En las crisis puede nacer algo nuevo
En las crisis puede nacer algo nuevo
En las crisis puede nacer algo nuevo
Superar los prejuicios
Publicamos a continuación el informe del año 2024 sobre las actividades del Movimiento de los Focolares en el ámbito de la Protección de la persona. Lo hemos introducido con las palabras que el papa Francisco dirigió recientemente a la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores y con las que, de hecho, actualizó el mandato con el que la había constituido hace 10 años. Nos sentimos fuertemente llamados a realizar esta “conversión integral” a la que apela el Santo Padre, que nunca se llega a realizar plenamente, pero que nos pide que continuamente nos cuestionemos, que tengamos una mirada humilde, siempre atenta, protectora y acogedora hacia cada persona; nos pide continuar con perseverancia en el camino de la formación y de la auténtica cercanía, conscientes de la necesidad de cambio, para que cada persona se sienta segura, amada y respetada en nuestros ambientes y en nuestras diversas actividades.
2024: escucha, formación, reglamentación
Desde el punto de vista de la Protección, fueron tres los elementos que caracterizaron el año pasado el Movimiento de los Focolares: la escucha y la participación de víctimas y testigos ─ de diferentes modos─ en los procesos de reparación y formación de los responsables; la ampliación de los cursos y de los eventos formativos para todos los participantes; y la prosecución de la elaboración del marco normativo, con la actualización del Protocolo para los casos de abuso y la redacción de las Líneas guía para los servicios de escucha y acogida.
Importancia fundamental tuvo, en noviembre del año pasado, el encuentro de los dirigentes del Movimiento en el mundo con algunas personas, víctimas de abusos sexuales o de poder, por parte de miembros del Movimiento de los Focolares. Las víctimas relataron sus historias de gran sufrimiento y las graves consecuencias en sus vidas y en las comunidades de las que formaban o siguen formando parte. También estuvieron presentes algunos familiares de una de las víctimas, que testimoniaron los graves efectos que los abusos tienen en todos los miembros de la familia. Las palabras de uno de los participantes expresan bien la importancia de ese momento: “ Escuchar a estas personas marcó un antes y un después. Con delicadeza y claridad nos dijeron hasta qué punto el Movimiento había fallado en lo que es el corazón de su carisma: la unidad, el amor al prójimo, porque en muchos casos no solo hemos sido de alguna manera corresponsables de los abusos cometidos, sino que además hemos dejado solas a las personas que afrontaban este dolor. ”.
Además, el aporte de las víctimas, junto con la participación de profesionales de diversas disciplinas –ajenos al Movimiento–, fueron fundamentales en el trabajo realizado en el Centro Internacional y en los territorios, es decir: los documentos elaborados; la formación a la Protección realizada en las comunidades de los Focolares en el mundo; y la planificación y apertura de algunos espacios de escucha y acogida.
Leer el Informe Protección 2024
(PDF descargable en italiano en castellano)
También se constituyó una Comisión de Estudio sobre los abusos de poder y espirituales producidos dentro del Movimiento. Su objetivo es investigar las causas, para poder cambiar las praxis perjudiciales y aplicar una prevención adecuada. El estudio, todavía en curso, cuenta también con el asesoramiento externo de especialistas en diversos campos: psicológico, pedagógico y jurídico. Este análisis está siendo apoyado y alentado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida; y aun estando en sus fases iniciales, se reconoce su gran relevancia, pues evidentemente no basta con la creación y aplicación de normas y protocolos, sino que hay que investigar las dinámicas que llevaron a las distintas formas de abuso.
Por último, se actualizaron, aplicaron y elaboraron documentos normativos y Líneas guía (como se ilustra a continuación), que también han sido fruto de una proficua colaboración con la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, que han acompañado y promovido los nuevos pasos dados.
Stefania Tanesini
[1] Mensaje del Santo Padre Francisco a la Asamblea plenaria de la Comisión Pontificia para la Protección de los menores, 25 de marzo de 2025.
Reconocer la dignidad de los demás
Acogida sin excepciones
Dar el primer paso hacia el otro/la otra
“Hoy más que nunca en el mundo en que vivimos, tan lleno de divisiones, tragedias y conflictos, en donde la gente no dialoga, crear un lugar de encuentro tiene un significado muy importante”, dijo Margaret Karram, presidente del Movimiento de los Focolares, en una entrevista publicada en News.va durante los días del Encuentro ecuménico que llevaba como título Called to hope – Key players of dialogue (Llamados a la esperanza – protagonistas del diálogo) promovido por el Centro Uno, la secretaría internacional para la unidad de los cristianos del Movimiento de los Focolares. Sus palabras expresan una certeza que ha quedado en el corazón y en la experiencia de las 250 personas de 40 países y 20 Iglesias cristianas y de los más de 4000 conectados en todo el mundo a través de streaming que participaron en el evento.
El Congreso, que tuvo lugar en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo del 26 al 29 de marzo de 2025, se abrió con el aporte de Jesús Morán, copresidente del Movimiento de los Focolares y de Callan Slipper, teólogo anglicano quien afirmó: “El ecumenismo, reparando nuestras interacciones dentro de la comunidad cristiana, le permite a la Iglesia ser ella misma. Lo que la humanidad necesita, también lo necesitamos nosotros. Nuestra salud espiritual disminuye sin el ecumenismo, e igualmente ninguna otra dimensión de la vida humana puede alcanzar su realización sin la reconciliación que Jesús nos ha enseñado”. Y Morán concluyó: “Unidad más que unión, y cristianismo como forma de ser más que como una doctrina, pueden ser dos itinerarios fructíferos como respuesta a lo que la historia requiere de nosotros actualmente”.
El encuentro propuso un método para caminar en la unidad: el diálogo, el que surge de la espiritualidad de los Focolares, el diálogo de la vida o diálogo del pueblo, y el que surge del llamado ecumenismo receptivo, muy cercanos entre sí. La profesora Karen Petersen Finch, estadounidense y presbiteriana, con su experiencia destacó la importancia del diálogo sobre la doctrina de la fe –normalmente reservado sólo a los teólogos, a los responsables de las Iglesias y a las comisiones oficiales de diálogo– indicando que involucra hoy en día a todo el pueblo cada vez más.
