta hay guerras sangrientas que parecen interminables y que afectan a familias, tribus y pueblos. Gloria, de 20 años, cuenta: «Nos enteramos de que habían quemado un pueblo y muchas personas se habían quedado sin nada. Junto con mis amigos, organicé una recogida de cosas: colchones, ropa, alimentos; fuimos allá, y tras 8 horas de viaje encontramos a la gente destrozada. Escuchamos sus relatos, les secamos las lágrimas, los abrazamos, los consolamos… Una familia nos confió: «Nuestra niña estaba en la casa que nos quemaron y nos parecía haber muerto con ella. Ahora encontramos en vuestro amor la fuerza de perdonar a los hombres que lo han provocado». También el apóstol Pablo vivió su propia experiencia: precisamente él, el perseguidor de los cristianos (cf. Hch 22, 4ss.), se encontró en su camino, de un modo completamente inesperado, con el amor gratuito de Dios, quien luego lo envió como embajador de reconciliación en su nombre (cf. 2 Co, 5, 20). Así se convirtió en testigo apasionado y creíble del misterio de Jesús muerto y resucitado, que ha reconciliado al mundo consigo para que todos puedan conocer y experimentar la vida de comunión con Él y con los hermanos (cf. Ef 2, 13ss.). Y, a través de Pablo, el mensaje evangélico llegó y fascinó incluso a los paganos, considerados los más alejados de la salvación: ¡reconciliaos con Dios! También nosotros, a pesar de errores que nos desaniman o de falsas certezas que nos convencen de que no la necesitamos, podemos dejar que la misericordia de Dios –¡un amor exagerado!– nos cure el corazón y nos haga por fin libres de compartir este tesoro con los demás. Así contribuiremos al proyecto de paz que Dios tiene sobre toda la humanidad y sobre la creación entera, y que supera las contradicciones de la historia, como sugiere Chiara Lubich en un escrito suyo: «[…] En la cruz, en la muerte de su Hijo, Dios nos dio la prueba suprema de su amor. Por medio de la cruz de Cristo, Él nos ha reconciliado con Él. Esta verdad fundamental de nuestra fe conserva hoy toda su actualidad. Es la revelación que toda la humanidad espera: sí, Dios está cerca con su amor a todos y ama apasionadamente a cada uno. Nuestro mundo necesita este anuncio, pero lo podemos hacer si antes lo anunciamos una y otra vez a nosotros mismos, para así sentirnos envueltos por este amor incluso cuando todo nos llevaría a pensar lo contrario […] Todo nuestro comportamiento debería hacer creíble esta verdad que anunciamos. Jesús dijo claramente que antes de llevar la ofrenda ante el altar deberíamos reconciliarnos con una hermana o hermano nuestro si tienen algo contra nosotros (cf. Mt 5, 23- 24) […] Amémonos como Él nos amó, sin cerrazón ni prejuicios, sino abiertos a acoger y apreciar los valores positivos de nuestro prójimo, dispuestos a dar la vida unos por otros. Este es el mandato por excelencia de Jesús, el distintivo de los cristianos, tan válido hoy como en los tiempos de los primeros seguidores de Cristo. Vivir esta palabra significa convertirnos en reconciliadores»1. Viviendo así, enriqueceremos nuestros días con gestos de amistad y reconciliación en nuestra familia y entre las familias, en nuestra Iglesia y entre las Iglesias, en cualquier comunidad civil o religiosa a la que pertenezcamos. Letizia Magri 1 C. LUBICH, Palabra de vida, enero 1997: Ciudad Nueva 1997/1, p. 33.

