Movimiento de los Focolares
Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

«El Señor me llama a “subir a la cima de la montaña”, a dedicarme todavía más a la oración y a la meditación» afirmó el Papa Benedicto XVI el domingo pasado en el Angelus. «Pero esto no significa abandonar a la Iglesia –prosigue- todo lo contrario, si Dios me pide esto es precisamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor con el que traté de hacerlo hasta ahora, pero en una forma más apropiada a mi edad y mis fuerzas».

Subrayan esta dimensión espiritual de la decisión del Papa también los comentarios llegados de Inglaterra: el Rev. David Cornick, de la Iglesia Reformada Unidad, y secretario general de Churches Together in England, órgano oficial nacional para las relaciones ecuménicas en Inglaterra, afirma que «la decisión del Papa Benedicto de renunciar tiene un impacto no sólo para la Iglesia Católica-Romana sino también para todos nosotros, porque está tomada ante la conciencia de los límites humanos, sostenida por la gracia de Dios, una cosa de la cual todos podemos aprender». Mientras que el Rev. Robin Smith, Obispo de la Iglesia de Inglaterra, testimonia: «Me encontré con el Papa Benedicto varias veces y siempre quedé impresionado por el clima de santidad, autenticidad y benevolencia. La decisión (…) de abdicar y pensionarse [tendrá más consecuencias que todas las demás] porque reformula la imagen del papado, no por último en las mentes de los católicos».

El Dr. Callan Slipper, focolarino y Reverendo de la Iglesia de Inglaterra, explica que desde su punto de vista con esta decisión el Papa ha definido qué entiende por ministerio petrino: «Rezar y sufrir en primer lugar y después la acción. Pensé que es una buena definición de lo que todos tenemos que hacer para servir a los demás. Con su renuncia ya no ejercerá la acción, pero seguirá rezando y sufriendo por la Iglesia. (…) Me parece que presenta el ministerio petrino no como un ministerio de tipo monárquico, sino realmente como el del Siervo de los Siervos de Dios».

De la Iglesia ortodoxa de Moscú, Galia declara haber «sentido dolor y la sensación de una gran pérdida. Auguro que este paso de Benedicto XVI sea para el nuevo Papa un ejemplo de un amor que no teme el sacrificio. Este paso es un testimonio de una fuerte relación con Dios. No pensó en sí mismo, sino en el servicio que se le pide». Espera que el nuevo Papa sea «sensible a las cuestiones entre las confesiones cristianas». Jens-Martin Kruse, Pastor de la Comunidad evangélica luterana de Roma, en el Osservatore Romano del 22 de febrero hace un recuento, en un artículo titulado “Benedicto XVI ejemplo de fe también para los luteranos”, de algunos gestos de profundo impacto ecuménico.

Al panorama ecuménico se suma una voz del mundo hebraico, la del rabino argentino Ariel Kleiner: «Cuando leí en Twitter sobre la renuncia del Papa entendí que estábamos entrando en un momento doblemente histórico. Espero que pronto haya humo blanco y que su sucesor pueda proseguir por los senderos interreligiosos de los Papas Benedicto XVI y Juan Pablo II». «Más allá de lo que el momento significará para mis hermanos católicos» declara Sonia Kirchheimer «personalmente, como hebrea activa en el diálogo interreligioso, auspicio que el sucesor de Benedicto XVI prosiga por la ruta del Concilio Vaticano II y de la Nostra Aetate, para que construyamos juntos un mundo más pacífico como hijos del mismo Dios».

En fin el abogado croata Zdravko Dujmović, de convicción no religiosa, escribe: «El Papa Benedicto se va sin mancha. No puedes no quererlo y respetarlo todavía más por todo lo que ha hecho por la Europa contemporánea y por la entera cristiandad. El nuevo Papa podrá proseguir por la vía trazada por él y retirarse, cuando ya no se sienta capaz de continuar con este servicio. También en los primeros siglos los cristianos se retiraban al desierto, hacían ayunos para llegar a la contemplación, llevando la espiritualidad dentro de sí… un hombre grande se ha ido».

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

En Sophia píldoras de economía, política y teología

¿Cuáles son los requisitos que se le piden hoy a un joven en búsqueda de empleo en una empresa, una asociación, en el ambiente político? Una super-especialización podría parecer la respuesta más obvia, una preparación insuperable. En cambio no. El Dr. Lorenzo Rosi, vicepresidente del Banco Etruria, presente en el Open Day del Instituto Universitario Sophia, piensa otra cosa: «En las entrevistas de trabajo le pedimos al candidato que sea capaz de encontrar soluciones a los problemas. Después la empresa se encarga de especializarlo más adelante a través de pasantías o cursos ad hoc, pero el aspecto más importante hoy es saber usar la cabeza. Por esto les aconsejo Sophia a los jóvenes, porque abre la mente, forma hombres y mujeres capaces de dialogar, de acoger a quien es diverso. En fin, de aquí sale gente capaz de razonar y no simples ejecutores».

No se trata ciertamente de un Open Day universitario tradicional, en donde los profesores y el personal de la secretaría ilustran el plan de estudios y responden a preguntas sobre el proceso de inscripción y los impuestos; también esto, pero no sólo. Son los estudiantes –alrededor de 80 de 30 países diferentes– divididos en tres especializaciones –economía y gerencia, ontología trinitaria y estudios políticos-, quienes hacen los honores de casa. Cuentan cómo llegaron al IUS, los motivos de su elección después de un trienio universitario quizás muy especializado, presentan las áreas disciplinarias proveniencia y experiencias humanas muy variadas. Una historia por todas, la de Rami, egipcio, involucrado en primera fila en la revolución que hace dos años llevó un soplo de primavera también a su país. “Dormí en la Plaza Tahrir, manifesté junto a miles de personas en las calles, luchamos por la libertad poniendo en riesgo la vida. Pero después de una experiencia tan fuerte, sentía la necesidad de enriquecerme por dentro y Sophia es esto para mí. Vine a la “cima de la montaña”, lejos de la multitud, para llenarme de Sabiduría. No, no es fuga de los problemas, sigo viviendo la revolución junto a mi pueblo en forma distinta; escribo artículos que son publicados en Egipto y al mismo tiempo me nutro de la Sabiduría que encuentro aquí en Sophia, tanto en los cursos como en la vida cotidiana con los estudiantes y profesores. Siento que estoy poniendo bases sólidas “dentro” para llevar la paz donde hace falta”.

“¿Hacia dónde va la economía y el mundo?” fue el título de una de las tres breves lecciones, la de Luigino Bruni, docente de Economía, que junto a la de Antonio M. Baggio, filósofo de política y la de Alessandro Clemenzia, teólogo, se ofrecieron a los setenta jóvenes presentes además de los muchos conectados en directo.

“En Sophia – explicó Bruni – se refuerzan competencias específicas, aprendiendo a mirar más lejos. Después, el estudio, no es una fase pre-laboral, sino complementaria al trabajo, gracias a las pasantías laborales que se están definiendo  para todas las áreas disciplinarias”.

Tres profesionales en los sectores de empresa, investigación académica y compromiso político ilustraron el valor agregado de Sophia en los tres ámbitos. Entre ellos Letizia De Torre (Movimiento Político por la Unidad), ex-diputada, subrayó que un joven no puede “entrar en política sin tener una visión del mundo. Sophia ha nacido para expresar una cultura que no se refiere sólo a los intereses de una parte sino que, en virtud de su interdisciplinaridad, se abre a la escucha de la crítica, a la posibilidad de poner en discusión una posición, de cambiar las dinámicas, de aprender a dialogar. En fin no tiene miedo de quien es diferente. Sophia ofrece los instrumentos para construir el sueño de una sociedad mejor para todos”.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Dimisión de Benedicto XVI: algunos ecos

¿Cuál fue tu reacción ante la renuncia de Benedicto XVI? ¿Qué aspectos aprecias de su pontificado? ¿Qué cosa esperas del nuevo Papa?

He aquí algunos fragmentos de sus respuestas.

«Al principio no lo podía creer. Luego comprendí que el Santo Padre decidió hacerlo sólo por el bien de la Iglesia. Como he vivido con los hermanos católicos, comprendí profundamente que la esencia de su ministerio es espiritual. Quiero estar en unidad con él y con los otros cristianos, a través de la oración, para la elección del próximo pontífice, para que la Iglesia continúe trabajando por el bien de la humanidad» Metta, budista de Thailandia.

«Me parece que fue un gesto sabio, que supo ver su rol con Dios, él está seguro de que Dios está con él. Este acto es de una originalidad sin parangón. Debe servir de ejemplo a toda la humanidad. Incluso la decisión de retirarse a un monasterio es algo grandioso. Le deseo al próximo Papa, que con la ayuda de Dios, esté todavía más iluminado y que no se desmoralice por los críticos que tienen intenciones negativas» Abdou, musulmán de Argelia.

«La renuncia del Papa nos concierne a todos. Pero no cambiará nada de lo que tenemos. El continuó el trabajo de Juan Pablo II. Y no se retrocede. Al contrario, se avanza más en la comprensión y en la colaboración recíproca» Enrique, hebreo del Uruguay.

«Me parece que (la noticia de la renuncia de Benedicto XVI) es un precedente importantísimo. Aprecié la humildad del Papa y sus explicaciones sinceras sobre la causa de la dimisión y las dificultades presentes en la curia vaticana. Con su gesto me parece (espero) abrió un camino de mayor colegialidad en la Iglesia. ¿Qué le auguro y deseo al próximo pontífice? ¡Coraje! Tendrá que llevar una cruz grande, pero podrá-deberá compartirla más con su pueblo» Armando, italiano de convicciones no religiosas.

«No creíamos a nuestros ojos viendo a Benedicto XVI que anunciaba su dimisión. Luego nos invadió una profunda comprensión y simpatía hacia él. ¡De los límites humanos no puede escaparse ni siquiera un papa! Joseph Ratzinger tuvo el coraje y la sinceridad de admitirlo públicamente. Le deseamos al futuro pontífice que continúe en el camino de apertura hacia las otras confesiones cristianas, hacia las otras religiones, como también hacia las personas de convicciones diferentes» Donika y Luan, Tirana – Albania.

«Pienso que su decisión fue sabia, ¡no era fácil preverla! Este es un acto de responsabilidad. Quisiera agradecerle por todo lo que nos dio. Espero que el próximo Papa, tenga siempre esta mirada de hermano, de apertura hacia las otras creencias, religiones, para construir un mundo de fraternidad universal» Racim, musulmán de Argelia.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Adopción Jurídica de Ciudadanos Detenidos

  • 500 detenidos fueron beneficiados por el proyecto, donde se vio el desarrollo de 300 procesos penales: se trata de personas que probablemente estarían todavía en espera de la sentencia, pesando en el sistema carcelario.
  • 300 estudiantes de derecho intervinieron en el proyecto
  • 350 familias de los detenidos fueron atendidas por estudiantes y trabajadores de la salud y trabajadores  sociales.
  • Más de 200 ciudadanos fueron liberados.
  • Más de 1000 detenidos fueron beneficiados por asistencia a través de  ropa, juguetes para sus hijos y elementos para la higiene personal
  • Artículos escritos, exámenes  y premios recibidos.

Estos son solo algunos de los resultados conseguidos (entre el 2001 – año del nacimiento del proyecto- y marzo del 2012) por el proyecto de Adopción Jurídica de Ciudadanos Arrestados. Este proyecto fue presentado por la prof. María Perpétua Socorro Dantas Jordäo, coordinadora del mismo y por el prof. Paulo Muniz Lopes, rector de la universidad, en el Convenio organizado por CeD, Fraternidad, derecho y transformación social (que se realizó en la Mariápolis Ginetta, del 25 al 27 de enero de 2013) Es un proyecto que enfrenta la problemática del sistema penitenciario en el Estado de Pernambuco, dirigido a los presos –que están esperando la sentencia- y que deberían ser asistidos por la Defensa Pública.

Son historias de vida, de abandono jurídico, de hombres sin defensa, pero sobretodo necesitados de una mirada de esperanza. Acercar al estudiante de derecho a esta realidad es un desafío constante del Proyecto, sobre todo porque los presos “adoptados” cometieron o se involucraron en crímenes graves. Asumiendo la fraternidad como principio político y jurídico y considerándolo dentro de la perspectiva de los derechos humanos, ¿en qué dirección debe formarse el futuro defensor de la justicia?

Partiendo de la mirada académica sobre una humanización profesional del derecho, se verifica que: por un lado el preso encuentra un instrumento por el cual consigue  el respeto de los derechos humanos, a menudo violados (a causa también del hacinamiento: donde deberían vivir 98 personas hay 1400)  y por otro lado el futuro profesional desarrolla el sentido crítico y toma conciencia de su capacidad de transformación de la sociedad. Pero sobre todo se establece entre estudiante y preso una dimensión de fraternidad, que –asociada a la libertad y a la igualdad- permite a ambos experimentar plenamente la ciudadanía.

El Proyecto de adopción jurídica de detenidos comenzó en el 2001, como fruto de un acuerdo entre la Facultad ASCES, el Tribunal de Justicia del Estado de Pernambuco, y la Secretaría Estatal de Justicia y Ciudadanía. En este contexto la fraternidad fue gradualmente considerándose como principio pedagógico para formar a los estudiantes de derecho. El grupo de investigación prepara a los estudiantes para las actividades de acompañamiento en el proceso judicial  con lecciones teóricas y técnicas de defensa ante el jurado. La metodología aplicada continúa con entrevistas a los detenidos, a sus familias y existe también un trabajo de sensibilización en las escuelas a través de los medios de comunicación.

Se pasa así, de la asistencia a la población carcelaria al debate sobre la fraternidad, se capta que los derechos humanos y la fraternidad están estrechamente vinculados, por los valores democráticos de base, pero sobre todo se difunde una cultura de paz. El trabajo en estos once años de actividad, demuestra la posibilidad de crear un sistema de protección de los derechos humanos, sociales y legales de los detenidos, trabajando a través de la distribución de los bienes producidos por la cooperación social.

 

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Prueba de “inculturación”.

Del 10 al 13 de mayo de 2013 la “ciudadela Piero”, en Nairobi (Kenya), hospedará la Escuela de Inculturación, un taller que este año tiene como tema principal “la persona” en las varias tradiciones africanas. Un grupo de jóvenes participará además en la primera etapa del Proyecto “Sharing with África”. Seguidamente presentamos la narración del Giuglia, después de su experiencia en Uganda.

«Aeropuerto de Malpensa, 2 de agosto de 2011: destino “Kampala – Uganda”. La emoción es mucha, si bien no puedo imaginar que esas cuatro semanas se convertirán en una de las experiencias más bellas y más importantes de mi vida. Durante un mes comparto mi casa y mi cotidianidad con otra chica italiana y tres ugandesas y esto me obliga desde el primer momento a dejar de lado toda costumbre “occidental”, los hábitos y la forma de pensar, para abrirme a ellas y a su vida: pero esos que al inicio eran pequeños sacrificios, pronto se convierten en una riqueza, una nueva forma de pensar y de relacionarme con quien tengo alrededor.

Me impresiona mucho la concepción que los africanos tienen de la persona: para ellos el centro de todo está en la persona, en el otro, y no en el tiempo, en la prisa, en los compromisos. Entonces, por ejemplo, una reunión empieza cuando todos llegan, y no cuando lo dice el reloj, y el autobús arranca cuando está lleno y todos subieron y no según un horario preestablecido. “¿Cómo pueden ustedes occidentales basar  sus jornadas en la forma como transcurre el tiempo, que nos les pertenece y no pueden controlar de forma alguna?”: es una pregunta que todavía resuena dentro de mí cuando me dejo arrastrar por el frenesí de las jornadas, corriendo el riesgo de ignorar a las personas que tengo alrededor.

El concepto de “Ubuntu” es típico del África subsahariana, es una expresión que puede ser traducida como “Yo soy lo que soy por mérito de lo que somos todos”. A propósito de esto Nelson Mandela dijo: “Ubuntu no significa pensar en sí mismos; significa más bien preguntarse: ¿quiero ayudar a la comunidad que tengo a mi alrededor a mejorar?”. ¡Cuánta sabiduría en estas palabras! Y no se trata sólo de palabras sino de vida auténtica, de cotidianidad vivida en la perspectiva del “nosotros” y no sólo del “yo”: todo en común, todo hecho juntos, los hijos de los vecinos son como los tuyos y también el huésped más desconocido que llega por error a tu casa se convierte inmediatamente en parte de la familia.

Nunca olvidaré la conmoción que sentí cuando fui invitada a almorzar donde una familia de una de mis compañeras de apartamento: en una casa sin baño en una zona no muy diferente de un barrio marginal; sin embargo habían preparado un banquete y comida abundante. Porque no importa cuánto sacrifico cueste invitar a almorzar a las amigas de la hija: la hospitalidad, la reciprocidad, el compartir con el otro cuentan más que cualquier otra cosa.

Volví de Uganda sintiéndome más rica que antes. Durante semanas fui la extranjera, la que tenía un color de piel diferente, idioma diferente, costumbres diferentes; sin embargo siempre fui acogida, siempre encontré una sonrisa y un apretón de mano, nunca me sentí discriminada o fuera de lugar.