Todo un día fue dedicado a una peregrinación a Roma, con la visita a la Basílica de San Lorenzo mártir y a la Abadía de las Tres Fuentes, en donde la tradición ubica el martirio de San Pablo. En un clima de recogimiento ese día fue –como dijo uno de los participantes–: “un encuentro con los primeros mártires de la Iglesia indivisa que nos infunden la valentía de anunciar a Cristo hoy, con su misma autenticidad de vida y de fe, y con su testimonio”. Luego, en la Basílica de San Pablo Extramuros, la peregrinación concluyó con una oración ecuménica. El ecumenismo tiene su raíz bíblica en la oración, empezando por Jesús. Él mismo, rezando, le pidió al Padre: “Que todos sean uno”. Sus palabras, en varios pasajes de la Escritura, nos invitan a pedirlo todo al Padre “en su nombre, juntos y en concordia”. De esa forma, congregados en unidad, sacerdotes y laicos de todas las confesiones cristianas presentes pidieron juntos al Padre la paz en todos los rincones de la tierra y la reconciliación entre todos los cristianos.
Entre las temáticas que se afrontaron durante el congreso se encontraban las significativas conmemoraciones de este año 2025: los 1700 años del Concilio de Nicea, la Pascua que será celebrada el mismo día por todas las Iglesias cristianas y los 60 años de la abolición de las excomuniones entre la Iglesia de Roma y la de Constantinopla. El Doctor Martin Illert, representante del Consejo Ecuménico de las Iglesias, refiriéndose al Concilio de Nicea, afirmó: “Estoy convencido de que la oración y la reflexión comunitarias nos permiten avanzar por el camino de la unidad, porque recordamos tanto nuestras raíces comunes como nuestra misión compartida”. Y Monseñor Andrea Palmieri del Dicasterio para la promoción de la unidad de los cristianos observó: “Estos eventos son importantes sin lugar a dudas, pero (…) a las palabras han de seguir las decisiones concretas y proféticas. Estoy convencido de que las reflexiones iniciadas este año darán su aporte para que maduren las decisiones que podrán marcar el futuro del camino ecuménico”.
¿Cómo puede contribuir la sinodalidad al ecumenismo? Se habló de ello en un panel formado por personas que habían participado en el Sínodo de la Iglesia católica: tres delegados fraternos, miembros de varias Iglesias, un obispo católico y una invitada especial compartieron la experiencia vivida en la que la participación activa de todos contribuyó al diálogo afectivo y efectivo con una “fuerte dimensión ecuménica –como dijo Su Eminencia Khajag Barsamian, de la Iglesia armenia apostólica– que hace hincapié en la unidad, las experiencias espirituales compartidas y el respeto recíproco entre los cristianos”. “Todo el Sínodo, como ejercicio espiritual, ha tenido una profunda influencia en mi comprensión de mí mismo y en mi ministerio, pero también en mi Iglesia”, no duda en afirmar el Reverendo Dirk G. Lange, de la Federación Luterana mundial. Sobre el método de trabajo durante el Sínodo, la “Conversación en el Espíritu”, se expresó Monseñor Brendan Leahy, obispo católico de Limerick (Irlanda): “me ayudó a estar más atento en mi trabajo y en mi ministerio, a escuchar más, reconociendo la semilla de la verdad en toda persona”, mientras que para la Doctora Elizabeth Newman, de la Alianza Mundial Bautista, la sinodalidad tiene su base “en la conciencia y en la práctica de que el propio punto de vista no debe prevalecer. No hay que ‘ganar’”. Margaret Karram, Presidente del Movimiento de los Focolares, afirmó: “Nosotros sabemos que la esperanza es una virtud y que no podemos perderla. Debemos alimentarla y cultivarla en nosotros para poder darla a los demás” e invitó a todos a acrecentar la esperanza y la fe con “gestos, pequeños incluso, para con el prójimo: gestos de solidaridad, de comunión y de apertura… sólo así podemos esperar”.
En definitiva, un llamado a la esperanza que se hizo reflexión y profundización durante el encuentro, todo enriquecido por signos concretos y testimonios de vida que ilustran el camino de acción ecuménica a nivel mundial (Global Christian Forum, JC2033), internacional (Ikumeni-America Latina, Juntos por Europa, Juan 17), local (Brasil, Filipinas, Irlanda del Norte, Serbia, Países Bajos, Venezuela, Alemania, Uganda…) y que está involucrando Iglesias, sacerdotes y laicos, teólogos y estudiosos, adultos y jóvenes, individuos y grupos… todos verdaderos protagonistas del diálogo.
Carlos Mana
s posible volver a ver el streaming del Encuentro en el canale Youtube de focolare.org
(Foto: © Javier García, Joaquín Masera, Carlos Mana – CSC Audiovisivi)
Estar disponibles
Regalar momentos de alegría a quien está cerca
Desde hace más de dos años, un grupo de profesionales de la comunicación, por iniciativa de NetOne, la red internacional de comunicadores del Movimiento de los Focolares, se reúne online en encuentros mensuales para profundizar algunos temas relacionados con el Sínodo de los Obispos, en particular sobre la sinodalidad y la comunicación. Escucha, silencio, testimonio, comunicación fraterna: son algunos de los elementos claves durante los encuentros. En estos dos años también se realizaron dos webinars: el primero en abril de 2024 (puedes leer más sobre ello aquí ) y el segundo en febrero de 2025 titulado “¿Qué comunicación para la sinodalidad?” (video). Este evento fue seguido en varias partes del mundo y contó con la participación de numerosos expertos en comunicación conectados desde diversos países.
Alessandro Gisotti, vicedirector de los Medios Vaticanos, abrió el ciclo de intervenciones citando tres términos esenciales para un buen comunicador: Comunicación, Acción y Comunidad. “En este Año Santo necesitamos una comunicación sinodal que sepa emprender el camino con las personas que vendrán —dijo—, para acompañarlas, sin la presunción de querer guiarlas. Pero dispuestos a escucharlas, a acompañarlas, a recorrer juntos un tramo del camino”.
