En Lima fue ordenado sacerdote Mario Arakaki

 
El focolarino argentino Mario Arakaki recibió el sacerdocio en Lima, Perú.

mario1Mario Arakaki, argentino, hijo de emigrantes japoneses que vivieron primero en la povincia de Entre Ríos y luego en Buenos Aires, es un focolarino que luego de su formación en Loppiano, Italia, vivió por algunos años en el focolar de Nápoles. Más tarde fue uno de los primeros en habitar el focolar de Tokio, Japón, junto a su hermano Juan, también focolarino. Desde hace unos años está en el focolar de Lima, Perú. El sábado 2 de julio recibió la ordenación sacerdotal. Escribe Mario: “Para esta oportunidad han viajado desde Argentina 4 de mis hermanas con otros amigos míos, y Juan, mi hermano focolarino desde Corea, donde está actualmente. Esta celebración ha sido un momento de Dios, un consagrarme nuevamente a Jesús Abandonado, como me había escrito P. Jesús Morán, el co-presidente de los Focolares”.

La ordenación tuvo lugar durante la S. Misa, en la Parroquia Nuestra Señora de la Esperanza, en Salamanca, Lima, con la comunidad parroquial y de los Focolares, presentes delegaciones de varias comunidades locales del norte y del sur del Perú. Con sorpresa, además de Mons. Sebastián Ramis T., ha participado también Mons. José Eduardo Velasquez.

mario3“El domingo 3 -sigue Mario- celebré mi primera S. Misa, en el Centro Fiore (ndr. Es una sala de encuentros de los Focolares en Lima), junto con P. Nacho, Franciscano del Movimiento, con la intención de María Voce Emaus, presidente de los Focolares: ‘para que surja y sea recibido siempre más profundamente el perfil mariano’”.

Luego la fiesta, con canciones, bailes, un power point con la historia de Mario, y la participación de las hermanas y Juan que contaron algunas anécdotas la familia Arakaki. “En casa, somos dos hermanos, cinco hermanas, papá y mamá, japoneses -dice Mario-. Mis hermanas contaban que para nuestros padres, ver que los dos hijos varones entraban en el focolar y que no se mario4casaban, para ellos era incomprensible como budistas, provocando un gran dolor en ellos y de consecuencia en toda la familia. Pero decían conmovidos, que en este momento papá y mamá desdde el Paraíso, seguramente estarían muy felices de verme sacerdote. En verdad una misteriosa experiencia de dolor y amor”.

Junto a Roberto Almada, también Mario Arakaki, son dos nuevos focolarinos sacerdotes argentinos al servicio del Movimiento.

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