Movimiento de los Focolares
La sonrisa de Daniel

La sonrisa de Daniel

VeronicaPodestà«Desde que comencé a estudiar – nos cuenta Verónica, italiana de Génova– tenía un sueño: poner al servicio de los demás mi profesionalidad. En el 2013, recién graduada, parto a Man (Costa de Marfil). Al inicio fue difícil porque yo no hablaba francés. Sin embargo, descubrí que con gestos concretos se construyen puentes mucho más que con palabras. Con algunas chicas decidimos organizar una pequeña actividad para vender algunos objetos. Durante varios meses, después del trabajo, nos veíamos para hacer collares, pulseras, recoger lo que era superfluo en nuestras casas. El dinero recaudado lo pusimos en un fondo común para utilizarlo en caso de problemas económicos, para sostener los estudios de alguien, etc… un día, una de nosotros compartió una gran dificultad: su padre no había recibido el sueldo y su familia no tenía nada para comer. Todos estuvimos de acuerdo en destinar parte de ese fondo para ayudar a su familia. ¡Vi un Evangelio que se vive, no sólo que se contempla! No siempre fue fácil: a veces extrañaba mi familia, mis amigos, mis costumbres… pero el cielo siempre fue mi mejor amigo. Cuando me sentía sola o tenía una dificultad que no lograba superar, alzaba los ojos y, mirando al cielo, me perdía en la inmensidad de la creación. ¡Qué armonía, cuánto amor en todo lo que estaba a mi alrededor… y aquel Amor era también para mi!» Durante mi período en África conocí a un niño que tenía una malformación cardíaca desde el nacimiento. Cada vez que venía, Daniel ilumina el dispensario con una espléndida sonrisa. A pesar de los tratamientos invasivos que debía soportar, el amor y la alegría que emanaba se difundía y atrapaba. A pesar de los numerosos esfuerzos, era necesario hacer algo más. Él necesitaba más terapias e intervenciones adecuadas. Después de un año, mi experiencia en África termina. Regresando a casa estaba feliz de encontrar todas las personas que yo quería mucho, pero dentro de mí todavía tenía la sonrisa de Daniel cuando lo saludé. Sentí que no podía olvidarlo, que no podía dejarlo solo. Entonces con otros amigos comenzamos a movilizarnos para ver si había posibilidades de operarlo en Italia. El entusiasmo era contagioso. Después de algunas semanas, junto a su familia y sus amigos organizamos una cena para recaudar fondos y permitir a Daniel venir a Italia para su operación. Un mes más tarde, Daniel llega a Italia acompañado por su padre y Carlo (un focolarino que los había ayudado en los trámites burocráticos). DanielFueron dos meses intensos, pero gracias a la sonrisa de Daniel, nuestras culturas se enriquecieron y nosotros las redescubrimos. A través de sus ojos redescubrí el mar, la nieve, la alegría de vivir el momento presente. Mientras tanto, la operación de Daniel fue un éxito. El papá le había prometido una bicicleta si todo iba bien. Sin embargo, después de la operación, el padre se dio cuenta que era un regalo demasiado caro para sus posibilidades… pero el amor de la comunidad fue inmediato: la misma noche que el padre me confió su dificultad, una amiga me dio un sobre. En su fiesta de cumpleaños había presentado la historia de Daniel. Sus amigos, en lugar de hacerle regalos, recogieron el dinero para él. ¡Parece increíble, en el sobre había exactamente la suma necesaria para comprar la bicicleta que Daniel tanto deseada! Partí convencida que podía dar mucho. En cambio me di cuenta que cada día recibía mucho más de cuánto donaba… a menudo se parte con la idea de cambiar el mundo; pero uno se da cuenta que para hacerlo, es necesario comenzar a cambiar uno mismo y nuestra forma de estar con los demás. Sólo construyendo, momento por momento, puentes de fraternidad se puede cambiar el mundo e iluminarlo con nuestra sonrisa. Justamente como hace Daniel». A principios de julio, en el “Villaggio del Ragazzo” (Pueblo del niño) de San Salvatore di Cogorno (provincia de Génova), fue entregado el “Premio Bondad Padre Nando Negri” 2016 a Verónica Podestà gracias a su compromiso social, su entusiasmo y su tenacidad.