Desde Estados Unidos, Kim Daniels, profesora de la Universidad de Georgetown en Washington D.C., coordinadora del Grupo de Estudio 3 del Sínodo “La misión en el entorno digital”. “Nuestro objetivo”, explicó Daniels sobre el grupo de estudio, “es ofrecer recomendaciones prácticas al Santo Padre para fortalecer la misión de la Iglesia en esta cultura digital, asegurándonos de que se mantenga firmemente arraigada en nuestro llamado a encontrar a las personas dondequiera que estén, orientándolas hacia una comunión más profunda con Cristo y entre sí”.
Pál Tóth, profesor del Instituto Universitario Sophia de Loppiano, habló desde Hungría y explicó que “para sanar las profundas heridas del mundo globalizado, se necesita una colaboración transversal, incluso con quienes tienen concepciones parcialmente diferentes a las nuestras. La idea del consenso diferenciado promueve un nuevo tipo de relación social: colaboramos para la realización de algunos valores, mientras que permanecemos en plataformas diferentes para otros”.
El Sínodo se construye a partir de los últimos. Esto surge de la experiencia de Muriel Fleury y Béatrice Binaghi, respectivamente responsables de Comunicación y encargada de Redes Sociales del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. “Dar voz a quienes no la tienen”, dice Fleury, recordando que “hablar de quienes son explotados o marginados por los procesos dominantes significa hacer que estas personas existan. Sin estas voces a contracorriente, todo favorecería a quienes dominan, porque callar significa terminar apoyando a quienes maltratan, esclavizan, exprimen y quieren invisibilizar a demasiados hombres y mujeres”. Y Binaghi habló de la red de colaboración nacida entre los “obispos de frontera” responsables de la pastoral migratoria en Colombia, Costa Rica y Panamá, especialmente para afrontar la crítica situación en Darién, por donde pasan cada día cientos de migrantes. “El debate y la comunicación han creado comunidad, y el trabajo que antes estaba fragmentado ahora es más sinérgico e incisivo”.
La actriz Stefania Bogo tiene la tarea de brindar dos momentos de reflexión con la lectura artística de algunos pasajes de la reciente encíclica del Papa Francisco, Dilexit nos y La atracción del mundo moderno, de Chiara Lubich.
Erica Tossani, presidenta de la Asamblea Sinodal de la Iglesia Italiana, explicó la importancia de escuchar, lo cual “no es simplemente una acción pasiva, un silencio a la espera de ser llenado por las palabras de otros. Es una actitud activa que implica atención, discernimiento y disposición a ser cuestionado. Sin escucha, la comunicación se reduce a polarización y oposición estéril”.
Entre las experiencias sinodales se encuentra la de Paolo Balduzzi, corresponsal del programa A sua immagine del canal italiano Rai 1. “Las historias que se cuentan —explica— nacen de un diálogo compartido con todo el equipo editorial. Para mí, cada entrevista es un encuentro. Y la sinodalidad parte de este encuentro con mi interlocutor; es decir, implica adentrarse en su historia, en su experiencia, e intentar comprender juntos los aspectos más esenciales de la historia”.
La historia de Mariella Matera, blogger de Alumera, un espacio de evangelización en redes sociales, quien cuenta la historia de una comunicadora fascinada por la idea de transmitir el Evangelio a través de internet. “¿Cómo puedo ser un pequeño puente entre la red y Cristo?”, se pregunta. Alumera, en el dialecto calabrés (sur de Italia), es la antigua lámpara de aceite. Así como la lámpara, mientras tiene aceite, no se apaga, así también, mientras tenga el amor de Cristo en mí, no puedo permanecer callada”.
Por último, Anita Tano, responsable de comunicaciones de United World Project-NetOne Argentina. Relató la experiencia del Genfest 2024 en Brasil, el evento juvenil del Movimiento de los Focolares con el tema Juntos para Cuidar. A través de intercambios culturales, arte y talleres, el objetivo fue reconocer la comunicación como una herramienta para cuidar la “vida de uno mismo, de los demás y del planeta”. Un mensaje que destacó la diferencia entre estar simplemente “conectados” y estar verdaderamente “unidos”.
La transmisión en vivo fue moderada por Enrico Selleri, conductor y autor de los canales de la Iglesia italiana Tv2000 e InBlu2000, y Sara Fornaro, editora jefe web de la revista italiana Città Nuova y fue promovida por NetOne junto con la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, el Dicasterio para la Comunicación, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Vatican Media, el Camino Sinodal de la Iglesia en Italia, TV2000, InBlu2000 y SIR (de la Conferencia Episcopal Italiana), el Instituto Universitario Sophia, Weca (Asociación de Católicos Web Italianos), el grupo editorial Città Nuova y la Universidad Pontificia de la Santa Cruz.
Para más información y mantenerse en contacto: net4synodcom@gmail.com
www.youtube.com/@SynodalCommunicationNetwork
Lorenzo Russo
Fotos: © Pixabay
Promover el diálogo con los que son distintos de mí
«Creo que el Padre Pepe, después del Padre Silvano Cola, ha sido el sacerdote focolarino más carismático que he conocido», así se expresó un sacerdote italiano cuando supo de la noticia del fallecimiento del Padre Enrico Pepe, ocurrido el 2 de marzo de 2025 en el focolar sacerdotal de Grottaferrata (cerca de Roma). «Era una persona que tenía una mirada pura. Veía a las personas en la verdad y también con misericordia», así decía otro sacerdote de los Estados Unidos. Y el Cardenal João Braz De Aviz, prefecto emérito del Dicasterio para la vida consagrada, en la homilía del funeral que él presidió: «Agradezco al Señor por cómo el Padre Pepe nos cuidó a nosotros sacerdotes, ayudando a muchos a no extraviar el regalo de la vida cristiana y del sacerdocio ministerial, porque nos consolidó en la búsqueda continua de la unidad entre nosotros, con la Iglesia y con la Obra de María».
