La palabra de vida de ese mes indicaba cual es el modelo de vida “tengamos los mismos sentimientos que Cristo Jesús”. Y luego explicaba que él se “anonadó” –se aplasto a si mismo- para llegar hasta el más pequeño, al más débil, para luego elevarlo.

Últimamente he tenido pocas experiencias de anonadamiento… He dejado de ser simple… Me doy cuenta que estoy lleno de cosas guardadas inútilmente.

Los otros días al abrir el placard me dije: “Basta! Esto no lo uso, esto tampoco, dalo a otro…”

Entonces me acorde de Héctor un hombre grande que vive solo en una casa al lado del lugar donde trabajo y en el que él trabajaba hasta jubilarse. Hice el paquete y se lo llevé.

“Héctor te dejo esta ropa, es para vos y si no te sirve pásasela a quien quieras….”

Dos días después, una mañana muy fría, Héctor vino a agradecerme, estaba envuelto en una bufanda que reconocí al igual que el pullover grueso que llevaba puesto. “mire, todo me queda al pelo. Las camisas a cuadros también, y las blancas se las pase a mi hermano porque eran muy grandes para mí. Y esto es para usted, se que le gustan los pomelos. Están muy buenos, los junte esta mañana para usted. Están en las plantas y nadie los come…”.

JB (Provincia de Buenos Aires)