Del yo al nosotros: un viaje a África

 
En febrero pasado se realizó en Kenia (Africa) un programa de voluntariado y de formación cultural, del cual participaron 10 jóvenes de distintas nacionalidades, provenientes de Argentina, Italia, Kenia, Nigeria y Tanzania. Compartimos sus impresiones y experiencias.

Visitando la comunidad Pokot, en la localidad de Endo, KenyaDel 1 al 25 de febrero del 2016 se realizó en Kenia un programa de voluntariado y de formación cultural, del cual participaron 10 jóvenes de distintas nacionalidades, provenientes de Argentina, Italia, Kenia, Nigeria y Tanzania. Un laboratorio, con la posibilidad de realizar trabajo social, de estudiar desde diferentes ángulos los orígenes de la humanidad, profundizando una visión del hombre desde las ciencias antropológicas, religiosas y biológicas (desde las perspectivas de Pierre Teilhard de Chardin y Chiara Lubich), de hacer la experiencia de convivencia entre jóvenes provenientes de diferentes países y continentes.

La experiencia de unidad, en el dialogo de las distintas vivencias, en el compartir con personas en situaciones de gran fragilidad social y aún así, capaces de dar han confirmado que en el corazón de todo hombre, está viva esa presencia del Amor que une, nos hace familia y transforma.

Lo han probado en carne propia, en la felicidad de trabajar juntos en tareas sencillas de reparación en la escuela y Centro de salud de la Parroquia San Abraham en la localidad de Endo. Constatar que el amor da sentido a todo gesto y permite construir relaciones profundas de confianza y unidad.

Elegir vivir por los demás

IMG_4533Viajar a África (y digo África porque recorrí también algunos países de la costa este de África, por eso simplifico con el término “África”) fue una experiencia que atravesó todos mis sentidos: sabores nuevos, perfumes, colores, sonidos, costumbres, relaciones, tiempos… El tiempo que viaje de “turista” me llenó de nuevas experiencias y sensaciones, se abrió ante mis ojos un mundo nuevo, distinto y hermoso, el cual tenía muchas ganas de conocer (aventuras, nuevos amigos, paisajes, nuevos sabores, etc.). Luego vino el voluntariado en Mozambique, con el cual tuve la oportunidad de trabajar allí en el área de mi profesión, la arquitectura, una experiencia única de conocer otras formas de trabajo, de intercambio con las comunidades locales.

Por último, viajar a Kenia fue una experiencia que “completó” todo este viaje donde logré comprender mejor todo lo que había vivido anteriormente y conocer y comprender los valores de cada cultura. Se generó un clima de hermanos entre todos los que participamos (chicos y chicas de culturas diferentes, ¡muy diferentes! Distintas edades, ocupaciones, etc…) y aunque nuestras vidas y realidades eran distintas, logramos convivir, compartir como una familia, comprobando que lo que nos une no son las costumbres, los idiomas, las modas,… lo que nos une es algo que va más allá de todas las diferencias humanas: es el amor y las ganas de construir un mundo más justo, un mundo unido.

Esta experiencia para mí fue un enriquecimiento enorme, que me llevó a elegir/re-elegir el vivir por los demás. Este viaje no queda en mi memoria como un recuerdo, ni tampoco es una anécdota para contar, ni fotos para mostrar. Éste viaje me lo llevo siempre conmigo, a todos lados que voy, son mis ganas, mi incentivo para construir un mundo mejor.

Vicky Frascarelli (Buenos Aires – Argentina)

Fuerza que nos abraza

IMG_3667Más allá de que en este lugar como en tantos otros existan problemas y dificultades, más allá de que las grandes ciudades sean monstruos capitalistas, más allá de la deficiencia en el sistema de educación y salud, más allá de haber visto indiferencia, más allá de que haya big man, big poket; (como para no limitarnos a la idea de un continente en el que solo hay pobreza y enfermedades o para no fantasear con un continente en el que todos viven felizmente de la comunidad, del Ubunthu, de los orígenes); con solo pisar un país de la enorme África pudimos sentir y vivir su calor, su humanidad, su hospitalidad, su realidad, su maternidad. Y sobre todo su riqueza; en quienes la habitan, en su cultura, en sus aventuras, en sus paisajes, en la risa de su gente, en las lágrimas de sus enfermos, en el dolor de quién está solo y abandonado, en quien no lucha por un futuro, en sus desigualdades, en el movimiento de sus mercados locales y ciudades, en los colores de su biodiversidad y ecosistemas. Vivir su riqueza en los más pobres. Todo lo que esta cultura tiene para aportarle al mundo, la riqueza más grande (quizá desconocida o despreciada para muchos). Las frases “en África no hay pobres, hay pobreza” y “yo soy porque nosotros somos” se plasmaron en cada segundo. Recuperar, volver a lo que una vez perdimos: IMG_3684vivir la comunidad, vivir como hermanos, vivir la familia. Si realmente viviéramos eso con sinceridad, honestidad y libertad, estaríamos mucho más cerca de la meta… Olvidaríamos los intereses individuales, desaparecería el egoísmo, el poder en sentido negativo, y tantas cosas que hoy derivan en todo tipo de guerras, desigualdades, injusticias, materialismo, infelicidad.

África fue para nosotros y seguirá siendo siempre fuerza que nos abraza y nos empuja a seguir viviendo por algo que vale la pena, por una pasión, por un ideal, por un mundo unido.

Podríamos dar muchos discursos, agregar muchas palabras para engrandecernos, enorgullecernos, embellecer esta experiencia. Sin embargo, lo que vale es el amor compartido y el amor que podemos y queremos seguir viviendo. La esperanza y el sueño de juntos construir en la tierra el paraíso.

María Trinidad Buffo (Tucumán – Argentina)

 

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