Pues bien, ¿quién era el Padre Enrico Pepe? Él mismo nos cuenta algo en su libro Un’avventura nell’unità (Una aventura en la unidad), Città Nuova, 2018).
Enrico nació el 15 de noviembre de 1932 en el pueblo de Cortino (en la provincia de Téramo, Italia), y era el primero de nueve hermanos y hermanas. Aun en medio de las sombras de la guerra, vivió una infancia feliz. Volvía siempre de buen grado a esos lugares, también para encontrarse con el calor de su familia: la “tribu” Pepe, con 76 entre sobrinos y sobrinos nietos.
Ya en la adolescencia, siente la vocación al sacerdocio y entra al seminario. Vive un momento de duda cuando una joven le expresa su afecto, pero justamente en esa circunstancia renueva con mayor conciencia su elección.
Es ordenado sacerdote en 1956 y en 1958 el obispo lo manda a Cerchiara, un pueblo a los pies de los Apeninos, dividido entre dos facciones políticas que impactan también la parroquia. El Padre Enrico, con su “astucia” evangélica, consigue hacerse camino y la situación se tranquiliza.
En 1963 conoce el Movimiento de los Focolares. Con el Padre Annibale Ferrari cada quince días van a Roma a encontrarse con el Padre Silvano Cola en el primer focolar sacerdotal. Un año más tarde, le propusieron ir a Palmares en el Noreste de Brasil, desde donde el obispo Monseñor Acacio Rodrigues había recurrido a los Focolares por la gran falta de sacerdotes. En 1965 el Padre Pepe fue nombrado párroco en Ribeirão, en una zona de cultivo de la caña de azúcar, con candentes problemas sociales y morales. Él da una respuesta pastoral iluminada por el Concilio Vaticano II y por su sentido común. Allí, con los años, nacerá un focolar sacerdotal del que también participaba muy a menudo el mismo obispo Acacio.
Tras haber transcurrido algunos meses en su Italia natal, parte nuevamente a Brasil, pero esta vez para dedicarse completamente al Movimiento y transmitir el espíritu de la unidad entre los sacerdotes. En 1972, con ese objetivo, se traslada a la Mariápolis Araceli, la ciudadela de los Focolares, cerca de San Pablo. «La Iglesia en Brasil –escribirá años después al Papa Francisco– atravesaba en ese entonces una crisis tremenda, sobre todo en el clero. Junto a los focolarinos y las focolarinas empecé a ofrecer a los sacerdotes y a los seminaristas diocesanos y religiosos la espiritualidad de la unidad. De esa manera se despertó una vida nueva, dinámica, en muchas diócesis y congregaciones religiosas». Con un fruto inesperado: «Al comienzo de la década de 1980, la Santa Sede empezó a nombrar obispos a algunos sacerdotes que vivían esta espiritualidad».
En 1984 le piden al Padre Pepe que vaya a formar parte del Centro Sacerdotal de los Focolares en la localidad de Grottaferrata (cerca de Roma), para tener a su cargo, junto con el Padre Silvano Cola, a los miles de sacerdotes que viven la espiritualidad de la unidad y coordinar la vida que florece en muchas parroquias de todo el mundo. En el tiempo libre, trabaja en la recopilación de vidas de Mártires y Santos. De allí nacerá un libro de la editorial Città Nuova, tan apreciado que se le pide que lo amplíe a tres volúmenes.
En 2001, estalla el caso del arzobispo de Zambia Milingo. Cuando éste se arrepiente, la Santa Sede busca a quién encomendarlo para que pueda recuperarse, y se dirige al Movimiento de los Focolares, Se le asigna al Padre Pepe esa tarea. Años más tarde, el Cardenal Bertone, en ese momento Secretario del Dicasterio para doctrina de la fe, le escribirá al Padre Pepe: «Nos conocimos en un momento especial de la vida de la Iglesia de Roma, sin que nos hubiéramos encontrado nunca, pero percibimos una tal convergencia de ideales, de misión y de transmisión del amor misericordioso de Dios, que todo ello selló nuestras relaciones».
Durante los últimos años, su salud le presenta nuevos retos. «En Brasil –comenta el Padre Pepe– he pisado tantos aeropuertos… y ahora me encuentro a menudo en la pista de despegue, listo para el último vuelo, el más bonito, porque nos lleva a lo Alto».
Hubertus Blaumeiser
Mirar con esperanza al futuro
Salir de los propios esquemas
Vivir el momento presente
Confiar en Dios
La nostalgia es un sentimiento determinante para enfrentarse a los interrogantes morales, filosóficos y espirituales del ser humano. Etimológicamente significa “dolor del retorno”, en un sentido a veces indeterminado porque no siempre se refiere a un pasado hecho de lugares, personas o acontecimientos concretos, sino más bien a una emoción profunda que nos hace anhelar algo bello, justo y universal, como si, en el fondo, supiéramos que formamos parte de ello o que estamos llamados a ello.
El tema del exilio atraviesa la historia del pensamiento humano: el viaje de Ulises (“La Ilíada y la Odisea” de Homero) es un viaje que remite al infinito porque siempre queda inacabado, pero conlleva una experiencia de sabiduría.
(…)
“Ten siempre a Ítaca en tu mente. Llegar allí es tu destino. Mas no apresures nunca el viaje. Mejor que dure muchos años (…) Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado. Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, entenderás ya qué significan las Ítacas.”[1]
Cada relato de exilio, desde las civilizaciones más antiguas hasta nuestros días, plantea preguntas existenciales fundamentales no solo para su tiempo: ¿existe un “hilo” que dé sentido a la historia? Esta pregunta también puede formularse a nivel personal: ¿Qué sentido tiene lo que estoy viviendo o lo que he vivido? ¿Por qué el mal, el dolor, la muerte? Son cuestiones no siempre expresadas, pero profundamente presentes en las investigaciones más recientes sobre las necesidades auténticas de los jóvenes. A menudo, la nostalgia del infinito se describe como melancolía, soledad del alma, búsqueda de un por qué.[2].