Brasil: un proyecto cultural innovador

Brasil: un proyecto cultural innovador

IMG-20160726-WA0004_b“Estaba completamente desmotivado de mi profesión de ingeniero… Ahora descubrí la ingeniería bajo otra luz…”. “Estoy en segundo año de arquitectura. La universidad presenta la carrera en clave muy comercial, le falta el aspecto humano. Este curso superó mis expectativas”. Éstas son dos de las impresiones dejadas al finalizar el curso que reunió a unos 80 jóvenes universitarios latinoamericanos, en una intensa semana (25-30 de julio) en el Centro de Congresos de la Mariápolis Ginetta, próximo a San Pablo, Brasil. Esta iniciativa cultural promovida por el Centro Académico Latinoamericano Sophia ALC  del Movimiento de los Focolares, presentó un proyecto innovador, muy bien expresado en su título: “Las bases teórico-prácticas del paradigma de la fraternidad: proyecciones en las ciencias sociales, políticas, económicas y culturales”. Los jóvenes latinoamericanos entraron en las llagas que aún hieren a sus pueblos: la crisis económico social, el drama de las poblaciones indígDSCN8568-02enas y las grandes problemáticas de la zona del Amazonas, la desigualdad social y la violencia que – como refirió el politólogo argentino Juan Esteban Belderrain-  son dramas en los que América Latina registra la triste primacía a nivel mundial. En el año 2012 ascendieron a más de 140.000 los homicidios, la tercera parte de los registrados a nivel mundial, de los cuales más de 50.000 se cometieron en Brasil. Un fenómeno tristemente en crecimiento. En este trasfondo dramático, los jóvenes se sintieron fuertemente involucrados en profundizar la novedad cultural que se abre sobre sus propias disciplinas, poniendo en acción el paradigma de la fraternidad que compromete el pensamiento y la vida. Un solo ejemplo. Como explicó el profesor brasileño Marconi Aurelio e Silva, docente de Ciencias Políticas, con la aplicación de este paradigma, que ya está siendo experimentado desde hace 20 años, la política supera la dimensión conflictual. La mayoría y la oposición sienten que ambas partes se complementan pues en el adversario se reconoce una parte de la verdad y se activa la participación ciudadana. DSCN8505-01Este nuevo paradigma cultural, en estos días, fue vivido también en las relaciones interpersonales, entre los estudiantes de las diversas culturas latinoamericanas, entre los estudiantes y los profesores, en una dimensión interdisciplinaria y multicultural. Y no solo eso. Partiendo, los jóvenes se comprometieron además a detectar las mayores urgencias de sus ciudades, y, con el acompañamiento de los profesores, elaborar y poner en acción proyectos que tengan dimensión política, económica y social. En la conclusión, el profesor Sergio Rondinara, del Instituto Universitario Sophia (Italia), del cual Sophia Alc es la primera sucursal extra-europea, expresó una gran esperanza al percibir que en los jóvenes presentes existía “una muestra bellísima, cristalina, de los pueblos latinoamericanos que deja entrever potencialidades extraordinarias en el futuro de este continente”.  

Jóvenes, protagonistas de la historia

Jóvenes, protagonistas de la historia

b_900_600_0_00_images_2016_GMG4Entusiasmo, deseos de comprender y de ser protagonistas del propio futuro: son las notas que caracterizaron la experiencia post JMJ para el grupo de jóvenes que se encontró, desde el 1 al 6 de agosto, en Jasna, en Eslovaquia. «No podíamos imaginar algo así. Si estamos contentos con la comodidad, con ser “cristianos de sofá”, nunca seremos  de verdad protagonistas de la historia», declara Anita, joven argentina, en el momento de volver a su país. «Las propuestas alentadoras del Papa durante la JMJ pedían una adhesión inmediata, pero también una conciencia que debe madurar, y es esto lo que tratamos de hacer aquí en Jasna», explica Gianluca Falconi, filósofo. Junto con el teólogo Michel Vandeleene y la psicóloga Antonella Deponte animaron los momentos de profundización, ofreciendo un tramado de perspectivas distintas y una aproximación pluridisciplinar. Francisco en Cracovia habló de derribar el miedo, de difundir la paz en un mundo tan lleno de odio, del valor de la misericordia y de la Cruz, de los obstáculos que hay que superar para encontrar a Jesús. Pero ¿cómo traducir estos desafíos concretamente en la vida cotidiana? Los días pasados en Eslovaquia fueron la ocasión para considerarlos en detalle, para comprender las razones, para preguntarse personalmente sobre la propia vida. La experiencia internacional dio la posibilidad de un diálogo con personas procedentes de contextos muy distintos: desde el Líbano a Australia, desde Francia a los Estados Unidos, desde Rusia a Ucrania. «Una de las temáticas más fuertes – explican los organizadores- no era tanto la de la existencia de Dios o de los grandes problemas, sino la relación con el otro, con el que es distinto, – polos alrededor de los cuales se desarrollaba la reflexión común.  Se ponían en evidencia los cuestionamientos personales sobre la búsqueda del sentido de la vida, las preguntas  sobre lo que vale cada uno  de nosotros, las oportunidades y las dificultades de las relaciones con el otro, con el enemigo, con el que piensa diferente» WYD_01Todas las preguntas partían de experiencias personales. Como la del joven iraquí que puso en relieve las dificultades de relación que vive en su propio país. Para alguno el paso  de ir “hacia el otro” resultaba imposible. Y entonces la “escuela” ofreció la oportunidad de ir a fondo en pequeños grupos, pero también con coloquios personales: espirituales, psicológicos, o para proporcionar  actitudes estratégicas en las relaciones humanas. Y se habló también de la relación consigo mismo, de la autoestima, de la dignidad personal, de las emociones y de la apertura mental Otro de los grandes temas que trataron fue el del futuro: tomar las riendas de la propia vida y darle una dirección. Los que dialogaban de este modo eran adolescentes, jóvenes universitarios, trabajadores. Cristianos de distintas iglesias, agnósticos y no creyentes. Vocaciones distintas, 12 lenguas. Era por lo tanto una gran variedad de público,  mancomunado por la sed de verdad, interesados y apasionados. «Este modo de presentarse de los jóvenes no es común en la sociedad de hoy», comenta Gianluca, en su larga experiencia de educador. «Tengo 15 años y en mi grupo había personas de más de 30 años – cuenta Carla, italiana-. Es lindísimo porque pude confrontarme, pedir explicaciones, adquirir seguridad». Un tramado de generaciones, de idiomas y de culturas: «Entre nosotros la filosofía no es muy apreciada porque el acercamiento a la realidad es distinto- explica Antoine del Líbano-, pero estoy contento de conocer otras mentalidades distintas a la mía». Fraternidad vivida como antídoto del mal, sueños que se realizan.  Estos son algunos de los nuevos paquetes que han colocado dentro de la valija los jóvenes: «El Papa nos ha dicho que no dejemos de soñar- confiesa Anna de Milán-. Y lo que estamos viviendo es un sueño que se convirtió en realidad»

