Caminar juntos para alcanzar la perfección del amor

 
Que dos familias se pongan de acuerdo para compartir las vacaciones es muy común. Que 19 -no todos conocidos entre sí- confluyan en un mismo espacio y regresen fortalecidos en los vínculos familiares es extraordinario.

Desde hace 18 años en la Mariápolis Lía (O`Higgins), el Movimiento Familias Nuevas realiza la “Escuela Loreto” para formación de familias que luego serán animadoras de grupos, con una duración de tres semanas durante el mes de enero. Es una experiencia de vida donde toda la familia puede experimentar la fuerza del Evangelio puesto en práctica.

IMG-20180116-WA0071“A fines de agosto de 2017 -dice Iris Azar-, fruto de un momento de comunión e impulsados por la pasión por la familia, empezamos a imaginar un nuevo espacio, escuchando el deseo de varias familias que, por distintos motivos (lugares disponibles, tiempo de duración, permisos laborales, etc.), no podían participar de la ‘Escuela Loreto’. Así nació la ‘Familias en vacaciones’ en el Centro Mariápolis de Alta Gracia, Córdoba, del 13 al 20 de enero de 2018. Esta experiencia, lógicamente no reemplaza ni es una copia de la ‘Escuela Loreto’”.

Originalmente fue pensado para recibir a 7/8 familias y finalmente participaron 19 con 69 personas de las cuales 31 fueron niños y adolescentes.

IMG-20180116-WA0059“Desde el primer momento se desarrolló esta convivencia de manera muy armoniosa y natural. Enmarcados por una bella naturaleza, días espléndidos de sol, un poco de lluvia, y acogidos por el amor concreto de las focolarinas y las familias que viven en las cercanías del Centro Mariápolis quienes nos abrieron sus casas, nos hicieron jugar y disfrutar de riquísimas comidas”, subraya Raúl Azar.

Cada día la Escuela crecía en profundidad, alegría y unidad. La puesta en practica de la espiritualidad típica del carisma focolarino transformó en poco tiempo a todos en una única familia. Cada día comenzaba tirando el dado del amor para la famila. Fue la metodologia base. Hubo cuatro momentos (de dos IMG-20180120-WA0016horas) de reflexión y profundización de la vida de familia iluminada por el espíritu dela unidad. Paralelamente los hijos desarrollaban un programa adecuado para ellos: se transformaron en “agentes secretos de luz” iluminando y construyendo esos días con muchos actos de amor que compartieron en un mural el último día y con un vídeo realizados por ellos para la noche de talentos.

“El resto del tiempo fue un compartir la vida con mucho tiempo libre y diversas actividades: jornadas en el río, en la pileta, picadas con fernet, caminatas, fútbol, tenis, visita a museos, parques temáticos, encuentros espontáneos alrededor del mate, festejos de cumpleaños, alguna quebradura y una que otra fiebre. No faltó la fiesta de la noche de los talentos donde hubo humor y arte. Todo era ser familia”, concluye Raúl.

Los efectos se descubren a través de lo que cada uno fue desgranando el último día, casi como un balance de la experiencia hecha.

“Estaba acostumbrado a encarar los problemas en forma individual, aquí aprendí que lo mejor es compartirlos. Resolverlos con el otro. Es como un “colapso” para mi. Ya no puedo seguir actuando de la misma manera”.

IMG-20180121-WA0049“Estos espacios son como ‘micrófonos’ internos que nos ayudan a reconocer cuánto nos cuesta dialogar, volver a rezar cómo lo hacíamos antes, recomenzar con mayor rapidez, resolver cosas en la familia. Nos han replanteado el tiempo de trabajo, cómo encaramos lo laboral en función de nuestra familia que queremos vuelva a ser la prioridad en nuestro proyecto”.

“Estos días nos permitieron reencontrarnos como pareja y reelegirnos. Estamos felices por compartir y sentir la familia ampliada con todos”.

“No hay familias perfectas, todos estamos llamados a ser mejores. Juntos podemos, nos apoyamos recíprocamente. No podemos ser iguales después de estos días que para nosotros es un hito en la vida familiar”.

“Nos llevamos herramientas muy concretas: el dado de la familia, el recomenzar, rezar,  compartir las dificultades y alegrías con otras familias. Caminar juntos”.

“Encontramos lo que hace tiempo buscábamos. Una espiritualidad abierta que valora los simples hechos cotidianos como medios para llegar al perfección del amor”.

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