Ahora, encontrando por la calle a muchos emigrantes que viven en mi ciudad, me parece que los veo con ojos nuevos: trato de ponerme en su lugar. Esta parte de África que todos los días desembarca en Europa merece esa misma gran acogida que yo, en primera persona, aun siendo extranjera y blanca, recibí en Uganda: es compartir, es reciprocidad, es Ubuntu, es algo que va mucho más allá del simple respeto por quien “es diferente”. Que después, ¿es distinto de quién? Pocas horas de avión y “el distinto” eres tú, por otra parte te das cuenta de que todos somos mucho más similares de lo que creemos».

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Economía de Comunión: Misión en Serbia

Una auténtica “Misión EdC” se ha desplazado a Serbia, a la región de Vojvodina y a Belgrado a primeros de febrero. El objetivo de la misión era conocer de cerca a los empresarios y familias que forman parte de Economía de Comunión en Serbia.

Las empresas – Se concentran en la región de Vojvodina. No se trata de grandes números, pero sí de experiencias representativas de una sociedad en la que las comunidades locales son fuertes, aunque estén probadas por el paro, el escaso rendimiento de la agricultura y la falta de servicios. Son pequeños empresarios que han venido compartiendo sus beneficios desde que comenzó la EdC y ahora deben innovar su producción; jóvenes que intentan poner en marcha talleres y tiendas; familias de granjeros que colaboran en la producción de forraje y dan a los pobres en especie porque no tienen beneficios que dar; empresarios que comparten la decisión de destinar parte de los beneficios al proyecto EdC, aunque siguiendo estrategias empresariales distintas (una pequeña empresa que da crédito a los clientes basándose no sólo en los intereses, sino en una relación de confianza; otra sociedad más grande que se esfuerza en conciliar el crecimiento con la atención a la comunidad local y el mantenimiento de los puestos de trabajo; un director de empresa que, sin ser propietario, administra de acuerdo con los principios de la EdC).

Las personas destinatarias de las ayudas – Otros momentos significativos del viaje han sido las visitas a algunos centros receptores de las ayudas que proceden de las iniciativas de la EdC: un comedor para niños, familias, ancianos y un centro de Cáritas que organiza actividades de ocio para jóvenes y ancianos. Son sobre todo familias que no pueden pagar los estudios de sus hijos; ancianos que no pueden permitirse cuidados médicos; padres que, a pesar de trabajar, están obligados a vivir con dos hijos en una pequeña habitación construida con materiales reciclados, en una situación de extrema miseria material y al mismo tiempo con una gran dignidad y apertura al prójimo.

Qué aporta la EdC hoy en Serbia – Se constata que el modelo económico basado en la “cultura del dar” atrae y se propone como solución válida para reinventar un sistema socio-económico nuevo. Las empresas de la EdC tienen fuerte conciencia de que es fundamental innovar y adelantarse a los cambios (son emblemáticos los altos costes que los países balcánicos tendrán que asumir, junto a las perspectivas de desarrollo, para entrar en la Unión Europea). En este proceso será fundamental el papel de las nuevas generaciones atraídas por los valores de la EdC. Jóvenes competentes no sólo en materia de salud y seguridad en el trabajo, medio ambiente, marketing, gestión de proyectos o contabilidad, sino también en las líneas para dirigir una empresa de EdC; que puedan ofrecer a los empresarios una aportación concreta tanto a nivel local como a nivel de Comisión Internacional. La propuesta con la que termina la misión consiste en formar a algunos jóvenes, ya identificados localmente, en estas competencias. De este modo se creará trabajo y se ayudará a las empresas que necesitan asesoramiento para innovar, tanto con competencias de carácter general como específico.

No ha faltado un importante momento de diálogo con la comunidad ortodoxa serbia y, en particular, con el Instituto para el estudio del Diálogo entre Cultura y Cristianismo, en la persona de Bojana Bursac. A partir de este encuentro es probable que en un futuro no muy lejano pueda plantearse un encuentro de la EdC con los ortodoxos serbios. Nuevos horizontes se abren para el diálogo.

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El matrimonio [nº3]

Autor: Manuel Morales

«Queridos esposos, […]vuestra vocación no es fácil de vivir, especialmente hoy, pero el amor… es la única fuerza que puede verdaderamente transformar el cosmos, el mundo» (Benedicto XVI, VI Encuentro Mundial de las Familias, Milán 2012).

No es justo, no es humano marginar a Dios precisamente cuando el hombre y la mujer deciden constituirse en comunión estable de amor y de vida.

No es humano porque Dios es el Amor y es el Autor de la vida.

Estas páginas, escritas con el testimonio y la colaboración de esposos y padres cristianos –entre ellos un psicólogo, una sexóloga y una pareja de mediadores familiares– se proponen iluminar esta verdad: que el amor humano tiene su fuente en Dios y que el mejor futuro de la humanidad se fragua en la familia tal como Él la concibió.

Manuel Morales, sacerdote agustino, profesor de espiritualidad, formador de comunidades de laicos y colaborador habitual de la revista Ciudad Nueva, tiene una larga experiencia de acompañamiento a novios y a parejas de casados en las distintas etapas del matrimonio.

Editorial Ciudad Nueva (Madrid)

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Hildegarda

Autor: Lucia Tancredi Esta vida de Hildegarda de Bingen (1098-1179) se presenta como una novela histórica y se basa en la trama verosímil de una biografía dictada a la monja Adelheidis, que vivió al lado de Hildegarda hasta su muerte. El relato recogido por una mujer da pie a una reconstrucción íntima y fiel, capaz de describir la extraordinaria sencillez de una mística asombrosa, amiga de reinas y emperadores, a la vez testigo genial de su tiempo y considerablemente adelantada a su época, y hoy doctora de la Iglesia. «Yo, Adelheidis, abadesa de Gandersheim, llegada al final de mi siglo, dejo a mis hijas estos pergaminos de cuero finísimo envueltos en tejido de damasco y sellados. Contienen las memorias de mi madre, tal como las dictó mientras tuvo aliento. No hablo de mi madre según la carne… Mi madre es Hildegarda, abadesa de Rupertsberg. »Su talento más grande era la felicidad. Odiaba lo negro… Prefirió que las túnicas fueran verdes o blancas, no nos cortó los cabellos y quiso que nos vistiésemos de perlas y de rosas para que no sintiéramos vergüenza de la juventud. Nos enseñó que no hay culpa en amar la miel que hay en los libros, y escribió para nosotras la música sublime de los ángeles para que educásemos la voz y el cuerpo al Verdadero Bien. Nunca se preocupó de las críticas… Miraba más allá. El mal resbalaba sobre ella como lejía, para limpiarla y hacerla aún más espléndida. »Hildegarda precedió en siglos lo que los hombres tendrían que ser quizá dentro de mil años: seres de luz a imagen y semejanza de Dios, pacificados con la carne del mundo. »Yo he sido un anillo de la cadena virtuosa que ella comenzó. Ahora os toca a vosotras, hijas mías, leer a Hildegarda, estudiar la Naturaleza en las causæ et curæ, ver más allá de la vista, acoger, danzar, celebrar en todas partes el verdor de la creación. Descubrir que el talento más grande es siempre y en todas partes la alegría…». Lucia Tancredi (1963) tiene formación musical y literaria. Es pianista diplomada, enseña literatura italiana y latina y tiene varios libros publicados. Editorial Ciudad Nueva (Madrid)

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Con B16 hacia la última audiencia

Será una ocasión única para manifestar una vez más la gratitud del Movimiento de los Focolares y rezar con el Papa por el futuro de la Iglesia, junto a miles de personas que acudirán a San Pedro.

“Santidad, el Movimiento de los Focolares se estrecha a su alrededor en un conmovido gran agradecimiento por todo el amor paterno con el que siempre se ha sentido acompañado y sostenido”.

En el gran abrazo planetario que rodea estos últimos días del pontificado del papa Benedicto XVI, también los Focolares han querido “estar” para expresarle al Santo Padre su cercanía y oraciones. En un mensaje escrito inmediatamente después del anuncia difundido el 11 de febrero por la oficina de prensa vaticana, María Voce a nombre de todos los focolarinos del mundo escribió al Papa: “Queremos que nos sienta a su lado, en profunda y continua oración por la nueva fase que ahora se abre en Su vida y en la vida de la Iglesia, con fe segura en el amor de Dios a la que estamos especialmente llamados este año. ¡Lo queremos y lo seguiremos queriendo siempre!”

El anuncio de la dimisión del Papa tomo al mundo de sorpresa. Fueron inmediatas las declaraciones de apoyo y de estima por ese gesto de “coraje y humildad”, como ha sido definido en varias partes. Han tomado la palabra: políticos, diversos responsables de Iglesias cristianas, líderes de las religiones, gente común. Son el signo, por una parte, de un gesto único en la historia y por otra, denotan el afecto y la consideración de las que goza este Papa en el mundo, a todo nivel.

“La primera reacción – confiesa la Presidente del Movimiento de los Focolares- fue casi de turbación y ciertamente de dolor por esa ‘disminución del vigor tanto del cuerpo como del ánimo’ tan sencilla y humildemente confesadas por el Papa, tanto que nos pareció más grande precisamente en esa debilidad”. Y ha sido este sentimiento el que ha empujado a los focolarinos a enviarle un “mensaje de agradecimiento”. Pero también a leer en esta circunstancia “un llamado de Dios a una nueva y mayor medida de unidad”. María Voce explica: “En este momento más que nunca debemos dar testimonio de nuestro carisma, estrechándonos en un renovado pacto planetario, de punta a punta de la tierra, para poner a disposición de toda la Iglesia el tesoro de la presencia del Resucitado en medio nuestro”.

El sitio de Città Nuova  dedicó un especial a la dimisión del Papa que ha recibido en estos días muchas reacciones por parte de los lectores, incluso no italianos. “Muchos hacen análisis, apreciaciones críticas, intelectuales, más o menos benévolas: yo quiero expresar todo mi afecto por Benedicto XVI”. “Después de la sorpresa y un momento de desconcierto… he visto en su decisión una confirmación de la ‘grandeza’ de su figura”. Y todavía: “Me impresionó que el Papa en estos meses supo custodiar su decisión, lo imagino en un ‘tú a tú’ continuo con Dios. Siento que esta nueva circunstancia me cuestiona personalmente y tiene mucho que enseñarme”.

Y a propósito de este ‘tú a tú’ también el teólogo Piero Coda, rector del Instituto universitario Sophia, escribe: “Benedicto XVI, desde el inicio de su ministerio, nos ha sorprendido por la sencillez y radicalidad con la que ha hablado de su relación con Jesús, y de la relación que en Jesús estamos llamados a vivir entre nosotros, en los términos más bellos e intensos de nuestra experiencia: la amistad. El gesto inesperado con el que hoy ha anunciado su renuncia al Ministerio de Obispo de Roma y sucesor del apóstol Pedro, es el signo más alto de esta amistad que nos ha regalado. Un gesto alto, que pone un sello extraordinario a su pontificado, pero que se abre a una nueva estación en la forma de entender y administrar el ministerio del papado”.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Loppiano: Filosofía, Ciencia y Fe

Benedicto XVI con frecuencia afirmó enérgicamente que una teología para ser auténtica filosofía debe contar con el estímulo constante de la búsqueda filosófica y el apremio de la ciencia, de lo contrario no es auténtica teología.

 Con esta convicción, la edición 2013 del premio Renata Borlone, mujer en diálogo”, fue otorgado en Loppiano  al  astrofísico y cosmólogo Piero Benvenuti que, el domingo 17 de febrero en el aula magna de la ciudadela, dejó apasionado al público presente y al público que se conectó  por Internet, pues ilustró  la riqueza y la necesidad de esta relación. La relación entre Filosofía, Ciencia y Fe es muy importante si se desea sinceramente conocer el origen del universo. Este fue el objetivo de la mesa redonda de la mañana, cuyo título fue “En el principio….” en el que estuvieron presentes además del prof. Benvenuti, docentes de Astrofísica de la Universidad de Padua, el teólogo Mons. Piero Coda y el filósofo Prof. Sergio Rondinara del Instituto Universitario Sophia. Lo que ha sucedido en el tiempo que precedió al instante “10 menos 43 segundos”, la ciencia no está en grado de explicarlo ni demostrarlo, dijo el científico. Para comprender el “principio”, la primera chispa que dio origen al Cosmos, es necesario aventurarse en ámbitos distintos: teología y filosofía in primis.

La figura de Renata Borlone, titular del premio y sierva de Dios, fue el centro de la primera parte de la tarde. “Si la proclamación de la santidad de alguien sirve para que se conozca el primado de Dios, ¿Por qué no?” – afirmó en septiembre pasado  Maria Voce, presidente de los Focolares, en ocasión del LoppianoLab. Y todos los que han conocido a Renata personalmente, saben  que estas palabras la definen. El suyo fue un recorrido de santidad que testimonia “relación, comunicación, conciliación, reciprocidad con quien nos está al lado”, como afirmaba en aquélla oportunidad María Voce.

 Luego continuó la ceremonia de premiación del prof. Piero Benvenuti, quien es también Consultor del “Pontificio Consiglio della Cultura” y director del CISAS (Centro Interdepartamental de Estudios y actividades espaciales). Fue motivo de este reconocimiento “la constante tensión a lo trascendente en su trabajo científico, la obra de difusión y divulgación de la verdad científica como contribución verdadera sobre la persona humana y el aporte al diálogo entre ciencia de la naturaleza y teología cristiana”

Hubo numerosos mensajes de felicitaciones, entre ellos el del Card. Ravasi, presidente del “Pontificio Consiglio della Cultura”: “El ejemplo de Renata Borlone – escribió – con su dedicación al servicio de los hermanos que se entrelazó profundamente con su pasión por la ciencia, es un testimonio magnífico de un posible recorrido de crecimiento personal donde la fe y la ciencia estén unidas y no en oposición”.

El prof. Piero Benvenuti dio luego la lectio magistrales cuyo título fue: “La cosmología, ¿es verdaderamente necesaria?, ilustrando los fundamentos de la cosmología como ciencia “al alcance del hombre”, que responde a la natural aspiración humana hacia el futuro y lo universal, hacia el eschaton. Y refiriéndose a Renata, concluyó: “Ahora que ella ve la verdad cara a cara, nos ayudará a proseguir en el camino científico en un horizonte que está siempre un poco más allá de lo que nuestra búsqueda racional nos muestra”

Finalizando, algunos artistas ofrecieron un homenaje musical, sublime expresión de la infinita belleza encerrada en el universo.

Las fotos de la jornada

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Unidos en la fe en Dios Amor

El 17 de febrero es una fecha histórica para la Iglesia Valdense en Italia. Ese día, en el año 1848, el rey Carlo Alberto firmó la “Carta de las Patentes” con la que concedía los derechos civiles a sus súbditos valdenses.

La decisión fue acogida con gran entusiasmo y festejada alrededor de una gran fogata. Todavía hoy existe la tradición de las “Fogatas de la libertad” que se ha extendido también a otros lugares donde hay iglesias protestantes en Italia.

Son muchos los contactos entre los valdenses y los miembros del Movimiento de los Focolares en Italia. Presentamos la experiencia de un sacerdote focolarino y un pastor valdense con sus comunidades contada por ellos: «En nuestra ciudad, Turín, el conocimiento recíproco entre católicos y valdenses se remonta a hace más de veinte años, cuando empezamos a encontrarnos –católicos y valdenses- una noche al mes, para una lectura bíblica y la oración común, y todavía hoy seguimos haciéndolo. Esto favoreció el trabajo del Comité Interconfesional que se constituyó para las Olimpíadas de Turín. Vista la armonía que se creó, el Comité que convirtió en un organismo permanente del municipio.

En los encuentros el clima es siempre muy bello y en este contexto se hablaba desde hacía tiempo de hacer una experiencia juntos: un viaje a Tierra Santa. Lo propusimos como “Viaje de oración y estudio” y fue un éxito.

El viaje tuvo lugar del 1° al 9 de septiembre de 2012. En la mañana hacíamos una meditación del sacerdote sobre el significado de los lugares santos que iríamos a visitar y una reflexión bíblica del pastor. Después el comentario del acompañante de los Focolares, sobre los lugares visitados. La intención era: “Volver a los orígenes: al tiempo y a los lugares donde nació nuestra historia cristiana”, de modo que se pudiera encontrar una unidad que fuera más allá de las divisiones existentes, sin negarlas, pero viviendo una auténtica comunión, también como testimonio en esta tierra atormentada.

Momentos importantes: la celebración de la Santa Cena de los Valdenses con la presencia de los católicos y la Santa Misa Católica, con la presencia de los valdenses donde el amor recíproco hizo experimentar la presencia de Jesús entre dos o más unidos en Su nombre (cfr. Mt 18,20).

En casa nos encontramos para compartir impresiones y experiencias y el encuentro ciertamente se repetirá, porque a lo largo del viaje pasamos de desconocidos y un poco desconfiados a ser más que hermanos, unidos por el mismo Bautismo, por el mismo Credo apostólico y en especial por la misma fe en ese Dios Amor que juntos reconocimos recitando el Padre Nuestro».

A cargo del Centro «Uno»

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Argentina: arte y luz para caminar

“En la cosmovisión andina, el pasado se ubica adelante. Es luz para avanzar. ¡Me dejaron tanta luz para el camino en estos días! Un fuerte abrazo a cada uno y buen viaje”, saludaba Dami Adanto de Rueda (Directora de la Escuela Aurora), en su rol de anfitriona a los 50 participantes del 6° Encuentro Latinoamericano de Artistas, organizado por Clarté  (artistas que se inspiran al carisma de la unidad).

