Movimiento de los Focolares
Brasil, más allá de la polarización político-ideológica/2

Brasil, más allá de la polarización político-ideológica/2

La imagen de un país impregnado de disputas políticas e ideológicas, ampliamente difundidas por los medios de comunicación brasileños en general, tiende a esconder la realidad de quienes actúan por el bien común, afrontando las divergencias de opinión a través del diálogo y con acciones concretas de solidaridad. Aun marcado por una fuerte polarización político-ideológica, Brasil cultiva, muchas veces en silencio, los gérmenes de una sociedad renovada, abierta al diálogo, solidaria, que tiende a la construcción de relaciones de fraternidad. En los espacios político y socio-cultural más amplios. Tras haber contado las iniciativas puestas en acción por los varios organismos – eclesiales y de otro tipo – para promover una reflexión política fundada sobre el diálogo (entendida como respuesta a la demanda creciente de una nueva cultura democrática y participativa) queremos ahora poner en luz el compromiso de muchos en el campo de la solidaridad y del voluntariado. A menudo, en efecto, la acción política está guiada por un sentido de solidaridad con los que sufren. Desde 2016, cuando el Gobierno del Estado de Río de Janeiro empezó a atrasarse en el pago de los sueldos de los empleados públicos, además de la lucha en la Justicia y de los numerosos actos políticos de protesta contra esa medida, surgió una red de solidaridad en favor de los trabajadores y sus familias que más sufrieron por esa situación. Los gestos se multiplicaron en todo el Estado, tanto por parte de las personas individualmente como de la colectividad. Para ayudar a las familias en dificultad una serie de organizaciones se movilizaron para recoger recursos y preparar viandas de alimentos básicos, comprar medicamentos y satisfacer otras necesidades primarias. La Arquidiócesis y las demás diócesis católicas de Rio de Janeiro, como así también las otras Iglesias, actuaron en colaboración con el llamado Movimiento Unificado de Funcionarios Públicos de Estado (Muspe). Una situación similar vio a cerca de 40 entidades brasileñas, entre religiosas y civiles, trabajar juntos para acoger refugiados provenientes sobre todo de Venezuela. Algunos de esos entes llevan a cabo acciones de emergencia (ofrecimiento de alimentos y medicamentos, tratamientos médicos y psicológicos), mientras otros ayudan a obtener la residencia en Brasil a través del acceso a la documentación necesaria, cursos de lengua portuguesa, alojamiento y trabajo. Estas entidades han sido particularmente activas en la región de frontera entre los dos países, pero también en otras regiones adonde fueron enviadas familias de refugiados en el intento de ofrecerles mejores oportunidades de trabajo y vivienda. Iniciativas de este tipo reflejan el deseo de muchos brasileños de “llegar” siempre a quienes tienen más necesidad de ayuda. Tal vez es este impulso lo que justifica los datos de la consulta “Other Forms of Work”, elaborada en 2017 y publicada recientemente por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Según esta investigación, 7,4 millones de personas hicieron voluntariado este año, el equivalente al 4,4% de la población de 14 años o más. Por voluntariado los investigadores entienden el trabajo no obligatorio, realizado al menos una hora a la semana, sin recibir una retribución o beneficio en cambio, por personas que no viven en la misma familia del voluntario. Siempre según la investigación, el perfil de los voluntarios en Brasil describe principalmente a mujeres que junto con la actividad de voluntariado se ocupan de trabajo profesional y doméstico. Otro ejemplo que viene del Movimiento de los Focolares es Milonga, un programa que pone en contacto las organizaciones no gubernamentales de carácter social de siete países con jóvenes que quieren integrar su formación humana con el voluntariado, donando su tiempo y su trabajo. En octubre de 2018, 75 voluntarios del proyecto trabajaron en 19 organizaciones en Brasil, Argentina, Bolivia, México, Paraguay, Venezuela, Uruguay, Kenya y Jordania. “Aprendí que la esencia de la vida no es tener, sino ser. A veces estamos llenos de muchas cosas, pero lo que cuenta realmente son esas cosas que quedan en la eternidad del momento presente”, dijo Rarison Gomes, 30 años, originario de Manaus.  La experiencia del voluntariado coincide con un cierto protagonismo juvenil en crecimiento entre chicos brasileños que desean pasar de la reflexión política a la acción. Un ejemplo significativo es la experiencia del Colectivo Juventude Campo Cidade, nacido hace más de diez años de una conversación entre amigos en la pequeña ciudad de Poço Redondo, en el Estado de Sergipe, en el Nordeste de Brasil. Algunos de esos jóvenes eran ya activos en movimientos sociales en el Alto Sertão Sergipano, como se la llama a esa región. Motivados por el proceso electoral de 2008, estos muchachos decidieron hacer nacer un programa de formación política para los jóvenes de la región. Aun sin recursos y con escaso apoyo, el grupo organizó un curso en 11 etapas de la duración de un año y medio. En el origen del proyecto, una clara toma de conciencia: era necesario formarse, conocer la realidad, para asumir el protagonismo social en la región. “Teníamos la sensación de querer transformar la sociedad y eso se fue consolidando en todas las etapas del curso”, dice Damião Rodrigues Souza, uno de los que idearon la iniciativa. Al terminar el primer curso, los jóvenes llegaron a la conclusión de que la experiencia iniciada allí tendría que continuar, basándose en tres pilares: formación, organización y lucha. El último de estos pilares se concretizó en una serie de iniciativas que produjeron resultados eficaces: la instalación de un campus de una universidad pública federal en la región; la construcción de un teatro popular con una capacidad para 200 personas en la ciudad de Poço Redondo (construido por los mismos jóvenes); la concesión por parte del Gobierno Federal de un pedazo de tierra, hasta ahora inactivo, que se destinará al cultivo de productos biológicos por parte de los jóvenes. Aunque aislados y dispersos a lo largo de los más de ocho millones de kilómetros cuadrados de Brasil, éstos y muchos otros ejemplos de diálogo y participación política, así como de acción concreta para la construcción de una sociedad justa y fraterna, dan testimonio de un cuadro mucho más sano que el de la simple polarización política adonde fue conducida gran parte de la sociedad brasileña. Para los protagonistas de estas acciones, la esperanza está en la convicción de que los ejemplos y los frutos concretos están en condiciones de capturar “seguidores” y potenciar ese protagonismo, que es fundamental para unir a las personas en favor del bien común más allá de las diferencias político-ideológicas.

Luís Henrique Marques

Brasil, más allá de la polarización político-ideológica/1

Brasil, más allá de la polarización político-ideológica/1

Un Brasil impregnado de disputas políticas e ideológicas es la imagen que parecería prevalecer hoy en el mundo, por efecto de la lectura mediática. Luís Henrique Marques, jefe de redacción de Cidade Nova nos acompaña en un viaje por la sociedad brasileña, para descubrir la realidad, a menudo desconocida, de los muchos que actúan por el bien común. A juzgar por lo que los medios de comunicación comerciales divulgan a diario, Brasil parece sumergido en la polarización político-ideológica, como sucede también en varias regiones del globo. Pero lo que los medios mainstream no muestran es que la realidad brasileña no está hecha sólo de disputas políticas e ideológicas. La performance silenciosa de muchos “pioneros” de esta democracia aún joven e inexperta revela que hay un potencial capaz de hacer que las relaciones políticas sean un espacio de diálogo y un lugar para la construcción de la ciudadanía. La revista Cidade Nova es uno de los vehículos comprometidos en mostrar esta otra cara de la realidad brasileña, aún acaso tímida, limitada a hechos aislados, pero que – en su conjunto – muestra un Brasil que está más allá de la polarización político-ideológica. Espacios para el diálogo Ante todo, tenemos que reconocer que a pesar de la crisis creada por las posiciones polarizadas en el debate político-ideológico, muchos analistas tienden a mirar con optimismo y esperanza el actual escenario brasileño. El motivo principal es que muchos ciudadanos brasileños se han interesado en comprender y discutir cuestiones políticas y referidas a la administración pública, convencidos de la necesidad de asumir su rol de ciudadanos conscientes y participativos respecto de la “cosa pública”. Se han multiplicado e intensificado los llamados grupos de diálogo, promovidos por parroquias o grupos pastorales de la Iglesia católica, grupos de otras Iglesias cristianas y otras religiones (incluso iniciativas ecuménicas e interreligiosas), organizaciones no gubernamentales, colectivos y otras entidades de la sociedad civil. El objetivo es promover la reflexión política a través del diálogo y el intercambio de experiencias, que se ha intensificado sobre todo en la segunda mitad de 2018 tras el período electoral. Son pequeñas “islas”, pero reflejan el potencial de participación democrática de los ciudadanos brasileños. Es el caso de los grupos del Movimiento de los Focolares, esparcidos en diversas regiones del Brasil. Motivados por un tema específico, jóvenes y adultos de distintas convicciones religiosas y políticas y de distintas condiciones sociales han iniciado un proceso de diálogo acerca del escenario político actual, sus obstáculos y sus posibilidades. Muchos de estos encuentros fueron más allá de la discusión sobre el proceso electoral, y se abrieron a acciones concretas para la promoción de políticas públicas que favorezcan la comunidad local. La “Escuela de la Ciudadanía”, promovida siempre por los Focolares, es un curso online cuyos temas responden a la demanda difundida de una nueva cultura democrática y participativa. El primer bloque de clases tuvo como tema justamente el diálogo. (www.focolares.org.br/escoladecidadania). Otra iniciativa fue el fruto de la acción conjunta de distintas organizaciones de la sociedad civil brasileña, entre las cuales el Movimiento Político por la Unidad (MPpU): el “Pacto por la democracia”. La iniciativa nació con el objetivo de afirmar el pluralismo, la tolerancia y la convivencia con la diversidad en el espacio público, y actúa en tres direcciones: reafirmar el diálogo para una confrontación virtuosa de las ideas; defender elecciones limpias que puedan representar eficazmente la ciudadanía y restituir las bases de confianza y legitimidad al contexto político; realizar una amplia reforma política al terminar el proceso electoral. Por último, la tradicional Campaña de Fraternidad, promovida anualmente por la Conferencia Episcopal de los obispos de Brasil (CNBBB) durante la Cuaresma, también se presenta como un espacio de diálogo y promoción de acciones concretas en las comunidades parroquiales sobre cuestiones religiosas, culturales, sociales, económicas y políticas de la sociedad brasileña. Para este año, la Campaña propone que los fieles reflexionen sobre el tema “Políticas públicas y fraternidad”. (continúa)

Luís Henrique Marques

Chicos unidos para decir no al bullying

Chicos unidos para decir no al bullying

El proyecto “Why fai il bullo?” (“¿Por qué eres un matón?”) enseña a los adolescentes a ayudar a sus coetáneos a afrontar este fenómeno con acciones y prevención a partir de las causas que lo generan. Un abuso sistemático, con ofensas y hostigamiento realizado por chicos en relación con sus coetáneos. Esto es el bullying, un fenómeno creciente entre adolescentes, tanto a nivel personal como a través de la web. En el mismo se ven involucrados los chicos matones, las víctimas y los grupos de amigos que a menudo participan asustados o cómplices. ¿Qué hacer? Un proyecto de la asociación bNET, promotora de la “Red Proyecto Paz”, una red internacional de escuelas, instituciones y asociaciones que colaboran para promover una cultura de paz. El objetivo es responsabilizar a los chicos, que ellos mismos, oportunamente formados, ayuden a sus coetáneos a salir del bullying. Hablamos al respecto con el Presidente de la asociación Marco Provenzale. – ¿Qué es el proyecto “Why fai il bullo”? (¿Por qué eres un matón?) Todo episodio de bullying nace de un conflicto. Nosotros creemos que haciendo entender a los chicos su origen y dándoles los instrumentos para comprender los conflictos y resolverlos ayudándose entre pares es la mejor forma de resolver el fenómeno. El corazón del proyecto es la creación en cada escuela de un grupo de estudiantes, el “Grupo de Mediación entre Pares”, en el cual los chicos adquieren las competencias para manejar y resolver los conflictos, reconociendo en la vida cotidiana de la clase cuando se verifican potenciales situaciones de peligro antes de que degeneren en tensiones más graves. Después el Grupo ofrece un servicio de mediación a través de una “ventanilla” que se abre en cada escuela. Los chicos con los que trabajamos tienen entre 11 y 15 años. Se trata de un proyecto europeo, nacido en el 2015 después de que algunas asociaciones participaron en la convocatoria “Joining Forces to Combat Cyber Bullying in School”, pero podría realizarse también en otros países. – ¿El proyecto también prevé actividades paralelas? Si, mediante encuentros formativos mensuales y eventos anuales entre los cuales un viaje intercultural y humanitario. Están previstos momentos de formación también para los docentes y los padres de familia. Consideramos que esta co-participación de varias asociaciones, la escuela y las familias es uno de los valores agregados de la iniciativa. – El proyecto es promovido por la Asociación bNET, líder de la “Red Proyecto Paz”, ¿cuáles son sus objetivos? La “Red Proyecto Paz” lleva adelante desde hace casi treinta años una formación integral para los chicos. Favorece la colaboración entre instituciones educativas y asociaciones, a nivel local e internacional; desarrolla la capacidad reflexiva en los jóvenes sobre temáticas de actualidad; promueve experiencias de voluntariado; valora los talentos artísticos y expresivos, las capacidades de liderazgo y las habilidades tecnológicas también para un uso positivo de los medios. Para mayores informaciones: visitar el sitio www.reteprogettopace.it o escribir a direttivo@reteprogettopace.it.

Anna Lisa Innocenti

Un maestro de la escucha

Era un hombre de gran equilibrio y sentido común. Siendo casi ciego, Klaus Purkott realizaba su donación a Dios ofreciendo su escucha a muchos. Era casi ciego y era un hombre de pocas palabras, pero tenía una gran capacidad para escuchar, para una escucha profunda. Así fue como Klaus Purkott entablaba relaciones, ayudaba y acompañaba a las personas; en resumen, vivía su donación a Dios como focolarino. Lo hacía en particular a través del trabajo que hizo en Berlín durante más de 20 años como abogado en una oficina estatal en el Tribunal Civil. Recibía a las personas, especialmente a las personas pobres, que no podían pagar un asesor legal y era estimado y querido por los clientes y colegas, porque podía resolver incluso los casos difíciles de manera inesperada y no convencional. De hecho, tenía una atención especial para quienes se encontraban en situaciones aparentemente sin solución. Este amor preferencial por aquellos que se encontraban en dificultad, Klaus lo había heredado de su pasado comunista. Nació el 31 de diciembre 1936 en la Alta Silesia, una tierra con mayoría alemana, que después de la guerra fue asignada a Polonia. A pesar de su ceguera congénita (tenía una capacidad visual de alrededor del 5 por ciento) logró hacer el secundario y continuó sus estudios en la universidad, siguiendo curso de filosofía marxista. Al igual que su padre, fabricante de cestas y uno de los fundadores del Partido comunista de Polonia, Klaus también esperaba encontrar en el comunismo la verdadera vida. “Pero Dios, como me dijo una vez, a través de mi ceguera, enseguida me hizo comprender la inutilidad de todos mis esfuerzos y me preparó para el encuentro con Él”. Aun en la oscuridad de su vida, Klaus encontró una luz en la figura de Jesús en la cruz, que, precisamente en el máximo de la oscuridad, se abandona en el Padre. Este descubrimiento, que tuvo lugar a través del encuentro con la espiritualidad de los Focolares, cambió su vida y lo llevó a otra opción radical: vivir como un focolarino consagrado con una vida dedicada a los demás. Vive esta opción además que en el ambiente de trabajo en otros campos: en acompañar a personas que confían fácilmente en él, en ofrecer su conocimiento profundo y sabio de la Biblia a través de temas y artículos, o contar experiencias sencillas de su vida. Era estimado por su vasta cultura, su lenguaje extremadamente sencillo, pero también por su humor típico con el que lograba disolver las tensiones. En 1999, ahora retirado, Klaus es llamado a Ottmaring en la Ciudadela Ecuménica de los Focolares en Alemania. Allí también gozaba de autoridad moral. “Era un hermano mayor, – como lo llaman los focolarinos – construía relaciones de manera discreta”. Sus otras características fueron el equilibrio, el sentido común, la sinceridad y una relación profunda con Dios. En 2008 Klaus regresa a Berlín. Hace poco más de dos años se lesionó en un grave accidente, tanto que fue necesario su traslado a un asilo de ancianos. Allí continúa su testimonio de vida vivida según la Palabra de Dios. Pronto se formará un grupo de la “Palabra de vida” a su alrededor y se manifiesta su vivir bien el momento presente; un estilo de vida que le abrió el camino para que llegara dignamente al encuentro con el Padre el 18 de enero de 2019, inesperadamente y sin clamor, durante la acostumbrada siesta después del almuerzo.

Joachim Schwind

Evangelio vivido: pequeños pasos hacia la paz

Pequeños gestos pueden transformar la sociedad en la que vivimos Condominio En mi condominio, hubo una fuerte tensión cuando un vecino mío, ausente en la última reunión, envió a todos una advertencia para impugnar las obras que se habían llevado a cabo en el edificio, según él, de manera ilegal. Para aclarar la situación, traté de convencer al administrador para que convocara la asamblea nuevamente. Finalmente, después de muchas dificultades, la asamblea se reunió y en esa ocasión se resolvió la cuestión. Desde entonces, la situación ha cambiado, el vecino saluda a todos y se ha creado un nuevo entendimiento en el condominio. (Alessandra – Italia) El abuelo Hemos recibido a nuestro abuelo en casa, tiene un problema en los ojos y necesita un chequeo todos los meses. Un día, mientras estábamos en el consultorio médico, abro mi bolso y me doy cuenta de que me había olvidado la billetera en casa. Al no saber cómo pagar la visita, me encomiendo a Dios. Al salir, el médico me lleva a un lado y me dice: “Esta vez no tiene que pagar”, y también me ofrece algunos medicamentos de muestra. Entendí que si actúo por amor, Dios no me abandona. (Arze – Líbano) El paquete En la casa de estudiantes donde vivía, recibí un paquete que contenía mermeladas, conservas y varias prendas de vestir. Mis padres no habían mencionado ningún envío. De acuerdo con otros estudiantes, con quienes compartimos el deseo de vivir el Evangelio, decidimos destinar todo a aquellos que entre los estudiantes nos parecían más necesitados. Días después, en la portería, escuché casualmente a un estudiante que preguntaba por un paquete. Entendí el error, debido a que tenemos un apellido similar. Le conté todo y nos reímos juntos. Habiendo contado la historia a mi familia, me enviaron un paquete aún más grande para él. Ese día nació una verdadera amistad entre nosotros. (C.d.F. – República Checa) Los carros Después de comprar en el supermercado, mientras iba a poner el carrito en su lugar, me di cuenta de que en otros carros había guantes y bolsas de verduras inutilizables. Se me ocurrió que podía recogerlos y tirarlos a la basura. Un pequeño gesto de amor para los clientes posteriores. (Annalisa – Suiza)

Recopilados por Chiara Favotti

Eliminar la pobreza: una semana de sensibilización

Con la acción “End Poverty Week” los Jóvenes por un Mundo Unido promueven acciones concretas y una campaña social en pro de un mundo más equitativo. “La tendencia de hoy evidencia que se ha enlentecido el proceso de reducción de la pobreza extrema y el aumento de la concentración de la riqueza en manos de pocos. Lamentablemente pocos tienen demasiado y demasiados tienen poco. Muchos no tienen alimentos y van a la deriva, mientras pocos nadan en el exceso. Esta perversa corriente de desigualdad es desastrosa para el futuro de la humanidad”. Estas palabras que Papa Francisco dirigió la semana pasada el Fondo Internacional para el desarrollo agrícola describen bien la situación mundial de la lucha contra la pobreza. De hecho, las cifras presentadas en el informe del 2018 de la ONU sobre la llaga de la pobreza son alarmantes: 821 millones de personas en el mundo fueron víctimas del hambre en el 2017, 6 millones más respecto al 2016. Una de cada diez personas vive en condiciones de pobreza extrema, es decir con menos de 1,25 dólares al día. Pero la pobreza se puede derrotar si se realizan acciones decididas. ¿Cuáles son las causas? Los conflictos, las enfermedades, la sequía y la desocupación. Del 17 al 23 de febrero de 2019, en el ámbito del itinerario “Pathways of Economy, Work and Communion”, los Jóvenes por un Mundo Unido convocaron a la “End Poverty Week”, una semana de sensibilización para la eliminación de la pobreza. La propuesta se injerta dentro del United World Project, y prevé la promoción de acciones dirigidas a superar las desigualdades en favor de los pobres de un territorio; momentos de sensibilización a una mayor conciencia en el consumo; la promoción de finanzas éticas. “Soñamos con un mundo en donde no haya personas necesitadas y todos tengan la posibilidad de desarrollar plenamente el propio potencial humano, espiritual, económico y laboral” – explica Andrés Piccinini, argentino, de los Jóvenes por un Mundo Unido. También está en programa la formación de personas que quieran comprometerse en el proyecto. En el Polo Lionello Bonfanti (Loppiano, Italia) se desarrollarán una serie de encuentros con el título Economía, Trabajo y Comunión. La propuesta se orienta a promover personalmente o colectivamente también pequeños gestos cotidianos, acciones ya en curso que localmente puedan incidir en la opinión pública. El método: actuar y después compartir las acciones en las redes sociales, usando los hashtag #Pathways4unitedworld, #pathway2018, #endpoverty, #unitedworldproject, escriben los Jóvenes por un Mundo Unido en su página de Facebook y de Instagram.