Y sin embargo estos interrogantes tienen dificultades para emerger: estamos distraídos por cosas que nos suceden, por las mil preocupaciones que nos atenazan el alma, por pensamientos que nos importunan. Tal vez no nos detenemos lo suficiente para descubrir a nuestro alrededor pequeñas respuestas que podrían ser un faro que nos ayude a no perder el sentido de nuestro camino.
Intentemos, entonces, buscar de todas las maneras posibles esas oportunidades -en tiempos y espacios de escucha, con reflexiones compartidas- y junto a quienes viajan con nosotros en el camino de la existencia: nuestra comunidad, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo, tratemos de trabajar, de confrontarnos sin perder la confianza en que las cosas pueden cambiar para mejor. También nosotros nos sentiremos transformados.
En las comunidades cristianas de todo el mundo, este mes se celebra la Pascua. El mensaje de los “tres días” es profundo y sigue interpelando a todas las personas capaces de hacerse preguntas y de dialogar[3]. El misterio del dolor, la capacidad de “permanecer” en las heridas de la humanidad, la fuerza de recomenzar son valores presentes en cada corazón y acompañan nuestro viaje a través de los desiertos guiando la historia y nuestra vida.
© Foto da StockSnap/Pixabay
LA IDEA DEL MES, es elaborada por el “Centro para el diálogo con personas de convicciones no religiosas” del Movimiento de los Focolares. Se trata de una iniciativa nacida en 2014 en Uruguay para compartir con amigos no creyentes los valores de la Palabra de Vida que es la frase de la Escritura que los miembros del Movimiento se esfuerzan por poner en práctica en su vida cotidiana. Actualmente LA IDEA DEL MES es traducida a 12 idiomas y se distribuye en más de 25 países, con adaptaciones del texto según las diferentes sensibilidades culturales.
[1]Konstandinos P. Kavafis. Poesie, Mondadori, Milano 1961
[2]Istituto Giuseppe Toniolo: Cerco, dunque credo? (Vita e Pensiero, 2024) cura di R. Bichi e P. Bignardi
[3]Convegno Internazionale “Il senso nel dolore?” (Castel Gandolfo, 2017) https://www.cittanuova.it/senso-neldolore/?ms=006&se=007
El exilio en Babilonia y la destrucción del templo de Jerusalén habían provocado en el pueblo de Israel un trauma colectivo y les había planteado un interrogante teológico: ¿sigue estando Dios con nosotros, o nos ha abandonado? El fin de esta parte del libro de Isaías es ayudar al pueblo a entender lo que Dios está obrando, a fiarse de Él y así poder volver a la patria. Y precisamente en la experiencia del exilio es donde se revela el rostro de Dios creador y salvador.
“Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?”.
Isaías recuerda el amor fiel de Dios por su pueblo. Su fidelidad se mantiene constante incluso durante el tiempo dramático del exilio. Aunque las promesas que había hecho a Abrahán se ven inalcanzables y el pacto de la Alianza pasa por momentos críticos, el pueblo de Israel sigue siendo un lugar especialmente privilegiado de la presencia de Dios en la historia.
El libro profético aborda preguntas existenciales, fundamentales no solo para aquel tiempo: ¿quién lleva las riendas del discurrir y del sentido de la historia? Esta pregunta se puede plantear también a título personal: ¿quién tiene en mano el destino de mi vida? ¿Qué sentido tiene lo que estoy viviendo o lo que he vivido?
“Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?”.
Dios actúa constantemente en la vida de cada uno, haciendo «algo nuevo». Si no siempre nos damos cuenta de ello o conseguimos entender su sentido y su alcance es porque aún son brotes o porque no estamos dispuestos a reconocer lo que Él está obrando. Distraídos por cosas que nos suceden, por las mil preocupaciones que nos atenazan el alma, por pensamientos que nos importunan, quizá no nos paramos suficientemente a observar esos brotes, que son la certeza de su presencia. Él nunca nos ha abandonado, y crea y recrea una y otra vez nuestra vida.
«Nosotros somos ese “algo nuevo”, la “nueva creación” que Dios ha engendrado. […] No sigamos mirando al pasado añorando todo lo bello que nos ha sucedido o lamentando nuestros fallos: creamos con fuerza en la acción de Dios, que puede seguir realizando algo nuevo» .[1].
“Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?”.
Junto con quienes comparten con nosotros el camino de nuestra existencia, nuestra comunidad, los amigos y los compañeros de trabajo, hagamos la prueba de trabajar, compartir y no perder la confianza de que las cosas pueden cambiar a mejor.
2025 es un año especial porque la fecha de la Pascua ortodoxa coincide con la de las otras denominaciones cristianas. Que este acontecimiento, la fiesta de la Pascua común, pueda ser un testimonio de la voluntad de las Iglesias por continuar dialogando sin descanso para afrontar juntos los desafíos de la humanidad y promover acciones conjuntas.
Preparémonos, pues, a vivir este tiempo pascual con alegría plena, fe y esperanza. Así como Cristo ha resucitado, también nosotros, después de haber atravesado nuestros desiertos, dejémonos acompañar en este viaje por Aquel que guía la historia y nuestra vida.
Patrizia Mazzola y el equipo de la Palabra de vida
©Foto di Adina Voicu da Pixabay
[1] Cf. C. LUBICH, Palabra de vida, marzo 2004: Ciudad Nueva n. 407 (2004/3), p. 23
Hacer pequeños gestos de amor
Compartir la alegría
Descentrarnos
Era una tarde preciosa, un clima ideal. El malecón de Lima estaba lleno de gente: familias enteras disfrutando de la playa, padres e hijos que llegaban con sus tablas y el equipo para practicar surf, escuelas de surf con sus maestros, turistas y gente vendiendo bebidas y todo lo necesario para ofrecer a ese enjambre de posibles compradores.
Estábamos acompañando a un amigo del norte del Perú que había venido a visitarnos. Con Marcelo lo llevamos hasta los lugares más amenos y atractivos. Al horizonte se veían los surfistas cabalgar con destreza las altas olas del océano Pacífico, que de pacífico tiene bien poco o nada. ¡Un verdadero espectáculo! El sol se preparaba para la última escena del día con una puesta exclusiva, pintando el cielo de un anaranjado rojizo fuego.