Santa María de Catamarca es una ciudad al noroeste de Argentina, de 20.000 habitantes, a orillas del río del mismo nombre. Fue asiento de culturas milenarias y formó parte del Imperio Inca. Un lugar encantador, arqueológicamente rico, con el paisaje de las primeras estribaciones al pié de la Cordillera de los Andes.

Artistas de toda la Argentina, de Colombia, de España y con la presencia de Michel Pochet (artista Belga que reside en Roma y animador de Clartè) se dieron cita, durante la última semana de enero, en esta antigua ciudad de Santa María.

“Las dificultades para llegar y las largas distancias recorridas, sólo fueron una razón más para disfrutar del encuentro entre nuestras almas, sin resistencias, sin máscaras”, explica Claudio Villarreal. Y Cristina Críscola agrega: “Compartimos momentos para conocernos entre nosotros, para acercarnos a la cultura andina, para trabajar en talleres de producción. Todas ocasiones de fiesta, aún para los que estaban atravesando dolores profundos”.

El tema eje fue: “En la diversidad: la unidad”. Palabras que se se fueron realizando de a poco entre todos a medida que pasaban los días.

Pintores que decían “No voy a poder trabajar. No estoy acostumbrado a hacerlo con gente alrededor. No es mi estilo”. Al pasar los días, en lugar de buscar aislamiento, optaban por los lugares comunes y compartían el mate, la charla en los descansos. Enriqueciéndose también en el contacto con otros artistas.

El penúltimo día los escritores, en una experiencia espontánea y novedosa, realizaron un “asalto poético”, regalando una experiencia poético teatral de la que todos (músicos, pintores, actores) aceptaron participar en pequeños grupos y que dio lugar a profundas comuniones que venían del alma. Alguien dijo: “Pocas veces tengo el corazón tan… que estalla”.

El último día se hizo una muestra con los trabajos realizados: pintura, música, teatro y letras, del cual también participaron algunas personas de la comunidad de los Focolares de Santa María.

“Santa María de Catamarca, nos has cambiado la vida -se expresa José, otro de los participantes-. Congreso de arte inolvidable, con gente de todas partes de Argentina, Latinoamérica, europeos. Yo te siento, Santa María, el centro del País, su más profundo ser: con tu cultura milenaria y sabia, tu dignidad sin límites. Tus mujeres dulces y valientes. No nos sueltes de la mano que naufragamos en la banalidad y la estupidez. Gracias por hacernos un nido para que volvamos a nacer”.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Gracias Santo Padre

En una carta a Benedicto XVI, escriben los responsables centrales del Movimiento Familias Nuevas de los Focolares, Alberto y Anna Friso.

“El anuncio de la renuncia del Santo Padre ha provocado en las familias de los Focolares esparcidas en el mundo una profunda conmoción.

Recordamos con gran nitidez aquel día en que Usted quiso dar solemnidad al 40° del Movimiento Familias Nuevas recibiéndonos en audiencia especial en la Sala Clementina, el 3 de noviembre de 2007.

Sus palabras han marcado una línea luminosa en el camino de nuestro movimiento y para todo el mundo de la familia.

Seguros de que el amor por la familia continuará en Su corazón, ¡las “Familias Nuevas” desean expresarLe su más sentido gracias!”

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Siria: se invoca la tregua

«Las ráfagas de disparos y los ataque aéreos hacen difíciles las comunicaciones. La situación de la periferia de Damasco es cada vez más dramática. Basta escuchar el eco repetido de los disparos del cañón también durante la noche, y el paso de los aviones para darnos cuenta de que ¡todavía no hemos llegado a la palabra tregua! Sin embargo la esperamos. Y la pedimos. Lo supe a través de Rim quien propuso el time-out por la paz a todas sus alumnas, la gran mayoría musulmanas, de un Centro donde se hospedan y aprenden sastrería.

La otra noche llamé por teléfono a Maryam de Homs, para tener noticias, desde hacía tiempo no lograba encontrarla. Me confirma que también según su parecer se necesita una intervención clara de Dios, que nos ayude a no perder la fe. Desde hace diez meses está refugiada en un pueblito cercano. La casa de sus padres ya no existe pero su anciano padre no lo sabe, sería demasiado para él. El hijo de Maryam regresó de Raqqa donde se había transferido para poder seguir en la universidad porque también allí la situación se puso muy difícil. Me dice que a finales del mes tendrán que dejar la casa que alquilaron: “¿dónde iremos?”.

«Hoy hablé con Luna de Aleppo. Me cuenta que están intentando poner en marcha una pequeña actividad económica casera (mermeladas, mantelería y otra cosa), con Marah, Yasmina y algunos amigos, y encontrar una posibilidad para vender estos productos. Me dice: «Muchos de nosotros estamos agradecidos por haber recibido ayuda para comprar pan o un litro de gasoil para la calefacción pero ¡queremos trabajar!».

«Enseguida pienso en las calles sitiadas o en el riesgo de los saqueos pero le aseguro que no dejaremos que de pierda esta propuesta. A Luna la conozco desde hace tiempo. No me sorprende su determinación. También conozco a su hermano Nader y a la familia de él, dos espléndidos niños muy inteligentes.

«Hasta hace dos años Nader junto a su papá y a su hermano mayor administraban una carpintería muy conocida en la ciudad, de muebles con un acabado excelente. Desde hace almenos seis meses ya no trabajan. Me dice Luna: «¡Si no encontramos otra forma de subsistir ante las necesidades de nuestras familias, también nosotros tendremos que tocar a las puertas de las iglesias, para pedir ayuda!».

«¡Cuánta mentira es ese: “Si vis pacem para bellum” (si quieres la paz prepara la guerra)! Aprendido en la escuela. Si quieres la paz prepara hombres nuevos, diría yo, que razonen con las categorías de la fraternidad, la justicia, la solidaridad, el amor, la auténtica libertad ».

«El obispo latino habla de que, según su parecer, se necesitan al menos dos generaciones antes de poder sanar las heridas que esta guerra dejará en el país (¡pero sólo si se logra detener pronto!) cuya causa, también aquí tantos están convencidos de ello, es fundamentalmente de naturaleza económica y política.

«Mucha gente quisiera hacer algo para terminar con estos proyectos insensatos y malignos. Pero hay también quien, y no son pocos en cambio, se reúnen para rezar, y no sólo a las 12 para el time-out por la paz lanzado por el Movimiento de los Focolares, que también aquí tratamos de divulgar y de dar a conocer hablándole a conocidos y a amigos, se reúnen hombres de todas las religiones, que se encuentran hasta por casualidad para rezar».

Fuente: Città Nuova

Diario dalla Siria/15

Diario dalla Siria/14

Diario dalla Siria/13

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Culturas juveniles emergentes

Del 5 al 9 de febrero se realizó en Roma la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo de la Cultura dedicada a las culturas juveniles emergentes. El objetivo era, como afirmó el Card. Ravasi, Presidente del dicasterio, “disponerse a escuchar con atención acerca de la cuestión juvenil” tanto en la sociedad como en la Iglesia, donde resultan evidentes las dificultades para transmitir la fe.

La importancia de este tema fue remarcada también por el Santo Padre en el encuentro que tuvo con los participantes, donde recordó que los jóvenes son para la Iglesia “un punto de referencia esencial e ineludible para su acción pastoral”, agregando que, “no faltan fenómenos decididamente positivos” como “muchos jóvenes voluntarios que ofrecen a los hermanos más necesitados sus mejores energías”

Farasoa Bemahazaka

Como un eco de las palabras del Papa vemos la experiencia de Fara, joven de Madagascar que pertenece a los Focolares, y que fue invitada a hablar sobre: “Formas de participación, creatividad y voluntariado”. Fara cuando tenía 16 años asistió a un encuentro mundial de los  Jóvenes por un Mundo Unido que estaban trabajando en el Proyecto Africa y con ellos experimentó que también hoy es posible vivir con el radicalismo de los primeros cristianos. Algunos años después fue a  Italia a la Escuela Gen de Loppiano donde se quedó 10 meses, animada por el deseo de vivir la fe con mayor profundidad. Aquí comprendió que “cada hombre tiene algo para dar a veces a través de muchas pequeñas acciones; se da y se recibe en la medida en que se ama. De aquí nace el diálogo intercultural, que comienza por un diálogo interpersonal porque el diálogo no es entre culturas sino entre personas de distintas culturas”

Actualmente esta joven africana estudia Economía y Comercio en Florencia. Aquí se encontró también con el Centro Internacional La Pira, donde desempeñó el servicio civil y pudo establecer y profundizar  relaciones con la cultura de jóvenes de todo el mundo. Además, con otros amigos, promovió la Asociación de estudiantes africanos en Florencia con la cual se desea mantener viva la conciencia de su cultura original y al mismo tiempo favorecer la fraternidad universal. Al principio del año académico, para ayudar a los nuevos estudiantes, se abrió una oficina en la que se ofrece asistencia en la expedición de los trámites burocráticos y se los ayuda también en la inserción en la vida social de Florencia.

En septiembre del 2012 asistió al Genfest y actualmente es una activa protagonista del United World Project con el cual se quiere mostrar el camino de la humanidad, que avanza en forma lenta pero irrefrenable, hacia la fraternidad.

Fara ha hecho suyas las palabras de Chiara Lubich: «Jesús hoy vendría nuevamente a “morir por esta gente”, para salvarla de todos los males. Jesús vino hace veinte siglos. Ahora quiere volver a través nuestro. Jesús era joven: ¡quiere volver sobre todo a través de los jóvenes!».

 

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Argentina: Una escuela para crecer en familia

En el período de verano austral el número de las familias que viven en la Mariápolis Lía creció notablemente. Además de las que forman parte de la ciudadela de manera estable, durante el mes de enero, como ya se ha hecho habitual desde hace diez años, llegaron a compartir esa experiencia de unidad otras diez familias de Perú, Chile, Paraguay y Argentina. En total, entre padres e hijos, 50 “ciudadanos” más, desde un año y medio hasta cincuenta. Distintas procedencias, edades, culturas que enriquecieron con su variedad la convivencia característica de la Mariápolis.

El objetivo convocante era el de sumergirse en la propuesta comunitaria y en la rutina de sus actividades, el trabajo, la oración, la fiesta, mientras reflexionaban, dialogaban y compartían sus vivencias sobre los temas específicos propios de la familia afrontados con los instrumentos propios de la cultura de la unidad. Lo que se dice, una escuela de vida, desde el sentido más genuino del matrimonio.

El programa, como en años anteriores, incluyó momentos de reflexión sobre puntos fundamentales, aspectos e instrumentos de la espiritualidad, con su aplicación a la vida de familia, complementada con amplio espacio para el diálogo y la comunión en pareja y en el grupo.

Para que cada familia pudiera revalorizar desde esa perspectiva su vida ordinaria, además de contar con una casa propia, tenía la posibilidad de hacer su ritmo cotidiano de compras, tareas del hogar, comidas, trabajo en alguna actividad de la ciudadela, descanso y también cultivar la amistad con el resto en reuniones espontáneas, fiestas en conjunto –cumpleaños, aniversarios- compartiendo costumbres, comidas, folklore de las distintas culturas, enriqueciéndose día a día como una verdadera “familia de familias”.

Los hijos, distribuidos por edades, tuvieron también su espacio de actividades con talleres y juegos, apuntando a experiencias que luego compartían con sus padres.

Al hacer el último balance, una joven esposa hablaba de haber descubierto y podido “cambiar las coordenadas de base para ser el otro. Conozco el ideal de la unidad, pero me parece tan nuevo ahora vivirlo así, con mi esposo…”. O bien Alejandra, peruana de 17 años: “Hoy siento muchos deseos de crecer en familia, pero sé que no voy sola en este camino, porque vamos de la mano con mis padres, mi hermano, con todas las familias de la Escuela Loreto y sabiendo que cerca o lejos, en Perú, Chile, Paraguay o Argentina hay quienes quieren llegar a la misma meta, que quizás caen y recomienzan, pero que creen en el amor”. “Hubiéramos querido tener más días… -fue una sensación general-. Sentimos ser como un rompecabezas en manos de Dios, que nos desarmó y nos volvió a armar con todo su amor”, afirma Jorge, de Chile. “Nos llevamos una mochila de experiencias, que algunas ya las hemos puesto en práctica aquí y otras las pondremos en práctica día a día”, dice Gustavo, de Argentina. Y Nicolás, de 9 años: “Me gusta mucho el lugar, hay mucha naturaleza y es perfecto para andar en bicicleta. Los amigos que me hice son de distintos países, se descubren nuevas culturas y cuando te juntas con los demás conoces cosas nuevas, por ejemplo, Chiara Luce, que no conocía, y que fue un niña que sabía recomenzar y supo ver el paraíso y a mí me gustaría también poder ver el paraíso. Y (cuando sea más grande), voy a venir a hacer la experiencia de un año en la Escuela Gen”.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Resurrección – motivo de renacimiento

Al cristiano no le está permitida la desesperación; no le está permitido dejarse abatir. Pueden caer sus casas, esfumarse sus riquezas: él se eleva, sigue luchando: lucha contra toda adversidad. Los espíritus perezosos, agazapados en sus propias costumbres fáciles y cómodas, se asustan ante la idea de la lucha. Pero el cristianismo existirá en la medida en que resista la fe en la resurrección. La resurrección de Cristo, que en sí misma nos injerta y nos hace partícipes de Su vida, nos obliga a no desesperarnos nunca. Nos da el secreto para levantarnos después de cada caída. La cuaresma es –y debe ser- también un examen de conciencia, mediante el cual podemos contemplar las realidades sofocadas que se agitan en el fondo de nuestra alma y de nuestra sociedad, donde se aferra la miseria de un cristianismo que para muchos está hecho de “ordinaria administración”, sin brío y sin el latido del corazón, como una vela sin viento. La resurrección de Cristo debe ser el motivo del renacimiento de nuestra fe, esperanza y caridad: victoria de nuestras obras sobre las tendencias negativas. La Pasión nos enseña a vencer las pasiones funerarias para renacer. Renacer cada uno, renacer en unidad de afecto, con el vecino, con cada pueblo, en concordia con las obras, para establecernos en el Reino de Dios.

Esto se traduce en una constitución social, a través de un orden que mediante la autoridad, la ley y las sanciones, actúe por el bien de los hombres y llegue al cielo, pero a través de la tierra. Y éste se delinea según un orden divino. Su ley es el Evangelio, que comporta la unidad, la solidaridad, la igualdad, la paternidad, el servicio social, la justicia, la racionalidad, la verdad, y la consecuente lucha contra los atropellos, las enemistades, el error, la estupidez… Buscar el Reino de Dios es por lo tanto buscar las mejores condiciones para que se exprese la vida individual y social.

Y se entiende: donde reina Dios, el hombre es un hijo de Dios, un ser de valor infinito, y trata a los otros hombres y es tratado como hermano, y hace a los demás lo que quisiera que le hicieran a él. Y los bienes de la tierra son fraternalmente puestos en común, y circula el amor y el perdón, y no valen las barreras pues no tienen sentido para el amor universal. Poner como finalidad el Reino de Dios por lo tanto significa elevar la meta de la vida humana.

Quien persigue como primera cosa el reino del hombre persigue un bien sujeto a rivalidades y contestaciones. En cambio si el objetivo es divino lleva a los hombres a un plano superior a sus rivalidades y los unifica en el amor. Después, en esa unificación, en esa visión superior de las cosas de la tierra, también la cuestión de la comida, del vestir y de la diversión asume las proporciones justas, adquiere un nuevo sentido y se simplifica en el amor, se tiene la plenitud de la vida. En este sentido también para nosotros, Cristo ha vencido el mundo.

Igino Giordani Las Fiestas, Società Editrice Internazionale (S.E.I.), Turín, 1954.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Cuaresma: ¿cómo progresar en la virtud?

«Para poder hacer de la vida un “Santo viaje”, y poderlo concluir como deseamos, en La Imitación de Cristo, ese libro de piedad y meditación que muchos conocemos, dice que es necesario tener algunas cualidades muy rigurosas: el completo desprecio del mundo, el ardiente deseo de progresar en la virtud, el amor al sacrificio, el fervor de la penitencia, la renuncia a mí mismos y el saber soportar toda adversidad…

Son cualidades que también todos nosotros necesitamos poseer. Pero tenemos que preguntarnos: según nuestra espiritualidad, ¿cómo podemos adquirirlas?

La respuesta es clara y cierta: Dios no nos ha llamado a realizar todo esto a través de una vida monástica o separada del mundo.

Estamos llamados a permanecer en medio del mundo y a llegar a Dios a través del hermano, a través del amor al hermano y del amor recíproco. Y comprometernos a avanzar por esta original vía evangélica donde encontraremos enriquecida nuestra alma, como por encanto, de todas las virtudes […]

Si todos nosotros estamos concentrados en pensar en los demás, en amar a los demás, no nos ocuparemos del mundo, lo olvidaremos, por lo tanto lo despreciamos, aunque esto no nos dispense de alejar sus tentaciones cuando nos asechan.

Hay que progresar en la virtud. Pero esto se logra con el amor. ¿No está escrito: «Corro por la vía de tus mandamientos, porque dilataste (con el amor) mi corazón» (Sal, 119, 32)? Si amando el prójimo se corre en la actuación de los mandamientos de Dios, quiere decir que se progresa.

Se necesita el amor al sacrificio. Amar a los demás significa precisamente sacrificarnos a nosotros mismos para dedicarnos al hermano. El amor cristiano es sinónimo de sacrificio, aunque comporta una gran alegría.

Se necesita el fervor de la penitencia. Es en una vida de amor donde encontraremos la mejor y principal penitencia.