Roger Schutz: constructor de paz, profeta de esperanza

Roger Schutz: constructor de paz, profeta de esperanza

Roger Schutz 2«Trastornados por la noticia de la imprevista y absurda desaparición del amado Hermano Roger Schutz, nos unimos, en el más profundo dolor y en la oración, a toda la Comunidad de Taizé. Su vida, totalmente donada a Dios y a los hermanos, fue coronada por la palma del martirio. El Hermano Roger fue un constructor de paz, un profeta de esperanza y de alegría. “Dios nos quiere felices”, me escribía hace apenas dos meses, y ahora creemos que él se encuentra en la plenitud de la alegría en el seno de la Trinidad. Nos sentimos muy cercanos en esta circunstancia. Quisiéramos que la amistad que desde hace 40 años nos unió profundamente al Hermano Roger y a la Comunidad de Taizé, continúe también ahora que El alcanzó el Cielo». Chiara Lubich También hoy lo queremos recordar así: como un constructor de paz, un profeta de esperanza y de alegría.  

Fraternidad episcopal

Fraternidad episcopal

Vescovi Braga 6Cada verano, obispos provenientes del mundo entero pasan juntos un periodo de descanso que les permite compartir sus vivencias y preguntarse cómo ser Iglesia, signo e instrumento de unidad, en los más variados escenarios de un mundo global surcado por tensiones y contradicciones. Este año se reunieron del 2 al 11 de agosto en Braga, Portugal. «Hoy en la Iglesia vivimos el momento de la unidad y de la comunión; es un momento en el que estamos invitados a experimentar a Dios juntos. No estamos aquí sólo porque somos obispos sino porque somos hermanos. Deseamos ser como los Apóstoles con Jesús, un cuerpo de hermanos». Estas son las palabras de la homilía pronunciada por el Card. João Bráz de Aviz durante la Misa en la Capilla de las Apariciones, con ocasión de la peregrinación de 67 obispos de 27 naciones a Fátima el pasado 4 de agosto. Vescovi Braga 4«Durante estos días hemos sido realmente felices. Hemos vivido como hermanos. Nos hemos sentido libres y hemos podido abrir el corazón el uno al otro. Entre nosotros ha estado realmente el único Maestro. Nos hemos sentido en la casa de María», dijo el Card. Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij, arzobispo de Bangkok y moderador del encuentro, resumiendo al final de ese periodo la experiencia realizada. Los obispos fueron acogidos, por invitación de Mons. Jorge Ortiga, arzobispo de Braga, en el Centro apostólico “Mater Ecclesiae”, a la sombra del Santuario de Nuestra Señora de Sameiro. Era un ambiente muy adecuado para poder tratar, en un clima de distensión, cuestiones como el escenario que nos presenta el mundo de hoy, con el experto en política internacional Pasquale Ferrara, o la reforma de la Iglesia, siguiendo el surco trazado por el Papa Francisco, con el teólogo Piero Coda. Teniendo todo esto como telón de fondo, los presentes se han preguntado cómo ser obispos con un estilo sinodal y actuar una cultura pastoral marcada por la comunión. Vescovi Braga 1Las sesiones plenarias y los encuentros de grupo, los paseos y los momentos de sobremesa, han servido para poner en común situaciones dolorosas y señales de esperanza: el grito angustiado que se eleva de las Iglesias de Oriente Medio; el crecimiento de una fecunda interacción entre comunidades eclesiales de base y nuevos Movimientos y Comunidades en una gran diócesis de Brasil – significativo ejemplo de lo que desea la Carta Iuvenescit Ecclesia publicada en junio por la Congregación de la Doctrina de la fe – ; los desafíos y las potencialidades que plantea la inculturación en un contexto plural como el de India; los frutos que pueden nacer cuando un obispo y sus auxiliares viven juntos y cuando un obispo logra hacerse hermano y amigo de sus sacerdotes; el duro trabajo de la evangelización en un contexto marcado por la pobreza como en Madagascar. Vescovi Braga 7 La participación de tres obispos de otras Iglesias durante un par de días – dos luteranos y un siro-ortodoxo, y una tarde de encuentro con siete obispos de Portugal, han sido fuente de un gran enriquecimiento. El encuentro tuvo como temática espiritual de fondo, por un lado, a Cristo crucificado en cuanto punto cardinal de la espiritualidad de la unidad y, por otro, la pasión por la Iglesia. Sobre estos temas intervinieron la presidente de los Focolares, María Voce (Jesús abandonado, ventanal de Dios – ventanal de la humanidad”) y el copresidente Jesús Morán (“La genialidad eclesial de Chiara Lubich y el carisma de la unidad”).