En ese hermoso contexto, donde solo una cierta clase social puede acceder, todo se desarrollaba a las mil maravillas. En el medio de la multitud, noté a un hombrecillo delgado como un palillo cargando cuatro bolsas de reciclado que él mismo había ido recolectando: cartones, botellas de plástico, de vidrio, otros materiales de descarte… Este ser diminuto, completamente invisible en ese ambiente, se preparaba para subir unas altas escaleras que llevan al pasaje aéreo que atraviesa la autopista de un lado al otro, de la playa a la carretera. Parecía una hormiguita con una carga tres veces su peso.
En esa multitud sin rostro, su presencia atrajo toda mi atención. “Ven, siéntate un ratito junto a mí”, le dije, señalándole el lugar vacío a mi derecha del banco en el que estaba sentado. Me miró sorprendido y sonriente. Dejó sus bolsas y se sentó. “Hola, me llamo Gustavo, ¿y tú?”. “Arturo”, respondió con una amplia sonrisa que mostraba una boca desdentada. Me explicó que venía de lejos y que tenía que pasar al otro lado de la autopista, subiendo la impresionante escalera, para tomar el bus que lo llevaría hasta su casa. Allí, en su barrio, vendería todo el material descartado que había recolectado. Era su trabajo cotidiano para lograr sobrevivir, él y su familia.
Marcelo le ofreció 5 soles, el precio del pasaje en bus. Lo saludamos estrechando calurosamente su mano llena de sudor, deseándole buena suerte. Mientras subía las escaleras, cargando con sus bolsas, cada tanto dirigía su mirada hacia nosotros y nos regalaba su sonrisa desdentada.
En medio de la multitud sin rostro, Arturo pasó a ser la persona más importante, la que tocó nuestros corazones, la que nos movilizó interiormente, quien nos conectó con las bienaventuranzas, con el modo de mirar de Dios.
Gustavo E. Clariá
Aliviar la carga de los demás
Sintonizarnos con la voz de Dios
Comprender a quien está a nuestro lado
El continente africano está formado por 54 Estados. Está atravesado por el Ecuador y los trópicos de Cáncer y Capricornio, por lo que gran parte del territorio se ubica en la zona tórrida y se caracteriza por desiertos, sabanas y selvas tropicales. Es el continente con mayor superficie afectada por clima árido y cálido. Treinta millones de kilómetros cuadrados con aproximadamente mil cuatrocientos millones de habitantes.
Jesús Morán, copresidente del Movimiento de los Focolares, acompañado de algunos miembros del Centro internacional visitó algunos países del este y oeste del continente entre el 13 de enero y el 9 de febrero de 2025. Margaret Karram, presidente del Movimiento de los Focolares, se conectó en directo en nueve ocasiones, especialmente durante los días dedicados a los encuentros con las comunidades locales.
“Un viaje que recordaremos durante mucho tiempo”, ha dicho Jesús Morán. “Este viaje ha quedado grabado en nuestros corazones”, añadió Margaret Karram “Muchos lo han definido como un ‘viaje histórico’. Yo todavía tengo presente, aunque los he visto a través de las conexiones, sus rostros, sus sonrisas, su decisión”. “Me ha impactado mucho el testimonio de las comunidades del Movimiento al vivir el Evangelio con radicalidad. Creo que pueden enseñarnos mucho”.
Costa de Marfil, Sierra Leona, Kenia, Ruanda, Burundi fueron las etapas de este viaje, pero a muchas de las reuniones asistieron muchas otras personas de varios otros países africanos.
Es imposible resumir la intensidad y riqueza de la vida que se vive en cada comunidad. Volvemos a proponer aquí una parte de la Conexión del 15 de marzo de 2025 en la que repasamos este viaje, una inmersión en la vida y la cultura del continente africano.
¡Aquí estoy!
Del 26 al 29 de marzo de 2025, en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Italia), se celebrará el Congreso ecuménico cuyo título es: Called to hope – Key players of dialogue (Llamados a la esperanza, protagonistas del diálogo). Ha sido promovido por el Centro Uno, secretaría internacional para la unidad de los cristianos del Movimiento de los Focolares; participarán más de 250 fieles de 20 Iglesias cristianas provenientes de más de 40 países de 4 continentes, entre ellos Filipinas, Serbia, Bulgaria, Eslovaquia, Irlanda, Venezuela, Estados Unidos, etc. El evento será traducido en 15 idiomas y se transmitirá en directo on line.
El jueves 27 de marzo en Roma, en la Basílica de San Pablo Extramuros (a las 16:00 h.), está prevista una oración ecuménica de reconciliación y por la paz, abierta a todos.
En el programa del congreso se profundizarán, además, los tres eventos y aniversarios que se celebran este año: en el contexto del Año Jubilar “Peregrinos de la Esperanza” de la Iglesia Católica, recordaremos los 1.700 años del Concilio de Nicea, la coincidencia de la fecha de celebración de la Pascua para todas las Iglesias, y los 60 años desde la abolición de las excomuniones recíprocas entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla.
Entre las personalidades ecuménicas presentes intervendrán: Mons. Andrea Palmieri, Subsecretario del Dicasterio vaticano para la Unidad de los Cristianos; Mons. Derio Olivero, Presidente de la Comisión episcopal para el ecumenismo y el diálogo de la Conferencia Episcopal Italiana; Prof. Dr. Martin Illert, representante del Consejo Mundial de las Iglesias (CMI); Arzobispo Khajag Barsamian, representante de la Iglesia apostólica armenia ante la Santa Sede, Dra. Natasha Klukach, Directora de Investigación y Operaciones del Foro Cristiano Global; Dr. William Wilson (en video mensaje), Presidente de la Fraternidad Mundial Pentecostal; Dra. Elisabeth Newman de la Alianza Bautista Mundial, Dra. Margaret Karram y Dr. Jesus Morán, Presidenta y Copresidente del Movimiento de los Focolares.
¿Por qué es urgente trabajar por el ecumenismo?