Se necesita la renuncia a sí mismos. En el amor a los demás está siempre implícita la renuncia a sí mismos.

Es necesario saber soportar todas las adversidades. ¿No será que muchos dolores son causados por nuestra forma de convivir con los demás? Tenemos que aprender a soportar a todos y amarlos por amor a Jesús abandonado. Así superaremos muchos obstáculos en la vida.

Sí, al amar al prójimo encontramos una forma excelente para hacer de la vida un “Santo viaje” […]».

Chiara Lubich, L’amore al fratello, a cargo de F. Gillet, Città Nuova, Roma 2012, pp. 77-79

(Tomado de una conexión telefónica – Rocca di Papa, 27 de noviembre de 1986)

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

El precio de la coherencia

«Soy ingeniero hidráulico, desde hace varios años trabajo en el  manejo de equipos de depuración de agua en una región del Sur de Italia.

A fines de los años ’90 comencé a trabajar para una multinacional que gestionaba  cincuenta depuradores en toda la región. Apenas comencé a trabajar allí, me di cuenta que probablemente era el único empleado asumido gracias a mis estudios y mi currículo, y no por recomendación.

Comenzamos nuestro trabajo con gran responsabilidad y, al contrario de lo que había sucedido en años anteriores, después de los clásicos 30-40 días de funcionamiento, los depuradores empezaron a trabajar perfectamente. Una señal preocupante, porque indicaba claramente que antes no había  sido el motivo de que no funcionaran bien impedimentos técnicos, sino más bien intereses económicos contrarios.

Enseguida empecé a trabajar para otras empresas. En todos lados me daba cuenta que la gestión rigurosa del agua pública, la salud de los ciudadanos, el futuro de nuestros hijos, el bien de una ciudad eran valores secundarios frente al usufructo e intereses económicos. Se me pidió explícitamente que me olvide de los primeros intereses para servir  a la ganancia económica. Para ganar más, en una de las comunas, se descargaba el barro de la depuración en el torrente limítrofe que desembocaba, después de pocos kilómetros en el mar. Hoy, ya pasaron dieciséis años de aquellos hechos y se produjeron los primeros arrestos.

Todo esto chocaba contra mis principios. Con mi esposa y muchos amigos tratábamos de vivir el Evangelio en todas las circunstancias de la vida. Mi conciencia, mis ideales, me decían que vaya en contra de estas prácticas, aún a costa de un gran sacrificio. Me fui del trabajo, era mejor ser pobre pero honesto.

No fue fácil por un largo período. No obstante realizamos experiencias positivas en la gestión de instalaciones de depuración. Una de estas fue en  la cooperativa social de un pueblo del litoral. Éramos tres: yo como ingeniero, otro que era electricista y un obrero con un pasado de toxico dependencia, que gracias a esta experiencia se pudo reintegrar  en el mundo laboral. Los resultados fueron extraordinarios, a tal punto que un técnico de laboratorio nos dijo que no era posible tener un agua tan pura: que seguramente debía haber algún engaño!

Actualmente gestiono un depurador comunal y otras pequeñas instalaciones privadas. El mismo técnico de laboratorio que no creía en nuestra agua tan pura, hoy lleva a los estudiantes –futuros técnicos de laboratorio- a visitar las instalaciones donde trabajamos nosotros.

El precio de la coherencia es alto. La situación de mi familia fue siempre precaria, llegar a fin de mes es una empresa.  Pero para dejar lugar a la obra de Dios es necesario creer en su amor, aunque esto signifique realizar elecciones que van contra la corriente común.

Esta mañana fui a caminar por la playa. Delante del espectáculo del mar y de los reflejos del sol en el agua, sentí la presencia de Dios que me animaba».

(Roberto, Italia)

* Extraído de Una buona notizia. Gente che crede, gente che muove. ( Una buena noticia. Gente que cree, gente que se mueve), Ed. Cittá Nuova, Roma 2012.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Con Benedicto XVI

«Queridísimos hermanos,

Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia».

Con estas palabras, pronunciadas en latín, Benedicto XVI comienza a comunicar su decisión de dimitirse. Y continúa: «Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria».

Desde todo el mundo llega un gran eco a las palabras y al gesto del Pontífice. En nombre del Movimiento de los Focolares llega al Santo Padre también un mensaje de afecto y agradecimiento de parte de la presidente Maria Voce:

«Su Santidad, el Movimiento de los Focolares se une a Usted con un emotivo y gran agradecimiento por todo el amor paterno del que siempre se ha sentido acompañado y apoyado. Nos gustaría que supiese que estamos a Su lado, en oración profunda y continua para la nueva fase que ahora se abre en Su vida y en la vida de la Iglesia, con la fe firme en el amor de Dios al que estamos llamados especialmente este año. ¡Le queremos y Le querremos siempre!».

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

50° de los Focolares en África

«Una historia extraordinaria, divina, que conocen bien. Muchísimos años de fidelidad y compromiso de parte de muchos de ustedes, que han hecho germinar esta semilla –plantada al inicio en Camerún – a partir de aquí han surgido segmentos de humanidad renovada por el amor dirigida a la realización del plan de Dios para todo el gran continente africano y más allá». Son algunos conceptos del mensaje que Maria Voce (Emmaus), presidente de los Focolares, envió a los miembros del Movimiento en África, quienes este año festejan el 50° aniversario de la llegada del “carisma de la unidad” a su continente.

Son 2000 las personas que se reunieron en 9 de febrero pasado en Shisong, en la región de Bamenda (en el noroeste de Camerún), nella Regione di Bamenda (Nord-ovest del Camerun); allí donde llegaron los primeros focolarinos, el 12 de febrero de 1963. Aquellos que se reconocen como “hijos de  Chiara”, quienes en enero del 2009 en el mismo lugar celebraron el Cry Die, (el fin del luto) por la fundadora de los Focolares, un evento mediante el cual Chiara Lubich fue agregada solemnemente a los antepasados y por lo tanto digna de ser recordada e invocada, porque “su ideal de solidaridad, espiritualidad, cooperación, amor, no puede morir”. Hay quienes, a lo largo de los años se han ido involucrando en la acción de la “Nueva Evangelización”, un plan organizado, que establecieron en el 2000 entre Chiara y el Fon (el rey) de Fontem (en el suroeste del país) quien fue el primero en comprometerse delante de su pueblo e vivir el espíritu del amor y de la unidad del Evangelio. Y fue el mismo Fon quien seguidamente involucró a los jefes de las tribus y a los notables.

La cita de Shisong de sábado pasado empezó con el Time Out por la paz, y prosiguió con la  ‘oración por la celebración del Jubileo’, en la que se le pide a Dios hacer crecer la fe en Él, con la mirada dirigida a los ‘pioneros’ de esta aventura (Chiara Lubich, el obispo Julius Peeters y el Fon Defang); de saber recomenzar a amar a cada hermano con humildad, de caminar hacia la fraternidad universal; de aumentar la llama de la caridad en cada comunidad, en modo de ser apóstoles del testamento de Jesús “Que todos sean uno” (Jn, 17.21).

Presentes en forma especial, a través de un mensaje, también dos de los primeros focolarinos, que se prodigaron mucho por África: Bruna Tomasi y Lucio Dal Soglio. La lectura de sus palabras, introdujo el documental: “Focolares, 50 años en África”, que recorre las etapas de esta historia, que para también por la experiencia de Piero Pasolini y de Marilen Holzhauser.

Desde los inicios la Palabra de Dios no fue simplemente objeto de contemplación, sino que se tradujo en elecciones concretas en la vida cotidiana. Con el nacimiento de varias comunidades se pudo experimentar ese espíritu de familia que pone en común también las necesidades, además han nacido muchas iniciativas en el continente, incluyendo programas sociales, escuelas y centros de salud: desde el Colegio de Fontem, a preescolares, escuelas y programas extracurriculares en Camerún, Nigeria, Tanzania, Burkina Faso, Costa de Marfil, Kenia. Un hospital en Fontem, centros médicos en Uganda, R.D. de Congo e Costa de Marfil. Actividades para combatir de desnutrición; talleres de carpintería para jóvenes en Sud África, Camerún, Costa de Marfil y Kenia; un proyecto agrícola en Nigeria.

Desde principios de los años ’70 muchos jóvenes africanos han descubierto el “camino de Chiara” y, con ella, un nuevo estilo de vida.

La serie de testimonios de niños, chicos e jóvenes, contadas el 9 de febrero, marcan la continuidad de hoy con el Ideal de la fraternidad que echó raíces hace 50 años.

«Un pueblo nacido del Evangelio, capaz de testimoniar el ser familia más allá de la distinta pertenencia a una tribu, etnia o pueblo» escribió María Voce en su mensaje, con el augurio de iniciar juntos esta etapa importante –que durará todo el año, con la celebración en Kenia, en la Mariapoli Piero, el 19 de mayo, durante el congreso panafricano de los Voluntarios de Dios, y otras citas en varios países africanos.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

A mí me lo has hecho. Historia de Fontem contada por Chiara Lubich

Fontem

«Hoy merece que contemos algo [de la historia] de Fontem, en Camerún. Su título podría ser: “A mí me lo hicisteis”. Es una historia que parece un cuento.

En la selva de Camerún había un pueblo que había sido muy numeroso. Era casi todo pagano, pero con una gran dignidad, moralmente sano y rico de valores humanos. Era un pueblo naturalmente cristiano, podríamos decir. Se llamaba Bangwa, pero ahora estaba disminuyendo a causa de las enfermedades. El 98 % de los niños, en efecto, moría durante el primer año de vida.

No sabiendo qué hacer, esos africanos, con los pocos cristianos que había entre ellos, se preguntaron: “¿Por qué Dios nos ha abandonado?”. Y concluyeron: “Es porque no rezamos”. Entonces, todos de acuerdo, decidieron: “¡Recemos durante un año, tal vez Dios se acordará de nosotros!”.

Rezaron, día tras día, teniendo en la mente sólo esta idea: “Pedid y se os dará; llamad y se os abrirá”(Mt 7,7). Y rezaron todo el año. Pero a fin de año no había sucedido nada.

Fontem 19 gennaio 1969

Chiara Lubich, Fontem, 19.1.1969

Sin desanimarse, los pocos cristianos dijeron al pueblo: “Dios no nos escuchó porque no rezamos lo suficiente. ¡Recemos un año más!”. Entonces, rezan otro año, un año entero. Pasa el segundo año y no sucede nada. Entonces se reunieron y se preguntaron: “¿Por qué Dios nos ha abandonado? Porque nuestras oraciones no valen delante de Dios. Somos demasiado malos. Hagamos una colecta, una recaudación de dinero, y mandémosla al Obispo para que haga rezar a una tribu más digna que la nuestra, para que Dios se apiade de nosotros”.

El Obispo se conmovió, empezó a ocuparse y los fue a visitar y les prometió un hospital. Pero pasaron tres años y el hospital no aparecía. En un momento dado llegaron algunos focolarinos médicos. Y el pueblo de los Bangwa vio en ello la respuesta de Dios. A los focolarinos los llamaron: ‘los hombres de Dios’.

Estos se dieron cuenta de que en este lugar no valía hablar. No se puede decir en esas circunstancias: “Id en paz, calentaos y hartaos” (St. 2, 16). Aquí había que arremangarse y actuar. Y abrieron un consultorio en medio de dificultades indecibles.

También yo fui a visitarlos tres años después. Aquella multitud reunida en una vasta extensión, ante la casa del rey, el Fon, me pareció tan unida, tan ansiosa de elevación espiritual, que me pareció un pueblo preparado desde hacía tiempo, por María, para el cristianismo en su forma más íntegra y genuina. En aquel momento la zona ya era irreconocible. No sólo por los caminos y las casas que habían construido, sino también por la gente.

La obra precedente de los misioneros, que solo raramente podían visitar la región, había establecido bases muy sólidas. Ya habían nacido pequeños núcleos de cristianos aquí y allá, como una semilla que espera germinar. Pero ahora la marcha hacia el cristianismo había adquirido las proporciones de una avalancha. Cada mes los bautismos de adultos que nuestros sacerdotes debían administrar eran centenares, a pesar de una selección muy rigurosa.

Un inspector del gobierno, que había recorrido la región para inspeccionar las escuelas primarias, al final afirmó: “Todo el pueblo está fuertemente orientado hacia el cristianismo, porque ha visto cómo lo viven concretamente los focolarinos”.

Y hay que destacar que la acción evangelizadora de los focolarinos durante esos tres años fue casi exclusivamente una cuestión de testimonio. Ha habido que trabajar mucho, es más, casi sólo trabajar y en condiciones muy difíciles: por la falta de medios adecuados, de personas capacitadas en el lugar, y por las dificultades de las vías de comunicación y de abastecimiento. Por tanto, nada de reuniones, nada de grandes jornadas o discursos públicos. Solamente algún diálogo personal en encuentros ocasionales. Sin embargo, todos los domingos, el ‘galpón – iglesia’ se llenaba cada vez más de gente. Junto al grupo de los cristianos, aumentaba el número de los animistas que querían acercarse al cristianismo. La iglesia ahora estaba repleta y era más la gente que participaba desde afuera que la que estaba adentro. Miles de personas oían la Misa, centenares se acercaban a comulgar.

La de Fontem, para nosotros, fue una experiencia sin igual. Nos pareció que revivíamos el desarrollo de la Iglesia en los primeros tiempos, cuando el cristianismo era aceptado por todos integralmente, sin límites y compromisos. Y la experiencia de Fontem empezaba a despertar el interés de muchas otras comunidades africanas, como la de Guinea, de Ruanda, de Uganda y de Kinshasa en Zaire[1],, de esta manera Fontem adquiría cada vez más su función de centro propulsor de una evangelización característica. Hoy Fontem es un pueblo grande, con todo lo esencial que comporta un pueblo. Y tiene también una parroquia.

Creyeron en los focolarinos, porque hicieron a Jesús lo que hicieron a los Bangwa, dando, en primer lugar, testimonio del amor entre ellos y luego hacia todo el pueblo».

Chiara Lubich

Fragmento de una coversación en el congreso del Movimiento de los religiosos – Castel Gandolfo, 19 de abril de 1995

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[1] Atual República Democrática del Congo.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Nací, ¿en Vallo o en Rumania?

Claudio, Antoanetta, Marinella, Giorgio

«Rumanía, 1996. Con Gheorghe, mi marido, y 3 hijos, dejamos nuestro País, como muchos otros compatriotas, buscando trabajo y un futuro mejor para nuestros hijos. Nos fuimos a ciegas, no sabíamos ni siquiera donde habríamos dormido la noche en que llegaríamos a Turín. Durante una semana nos alojaron unos amigos rumanos, luego alquilamos una casa. Completamente vacía. Durante una semana dormimos en el suelo sobre un acolchado, ¡menos mal que estábamos en verano!

El miedo nos atenazaba. Nuestros hijos, que en Rumania asistían normalmente a la escuela, ahora, ¿podrían seguir estudiando? ¿Habríamos tomado la decisión correcta? ¿Encontraríamos trabajo? Después de poco tiempo, tuvimos que dejar el alojamiento donde vivíamos: el riesgo que corre el dueño de casa alquilando a personas clandestinas es muy alto. Otro momento difícil para nosotros: ¿dónde iremos?

Vallo Torinese

“Le preguntaremos al Padre Vincenzo”, dice una amiga mía. Es un sacerdote de una parroquia que está a las afueras de Turín: en Vallo. Su primera respuesta es negativa, pero mientras estamos allí buscando una solución, suena el teléfono: es el padre Vincenzo que dice que encontró la vivienda justa para nosotros. ¡La alegría es desbordante! Y más todavía cuando en los días siguientes, este sacerdote, sin esperar nuestro ingreso en su parroquia, nos trae artículos de primera necesidad y esto se repetirá semanalmente. Al final dejamos la casa de Turín y nos vamos a Vallo.

Ya pasaron 13 años desde aquella época, pero recordaré siempre el recibimiento que nos hicieron en aquellos primeros días. Éramos una familia numerosa, en aquel momento teníamos 3 hijos, ahora 4, pero desde el primer momento sentimos que nos recibían y aceptaban con amor, como si fuésemos de su familia.

Cuando llegamos – con pocas cosas, 3-4 bolsos – una casa de la parroquia ya estaba pronta para nosotros. Había una cocina con todo lo necesario, el living y los dormitorios con las camas ya prontas. Ver esa casa, fue algo maravilloso. Inesperadamente hermosa, los niños, que eran pequeños, se enamoraron enseguida de ella y la sentimos como si fuera nuestra.

Padre Vincenzo

Me sentía a tal punto en mi casa que me preguntaba si había nacido en Vallo o en Rumania. ¿Qué había hecho para merecerme todo este amor? No debe haber sido fácil para la comunidad recibir y, en el primer momento proveernos de todo lo necesario. Alguno se preocupaba por nuestro permiso de estadía, otro nos traía la verdura de la huerta para que pudiéramos ahorrar y otros nos daban consejos; y también había algunos que aceptaban que los libros de nuestros  hijos fueran pagados en cuotas.

Pasado un año desde que nació la última hija, llega para mi la noticia de un trabajo fijo. Pero… ¿a quién le dejaba la niña? Una persona se ofreció a ocuparse de ella durante mi ausencia, sin pedir nada a cambio, y sigue haciéndolo aún ahora.

Todas estas cosas, y muchas otras que no dije, suscitaban dentro una pregunta. Pero, ¿por qué estas personas se comportan de esta forma? Con el tiempo comprendí: habían descubierto Dios Amor y trataban de responder a su amor, amando.