La Asunción: la victoria sobre la muerte

La Asunción: la victoria sobre la muerte

20160815-01Después de la muerte de Jesús, después de la aparición del Espíritu Santo, María desaparece, oculta: lejana. Ha cumplido con su misión y se retira en su elemento: el silencio, el servicio. Resuelve, refugiándose en Dios, el problema de la vejez que así resulta nueva infancia del espíritu. Enseña a morir. Esta operación, que nos da miedo, en María madre se convierte en un regreso a los orígenes, mediante un incansable proceso de perderse en Dios: vida que nunca acaba. Y ese perderse en la Eternidad fue la muerte de María. Sucedió el día en que los apóstoles ya podían valerse por sí mismos. Pero no fue una muerte como nosotros la imaginamos y la soportamos. Fue más bien algo dulce y rápido que los teólogos expresan veladamente de varias formas: pausa, translación, tránsito, sueño, muerte vivificada. Aquel cuerpo virgen se hubiera contaminado por el proceso de descomposición mientras que, habiendo sufrido con Cristo, no podía dejar de subir inmediatamente a la gloria con Cristo. Así, lo que para Cristo fue la resurrección, fue para María la asunción: doble victoria — del cuerpo y del espíritu — sobre la muerte. En nuestra época se nos ha presentado el espectro aterrador de la desintegración física de millones de seres humanos y quizás de la humanidad entera, bajo la amenaza atómica o la contaminación ecológica. No hay manera de escapar de este destino si no es replicando la victoria de Jesús y María: llegando a ser también nosotros espiritualmente Jesús y María, agentes de vida. Es lo que sucede cuando insertamos la nulidad humana en la omnipotencia divina. Si, todos juntos, viviendo el Evangelio, somos Cristo místico; si, hechos otras María, damos Jesús a la sociedad, la guerra no tiene sentido y la bomba atómica se convierte en un pedazo de museo. Reina la paz: un solo corazón y un alma sola, la de la comunidad reunida alrededor de María; y su fruto es la unidad. La unidad de los vivientes. Subiendo desde este pantano sanguinoso, que es la tierra, al cielo de María, la totalmente hermosa, la estrella del mar, se comprende mejor el significado de su Asunción, que fue el sello supremo del privilegio único de haber sido Virgen Madre de Dios. Un hecho que tendría que conmover incluso a los materialistas, pues representa la exaltación del cuerpo físico por parte del Supremo Espíritu. En ella se celebra la materia redimida y se exalta el universo material, transfigurado en templo del Altísimo. Basta meditar por un momento, con la inteligencia que da el amor, sobre la posición de María que sube de la tierra al cielo atravesando el cosmos, para entender su envergadura y su función. Ella es la obra maestra de la creación. En Ella Dios ha querido mostrar toda su omnipotencia, su infinita originalidad. Son admirables las estructuras de las estrellas y los átomos; y henchidos de belleza inagotable están los cielos y los mares, los hombres y los ángeles… Pero Ella es todavía más bella: reúne y funde en sí todas sus maravillas, de tal manera que toda la naturaleza resulta un pedestal bajo sus pies. María: humilde, ningún factor externo pareció exaltarla; silenciosa, porque ninguna voz humana pareció lograr definirla; pobre, porque ningún ornato de la tierra pareció recubrirla. Ella habla únicamente sirviéndose de la palabra de Dios, su riqueza es solamente la sabiduría de Dios, su grandeza estriba en la grandeza de Dios. Y así, identificada con el Señor, María es la expresión humana de la grandeza, de la mente y del amor de la Trinidad. La reina — sierva y señora — de la morada de Dios, que abre las puertas y hace entrar a los hijos, afanándose para recogerlos a todos en el palacio del Padre, para gloria del Hijo, en el circuito vital del Espíritu Santo. Para dar a los mortales una idea de Dios que, infinito, está por encima y colma la inteligencia del hombre; queriendo casi mediar entre la potencia, la sabiduría y el amor de la Trinidad inefable, a la que jamás se hubiera acercado la humanidad, el Creador creó a María, en cuyo seno el Verbo se hizo carne, en cuya persona Dios se hace accesible y el amor divino se hace casa. María entre nosotros trae a Dios en medio nuestro. Es la puerta del cielo; ha subido a la morada de Dios, para acoger a los hijos en la casa del Padre. Por eso ellos la invocan, incluso centenares de veces al día, para que ruegue por ellos ahora y en la hora de la muerte.   (Tomado de: Igino Giordani, Maria modello perfetto, Città Nuova, Roma 2012 (1967), pp. 157 – 163)