En este tiempo de divisiones y grandes retos –guerras, flujos de refugiados en todo el mundo, injusta distribución de la riqueza, daños casi irreversibles al ecosistema terrestre─ como cristianos estamos llamados a testimoniar juntos la esperanza del Evangelio y a ser protagonistas de diálogo y unidad, comprometiéndonos a vivir juntos por la paz, a construir fraternidad, a difundir esperanza. La unidad de los cristianos es determinante para restaurar la paz allá donde falta.
Stefania Tanesini
Saber asombrarse
Entrenarse en amar
No desanimarnos por los errores
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Volver a empezar
No quedarse en las apariencias
Bahía Blanca es una ciudad ubicada junto al mar, justo donde comienza la Patagonia Argentina. Con 370.000 habitantes, es el centro económico, religioso y cultural de toda una vasta región. A pocos kilómetros, otras 80.000 personas, viven en la ciudad de Punta Alta. Juntas, cuentan con un Polo Petroquímico importantísimo, un grupo de 7 diferentes puertos (multipropósito, cerealero, de frutas, pesca, gas, petróleo y fertilizantes) y la principal Base de la Marina Argentina.
En esta región, la media de lluvias que se puede esperar que caiga en todo un año es de 650 mm., pero el viernes 7 marzo 2025, se precipitaron 400 mm en apenas 7 horas. Semejante cantidad de agua, en su recorrido hacia el mar, aumentó su velocidad y arrasó con todo lo que encontró a su paso. Puentes, canales, vías férreas, rutas, calles, automóviles, casas, comercios… y personas.
La población se encontró de repente con una escena dantesca de proporciones inimaginables, como si se hubiera tratado de un tsunami. Un corte abrupto del servicio de energía eléctrica, interrumpió también las comunicaciones telefónicas y de esta manera nadie tenía una idea de cómo estarían las otras personas, la familia, amistades y compañeros de trabajo.
Sin embargo, algo dentro de esta comunidad despertó y el conjunto de todas las leyes universales se comprimió en un sólo verbo: Servir.
A medida que el agua y el barro lo iban permitiendo, miles y miles de personas comenzaron a volcarse a las calles. Cada uno realizaba un primer chequeo de daños en su propia casa, pero inmediatamente la mirada se trasladaba al vecino, para ver si necesitaba ayuda. Quien lograba acomodarse un poco, se ponía a total disposición para ayudar a los demás. Todos fuimos testigos y protagonistas de un milagro gigantesco que se multiplicó, con una creatividad y una contundencia maravillosas.
Sólo valía la entrega de tus proprias manos, ayudando a retirar el agua y el barro de las casas, limpiando, ordenando, buscando trapos, baldes con agua, desinfectante, llevando heridos a los centros de salud, atendiendo mascotas, alojando a otras personas que lo perdieron todo, empujando, alentando, abrazando, compartiendo cada dolor. Nadie se daba el permiso de quejarse demasiado: “Para mí fue muy difícil, pero al lado de lo que le tocó a otros…” se decían.
Mientras ayudaba a unos amigos, se acercó un matrimonio repartiendo empanadas gratuitamente. Otros, algo para beber. Quienes disponían de algún generador de energía lo ofrecían para recargar las baterías de los teléfonos. Otros ofrecían bombas para retirar el agua. Una óptica ofrecía lentes gratuitamente para quienes habían perdido los suyos. Una señora regalaba desinfectantes, un médico recorría los domicilios, un señor ofrecía sus servicios de albañilería y otro de mecánico automotor. Todo circulaba: Velas, alimentos, ropa, pañales, colchones, agua potable, escobas, manos, más manos y más manos.
Y luego llegó la solidaridad de todo el país y de personas del mundo entero. En camión, en tren, en bus, en camionetas… toneladas de donaciones, que necesitaban de más voluntarios para la carga, descarga, clasificación y entrega. Voluntarios que no dejaban de multiplicarse. Y también dinero, entregado con muchísima generosidad. Parroquias, clubes, escuelas, empresas, todas las organizaciones existentes dieron todo lo que pudieron. Y también otro tipo de organización: los grupos de amigos. Como una especie de patrullas, espontáneamente cada grupo de amigos se puso en sus hombros un pequeño sector de la ciudad en donde se veía que sería más difícil que la ayuda gubernamental pudiera llegar a tiempo. Recorren aún hoy casa por casa, puerta por puerta y anotan todo tipo de necesidades. Luego se encargan de cubrir puntualmente aquello que fuera necesario.
Todas las manos de esas personas, aún sin saberlo, sin creerlo o sin imaginarlo se han transformado en “manos divinas”. Porque es la manera más concreta que Dios utiliza para llegar a quién lo necesita. Personalmente viví momentos de mucha preocupación al no poder saber cómo se encontrarían mis hermanos, o mis amigos. Quería llegar a ellos, pero resultaba imposible. Entonces decidí brindar mi ayuda allí donde pudiera llegar. Figurativamente lo llamé mi “metro cuadrado”. Más tarde pude llegar hasta mis seres queridos y encontré en cada caso que muchísimas otras personas, desconocidas, habían estado ayudando allí, donde yo no había podido.
Luego de varios días, en algunos sectores de la ciudad el agua no termina de retirarse. El dolor y las dificultades persisten. Las pérdidas han sido enormes. Y aun así encontrarás por todos lados gente con grandes ojeras y muchos dolores musculares, por haber estado brindándose casi sin descanso. Pero con el corazón a flor de piel y la plenitud en la mirada, por haberlo dado todo por los demás.
Juan Del Santo (Bahía Blanca, Argentina)
Foto: © Focolari Bahia Blanca
El que da, recibe
¿Con qué ojos miramos el mundo y a nuestros compañeros de viaje en la aventura de la vida? Es una pregunta de vital importancia, en una época como la nuestra, marcada por la polarización y los desacuerdos, por la soledad y las distancias entre los que tienen y los que no tienen. Por no hablar de la presencia cada vez más invasora de la inteligencia artificial. Sin embargo, crece al mismo tiempo la sed de armonía y de verdad.