Patrizia Mazzola

Brotes que dan esperanza

Brotes que dan esperanza

El Consejo General de los Focolares visitó durante dos días los lugares santos: la gruta de la Natividad de Belén, el Cenáculo, el huerto de los olivos, el Calvario. Con momentos de encuentro con personalidades para profundizar cuestiones de gran actualidad para la Tierra Santa.

el rabino Ron Kronish y el obispo luterano emérito, Munib Younan

El 14 y 15 de febrero fueron días de una full immersion en la situación política y religiosa de Tierra Santa. El Consejo General se puso en marcha, junto a los miles de peregrinos que acuden cotidianamente a Jerusalén, para visitar algunos de los lugares santos. Pero no sólo para eso: estos días fueron dedicados también a profundizar la situación política y religiosa de esta tierra. Los acompañaron durante este recorrido dos personalidades de excepción: el rabino Ron Kronish y el obispo luterano emérito, Munib Younan. “La guerra entre judíos y cristianos ha terminado” observó el rabino Kronish hablando del diálogo judeo-cristiano. Tanto él como el obispo Younan, luego, focalizaron su discurso en las condiciones políticas necesarias para una convivencia pacífica, no sólo entre Israel y Palestina, sino en todo el Medio Oriente. “Dos pueblos – dos Estados” es el slogan que expresa, según la opinión concorde de estos hombres de diálogo, amigos de muchos años, la base indispensable sobre la cual construir una paz verdadera. “Sólo con dos Estados – dice Kronish – lograremos ponerle fin a la violencia”. Y una vez terminada la guerra – es la convicción expresada por el rabino Kronish, fundador de muchas iniciativas de diálogo – surgirán también los recursos económicos necesarios para una política de educación y formación a la convivencia pacífica. Munib Younan, nacido en una familia de refugiados palestinos, agrega otros elementos necesarios, según su opinión, para una paz duradera: una Jerusalén que pertenezca igualmente a las tres grandes religiones (judía, musulmana y cristiana) y a dos pueblos (judío y palestino) y una solución para los refugiados palestinos. Él también está de acuerdo en que, tras las opciones políticas, se requiere una estrategia de formación sobre todo para los jóvenes. “Empiecen un Movimiento laico como el de ustedes entre cristianos palestinos – es la invitación que dirige a los Focolares – lo necesitamos mucho”. Pierbattista Pizzaballa, Administrador Apostólico en Tierra Santa, recibió al Consejo General el jueves pasado en la sede del Patriarcado Latino. En su saludo hizo hincapié en la fuerza de lo que es pequeño. “Nosotros cristianos en Tierra Santa somos pocos, débiles y frágiles – explicó – y justamente por eso podemos hacer la propuesta, que se presenta como una provocación, de una Jerusalén no sólo celestial, sino también terrestre, que tiene, como dice el Apocalipsis, todas las puertas abiertas.” La tarea de los cristianos sería la de sembrar, sin pretender ver los efectos. Lanzar semillas, incluso pequeñas, y dejar a la Divina Providencia que las haga crecer y fructificar. Esa invitación del Arzobispo pareció hacerse realidad algunas horas más tarde; al lado de la Iglesia de San Pedro en Gallicantu, adyacente a la escalera en la cual Jesús, según la tradición, expresó su oración por la unidad, María Voce, Presidente de los Focolares, depositó en la tierra una pequeña medalla. Es la primera semilla de un “Centro Internacional para la Unidad y la Paz” en Jerusalén, que está por nacer justamente allí, como la realización de un sueño que Chiara Lubich, fundadora de los Focolares expresara ya durante una visita a Tierra Santa en 1956. “Chiara – afirmó María Voce – desde el Cielo bendecirá este proyecto y lo llevará adelante”. Un momento profundo, en el que estaban presentes también 170 miembros de las comunidades de los Focolares en Tierra Santa. Testigos, estos últimos, de que la pequeña semilla lanzada en esta tierra a lo largo de los años, está mostrando ya sus primeros brotes.

Joachim Schwind

Llevar el Resucitado al mundo

Llevar el Resucitado al mundo

En el retiro del Consejo General en Tierra Santa se han concluido los tres días de trabajo sobre: comunión de bienes, nuevas generaciones y Asamblea General 2020.   “Ese Jesús que estuvo sepultado aquí y resucitó, ahora quiere vivir en medio de nosotros y que nosotros lo llevemos a todo el mundo”. Así expresó su emoción el Copresidente del Movimiento de los Focolares, Jesús Morán, ante el Santo Sepulcro donde celebró la Eucaristía junto al Consejo General. Una jornada intensa, rica, la del 13 de febrero que comenzó despertando al amanecer para entrar en este lugar extraordinario, que parece tener muchos puntos en común con la semana de retiro que el Consejo General está viviendo en Tierra Santa. En el Santo Sepulcro, de hecho, nos encontramos ante la tumba que Jesús Resucitado dejó vacía. Y, así como en los discípulos de Jesús provocó tantas preguntas sobre el futuro, de igual modo en estos días también el Consejo General se ha dejado interpelar dando espacio a los interrogantes sobre el futuro: ¿Adónde el Resucitado –también a través de los Focolares– querrá llegar hoy? Y por consiguiente ¿Dónde deberían concentrarse las fuerzas, las energías y los recursos? Interrogantes que han impregnado los tres grandes argumentos afrontados en estos días en Jerusalén. Sobre el aspecto “comunión de bienes, economía y trabajo”, el Consejo General ha constatado en todas las expresiones del Movimiento un gran deseo de volver a la radicalidad de los primeros tiempos y de vivir con nuevo compromiso y nueva coherencia la comunión de bienes. Se ha planteado cómo concretar este deseo. La reflexión sobre las nuevas generaciones de los Focolares, segundo argumento tratado, se ha enriquecido con la retrospectiva del Genfest en Manila y la reciente JMJ en Panamá, dos etapas que han puesto de relieve todo el potencial de los chicos y de los jóvenes. Lo demuestran también algunas iniciativas que están difundiéndose ampliamente como el proyecto “Pathways for a United World” o bien el compromiso con “Fame Zero” para derrotar el hambre antes de 2030. Entre los argumentos de reflexión, cómo dar continuidad a las distintas iniciativas en curso para adherirse a estos compromisos. Por último el tercer tema: la preparación de la próxima Asamblea General de 2020. El Consejo ha puesto una particular atención, por un lado, en cómo hacer para que la Asamblea refleje la variedad geográfica, cultural y de vocaciones presentes en el Movimiento; por el otro, se ha interrogado sobre cómo conciliar las exigencias de continuidad y las de novedad que caracterizan el momento actual del Movimiento. Pronto se constituirá una comisión preparatoria que empezará a trabajar a partir de estas dos pistas. Descrito de esta manera podría parecer, sin más, un retiro hecho de tantos interrogantes, pero sin respuestas. No ha sido así. No se ha querido estructurar el resultado en un documento o en líneas programáticas. Pero se ha evidenciado un camino, ya en marcha, fruto de la vida del Movimiento presente en todo el mundo. Dejarse interpelar sobre este camino, dejarse interrogar por los grandes cuestionamientos de la humanidad de hoy y buscar nuevas respuestas, recurrir al itinerario recorrido para mirar al futuro, puede producir efectos inesperados, puede hacer encontrar al Resucitado en vías insospechadas, precisamente como les sucedió a aquellos dos discípulos que, dejando atrás la tumba vacía, se habían encaminado hacia Emaús.

                                                                                         Joachim Schwind

Nueva Zelanda: cuando las culturas se encuentran

Nueva Zelanda: cuando las culturas se encuentran

Esther es Maori y Tom tiene orígenes irlandeses y escoceses. Una historia, la de ellos dos, que desmiente el principio de la incomunicabilidad entre culturas muy diferentes. Hijo de madre irlandesa y de padre escocés, Tom tenía 26 años cuando llegó a Nueva Zelanda, un archipiélago adonde antes había arribado el pueblo Maori, y habían seguido luego numerosas migraciones, que hicieron de ella un país multicultural. Llegó allí con uno de los vuelos low-cost que los gobiernos británico y neozelandés ofrecían a jóvenes dispuestos a quedarse por lo menos dos años en tierras de ultramar. Esther, en cambio, es Maori y es la mayor de 13 hermanos. Los dos se conocieron en una discoteca y fue un amor a primera vista. “Nunca noté que veníamos de dos culturas distintas”, afirma Tom, “Y no le hice caso al hecho que él fuese blanco”, replica ella. “Cuando la vi simplemente me enamoré”, concluye él. Las complicaciones llegaron después, cuando anunciaron a sus respectivas familias que querían casarse. La madre de él le habría de recordar que no hubiera podido llevarla a Inglaterra, porque no era blanca y tampoco la abuela de Esther estaba convencida para nada acerca de su relación con Tom. Había elegido un hombre para ella, como ya lo había hecho para su hija, la madre de Esther: las tradiciones en la comunidad Maori son fuertes y difíciles de transgredir. Sin embargo, tras el shock inicial, los padres de Tom aprendieron a querer a la nuera Maori y él también fue bien recibido por la numerosa familia de Esther. De común acuerdo, los hijos fueron bautizados y educados en la Iglesia Católica a la que pertenecía Esther y a la que Tom sentía el deseo de acercarse. El primer contacto con los Focolares se dio en 1982 a través del padre Durning, el catequista de Tom, un sacerdote escocés, misionero en la comunidad Maori. Los invitaron a transcurrir un fin de semana con las focolarinas, y entonces Esther y Tom fueron con sus hijos y con un poco de ansiedad. “Me esforzaba por leer la Biblia – recuerda Tom –, pero no le sacaba mucho provecho. Me impresionó una frase que una de las focolarinas dijo: “Trata de vislumbrar la presencia de Jesús en todo aquel que pasa a tu lado”. Le respondí que si ella hubiese conocido mi trabajo, en el ferrocarril, habría estado de acuerdo conmigo de que eso no era posible. Era un ambiente difícil, pero ella insistió. Entonces lo intenté y mi fe cobró nuevas fuerzas y encontré lo que buscaba: la posibilidad de que fuera una fe hecha vida”. En su primera Mariápolis (1) Esther y Tom se encontraron escuchando a gente que compartía sus experiencias y vivencias personales “leídas” a la luz del Evangelio y quedaron impactados por ello. “La nuestra, sin embargo, no era una experiencia simple de contar – explica Esther – porque Tom había empezado a beber, una costumbre que había adquirido en su trabajo”. “Una noche, mientras estaba por tomar una cerveza – sigue Tom – Esther me preguntó qué estaba por hacer. Entendí que no podía seguir así; tenía una esposa y cuatro hijos. El alcoholismo estaba destruyendo mi familia, por lo tanto decidí dejar de beber”. Pero la vida de una familia como la de ellos nunca era monótona y sucedía que, cuando superaban un desafío, uno nuevo se presentaba. Fue entonces cuando, a raíz de un accidente, Tom tuvo que dejar de trabajar y decidieron intercambiarse los roles: “Esther iba a trabajar y yo me quedaba en casa cuidando a los niños”, cuenta Tom. “Tuve que aprender a hacer muchas cosas y también el difícil arte de amar en mi casa. Para los amigos nuestra opción era completamente a contracorriente y no podemos decir que no ha habido obstáculos, pero a pesar de los altibajos, siempre nos encontramos unidos. Incluso cuando tenemos puntos de vista distintos, o cuando me fijo en una idea, me acuerdo que Chiara Lubich nos enseñó a ser los primeros en amar, a pedir perdón y a no perder el coraje de amar”. “Desde hace 46 años la espiritualidad de la unidad se ha vuelto nuestro estilo de vida cotidiano” – concluye Esther. “Entendí que Dios nos dio una vida bella, nos mostró una meta alta y nos donó la fidelidad para alcanzarla; a nosotros nos toca ahora seguir adelante”.

Gustavo E. Clariá

(1) La cita histórica de los Focolares: un encuentro de varios días para todos, niños, jóvenes, familias, para conocer y experimentar la espiritualidad de la unidad.

No podía echarme atrás

A veces las relaciones más cercanas son las más difíciles. Es la experiencia de Miso Kuleif y su padre. “Con mi padre siempre he tenido una relación difícil, ni yo ni el resto de la familia hemos logrado llevarnos bien con él y hemos sufrido mucho. Sin embargo, en un momento preciso de mi vida, hice un descubrimiento: él realmente me quería y yo también lo quería”. Así comienza Miso Kuleif, 24 años, nacida en Jordania, quien vive en Italia con su familia desde hace más de veinte años. El padre de Miso ha tenido graves problemas de salud durante mucho tiempo, pero un giro se produce hace unos tres años cuando se entera de que tiene que hacer un trasplante de hígado con urgencia. Como en Jordania, a diferencia de Italia, es posible realizar este tipo de operación incluso con un donante vivo, el padre elige operarse en su tierra natal. “El problema, continúa Miso, era encontrar un donante y, por lo tanto, personas dispuestas a realizar controles de compatibilidad. Cuando lo supe, no lo pensé mucho. Me fui con él para someterme a los exámenes”. “¿De dónde saqué fuerza? Vivir la espiritualidad de la unidad me ha ayudado, explica. Conocí a los Focolares en mi ciudad a través del Movimiento Diocesano, que lleva esta espiritualidad a muchas diócesis y parroquias, incluida la mía. En las reuniones muchas veces nos proponíamos amar como enseña el Evangelio, dispuestos a dar la vida los unos por los otros. Ahora no podía echarme atrás. Si tenemos la posibilidad de salvar una vida, debemos hacerlo”. Miso deja Italia e interrumpe la Universidad sin saber cuándo podría regresar. Al llegar a Jordania, la experiencia es dura. “Estaba allí, sola, rodeada de una familia a la que no me parecía pertenecer. Si me hacían la cirugía, todas las personas que hubiese querido cerca no habrían estado conmigo”. Pero sigue adelante. Sin embargo, los resultados de las pruebas dicen que Miso no es compatible. Poco tiempo después, se encuentra un donante: es el hermano de su padre, el único que después de Miso aceptó hacerse los controles. “Me tomó un tiempo asimilar esta experiencia. Gracias también a muchas personas del Movimiento que han estado cerca de mí, he logrado tomar conciencia de lo mucho que quiero a mi padre, aunque sea difícil admitirlo. Odiar a alguien es mucho más fácil, pero mucho más perjudicial. El problema real no era la situación en sí, sino el modo de afrontarla. Aprendí que siempre se puede ser feliz, que depende de nosotros. En el Evangelio leemos: “Han recibido gratuitamente, den gratuitamente”. Ahora me doy cuenta de la importancia de estas palabras. Si mi vida hubiera sido diferente, tal vez hubiera sido más simple, pero no sería lo que soy ahora”.

Calabria (Italia): se puede cambiar

Calabria (Italia): se puede cambiar

“Es necesario trabajar juntos y tener el valor de hacer funcionar bien las cosas”. De ello está convencido Loris Rossetto quien en el reciente congreso “Co-gobernanza, corresponsabilidad en las ciudades de hoy” habló del hostal “Bella Calabria”, que se desarrolló en una estructura que se le confiscó a las redes de delincuencia organizada. “Quizás a veces una mentalidad orientada por el ‘total nada va a cambiar’ o por el ‘mejor no correr riesgos’ daña nuestra tierra. Cuando en cambios nos arremangamos y trabajamos en equipo llegan los resultados”. Es la experiencia de Loris Rossetto y de su esposa, calabreses emigrantes que llegaron al Véneto en los ’90, después al Trentino y que en el 2005 regresaron a su tierra, donde iniciaron una actividad económica en una estructura que se le confiscó a la ‘ndrangheta (así se le llama a la delincuencia organizada en esta tierra). Después de haber experimentado la eficiencia del norte de Europa, pensaron conjugarla con la calidez y los recursos naturales y culturales del sur, desarrollando un “proyecto turístico muy especial, el de la amistad y la acogida calabresa”. Su objetivo era promover el crecimiento económico del territorio, pero sobre todo crear vínculos de amistad con personas de otros países y animar a la población local a trabajar para el Bien común, en la legalidad, creyendo en la posibilidad de un renacimiento del territorio. De hecho, según los datos, actualmente en Calabria son 35 los Consejos Comunales desestructurados debido a la mafia, incluido el de la capital, y a través de la Región pasa la mitad de la droga que llega a Italia. Pero la plaga de la mafia –como demuestra la experiencia de Rossetto- no tiene la última palabra si se tiene el valor de proponer un modelo de relación diferente. “Empezamos fundando la Asociación ‘Amigos del alemán’ –cuenta Loris- con la idea de promover intercambios entre nuestras ciudades y los países de idioma alemán. La primera experiencia fue la creación de un centro de encuentro. Después decidimos abrir el hostal “Bella Calabria” en un establecimiento confiscado en Cutro, una alcaldía en la provincia de Crotona”. El 11 de abril se inauguró la estructura. “Nos inventamos un programa para grupos de estudiantes –prosigue Loris- ’48 horas en el host según el lema. ‘Quien respeta las normas es feliz’, y el subtítulo ‘Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti’. Los alumnos interiorizan la idea de que trabajar en equipo es bello. Aprenden idiomas extranjeros mediante simulaciones y diálogos en el idioma”. Los primeros pasos de esta aventura fueron cuesta arriba. No sólo porque los Rossetto no sabían ni de economía ni de turismo. En el verano en la zona faltaba el agua. Se suplía con una cisterna pero no era suficiente. La providencia quiso que al año siguiente fuera elegido un alcalde que se comprometió a ayudarlos. “Es un signo del cielo” pensaron los esposos, animados a seguir adelante. Mientras tanto el proyecto fue creciendo. Llegaron grupos de estudiantes del norte de Italia y huéspedes de Europa, el equipo de Hockey di Hamm, un salón de clase de Dresda, la Cruz Roja alemana. Todos experimentaron la calidez de la acogida calabresa, y las personas del lugar, al inicio desconfiadas, se abrieron a la iniciativa. “La gente de Cutro respondió en una forma estupenda –observa Loris- A menudo sucedía que el turista, sorprendido, nos decía ‘fui a la cafetería y me invitaron un café’, o un vecino en verano nos llevaba fruta fresca. Los huéspedes quedaban tan sorprendidos que quedaban enamorados del pueblo y del hostal, de modo que quien viene una vez a menudo regresa. Entendimos que habíamos emprendido el camino correcto”. Siguió un segundo hostal en Crotona y un proyecto que involucró tres parques: “En Cropani Marina, propusimos hacer uno de mini car para educación vial, en Isola un recorrido en mountain bike, y en Cirò un recorrido botánico. También aquí no han faltado los problemas, pero al final todo está funcionando”. El común denominador es una fuerte motivación y una invitación: “No dejar nunca de soñar manteniendo los pies en la tierra, para amar y mejorar nuestro territorio”.