María Voce: «Juntos para revitalizar a la Iglesia»

María Voce: «Juntos para revitalizar a la Iglesia»

maria_voce_rcf_fr_croppedLa primera reacción ha sido la gratitud. En la Iuvenescit Ecclesia, el Movimiento de los Focolares ve una invitación a seguir por el camino que ha estado recorriendo hasta hoy. En especial al referirse a la «reciprocidad entre los dones jerárquicos y los dones carismáticos», es decir a su «coesencialidad», parece que la carta interprete plenamente la experiencia madurada, día tras día, en la nueva realidad eclesial fundada por Chiara Lubich. La entrevista a María Voce, presidente del Movimiento de los Focolares, se coloca en el ciclo dedicado a la profundización de la carta de la Congregación para la doctrina de la fe, sobre la cual las pasadas semanas han intervenido Salvatore Martínez, presidente nacional de la Renovación Carismática en el Espíritu Santo, y el Padre Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación. «El documento – subraya María Voce – habla claro: la Iglesia es una, es “un cuerpo” llamado a encarnar el misterio de comunión de la vida trinitaria. El protagonista del rejuvenecimiento de la Iglesia es el Espíritu Santo que actúa, en especial, por medio de los carismas. El documento reconoce pues a los movimientos eclesiales algo importante: la capacidad, si correspondemos a la gracia, de revitalizar a la Iglesia. Con un objetivo claro: contribuir a poner la vida de Dios en los engranajes de la vida social, hacer que los hombres y mujeres, sumergidos como están en la complejidad de nuestro mundo, la “toquen”». El punto central del documento es la reciprocidad, la coesencialidad en la vida de la Iglesia de los dones jerárquicos y de los dones carismáticos. Esto hace referencia explícita a la enseñanza conciliar.  Sí, me parece que la carta pone un punto de referencia de notable alcance doctrinal ya sea cuando se refiere al Concilio Vaticano II, ya sea al reconocer una “convergencia del reciente magisterio eclesial” sobre la coesencialidad. Esta nos dice que los dones jerárquicos y los dones carismáticos poseen un mismo origen y un mismo fin; este tema no había sido tratado suficientemente en estos años y esperaba ser profundizado. Una coesencialidad que, ustedes afirman, forma parte desde siempre de su experiencia.  Desde sus inicios, el Movimiento de los Focolares ha tendido hacia esta íntima relación con aquellos que en la Iglesia tenían el carisma del discernimiento. Esto se puede observar, por ejemplo, en la larga historia de su aprobación, perseguida con una determinación diamantina y con una confianza total, a veces con sufrimiento, por parte de Chiara Lubich y de todos aquellos que generaban con ella a esta nueva creatura. Ella misma lo narra en su libro “El Grito”. Después los reconocimientos públicos, como es sabido, han sido abundantes. También otros representantes de Iglesias cristianas quisieron manifestar su reconocimiento, empezando por el patriarca ecuménico Athenagoras I, por el obispo luterano Hermann Dietzfelbinger, por el primado anglicano Michael Ramsey y por otros muchos. La carta subraya que no puede existir una contraposición entre la Iglesia de las instituciones y la Iglesia de la caridad, lo que significa, por una parte, renunciar a todo tipo de presunción institucional y, por otra, a la autorreferencialidad. ¿Cómo se pueden evitar estos riesgos? Viviendo cada cual por la finalidad por la cual existe la Iglesia: la humanidad entera. Si miramos en lo concreto y localmente sucede que se da un recíproco activarse con la riqueza de cada uno. La fraternidad universal exige el compromiso de todos y pide que se den infinitos pequeños pasos. Desde el 30 de junio al 2 de julio, por ejemplo, 300 movimientos y comunidades nacidos en el seno de la Iglesia católica y en el de otras muchas Iglesias, se han dado cita en Munich, en Alemania. ‘Juntos por Europa’ es un camino iniciado en 1999 y que sigue adelante para el bien de este continente, que debe redescubrirse a sí mismo y tiene graves deberes hacia el resto del mundo. Y para armonizarse, como dice el documento, ¿cómo y dónde hay que actuar? Creo que tenemos