Chiara Lubich decía que todo depende de los “ojos” con los que miremos a las personas. Si miro con el ojo del corazón, que es el ojo del Amor, no nos detendremos en las apariencias, sino que captaremos la realidad más profunda que se esconde en cada ser humano. Y de la mirada del corazón procede la acción, la calidad de la relación, el hacerse prójimos, cercanos al otro (1).
En 1961 Chiara escribe:
): Si tú entras en el Evangelio […] te encuentras de golpe como en la cresta de una montaña. Por consiguiente ya en lo alto, ya en Dios. Pero si miras hacia el lado, ves que la montaña no es una montaña sino una cadena de montañas, y la vida para ti consiste en caminar a lo largo de la vertiente hasta el final.
Cada Palabra de Dios es lo mínimo y lo máximo que Él te pide. Por eso, cuando tú lees: «Ama a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 19, 19), tienes la máxima medida de la ley fraterna.
El prójimo es otro tú y como tal debes amarlo. Si él llora, llorarás con él; y si ríe, reirás con él; y si ignora, te harás ignorante con él; y si ha perdido a su padre, te identificarás con su dolor. […]
Porque para ti lo que vale es Dios, que es Padre de ambos. Y no busques excusas al amor. El prójimo es cualquiera que pase a tu lado, pobre o rico, lindo o feo, ignorante o sabio, santo o pecador, de tu patria o extranjero, sacerdote o laico; cualquiera.
Haz la prueba de amar a quien pasa a tu lado en el momento presente de la vida y descubrirás en tu espíritu un nuevo despuntar de fuerzas antes desconocidas. Estas darán sabor a tu vida y responderán a tus miles porqués (2).
Chiara Lubich
Mira el video
Tomar conciencia del amor que Dios me tiene
Agacharse hacia los necesitados
Esperar en Dios
Discernir
Ser los primeros en amar
Una exposición dedicada a Chiara Lubich (1920-2008), testigo e inspiradora del valor universal de la fraternidad. Una etapa para quienes estén en Roma en este año jubilar. En el centro de la exposición está el tema de la ciudad, como lugar privilegiado para construir relaciones fraternas, abiertas al mundo. La exposición multimedia ha sido realizada por el Centro Chiara Lubich con la Fundación Museo histórico del Trentino.
El sábado 15 de marzo de 2025, a partir de las 18:30 horas, tendrá lugar la inauguración de la exposición con un momento artístico inspirado en la ficción “Chiara Lubich – El amor lo vence todo” (dirigida por Giacomo Campiotti). Participará el maestro Carmine Padula e interpretará en el piano las piezas que compuso para la banda sonora de la película. Seguirán lecturas teatrales de algunos textos de Chiara Lubich, así como un diálogo sobre algunas secuencias de la ficción, con Saverio d’Ercole, productor creativo de Eliseo Entertainment.
El domingo 16 de marzo de 2025, por la tarde, tendrá lugar un momento dedicado a los jóvenes a partir del texto de Chiara Lubich de octubre de 1949 “Resurrección de Roma”. A continuación, un concierto de piano ofrecido por el maestro Paolo Vergari.
Del 15 de marzo de 2025 al 31 de enero de 2026, la exposición estará abierta de martes a domingo, de 10:00 a 17:00, previa reservas hasta las 20:00 en el Focolare Meeting Point (Via del Carmine, 3 – Roma).
Habrá jóvenes guías disponibles previa solicitud para acompañar a los visitantes.
No veamos solo los defectos del prójimo
Ser pacientes
Mirar con amor a los demás
Ver nuevo al otro/a la otra
Sostener a los débiles
El Movimiento Político por la Unidad junto con la ONG New Humanity, expresiones ambas del Movimiento de los Focolares, con el apoyo de Porticus, promueven el proyecto político que lleva como título “Una humanidad, un planeta: liderazgo sinodal”. Dirigido a jóvenes entre los 18 y los 40 años con experiencia en representación política, liderazgo gubernamental o en los movimientos sociales, el programa ofrece formación académica, mentoring (mentoría) personalizado y un hackathon en Roma con expertos internacionales.
Objetivo: reforzar la participación de los jóvenes políticos en los procesos de advocacy político a nivel global, a través de un itinerario de reflexión y acción colaborativa entre líderes socio-políticos, generando una red global de jóvenes líderes provenientes de los distintos continentes. Un reto para superar las actuales crisis (sociales, ambientales, políticas y económicas) y ser una contribución en la creación de una red de liderazgo para la generación y el desarrollo de estrategias políticas a nivel internacional.
El programa comenzará a finales de abril de 2025, la fecha última para la presentación de las solicitudes es el 31 de marzo, tendrá la duración de dos años y será totalmente gratuito. Están previstos aportes de prestigiosas instituciones académicas y ONG internacionales. La implementación será mixta, de manera presencial y online, a través de módulos interactivos con expertos provenientes de todo el mundo, entre los cuales importantes líderes políticos y docentes de reconocidas universidades. Está en programa un evento de una semana en Roma –del 6 al 12 de octubre de 2025– con huéspedes de nivel internacional, para crear juntos propuestas de acciones de colaboración a nivel global con la finalidad de resolver los actuales retos sociales, ambientales y económicos.
El idioma no debería ser un obstáculo, ya que en los encuentros sincronizados habrá traducciones en castellano, portugués, francés, inglés, italiano u otros idiomas según las exigencias.
¿Qué ofrece el programa?
Es un proceso de acción colectiva global que integra formación, relaciones, instrumentos y encuentros. Ofrece experiencias e herramientas para aumentar la calidad de la política y así mejorar la incidencia en la transformación social. Están previstos espacios de formación y construcción colectiva de conocimientos, con intercambio con docentes y expertos internacionales, además de espacios de reflexión entre los participantes. Los jóvenes intervinientes estarán acompañados siempre por un mentor con experiencia política para mejorar su propio proyecto político en un ámbito social, económico y ambiental, y serán integrados –a partir del segundo año– a una red global de 600 jóvenes líderes provenientes de los diferentes continentes.
A la conclusión se les entregará un diploma formal que certifica la participación en el programa.
Para mayores informaciones hacer click aquí o contactar politicalinnovation@mppu.org
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Lorenzo Russo
Foto: © Pexels
Confortar a los temerosos