Probé también yo. Ahora trato de responder a este Amor de Dios, que se manifestó a través de todas estas personas de mi comunidad, amando a los hermanos que encuentro cada día».

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Sophia: entre política y teología

Gabriel de Almeida tiene 25 años. Rio de Janeiro, donde nació, es una metrópolis activa y dinámica: será la sede de la próxima  Jornada Mundial de la Juventud y de la edición 2014 de la Copa mundial de fútbol. De la gran Río Gabriel ha traído al Instituto Universitario Sophia (IUS) la vivacidad y la apertura hacia el futuro de la población carioca. El itinerario de estudio que está concluyendo presenta varios puntos de interés. ¿Por qué te inscribiste en el IUS? «Habiendo llevado a casa el título en Relaciones internacionales, sentía la necesidad de dar un paso más allá de los conflictos de las teorías políticas y explorar el horizonte del humanismo. Después de cuatro años y medio de universidad, sentía dentro una gran sed: buscaba dónde y cómo responder a mis interrogantes. Las historias de algunos amigos míos que ya habían frecuentado Sophia me hicieron intuir que precisamente el IUS podía ser el lugar adecuado. ¿Por qué elegiste la especialización en “Ontología trinitaria”, tú que ya tenías a tu haber estudios políticos? ¡Qué relación hay entre los dos itinerarios! «Llegué a Sophia pensando seguir la especialización en política; era una elección más que natural para mí. Pero después de algunos meses, vinieron a flote dos nuevas impresiones. La primera de maravilla: la maravilla de conocer quién es Jesús, quizás por primera vez en una forma tan personal, sobre todo frecuentando el curso sobre el Evangelio de Marco. La segunda: una nueva comprensión de mí mismo madurada con ocasión de un seminario sobre temas teológicos; me sentí “capaz” de acercarme al pensamiento de Jesús, a lo que Pablo llama el “noûs christos”. No por una ambición de conocer el sentido de todo, de poseer la auténtica lógica, sino por el descubrimiento de un lugar plenamente humano desde el cual poder leer el mundo y sus desafíos, respetando sus lenguajes y sus razones. Estás inscrito en el segundo año: ¿ya empezaste a preparar la tesis? «Si, ya elegí el tema, la fenomenología del “extranjero”, si así se puede definir, un argumento de gran impacto para la política, pero mi visión será distinta, porque trataré los flujos migratorios que caracterizan las sociedades contemporáneas haciendo emerger nuevas tendencia políticas y culturales a partir de un “lugar” de conocimiento que inspira las razones del Amor. Estás en el IUS desde hace casi dos años: ¿cómo definirías este tiempo que estás viviendo? Quisiera seguir usando la metáfora del “lugar”: Sophia es ante todo un lugar desde donde observar… las miles y variadas realidades humanas a partir de la fraternidad, de una idea profundamente innovadora de sociedad.  Además Sophia me está dando los instrumentos, no sólo para reflexionar, sino también para actuar concretamente teniendo como punto central la persona en toda la riqueza de sus relaciones. Sé que todavía me esperan infinitos momentos de “maravilla”, de esa maravilla filosófica que anticipa y revela el conocimiento, y junto a los demás estudiantes y a toda la comunidad del IUS me siento más que nunca en camino. Fuente: Instituto Universitario Sophia

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Asia: formarse al diálogo interreligioso

“Descubrir las Escrituras en el hinduismo, budismo, confucianismo, taoísmo, islam y cristianismo y su aporte a la paz y a la armonía” es el título del curso que reunió a 290 miembros del Movimiento de los Focolares, provenientes de India, Paquistan, Indonesia, Filipinas, Japón, Corea, Vietnam, Myanmar, Camboya, Australia y numerosos participantes provenientes de distintas regiones de Tailandia. Un auténtico muestrario de Asia, con el fin de profundizar el conocimiento de las grandes religiones orientales y formarse a un diálogo maduro.

La cita era muy esperada, después de la última edición del 2011 que tuvo lugar en Filipinas, en la ciudadela “Mariápolis Paz, cerca de Manila. La misma fue inaugurada por el Director de la Escuela del Diálogo con las Religiones Orientales (SOR), el arzobispo de Bangkok, Francis Xavier Kriengsak Kovithavanij, quien en su saludo inaugural afirmó entre otras cosas: «Las distintas religiones consideran sus Sagradas Escrituras con modalidades diversas. Pero hay una cosa que las acomuna, y es fundamental: son todas fuentes de sabiduría».

Competentes relatores ofrecieron sus intervenciones: el Dr. Seri Phongphit de Bangkok por parte del Budismo Theravada, el Dr. Donald Mitchell por el budismo Mahayana, los profesores Adnane Mokrani por el Islam, Philipp Hu por el Confucianismo, Stephen Lo por el Taoísmo y Luciano Cura por el Hinduismo. El obispo Roberto Mallari de Filipinas presentó sus reflexiones sobre la Exhortación Apostólica Verbum Domini. Y como tema que resumía toda la escuela, Andrew Recepcion, presidente de la Asociación Internacional de Misiólogos (IACM), ofreció una iluminadora lección sobre la nueva evangelización en Asia, en relación al diálogo interreligioso.

El hecho de que la SOR tuviera lugar por primera vez fuera de su sede en la ciudadela de Tagaytay, permitió a los participantes sumergirse en la realidad del budismo therevada, típico de Tailandia y de todo el sureste asiático. El acercamiento con el budismo no se limitó a la profundización de sus Escrituras a nivel académico, sino que entró en la vida concreta, gracias a las esperiencias de Metta y Beer, ambos budistas amigos de los Focolares desde los años ’80. Muy eficaz y profundo el vídeo que recoge las impresiones de los monjes budistas y su relación personal con Chiara Lubich, complementadas con experiencias vividas a partir del encuentro con el ideal de la unidad: un motivo de inspiración para todos los presentes. El Prof. Donald Mitchell, no pudiendo estar presente personalmente, desarrolló su lección vía skype conectando la SOR de Bangkok y la Purdue University, de los Estados Unidos.

La atmósfera de comunión permitió comprender las lecciones no sólo intelectualmente sino espiritualmente. Muchos decían que habían comprendido el diálogo interreligioso en una forma más profunda, como un estilo de vida, y no tanto como una actividad por desarrollar. La “SOR 2013” fue especialmente significativa para Asia, en el año de la Fe; el diálogo interreligioso resultó ser, no sólo un puente en el conocimiento de las religiones y culturas, sino un estímulo para profundizar la propia fe cristiana. El P. Vicente Cajilig, (O.P.), subrayó que el diálogo interreligioso del Movimiento de los Focolares ofrece, en formas diversas, respuestas concretas a las deliberaciones ofrecidas por la FABC (Federación de las Conferencias Episcopales de Asia).

Los participantes regresaron a sus naciones agradecidos por el ideal de la unidad que lleva a vivir las Escrituras, la Palabra, que hace descubrir el “verdadero sí mismo, el verdadero ser”, y con un compromiso renovado vivir el carisma de la unidad más intensamente para ser un don para la Iglesia.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Aotearoa, es decir Nueva Zelanda

Es difícil imaginar un lugar más agradable que Wellington. Estamos en verano, el sol resplandece y la temperatura es ideal. En el Saint Mary’s College, el 2 y 3 de febrero se reúne la comunidad neozelandesa de los Focolares: más de 200 personas provenientes de las dos islas principales del país, constituido por una mayoría que no es indígena y una minoría maorí, por lo tanto la población local de Nueva Zelanda es “Aotearoa” (la tierra de la gran nube blanca). A diferencia de Australia, aquí las relaciones interétnicas son muchos menos problemáticas, gracias a los esfuerzos conjuntos de las autoridades civiles, religiosas y culturales. El país se presenta como un auténtico ejemplo de convivencia pacífica. Tenía que ser una karana, el popular himno maorí danzado, el que le diera la bienvenida a los huéspedes de Italia. Los cantos corales se alternan con potentes gritos –de desafío y de acogida al mismo tiempo-, como conocimos a través de los All Blacks, en conocido equipo de rugby neozelandés. Un breve pero eficaz recorrido histórico sirve para entender mejor la realidad de un pueblo heterogéneo pero unido, que ha sabido, sobre todo gracias a la presencia cristiana, tener una real cohesión social. Welcome home, bienvenidos a casa canta el conjunto que conjuga sonidos europeos con ritmos locales. La breve  historia del “pueblo nacido del Evangelio”, el de Chiara Lubich, empieza con el Salmo: «Pídeme, y te daré en herencia todas las naciones, hasta los últimos confines de la Tierra». De hecho aquí estamos en el extremo opuesto de Trento… Es una historia que empieza con  Evert Tross (holandés) y Terry Gunn (joven neozelandés), quienes deciden vivir el Evangelio, siguiendo el ejemplo de la maestra de Trento. Una historia que prosigue con la llegada del focolar –acogido por el entonces arzobispo Tom Williams – para difundirse después a las principales ciudades de la nación y a tantas zonas rurales. Es una comunidad que se presenta como una muestra fiel de la sociedad, tanto por la diversidad de edades presentes, que por la composición “sociológica” de maorí y no maorí, ricos y menos ricos, inmigrantes recientes y menos recientes. Bill Murray en un elder, un anciano de la tribu  Ngati Apa. Cuenta: «Después de conocer el Focolar cambió mi vida y mi modo de ser elder. El amor de Jesús ahora es parte integrante de mi forma de ser. Cada unos de mis juicios o decisiones los sostiene el amor que he aprendido de Chiara». El actual arzobispo de Wellington, mons. John Dew, afirma: «Ante la secularización presente el Espíritu ha enviado algunos carismas para renovar los mensajes del Evangelio. Aquí en Nueva Zelanda los Focolares han entendido el pueblo y sus exigencias, y saben trabajar con fantasía y coraje ». María Voce y Giancarlo Faletti se dirigen a  las comunidades provenientes de todas las ciudades de Nueva Zelanda. También aquí, al igual que en Australia, emerge la fuerte influencia de la secularización y de la multiculturalidad. Las preguntas de los más jóvenes son existenciales, se refieren a la existencia de Dios, la salvación traída por Jesús, la libertad que el hombre tiene de pecar, sobre la fuerza para cambiarnos a nosotros mismos, sobre qué se puede hacer por quien no tiene casa o trabajo, sobre las graves llagas a inocentes provocadas por la locura… son los hijos de las familias cristianas quienes se plantean tales preguntas, y ponen en evidencia una nueva, vasta frontera de evangelización. Otras preguntas se refieren a la incredulidad, a las dificultades en la educación de los hijos, y al testimoniar también con las palabras. Las respuestas «son un buscar juntos, no afirmaciones ya hechas», precisa María Voce «indican el amor de Dios como respuesta creíble y camino para compartir, de la unidad, como método para lograr no caer bajo el peso de dichos interrogantes.  María Voce y Giancarlo Faletti tratan de dar ánimo e invitan a todos, también a quien no cree, a unirse para dar un testimonio adecuado ante los tiempos y las situaciones de hoy. «¿Cómo hacer para que toda la humanidad experimente la presencia de Jesús en medio?» – prosigue María Voce respondiendo a la pregunta de un adherente del Movimiento- «No sabemos cuándo, pero sucederá porque Jesús lo quiere, habiendo pedido al Padre la unidad. Pero nos pide que lo ayudemos a realizar este sueño. Nuestra parte consiste en establecer en medio de la humanidad pequeños fuegos, de personas unidas en el nombre de Jesús: en una escuela, en un hospital, en un conjunto, también en un campo de cricket. Y el fuego será cada vez más grande, aunque a menudo no sabemos hasta dónde ha llegado. Es seguro que Dios está trabajando. Entonces cooperemos también nosotros con Él, encendiendo y manteniendo encendidos estos pequeños fuegos». Hoy Wellington es el centro del “pueblo nacido del Evangelio”, y no el último rincón de la Tierra. De Michele Zanzucchi, enviado

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Religiosos: “Yes, we live the Gospel!”

Más de 150 fueron los que participaron de distintas familias religiosas provenientes de Europa.  Estaban  también los del Líbano, Perú y Brasil. Fue un  encuentro organizado por el Movimiento de los Focolares, desde el 22 al 25 de enero, para el mundo religioso, que  se realizó  en el Centro Mariápolis de Castelgandolfo simultáneamente con los sacerdotes y diáconos  que están integrados en la vida del Movimiento.

Giancarlo Faletti, copresidente de los Focolares, en esos días de viaje por Indonesia  y Oceanía junto con Maria Voce, estuvo presente a través de un mensaje en el que reconocía el importante trabajo que desarrollan los religiosos en sus países difundiendo la espiritualidad de la unidad: “Una vez más ha sido muy fuerte para mi sentir un enorme y profundo reconocimiento hacia nuestros religiosos que llevaron el Ideal de la unidad a tierras lejanas, plantando así la semilla de algo que luego se convertiría – en el correr de los años – en la familia de los Focolares”

El programa fue muy intenso. Los religiosos pudieron reunirse con algunos representantes del Centro internacional de los Focolares, por ejemplo con Mons. Piero Coda, presidente del Instituto Universitario Sophia y con Marco Tecilla, el primer focolarino. Además dieron su aporte el Padre Fabio Ciardi, de la  Escuela Abbà (Centro de Estudios del Movimiento) y el periodista Paolo Loriga de la Editorial Città Nuova.

Fue particularmente importante el intercambio y diálogo que mantuvieron con las nuevas generaciones.

Los Jóvenes por un Mundo Unido presentaron el United World Project que nació en el Genfest y que está entrando ahora en una etapa muy interesante.

Despertó gran interés también la propuesta de los Meeting, que se realizarán en el 2014, con el título: Yes We Gospel. Es un proyecto mundial para las nuevas generaciones de vida consagrada,  y  se realizará en varias partes del mundo. Tiene tres objetivos: que se conozca cada vez más el carisma de la unidad, que se haga visible el rostro joven de la vida consagrada y que se experimente la belleza de la comunión entre los carismas.

El título, “Yes, We, Gospel”, fue explicado por P. Theo Cansen y significa: “Sí”, es decir el sí al Ideal de la unidad; “Nosotros”, subrayando que se construye juntos, no individualmente; y finalmente “Gospel”: la pluralidad de los carismas que las numerosas familias religiosas muestran con su sola presencia florecerán nuevamente en el jardín de la Iglesia si están juntas. Por esta causa María Voce les mandó un slogan, inspirado en un conocido escrito de Chiara Lubich,  un lema que servirá para los participantes del congreso en sintonía con su programa: “Mirar todas las flores. El otro es una flor de nuestro jardín”

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Obispos: por el camino del hermano

El Sínodo para la nueva evangelización cerró sus puertas hace tres meses. Una experiencia colegial universal desde la cual mirar y afrontar los retos que la contemporaneidad presenta al testimonio y anuncio del Evangelio. Se perciben nítidos los estímulos y los frutos de la cumbre en los 32 obispos amigos del Movimiento de los Focolares que del 29 al 31 de enero se reunieron nuevamente en Roma. En la audiencia general del miércoles 30, recibieron el “saludo especial” y el estímulo de Benedicto XVI. Sus palabras llegaron al centro del alma de los obispos, a quienes aseguro “mi oración” y auspició “que el  carisma de la unidad tan amado por ustedes los anime en su ministerio apostólico”. Y como sucede en las reuniones de familia, también en esta ocasión siguió un saludo personal a cada uno y una alegre foto de grupo, un saludo que el Papa Ratzinger quiso extender a los obispos que “participarán en los encuentros organizados en varias partes del mundo”.

De hecho este año el tradicional encuentro de inicio del año se multiplicará en otras ciudades, entre las cuales Melbourne (Australia), Beirut (Líbano), Seúl (Corea del Sud), Buéa (Camerún), Ambatondrazaca (Madagascar), Nueva York (Estados Unidos), Sao Paolo (Brasil), Berlín (Alemania), ocasiones para reunirse entre obispos de naciones cercanas y responder a las exigencias de las Iglesias locales.

Es esta la razón por la cual en la cita romana estaban sobre todo obispos europeos, la mayoría de Italia, con representantes de España, Luxemburgo, Alemania, Polonia, Chequia, Eslovenia, República Moldava. Llena de significado la presencia de dos obispos de Medio Oriente, que han ensanchando el corazón y las oraciones a esta sufrida parte del planeta.

Tres días entretejidos de la espiritualidad de la unidad, reflexiones y testimonios, injertados en el hoy del Movimiento de los Focolares que es el hoy de la Iglesia. Año de la fe y del amor a Jesús en el hermano; de la nueva evangelización y los desafíos del continente europeo; del 50° del Concilio Vaticano II y de la dimensión profética del carisma de la unidad.

Significativo en este aspecto el análisis del secretario general del Sínodo de los Obispos, Mons. Nikola Eterovic, quien profundizó el tema de la conciencia de la crisis del Viejo Continente y la exigencia de encontrar nuevos caminos para la transmisión de la fe. Le hicieron eco los frutos del compromiso evangélico de las comunidades del Movimiento en el corazón de Europa.

Otra reflexión que enriqueció el intercambio recíproco fue la del teólogo Pbro. Hubertus Blaumeiser, sobre la Iglesia en la transición de la prospectiva de su deber ser “sacramento de unidad”, como emerge en el Concilio Vaticano II.