Chiara nos ha enseñado el Amor

Chiara nos ha enseñado el Amor

¿Qué ha significado para ustedes conocer a Chiara Lubich y qué consecuencias ha tenido, en ustedes y en su familia, la relación con ella y su espiritualidad? Danilo:«En el ambiente en el que crecimos Anna María y yo, las costumbres tradicionales eran muy fuertes. La familia existía, pero a menudo estaba unida por una convención social. Conociendo a Chiara entendimos que ser cristianos era sobre todo una elección. Por eso sufrimos mucho para liberarnos de la forma de pensar de entonces, del apego al propio rol, al propio círculo, al título profesional. Me había encaminado a ser un gran ingeniero, pero para vivir el Evangelio con radicalidad, empezamos a hospedar a personas pobres, a hacer la comunión de bienes, todas cosas que eran un escándalo, porque rompían con las costumbres de una ciudad burguesa. Mis padres no entendían nuestras elecciones y se opusieron. Recuerdo que un día fui a hablar a un pueblito de montaña, porque también era el presidente diocesano de los hombres católicos. Y sentía un gran dolor y el alma dividida. Enseguida después fui a la iglesia y me encontré delante de una estatua de Jesús abandonado. Para mí fue claro que para ser cristiano era necesario pasar por estos momentos dolorosos». Igino Giordani (Foco) en el ‘56 escribía que “también los casados están capacitados de hacer vida su llamado a la perfección de la caridad”. ¿Podrías comentar esta carta? Anna María: «Chiara básicamente entendió que también los casados están llamados a la santidad. Para vivir así, tuvimos que desapegarnos de la idea de familia que existía entonces y hacer cada uno una elección personal, también los hijos. Ella siguió con amor a cada uno de los miembros de la familia, puso en evidencia el llamado personal de cada uno para que fuéramos una familia que viviera la frase del Evangelio “Donde dos o más están unidos en mí nombre, yo estoy en medio de ellos” (Mt, 18,20). Foco dio un gran aporte para poner en evidencia la parte divina de la familia, valorando también la parte humana, porque amó a su esposa en forma extraordinaria hasta el último momento. Amaba también a nuestros hijos, los cuidaba, nos hacía entender la gracia que teníamos. Nos parecía que teníamos que volver al tiempo de los primeros cristianos, cuando se decía que también los casados eran consagrados exceptuando el celibato, pero eran todos de Dios». Estaban presentes cuando Chiara fundó el movimiento Familias Nuevas, el 19 de julio de 1967.  ¿Qué percibieron en ese momento? Anna María: « Era la primera escuela de focolarinos casados. En un determinado momento,Chiara  comprendió que podía nacer algo nuevo. Desde que la conocí en Tonadico en el ’53, había tenido la impresión de que miraba a la humanidad. Ahora nos abría de par en par un horizonte vastísimo, confiándonos el mundo de la familia, las situaciones familiares dolorosas y difíciles, los huérfanos que amaba especialmente, pero también los novios… Desde los primeros tiempos Chiara tuvo en el corazón a los jóvenes que se preparaban al matrimonio, valoraba lo que vivían, hacía crecer el amor por el novio/a., quería que entendieran que el amor es un don de Dios y que también las dificultades que pueden sentir tienen un fin. Los enamoraba del amor, el amor verdadero, y también con nosotros casados hizo así». Han visto nacer Familias Nuevas y se han encontrado con familias de todo el mundo, que han encontrado en la espiritualidad de la unidad la respuesta a los desafíos de la familia en su propio contexto. ¿Qué ha significado esto para ustedes? Anna María: «Nos sentíamos adentro de esta realidad de amor que ella tenía por las familias. Chiara  valoraba la cultura y las características de los distintos países y las tradiciones locales, pero después iba a la raíz del Hombre, al ser humano creado por Dios. La experiencia que hicimos viajando por el mundo ha sido extraordinaria, porque nos sentíamos hermanos, como si hubiésemos vivido juntos toda la vida. Íbamos donde ricos y pobres. En Filipinas y en Brasil, por ejemplo, fuimos también a las favelas donde las calles son de barro de un metro y medio y las casitas con habitaciones armadas de cualquier forma. También allí llegó el ideal de la unidad». ¿Cuál es el don más grande que Chiara le ha dado a la familia de ustedes? Anna María: «Chiara nos ha hecho sentir el amor y nos ha enseñado qué es, con todas sus características: que es el primero en amar, que se hace uno con el otro. Nos ha hecho ver la belleza de la unidad, vivida con ella y entre nosotros. Nos ha puesto en la condición de sentir la alegría, la plenitud, la fuerza para afrontar las dificultades, los fracasos, que hay en la vida de familia. Nos ha dado una luz tan fuerte, que nos ha hecho ver a Jesús abandonado que es quién ha generado la unidad en el mundo, quien ha acogido el dolor por amor y nos ha donado esta realidad viva. Ésta es la base para entender también cómo educar y hacer crecer a nuestros hijos». Giovanna Pieroni  

