El secreto de unas vacaciones diferentes

 
Los jóvenes que están durante estos días en San José, Catamarca, Argentina, nos escriben y revelan el secreto de la aventura en la cual se embarcaron.

sj1Alrededor de 60 jóvenes de todo el conosur (Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile) nos propusimos vivir unas vacaciones de manera distintas en San José, un pueblo de Santa María Catamarca. ¿El principal objetivo? Vivir la fraternidad entre las múltiples culturas pero sobre todo, compartir diferentes actividades con las personas de la comunidad.

Un paisaje de fotografía y un grupo de personas entusiasmadas nos recibieron al llegar al pueblo, un lugar tranquilo de Catamarca. Desde el primer día, nos sentimos acogidos por las personas del lugar, que nos abrieron las puertas de su casa.

sj7La primera experiencia concreta que tuvimos fue en el festejo de Reyes Magos, en el polideportivo del lugar, fue lindo ver cómo nos acoplábamos a las actividades que ya estaban preparadas. Cada uno iba sumándose espontáneamente a ayudar en los juegos y lo que más nos impresionó eran las sonrisas en los rostros de los niños que denotaban alegría plena.

sj4Recorriendo las casas de los vecinos nos encontramos con Juan Arnedo, de 94 años que conocía el Movimiento de los focolares desde sus comienzos en San José, nos relató sobre los primeros tiempos aquí, fue muy impactante ver su emoción al contarnos sobre aquello, cuando conoció al Padre Priori y a Honorio Rey y Lía Brunet. Quedaron grabados en su memoria esos tiempos en los que la solidaridad entre ellos, era lo sj6más importante. Y hasta podemos decir que los ojos se le llenaron de lágrimas. “Yo me preguntaba si el movimiento estaba vivo, ahora los veo a ustedes con tanto entusiasmo, y puedo ver que el movimiento sigue en pie”, nos dijo.

El recorrido por los senderos de este hermoso paisaje, lo hicimos junto a Norma y Claudia, que nos indicaban datos muy importantes del lugar.

Otro día hicimos un “spa” para las mujeres del lugar, fue grata nuestra sorpresa al ver la buena receptividad de parte de las mujeres y niños ya que no sabíamos si era algo que les podía interesar, nos dimos cuenta de que fue un éxito al concluir, ya que se fueron agradeciéndonos mucho por hacer algo por ellas.

sj5También entre las actividades un lugareño, Juan Albarracín, nos enseñó a hacer dulces típicos de aquí que pudimos degustar, el dulce de cayote y de ciruela acompañaron el pan que amasamos con doña María Vega en el patio de su casa.

Todavía faltan días con muchas actividades como las visitas a Escuela Aurora y Tinku Kamayu, que serán el broche de oro de esta estadía.

Fueron muchas y variadas las experiencias en esta aventura que continúa, pero el secreto de unas vacaciones diferentes podemos decir con total certeza que es la presencia de Jesús en medio nuestro.

Normas(500)