Claudia Di Lorenzi

Kenia: en la escuela de liderazgo

Kenia: en la escuela de liderazgo

Se llama “Together fo a new Africa” la primera escuela de liderazgo para jóvenes líderes del continente africano. Participaron más de 100 de 12 países. “Encuentra tu pasión, no importa cuál es, asúmela y haz que se convierta en ti y verás que sucederán grandes cosas por ti, a ti y gracias a ti”. Esta cita de Allan T. Armstrong resume bien el sentido de la escuela de liderazgo en la que participaron más de 100 jóvenes líderes provenientes de 12 países de África del Este y de la República del Congo, a principios de enero. El curso tuvo lugar en la Mariápolis Piero, la ciudadela de los Focolares de Kenia y es la primera de una serie de Escuelas de Verano con el prometedor nombre “Together for a new Africa”, Juntos por una nueva África. Melchior Nsavyimana, joven politólogo de Burundi y ahora docente y coordinador del Institute for Regional Integration/Catholic University of Eastern África es uno de los pioneros del curso. Explica que la finalidad de esta primera cita ha sido “profundizar y experimentar en un modelo de liderazgo que, radicado en los valores del continente africano, responda a los desafíos de hoy. Un liderazgo que se exprese en forma comunitaria, que construya la comunidad, con los instrumentos y el lenguaje de la fraternidad universal. Si esta es la pregunta que cuestiona nuestro futuro, éste debe ser nuestro compromiso hoy. Atesorando los fundamentos de la cultura de la unidad”. La organización de esta primera cita estuvo a cargo de una auténtica red compuesta por el Instituto Universitario Sophia, con el apoyo del Movimiento político por la unidad, con la Ong New Humanity, en colaboración con la UNESCO y con el apoyo de organizaciones como Caritas y Missio. Todo empezó hace algunos años por iniciativa de un grupo de estudiantes africanos del Instituto Universitario Sophia que decidieron comprometerse a favor de un África nueva, a partir de la transformación y renovación cultural de su liderazgo. Veinte docentes de África oriental, de la República Democrática del Congo y de Sophia dieron inicio al primer ciclo de formación trienal interdisciplinaria e intercultural sobre temas como ciudadanía responsable, liderazgo y cultura de la fraternidad, para afrontar con lucidez y conciencia las heridas del continente. “El viaje está iniciado”, se lee en la página web de la escuela, donde los jóvenes promotores explican la intensión del proyecto: “África (especialmente la parte oriental) está sufriendo una serie de cambios demográficos, políticos, sociales y culturales muy complejos. Uno de los efectos es el clima de incertidumbre constante. A menudo a los jóvenes les hacen falta los instrumentos necesarios para comprender los cambios en curso y permanecen pasivos ante las exigencias confusas de políticos, grupos armados, multinacionales, etc. Es por eso que nosotros jóvenes africanos, graduados del Instituto Universitario Sophia hemos entendido que es nuestra responsabilidad, junto a otros jóvenes africanos, decidir cuál África queremos para el futuro, como propone la Agenda de la Unión Africana para el 2063. Queremos dar a los jóvenes africanos una formación integral sobre el liderazgo responsable y crear una red entre ellos para actuar juntos en vista del África que ellos quieren”.

A cargo de Stefania Tanesini

Recuperar la radicalidad de un estilo de vida evangélico

Recuperar la radicalidad de un estilo de vida evangélico

Este año, el Consejo General de los Focolares eligió para su retiro anual un lugar de gran valor simbólico: Jerusalén y Tierra Santa. El instituto ecuménico Tantur, ubicado en la frontera de la Ciudad Santa con Belén, quiere ser un oasis de hospitalidad y comunión para aquellos que desean sumergirse en la muy compleja realidad de Jerusalén, con su entretejido de culturas, pueblos, religiones y confesiones. Por eso es adecuado para el retiro anual del Consejo General del Movimiento de los Focolares, en curso, del 10 al 17 de febrero. “El programa de estos días incluye, en cierto sentido, el pasado, el presente y el futuro”, explican Friederike Koller y Ángel Bartol, delegados centrales del Movimiento y coordinadores de este retiro. “Un viaje a Tierra Santa es siempre una peregrinación que invita a mirar el pasado, es decir, los lugares históricos de la fe cristiana y sus raíces en la religión judía. El presente se tocará en los momentos de trabajo sobre uno de los temas principales del año 2019: el aspecto de ‘comunión de bienes, economía y trabajo’. La intención es recuperar en el Movimiento una radicalidad de la vida evangélica con respecto a la comunión de bienes, también materiales, y, a partir de un estilo de vida alternativo impregnado por el carisma de la unidad, encontrar respuestas a los desafíos económicos actuales. Luego miraremos hacia el futuro tratando dos temas importantes: trabajar para y con las nuevas generaciones y la preparación de la próxima Asamblea General de 2020”. Ángel Bartol destaca lo exigente que es aplicar el método de trabajo elegido, teniendo en cuenta el número de participantes (62 personas): “Ya sea que trabajemos en plenaria o en grupos pequeños, estamos en peregrinación; nos sentimos siempre viajando con Jesús que quiere estar presente, vivo y activo entre nosotros. Esto es posible cuando cada uno de nosotros está dispuesto a ofrecer su punto de vista sin estar apegado a este”. Y Friederike Koller agrega: “De esta manera también podemos dar una pequeña contribución a la paz, a la cual nos invita la Palabra de Vida de este mes y de la cual el mundo, y especialmente esta ciudad, tanto necesita”.

Joachim Schwind

Saludo de Maria Voce, presidente de los Focolares, partiendo para Jerusalén.

Dios los ama de una manera especial

Con motivo de la “Jornada mundial del enfermo” proponemos una breve reflexión de Chiara Lubich sobre la enfermedad y sobre las comunidades del Movimiento en las que viven personas enfermas. Como saben, toda nuestra vida, porque es cristiana, es una revolución. Es una revolución del modo de pensar, es un ir contracorriente. Ahora bien, viendo cómo son considerados los enfermos en el mundo, observamos que, especialmente si la enfermedad se prolonga o es incurable, se les considera, en cierto modo, diferentes de los sanos, como una clase aparte. La sociedad de hoy, en realidad, no comprende el valor del dolor y queriendo olvidarlo, como quiere hacer también con la muerte, margina a los enfermos. Es algo anticristiano, gravísimo, porque el primer marginado debería ser entonces Jesucristo en la cruz. Por eso estas comunidades especiales en las que viven personas enfermas, aunque son sin duda como las demás, son también especiales por el bien que producen y porque tienen la posibilidad de testimoniar al mundo qué es el dolor para un cristiano. El dolor es un don que Dios hace a una criatura. Y esto no es solo un modo de hablar para consolarnos o para consolar a los enfermos. Todos los que tienen poca salud son verdaderamente amados por Dios de una manera especial, porque son más semejantes a su Hijo. (Chiara Lubich, ¿Por qué me has abandonado?, 1998, pp.110-111)

Un hombre evangélico

Manso pero decidido, con la convicción de que el Evangelio es una de las páginas más revolucionarias de la historia, capaz de cambiar el mundo. Por esto vivió Marco Aquini. Nos ha dejado hace un mes, el 4 de enero pasado El encuentro con Marco dejaba una marca: era alguien de una muy poco común genuinidad que con su mirada profunda se dirigía directamente a tu corazón, y con pocas palabras, sin dar vueltas, respondía con gestos concretos a tus necesidades, te daba un consejo pero sin imponerte nada, por el contrario te suscitaba la respuesta desde tu interior. Había nacido en 1958 y fue uno de los primeros jóvenes de su región, el Friuli (norte de Italia) que adhirieron a los Focolares; una tierra en donde la gente es de una solo pieza, seria, trabajadora, disciplinada. Conoció pronto la crudeza que a veces la vida tiene reservada, como cuando perdió a su padre en un grave accidente. Pero el encuentro con la espiritualidad de los Focolares le dio un vuelco a su historia. Durante un encuentro con los Gen (los jóvenes de los Focolares) en1978, advirtió el llamado a donarse a Dios como focolarino y siguió la invitación de Chiara Lubich a firmar un compromiso de fidelidad hasta la muerte. Se trataba del “Pacto del hasta el final”, que quedó como algo histórico; en esa ocasión le escribió a Chiara: “Antes de conocer el Ideal* estaba encerrado en mi mundo dorado. Viviéndolo estoy saliendo de mí mismo. Vuelvo con la convicción de que cuento con la fuerza potencial de cambiar el mundo en donde vivo”. Ofrece con pasión su contribución, primero en Alemania, luego nuevamente en Italia, en el centro del Movimiento de los Focolares, especialmente en la fundación de dos organismos al servicio de los últimos y de la paz: AMU, “Asociación por un Mundo Unido”, y “New Humanity”, la ONG del Movimiento acreditada ante la ONU. Durante años actuó también en calidad de consejero central para el aspecto de la “Comunión de los bienes, Economía y Trabajo”; fue corresponsable del movimiento Jóvenes por un Mundo Unido. Desde el año 2000 estuvo al lado de Chiara y de Eli Folonari en la conducción de la Conexión CH, la video-conferencia que desde 1980 reúne periódicamente a la familia de los Focolares en el mundo. Pero la vida le tenía preparada otra inesperada experiencia, la muerte inexplicable de su hermana Chiara, ya frágil en su salud. Sufrió mucho junto a su madre, mientras proseguía la búsqueda hasta que se encontró el cuerpo. En esa tragedia, Marco logró reconocer el amor de Dios que le dio la fuerza de sostener a su familia. Con su madre Franca, Marco colaboró luego en el nacimiento de una casa de acogida con el nombre de su hermana, para la reinserción social de los discapacitados físicos y psíquicos y, aun a la distancia, mantuvo siempre la relación con la asociación. Se dedicó también a la enseñanza académica en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino de Roma y siempre en el ámbito de la economía dentro de los Focolares asumió el cargo de miembro del actual Consejo de administración de la revista Città Nuova. Su amor por los últimos lo comprometió también en su ofrecimiento de asistir en forma competente a un grupo de escucha de la Caritas. En noviembre de 2018 compartió con muchos amigos el descubrimiento de una grave enfermedad y afrontó esa nueva etapa con una renovada elección de Dios, que le dio profunda alegría, a pesar de los fuertes dolores físicos. María Voce, en el telegrama enviado a la comunidad de los Focolares en el mundo, pone en luz su vocación de focolarino, su estilo sobrio, claro y directo que se refleja en la palabra del Evangelio que Chiara Lubich le propusiera para vivir: “Que vuestro lenguaje sea: «Sí, sí», «No, no»” (Mt 5,37), y la manera extraordinaria como vivió su enfermedad. El último tramo de vida de Marco dejó a todos sin palabras, en la aparente imposibilidad de seguirle los pasos en el rápido agravarse de su salud, que en dos meses solamente lo llevó, la mañana del 4 de enero, a alcanzar la meta del Cielo. En su funeral había gente de todo tipo, todos vinculados a él de alguna manera y, juntos, escalando ya no sus amadas montañas, sino las cimas de la vida, acompañados por su ejemplo auténtico y luminoso.

Patrizia Mazzola

*La espiritualidad de los Focolares

Tres ciudades, un único objetivo: el bien común

Tres ciudades, un único objetivo: el bien común

¿Qué tienen en común Medellín, Katowize y Kingersheim? A pesar de la distancia cultural, lo que los une es el proyecto social y civil. Están ubicados geográficamente en dos continentes diferentes y en tres áreas culturales distantes. Estos son Medellín (Colombia), Katowize (Polonia) y Kingersheim (Francia). Son ciudades que han aceptado el desafío de colocar el bien común en el centro en el sentido más auténtico y no como una suma de intereses privados. Las administraciones y la ciudadanía han trabajado para encontrar una manera de romper el egoísmo, la pobreza, la soledad y reconocerse mutuamente como hermanos. Los protagonistas en el campo son, respectivamente, Federico Restrepo, Danuta Kaminska y Jo Spiegel que en el congreso “Co-Governance. Corresponsabilidad en las ciudades de hoy” han contado sus tres historias, diferentes pero con un solo leitmotiv. La primera historia es contada por Federico Restrepo, ingeniero y ex director de EPM – Empresas Públicas de Medellín (Colombia), quien, junto con otros amigos, no se rindió ante la inevitabilidad de la situación que parecía más grande que sus fuerzas. Medellín, una ciudad con casi tres millones de habitantes, como muchas otras ciudades de América del Sur, demuestra una fuerte tendencia de crecimiento de las áreas urbanas en perjuicio de la población rural. “En algunos barrios de Medellín se encuentran poblaciones que intentan construir su propia ciudad en las periferias de la ciudad”, dice Restrepo. Durante algunos años, se ha iniciado una experiencia piloto en los barrios nacidos de migraciones forzadas para implementar proyectos urbanos integrales. La inmigración, aumentando en Colombia también debido a la crisis venezolana, no se puede resolver construyendo muros: “Tenemos la responsabilidad, continúa él, de establecer relaciones entre las ciudades para resolver este problema social que está atravesando nuestra sociedad”. Pero no es solo una cuestión de planificación urbana, surgen otros desafíos para redescubrir el corazón de la ciudad y hacerla latir. La experiencia que narra Danuta Kaminska es el vínculo entre el continente americano y Europa. Administradora pública del Consejo de la Silesia Superior, en Polonia, presenta historias comunes, pero al mismo tiempo extraordinarias, de la acogida por parte de los ciudadanos de Katowize para favorecer la inserción de inmigrantes, en su mayoría ucranianos. Sólo el año pasado alcanzaron la cifra de 700.000. “Para activar la co governance en nuestra ciudad, entendimos que hay que apoyar a los ciudadanos. Colaboramos con comunidades religiosas y organizaciones no gubernamentales para la integración, como el apoyo a las comunidades judías y musulmanas”. Katowize, dos millones de habitantes, ha sufrido un profundo cambio a lo largo de los años, se ha transformado de una ciudad industrial a sitio de la UNESCO y ha sido sede de la Conferencia de las Partes sobre el Clima de 2018 (COP24). Si la ciudad es un espacio para la transformación, si la democracia debe ser fraterna, la participación y la espiritualidad deben ser alimentadas. Estamos hablando de administradores que son facilitadores de los procesos de toma de decisiones y Jo Spiegel, alcalde de Kingersheim, ciudadano francés de aproximadamente 13,000 habitantes, continúa gastando todas sus fuerzas para devolver a su ciudad un rostro multifacético donde pueden coexistir diferentes culturas y generaciones. “Hace veinte años, dice el alcalde, fundamos un ecosistema democrático participativo, dando vida a la ‘Casa de la Ciudadanía’, un lugar privilegiado donde se aprende a vivir juntos, ciudadanos y políticos”. Se completaron más de cuarenta proyectos, como la revisión del plan urbano local, la planificación del tiempo del niño, la creación de un lugar de culto musulmán. “La fraternidad no se delega, no se decreta. Está dentro de nosotros, está entre nosotros. Se construye”.

Patrizia Mazzola

Gen Verde de gira por Panamá y América Central

Gen Verde de gira por Panamá y América Central

El complejo narra la experiencia en Gran Bretaña y Luxemburgo y luego en Panamá para la JMJ. Su viaje continúa ahora a Cuba, Guatemala y El Salvador. En el último álbum “From the inside outside” se ve una mirada positiva de las personas: todas tienen la oportunidad de encontrar en sí esa luz que pueden dar a los demás. ¿Es así? Adriana: A menudo escuchamos que hoy la sociedad está atravesando una noche cultural, donde hay tanta “oscuridad” y las divisiones son más evidentes. Queremos que el mensaje de este álbum sea una invitación a sacar la esperanza que tal vez esté escondida bajo las cenizas, reavivándola. El álbum nace de la experiencia hecha con miles de jóvenes durante nuestras giras. Gracias al proyecto “Start Now”, un programa con talleres artísticos y un concierto final, tenemos la oportunidad de vivir en estrecho contacto con las nuevas generaciones. Nos damos cuenta de los desafíos que afrontan, pero también de sus bellezas. Generalmente, ofrecemos nuestra experiencia, pero nunca desde arriba como alguien que ya ha resuelto todo. Sino que junto a ellos miramos los desafíos e intentamos afrontarlos y darles una respuesta. Varios nos han dicho: “Cuando regrese a casa, las circunstancias externas no habrán cambiado, pero las afrontaré de manera diferente”. ¿Crees que la música, el canto, el baile funcionan para entrar en contacto con los jóvenes? Sally: Las disciplinas artísticas tienen estas características: facilitan el diálogo, la apertura y los resultados a menudo sorprenden. Una vez en una escuela, una estudiante sufría de mutismo selectivo, es decir, había decidido no hablar más. Cuando ella se inscribió en el grupo de cantos, nos preguntamos: ¿qué hará? El primer día no abrió la boca. El segundo agradeció, el tercero se ofreció a cantar una segunda voz. Al regresar a casa llorando, confió a su madre: “Encontré mi voz”. Incluso los maestros se conmovieron: “No podemos creer, ella siempre estaba sola, ahora comienza a hablar con los demás, a relacionarse…”. Esto es solo un ejemplo, pero habría muchos otros. En la canción “Not in my name” se aborda la relación entre cristianos y musulmanes. ¿Cómo nació? Adriana: Queríamos expresar solidaridad con nuestros amigos musulmanes y resaltar los valores que compartimos, sabiendo que muchos de ellos están sufriendo, porque se está difundiendo una imagen no correcta de los musulmanes y porque el corazón de su religión no es lo que difunden los medios de comunicación. Además, la misma experiencia al crear la canción fue un signo de diálogo: también nos inspiraron las palabras del Dr. Mohammad Ali Shomali, Director del Instituto Internacional de Estudios Islámicos en Qum (Irán) que conocimos en Loppiano. Afirma que todos somos gotas que reflejan el rostro de Dios y juntos podemos ser un océano de amor. Cuando leyó las palabras de la canción, dijo que se sentía expresado. Para el arreglo de la pieza hemos involucrado a Rassim Bouabdallah, miembro de los Focolares de religión musulmana, quien tocó el violín en la grabación. Ahora están en América Central, donde también participaron en la JMJ, ¿cómo va el viaje? Alessandra: En Panamá, en las ciudades de Chitré y Colón, hemos realizado un concierto con jóvenes para miles de peregrinos con motivo de la JMJ: estar en el escenario con ellos ha sido escuchar y decir a tantos que podemos esperar juntos. La experiencia en el Instituto Penal de mujeres en la ciudad de Panamá también fue fuerte. Las mujeres realmente viven una vida difícil, pero hubo una escucha increíblemente profunda: cuántos aplausos espontáneos, cuántas lágrimas durante las canciones… Al final, muchas nos dijeron que parecía que habíamos vivido las mismas experiencias y que juntas podíamos levantarnos y mirar al futuro, en un lugar donde parecería imposible. Fue experimentar la misericordia de Dios que obra en nuestras vidas más allá de cualquier circunstancia.

