Con el lema “Misericordia, camino para la unidad”, se realizó una jornada propuesta por Familias Nuevas que se preparó junto a la comunidad local de los Focolares, el obispo del lugar, Mons. Radrizani y el sacerdote encargado de la Pastoral Familiar.
El programa constó de tres momentos. En el primero se presentó de manera didáctica y vivencial la exhortación “Amoris Laetitia” del Papa Francisco sobre la familia.
En el segundo se profundizó sobre el tema del perdón, con experiencias enriquecedoras y muy fuertes sobre el perdón en dos familias. Finalmente, en el tercero se mostró a través de experiencias el modo en que la familia movida por la misericordia sale a amar a los demás en lo concreto. En este bloque se presentaron experiencias sobre consultoría familiar, familias de acogida o tránsito, familias
monoparentales que movilizadas por la misericordia se lanzan a amar de manera concreta.
Paralelamente al programa de los adultos, se desarrolló un programa especialmente adaptado a los niños hasta 8 años, y otro para los más grandes. Siempre bajo el mismo lema. Un momento muy enriquecedor y constructivo dentro de la jornada fue el juego en el cual participamos todos de forma espontánea y distensiva favoreciendo y fortaleciendo el clima de familia.
Todo esto movilizó a los cerca de 200 participantes, de diversos puntos de la provincia de Buenos Aires (Chivilcoy, Bragado, Carmen de Areco, localidades distantes 100 kilómetros) a conocer más profundamente la propuesta de Familias Nuevas, así como conocer los modos concretos de ayudar a otras familias y los encuentros para novios.
“Tengo una realidad familiar compleja, soy mamá soltera de dos hijos, y nunca había venido a un encuentro de familias, aunque me habían invitado muchas veces. Me sentí muy cómoda en todo momento. Tendría que haber venido antes!”, expresó una participante. Y otra decía: “además del programa, sentí que era la oportunidad de tomarme un momento con mi esposo y poder conversar tranquilamente. Una pausa necesaria”.
Tanto los animadores como los colaboradores de la Jornada experimentaron los frutos de haber preparado el encuentro en comunión y unidad. La armonía, el buen clima, la predisposición y la apertura fueron la clave del día.