Familia: una vida construida momento tras momento

 
El testimonio de una familia que comenzó hace más de 50 años. La espiritualidad de la unidad, que se ha convertido en la esencia de sus vidas, los acompaña en el trayecto.
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Ildes y Ángel Zalazar (foto) viven en Paraná, Entre Ríos. Para la familia del Movimiento de los Focolares son madre y padre; amigos y hermanos; aquellos que siempre han garantizado que ésta es una Obra de Dios, aquellos que han testimoniado que el amor siempre vence.

Para los vecinos, parroquianos, familia son dos “locos lindos”, audaces, originales. ¿Quién se animaría a dejar a los hijos pequeños para acompañar a un grupo de jóvenes en una actividad pastoral? ¿Quién comparte los bienes materiales (casa, comida, parte del sueldo) con alguien que muchas veces ni conocen? Sólo quienes tratan de optar día a día por vivir el Evangelio al 100 %.


Zalazarentrevista-Cincuenta años de casados, cuatro hijos, ocho nietos. Con este recorrido de vida, ¿qué es ser familia para ustedes?

-Es construir una pequeña comunidad, ser Iglesia doméstica. Desde los inicios, nuestra historia se tejió con Dios. La familia de sangre se entrelazó con la familia del Carisma de Chiara Lubich. Nuestra familia no se puede separar de esta otra familia que nos generó más hijos de Dios y a la que, como pudimos, también fuimos generando.

-¿Cómo encontraron esta Vida nueva?

-Ángel: Conocí el Movimiento de los Focolares mientras estaba trabajando en el interior de la provincia. Me alojaba en la parroquia y allí, entre otras revistas, estaba Ciudad nueva. Empecé a hojearla por curiosidad. La guardé aún si no me interesaba porque en verdad buscaba revistas de construcción. Sin embargo, cuando volví a abrirla encontré una meditación de Chiara que dice que si cada uno camina en su rayo nos encontramos en el sol. Me impactó mucho esta frase. Estábamos recién casados con Ildes y cuando volví a mi ciudad, a la salida de la misa de la parroquia, nos encontramos con un chico que vendía la revista Ciudad nueva y fue como una intuición que me decía que no la podía perder. Después de varias invitaciones a encuentros, un día fui y quedé extasiado… Perdí la dimensión del tiempo, Ildes me esperaba y no encontraba las palabras para contarle lo que me había pasado.

-Ildes: Él siempre llegaba a casa puntual pero después de conocer a esta gente del focolar cada vez que pasaba por allí se quedaba horas. Así empezaron los choques. Él me hablaba de unidad y no cumplía con sus obligaciones en casa… ¿De qué unidad se trataba? Se ve que Ángel lo comentó y así empezaron a visitarme las chicas del focolar. Eran tan agradables que un día fui yo. Me recibió Luminosa Bavosi –una de las primeras focolarinas argentinas que ahora está en el Cielo–, me impactó cómo hablaba, miraba, sonreía. No sabría repetir nada de lo que decía pero era toda su persona que me había atrapado. Al día siguiente tenía que hacer un trámite y volví a pasar por el focolar. Me recibió nuevamente Luminosa. Sin conocerme me dio la llave porque ella tenía que salir. Volví a casa sin hacer el trámite… no entendía lo que me había pasado. Algo profundo me había cautivado. Desde aquel momento nunca dejamos esta vida.

-Ángel: Hoy nos damos cuenta que María nos preparó un camino para recorrer. Yo vengo de una familia donde no se practicaba la religión. Sólo en el colegio escuché hablar de Dios. Me acuerdo que me escapaba en los recreos a la capilla y le rezaba a María Auxiliadora. Esta Obra es de María y fue ella quien nos acogió. Sin dudas hemos tenido altos y bajos pero siempre volvés a empezar porque no podés estar afuera tanto tiempo, porque los otros te ayudan.

-¿Cuáles les parecen los mayores desafíos que atraviesa hoy la familia?

familiazalazar-Ildes: La falta de diálogo, la falta de coherencia en la vida cotidiana. Falta poner a Dios en el centro. Para nosotros esto fue siempre a través de la experiencia de la vida de las palabras del Evangelio. Gino –uno de los focolarinos que vivía en aquel momento en Paraná– nos dijo algo que quedó para siempre grabado en nosotros: “La Obra es de Dios, de María. Nunca queden afuera. Si no entran por la puerta entren por la ventana. Si no entran por la ventana entren por la claraboya, pero no se queden afuera porque se pierden la gracia de una Obra de Dios”.