Inglaterra: amistades interreligiosas

Inglaterra: amistades interreligiosas

2017-02-09-Birmingham_03Birmingham, metrópolis multiétnica de Inglaterra central, donde la presencia de personas de varias culturas y religiones, se convierte en un taller de diálogo. La ciudad, es, por sí misma, un laboratorio de relaciones interreligiosas basadas en la estima recíproca y en el descubrimiento de los valores del otro. El arzobispo católico, Bernard Longley, junto con el consejo de líderes de otros credos religiosos en Birmingham, está comprometido en primera persona como protagonista en el área interreligiosa y varias veces expresó el deseo de que el Carisma de la unidad pueda dar su contribución en la Iglesia y en el diálogo ecuménico e interreligioso. En octubre de 2015, puso a disposición del focolar una casa en la diócesis de Birmingham. Desde entonces, miembros de la comunidad de Londres se organizan cada dos meses para asistir y animar todas estas iniciativas. Se comenzó con el proyecto “Start Now” del conjunto internacional Gen Verde y continúan con muchos otros proyectos. 2017-02-09-Birmingham_04En enero, una voluntaria del Movimiento, experta en el mundo de la educación, animó junto con otros, el primero de los 4 talleres en la escuela primaria Sikh donde asisten 70 chicos de 7-8 años. El tema era el de los valores. «Los Sikhs sienten un vínculo fuerte con nosotros – cuenta-. Dicen que, como ellos, tratamos de modelar una sociedad basada en la fusión de lo humano con lo divino. Ven en la relación con el Movimiento una sintonía que los ayuda a profundizar los valores y a ponerlos en práctica». En el taller, en efecto, tuvieron la posibilidad de ir en profundidad en los valores, con los niños, y ayudarlos a vivirlos. 2017-02-09-BirminghamLa iniciativa es el punto culminante de una relación que se está construyendo desde hace tiempo.  Hace años que la comunidad de los Sikh, guiada por Bhai Sahib Bhai Mohinder Singh, mantiene un vínclo constante  con el Focolar de Birmingham. La relación se ha profundizado y ha crecido la estima recíproca. «Bhai Sahib Ji a menudo nos diceescribe una focolarina- que su inspiración es Chiara Lubich. Tiene siempre su foto en su escritorio» Sikhs y focolarinos participaron también, hace poco, en una conferencia interreligiosa. Alli, Bhai Sahib Ji presentó un proyecto para promover la reconciliación y el perdón. La jornada fue la ocasión para estrechar relaciones de amistad entre los miembros de varios credos y religiones, que ahora quieren permanecer en contacto. IMG-20170121-WA0000También en enero, el Doctor Mohammad Shomali, musulmán, invitó a algunos focolarinos para que les hablaran a un grupo de casi treinta musulmanes en una mezquita en un barrio de Birmingham. Su deseo era el de reunir a las personas que él más estima y más ama: su comunidad y el focolar”. Se habló del diálogo de la Iglesia con el Islam y se propuso la Espiritualidad de la unidad, compartiendo también algunas experiencias sobre la Palabra. Muchos musulmanes quedaron entusiasmados y quieren permanecer vinculados al focolar. «Nos invitaron también para ir el domingo siguiente, en ocasión del proyecto “Visita mi Mezquita”», cuentan. «En estas semanas en las que nos hemos encontrado con muchos amigos nuevos de otros credos – concluyen- nos acordábamos de una carta de Chiara del 23 de noviembre de 1980, donde entre otras cosas, decía: “… si en sus ciudades existe una mezquita o una sinagoga o cualquier otro lugar de culto no cristiano, sepan que allí está el lugar de ustedes…”. Es el proyecto de la fraternidad entre todos. También entre los fieles de otras religiones»

