En Concordia, los jóvenes en primera línea

 
Los Jóvenes por un mundo unido de Concordia se pusieron manos a la obra para socorrer y acompañar en la atención a los inundados, principalmente a los niños.

Escribe Carla -21 años-, de Concordia (Entre Ríos, Argentina), que acompaña a los Jóvenes por un mundo unido.

“En un primer momento fuimos al Club de Leones a descargar camiones con donaciones, clasificarlas y ayudar en la distribución. Para ser sincera era una tarea ardua, pero sabíamos que muy necesaria para que las cosas llegaran, lo antes posible, a manos de quienes las necesitaban. Así que lo hicimos con mucho amor. Y el hecho de tener alrededor a gente de todas la edades (desde niños hasta ancianos) ayudó a que se haga en un clima de mucha entrega ya que había quienes necesitaban ayuda para cargar las bolsas de un lado a otro para ponerse a clasificar. Una cosa que a mí particularmente me quedó es el ‘pasamano’ que se hacía para cargar las combis encargadas de la distribución porque me hacía pensar en varias cosas: por un lado en que la tarea estaba casi cumplida y que ya faltaba menos para que las cosas llegaran a su destino; por otro, quizás más metafórico, en que hay una carga a veces más liviana, a veces más pesada que cae en nuestras manos, pero que siempre tenemos al lado a alguien que se ofrece a cargarla también, a sacar ese peso de nuestras manos y hacerlo suyo, y ahí, en ese ‘pasamanos’ me sentí realmente uno con mis compañeros voluntarios y y también uno con los hermanos inundados.

inundacionAhora estamos con otra actividad: vamos a una escuela (la Técnica 2) a darles la merienda a los chicos. De más está decir la plenitud que nos sentimos. El primer encuentro fue algo distante porque los chicos no nos conocían entonces estaban un poco tímidos y ayer ya fue un poco diferente: preparamos juegos y se divirtieron mucho. Desde la escuela nos recibieron con los brazos abiertos (el contacto lo hicimos con mi mamá que es docente allí). Ahora nos reuniremos para organizar un pesebre viviente que representaremos el día de Reyes. Ese día haremos un desayuno sorpresa para los chicos. Llevaremos actividades. Desde allí les encantó la idea y están viendo si pueden organizar una obra de teatro.

Es impresionante la presencia de la mano de Dios. Por ejemplo, la preocupación que teníamos eran los costos de hacer esta actividad. En cuanto se enteraron, los docentes de la escuela se organizaron con donaciones de leche. Así que a nosotros solo nos quedaba el chocolate y el azúcar. Por otro lado, queríamos regalarles juguetes el día de Reyes. A la escuela llegaron algunos donados pero los que estaban en condiciones no alcanzaban. Y la directora de la escuela consiguió donaciones de juguetes nuevos para todos los chicos.

Les agradecemos todo lo que hacen por Concordia! Les mando a todos un fuerte abrazo!”.

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