Anna Lisa Innocenti

Evangelio vivido: experimentar la paz verdadera

Actuar en primera persona y vivificar de nuevo las relaciones heridas en el tejido de la ciudad Paliza Desde cuando en México empezó la lucha contra el narcotráfico ha habido muchas víctimas, y no siempre todas delincuentes. Hace un tiempo volvía de mi trabajo a casa, cuando se me acercó un muchacho para pedirme un cigarrillo. Justo en ese momento llegaron los agentes de la policía y nos registraron. Luego, empezaron a golpear e insultar al joven, dejándolo en la calle herido y ensangrentado. Yo había asistido a la escena impotente. Lo ayudé a levantarse y le di el poco dinero que tenía en ese momento. Él me abrazó y me dijo: “Con este dinero mi familia hoy comerá”. (Abraham – México) Intercambio de cartas Con los chicos del catecismo tratamos el tema de las obras de misericordia. Para ponerlas en práctica se nos ocurrió escribirles a algunas mujeres detenidas. Le expuse el proyecto al director de la cárcel, que enseguida rechazó mi idea. Pero luego, consultándose con otros, se convenció de lo bueno del proyecto, que podría tener efectos positivos en esas mujeres. De ese modo, el intercambio fue aprobado y desde entonces los chicos se pusieron manos a la obra, preparando dibujos y cartas para entregar a las detenidas. (Prisca – Suiza) Bazar Conocía algunas familias pobres y quería ayudarlas. En la oficina, una colega me pregunta si me interesaba algo de ropa usada pero en excelentes condiciones y juguetes de sus hijos ya mayores. Le hablé de mi deseo, y ella misma involucra a los demás. En resumen, recolectamos muchas cosas en un garaje, que entregamos o vendimos en un bazar. Con las ganancias ayudamos a muchas familias en dificultad. Otro colega, generalmente muy gruñón, después de esta experiencia dijo que no podíamos parar. Continuamos mirando alrededor para ver a quién ayudar. (R.A.R. – Brasil)

Recopilado por Chiara Favotti

Siria, generación de esperanza

Siria, generación de esperanza

Muchos proyectos humanitarios tratan de aliviar las dificultades de la población. Desde el 2012, también el Movimiento de los Focolares ofrece apoyo y asistencia mediante el trabajo de las Asociaciones AMU y AFN. La fuerte devaluación de la moneda, el aumento imparable del costo de la vida ante una constante contracción de los servicios públicos son sólo algunos de los rubros que componen el balance social y civil de siete años de guerra en Siria. Entre la población los efectos son siempre más pesados. Existe quien ha perdido el trabajo y se ha visto obligado a gastar sus ahorros para sobrevivir y tratarse en un país donde los médicos, los profesores y muchos profesionales han tenido que emigrar al extranjero. En esta situación de extrema dificultad, como nos escriben los referentes de los proyectos que se llevan adelante en Siria por parte de la comunidad de los Focolares, a través de las Asociaciones sin fines de lucro AMU y AFN, florecen “valores maravillosos como la solidaridad, la acogida, la fraternidad. Dios trabaja dando a cada uno apoyo y valor”. Gracias al proyecto “Emergencia Siria”, más de 200 familias desplazadas de Damasco, Homs, Alepo, Kafarbo e del litoral, son visitadas regularmente por equipos de voluntarios que en varios momentos, nacimientos, cumpleaños y en las distintas fases de la vida escolar, les han hecho llegar su apoyo, siempre respetuoso de su sensibilidad y dignidad. Gracia a la ayuda del proyecto han podido pagar los gastos de los estudios, comprar electrodomésticos necesarios, cobijas, comida. Pero sobre todo se han sentido acompañadas en esta difícil fase de sus vidas. A los programas de asistencia sanitaria, educación y de ayuda a la renta familiar, que funcionan ya desde hace seis años, se sumaron recientemente otros, especialmente en el sector de la formación profesional y la enseñanza. “Este compromiso nace con el objetivo de responder no sólo a las necesidades materiales más urgentes de las personas asistidas, sino para poder ofrecer también oportunidades de trabajo, especialmente a los jóvenes, que de lo contrario, dada la actual situación del país, estarían desocupadas”. En Dueila, durante el año pasado, más de 90 niños participaron en un programa de apoyo escolar logrando óptimos resultados. Durante los meses de vacaciones, el centro permaneció abierto y acogió hasta 115 niños. “Algunas madres nos dijeron que sus hijos, aunque estuvieran enfermos o tuvieran otros programas familiares, siempre preferían venir aquí”. En Homs, surgió otro centro para niños y adolescentes, que tomó el nombre de “Generación de la esperanza”. Los estudiantes que lo frecuentan han superado brillantemente los exámenes en sus escuelas de proveniencia. Aquí también se les ofrece la posibilidad de apoyo psicológico tanto para los niños como para sus padres. “Trabajamos especialmente con los traumas sufridos debido a la guerra. Estos momentos ayudan a hacer renacer la confianza y a encontrar una solución para tantos problemas”. Siempre en Homs, pero también en Kafarbo, desde hace más de dos años hay un proyecto de asistencia sanitaria que ha permitido conocer a más de un centenar de personas con necesidad de tratamiento médico especializado. “Tratamos de colaborar con otros organismos para poder ayudar a los pacientes también cuando el costo de los tratamientos o de las intervenciones quirúrgicas supera nuestras posibilidades”.

Chiara Favotti

Una Mariápolis Europea

Una Mariápolis Europea

A los 70 años de la primera Mariápolis vuelve el evento en las montañas Dolomitas, en Italia, para todo el continente europeo. Hemos entrevistado a Peter Forst, delegado del Movimiento de los Focolares para la zona de Europa central y uno de los organizadores del evento. La Europa de hoy se presenta muy dividida (Brexit por un lado, murallas contra la acogida por el otro). ¿Qué sentido tiene hacer una Mariápolis europea? Constatar justamente lo dividida que está Europa hizo nacer la idea de la Mariápolis Europea. Nos dimos cuenta de que tenemos opiniones muy distintas, en parte contrastantes, acerca del desarrollo en Europa, sobre las migraciones, los valores, …. y la primera finalidad de la Mariápolis es fortalecer las relaciones, crear espacios de comunión y compartición, alentar a la humanidad para que tome, decididamente, el camino de la fraternidad universal y la unidad de hombres y pueblos. Esperemos así poder dar un testimonio de que es posible permanecer todos unidos por más que las diferencias sean muchas. Desde la primera en 1949 hasta hoy: ¿cómo han cambiado las Mariápolis? Las primeras Mariápolis eran muy espontáneas. Tal vez hoy se requiere un poco más de oganización logística y preparación del programa. Pero el espíritu de la Mariápolis europea quiere ser el mismo que el de 60 ó 70 años atrás: experimentar y dar testimonio de que la humanidad es una familia. ¿El camino para llegar? Un amor incondicional.. ¿Por qué justamente en las Dolomitas? La idea de hacer la Mariápolis en el mismo sitio en donde nació nos convenció enseguida a todos. Allí Chiara Lubich, hace 70 años, pasaba sus vacaciones con las primeras y los primeros focolarinos, y justamente allí, con ellos y con el diputado italiano Igino Giordani, en el verano boreal de 1949, vivieron una experiencia de luz, de particular unión con Dios y de profunda unidad entre ellos, que marcó la fundación del Movimiento naciente. No es la nostalgia lo que nos impulsó a escoger las montañas Dolomitas, sino más bien la convicción de que justamente en el “después de Chiara” es importante volver a las raíces para poder encontrar las formas y las respuestas para hoy. ¿Quién participará en ella? ¿Cómo es el programa? ¿Qué quieren decir con el título “Apuntar alto”? La Mariápolis está abierta a todos. Hay 600 plazas cada semana. La inscripción es posible hasta el 31 de enero (www.mariapolieuropea.org). En el programa habrá paseos, deporte, música, espiritualidad, oración, talleres creativos y fórums temáticos. Todo quiere ser una ocasión para un encuentro profundo. “Apuntar alto” nos parecía una imagen apta para la finalidad de vivir relaciones de alta calidad espiritual y humana. Y además: estando en las montañas, automáticamente se apunta a lo alto.

Lorenzo Russo

FECHAS  

Evangelio vivido: “Busca la paz y ve tras ella”

La Palabra de Vida de este mes es una invitación a la acogida y la generosidad para con todos Escuchar Últimamente, a raíz de una enfermedad, tengo dificultad en el uso de la palabra, ¡y para mí comunicar es vital! No puedo hacer muchas cosas, pero, eso sí, puedo acoger y escuchar al que viene a visitarme. A veces la gente me cuenta muchos dolores, pero cuando se van parecen aliviados. Es entonces cuando agradezco a Dios por la condición en que me encuentro. (Marisa – Italia) Pullover Mi esposo se estaba preparando para ir a un congreso y necesitaba un par de zapatos y un sweater. Pudimos comprar los zapatos, pero no habíamos tenido tiempo para el sweater, porque nos pareció más importante ir a visitar a un grupo de familias, con quienes compartimos nuestras experiencias de Evangelio vivido. Pues bien, justamente allí, en el grupo, una señora trajo dos pulóveres para el que los necesitase. Probándonoslos, nos impresionó el hecho de que ambos le tocaran a mi esposo. (D. M. – Serbia) Oración Mi marido y yo estábamos buscando una vivienda para mi hermano que estaba por casarse, pero los precios y las condiciones hacían muy difícil la elección. El tiempo pasaba y en mí crecía la preocupación. ¡Cómo habría querido ayudarlo! Un día nuestro hijo más pequeño nos sugirió una cosa en la que no habíamos pensado: pedirle a Dios lo que tanto ansiábamos. Lo hicimos. Pocas horas después, mi hermano me llamó, muy contento, para decirme que había encontrado el apartamento justo. (M. N. – Libano)

En Nepal para crear vínculos

En Nepal para crear vínculos

Lo que los empuja a salir para dar vida a un focolar temporal es el deseo de compartir el descubrimiento que ha dado sentido y alegría a sus vidas. Para que otros puedan experimentar que vivir por la fraternidad universal es la más bella aventura. Son jóvenes, adultos y familias, que en pequeños grupos parten hacia países lejanos, donde los esperan comunidades y aldeas que quieren recorrer juntos una parte del camino y hacer la experiencia de la acogida y del intercambio entre culturas diferentes, de donarse al otro y “hacerse uno” en las alegrías y en los dolores. Porque –están seguros- de que el hombre se realiza plenamente a sí mismo amando al prójimo. Y la fraternidad es posible también para personas de credos y convicciones diferentes: “Haz a otro lo que quisieras que te hicieran a ti” es la Regla de oro que todos los hombres pueden hacer propia. Estos pequeños grupos son los llamados “Focolares temporales”, son la versión itinerante de los tradicionales Focolares, centros del Movimiento en un territorio y corazón palpitante de su vida interna. En los últimos años han nacido decenas. Siguiendo la huella de los “pioneros” del Movimiento de los Focolares, que a partir de los años ’50 fueron enviados por Chiara Lubich a los distintos continentes para llevar el carisma de la unidad. Como apóstoles modernos. Nepal es punto de encuentro para las poblaciones móngolas de Asia y las caucásicas de la llanura india, la población tiene una espiritualidad profunda donde se suma al budismo, el cristianismo y el hinduismo. Allí viajó un grupo de focolarinos, del 20 de octubre al 7 de noviembre, a la capital Kathmandu a Dharan, en el sur, y después al norte hasta llegar a Pokhara. Sobre todo crearon vínculos. Provenían de India, Italia y Gran Bretaña, y enseguida los miembros del focolar se sumergieron en la cultura nepalesa. A su llegada estaba en curso el Dashain Hindú festival, el más grande festival hindú que involucra a todo el país, y participaron en el rito de la Tika, recibiendo la tradicional bendición. En Daharan el grupo fue acogido en algunas parroquias, donde contaron la historia del Movimiento y presentaron su compromiso por la fraternidad universal. Fue muy grande el entusiasmo suscitado tanto en las personas que encontraron como en los sacerdotes. En la capital se unieron al grupo dos jóvenes nepaleses que participaron en el Genfest 2018 de Manila, compartiendo su experiencia con los estudiantes de una escuela que tienen los padres jesuitas. En Pokhara se encontraron con algunas familias hindúes, pobres y sin recursos, pero la armonía y la dignidad llenaban sus casas. Los focolarinos hablaron del ideal de la unidad, antes de ser invitados a almorzar escucharon juntos música tradicional. Después el grupo fue a visitar al Obispo Paul Simick, Vicario apostólico de Nepal, quien dijo que estaba feliz por su presencia en el país y los invitó a ir a visitar a los sacerdotes. El de Nepal fue un viaje de enriquecimiento recíproco, donde el ideal de la unidad se encontró con la cultura local. Un budista lo describe eficazmente: “Quienes tienen pensamientos ‘altos’, no se sienten felices quedándose en el mismo lugar, sino que, como los cisnes, dejan su casa y vuelan hacia una casa más alta”.

Claudia Di Lorenzi

Corea: un invitado excepcional en la Sung Sim Dang

Corea: un invitado excepcional en la Sung Sim Dang

El 24 de enero, Moon Jae-in, Presidente de la República de Corea, visitó la Panadería Sung Sim Dang, que forma parte del proyecto Economía de Comunión. Para un empresario, la visita del Presidente de la República a su empresa es un evento excepcional, pero si la visita se realiza en el día de su cumpleaños, ¡aún más! Esto es lo que pasó en Daejeon a Amata Kim y a Fedes Im, empresarios coreanos de la Economía de Comunión (EdC) de la conocida panadería Sumg Sim Dang. Moon Jae-in, presidente de Corea del Sur desde mayo de 2017, conocido en Occidente por haber logrado iniciar el proceso de paz con Corea del Norte después de casi 70 años de guerra fría, celebró su cumpleaños en Sung Sim Dang con una magnífica torta y pudo conocer de cerca la historia y realidad. Su publicación en Instagram ha recopilado más de 76 mil “me gusta” en pocas horas. Su comentario en la foto es interesante: “Hoy me sorprendió celebrar mi cumpleaños en la panadería Sung Sim Dang, en Daejeon. Durante la guerra de 1950 mi padre y el fundador de la panadería (padre de Fedes ndr) estaban en la misma nave de evacuación, la Victoria, para escapar de Corea del Norte. Para nosotros es muy grato y precioso recordar aquel momento de la historia. El día de mi cumpleaños es un día como cualquier otro, pero hoy recargo con nuevas fuerzas gracias a los buenos deseos de muchos. ¡Gracias!”. El evento tuvo gran repercusión en los medios, también por el gran valor, universalmente reconocido, que la empresa Edc Sung Sim Dang representa para toda la ciudad de Daejeon.

Haga clic aquí para ver las imágenes del video de los aspectos más destacados de la visita.

Antonella Ferrucci

Fuente: www.edc-online.org

Migrantes: más allá del asistencialismo

Migrantes: más allá del asistencialismo

En Trieste (Italia) historias de acogida en la vida cotidiana. La narración de quien lo vive en primera persona. “Junto con Caritas y el Consorcio de Solidaridad Italiano (ICS), nos ocupamos principalmente de familias de migrantes y de refugiados con sus hijos, huéspedes en una estructura de recepción en nuestra ciudad, Trieste y en la provincia. Desde hace tres años, cada semana, con continuidad, hemos puesto en marcha algunas acciones concretas: un pequeño grupo de nosotros enseña italiano a las madres a fin de permitirles completar los cursos de estudio para ayudarles a afrontar la vida cotidiana; otros juegan con los niños y los ayudan en sus tareas escolares. Muchas familias han pasado por el centro y con casi todas ha continuado la relación, incluso después de su traslado a otras casas. En colaboración con AFN – Asociación Familias Nuevas, comenzamos un proyecto, autofinanciado por algunas personas de la comunidad, para ayudar en particular a una familia de nacionalidad kurda en dificultades que, después de dos años de apoyo, ha logrado su autonomía, permitiéndoles vivir en un departamento rentado gracias al trabajo que finalmente tiene ahora el padre. Con otros proyectos pequeños, estamos apoyando las necesidades de otras familias, asegurándonos de que las madres puedan seguir cursos de especialización para un eventual trabajo y que los niños puedan integrarse en las diversas actividades con sus compañeros, por ejemplo, en actividades deportivas. Los seguimos en las visitas y la atención médica, en la búsqueda de la casa, encontramos algunos trabajos para las madres, pudimos inscribir a un padre en la escuela de manejo y hoy trabaja conduciendo los camiones en una empresa del puerto. Con la ayuda de algunas familias logramos que una madre viuda africana con dos hijos participara en unas “vacaciones familiares”, que necesitaban. Tratamos de vivir con ellos momentos de la vida diaria, como cumpleaños, excursiones a los parques los domingos, un viaje en bote, la fiesta de fin de año, el carnaval, pero también momentos de oración como con motivo del Ramadán con los de la religión musulmana. El domingo 25 de noviembre de 2018, quisimos responder concretamente al llamamiento del Papa Francisco, que convocó el Día Mundial de los Pobres: “El pobre llora y el Señor lo escucha” e invitaba a los cristianos y las diferentes comunidades a escuchar este clamor y tratar de ofrecer respuestas con gestos concretos. Añadió: “Para que este grito no caiga en vano”. Decidimos organizar un almuerzo, llamado “Festival de la Amistad”, en nombre del compartir con personas en dificultades: refugiados, prófugos, desempleados, pobres de nuestra ciudad. También logramos involucrar a nuestra comunidad de los Focolares solicitando ayuda concreta tanto para el almuerzo como para ayudar en el salón y también a los amigos que fueron invitados. Para aquellos que pudieron y disponían de una cocina, se solicitó contribuir con un puñado de comida típica de sus países de origen. Éramos unos ochenta: de Camerún, Nigeria, Egipto, Túnez, Rusia, Pakistán, Kurdistán, Kosovo. Para nuestra sorpresa, para Caritas nos estamos convirtiendo en un punto de referencia, un “proyecto” que va más allá del asistencialismo. Nos llaman para compartir programas, proyectos y, a veces, incluso para buscar soluciones. Nos parece que han sido involucrados en esta forma de acoger que, una vez que finaliza la fase de emergencia, apunta a la reciprocidad. Sentimos que, en medio de este caos, donde cada uno tal vez, no encuentra un punto de referencia de valor, como el de acoger a los últimos, no podemos detenernos, sino que debemos seguir dando esperanzas”.