En Nigeria una escuela se convierte en una Mariápolis

En Nigeria una escuela se convierte en una Mariápolis

20170224-03El College St. Joseph se transformó, durante tres días, en un pequeño laboratorio de fraternidad:  los jóvenes estudiantes (desde los 9 a los 18 años) vivieron codo a codo con los profesores y sus familias, pero también con muchos, jóvenes, adultos, ancianos, procedentes de otras ciudades. La Mariápolis fue organizada por los miembros de la comunidad local de Jos, pero también por otras comunidades como la de Abuja (que viajaron durante 4 horas) y Otnisa (12 horas). Participaron también algunos jóvenes de los Focolares, de Lagos. En Nigeria, país de inmensos valles, los largos viajes, que a veces representan muchos peligros, son a menudo un obstáculo. Pero eso no detuvo a nadie para asistir a la Mariápolis en el College St. Joseph. Y la escuela abrió sus portones para recibir a los jóvenes y a los no tan jóvenes, a los estudiantes, docentes, obreros. Entre los “mariapolitas” estaba también John Maigari,  ex docente y ex alumno de la escuela, hoy jubilado, que fue también uno de los responsables del Departamento de la Educación de la Diócesis. John Maigari, había experimentado hace años la vida de la Mariápolis, donde cada uno trata al otro como a un hermano y trata de amar y servir. Ahora, después de muchos años, ya jubilado, el profesor Maigari, quería que esa misma vida la experimentaran los alumnos de su escuela. Y su propuesta fue bien recibida. 20170224-01Así durante tres días, la escuela cambió de cara. Los momentos de reflexión y profundización se consolidaron con la experiencia concreta. Divididos en grupos, los estudiantes de varias edades vivieron codo a codo con los profesores y con todos los otros y compartieron las varias actividades del día: cocinaron juntos, lavaron los platos, arreglaron la sala de encuentros, limpiaron los baños y el parque de la escuela. Para alguno era la primera vez: nunca habían vivido algo parecido. ¡Incluso el director de la escuela lavó platos! En un gran libro, preparado por los estudiantes, conservaron sus palabras y sus comentarios. ¡Relata tres días de verdadera vida! Este retiro transformó sus vidas, dicen. “La unidad vivida en estos días nos ha impresionado desde el primer momento en el que ustedes pisaron nuestra escuela”. Esa unidad que las palabras de Chiara Lubich y el testimonio de los miembros de los Focolares les transmitió. 20170224-02“Me siento muy feliz y entusiasmado – escribe Nipps-, porque estos días fueron maravillosos. Hice muchas experiencias y estoy impresionado de modo especial por el amor y la unidad que el equipo de personas que organizaron el programa tenían entre ellos”. “Antes mi vida no estaba completa- cuenta Keivin- porque no sentía que Dios estaba vivo y que existe de verdad. Ahora creo de verdad en Dios” “Este retiro no es como los otros – agrega Daong-. Ustedes comieron con nosotros, durmieron en nuestro colegio”. En esta región de Nigeria, durante años, se verificaron muchos episodios de violencia entre cristianos y musulmanes: las semillas del odio están en todo el país. Los jóvenes estudiantes llevan a sus espaldas también todo esto. En la Mariápolis de Jos, pudieron comprobar que existe “otro camino”, la potencia del arma del amor de Dios y de la unidad.

Nuevo compromiso ecuménico de los Focolares

Nuevo compromiso ecuménico de los Focolares

StefanKiefer

María Voce con el Dr. Stefan Kiefer, 3° alcalde de Augsburg.