A los obispos del gustó el grupo de jóvenes que llevó a la sala un soplo de esperanza y de coraje que caracterizaron el  Genfest de Budapest: “algo inusual, porque a menudo los jóvenes escuchan a los obispos, mientras que aquí son ellos los que nos quieren oír a nosotros”. Otro testimonio seguido con interés, en la onda de la nueva evangelización, fue el del grupo musical Gen Rosso y la incidencia de su trabajo entre los adolescentes en las escuelas de distintos países.

Algo inédito de este congreso fueron las muchas entrevistas recogidas por periodistas de varios diarios. Ante la pregunta de qué significa la reflexión central del programa, sobre el tema del amor a Jesús en el hermano que el Movimiento de los Focolares profundiza este año, Mons. Anton Cosa, obispo de Chisinau de la República de Moldavia, respondió a los micrófonos de la Radio Vaticana: “Entendí que no existe otro camino para evangelizar, para crear puentes, para ofrecer esperanza. Vivir junto al hermano que el Señor nos pone cerca es un desafío pero cada hermano que encuentras, que escuchas, es una forma de vivir el Evangelio, es un acto de fe. Primero tenemos que creer que Él nos ha amado y después nosotros tenemos que dar nuestro paso. Yo como obispo no estaría en grado de servir a la Iglesia ni de cumplir con mi ministerio si no es caminando por esta vía: la vía del hermano”.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Universidad, investigación, compromiso y …. sonrisa

Una joven de veinte años con una hermosa sonrisa, fresca y modesta, así se presenta Alejandra Giménez, estudiante de segundo año de medicina en Asunción, Paraguay, donde vive con sus padres y un hermano pequeño. Alejandra cuenta con entusiasmo sobre su compromiso en la universidad, sea en el campo científico, como también en las asociaciones estudiantiles. Compromisos y actividades, que, naturalmente le quitan tiempo al estudio y por las que debe sacrificar muchas cosas que le gustan. Pero logra llevar adelante todos estos compromisos y también estudiar porque guarda siempre un tiempo suficiente para su formación espiritual. Es por esto que se encuentra periódicamente con otras compañeras de los Focolares que le brindan mucho apoyo.

Pero dejemos que ella cuente.

Estuve en un congreso de medicina donde se habló de la muerte cerebral y de la donación de órganos, desde entonces decidí organizar una campaña de sensibilización sobre  este tema. Me vinculé con la Sociedad Científica de Estudiantes de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción (UNA),  y ahora tengo el cargo de directora del Departamento de Educación Médica. Junto a tres compañeras del curso, Eliana Duarte, Aracy Do Nascimento y Lilian Carrera empezamos a profundizar el tema con una encuesta científica sobre el conocimiento y difusión de la donación de órganos entre los estudiantes de medicina, y esta encuesta  fue propuesta para representar a mi país en una importante jornada de estudios en Curitiba, Brasil, y más adelante  en septiembre de 2013 será uno de los temas del congreso internacional en los Emiratos Árabes Unidos”

Otra investigación realizada por ella se refiere a los “resultados falsos de alcoholemia” en los conductores de auto. En este estudio se encaran las “creencias” que circulan entre la población juvenil, por ejemplo ésa que indica que usar colirio para las encías o jarabe para la tos dan positivo el test y por lo tanto alteran el resultado. Los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte en los jóvenes del Paraguay, por lo tanto el alcohol, accidentes y donación de órganos son temas estrechamente relacionados.

Alejandra fue sucesivamente elegida en otras asociaciones científicas estudiantiles y continuó organizando campañas para sensibilizar a los jóvenes, por ejemplo una para la salud cardiovascular, otra sobre los tumores de seno y otra sobre la diabetes. Además, junto con sus compañeras,  tiene en programa muchas otras propuestas para este nuevo año, entre las cuales “Las Jornadas de Formación a la Investigación para los estudiantes de Medicina”.

“Es cierto –admite- que son muchas las cosas que hago y probablemente no podré realizarlas todas, pero prefiero proponerme metas altas. Luego, si no lo logro, otros compañeros podrán ejecutarlas” No se arrepiente de haber decidido gastar por los demás su juventud y ¡su sonrisa es la prueba!

 Fuente: Ciudad Nueva Uruguay – Paraguay

Nuestra traducción.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Brasil. Fraternidad, Derecho y transformación social

Nuevas perspectivas para el penamiento jurídico y pistas de aplicación concreta ya experimentadas: es cuanto ofrecieron los tres días recién concluidos en la Mariápolis Ginetta (Vargem Grande, cerca de San Pablo), que del 25 al 27 de enero  se reunieron 180 abogados, jueces, oficiales del poder judicial, fiscales y defensores públicos, oficiales del ministerio público, personal de la administración pública y docentes, provenientes de todo Brasil. Las numerosas experiencias contadas avalan y confirman los efectos de la fraternidad y su potencial: el proyecto de “adopción a un ciudadano detenido”, realizado en Pernambuco en el ámbito del Derecho penal, con el cual profesores y estudiantes sostienen los gastos legales para los detenidos que no pueden pagarle a los abogados; el proyecto para la aplicación de medidas penales alternativas por delitos ambientales en Amazonia, a través de trabajos que favorecen el ambiente; y también el trabajo del grupo de investigación Derecho y Fraternidad del Centro de Ciencias Jurídicas Santa Catalina para la formación de profesionales del Derecho; la promoción de la solución pacífica de los conflictos a través del diálogo y la conciliación. También se afrontó el tema de la mediación familiar, de la aplicación de la jurisprudencia en la protección del más débil. En los talleres del Congreso encontraron un espacio los numerosos estudiantes, quienes pudieron expresar sus preocupaciones, preguntas y descubrimientos, contar experiencias y, sobre todo, hacer presentes sus expectativas de una formación humana y jurídica que tenga como horizonte la fraternidad. En la apertura se leyó un mensaje de María Voce, presidente del Movimiento de los Focolares, abogado y entre las primeras promotoras de Comunión y Derecho, expresión del diálogo de los Focolares con la cultura jurídica. En el mismo María Voce, después de haber recordado como «en el amor hacia el otro se respeta toda la ley, se la interpreta y se la aplica según la justicia», propone – después de décadas en donde se ha subrayado la tutela de los derechos individuales, «un camino a la igualdad» – una revaloración de los deberes, «sin el respeto a los cuales decaen las relaciones. Los deberes nos llaman a la responsabilidad hacia el otro como individuo y como comunidad, contribuyendo así a mantener y a consolidar las relaciones en la sociedad». En esta fase de cambio y crisis, la fraternidad, asumida como categoría jurídica, se presenta a través de los trabajos del congreso, como una lente que hace ver y actuar “lo nuevo”. “Fraternidad” significa “inversión de tendencia”: recuerda a la justicia el rostro de cada uno, saca de un derecho subjetivo individual y lo abre a la visión de la humanidad como un “nosotros”. Hace del Derecho no una mera producción de normas, sino un instrumento para sanar relaciones rotas. Una propuesta «de gran interés, de enorme importancia social, crucial para la sociedad, para la cultura y la civilización» como dijo el Card. Odilo Schrerer, arzobispo de San Pablo quien intervino la tarde del 26. «Ha sido encontrada una veta de oro –dijo el Cardenal- es necesario seguir excavando para ofrecer este oro a todos». Se regresa a las propias ciudades de origen con la misión de multiplicar la experiencia vivida, los compromisos asumidos lo demuestran: están previstos nuevos congresos en las universidades de Santa Catalina y de Marilia (San Pablo), en los Tribunales de Brasilia y de Sergipe, en las ciudades de Curitiba, Belo Horizonte, Manaos, y también la formación de grupos para encuentros periódicos para profundizar los temas e intercambiar estudios y buenas prácticas. Para saber más: www.comunionediritto.org

Febrero 2013

«Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos.» «Nosotros sabemos…». El apóstol hace referencia a un conocimiento que viene de la experiencia. Es como si dijera: nosotros lo hemos probado, lo hemos tocado con la mano. Es la experiencia que los cristianos evangelizados por él han hecho al inicio de su conversión; es decir, que cuando se ponen en práctica los mandamientos de Dios, en particular el mandamiento del amor hacia los hermanos, se entra en la misma vida de Dios. ¿Pero los cristianos de hoy conocen esta experiencia? Ellos saben ciertamente que los mandamientos del Señor tienen una finalidad práctica. Continuamente Jesús insiste en que no es suficiente escuchar, si no que es necesario poner en práctica la Palabra de Dios. (cf Mt 5,19 – 7,21 – 7,26). Sin embargo lo que no está tan claro para la mayor parte de ellos – o porque no lo saben o porque tienen una conciencia solamente teórica, es decir sin haber hecho la experiencia – es este aspecto maravilloso de la vida cristiana puesto en luz aquí por el apóstol y es que cuando nosotros vivimos el mandamiento del amor, Dios toma posesión de nosotros, y es un signo inconfundible aquella vida, aquella paz, aquella alegría que nos hace experimentar ya desde esta tierra. Entonces todo se ilumina, todo se vuelve armonioso. Ya no hay separación entre la fe y la vida. La fe se vuelve aquella fuerza que compenetra y une entre ellas todas nuestras acciones.  «Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos.» Esta Palabra de vida nos dice que el amor al prójimo es el camino real que nos lleva a Dios. Y como todos somos hijos suyos nada le agrada más que el amor a los hermanos. Nosotros no le podemos dar una alegría más grande de aquella que le damos cuando amamos a nuestros hermanos. Y el amor fraterno porque nos da la unión con Dios es una fuente inagotable de luz interior, y fuente de vida, de fecundidad espiritual, de renovación continua. Impide que se forme en el pueblo gangrenas, esclerosis, estancamientos; en una palabra «nos hace pasar de la muerte a la vida». Cuando nos falta la caridad, todo se marchita y muere. Y se comprende entonces ciertos síntomas tan difundidos en el mundo en el que vivimos: la falta de entusiasmo, de ideales, la mediocridad, el aburrimiento, el deseo de evasión, la pérdida de valores, etc.  «Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos.» Los hermanos, de los que nos habla aquí el apóstol, son sobre todo los miembros de la comunidad de la cual hacemos parte. Si es verdad que tenemos que amar a todos los hombres, es también verdad que este amor debe comenzar por aquellos que habitualmente viven con nosotros para extenderse después a toda la humanidad. Debemos pensar antes que nada en nuestros familiares, en nuestros compañeros de trabajo, en los miembros de la parroquia, de la asociación o comunidad religiosa a la cual pertenecemos. El amor a los hermanos no sería autentico y bien ordenado si no empezase por aquí. De todas las partes que nos encontremos, estamos llamados a construir la familia de los hijos de Dios.  «Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a los hermanos.» Esta Palabra de vida nos abre prospectivas inmensas. Nos empuja en la divina aventura del amor cristiano a una apertura imprevisible. Antes que nada nos recuerda que para un mundo como el nuestro, en el cual se teoriza la lucha, la ley del más fuerte, del más astuto, del que no tiene prejuicios y donde a veces todo parece paralizado por el materialismo y el egoísmo, la respuesta es el amor al prójimo. Es esta la medicina que lo puede sanar. Cuando vivamos el mandamiento del amor, de hecho, no solo nuestra vida será tonificada, sino que todo a nuestro alrededor lo siente; es como una ola de calor divino, que se irradia y propaga, entrando en las relaciones entre personas, entre grupos transformando poco a poco la sociedad. Decidámonos entonces. Hermanos para amar en nombre de Jesús tenemos todos, tendremos siempre. Seamos fieles a este amor. Ayudemos a muchos a serlo. Conoceremos entonces en nuestra alma que significa la unión con Dios, la fe se reavivará, las dudas desaparecerán, no sabremos más que es el aburrimiento. La vida será completa, completa.

Chiara Lubich

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Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Australia: una Iglesia abierta a nuevos desafíos

Los católicos en Australia son el 26% de la población. Representan la Iglesia más difundida del mundo cristiano, que reúne más o menos a la mitad de la presencia humana del país más multicultural del mundo. La conferencia episcopal está compuesta por 42 obispos, y es guiada hoy por el arzobispo de Melbourne, Denis James Hart.

Es indiscutible el hecho de que la Iglesia australiana está atravesando por un momento de grandes desafíos: la creciente secularización, el fenómeno migratorio que trae a fieles de otras religiones, las acusaciones a la Iglesia Católica por abusos sexuales a menores también en Australia; la enseñanza de la ética sexual que especialmente una gran parte de los jóvenes no comparte «a pesar de que hay una fuerte sensibilidad, también en los no católicos, hacia el pensamiento cristiano sobre el cuerpo», me explica Matthew MacDonald, director ejecutivo del la oficina de la arquidiócesis de Melburne para la vida, el matrimonio y la familia.

Algunos  obispos amigos del Movimento fueron invitados a uno de los dos lugares símbolo de la Iglesia local, el Thomas Carr Center, junto a la catedral neogótica de Melbourne. El Movimiento es muy apreciado por los obispos por su “marianidad”, como me explica el obispo de Sale, Mons. Christofer Prowse, gracias a lo que han podido conocer en las diócesis, pero también en el último encuentro anual de los obispos australianos con los Movimientos eclesiales.

Mons. Prowse es quien organiza el encuentro. Cuenta cómo conoció a los Focolares, mientras era todavía seminarista, y cuánto había apreciado lo que el Espíritu Santo operaba en Chiara Lubich: bromeando, pero no demasiado, sostiene que lo impresionó también la «belleza inmaculada de sus cabellos». El hecho es que «alguien dejaba la “Palabra de Vida” debajo de mi puerta… Después conocí el Movimiento y pude apreciarlo, también por el carácter conciliar de su presencia eclesial. Los Focolares, sin imponer nunca sus intuiciones, ofrecen una gran acogida, mediante el diálogo y la amistad conquistan los corazones». Y concluye: «He hecho una experiencia extraordinaria en la Mariápolis de Phillip Island, que me ayudó mucho y ha reforzado mi fe. El Espíritu Santo trabaja dulcemente pero firmemente en el Movimiento».

En total están presentes una docena de obispos y sacerdotes, más algunas autoridades del mundo católico,  con diversos compromisos dentro de las diócesis, entre ellos está el obispo anglicano Phillip Huggins, quien desde 1990 conoce a los Focolares, con quienes ha colaborado concretamente en la Wcrp (Conferencia Mundial de las Religiones por la Paz). El arzobispo de Bangkok, moderador de los obispos amigos del Movimiento, Mons. Francesco Kriengsak, envió un mensaje, subrayando como «el carisma de la unidad es de gran ayuda para llevar adelante la nueva evangelización».

En un clima muy familiar, sencillo así como lo saben crear los australianos, el obispo Prowse presenta con gran calidez a María Voce, en especial por el encuentro que tuvo con ella en el último sínodo de los obispos. La presidente expone el pensamiento del Movimiento sobre la nueva evangelización a partir de su reciente experiencia como auditora en el Sínodo, manifiesta el compromiso de llevar fuera del Vaticano la experiencia de la Iglesia hecha durante el Sínodo y que ciertamente los documentos no pueden contar plenamente. Una experiencia de conversión en primer lugar: «La Iglesia salió de allí más pobre de gloria y honores, después de un período de humillaciones, pero más rica de Dios y por lo tanto más potente. El Sínodo puso en evidencia en especial las palabras evangélicas que se refieren al amor». Y, a propósito del deseo de los padres sinodales de llevar el evangelio fuera de las iglesias, dijo: «Me parece que se está realizando en tantas partes del mundo también por las comunidades del Movimiento, sobre todo por la presencia de Jesús en medio de los suyos».

En el curso del diálogo, Bishop Elliott cuenta cómo la espiritualidad de la unidad lo ayudó mucho, sobre todo al inicio de su ministerio, e invita a María Voce a hablar de Jesús abandonado y de Jesús en medio  Pero cuándo Jesús se hace presente, la alegría llega y establece su morada entre sus amigos», precisa la presidente. Otra pregunta se refiere a la experiencia de la presidente en Estambul, «donde experimenté que es posible la acogida recíproca con los musulmanes». Después se habla de la difusión actual del Movimiento, de sus nuevas fronteras después de la muerte de la fundadora. Finalmente, el copresidente Giancarlo Faletti, por su parte, hace una reflexión sobre la propuesta que el Movimiento ofrece a los sacerdotes y a los obispos.

de Michele Zanzucchi, enviado

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Pino Quartana e Igino Giordani

«Desde hace poco de tiempo formo parte del Centro Igino Giordani. Después de tantos años al servicio del Movimiento de los Focolares, tuve el regalo de trabajar todavía más directamente para Foco, mejor dicho de trabajar con él.

Yo fui el último que llegó, pero tuve la fortuna de haberlo frecuentado mucho desde los primeros tiempos cuando entré en el Movimiento de los Focolares. Lo conocí a finales del ’57 con ocasión de un viaje suyo a Milán, mi ciudad, para una conferencia, enseguida tuve la posibilidad de pasar algunas horas con él y darme cuenta de su extraordinaria personalidad, caracterizada por la afabilidad, la sencillez, la simpatía y al mismo tiempo rica de una inmensa cultura y transparencia espiritual.

Después, tenía un secreto, que pronto nos hizo descubrir: su adhesión al Ideal de Chiara Lubich y su unidad especial con ella. Este fue el primer impacto que tuve junto con Mariele, mi esposa: un momento decisivo para nuestro futuro compromiso y para la vocación a la que descubrimos que estábamos llamados siguiendo sus huellas.