Al poco tiempo se cerraron los dos focolares en Paraná, así que los Zalazar empezaron a custodiar el fuego de este Ideal y para todos su casa era como un focolar. Se preparaban los encuentros, se alojaba la gente del interior que venía a compartir dolores y alegrías, llegaban las donaciones para llevar a Feliciano, un centro de ayuda a los más pobres y que significaba poner en práctica las palabras de Chiara: “Morir por nuestra propia gente”.

Sigue Ildes, siempre teniendo la mano de Ángel: “En ese momento no teníamos el apoyo de la Iglesia local. No éramos tratados bien porque todavía no se comprendía el carisma de la Unidad. Pero íbamos adelante porque dentro estábamos convencidos de que era una obra de Dios. Recuerdo que hacer una suscripción a Ciudad nueva era una fiesta. Esperábamos horas en las puertas de las parroquias con tal que al menos uno se decidiera a recibir la revista porque sabíamos que era un instrumento para que en esa familia entrara esta nueva luz. Con el tiempo, pudimos gozar la reapertura del focolar femenino y más tarde también el masculino. Quisimos poner en común una casa que no estábamos ocupando para alojar a las focolarinas”.

-¿Cuáles fueron los momentos de mayor dolor en familia?

-Ildes: Las pérdidas que no dejan de ser profundos vacíos pero que se pueden superar siempre creyendo que detrás de todo dolor está el amor de Dios. Se trata de un paso individual y a la vez un paso que podés dar porque hay una comunidad que te acompaña y sostiene.

-¿Y las mayores alegrías?

-Ángel, con mirada serena: La alegría de cada día, eso hace que la vida sea siempre una gran alegría. Estamos en otra etapa de la vida. Viendo crecer nuestra familia de sangre y esta otra familia de Chiara. Tenemos tiempo de hacer las cosas con otra dedicación: las oraciones, el momento de ir en profundidad con Dios y esto es el modo de seguir construyendo esta vida de familia. El mismo compromiso en la parroquia o acompañando a los más jóvenes. No sabría vivir sin esta vida y sin contagiarla. Nuestra vocación como cristianos es sanar todo el dolor que hay a nuestro alrededor. Este año cumplimos 50 años de casados. Como fuerza física estamos limitados pero esto no nos impide seguir construyendo, viviendo para “que todos sean uno”.

Pueden ver el camino recorrido, lo muestran y gozan con ello: “Si tuviéramos 20 años volveríamos a elegirnos. Somos tan distintos pero hay un punto donde siempre nos encontramos. Es como el sol que nos atrae, es Dios que nos hace encontrarnos siempre”.

-¿Qué dirían a una pareja que inicia la vida de familia?

-Ildes: Pongan cimiento en lo verdadero. Nosotros pusimos los cimientos en el sacramento del matrimonio. Es un regalo muy especial que nos da la Iglesia. Respétense siempre, aprendan a dialogar, dense tiempo para escucharse. Ámense tal cual son porque siempre somos un don el uno para el otro. Sepan reconocer el regalo que es cada uno y díganselo.

Ángel, con los pies en la tierra, atestigua: “En estos días teníamos que pintar una parte de la casa y ¡lo que a uno le gustaba al otro no! A veces logramos ponernos de acuerdo, otras no. Porque siempre fuimos muy distintos y nos aprendimos a respetar así”.

Y cierran al unísono: “Obstáculos, dolores, siempre existirán, pero nosotros descubrimos que la felicidad no es mágica y se construye momento por momento”.

Por: Marilyn Henderson y Patricia Santoianni

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Eealimentación

  1. susi

    Gracias querida muy querida familia, gracias por tanto amor dado!!!!!!cada vez que visitan el focolar son el centuplo para cada una !!!!Ahora esta donación ira ,ira, como cuando una piedra se tira en el agua!!!!!!!!!!!!!!!!!Gracias, por ser el faro….!!!Los quiero mucho!!!!

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  2. Gabriela

    Una familia que te hace sentir “familia”, parte de ella… Ildes y Angelito: GRACIAS MILES por el testimonio de amor, ternura, fidelidad, entrega, apertura, acogida, generosidad…. Los quiero muy, muy mucho!!!!

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