que caminar con confianza por la vía que nos indica. Quizás haya que ir más a fondo en considerar las consecuencias que trae el reconocer la coesencialidad de los dones jerárquicos y carismáticos. Hay que pensar en cómo iniciar en la práctica una profunda y concreta participación de los dos aspectos en los diferentes niveles de la Iglesia . No basta constatar esta realidad, me parece que se tienen que encontrar también las formas operativas para proceder juntos. Un eslogan que se desprende del documento podría ser el de “Unirse para una Iglesia en salida”. ¿Cómo interpretar este compromiso? La vía de los diálogos es la que han recorrido los Focolares y la que se ha ido manifestando a lo largo del tiempo con claridad, vinculada a hechos precisos y a encuentros con ciertas personas en concreto.  No se trata de estrategia, sino de la sustancia de la relación establecida, basada en el reconocimiento mutuo y en el amor recíproco. De ahí nace la maduración del diálogo dentro de la propia Iglesia, entre las Iglesias cristianas, con las otras religiones, con personas que tienen puntos de referencia no religiosos y con la cultura contemporánea. Algunos intérpretes subrayan que el Papa Francisco es a menudo algo severo con los movimientos. ¿Es así?   No lo considero severo. Encuentro que hay sintonía entre sus palabras y gestos y la vida de los movimientos. Es uno de los Papas que más ha entrado en contacto con ellos participando en manifestaciones y en las audiencias. Así ha sucedido con la Renovación Carismática, con el Camino Neocatecumenal, con Comunión y Liberación, con Schoenstatt… Lo ha hecho también con los Focolarinos, recibiendo a los 600 participantes en la Asamblea general del 2014. Ciertas puntualizaciones suyas, que a los observadores externos pueden parecer un reproche, impulsan a los movimientos a vivir su propio carisma, a ser más fieles al Espíritu Santo para contribuir mejor a la Iglesia comunión. Las palabras que pronunció el pasado mes de abril durante su inesperada visita a la Mariápolis de Roma en Villa Borghese, fueron claras. Con una imagen, ha subrayado la importancia y la capacidad de los movimientos de vivificar los ambientes más variados: «transformen los desiertos en una floresta». La última parte del documento contiene la invitación a mirar a María. Un “llamado” que de alguna manera forma parte del ser mismo del Movimiento.    María es la carismática por excelencia y esto la pone en el centro de la Iglesia naciente, guardiana de la presencia del resucitado entre los apóstoles que, en una Iglesia que no sabía todavía que lo era, sólo ella podía interpretar adecuadamente. «La dimensión mariana de la Iglesia precede su dimensión apostólico-petrina», escribe Juan Pablo II en la Mulieris dignitatem: de hecho no somos los cristianos los que “hacemos” la Iglesia, sino el Resucitado que nos precede. De aquí nace la exhortación al Movimiento de los Focolares, llamado por su específico carisma a generar a Jesús espiritualmente allí donde viven sus miembros. Una vocación descrita en los Estatutos con palabras fuertes: ser – en la medida de lo posible – una continuación de María, justamente en su obra específica de dar Cristo al mundo. El objetivo de ustedes – corríjame si me equivoco – es el de edificar todos juntos la nueva civilización del amor. ¿Dónde hay que trabajar sobre todo en estos tiempos?¿Cuáles son las periferias en las que es necesario estar presentes?  Las periferias están allá donde sobreabunda el sufrimiento. El Papa Francisco no renuncia a indicarlas. No son solo las miserias materiales sino también las espirituales: la falta del sentido de la vida, la pérdida de las raíces cristianas en una Europa desgastada por el consumismo, por el hedonismo, por el poder económico y tecnológico, la devastación de la creación, los exterminios, el drama humanitario de los refugiados y de las migraciones en masa, los numerosos conflictos armados. Las periferias son infinitas. No se trata de hacer todos juntos lo mismo, sino de trabajar juntos con el mismo objetivo: transformar el desierto en una floresta. Riccardo Maccioni, 7 agosto 2016 Pdf de la entrevista