Paola Torelli Mosca en nombre del grupo de acogida migrantes Trieste

Fuente: www.focolaritalia.it

Una jornada extraordinaria

Una jornada extraordinaria

Recordar a Alberta Levi Temin a través de la narración de su historia, hablar de la Shoah con los chicos de una escuela secundaria y lanzar la Regla de oro para construir desde ya un mundo más en paz, más unido

Alberta Levi Temin

El sol espléndido hizo de fondo a una jornada especial en Ischia – una isla del golfo de Nápoles  (Italia) – en donde el 23 de enero pasado algunos chicos del Colegio “Giovanni Scotti”  pudieron conocer la historia de Alberta Levi Temin, admiradora de Chiara Lubich  y testigo directa de la tragedia del holocausto, a través de la presentación del libro “Finché avrò vita parlerò” (Mientras viva hablaré) de la Editorial L’Isola dei Ragazzi. Con la presencia de un grupo de amigos de los Focolares (docentes, alumnos, padres), y también del autor del libro Pasquale Lubrano Lavadera y  de la profesora  Diana Pezza Borrelli (ligada a  Alberta por una relación fraterna, alimentada en la Asociación  “Amicizia Ebraico-Cristiana” – Amistad Judeo-Cristiana – de Nápoles), los chicos escucharon el relato emocionante de su historia. “Alberta un día vino a hablar a mi Colegio, – dice Pasquale – ella, de religión judía, junto con su queridísima amiga  Diana, de fe católica.  La habían invitado a contar a todos los chicos y a nosotros docentes el horror de la Shoah, pero también a dar testimonio de que el diálogo es posible entre todos los hombres  sin distinción de razas, credos o convicciones. Me impresionó su frase:  –La familia humana es una y somos todos hermanos.” Alberta murió en 2016, pero durante su vida  tuvo un único pensamiento que la sostuvo y le dio siempre alegría: es la Regla de oro “Haz a los demás lo que quisieras que te hiciesen a ti, no hagas a los demás lo que no quisieras que  te hiciesen a ti”. Siempre luchó por el diálogo en la sociedad a todos los niveles.   “Hoy más que nunca entiendo que hay que tener un amor más grande – sostenía Alberta – y, como dice Chiara Lubich, hay que Amar la patria del otro como la propia. Debemos tener un amor para con toda la humanidad, sólo en este humus puede nacer el diálogo”. “Todos los colegios deberían dedicar en todos los grupos una o dos horas por semana para enseñar el  bien relacional, ese bien que puede ayudar a chicos y adolescentes a estar entre ellos con serenidad y estudiar juntos en un espíritu de colaboración e investigación en común.  Tenemos que orientarnos a hacer la experiencia de la escuela, que es la primera y fundamental experiencia social del hombre, una verdadera experiencia de ayuda recíproca”. Alberta estaba convencida de todo ello. Cuando terminó la narración, se les propuso a los chicos vivir la Regla de oro,  instrumento de paz y  diálogo, común a todas las religiones.  Como sello de la jornada, la  Dirigente Académica, profesora Lucia Monti, colocó una placa frente al olivo de la paz dedicado a Alberta, para darle las gracias y para que su testimonio siga hablando.   “Gracias – dijo también  Chiara, una alumna de la escuela – por el mensaje de fraternidad que ustedes nos han transmitido, me impresionó mucho que los católicos se encuentren con judíos y personas de otras religiones  para construir un mundo unido.” “Quierdo agradecer a  Alberta por su vida, su sabiduría – afirmó Pasquale Lubrano – y quisiera que cada uno de nosotros, leyendo su historia, ahora que ella ya no está entre nosotros, pudiera participar plenamente de esa  ‘belleza’ interior que  hizo de ella una persona  única,  a fin de  poder donarla luego a muchos.”  Y concluyó: “Hoy experimenté una gran emoción observando la escucha atenta de los chicos, en su viva reacción, en sus miradas indagatorias, vislumbré en cada estudiante la exigencia de vivir el Amor por todos los hombres en la conciencia de que la familia humana es una sola.”

Lorenzo Russo

La JMJ en el país “puente”

La XXXIV Jornada Mundial de la Juventud está en marcha en Panamá. Entrevista a la periodista panameña Flor Ortega, de la comunidad de los Focolares. En el logo de la XXIV Jornada Mundial de la Juventud, centrado en el tema “He aquí la sierva del Señor; hágase en mí, según tu palabra” (Lc 1,38), la silueta del “puente” representa el pequeño istmo de Panamá y simboliza su espíritu acogedor. Un sutil brazo de tierra de tan solo 75 mil kilómetros cuadrados, bañado por dos océanos, el Atlántico y el Pacífico, que conecta no solo las dos Américas, sino todos los continentes, a través del canal que pueden atravesar los barcos en tránsito. Un país hospitalario, con puertas abiertas, especialmente para los muchos migrantes que siempre lo han atravesado del Norte o del Sur. ¿Cómo trabajaron en la preparación de este evento? “Cuando el 31 de julio de 2016, en el ‘Campus Misericordiae’ de Cracovia, en Polonia, el papa Francisco anunció que la XXXIV Jornada Mundial de la Juventud 2019 tendría lugar en Panamá, inmediatamente el Movimiento de los Focolares de la zona de Mesoamérica, de la que Panamá forma parte, se adhirió con entusiasmo”. Flor Ortega, periodista panameña, se ocupó inmediatamente del aspecto de la comunicación. “Al principio no teníamos muchas noticias y formamos comisiones para informar rápidamente a todos sobre los diversos aspectos de la preparación. Ahora la presencia en los medios y en las redes sociales es muy fuerte”. El 17 de mayo, en la ciudad de Panamá, durante una celebración eucarística con miles de participantes, el arzobispo José Domingo Ulloa propuso jornadas de oración, el 22 de cada mes, hasta diciembre, en preparación para la JMJ. El mismo arzobispo, unos días después, en su oficina, pidió a los jóvenes del Movimiento de los Focolares que se encargaran de la primera, el 22 de junio. ¿Cómo han respondido los jóvenes a esta propuesta? “Con entusiasmo y compromiso. Carmen Cecilia, de Panamá, nos dijo que este compromiso la hizo revalorizar la oración, la participación en la Eucaristía, el rezo del Rosario ‘como oportunidades para estar cara a cara con Jesús’”. Muchos jóvenes de los Focolares, tanto en Panamá como en otros países, han trabajado durante meses en el proyecto de un evento de dos días, al final de la JMJ, del 29 al 31 de enero, para unos 400 participantes. “Los adultos los apoyaron organizando comidas y alojamiento, con varias iniciativas para obtener recursos. Por su parte, los jóvenes han creado un programa para el registro on line y han abierto una consulta y un servicio de centro de llamadas para recaudar contribuciones de otros países. El focolar femenino de Panamá se ha convertido para todos en un punto de referencia también logístico. Keilyn, de Costa Rica la definió como “una ocasión para conocer a la comunidad de Panamá, muy unida y laboriosa, un verdadero modelo”. De Italia han llegado Jesús Morán, vicepresidente de los Focolares, y el conjunto internacional Gen Verde, que participó en dos eventos introductorios, el primero en Chitré, la capital de la provincia de Herrera, en el Golfo de Panamá, y el segundo en Colón, en la costa atlántica. El conjunto estará presente también en la tarde del 26 de enero, durante la vigilia de preparación de la misa final con el Papa Francisco. “Pro mundi beneficio”, “para beneficio del mundo”, está escrito en el emblema oficial de Panamá. ¿Qué significa? «El lema está vinculado a la finalidad de servicio del canal. Pero estamos seguros de que podemos extenderlo, idealmente, al mensaje partirá de esta JMJ».

Chiara Favotti

IUS visita al Patriarca Ecuménico Bartolomé I

IUS visita al Patriarca Ecuménico Bartolomé I

La iniciativa fue promovida por la «Cátedra Ecuménica Internacional Patriarca Athenágoras-Chiara Lubich», instituida tras el doctorado honoris causa otorgado al mismo Patriarca Bartolomé en 2015. “Continuad el recorrido que habéis emprendido por el camino del diálogo, porque él es reconciliación, es encuentro, es capacidad de comprender, es filantropía divina, es acogida de lo diferente, es transfiguración del mundo, es acoger a Dios en nuestra historia humana. Llevad este mensaje a todos aquellos que a cualquier título participan en la obra de vuestro Instituto, abrazando fraternalmente a la Presidente del Movimiento de los Focolares, María Voce y a todos los hermanos y hermanas del Movimiento. El Patriarcado Ecuménico es vuestra casa también, esta ciudad de Constantino es vuestra ciudad también, porque no sois extranjeros sino nuestros amigos”. Ése fue el saludo final que el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, dirigió a 30 entre docentes y estudiantes del Instituto Universitario Sophia (Loppiano) de distintos Países que, junto al Rector, Mons. Piero Coda, visitaron su sede en el Fanar (Estambul – Turquía). La visita de la delegación de Sophia al Patriarcado ecuménico se llevó a cabo del 8 al 12 de enero y fue promovida por la “Cátedra ecuménica internacional Patriarca Athenágoras – Chiara Lubich”, instituida después del doctorado h.c. otorgado al Patriarca Bartolomé el 26 de octubre de 2015 para “recordar y volver a lanzar el espíritu profético que animó la extraordinaria sintonía de corazón y de mente entre el Patriarca Athenágoras I y Chiara Lubich, en la época del Concilio Vaticano II y del histórico encuentro del Patriarca con el Papa Paulo VI”. El grupo académico que viajó a Turquía también preveía realizar, entre otras cosas, además de la audiencia con el Patriarca, un encuentro con el Matropolita Gennadios Zervos, presente en estos días en Estambul con ocasión del Santo Sínodo, y con el Metropolita Elpidophoros de Bursa en el Monasterio de la Santa Trinidad en la isla de Halki (Turquía), acaecida el 10 de enero. De ese encuentro nacieron fecundas perspectivas de cooperación entre el Seminario y el Instituto Universitario Sophia, entre los cuales una Summer School, que se realizará probablemente en la primavera boreal de 2020. La visita asumió particular relieve en el delicado momento de tensión que atraviesa hoy el mundo ortodoxo, pues quiere volver a proponer el compromiso de recorrer con tenacidad el camino del mutuo conocimiento y del recíproco intercambio de dones para promover la fraternidad y la comunión.

Nace el pacto para una nueva gobernanze de las ciudades

Nace el pacto para una nueva gobernanze de las ciudades

Ha concluido el congreso “Co Governanze”, corresponsabilidad en las ciudades de hoy” con un documento que propone a los ciudadanos y a la administracion publica la practica de la participacion y la construccion de redes de ciudadanos, actores sociales y ciudad.

“La política es el amor de los amores que recoge, en la unidad de un designio común, la riqueza de las personas y de los grupos, permitiendo que cada uno realice libremente su propia vocación”(1) Hace poco se concluyó, con esas desafiantes palabras de Chiara Lubich, la fundadora de los Focolares, el evento “Co-gobernanza, corresponsabilidad en las ciudades de hoy”, un congreso dedicado al gobierno participativo de las ciudades, promovido por el Movimiento Humanidad Nueva, el Movimiento Político por la Unidad y la Asociación ‘Ciudades por la Fraternidad, expresiones del compromiso social y político de los Focolares. Ha sido la primera edición del evento que dentro de dos años se repetirá en Brasil. En la cita participaron más de 400 funcionarios públicos, políticos, empresarios, académicos y ciudadanos de 33 países. El eje central del trabajo fue la participación, que fue presentada en sus múltiples aplicaciones, como lo demostraron las historias y la praxis compartida por más de 60 expertos en campos como la urbanística, la comunicación, los servicios públicos, la economía, la política, el ambiente. “Estamos convencidos de que la participación es una elección estratégica, la forma más congruente de vivir dentro las ciudades –explica Lucía Fronza Crepaz, exdiputada, formadora de la “Escuela de Preparación social” de Trento y miembro del comité científico del evento. “Una participación que no se concibe como sustitución de los procedimientos de representatividad, sino como una elección, como un modo eficaz de afrontar la complejidad de los problemas y darle cuerpo al mandato democrático”. Fruto del trabajo fue la aprobación y la firma del “Pacto por una nueva Gobernanza” mediante el cual los participantes se comprometen a “contaminar” sus propias comunidades y administraciones públicas. Los 400 firmantes del pacto se comprometieron a consolidar tres redes para aglutinar las diversidades y responder a las complejidades de la realidad. Tres redes para aglutinar las diversidades y responder a las complejidades de la realidad. “Quienes viven en el territorio urbano mantienen diversidad de funciones y tareas, pero están inspirados por la misma responsabilidad”, redes de actores colectivos, es decir, de grupos profesionales y económicos, entes de voluntariado y del ámbito religioso, de la cultura y de la universidad, de la comunicación, etc.”; redes entre las ciudades; “…que se proponen promover la colaboración de los ciudadanos en primera instancia, con la creación de plataformas accesibles a todos y de fácil uso. Cooperan superando los intereses particulares y los prejuicios que minan la confianza, que es el fundamento indispensable para la construcción de una red.

Stefania Tanesini

Info y textos de la conferencia: www.co-governance.org

Un suplemento de amor.

Hoy 22 de enero, el Movimiento de los Focolares recuerda el nacimiento de Chiara Lubich que aconteció en este día de 1920. Una fecha que coincide con el corazón de la Semana de oración por la unidad de los cristianos (celebrada en Europa). Una ocasión para recordar a la Fundadora de los Focolares y su pasión por la unidad a través de la “oración ecuménica” que ella pronunció en 1998 en Augsburgo (Alemania). Si nosotros, cristianos, echamos una ojeada a nuestra historia de hace 2.000 años y de un modo especial a la del segundo milenio, no podemos dejar de sentir dolor al constatar que frecuentemente ha sido un subseguirse de incomprensiones, de litigios, de luchas. Ciertamente culpa de circunstancias históricas, culturales, políticas, geográficas, sociales, …; pero también de un ir a menos entre los cristianos ese elemento unificador típicamente suyo: el amor. (…) Pero, si Dios nos ama, nosotros no podemos permanecer inertes frente a tanta divina benevolencia, como hijos e hijas verdaderos debemos de corresponder a su amar también como Iglesia. En cierto modo, a lo largo de los siglos, cada Iglesia se ha petrificado en sí misma por las oleadas de indiferencia, de incomprensiones, e incluso de odio recíproco. Por eso para cada una es necesario un suplemento de amor. Amor, por tanto, hacia las demás Iglesias, ese amor que hace posible que cada una la lleve a ser un don para las demás, ya que se puede preveer que en la Iglesia del futuro una y sólo una será la verdad, pero expresada de distintos modos, observada desde distintos puntos de vista, embellecida con muchas interpretaciones. Amor recíproco que es evangélico de verdad, y por ello válido, si se practica con la medida querida por Jesús: amaos unos a otros – ha dicho -, como yo os he amado. “Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus hermanos” (cf Jn 15,13). (…) Sé, por experiencia, que si todos nosotros vivimos así, se obtendrán frutos excepcionales, sobre todo obtendremos un efecto especial: viviendo juntos estos distintos aspectos de nuestro cristianismo advertiremos, de algún modo, que ya desde ahora formamos un solo pueblo cristiano que podrá ser levadura para la plena comunión entre las Iglesias. Será casi el realizarse otro diálogo, después del de la caridad, del teológico y de la oración: un diálogo de la vida, el diálogo del Pueblo de Dios. Diálogo urgente y oportuno si es verdadero, como nos enseña la historia, que no está muy garantizado en campo ecuménico, cuando no se involucra al pueblo. Diálogo que hará descubrir con mayor evidencia y valorar todo el enorme patrimonio ya común entre nosotros cristianos, formado por el bautismo, la Sagrada Escritura, los primeros Concilios, los Padres de la Iglesia, etc. Esperemos de ver realizado este pueblo, pueblo que ya en todo el mundo cristiano está despuntando y que confíamos que también despuntará aquí. (Chiara Lubich, Augsburgo-Alemania, 29 de noviembre de 1998  Fonte: Centro Chiara Lubich

Japay, ¡despierta!

En La Colmena, Paraguay, Alejo, de la comunidad de los Focolares, transmite la pasión por el ideal de la fraternidad, a través de la música. «Japay, en idioma guaraní, significa “¡despierta!”» nos explica Alejo Rolón. La Colmena, en donde trabaja como profesor de música en un prestigioso colegio, es una ciudad del Departamento de Paraguarí, a 130 km de Asunción, capital del Paraguay, exactamente en el corazón de América Latina. Hace algunos años dio vida a una interesantísima experiencia con más de cien jóvenes a quienes hace participar en una serie de conciertos pop. Del escenario, el mensaje que vuela en las notas musicales es una invitación a construir una sociedad más fraterna y solidaria. El guaraní es una lengua de antiquísimo origen, hablada sobre todo en Paraguay, y reconocida en 2011 como lengua oficial, junto con el castellano, como conclusión de un proceso legislativo muy complejo, que duró décadas. «Japay, “¡despierta!”, es para mí una palabra símbolo, que indica la actitud que tendríamos que tener respecto de la vida. Mi objetivo es el que todos seamos más conscientes, en primer lugar a los jóvenes, de que debemos despertarnos y tomar la iniciativa, porque el cambio que queremos ver en nuestra ciudad y en la sociedad empieza por nosotros. Toda iniciativa, aun pequeña, en esa dirección puede ser la base de un nuevo modo de vivir. Ése es el desafío de Japay». En un momento extremadamente delicado para este país sudamericano, que se encuentra frente a la necesidad de un cambio sustancial para combatir la corrupción desenfrenada, la criminalidad, la pobreza endémica, la desigualdad social, la crisis económica, ¿qué es lo que propone concretamente Alejo con sus canciones? Nos lo explica él mismo: «Nostra filosofía es la siguiente: tenemos que cambiar nuestra mentalidad. Por ejemplo, en los textos que cantamos proponemos vivir honestarmente, en lugar de robar o practicar la corrupción, una llaga muy difundida; poner en práctica una ciudadanía activa, en lugar del arte de arreglárselas, cada uno por su cuenta; abandonar la mentalidad resignada del “siempre ha sido así” e ir a los orígenes de nuestra cultura salvando su parte mejor: la iniciativa e ingenio, la creatividad, la generosidad para con quien vive a nuestro lado, el coraje de afrontar los límites, la capacidad de convivir en armonía entre personas distintas. El nuestro es realmente, como dice la Constitución del Paraguay, “un país multicultural y bilingüe”, rico en tradiciones y valores. Pero hay problemas y heridas profundas, incluso muy recientes. Trabajamos sobre el potencial de las personas, apoyándonos en sus sentimientos más verdaderos». Alejo transmite con la música lo que recibió a su vez del carisma de la unidad: «Japay para mí – explica – tiene también otro significado: JA (Jesús Abandonado) y PAY (Paraguay). En los problemas de mi gente y de la sociedad reconozco un rostro sufriente de Jesús en la cruz: por él he hecho nacer esta experiencia. Y no sabemos adónde nos conducirá».

Chiara Favotti

Ver también http://japayparaguay.org/ e https://www.youtube.com/watch?v=wqByefcq1Yc

Refugiados: ofrecerles acogida antes de darles el pan

Refugiados: ofrecerles acogida antes de darles el pan

En diálogo con Liliane Mugombozi, periodista congolesa, del focolar de Nairobi. Trabaja en el Jesuit Refugee Service de la capital keniana: “¿Los migrantes africanos? La mayor parte de ellos no va a Europa sino que se desplaza dentro del continente africano”. “Para los medios internacionales África es el continente del éxodo de masa, pero no es ésa la realidad. Los migrantes se mueven sobre todo dentro del continente. Entre 2015 y 2017 en África se desplazaron casi 19 millones de personas”. Liliane Mugombozi habla con conocimiento de causa de este fenómeno poco contado, pero que ella conoce a fondo, no sólo por su profesión de periodista que ejerce desde hace muchos años, sino sobre todo por su experiencia directa. Hace dos años y medio que trabaja en el JRS (Jesuit Refugee Service), el Servicio para los refugiados gestionado por los Padres Jesuitas en Nairobi (Kenia). “Desde septiembre de 2017 más de medio millón de refugiados vive en Kenia. Vienen sobre todo de la Región de los Grandes Lagos, del Cuerno de África y de África Central, pero también de Myanmar, de Afganistán, etc. . La mayoría de ellos vive en los campos de refugiados de Dadaab y Kakuma; unos 64.000 refugiados residen en Nairobi”. Cuenta que en diciembre pasado organizaron un taller para 48 chicos refugiados, provenientes de muchos países africanos: desde Sudán hasta Somalia. “El objetivo era mirar juntos a su situación de refugiados y ofrecer instrumentos para afrontar los desafíos de todos los días: desde los derechos humanos hasta las dificultades culturales. ‘Cuando los miro – les dije – no veo refugiados, veo el futuro de este continente, veo el futuro del mundo. Todos ustedes han experimentado el sufrimiento, ¿quién mejor que ustedes podrá construir instituciones fuertes y justas?’ ”. “Desde el primer momento en que llegué al JRS de Nairobi, en donde me ocupo de los estudiantes de la escuela secundaria y de los universitarios que pueden estudiar gracias a becas de estudio, intuí que mi servicio requería una gran flexibilidad e ir más allá de mis tareas técnicas. Me sentí llamada a compartir el dolor que hay detrás de cada historia, para encontrarme realmente con la persona. Entendí que la llave era construir relaciones verdaderas, de reciprocidad con todos. Estando en contacto con tanta esperanza y tanto dolor Liliane comprendió que había que prestar atención a no ceder a la tentación de confundir la persona con su necesidad: “Una tentación que me habría cerrado el corazón a un encuentro verdadero con los chicos, sus familias, los docentes, con todos”. La comunidad de los Focolares en Kenia también, sobre todo en Nairobi, ayudó con los Padres Jesuitas.. Organizó recolección de ropa, víveres y cosas de primera necesidad, libros, juguetes y objetos varios entre los amigos, familiares y en las parroquias. “Entendimos que ante todo debíamos superar los prejuicios, conocer las historias de los refugiados para crear una cultura del encuentro, de la acogida. Somos conscientes de que hay problemas que no podemos resolver, pero podemos ser hermanos y hermanas de todos ellos. Por cierto, estamos aún en las primeras armas, pero creemos que con Jesús entre nosotros, encontraremos la respuesta a este grito de Jesús en la cruz hoy, en esta nuestra tierra”.