¿Por qué la exigencia de una Declaración así? Es una exigencia que nace desde dentro, porque el hecho de encontrarnos aquí en Ottmaring, donde existe un testimonio ecuménico evidente –el de dos comunidades que conviven en forma estable, una nacida en la  Iglesia católica y la otra en el ámbito evangélico, ambas con miembros de varias Iglesias- nos impulsa también a un compromiso concreto del Movimiento que ha de llegar a todo el mundo, que no debe quedarse aquí detenido. Esta Declaración quiere despertar en todos la conciencia de que el ecumenismo es realmente una de nuestras finalidades y que es necesario trabajar por esto. ¿A quién va dirigida la Declaración? Es un compromiso asumido a nombre del Movimiento y por lo tanto está dirigido en primera instancia a éste para volver a darle la conciencia del valor del ecumenismo, es decir, del valor de dar testimonio juntos de lo que ya nos une para acelerar el camino y superar los obstáculos. En el Movimiento todos estamos llamados a vivir esto y ahora lo asumimos con una mayor responsabilidad. No puede haber una persona de los Focolares que, desde el momento en que conozca esta Declaración, piense, en conciencia, que el compromiso con el ecumenismo se refiera solo a esos países donde hay cristianos de varias Iglesias y no se refiere a su nación, que no lo involucra personalmente, porque está bien en su Iglesia y no le interesan estos problemas. ¿A partir de mañana qué debería cambiar en el Movimiento? Creo que es necesaria una conversión del corazón, es decir empezar a pensar ecuménicamente. Empezar a pensar que cualquier hermano que encuentro, ya sea de mi Iglesia o de otra Iglesia, pertenece al Cuerpo de Cristo, al cuerpo por el cual Cristo dio la vida. Es por lo tanto mi hermano de sangre, por lo tanto lo que le interesa a él me interesa a mí, lo que lo hace sufrir me hace sufrir a mí. Quizás se tratará solamente de rezar por este fin, donde no se puede hacer otra cosa. Pero sólo rezar no basta. Es necesario interesarse por todos los hermanos cristianos. Con todas las posibilidades de contacto que existen hoy, será cada vez más fácil encontrarse y hablar, acoger a personas que no son de nuestra Iglesia. Y no podemos acogernos de otra forma sino como a hermanos pertenecientes al cuerpo de Cristo. Sólo si nos acogemos así, tendremos la posibilidad de acoger a quienes no pertenecen al cuerpo de Cristo en sentido estricto, porque no han recibido el bautismo que une a los cristianos. IMG_7804_01¿Un compromiso del corazón que conlleva un testimonio público? Hoy ya no tiene sentido que los cristianos se presenten fragmentados. Ya inciden poco, e incidirán cada vez menos si no están unidos dando testimonio del único Evangelio, del mandamiento del amor recíproco. Y si nosotros cristianos no sabemos dar este testimonio, el mundo no podrá encontrar a Dios, porque no podrá encontrar a ese Jesús que está presente donde hay cristianos unidos en el amor recíproco. Si lo encuentran, nacerá en ellos la fe, cambiará su actitud, la forma de comportarse, cambiará la forma de buscar la paz y las soluciones en favor de la justicia, el compromiso solidario entre los pueblos. ¿Cuál es el punto central de la Declaración de Ottmaring? Llama a poner atención sobre el encuentro de Lund, Suecia, que tuvo lugar el 31 de octubre pasado, porque fue un evento extraordinario, del cual –quizás- no se ha tomado suficiente conciencia. Como Movimiento, advertimos la necesidad de hacer emerger el espíritu del Lund, sintetizado en la Declaración conjunta que pide que crezcamos en la confianza recíproca y en el testimonio común del mensaje del Evangelio para testimoniar a los hombres el amor de Dios. Éste es el compromiso absoluto que asumimos. En Lund asistimos a un gesto importante realizado por los responsables de la Iglesia católica y de la Federación luterana mundial, y por lo tanto de máximo nivel. Pero si queda sólo en el más alto nivel, y no baja a lo concreto de la vida de las comunidades, queda sólo como un lindo recuerdo histórico, pero no podrá incidir en la realidad de hoy. ¿Por lo tanto el Movimiento se compromete a recoger la herencia de Lund y a difundir su espíritu? Ciertamente. Y después queremos que nuestra Declaración llegue también a los responsables de las Iglesias, para darles un motivo de esperanza más, haciendo saber que en el mundo hay personas que quieren vivir de este modo. El ecumenismo es una necesidad de los tiempos. No podemos preguntarnos si va adelante o no. Tiene que ir adelante. Porque responde a la necesidad de Dios que tienen las personas, aunque no lo sepan. Una respuesta eficaz es estar unidos, por lo menos entre cristianos. De lo contrario es una grave omisión. Usted se puso enseguida en acción, entregando la Declaración al alcalde de Augsburg y a la responsable de la iglesia luterana de la ciudad. Empezamos por lo local. Lund fue de altísimo nivel, con los responsables mayores. Nosotros podemos hacer bajar el espíritu de la Declaración de Ottmaring a la dimensión local, de hoy, de lo que se puede hacer enseguida. Lee la Declaración de Ottmaring