Jóvenes sirios, atletas del alma

Jóvenes sirios, atletas del alma

FB_IMG_1470750480992«Aprendí cómo transformar lo negativo en algo positivo y cómo transmitirlo a mis amigos» y no «estar desesperado frente a las dificultades». Estas palabras pronunciadas en un contexto como el que se vive en Siria, donde los jóvenes están «sometidos a constantes presiones psicológicas» adquieren un peso especial. «Desde Siria, lamentablemente, siguen llegando noticias de víctimas civiles de guerra, en particular de Alepo», recordó una vez más el papa Francisco en el Angelus del pasado 7 de agosto. «Es inaceptable – continuó- que muchas personas inermes –también muchos niños– deban pagar el precio del conflicto, el precio del corazón cerrado y de la falta de voluntad de paz de los poderosos». Y exhortó a todos a estar «cercanos con la oración y la solidaridad hacia los hermanos y las hermanas sirios». El clima de guerra es desgastante, aunque no faltan semillas de esperanza, y es en ellas en las que hay que afirmarse. «Sentíamos que teníamos que hacer algo distinto con los jóvenes, para apoyarlos desde el punto de vista espiritual y humano», cuentan Lina Morcos y Murad Al Shawareb, educadores del Movimiento de los Focolares, «y así fue que nació la idea de invitar al Sr. Noha Daccache, libanés, del Sagrado Corazón, docente de la universidad con especialización en lo social. Hemos elegido profundizar en el año de la misericordia, “la misericordia en nuestra vida cotidiana y la oración”». «Ya desde la preparación –hecha por whatsapp– se sentía una gran madurez», que se manifestó en el desarrollo de los tres días (desde el 10 al 12 de junio pasados). La intervención del Sr. Noha sobre la misericordia y la oración, y sobre la Sagrada Escritura –que tocaba la vida espiritual de los jóvenes– generó preguntas y reflexiones.FB_IMG_1470750449838_b «El primer día nos dimos cuenta de que estábamos muy estresados por causa de la situación que estamos viviendo, por lo tanto, hicimos una hora de diálogo y después alguien propuso hacer un momento de oración. Fue un momento muy fuerte con cantos y meditaciones, en el que los jóvenes rezaron espontáneamente pidiendo con mucha fe el don de la Paz». «El segundo día profundizamos varios aspectos de la vida que impiden la plena correspondencia a lo que Dios nos pide cada día. Mientras que el último día, el escrito de Chiara Lubich “Mejor que ayer”, proporcionó mucha luz porque nos indicó una clave concreta para amar a Jesús cada vez mejor». «Comprendí que tenía que vivir el momento presente con solemnidad, ofrecer el dolor y vivirlo por Jesús; todo lo demás es secundario – escribe una chica- . Durante la oración sentí que Jesús me decía: estoy contigo». «Ustedes son jóvenes muy capaces -dijo el Sr. Daccache cuando se marchaba-. Los llevo a todos en el corazón y rezamos intensamente por la Paz». Maria Chiara De Lorenzo

Evangelio hecho vida: todos hermanos

Evangelio hecho vida: todos hermanos

«Lo lamento…» “Un colega médico, mayor que yo, me llamó la atención frente a los enfermos por un error que no me parecía haber cometido. Herido en lo más profundo, me fui dando un portazo. En casa, no lograba estar tranquilo: tenía que hacer algo para reconstruir aquella relación. Después de varios intentos, pensé en llamarlo a su consultorio. Le dije: «Lamento lo que pasó esta mañana». Se quedó sorprendido y muy contento. Desde entonces nuestra relación crece continuamente y descubrimos que, aún entre muchas dificultades, es posible dar una dimensión humana a nuestro trabajo.” R. S. – Canadá ¿Qué hacer con aquella plata? “Habíamos recibido de un pariente una consistente suma de dinero como regalo. Sorprendidos por un gesto tan inesperado, nos preguntábamos qué hacer con ella. En mi familia somos nueve y cada uno expresó un deseo: uno quería una cosa, otro, otra… Por lo que a mí concierne, hubiera querido reservar al menos una parte de aquel dinero para una finalidad social. Pero nuestros hijos ¿iban a estar de acuerdo? En ese momento, mi mujer y yo nos hemos recordado que teníamos a un hijo en el cielo. Si hubiera estado  entre nosotros, seguramente también a él le habría tocado su parte. Nadie nos prohibía pues que destináramos la suma que le hubiera correspondido a él a esta finalidad. Bastó comunicar la idea a los muchachos para que también ellos adhirieran a esta decisión.” C. M. – Argentina 20160810-01Amar sin esperar nada “Nuestra hija Ana era una muchacha llena de vida y de ideales que quería realizar: licenciarse, ser arqueóloga, formar una hermosa familia. Lamentablemente las cosas no salieron así. Después de licenciarse, atravesó un periodo de intenso estrés; sobre todo el hecho de que su novio la hubiera dejado, la llevó a una crisis profunda. Mi esposa y yo estábamos desalentados. Nos sentíamos impotentes y nos asaltaba la duda de habernos equivocado en algo educándola. Esta dura experiencia nos llevó a encontrar una profunda relación con Dios. Junto con los otros hijos nos pusimos a amar a Ana sin esperar nada de ella y, luego de un tratamiento adecuado, poco a poco ella salió del túnel. Un día nos confió que el amor de la familia había sido determinante en su curación.” E. P. – Austria  