Stefania Tanesini

En ruta hacia el sur

En ruta hacia el sur

Clima frío y grandes distancias y una población que une nativos e inmigrantes. Se trata de la Patagonia, en el extremo sur de Argentina donde viven varias comunidades del Movimiento, y dónde desde el 2010 se abrió un focolar. Un paisaje encantador, con ríos, lagos, mar, montañas y glaciales, poblado por muchas especies de animales: ballenas, pingüinos, maras o liebres de la Patagonia, guanacos (camellos de Sudamérica) y avestruces típicos de esta región, llamados ñandúes. En este escenario, frío y seco, en el 2010 se abrió en Trelew el focolar más al sur del mundo. La ciudad es la “puerta” natural de un vasto territorio de Patagonia (1.768.165 km²), en donde ya había un vivaz grupo del Movimiento. Hoy día el focolar acompaña a las comunidades de Neuquén , Rio Negro, Chubut, Santa Cruz y de la Tierra del Fuego. Está compuesto por 5 focolarinas: Ángela Correia de Brasil, Emma Murillo de México y tres argentinas, Silvia Deramo, Mónica Reina y María Ángel. “Estoy muy contenta de estar aquí -explica Mónica- donde los misioneros salesianos, haber visto en sueños una tierra, reconocieron que era precisamente la Patagonia”. El territorio de Trelew estaba habitado por pueblos nativos mapuche-tehuelche, donde llegaron inmigrantes galeses, en 1865. “Para mí encontrar el Movimiento de los Focolares -dice Emma presentándose- fue experimentar el inmenso amor de Dios. Entre más conocía a Dios, más quería amarlo, hasta seguirLo para llevar el Amor hasta los confines de la tierra. Y de hecho… ¡llegué precisamente hasta los últimos confines de la tierra! ¿Cómo vivimos aquí? Tratando de poner en práctica el amor evangélico: en el trabajo, por la calle, en la parroquia y en las comunidades del Movimiento, esparcidas en toda la Patagonia”. “En el ambiente de trabajo -explica Ángela, docente de portugués en la Universidad estatal- he experimentado que, tratando de transmitir los valores en los que creo, no tanto con las palabras sino con la vida, se ha creado con los colegas y con los alumnos una relación de amistad y de confianza. He visto cambiar muchas actitudes individualistas”. Entre las actividades del Movimiento surgidas en esta sociedad culturalmente rica y variada, se ha desarrollado un servicio en espacios pastorales de la iglesia local, el diálogo con personas de otras Iglesias y con personas de convicciones no religiosas, y actividades de apoyo a familias necesitadas. De hecho, la población de este región está constituida por personas de países y culturas diferentes, provenientes de zonas limítrofes que llegan buscando trabajo y un futuro mejor. Es un punto fuerte y al mismo tiempo un desafío, dado que muchas personas se quedan sólo por un período de su vida y después regresan a sus lugares de origen.

Un obispo del diálogo

Un obispo del diálogo

Mons. Armando Bortolaso nos ha dejado el 8 de enero pasado tras casi 70 años transcurridos en “su” muy amada tierra, el Medio Oriente. Durante 10 años desempeñó el cargo de Vicario Apostólico en Siria. ¿Cómo se puede resistir setenta años en una tierra tan sufrida? “Para un religioso no es una cuestión de lugar, sino de misión; hay que estar allí en donde las personas necesitan ser amadas” . Mons. Armando Bortolaso describía así, en 2013, el sentido más profundo de sus opciones como hombre, sacerdote y luego obispo. Nos ha dejado el 8 de enero pasado, con 91 años, en la Casa Salesiana El Houssein de Beirut después de casi 70 años vividos en “su” tierra, el Medio Oriente. Había nacido en el Véneto (en el Norte de Italia) en 1926, y había llegado a Jerusalén en 1948. Entró a formar parte de la familia Salesiana, y en 1953 celebró su primera misa en la Basílica del Santo Sepulcro para desempeñar a continuación cargos variados en Tierra Santa, Líbano y Siria. “Hombre del diálogo”, “obispo en primera línea”, “artífice de unidad”: son muchos los apelativos con los que se lo está recordando en estos días y que de por sí ofrecen un perfil de este hombre humilde, transparente y con una fe inquebrantable en la unidad, que él vivió y predicó como único destino de los pueblos, en particular del muy amado pueblo sirio, con quienes vivió veintidós años, diez de los cuales ejerciendo el servicio de Vicario Apostólico. “Siria es mi segunda patria”, afirmaba en una entrevista. “Saber que “mi” gente está destrozada por el dolor, ver a Alepo, tierra bendita, reducida a un cúmulo de escombros, y las iglesias cristianas destruidas, me rompe el corazón. También porque es una tragedia que se lleva a cabo frente a la indiferencia general”. Por el vasto conocimiento de las tierras del Medio Oriente, Mons. Bortolaso tenía al mismo tiempo una capacidad de análisis lúcido y desencantado acerca de las causas y los posibles caminos de solución de los conflictos, pero también una visión profética e iluminada, fruto de su fe inquebrantable en un Dios de amor, que no abandona a sus hijos incluso en las situaciones más desesperantes. Del Líbano, escribía así al Padre Arrigo, sacerdote de la ciudad de Vicenza, Italia, después de la guerra de 2006: “Entre las tantas ruinas de esta guerra estamos asistiendo a una maravilla nueva: muchos musulmanes buscan y encuentran refugio justamente con los cristianos que, olvidándose de las dolorosas cicatrices de la guerra civil, acogieron a los refugiados, fraternizando con ellos. Esta convivencia fraterna es un hecho muy nuevo, inimaginable hasta hace pocos años; por ahora es solamente una pequeña semilla, pero puede llegar a ser mañana un cedro gigante, como para extender sus ramas a todo el país de los cedros” . Mons. Bortolaso había conocido la espiritualidad de los Focolares en Bélgica a finales de la década de 1960 y se puede decir que la unidad y el diálogo fueron la brújula de su vida. Durante muchos años se comprometió en la vida de comunión de los obispos amigos de los Focolares, y tanto fue así que nació alrededor de él, en el Líbano, un grupo de obispos del Medio Oriente deseosos de profundizar la espiritualidad de la unidad. En una entrevista sobre la complicada situación del conflicto sirio, afirmaba: “Siempre pensé que aquel que orienta su vida hacia la unidad, ha dado en el centro del corazón de Jesús. Por eso, yo me decía a mí mismo: “Tú no eres el obispo de los latinos solamente, tú eres el obispo de Jesús, y Jesús aquí en Siria tiene 22 millones de almas”. He tratado de vivir la unidad siempre y con todos: con mis sacerdotes, con los religiosos, con los fieles, con los obispos y los cristianos de las otras Iglesias, ortodoxas y protestantes, con los musulmanes” .

Stefania Tanesini

Co-governance: corresponsabilidad en las ciudades hoy

Del 17 al 20 de enero de 2019, 400 administradores, ciudadanos, economistas, expertos y profesionales de todo el mundo se reunirán en Castel Gandolfo (Roma): cuatro días de intercambio y análisis sobre la gestión de las ciudades, la creación de redes y aprender modelos de sostenibilidad y convivencia. Hablarán, entre otros, pensadores y protagonistas del trabajo en las ciudades, reflexionando sobre su significado en esta era ‘pos democrática’, como Emilce Cuda, argentina, politóloga y profunda conocedora del pensamiento del papa Francisco o el Excmo. Sunggon Kim (김성곤) – budista, ex Secretario General de la Asamblea Nacional de Corea. La arquitecta Ximena Samper, colombiana, el honorable Gahass Mukheiber, libanés, presidente de la Arab Region Parliamentarians Against  Corruption. Cabe destacar también la presencia del alcalde de Katowice (Polonia), donde acaba de finalizar la COP 24, el responsable de la acogida de refugiados de Cataluña, Ángel Miret y el presidente de la Comunidad islámica de Florencia y Toscana, Izzedin Elzir. Si gobernar ciudades siempre ha sido un arte complejo, hoy lo es aún más. Es necesario responder a una sociedad que cambia sin cesar, atravesada por problemas locales y globales y por un ritmo de desarrollo tecnológico convulsivo que corre el riesgo de abrir abismos económicos y zonas sin precedentes de nueva pobreza. Hay que decidir para hoy y planificar a largo plazo. Esta es la razón por la cual las ciudades son estratégicas desde un punto de vista político y cultural porque son “la casa” de más de la mitad de la población mundial (fuente de las Naciones Unidas) y no es una opción libre, sino que a menudo están vinculadas a la falta de alimentos y trabajo. En esta era de soberanía, las ciudades están surgiendo como verdaderos centros sociales, distribuidores de interminables conexiones: civiles, políticas, antropológicas, económicas, comunicativas. Las ciudades, por lo tanto, como expresión de un nuevo modelo de identidad, donde la identidad no rima con localismo o nacionalismo exasperados, sino con participación, con compartir la pertenencia a una situación común, porque somos parte de la familia humana, incluso antes de formar parte. Co governance está organizado por el Movimiento Humanidad Nueva, el Movimiento Político por la Unidad y la Asociación de la Ciudad por la Fraternidad.

Stefania Tanesini

Para mayor información: www.co-governance.org 

Limpiemos nuestra isla

Desde hace tres años, en el archipiélago Wallis-Futuna, la comunidad de los Focolares sostiene, en sinergia con las autoridades locales, una iniciativa ecológica para devolver a la isla su originaria belleza. Wallis, junto con Futuna, Alofi y otros veinte islotes más pequeños, en el Océano Pacífico meridional, forma parte de un archipiélago que desde 1961 es territorio de ultramar de la República francesa. La isla, la más grande y poblada, está circundada a su vez por algunos pequeños islotes y por una enorme barrera de corales. Un territorio de incomparable belleza, pero amenazado, desde hace algunos años, por un alarmante aumento de basura y desechos – pajillas, escombros, botellas de plástico, neumáticos, vidrio, muebles – abandonados de manera indiscriminada, o que han llegado hasta allí transportados por las corrientes del mar, y que se han vuelto causa de contaminación de las playas y los fondos marinos. «La cuestión es cada vez más preocupante, y lo demuestra la creciente atención de los medios de comunicación locales, entre los cuales también el conocido canal de televisión RFO Wallis y Futuna, sobre este tema» explica Eva Pelletier, de la comunidad de los Focolares. «Desde 2015, como respuesta a la Encíclica “Laudato sì” del Papa Francisco, hemos decidido comprometernos por nuestra isla con un plan de sensibilización al respeto del ambiente y a la recolección de los desechos, mediante una serie de iniciativas que han involucrado adultos, jóvenes y niños también. Esta acción ecológica nos dio la oportunidad asimismo de construir sinergias con las instituciones locales y ocasiones de diálogo a muchos niveles». El problema, continúa Eva, es de hecho motivo de división entre los tres Dominios en los que está subdividido el territorio, e incluso dentro de la Asamblea que lo gobierna. «Para nuestra gran sorpresa, en noviembre de 2017, con ocasión de la apertura de la Semana dedicada en toda Europa a la reducción de los desechos (Semana Europea de la Prevención de Residuos), el Prefecto, de acuerdo con el Departamento del Ambiente, quiso participar en una iniciativa nuestra en el islote de Nukuloa, al norte de Wallis. Dadas las circunstancias, se unieron muchos ministros también, el jefe del distrito septentrional y los jefes de las aldeas Vaitupu y Vailala. Después de los discursos de bienvenida y una ceremonia inicial con una ofrenda de guirnaldas de flores y plantas tradicionales, una niña distribuyó espontáneamente guantes para la recolección de la basura, empezando justamente por el Prefecto y el Primer Ministro. Ese día limpiamos las playas de 500 kilos de basura». Desde el 2016 el Departamenteo para el Ambiente sostiene la acción poniendo a disposición barcas, camiones y personal. En mayo de este año, la operación no se limitó a la recolección de desechos («más de 2.600 kilos»), sino que también se dirigió a contrastar la epidemia de “dengue”, que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados. «Nos hemos dedicado a la limpieza de los canales, canaletas de desgüe, bordes de las fuentes y de un pozo muy profundo». «En esta tierra conviene que cada uno haga su parte – concluye Eva, citando una frase de Chiara Lubich – y aunque el otro no responda haciendo la suya, no hay que desanimarse. En el amor, lo que cuenta es amar».

Chiara Favotti

El presente y el futuro de Fontem

Desde hace algunos meses seguimos con aprehensión el desarrollo de la situación de la primera ciudadela africana. Nos comunicamos con Margaret Long y Etienne Kenfack, quienes a nombre de la comunidad nos refirieron el estado de las cosas. “El 2018 fue un año difícil para Fontem debido a los disturbios, en curso todavía hoy, en la región noroccidental y suroccidental del país que no se han aplacado. Muchos de sus habitantes han tenido que dejar sus casas y buscar refugio en la selva o en las ciudades cercanas, el colegio está cerrado hace tiempo y el hospital funciona sólo parcialmente. “Desde que nosotros focolarinos salimos de Fortem en octubre pasado, -una decisión difícil pero que tomamos juntos seguros de que era lo correcto- explica Margaret Long, muchos otros se han trasferido también, sobre todo familias que querían darle a sus hijos la posibilidad de ir a la escuela, cosa que en la ciudadela ya no era posible. Lamentablemente no podemos decir cuándo se podrá retomar la vida de antes. Estamos en contacto cotidiano con quienes se quedaron: Aracelis Nkeza y Mbe Tasong Charles llevan adelante allí la vida de la comunidad del Focolar”. “Por lo que respecta al hospital – continua Etienne Kenfack – el actual estado de peligro no nos permite garantizar la protección y seguridad de quien trabaja allí. Por lo tanto nos dirigimos a las autoridades sanitarias para entender cómo proseguir y con base en sus consejos compartimos la situación con los empleados y concluimos el contrato laboral según la normativa vigente en Camerún. Quienes han querido seguir trabajando, lo hacen bajo su propia responsabilidad; y es por eso que la estructura sigue garantizando un servicio mínimo a la población. Ante la pregunta sobre cómo será el futuro de la ciudadela, Margaret responde que todos tienen una gran esperanza de que la vida se pueda retomar y que la gente regrese a la normalidad. “La cercanía de muchos que rezan en todo el mundo o que nos escriben nos da mucha fuerza”. Surge la duda si el conflicto, además de destruir vida humanas, bienes materiales y sueños, no esté comprometiendo también la misión de Fontem como faro de unidad y diálogo intercultural para el continente africano, así como había previsto Chiara Lubich. Etienne precisa que desde principios de los años ’60 Chiara paragonaba la ciudadela a una luz que surgía del amor recíproco vivido por todos: “Hoy, cincuenta años después, la impresión es que este amor y la solidaridad entre todos ha crecido, es más se podría afirmar que en la medida que aumenta el peligro y la precariedad, más aumentan”. Margaret agrega que muchas cosas han cambiado en África desde los inicios: “En aquellos tiempos la espiritualidad de la unidad había llegado sólo a Fontem, mientras que hoy ha llegado a todos los países del continente. Existe la ciudadela de Man (la Mariápolis Victoria) en Costa de Marfil que da testimonio del diálogo intercultural y también la Mariápolis Piero en Kenia, que es un centro de formación a la espiritualidad de la unidad para todo el continente africano; además muchos focolarinos que estaban en Fontem, ahora están partiendo para reforzar otros focolares del continente. “A pesar de los continuos desafíos, la incertidumbre de cada día, el no saber cómo irán a parar las cosas estamos seguros de que el designio de Dios sobre Fontem no se ha interrumpido, sino que, como dice el Papa Francisco, es sólo el inicio y el Espíritu Santo, que hace nuevas todas las cosas, seguramente hará nueva también a Fontem”.

A cargo de Stefania Tanesini

La historia de los globos

Los niños, en la fiesta de Epifanía suelen recibir regalos. Y en el Niño Jesús ¿quién piensa? Un hecho, que aconteció de verdad, contado por Chiara Lubich a los pequeños de la Ciudadela Internacional de Loppiano (Italia). 