Nos dieron el don inestimable de poder colaborar estrechamente con él, lo que quiso decir sobre todo respirar el clima que él generaba, entrar en su escuela de exquisita caridad, nutrirnos de su competencia y de sus intuiciones sobre la familia  y participar de su apertura a toda la realidad humana y social. “Fue por Giordani –son palabras de Chiara- que el Movimiento de los Focolares sintió un llamado especial a dedicarse a llevar a Cristo al mundo, es decir a permear las realidades de la tierra con el espíritu de Dios”. Ahora, trabajar para el Centro Igino Giordani, donde se custodia todo el patrimonio de sus obras y testimonios, es entrar en esta realidad como en un joyero precioso que lo custodia vivo para todos nosotros, y sentirlo todavía más cercano como maestro, amigo y compañero de viaje en este período especial de mi vida: ¡tiempo de balances y de preparación…!

El último don: poder tener acceso a sus reflexiones y a sus palabras que irradian una luz sapiencial sobre el último trayecto que nos espera y por el que cada uno de nosotros ya se ha encaminado: la vejez: “que parece una pérdida –afirma Foco- y es una ganancia; parece un ocaso y es un alba. El suyo es el silencio donde Dios habla; la calma en donde Dios hace penetrar la certeza, que elimina todo temor… En la soledad que se dilata por el inminente invierno, se pone de relieve Dios: avanza Dios; y con Él la relación se hace más íntima e inmediata. En la medida en que pierdo en la economía humana adquiero en la economía divina… Y cuando la muerte llega, entonces no entristece: abre un pasaje al Amor eterno: al encuentro con Dios, cara a cara; fin del sufrir e inicio de gozar”. Porque: “La vida no es más que un proceso de maduración, a través de la purificación que produce el dolor: cuando el fruto está maduro, Dios lo toma y trasplanta el árbol al Paraíso”.

A cargo del Centro Igino Giordani

Tomado del escrito inédito de Pino Quartana: “Mi relación con Foco” (3 marzo 2011)

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Australia: evangelizar y reevangelizarse

¿Australia, tierra de nueva evangelización? No pocos lo creen, por distintos motivos: la excepcional multiculturalidad del país, que avanza con los últimos flujos migratorios provenientes en especial de países asiáticos; la crisis de la Iglesia católica, debida en primera instancia a los recientes escándalos por abusos sexuales a menores; la extraordinaria fuerza de persuasión del consumismo; la presencia de tantos jóvenes provenientes del mundo entero, no sólo hijos de las familias locales; los numerosos matrimonios mixtos; el desafío del ecumenismo y del diálogo interreligioso… Y se podría continuar, sin dejar ninguna duda de la necesidad, también en estas tierras, de una evangelización que sea al mismo tiempo y sobre todo reevangelización de la propia vida cristiana.

Con ocasión de la visita a Oceanía de la presidente de los Focolares, María Voce, y del co-presidente, Giancarlo Faletti, la comunidad local ha querido interrogarse públicamente acerca de las nuevas fronteras de la evangelización en Australia, dando el propio aporte. Sobre todo ofreciendo “buenas prácticas”: pequeños-grandes testimonios de vida eclesial, de trabajo en las instituciones públicas, ante el despido laboral, de compromiso en los hospitales, de rechazo de la corrupción, de enseñanza aún en condiciones desfavorables, de vida de pareja y de familia… Simplemente Evangelio vivido, en una sociedad de carácter competitivo muy fuerte, en donde el individualismo vence sobre el altruismo y el interés corporativo sobre el bien común.

Ante la presencia de docentes y periodistas, exponentes religiosos y profesionales, María Voce intervino subrayando los puntos fundamentales de la evangelización “a la focolarina”: vivir el Evangelio, reevangelizarse constantemente, comunicarse recíprocamente lo que la vida evangélica provoca en la propia vida, encontrar los momentos con tiempo para experimentar juntos la potencia del amor de Dios. Haciendo así se logra incidir, también profundamente, en ambientes que a priori pueden parecer impermeables al Evangelio, de los parlamentos a las fábricas, de las canchas deportivas a los patronatos. Una evangelización que logra por lo tanto salir de las iglesias. Un ejemplo convincente fue el propuesto por Giancarlo Faletti sobre el caso de Roma, donde por iniciativa de Chiara Lubich, ya en el 2000, después de haber recibido la ciudadanía honoraria, empezó una acción –denominada RomaAmor-, para una revitalización de la vida urbana.

María Voce no escondió el temor que ha sentido el Movimiento con la muerte de su fundadora. Pero los frutos de la evangelización, que no son otra cosa que experiencias del Evangelio vivido, hay alejado el miedo, demostrando como el espíritu focolarino tiene todavía mucho que dar a la sociedad de hoy. Como pudo notar en el reciente sínodo sobre la nueva evangelización, en donde participó como auditora, y donde numerosos obispos le comunicaron los mismos frutos evangélicos provocados por el Movimiento.

Entre los presentes estaba el prof. James Bowler, geólogo, conocido en Australia y en el mundo por haber descubierto los restos del hombre y la mujer más antiguos del continente, conocidos como Mungo lady y Mungo man. Sorprendido por la amplia participación, comentó: «Un momento de gran espiritualidad y de apertura. El reconocimiento del otro es el camino para una vida social justa y coherente». Mientras que la profesora Anne Hunt, decana de la Facultad de Teología de la Universidad Católica de Melburne, subrayó «la importancia para la nueva evangelización de la presencia de nuevos Movimientos, que pueden abrir horizontes originales a la fe y a la Iglesia Católica en campos que de lo contrario estarían abandonados, en especial en las distintas profesiones y en los medios».

Fuente: Città Nuova

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Australia: Los jóvenes y la voz de Dios

Si existe una característica indiscutible de los jóvenes australianos, ésta es su espontaneidad. Esta espontaneidad lleva a los representantes de las nuevas generaciones presentes en el meeting de los Focolares de Melbourne, en la visita de Maria Voce y Giancarlo Faletti, a recibir a los dos huéspedes rodeándolos en un círculo en que bailan al ritmo de su música. Había dos sillas sobre la moquette, en el centro de una circunferencia imaginaria, y nada más. Ellos tenían ganas de moverse, y sobretodo de comunicar. Los jóvenes estaban vestidos con T-shirts o remeras (a pesar del frío “veraniego”), son negros o coloradísimos, con los cortes de pelo más originales, piercing, tatuajes y descalzos.

Y luego cuentan el relato de sus altos y bajos, experiencias lindas y no tan lindas, la búsqueda de la felicidad y de una vida que se pueda vivir entre amistades que decepcionan y otras que llenan el corazón. Del mismo modo se dirigen a los huéspedes con sus preguntas sinceras y comprometedoras sobre el significado del dolor, la necesidad de no perder el contacto con aquellos que tratan de vivir el mismo ideal y la diversidad de opiniones con los adultos.

Hay una pregunta que parece que expresa el fondo de todas las otras preguntas: ¿cómo lograr escuchar la voz de Jesús? Explica María Voce: “No sé lo que Jesús les dice, pero les puedo asegurar que escuchar su voz es lo más inteligente que pueden hacer” Aplausos. “Jesús –continúa- quiere grandes cosas para nosotros. En la creación, Dios dijo una Palabra y te creó. Podría hacerlo también ahora, pero quiso bajar con Su Hijo a la Tierra para que todos colaboremos con Él. Y es así que Jesús habla con cada uno de nosotros. Pero su voz es sutil y muchos rumores la tapan, rumores que nos destruyen y nos dejan inertes”.

“Aquí está el camino justo: Si nosotros amamos, el amor se convierte en el altoparlante de esta voz. Cuanto más amamos, con mayor claridad sentimos su voz. Tal vez parecerá una voz que pide cosas demasiado grandes, pero tenemos que tener el coraje, y él mismo nos ayudará a realizar lo que nos pide. Al final nuestra vida será maravillosa”

Un joven le pregunta qué piensa ella cuando se encuentra con los jóvenes en sus viajes por el mundo, y ella responde que se siente inmensamente reconfortada, porque “en cada lugar donde hay jóvenes que viven el mismo ideal de Chiara Lubich, aunque aún no hayan expresado completamente su potencia, tienen siempre esa fuerza, esa esperanza y esa vida que antes o después estallará”

Y concluye: “Por lo tanto, ¡feliz Australia, feliz Nueva Zelanda, felices son las islas del Pacífico! Y ¿cómo hacer estallar esta potencia? By loving, amando harán cosas grandes. ¡Y nosotros les iremos atrás!”.

De Michele Zanzucchi, enviado.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Viaje a Oceanía

Se presentaron a su modo, con un vídeo de pocos minutos: en los contextos más variados –el parque que está frente a la Opera House de Sídney, una habitación en Wellington, una playa en alguna de las islas del Pacífico…-, las comunidades locales de los Focolares improvisaron una danza tradicional. Nada extraordinario, y sin embargo con un resultado muy simpático, expresión de la luminosidad natural de las culturas de Oceanía.

Fin de semana del 26 al 27 de enero. Culturas, tradiciones, iglesias y religiones diferentes. Oceanía es el continente más cosmopolita del mundo. La sala “The spot” de la Universidad de Melburne es un espectáculo por su original arquitectura con cubos luminosos, pero también y sobre todo por la variedad de los presentes: de hecho aquí todos son emigrantes, salvo los nativos de las islas del Pacífico.

Hoy es el Australia Day, la fiesta nacional. Aunque no para todos: las poblaciones originarias tienen una mayor preferencia por el Sorry Day, el “día de las disculpas”,  que se celebra en mayo y fue instituido para recordar y reparar las heridas provocadas por el colonialismo a las poblaciones locales, en especial de Australia, donde fue más grave el ultraje sufrido por los aborígenes. Pero se recuerdan también los caminos de reconciliación, como el de los neozelandeses, que llevó a la creación de organismos eficaces de armonía étnica y cultural.

No es por casualidad que en la primera misa del domingo se organiza una ceremonia aborigen, que recuerda la wairua tapu, es decir la madre tierra, a la que se debe reconocimiento y absoluto respeto. La celebración consiste en poner la mano sobre un montículo de tierra depositado en una cavidad de una corteza grande y acogedora. Lo hacen los más jóvenes presentes en la sala, lo hacen María Voce y Giancarlo Faletti. La presidente recibe de manos del celebrante aborigen una lámina de madera en donde está dibujada la tierra australiana y los nueve territorios en los que está dividida, según la geografía cosmogónica aborigen.

Existe una larga historia de las tierras de Oceanía y una intensa historia del Movimiento de los Focolares local. Un apasionante documental presenta las etapas, desde la llegada de Rita Muccio en 1967, y poco después de Maddalena Cariolato, hasta los primeros que acogieron el “espíritu de Chiara”, individuos y familias, jóvenes y menos jóvenes, en Melbourne y Perth. Y más tarde el “desembarque” en Nueva Zelanda, Wallis y Futuna, Nueva Caledonia y las Islas Fiji… Algunos están todavía vivos, otros ya “llegaron”, entre los cuales la australiana Margaret Linard y el neozelandés Terry Gunn. Testimonios de gente que, casi por unanimidad, dice haber encontrado en el carisma de Chiara Lubich, la posibilidad de vivir el Evangelio. Y que, con la sencillez y la radicalidad características de este “novísimo mundo”, han cambiado su vida gracias al amor por el hermano.

Es precisamente este amor evangélico hacia el hermano el centro de la conversación de María Voce: como los reyes magos han reconocido la grandeza del Hijo de Dios en un niño pequeño, así hay que reconocer a Jesús en todos los hermanos, también más allá de las apariencias.

La sesión de preguntas y respuestas entre la comunidad y María Voce y Giancarlo Faletti asume enseguida un carácter esencial, cuando un niño pregunta ¡cómo se puede creer en un Dios al que no vemos! Los jóvenes preguntan cómo resistir ante las muchas exigencias de la sociedad contemporánea. Los ancianos quieren saber cuál es su papel en la comunión entre las generaciones; hay quien pregunta cómo avanzar en el diálogo ecuménico e interreligioso. No se evita el tratar problemas más graves, como la cuestión de los abusos sexuales a menores en la Iglesia Católica, en estrés que crece en las ciudades y que impide el camino hacia la santidad, la tentación consumista que apaga la capacidad de dar testimonio del Evangelio, la ausencia de Dios en la vida de la gente que exige valentía a la hora de tomar la iniciativa de dar testimonio de Su amor.

Y es ésta la “consigna” de María Voce: «Australia es grande, es necesario llevarle el amor y la unidad. Nuestra gran familia no puede vivir de un álbum de lindos recuerdos, es necesario salir. Escribiremos así un nuevo álbum».  

Michele Zanzucchi, enviado

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

La voz de los sacerdotes

«Soy el padre Carlo, tengo 22 años de sacerdote en la diócesis de Milán. Hace algún tiempo dejé la comunidad pastoral y ahora me reparo para transferirme a la escuela sacerdotal internacional de los Focolares que tiene sede en Loppiano, donde permaneceré por tres años. En Milán he tenido contacto con muchas personas, sobre todo con chicos, dado que tenía el encargo de seguir los grupos que se preparaban para la Primera Confesión y la Misa de Primera Comunión.

Entendí que en la base de toda organización pastoral hay que vivir el amor al hermano, tratando de ver a Jesús en todos, desde el párroco hasta el chico musulmán que viene a jugar al oratorio. Podría contar muchos pequeños episodios que evidencian cómo esta atención a cada uno ha creado una densa red de relaciones muy bellas, que ha facilitado que muchos se acerquen a la fe haciendo más atractiva la comunidad también para quien no es creyente. Entre tantos elijo dos hechos sencillos.

Conocí a Emilio durante un taller dedicado al juego de ajedrez. De temperamento reservado, no estaba muy injertado con el grupo de compañeros. Para mi sorpresa, al final del taller pregunta si puede participar con nosotros en unas vacaciones en la montaña. Allí se integra cada vez mejor al grupo de los chicos, hasta dar prueba de su valor superando el “puente tibetano”: caminar por una cuerda, amarrado a un cable de seguridad a 6 metros de altura. Sus compañeros lo animan, coreando su nombre, y al final logra hacer todo el recorrido en medio de un aplauso general que le devuelve confianza. Al regreso del campamento sus padres me escriben para decirme que habían mandando un niño y del campamento había regresado un joven.

Después pienso en Eleonora. No estaba bautizada. Sus padres habían preferido que ella eligiera cuando fuera grande. La invita al catecismo el entusiasmo de María, una compañera de clase muy emprendedora quien para entonces tiene 10 años. Es así que llega Elenora acompañada con su mamá, quien le pregunta al párroco si su hija puede frecuentar el catecismo. Después de más o menos dos años, el párroco viendo la fidelidad en este camino, decide que ha llegado el momento, para ella, de recibir el Bautismo y hacer la Primera Comunión y me confía la preparación próxima a los sacramentos y el coloquio con los padres, quienes me abren el corazón con lealtad y franqueza.

Llega el gran día, Eleonora está radiante, acompañada por su familia y sus parientes. Hacemos todo lo posible para ofrecer la acogida más bella. La celebración es sencilla y muy intensa. Junto a la madrina y la catequista, están sus amigas que han sido muy importantes en su camino de fe. Cuando meses atrás me despido de la parroquia, sus papás me escriben una carta “recordando ese inolvidable domingo de abril. La alegría y la sonrisa radiante de Eleonora, que nos iluminó a todos nosotros creyentes y no creyentes, reunidos para festejar su ingreso a la comunidad cristiana, son para nosotros la imagen imborrable de la fe que va directo al corazón”.

Amar al hermano es una gran aventura, sabes cómo inicia, pero no sabes dónde te lleva.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Maria Voce en el País de los canguros

Después de la visita a las comunidades de Indonesia, Singapur y Malasia, el viaje de María Voce y Giancarlo Faletti continúa en Oceanía.

En la primera etapa que está ya transcurriendo desde el 22 de enero y que se prolongará hasta el 31 de enero, están previstos diversos encuentros en Melbourne: con los focolarinos y las focolarinas que realizan su retiro anual; con todas las personas cercanas a los Focolares de Australia e Islas circundantes, donde existen jóvenes llenos de vida e iniciativas (26/27 de enero) y también  con un grupo de obispos y sacerdotes australianos (30 de enero)

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Diario desde Siria

En diciembre la presidente del Movimiento de los Focolares, María Voce lanzó una campaña internacional para frenar el conflicto sirio y pedir que las tratativas de paz se retomen por el bien de millones de ciudadanos inermes e indefensos: el Time out. Un minuto de silencio y de oración por la paz en todo el mundo a las 12 (hora local), ahora con la intención  particular de  la paz en Siria.

Algunos amigos de la comunidad de los Focolares nos escriben desde Damasco y de Aleppo: «Veintidós meses de dolores indescriptibles e innumerables, que dejan su huella. Así encontramos a nuestra Siria y a nuestro pueblo. Pasamos la frontera libanesa, después de un viaje agradable por caminos de montaña, poco transitables por la nieve que había caído en abundancia días atrás. Se respira en el aire una especie de profunda inquietud, a pesar del cielo azul tranquilizador.

Las revisones de control en los puestos de bloqueo son meticulosos: encontramos más de uno entre la frontera y la periferia de la capital antes de llegar al barrio donde vive una familia que nos alojará en los próximos días, hasta que el pequeño alojamiento  puesto a disposición generosamente por la Iglesia local esté disponible. ¡Todavía no hemos llegado y ya los celulares comienzan a sonar recibiendo llamadas o mjs, son nuestros amigos de Aleppo, de Hama, de Damasco, que quieren darnos un saludo de bienvenida! La alegría es profunda, contenida, tiene sabor de temor por el futuro incierto. Desde la periferia los rumores de morteros y cañones son raros.