Nada es imposible al amor

Nada es imposible al amor

Experience-01Nadie de mi familia conocía a los Focolares y, por lo que recuerdo, el impulso de asistir todos los sábados al encuentro para profundizar el Evangelio se debía al hecho de que había encontrado gente que me quería desinteresadamente. Nací y crecí en Ascoli Piceno (Italia), y cada año asistía a cursos de formación para jóvenes, consolidando así mi camino de fe. A los 19 años tuve que operarme la rodilla y en seguida se presentaron algunas complicaciones inesperadas. Mientras estaba todavía en el hospital, los médicos me dijeron que no podría jugar nunca más al voleibol y que mi pierna nunca tendría su completa movilidad. En ese momento comprendí claramente el significado de la frase: “Dios es un ideal que no se derrumba” y decidí confiarme a Él. Si no podía practicar más ningún deporte, El encontraría seguramente otra cosa que me gustara hacer. Después de los estudios superiores ingresé en la universidad, pero cada sábado volvía a mi ciudad para trabajar como animador en la parroquia, aprovechando mi capacidad de preparar juegos para los adolescentes y los jóvenes. Aunque no podía jugar, descubría que era igualmente muy divertido y gratificante hacer jugar a los otros, tal vez ¡sometiéndolos a pruebas de acrobacia! En esos años comencé a advertir en el corazón un fuerte llamado de Dios a gastar mi vida por El en los demás. En la Mariápolis del 2007, después de haber recibido a Jesús Eucaristía, sentí en el corazón cuál era mi camino: llevar el carisma de la unidad a mi diócesis. Era una elección total de Dios, puesta al servicio de una realidad particular. Esta zambullida en Dios me llevó a vivir la vida en la plenitud de la alegría, y de modo particular me permitió enfrentar una situación que humanamente nunca hubiera logrado enfrentar. En el 2010, comencé a tener nuevos problemas en la pierna operada, después en la otra, en la espalda, y en el plazo de pocos meses hacía mucho esfuerzo para caminar y estar de pie. Los médicos no encontraban la explicación, y, dado que faltaba poco para graduarme, supusieron que era una especie de agotamiento nervioso o depresión. Yo seguía sintiendo en el corazón la alegría de vivir junto con mis compañeros de aventura ideal y no comprendía lo que me estaba pasando. Una noche, me refugié en la iglesia y recé delante de Jesús Eucaristía: “Si es tu voluntad que comience un tratamiento, dame una señal. Si, en cambio, tengo una enfermedad extraña, haz que lo comprenda, porque yo quiero seguir siendo un don para los demás”. Luego de un enésimo análisis se descubrió que yo sufría una rara enfermedad genética que desencadenaba toda la otra problemática que estaba viviendo y que aún ahora me obliga a convivir con un dolor crónico. Enseguida mi cabeza fue invadida por todo tipo de pensamientos, preguntas y angustia. ¿Cómo haría para seguir viviendo por los demás? Comprendí que el Amor de Dios no cambiaba ni siquiera frente a todo este dolor, tal vez yo lo percibía de forma distinta, pero su amor era siempre inmenso. ¿Qué podía hacer entonces? Seguir amando y construyendo la unidad con todos, aunque ahora fuera más difícil, aunque tuviera ganas de estar solo. Algunos meses después me pidieron que atendiera a un grupito de chicos muy jóvenes. Pensaba: ¿podré? Dejé de lado los miedos y decidí ponerme otra vez al servicio de los demás. Hoy debo decir que, en estos años, los muchachos del grupo a menudo han sido mi fortaleza y los que me han dado ánimo. Porque amando todo se supera. Son muchas las ocasiones que nunca hubiera imaginado que lograría sostener físicamente, y sin embargo lo logré, constatando que de verdad “Nada es imposible para Dios”.