(…) Yo tengo que contarles una historia que sucedió en Navidad. En un pueblo, mejor dicho, en una ciudad que se llama Vicenza – es una historia verdadera (…). (…) Allí había un párroco, un sacerdote que había llegado hacía poco a la parroquia y les había enseñado a los niños y a las niñas el arte de amar (…) Se acercaba la Navidad y entonces el párroco le dijo a estos niños: «Miren, pronto llega la Navidad, es necesario que ustedes hagan muchos, muchos, muchos actos de amor para el Niño Jesús», y los niños dijeron: «Está bien», y empezaron a hacer muchos actos de amor. La vigilia de Navidad, cuando Jesús todavía no había nacido, el párroco puso afuera el pesebre vacío; vacío porque Jesús todavía no había nacido.  Esa misma tarde vio llegar a los niños con un paquete grande, grande, grande, repleto de rollitos amarillos, muchos rollitos amarillos: eran 277, 277.  Eran 277 actos de amor.  Entonces, ¿qué hizo el párroco?  Tomó todos estos rollitos y los puso en una bolsa, llenó una gran bolsa y la puso sobre el pesebre.  Y dijo a los niños: «Así, apenas nace el Niño Jesús tendrá como almohada, pero también como colchón, sus actos de amor».  Los niños (…) se pusieron contentísimos. Entonces llegó el día de Navidad, era más o menos el mediodía, quizás las 11, o quizás las 10 y media, y el párroco dijo: «Y ahora ¿qué hacemos con todos estos actos de amor?  ¿Saben, niños, qué hacemos?  Los ponemos… los atamos, formando muchos paquetitos, estos paquetitos los atamos a muchos globos, es más –dijo- hacemos dos ramilletes de globos, un grupo de globos por acá y el otro grupo de globos por allá, y atamos estos paquetitos con los actos de amor.  De este modo –dijo- los mandamos al Cielo y suben a donde está Jesús».  Naturalmente todos los niños se pusieron a ayudar, era necesario comprar los globos, atar los paquetitos, había que atar los paquetitos a los globos, y había que hacerlos volar.  Y el párroco los ayudó e hizo volar los globos hacia el cielo.  Los niños estaban contentos.  Miraban, miraban y los veían cada vez más pequeños, cada vez más pequeños, cada vez más pequeños hasta que ya no se veían. Y alguien decía: «Habrán estallado»; y otro: «Habrán estallado»; otro decía: « ¿Quién sabe?».  En cambio, no.  Allá arriba, arriba, arriba hacía viento, y ¿qué hizo el viento? Empujaba a los globos para acá, después para allá, y después para adelante, para allá, para acá; durante una hora, dos horas, tres horas, cuatro horas, cinco horas, siempre en alto con el viento que los mandaba para allá y para acá; seis horas, siete horas, ocho horas, nueve horas. A las nueve de la noche – tienen que saber que el párroco, junto con los actos de amor, había puesto también su número de teléfono, lo había puesto allí dentro – entonces, cuando eran las nueve de la noche, sucedió que en una ciudad, que se llama Reggio Emilia, lejos, lejos, quizás a unos doscientos kilómetros – doscientos kilómetros son muchísimos, casi como de aquí a Roma, más o menos – a un cierto momento, en esta ciudad, en Reggio Emilia, había una casa rodeada por un lindo parque, por un jardín y en este jardín estaban seis niños, que no conocían el arte de amar, eran seis niños comunes y corrientes, que estaban afuera en el jardín y jugaban. En un determinado momento estaban allí, tristes y aburridos, porque habían hecho la fiesta de los Reyes Magos, que pasarían después, pero era una fiesta de los Reyes Magos que no les había gustado nada.  Y entonces estaban allí, tristes, tristes. De pronto, aunque ya era de noche, levantaron la mirada y vieron caer por tierra unos globos y junto a los globos muchos paquetitos.  Estos niños, al ver caer todos estos paquetitos del cielo, se pusieron a festejar, contentos. ¡Nada que ver con la fiesta de antes!  «Éste es el Niño Jesús que nos manda todos estos globos», dijeron. Y piensen que llegaron por milagro, porque si hubiese pasado un avión habría roto todos los globos, o bien, si esos globos hubiesen estado atados con hilos gruesos, podían haber entrado en los motores del avión, y habrían podido ponerlo en peligro, pero en cambio, no: no encontraron ningún avión. Por lo tanto llegaron hasta allí. Los niños, enseguida: «Papá… mamá, papá, mamá, miren lo que pasa: llueven muchos paquetitos del cielo; miren lo que hay adentro».   Entonces el papá y la mamá salieron – quizás estaban también los abuelos, no lo sé – y miraron estos… y vieron todos estos paquetitos, y todos estos rollitos amarillos, y entonces los abrieron y empezaron a leer.  Entonces uno abre uno de estos rollitos y encuentra: «He pedido disculpas a mi compañera por amor a Jesús». Otro: «Te ofrezco el esfuerzo que hice esta mañana para levantarme y hacer de monaguillo». Otro: «Hice un favor, aunque me costó un gran esfuerzo».  Y después otro: «Yo siempre le pido perdón a Dios, cuando mi abuelo blasfema»: dice groserías. Y otro más: «Yo esta semana le ayudé a mis papás a poner la mesa y a llevar las bolsas de las compras, a limpiar el piso y a barrer»; éste hizo muchas cosas.  Y después escuchen  a este otro: «Sequé los cubiertos sin que mi mamá me lo pidiera, y la ayudé a hacer la limpieza». Otro acto de amor.  Y otro: «Cuando mi hermano Sebastián no quiere dormir, yo lo tomo en brazos y lo llevo a la cama, a la mía o a la de mis papás, y lo duermo cantándole canciones o contándole historias».  Y otro: «Cuando estábamos en la piscina le presté el gorro a mi hermano, porque no tenía». Espera, hay otro.  Yo aquí tengo sólo algunos, que les traje, porque serían 277, ¡son muchísimos!  Escuchen éste: «Le pelé las mandarinas al abuelo porque vi que le dolía la mano, y le até los cordones de los zapatos a mi prima Alexia porque a la abuela le dolía la espalda».  Éste estuvo atento a todo, ¿eh?  Todavía otro, es el último: «Escuché el consejo del dado: ser el primero en amar, y como había ido a confesarme y había muchos niños, dejé que todos pasaran antes para confesarse, y mi mamá no sabía nada». Bueno, son sólo algunos ejemplos de estos niños. Entonces, ¿qué hicieron con estos rollitos? Como les he dicho – se los llevaron a sus papás, y los papás vieron que dentro de los rollitos estaba el número de teléfono de quien los había enviado, del párroco, era el número de teléfono del párroco.  Y ¿qué hicieron?  Ya eran las nueve de la noche, pero aunque era tarde, marcaron el número de teléfono y respondió el párroco.  Y preguntaron: « ¿Usted es el Padre tal y tal?»  «Sí, sí, sí, yo soy el Padre…»  «Aquí llegaron todos estos actos de amor de parte de sus niños, ¿qué hacemos?».  Y allí mismo se pusieron de acuerdo para que los niños llevaran a la escuela todos estos 277 actos de amor; hablaron con su catequista, y ahora juntos están respondiendo a los niños de Vicenza. También estos seis niños, (de Reggio Emilia), también estos seis niños aprenderán a hacer actos de amor.  Es así.   Fuente: Centro Chiara Lubich 

Congo – El “caos” vital de una comunidad en crecimiento

Lubumbashi, importante ciudad minera de un millón y medio de habitantes, en el sur del país, acoge el focolar femenino. Amisa Tabu vive aquí y nos cuenta la vida de esta comunidad que irradia su acción a ocho provincias en Katanga y en Kasai Amisa, ¿cómo ha nacido la comunidad de los Focolares en este territorio? Hace 30 años, gracias al trabajo de algunos misione- ros en Lubumbashi cobró vida una pequeña comunidad que, a 2000 km de Kinshasa, en 2011 pidió la presencia del focolar. Cuando el movimiento se dio las tres líneas de acción: “salir, juntos, conveniente- mente preparados”, con la invitación del Papa Francisco de ir a las”periferias existenciales”, nos preguntamos por qué “siempre éramos los mismos”. Comprendimos que no era suficiente decir a la gente que Dios es amor, sino que tenía- mos que pasar a concretizar. Aquí fueron importantes los estímulos de Humanidad Nueva: dar testimonio del Evangelio vivido en las diver- sas áreas de trabajo, como la salud, la educación, el ejercicio de la justicia, el comercio, etc. Al hacerlo, nos dimos cuenta de que la comunidad comen- zaba a crecer. El ideal de vida que proponíamos se volvía atractivo. ¿Cómo se sitúa el focolar con una comunidad en crecimiento? Con las puertas siempre abiertas. Chiara Lubich nos dejó como testamento “ser siempre familia”. La gente debe poder hacer la experiencia  de  ser  una  familia cuyo vínculo sobrenatural es aún más fuerte que el natural. Entre nosotros la acogida es una parte viva de la cultura. En el focolar no tenemos horarios fijos y todos vienen cuando pueden. ¿Cuál es el servicio a la Iglesia local? En julio de 2017 realiza- mos dos escuelas en los seminarios menor y mayor, con 140 participantes. Después un retiro/escuela para 104 sacerdotes provenientes de diversas Diócesis del Congo. Nos sentimos apoyados por la Iglesia. Algunos sacerdotes promueven el espíritu de comunión del Movimiento en sus parroquias. ¿Y en el ámbito social? Apuntamos a desarrollar el proyecto de la Economía de Comunión. Son 44 los emprendedores que han asistido a encuentros de for- mación, como el de Nairobi en 2015, y que han comenzado a comprometerse. La situación social y política en la República Democrática del Congo no es de las más tranquilizadoras: hay violencia y corrupción. Es necesario, por tanto, insistir en la formación de “hombres nuevos” con los instrumen- tos madurados en la experiencia del Movimiento de los Focolares. Cuando el focolar llegó a Lubumbashi la comunidad contaba con un centenar de personas, ahora son cerca de 500 con un florecer de vocaciones en las diversas expresiones de la Obra.

Gianna Sibelli 

Paso tras paso hacia “Hambre Cero”

Pensar en grande Y comenzar por lo pequeño, tener la mirada en todo el mundo y partir del propio barrio En todas partes del mundo los Chicos por la unidad están comenzando a llenar de ideas y de vida el proyecto “Hambre cero”, apoyado por la FAO que está animando en particular a jóvenes y adolescentes a comprometerse en primera persona para realizarlo. En Mumbai en India el punto de partida ha sido pensar en quiénes eran los pobres de la ciudad. Pobres no solo de bienes, sino también de salud, de amistades. Después de haber conocido a ochenta coetáneos, enfermos de sida, que viven en condiciones de pobreza, los chicos han escrito una carta a 600 familias de diversas religiones que viven en los enormes edificios de la zona, explicando su sueño de un mundo sin hambre y proponiendo una recogida de periódicos viejos para luego venderlos. Se han sumado más de 50 familias expresando su gratitud por el proyecto. La operación se repitió, alentada precisamente por las familias del barrio. Ahora otros grupos en diversas partes de la India están repitiendo acciones similares. Y si es posible crear una acción para un barrio entero, ¿por qué no implicar a todo un municipio? Es lo que han pensado tres hermanos de Cesate en Lombardía, Italia, que han presentado a la alcaldesa su idea: hacer de Cesate un ¡”Municipio Hambre cero”! Junto a ella han pensado activar una sinergia entre el unicipio, la parroquia y la escuela, ampliando el proyecto a los municipios vecinos. Los chicos han hablado del proyecto “Hambre cero” al párroco y al sacerdote responsable del oratorio que, contentos de la ropuesta, han puesto a punto una estrategia para reducir el despilfarro de comida en el comedor. lo que respecta a las escuelas se ha pensado que cada año el 16 de octubre, Jornada Mundial de la alimentación, se realice el evento “Hambre cero Day” para reducir los despilfarros durante las comidas. Y precisamente de sinergias entre las organizaciones en la ciudad, nació la acción llevada adelante por un grupo de chicos del Líbano. Colaborando con Cáritas han reunido a más de sesenta ancianos que viven en situaciones de soledad y dificultades económicas. Han preparado y servido la comida, organizando bailes y juegos. Al final una de las chicas ha propuesto a la animadora que les acompañaba, repetir esta acción cada semana. “Pero para hacerlo se necesita un presupuesto no indiferente” le ha respondido. “Vosotros adultos – replicó la muchacha – pensáis siempre en grandes proyectos, pero debemos comenzar con equeños gestos”. Implicando a una chica de su edad y a otros adultos, ha hecho partir una pequeña acción: juntos preparan una comida cada dos semanas y la llevan a una familia en dificultades, pasando la tarde con ellos.

Anna Lisa Innocenti

9 preguntas a María Voce

Publicamos la entrevista a la Presidente del Movimiento de los Focolares publicada en el número de enero de la revista “Neue Stadt“ 1) “¿Qué te hace reír con ganas?”. Emmaus: Cuando tropiezo. Por ejemplo camino, no veo una grada y cuando me percato estoy en el suelo. Me cuesta levantarme, ¡porque me muero de la risa! 2) “¿Qué te hace enojar?”. Emmaus: No siento nacer en mí sentimientos de rabia. Al máximo siento disgusto por algo que ha sucedido o por algo que me dicen o por algo que me molesta. 3) “¿Cuál es la experiencia más importante de tu vida?”. Emmaus: El encuentro con un grupo de jóvenes: Me cautivó por la unidad entre ellos y por su testimonio coherente del cristianismo que vivían, amando y al servicio de todos, sin juzgar a nadie. Esto me llevó a conocer a los Focolares. Mi vida cambió en el momento en el que escuché a alguien pensando que era mi hermano, que Jesús estaba en él. 4) “¿Cuál es tu debilidad?”. Emmaus: La curiosidad. Cuando escucho hablar a dos personas fuera de mi puerta no puedo evitar poner atención. Cada vez es un paso decidir dejarla de lado. 5) “¿Cuáles son tus fortalezas?”. Emmaus: El optimismo y la confianza. Yo confío en Dios y también en los demás, aunque no los conozca, aun cuando me doy cuenta que no debí haber puesto allí mi confianza. Me resulta fácil relacionarme con los demás. 6) “¿Cuál es tu lugar favorito?”. Emmaus: Me gusta todo el mundo. Después como lugar preferido pienso en una casa confortable, donde hay personas conmigo, con quienes puedo establecer una auténtica y profunda comunión. Y posiblemente en un lugar caliente, con sol; ¡en el mar! Esta casa la visualizo en una ciudad, porque soy una persona sociable. 7) “¿Qué te hace recuperar fuerza?”. Emmaus: Una buena dormida después de haber vivido bien el momento presente y de haber confiado las preocupaciones al Eterno Padre. 8) “¿Qué te preocupa?”. Emmaus: Todo lo que tiene el sabor de conflicto, oposición; las guerras, las diferencias en la familia, los problemas no resueltos. Muchas veces no puedo hacer nada, pero si puedo hacer algo busco la solución o trato de ayudar a los demás a encontrarla. 9) “¿Qué tienes en tu corazón como guía del Movimiento de los Focolares?”. Emmaus: Que el Movimiento de un auténtico testimonio del carisma de la unidad. Hay grupos en muchas partes del mundo que en este momento lo están viviendo. Esto me da tranquilidad, me da seguridad. Porque de ellos nacerán nuevas ideas, nuevas formas de encarnación. Ellos llevan adelante el carisma de la unidad hasta alcanzar la meta por la que Jesús rezó: “Padre, que todos sean una cosa sola”.      

“Crear la igualdad para suscitar la paz”

Con motivo de la 52 Jornada Mundial de la Paz y en apoyo del mensaje del Papa “La buena política está al servicio de la paz”, proponemos una síntesis de Chiara Lubich del 2002, en el Coliseo de Roma, durante una reunión con chicos por la unidad del Movimiento de los Focolares. ¿Cuál es la clave para promover la paz? Vivir la regla de oro para construir la fraternidad universal. https://vimeo.com/148631351 […] La paz. Pero ¿es de tanta actualidad la paz? Sí, sin duda, y tal vez más que nunca. Y no solamente por las decenas de guerras que han estallado aquí y allá, en nuestro planeta, sino también porque hoy la paz está amenazada de otro modo más disimulado. […] La situación, por tanto, es seria. Porque, si las cosas están así, no es suficiente oponerse a tal peligro únicamente con las fuerzas humanas. Hay que movilizar las fuerzas del Bien con la B mayúscula. Y todos ustedes saben cuál es este Bien: es ante todo Dios y todo lo que tiene su raíz en Él: el mundo espiritual, de los grandes valores, del amor verdadero, de la oración. […] Pero la paz hoy es un bien tan valioso que todos nosotros, adultos y jóvenes, gobernantes y simples ciudadanos, debemos comprometernos en salvaguardarla. […] Naturalmente, para saber cómo comportarnos, debemos conocer bien las causas más profundas de esta dramática situación actual. También ustedes se dan cuenta de que en el mundo no reina la justicia, que hay Países ricos y Países pobres, que padecen hambre, mientras que el plan de Dios sobre la Humanidad sería el de ser todos hermanos, en una única gran familia, con un solo Padre. […] Entonces, ¿cómo crear mayor igualdad?, ¿cómo suscitar una cierta comunión de los bienes? Es lógico que los bienes no se mueven por sí solos si no se mueven los corazones. Por lo tanto, hay que difundir el amor, ese amor recíproco que genera la fraternidad. ¡Hay que invadir el mundo con el amor! Empezando por nosotros mismos, igualmente ustedes, jóvenes. Pero alguno de los presentes podría preguntarme: “El amor, amarse, ¿es compatible con el estilo de vida que nuestras culturas nos han transmitido?” Sí, es posible. Vayan a buscar en sus Libros sagrados y encontrarán – está en casi todos ellos – la así llamada “Regla de oro”. En el cristianismo se expresa así: “Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti” (Cf. Lc 6,31). Y así dice Israel: “No hagas a nadie lo que no te agrada a ti” (Tob 4,15). En el Islam: “Ninguno de ustedes es verdadero creyente si no desea para el hermano lo que desea para sí mismo” (Hadith 13, Al Bukhari). En el Hinduismo: “No hagas a los demás lo que te causaría dolor si te lo hicieran a ti” (Mahabharata 5: 1517) Todas son frases que significan: respeta, ama a tu prójimo. Y si tú, joven musulmán, amas, y tú, cristiano, amas, y tú, hebreo, amas, y tú hindú, amas, seguramente llegarán a amarse recíprocamente. Y así entre todos, se realizará un fragmento de la fraternidad universal. […] Amar entonces: éste es uno de los grandes secretos del momento. Amar con un amor especial. Ciertamente no con ese amor que se limita únicamente a los propios familiares o a los amigos, sino el amor hacia todos, simpáticos y antipáticos, pobres y ricos, pequeños y grandes, de la propia patria o de otra, amigos y enemigos… Hacia todos. Y ser los primeros en amar, tomando la iniciativa, sin esperar ser amados. Y amar no sólo de palabra, sino concretamente, con hechos. Y amarse mutuamente. […] Si hacen así, si todos hacemos así, la fraternidad universal se extenderá, florecerá la solidaridad, los bienes serán mejor distribuidos, y el arco iris de la paz podrá resplandecer sobre el mundo: sobre ese mundo que, dentro de pocos años, ustedes tendrán en sus manos. Chiara Lubich (Collegamento CH – 5 de diciembre de 2015)

Un trabajo más allá de toda esperanza

Perder su trabajo a los 53 años y con tres hijos habría puesto a dura prueba a cualquiera. Mirco no se desanimó, regresó a la escuela y dio vida a un proyecto basado en la danza como un vehículo para unir a las personas y fomentar el intercambio de emociones. «Alguien me dijo: “¿Por qué no haces de tu pasión un trabajo?”. Así comenzó el desafío, no muy sencillo, de construirme una nueva identidad de trabajo». Mirco Castello, nacido en 1955, hoy Art Counselor, después de la pérdida del trabajo («un buen trabajo en el mundo textil y de la ropa») y el despido, en 2008 comenzó a enfrentar un presupuesto familiar cada vez más precario. «Traté de escuchar los consejos que me dieron, pero sobre todo una “voz” dentro de mí, que me sugería que volviera a intentarlo. Durante muchos años fui mimo, actor y bailarín por pasión. Traté de convertir esta pasión en un servicio para los demás, especialmente para los niños. Entré con un proyecto de danza dentro de una guardería y de una escuela primaria, para jugar con la danza y la música». El baile, explica una psicóloga infantil, tiene el poder de ayudar a los niños a recuperar una nueva armonía. Pero no es suficiente: para trabajar con las instituciones se necesita capacitación, y así Mirco vuelva a estudiar, se actualiza, obtiene un diploma en Art Counselor y un master en mediación familiar, contacta a las escuelas públicas y privadas de Italia, abre un sitio (www.ledanzedimirco.it), donde ofrece pasantías para maestros y reuniones con niños. «Desde 2008 con mi familia vivimos “al límite”, siempre esperando que no se presenten gastos inesperados. Pero puedo decir que nunca nos ha faltado nada. En profunda unidad con mi esposa y con los amigos de la comunidad de los Focolares al que pertenezco y que me apoyan, me he abandonado en Dios. Él me muestra los pasos a seguir y con mi trabajo puedo testimoniar que Él me ama y no me abandona. Lo considero mi nuevo empleador». Actualmente, Mirco lleva a cabo un proyecto que involucra a dos mil niños por año, no solo en Italia, sino también en Europa: «Con la música juego con los niños y de inmediato me doy cuenta de sus problemas. ¡Cómo sufren hoy los niños! Carecen de valores, reglas, autonomía o viven situaciones de separación o conflicto de los padres». Junto con su esposa, también lleva a cabo un proyecto para adultos. «Hablamos de franqueza, asertividad, comprensión, perdón». «Y ¿sabes lo mejor? Hace diez años que no vamos de vacaciones porque no lo podemos solventar, y ahora nos ofrecieron un viaje a Kenia, en enero, para conocer a los niños de dos escuelas y un asilo, y otro a Rusia. ¿Cómo puedo no ver el amor de mi nuevo empleador en todo esto? ».