Primera Mariápolis en Dubai

Primera Mariápolis en Dubai

Mariapolis Dubai_02 «Nos encontramos en estos países de los Emiratos Árabes por motivos de trabajo –cuenta Claudia-. Nuestros ambientes de trabajo a menudo se caracterizan por una fuerte competitividad, acompañada por las dificultades de la integración y a menudo con falta de tiempo para relaciones interpersonales sencillas y auténticas. La Iglesia católica en Dubai es viva, joven, alegre y sin complejidades. En la misa cotidiana, con más de 2000 fieles –en su mayoría filipinos, paquistaníes e hindúes- hay mucha participación y gran recogimiento. También en nuestra comunidad local somos todos extranjeros y tratamos de dar testimonio evangélico en los distintos ambientes donde nos movemos, llevando el amor y la unidad a nuestro alrededor. Somos muchos los que  vivimos la espiritualidad de la unidad que hemos conocido en nuestros países de origen. Y tratamos de proponerla a nuestros vecinos como remedio ante la vida frenética e individualista que se vive aquí. Para nosotros es de fundamental importancia el encuentro mensual de la Palabra de Vida. La leemos juntos, tratamos de profundizarla y compartimos las experiencias que surgen al ponerla en práctica. La visita de  María Voce y Jesús Morán, en enero de 2016, en una escala de su viaje a India,  ha dado un nuevo impulso a nuestra exigencia de llevar a muchos el ideal de la unidad, permaneciendo en red entre todos». «Por eso fue natural involucrar a todas las personas con las que estamos en contacto a que participaran y vivieran la experiencia de la Mariápolis que preparamos con tanto esmero – explica Amjad –. El 27 y 28 de enero pasado, 65 personas provenientes de 12 países (4 de Medio Oriente, también de Pakistán, Filipinas, Brasil, Japón, Italia y Camerún), nos dimos cita en Ras Al Khaimah, un Emirato cerca de Dubai, para vivir nuestra primera Mariápolis en estas tierras. ¡La emoción era grande! A algunos les parecía realmente un sueño finalmente encontrarse después de tanto tiempo. Fuimos acogidos en la parroquia del Padre Willy, quien es originario de Filipinas. El título elegido: “Unity in diversity” (“Unidad en la diversidad”), reflejaba muy bien la realidad y los desafíos que todos vivimos». «Me impresionó mucho –escribe una joven de India- lo que escuchamos de Chiara Lubich sobre la “técnica” para construir la unidad. Ahora quiero ponerla en práctica». Y una mujer filipina agrega:  «Descubrir que Jesús, en el momento en el que se siente abandonado por el Padre, puede convertirse en “clave de unidad” en la medida en que trato de imitarlo, me ha llenado de esperanza». En un clima de gozo se compartieron alegrías y dificultades, tanto en los encuentros de grupo como en la sala, y las exigencias de una vida compartida con los demás. Hubo momentos de juego, de oración, una velada “intercultural” con un programa recreativo: canciones, videos, representaciones, danzas… que involucraron a todos.  «Se  dedicó especial atención al programa dedicado a los niños; varios de ellos no querían volver a sus casas…», cuenta Claudia. «Fue como un “oasis” –explica Amjad- donde cada uno encontró a una familia con la presencia espiritual de “Jesús vivo”. «En estos días volvió a despertar en mí la llama de este ideal que conocí hace tantos años –confesó un brasileño-; ahora quiero donar este ‘fuego’ a otros». «En la conclusión nos parecía –escriben Mía y Michel- que quienes regresaban a sus países o a los Emiratos como Omán, Qatar, Baréin, llevaban un “pedazo de la fraternidad” vivida en la Mariápolis. En cada uno era evidente  el deseo de seguir viviendo así en los propios ambientes, llevando a todos la esperanza. Ahora, a través de los medios de comunicación, nos mantenemos conectados formando una red viva, tratando de ayudarnos los unos a los otros, abiertos a todos».  

Taiwán – 1° Simposio budista-cristiano

El Congreso es promovido por la  Providence University en colaboración con el Dharma Drum Arts, el Instituto Universitario Sophia de Italia, la Fu Jen Catholic University de Taiwán y otras instituciones académicas de Taiwán y del extranjero. Entre los participantes figuran, el profesor Dharma Drum de Artes y Ciencias, docentes de Sophia de Italia, profesores e investigadores de los Estados Unidos, monjes y expertos provenientes de Tailandia, Japón, Corea del Sur y de otros grupos religiosos. Desde el 2004, el  Movimiento de los Focolares realiza simposios budistas cada dos años en distintas ciudades. Los simposios entre budistas (Mahayana y Theravada) y cristianos han sido etapas importantes para reforzar la confianza recíproca y sobre esta base de respeto al otro se está trabajando en forma conjunta para realizar este primer encuentro en Taiwán.