Chiara Favotti

Han desalojado a Jesús

Han desalojado a Jesús

Al aproximarse la navidad, también este año hay mucho revuelo entre las y los gen4 que se toman en serio y realizan la invitación a acoger a Jesús en quienes se encuentran en dificultad. El Papa Francisco, en la navidad de 2017, nos invitaba a hacer de modo que: “nuestro corazón no esté cerrado como lo estuvieron las casas de Belén”. Tomando en serio la invitación del Papa, ayudados por los asistentes, implicando a padres, profesores, compañeros del colegio, la acción “Han desalojado a Jesús” (HDJ) se está orientando a financiar proyectos de acogida, para ayudar a aquellos que no son acogidos y sufren por falta de paz, de justicia, no tienen casa o se ven obligados a dejar su propia tierra. En este único “marco” de la acogida, se preparan pequeños talleres para confeccionar las figuritas del niño Jesús que nace para cada hombre, hoy como ayer, y espera que lo recibamos en todos los necesitados. Desafiando a veces la indiferencia de las personas y la dificultad para obtener los permisos para estar en lugares públicos. “¿Por qué llevar al niño Jesús por las calles?”. Una niña responde: “Porque hay personas que no conocen a Jesús y se lo damos a conocer”. Preparan villancicos o teatros donde se representa la historia de Jesús, organizando fiestas para las familias, para los niños, o van a las residencias de ancianos…. La acción HDJ conducida por los más pequeños, lleva en sí los valores profundos de la Navidad: el don de sí mismo, el agradecimiento, el amor desinteresado, la generosidad. Refuerza indirectamente estos valores también en los adultos, en las familias. Promueve habilidades manuales, creativas, imaginativas, de colaboración, de programación, de expresión mediante la realización de las figuritas. Desarrolla en los niños una ciudadanía activa, la solidaridad y la fraternidad, a través de la recogida de fondos destinada a aportar respuestas concretas a las necesidades de otros niños en diversas zonas del mundo. Estimula el deseo de dar. De hecho, son muchos los que han dejado espontáneamente un donativo para sostener tales iniciativas y muchas son las experiencias contadas por los adultos que reciben el mensaje de estos pequeños que con amor querrían encontrar una casa para Jesús, al menos durante la Navidad. “Entrar en un supermercado y verse acogidos por niños tan sonrientes que te ofrecen al Niño Jesús es impactante”, ha exclamado un señor de Florencia. “¡Pensamos que podemos encontrar todo en un supermercado, pero nunca hubiera contado con poder volver a casa llevando conmigo a Jesús!”.

Rosi Bertolassi

 

Sale el primer número de Ekklesía

Un trimestral dirigido a cuantos trabajan en las distintas áreas del ámbito eclesial. «Senderos de comunión y diálogo» es el subtítulo que indica el estilo que caracteriza los contenidos. Nacida en sinergia entre el Movimiento de los Focolares y el Grupo editorial Cittá Nuova esta revista, en formato impreso y digital, sale con su primer número en italiano y, próximamente, con algunos artículos en inglés. En futuro se publicarán las ediciones en otros idiomas. Se propone como instrumento de formación, subsidio para la acción y fuente de inspiración para la búsqueda de caminos y lenguajes nuevos para compartir el Evangelio con las mujeres y los hombres de nuestro tiempo. Dirigida a los agentes y animadores de pastoral, miembros de las familias carismáticas (consagrados/as y laicos), personas comprometidas en la parroquia o en la diócesis, Movimientos eclesiales o asociaciones, ofrecerá también un espacio a las relaciones entre las Iglesias y entre las religiones, al encuentro entre convicciones y culturas diferentes, a la renovación de las Iglesias y de la sociedad. Cada número tendrá un enfoque y un tema específico. “La expresión griega ekklesia significa ‘asamblea’, personas que saben que son llamadas a ser juntas protagonistas del camino de un pueblo, -se lee en el editorial del primer número. Senderos, como dice el subtítulo, habla del carácter experimental y práctico del proyecto; comunión y diálogo indica la dirección en la que se mueve pero también el estilo; quisiéramos que las revistas, impresas y digitales, en los distintos idiomas en los que se publicarán, puedan expresar y estar al servicio de una comunidad”. Entre sus autores están el teólogo Piero Coda, Vincenzo Zani (Secretario de la Congregación para la Educación Católica), Tiziana Longhitano sfp, el cardenal Giuseppe Petrocchi (arzobispo de Aquila), el exegeta Gerard Rossé, Brendan Leahy (obispo de Limerick, Irlanda), Jesús Morán (co-presidente del Movimiento de los Focolares), el experto en la vida consagrada Fabio Ciardi omi, la experta en comunicaciones colombiana Susana Nuin, el teólogo anglicano Callan Slipper, el teólogo evangélico Stefan Tobler. Informaciones y suscripciones: www.cittanuova.it E-mail: ekklesia(at)cittanuova.it – abbonamenti(at)cittanuova.it

Sed de unidad en la tierra de las águilas

Sed de unidad en la tierra de las águilas

Veinticinco años de presencia de los Focolares en tierra albanesa “Nosotros, que hemos seguido el desarrollo del Movimiento en el mundo y en Albania en particular, hemos notado la respuesta concreta de los Focolares a la necesidad de los albaneses, a nuestra exigencia de unidad”. Lo afirma Donika Omari, publicista y traductora albanesa, de covicciones no religiosas, con ocasión del vigésimo quinto aniversario de la llegada de la espiritualidad de la unidad al “país de las águilas”. Albania es una tierra que aún sufre por las divisiones sociales, ideológicas y religiosas: en el país hay musulmanes, con la presencia de la confraternidad religiosa sufi de la Orden Bektashi; cristianos, en su mayoría católicos y ortodoxos; y muchas personas que no reconocen un credo religioso. “El mensaje de unidad de Chiara Lubich que supera divisiones de cualquier tipo entre las personas – prosigue Donika Omari – ha sido saludable para nuestra tierra”. El primer focolarino que llegó a Albania fue Gigi Franco y se instaló en la ciudad de Dirraquio (o Durrës) en 1991, donde lo recibió una familia. Luego llegó un segundo focolarino, y entonces se abrió el focolar masculino en Tirana y, algunos años después, también el focolar femenino. A partir de entonces se fue formando una comunidad de la que forman parte cristianos, musulmanes y personas sin un credo religioso. “El espíritu del ‘hacerse uno con el prójimo’, la fraternidad entre las personas sin distinción de categoría social, raza, nacionalidad, ideología – explica Donika Omari – son mensajes que me atrajeron desde el comienzo, en este Movimiento. Hay gran necesidad de todo ello en nuestro país, en donde nuevos y viejos trastornos sociales han obstaculizado la normalización de las relaciones humanas”. Un camino que conoció también momentos muy dolorosos, como la guerra en Kosovo en 1999. En ese momento todo el Movimiento en el mundo se movilizó para recoger ayudas, contribuir a la acogida de más de 500.000 refugiados e intervenir, después de la guerra, para la reconstrucción. Por los veinticinco años de los Focolares, en Tirana se realizó un evento público en el Aula Magna de la universidad católica “Nuestra Señora del Buen Consejo” y se presentó también la traducción albanesa del libro de Chiara Lubich “Un camino nuevo”. Los participantes fueron 200, con representaciones de Kosovo y Macedonia. Estaban presentes el Nuncio Apostólico Mons.Charles Brown, el arzobispo de la Iglesia católica Mons. Frendo, el obispo Asti Bakallbashi de la Catedral ortodoxa de Tirana, el Prof. Shehu, musulmán, docente de Pedagogía en la Universidad de Skopje. “Este aniversario está en la línea de la continuidad y del desarrollo – dice Livio Brianza, quien vivió en el focolar de Tirana durante 12 años –. Me dio alegría ver, a pesar de la presencia masiva del consumismo y la ansiedad por un futuro precario que a muchos les hace pensar en emigrar, el apego, incluso en los más jóvenes, a los valores familiares y sociales de la sociedad albanesa”. La Presidente de los Focolares, María Voce, envió un mensaje en el que expresa a la comunidad albanesa de los Focolares el deseo de que: “alimentados y fortificados por el continuo amor recíproco, podáis dar un aporte, con creciente esfuerzo y compromiso, para que vuestras ciudades ‘resplandezcan como el oro’ por la presencia más intensa entre vosotros del amor de los Amores”. “Veinticinco años atrás quería cambiar el mundo – dice Madi Roço, albanesa, experta en legislación ambiental – y estaba segura de que vería un mundo unido con mis ojos. Aún hoy tengo el mismo sueño, fuerte y claro. Ver la ‘familia’ de los Focolares crecida y unida mi armó de coraje para seguir adelante”.

Cristina Tomelleri

Pedrito, un modelo para todos

Con una solemne celebración, se ha iniciado, el 10 de diciembre, en la catedral de Téramo, Italia, la fase diocesana del proceso de beatificación del joven de los Focolares. En el año en el que la Iglesia ha dedicado una gran atención a los jóvenes, su nombre “de niño” resonó, el 10 de diciembre, bajo las bóvedas de la catedral de la Asunción de María, en el corazón de la antigua Téramo en la región Abruzos (en el sur de Italia), como un modelo para todos. El mismo día de su nacimiento, la solemne y concurrida celebración vuelve a hacer hablar a Pedrito Di Natale, estudiante de 17 años, fallecido en 1984 en “concepto de santidad”. No era aún mayor de edad cuando se ahogó entre las olas, frente a Silvi, pueblo costero a pocos kilómetros de su casa. Pero, desde entonces, todos los años, el 20 de agosto, una multitud cada vez más numerosa se reúne en el pequeño cementerio de Colledara para recordar y perpetuar, como un testimonio que debe pasar de mano en mano, su ejemplo de “pequeña piedra” angular, de cristiano plenamente realizado. El chico “de al lado”, llevaba el nombre de su padre, Pedro, que había muerto en un accidente de trabajo aún antes de que él naciera. Había crecido en el pueblo de Ornano Piccolo, cuyos habitantes circundaron enseguida a la joven madre Adelina, como la cresta protectora de las montañas de los alrededores, y donde Pedrito, con sólo 11 años, conoció la espiritualidad de los Focolares. Ese encuentro, fundamental en la vida del muchacho, se dio a través de dos jóvenes párrocos, el padre Gianfranco De Luca, actualmente obispo de Termoli-Larino, y el padre Giovanni D’Annunzio, hoy responsable del Movimiento Diocesano de los Focolares. Allí descubre, como un don, una certeza iluminadora, la del amor de Dios, que lo lleva a buscar a Jesús intensamente en la vida de todos los días. De él escribía recientemente el padre Giovanni D’Annunzio: «El corazón de Pedrito era sólo para Dios. Una etapa fundamental fue su participación en el Congreso de los chicos de los Focolares, en 1978. (…) Cuando volvió, noté que se había lanzado a vivir en profundidad cada momento. Había iniciado una carrera hacia la santidad». En los próximos meses se recogerán testimonios de quienes lo conocieron. Mientras tanto, hay publicada ya una ágil biografía (Teresa D’Orsogna, Pietrino Di Natale. … sono scattato ad amare…, ed. Palumbi, 2018) que nos acerca aún más a un muchacho que sigue inspirando a muchos jóvenes – y adultos – a seguir a Jesús por el camino de la unidad.

Chiara Favotti

Un “sí” a la humanidad

Felicitación navideña de Maria Voce, Presidenta del Movimiento de los Focolares https://vimeo.com/307656973 ¡Es Navidad! Si miro a mi alrededor en las ciudades, pero también a los medios de comunicación en general, me pregunto: “¿Pero qué es la Navidad?”. Y escucho una algarabía, porque es: almuerzos, regalos, adornos, luces, mercaditos…, y este ruido me parece que quiera cubrir – sin lograrlo– el grito de dolor y de sufrimiento de gran parte de la humanidad que pide solidaridad, respeto, acogida, paz, justicia. En definitiva pide amor. Y el hombre no sabe dárselo; pero Dios sí, Dios sabe darlo y lo da como Dios. Y ese Niño que vemos en el pesebre en esta Navidad, como en todas las Navidades, nos expresa precisamente el amor de Dios, un Dios que amó tanto al hombre que se hizo como él, se hizo pequeño, indefenso, teniendo que afrontar todos los sufrimientos, no solo afrontarlos sino vivirlos, todos los sufrimientos de la humanidad hasta la muerte. Un Dios que, de este modo, viniendo a vivir entre los hombres, repite su “sí” a la humanidad para volver a unirla a Él. Este “sí” de Dios al hombre está representado en ese Niño de Belén, en ese Niño del que los hombres ya no quieren ni siquiera oír nombrar. Estuve en un País en el que, para mantener todo el montaje de la Navidad sin hacer referencia a Dios, inventaron las “Fiestas de invierno” para hacer todo esto. Sin embargo, este Dios ama al hombre, sigue amando al hombre y nos lo repite todavía.  Y ese Niño no solo nos muestra el amor de Dios sino que nos hace partícipes del amor de Dios, nos lo da, nos lleva a vivirlo, nos enseña cómo hacerlo y nos invita a actuar de igual manera; es decir, a ser para las demás personas el testimonio del amor de Dios, dar a los demás el amor de Dios, un amor como el suyo, o sea: un amor que no tiene preferencias, un amor que llega a todos, un amor que no pone barreras, que no tiene prejuicios, que no discrimina a nadie; un amor que es capaz de abrir el corazón, de abrir las manos, de abrir los brazos, de abrir la cartera, de abrir la casa. Si vive un amor así entre los hombres, entonces es Dios mismo quien vive entre ellos, y Él es el único capaz de acoger como en casa a todos, de crear la familia con todos, de hacer a todos hermanos, de hacer fiesta realmente. Y esto es Navidad. Si vivimos así, esta es la verdadera Navidad para nosotros. Esta es la Navidad que yo quisiera vivir y quisiera desear a todos.            ¡Feliz Navidad!

Ciudades para la fraternidad 2019

Un premio al que se esfuerza haciendo acciones de fraternidad en el territorio que administra, al que trata de traducir este valor universal en acción política y compromiso civil. Están abiertas hasta el 15 de enero de 2019 las inscripciones o las propuestas de candidastura al “Premio Internacional Chiara Lubich por la fraternidad” que todos los años se otorga a Entes Locales (Provincias, Regiones, Comunidades de montaña, etc.) de todas las partes del mundo y de cualquier dimensión. Se premian proyectos que instituyen o difunden, en el territorio principalmente local, aunque también nacional e internacional, prácticas de fraternidad universal, según las distintas acepciones de significado de ese preincipio; estimulan a los ciudadanos a trabajar por el bien común y a participar en la vida de la comunidad civil; favorecen el crecimiento de una cultura de la ciudadanía activa e inclusiva. Y que favorezcan las sinergias: entre Administración, comunidades locales y sociedad civil organizada (asociaciones, grupos, comités, etc.) con incidencia en tales realidades. Las acciones deben ser representativas de un modo de administrar el territorio no episódico, consciente del valor de la fratenidad. Los proyectos pueden exponerse a través de elaboraciones de textos, elaboraciones hipertextuales y/o multimediales, elaboraciones audiovisuales. Todas las candidaturas y/o sugerencias (con su correspondiente material, que se adjunta) deben enviarse a la Presidencia de la Asociación “Ciudades por la Fraternidad”, Localidad de Castel Gandolfo, Piazza Libertà, 7 – 00040 Castel Gandolfo – Roma (Italia). Los materiales (si la dimensión permite su envío digital) pueden enviarse a través del correo electrónico a: associazionecittafraernita(at)gmail.com o info(at)cittaperlafraternita.org En la solicitud hay que indicar: nombre del Municipio/Ente/organización, datos del Alcalde en ejercicio, dirección completa y contactos; el nombre del proyecto o de la iniciativa y un abstract de un máximo de tres carillas A4; un adjunto (en las formas previstas) que describa el proyecto y su proceso. La premiación se hará en Santa Maria Capua Vetere – Caserta (Italia) en febrero de 2019. Para informaciones: Asociación “Ciudades por la Fraternidad” – teléfono +39 340 4182127 – +39 347 4573988; e-mail: associazionecittafraternita(at)gmail.com – info(at)cittaperlafraternita.org

1968-2018: Mariápolis Lia, la revolución continúa

1968-2018: Mariápolis Lia, la revolución continúa

La ciudadela de los Focolares en Argentina cumple 50 años. Pat Santoianni, Cecilia Gatti, Adriana Otero e Israele Coelho cuentan su vocación: los jóvenes. Acaba de cumplir cincuenta años la ciudadela de O’Higgins, en Argentina, una de las 25 Mariápolis permanentes en el mundo dedicada a la formación de jóvenes. Y no podía nacer bajo una mejor estrella, porque todo comenzó justo en 1968, el año de la protesta juvenil. Hoy, O’Higgins es conocida en el mundo como “Mariápolis Lia”, en honor a Lia Brunet, una chica valiente con una mente abierta al mundo, pionera de esta ciudadela de los Focolares en tierra americana. Fue una de las primeras que en Trento, desde los años 40, compartió con Chiara Lubich ideales y vida. Hasta hoy, más de 3.500 jóvenes de todo el mundo han realizado la “experiencia”, es decir, la elección de pasar desde algunos meses hasta un máximo de dos años en la ciudadela trabajando, estudiando y experimentándose en la convivencia multicultural, según la espiritualidad de la unidad, y luego volver a sus vidas, pero con un bagaje humano y de pensamiento que abre la mente y el corazón sobre pueblos y culturas. “En estos años hemos desarrollado un itinerario formativo – nos cuenta Pat Santoianni, antropóloga y co-responsable de la formación en la Mariápolis Lia – uno de los principios de esta propuesta formativa reconoce que es todo el cuerpo social que forma; es un camino existencial-antropológico sobre el modo de percibir la vida, el pensamiento, la acción”. Adriana Otero, bióloga, una de las coordinadoras del equipo de formadores, explica que la experiencia apunta a la formación integral de la persona: “Tratamos de estar constantemente en sintonía con los desafíos y los riesgos que nuestras sociedades ponen a los jóvenes en los diferentes campos: relaciones, opciones, libertad, compromiso social y civil, diálogo intergeneracional e intercultural, tecnología. Central es también la experiencia de trabajo que para muchos es la primera”. En el centro del itinerario pedagógico de la Mariápolis Lia está la relación – interviene Cecilia Gatti, investigadora en Pedagogía: “La educación es relación: este es uno de los principios de la Pedagogía que se inspira en la espiritualidad de los Focolares y que inspira nuestro itinerario. En consecuencia, es la relación con el otro lo que me permite crear vínculos, repensar mi vida, compartirla y construir el tejido social. Tener para la escuela, una ciudad permite que toda la vida se convierta en una ocasión para aprender: cada relación, cada diálogo, cada encuentro”. Por último, en la época de la Web 4.0, uno se pregunta si la elección de O’Higgins – un pequeño pueblo en medio de la pampa argentina – funciona realmente como un lugar de formación para estos jóvenes millennials. Israele Coelho, pedagoga brasileño, co responsable de la Formación y coordinador del itinerario para los jóvenes, responde que es la experiencia misma la que demuestra su validez: “A pesar de que este lugar lejano de todo puede parecer una contradicción, sigue demostrándose adecuado para los jóvenes, para ir en profundidad con la propia historia, para hacer silencio dentro y preguntarse sobre la propia relación con Dios y con los demás. Para muchos de ellos, la ‘experiencia’ es un momento importante para hacer o replantearse las elecciones fundamentales de la vida”.

Stefania Tanesini

El reto de Mauricio y Roberto

En el laboratorio “Ecopesce” y en nuestro punto de venta “E Nustren” no se descarta nada: es la filosofía de este pequeña industria que en Cesenático (Italia) trabaja y vende el pescado del Mar Adriático, utilizando como única tecnología el frío. A la mesa del cliente llega así un producto que, de otra manera, no sería valorizado o, incluso, se desecharía. Y todo, poniendo la comunión antes que la economía. https://vimeo.com/301872723