Las noticias en la TV son poco alentadoras, hablando con uno de los amigos se comprende mejor la amplitud del drama que se está viviendo en su carne la gente. Un juego preparado desde hace años, que pretende cambiar la configuración del Medio Oriente y frente al cual uno se siente pequeño e impotente. La política internacional y regional parece lejana, como a mil millas, del sufrimiento de la gente, como si no fuera tomada en consideración. Y la gente está cansada. Desde Aleppo nos cuentan en pocas frases por teléfono (que milagrosamente, ¡funciona!), de las constantes privaciones, del frío penetrante, del agua y la electricidad que faltan, del pan que rara vez se ve o se lo encuentra a un precio exorbitante, de las venganzas y rapiñas con el objeto de lucrar en una ciudad que era el centro industrial y comercial del País. Hablan de la muerte que está siempre en la puerta y de la ayuda providencial de Dios. Pero están extenuados».

Y aún más: «Volvemos de la misa y llega la noticia terrible de la matanza en la universidad de arquitectura de Aleppo, a causa de dos misiles caídos allí y cerca del lugar donde se encuentran muchos refugiados. Tratamos enseguida de ponernos en contacto con nuestros amigos del lugar: un profesor y dos estudiantes. Sus voces están conmovidas. Hablan de escenas indescriptibles. Uno de ellos se tiró atrás de un auto, vio volar cuerpos por el aire, oyó los gritos de las madres buscando sus hijos. El profesor nos cuenta: «Hoy era el primer día de exámenes, la campana ya había sonado y estábamos retirando los exámenes. Un alumno nos suplica que le demos algún minuto más, había llegado tarde por culpa de las calles bloqueadas. Los colegas no quieren, al final logro convencerlos. Pasan por lo menos cinco minutos, el alumno entrega su examen, bajamos al patio para irnos. ¡Veo sobre mi cabeza pasar primero un rayo, luego otro! Minutos atrás yo estaba  exactamente en el lugar donde cayeron. Encuentro el auto con el techo hundido, los vidrios rotos. Pero fuimos salvados gracias a un acto de amor hacia un estudiante».

Fuente: Città Nuova  – Diario desde Siria/1Diario desde Siria/2Diario desde Siria/3

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Familia: diálogo abierto

Frente a una cultura individualista y consumista ¿es posible proponer el valor de la vida humana como un don  que se recibe? Ante el  vacío de una pareja estéril, ¿cómo mostrar que la fecundidad no coincide necesariamente con la fertilidad? ¿Cómo hacer para que las jóvenes generaciones descubran el valor de la corporeidad y de la sexualidad como valor superior a la espontaneidad a la cual son empujados por los medios de comunicación?

¿Existe el derecho al hijo? Y para que crezca, ¿es realmente necesario que la figura de los padres sean  una mamá y un papá?

Sobre interrogantes como estos estuvieron reflexionando 130 especialistas del movimiento Familias Nuevas de más de veinte nacionalidades, en el curso de un Seminario de estudios que se realizó en el Centro Mariápolis de Castel Gandolfo (Roma) desde el 10 al 13 de enero de 2013.

El convenio forma parte de un proyecto trienal  que comenzó el año pasado y se han vuelto a ofrecer, a todos los que se preocupan por la familia, instrumentos apropiados para enfrentar los nuevos desafíos culturales que rozan la vida cotidiana de todos nosotros.

Se inscribieron en el Seminario parejas de matrimonios, por la particular credibilidad que pueden tener cerca de otras familias, por la capacidad de captar las inquietudes  partiendo de su vida cotidiana.

Después de la reflexión del año pasado sobre la dinámica de las relaciones conyugales, se identificaron algunos temas de particular actualidad: la procreación responsable, las técnicas de fecundación artificial, la homosexualidad, la ideología del género.

Los trabajos resaltaron el significado y el valor de la sexualidad humana, sobre la base de la visión antropológica cristiana, profundizando específicamente cada tema por medio de laboratorios dedicados al diálogo y al intercambio de ideas y experiencias. Estos espacios de discusión  fueron particularmente eficaces gracias a la internacionalidad de aportes y la competencia de los participantes, sea en el ámbito profesional como por su experiencia en recorridos de formación, compartidos con otras parejas y familias de las más variadas áreas geográficas.

Gracias a la traducción simultánea en siete idiomas, los participantes pudieron subdividirse en tres grupos de trabajo multiculturales en los cuales se logró un intercambio activo y muy rico entre los de USA y los de Filipinas,  los de Europa Oriental y Occidental,  los de Medio Oriente y Africa, los de Brasil e Hispano América.

 

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

¡Siempre adelante!

«Queridos todos: Hoy os mando un saludo desde Australia.

Seguimos en camino en el “santo viaje” de la vida y no podemos pararnos ni mucho menos retroceder. Jesús ha dicho: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios» (Lc 9, 62).

Este nuevo continente, Australia, nos lo recuerda además con su escudo, que lleva dos animales locales elegidos a propósito porque no saben caminar hacia atrás: el canguro —¡el famoso canguro!— y una gran ave llamada emú.

Nosotros también debemos caminar siempre hacia adelante, con decisión».

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Fuente: Centro Chiara Lubich 

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Selamat Datang, ¡bienvenidos!

«Para llegar al aeropuerto de Singapur en la ciudad de Johor, a sólo una hora de distancia, hay que atravesar una frontera, en Woodlands, un río que en realidad es un brazo del mar, y separa a Singapur de Malasia. En el carro que nos lleva hay con una óptima y juvenil compañía. Va Sophie quien acaba de llegar de Yakarta, la capital de Indonesia, tiene 43 años, dos hijos, de 11 y 14 años, trabaja en una compañía aérea árabe. Cuenta de su decisión de vivir como cristiana en un ambiente profesional no siempre fácil, no sólo y no tanto por motivos religiosos, sino por la calidad del trabajo: «A menudo me veo obligada a no aceptar regalos o sobornos que alguno quisiera darme, porque lamentablemente en Indonesia la corrupción es muy fuerte».

Junto a ella se destaca la bellísima sonrisa de Heyliy, otro mundo, proviene de Mumbai, India, tiene siete años en Singapur, donde  encontró trabajo como azafata en otra compañía aérea. Forma parte del grupo de jóvenes del Movimiento de los Focolares: ella es de India, otra viene de Brasil, dos de Singapur, otra de las Islas Mauricio, una de Macao y, finalmente, ¡una de Corea!

Latando tiene 26 años y Oktav 28, acaban de llegar con un vuelo desde Yogyakarta, la capital cultural de Indonesia, donde están estudiando italiano con seriedad, por el deseo de transcurrir un período de formación espiritual y profesional en Italia. Tienen una gran esperanza: hacer que sus amigos musulmanes de Bantul, con quienes han trabajado por mucho tiempo, después del gravísimo terremoto del 2009, encuentren un camino de desarrollo adecuado.

Anna, de 22 años, es nuestra chofer. Vive en Johor junto con su familia. Estudia administración de servicios de salud. Positiva y optimista por naturaleza, lo es también por voluntad: «Creo que la criminalidad que afecta a mi ciudad debe ser abatida por las buenas medidas tomadas por la policía, pero antes todavía por políticas y acciones de justicia social». Por último está Nicolás, de 22 años, oriundo de Singapur, con su Smartphone siempre listo y contantemente repicando. Es contador: «Pero siempre trato de ver detrás del dinero los rostros de las personas. No siempre es fácil, aquí parece que hay que vivir por el dinero. Pero yo no lo acepto ».

Es ésta la gente, junto a otras 300 personas provenientes de Singapur, Indonesia y Malasia, que se reúnen hoy, 20 de enero, en la sala de la Cathedral of the Sacred Heart en plena ciudad de Johor, para encontrarse con María Voce y Giancarlo Faletti quienes están de visita por la región. Tantos de ellos no se conocen, porque las distancias aquí no son poca cosa. Y es más fácil que se reúnan entre indonesios, singapurenses, entre malayos… Los jóvenes y los adolescentes son la gran mayoría, pero no faltan los “pioneros”, es decir quienes empezaron en los años Ochenta, cuando la noticia de la maestrita de Trento llegó acá. Muchos colores, muchos pensamientos, muchas expectativas. Es palpable la emoción. Gente diversísima pero igualmente unida por el amor evangélico y por el de Chiara Lubich.

Caracteres de pueblos diversos que se expresan en forma colorida, emotiva y artística a través de números de danza, música, teatro, mimo… Un festival de pueblos, una expo de esta parte del mundo tan variada y rica. «Me impresionó la riqueza de esta gente, que tiene mil potencialidades expresivas y también espirituales», comenta María Voce. Y un joven de Penang,  Malasia: «No sabía que la comunidad de los Focolares de los países vecinos era tan diferente, complementaria diría. Vi que nosotros malayos solos no sabríamos acoger tanta riqueza».

Es un coloquio personal el que se instaura con los huéspedes venidos de Roma y los muchos presentes. Se trata de preguntas íntimas y respuestas igualmente íntimas. Un llamado constante al amor de Dios y a la conciencia personal. Con una invitación a vivir una especie de “año jubilar”, en el cual dar espacio al perdón, al “recomenzar”, al mirar a la gracia de Dios que llega… Preguntas en cierta forma universales, globales, que serían válidas igualmente si provinieran de Colonia o de Buenos Aires. Pero con los rasgos locales, el de la situación social, religiosa y política: la dificultad de comprometerse debido al estrés de la vida cotidiana, en donde el trabajo es el valor más importante; el contexto interreligioso, musulmanes principalmente; la dificultad de un altruismo auténtico; las relaciones intergeneracionales; las leyes no siempre favorables para una adecuada convivencia cívica…

«.Sólo Dios permanece… Dios no tiene necesidad de defensores sino de testigos», concluye María Voce. Es éste el sentido de la vida del Movimiento en estas tierras: renovarse siempre en el amor evangélico y dar testimonio con la propia vida. Para alcanzar, un poco cada vez, la unidad querida por Jesús.

Selamat Datang está escrito en el fondal de la sala del encuentro. Quiere decir “bienvenido”, pocas horas juntos y ya son una certeza».

De Michele Zanzucchi, enviado.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Encontrar a Dios en la cárcel

Mirta Zanella es Argentina, de Mendoza, está casada y tiene tres hijos. Ya desde hace tiempo conoce el carisma de la unidad y ha experimentado que vivir la Palabra de Dios nos transforma y también cambia la realidad que nos rodea.

Un hecho. Un día desaparecen las llaves de la casa, el sueldo de su marido y otros objetos de valor. ¿Quién habrá sido? El autor del robo ha de ser necesariamente alguien cercano a la familia… Esto provoca en Mirta un gran sufrimiento, tanto que no logra ni siquiera rezar. Después, recordando que Jesús nos invita a perdonar, lo hace, también a la persona que le había robado.

Pero algunos días después se entera que una señora necesitada que pedía limosna en el barrio y con quien tenía desde hacía tiempo una relación cordial, había robado en la casa de una vecina: mientras ella la amenazaba con una pistola el marido se había llevado el botín. Seguidamente también Mirta recibe fuertes amenazas por parte de ella y para defenderse llama a la policía. La mujer es arrestada y después del proceso se le declara culpable de varios delitos, y es condenada a 17 años de cárcel.

Meses después el marido de Mirta le sugiere que vaya a la cárcel a visitarla, pero esto no está en sus planes: “¡Ni siquiera en sueños!”, responde, llena de temor. Poco tiempo después una nueva solicitud: esta vez es del sacerdote de la parroquia, que le propone que vaya con un grupo de señoras a la cárcel de mujeres donde, entre otras, está presa la mujer que le robó. Un poco confundida, Mirta acepta, recordando la palabra de vida: “Vayan pues y aprendan qué significa: misericordia quiero y no sacrificios” (Mt. 9, 13).

Entonces va con el grupo a la prisión y al final de la Misa ve a la mujer. Es un instante: decide saludarla con un abrazo. “Ella se pone a llorar y me pide perdón –cuenta Mirta- Le respondo que el Señor ya la perdonó y yo también. Me pide que rece por sus hijos y le prometo que lo haré”.

A partir de ese día Mirta, junto con el sacerdote y otros, sigue yendo a la cárcel, hasta que le piden que coordine un grupo de Pastoral Penitenciaria. Las detenidas, impresionadas por el amor concreto de ellos, cambian de actitud, y se ponen a disposición: arreglan la capilla, restauran el crucifijo y pulen las bancas, tanto que ahora si se puede celebrar la Misa con regularidad. Algunas impresiones de las detenidas confirman el clima que se ha ido instaurando: “No sabía dialogar con mis hijos, ahora logro comprenderlos”; “Soy egoísta, veo sólo mi dolor, pero estoy tratando de estar pendiente también del del otro”; “No importa el lugar, aquí descubría a Dios”.

Para la vigilia de Navidad, Mirta y sus amigos organizan, siempre en la cárcel, una gran cena y el Obispo va a celebrar la Misa. Por un lado, es una renuncia a pasar la fiesta con la propia familia, por otra la fuerte conciencia de construir una familia más grande.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Brasil: sacerdotes, diáconos y seminaristas

La Iglesia en Brasil recientemente realizó la elección de identificarse  cada vez más en una  “red de comunidades”. Es en este contexto que se injerta el encuentro sacerdotal del Movimiento de los Focolares que se desarrolló del 3 al 10 de enero pasado, en las proximidades de San Pablo.

La ciudadela Mariápolis Ginetta, fue el escenario que recibió a l45 sacerdotes, diáconos y seminaristas provenientes de las distintas regiones del País, con representantes de Argentina, Bolivia y Perú.

Como fondo, el llamado del reciente Sínodo de obispos a concretar “experiencias de comunión, que, con la fuerza ardiente del amor – « ¡Miren como se aman!» -, atraigan la mirada desencantada de la humanidad contemporánea”, “pozos a los cuales invitar a los hombres y a las mujeres sedientos y hacerles encontrar a Jesús” (Mensaje al pueblo de Dios,  n.3)

Cada día, el programa, introducido por una frase del Evangelio como propuesta de vida, recorría un itinerario de profundización en la espiritualidad de la unidad. Para dar relieve a la vida de comunión, el diálogo en el  plenario y el trabajo en grupos tuvieron un lugar de privilegio.

En el contexto de la celebración del Año de la Fe, se habló de la relación entre el Concilio Vaticano II  y la promesa evangélica de la presencia de Jesús entre todos los que están unidos en su nombre.

Dar visibilidad a esta presencia pareció a todos una necesidad urgente. También se constató que la Iglesia, en lugar de mirarse a sí misma o presentarse en  el mundo con un perfil institucional, está llamada a dialogar con la cultura, mostrando a Jesús a través del amor mutuo vivido entre las personas.

Entre las conclusiones del encuentro, se expresa la convicción de que esta presencia de Jesús permite a la Iglesia renovar sus estructuras y sus métodos a través de relaciones auténticas y una vida espiritual profunda.

El encuentro, además, ofreció la oportunidad de ubicar la presencia del Movimiento de los Focolares como un  servicio específico a los sacerdotes, diáconos permanentes y seminaristas en las distintas regiones de Brasil, formando numerosos grupos de intercambio con el fin de profundizar en la vida  cotidiana el carisma de la unidad como fuente inspiradora de la vida y del ministerio.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Adoptar un árbol en Albania

Como sucede en esta época en tierra australiana, en el verano boreal muchas hectáreas de bosque fueron devoradas por el fuego en diversos países, como sucedió en Albania.

Los Jóvenes por un mundo unido de Albania pensaron en comunicar una idea a muchos otros coetáneos adquiriendo árboles para plantar juntos en las zonas incendiadas, de aquí nace el nombre del proyecto “Adoptar un árbol”.

Hace varias semanas que son fervientes los preparativos para este encuentro –escriben desde Albania-, con muchos imprevistos como la coincidencia con la fiesta nacional del centenario de la Independencia del País; muchas universidades cerraron por algunos días y, por lo tanto muchos jóvenes volvieron a sus ciudades de origen”

A pesar de esto y de la sala que tenía  una capacidad de casi 80 lugares, el 28 y 29 de noviembre  llegaron 140 jóvenes a Tirana para pasar dos días en el camino lanzado durante la experiencia vivida en el Genfest de Budapest.

“La experiencia más fuerte y linda –cuentan-la vivimos durante la preparación que hicimos junto a un grupo de jóvenes que habían participado con nosotros en el Genfest, quienes se sintieron protagonistas de la misma. Había algunos que organizaban las comidas, otros se ocupaban de la coreografía, de los cantos, de los testimonios, de las traducciones y doblaje de los videos, de las presentaciones…

“Nos convertimos así –continúan-en un grupo muy unido. Y esto nos dio la fuerza de invitar a nuestros amigos ayudándoles a encontrar las soluciones para permanecer en la ciudad, pues  algunas pensiones estaban cerradas”

El encuentro tenía por título “Haz a los otros lo que quisieras que hicieran a ti”, la conocida regla de oro presente en casi todas las religiones. Y en el transcurso de dos días, además de escuchar los principales temas del Genfest, comunicamos  el Proyecto Mundo Unido (United World Project), una iniciativa que conducen los JMU de todo el mundo.

“Los jóvenes presentes –concluyen- estaban felices de esta experiencia de unidad y de reciprocidad vivida. Muchos agradecían porque habían visto que un mundo más unido es posible realizarlo, que es posible cambiar la realidad que tenemos a nuestro alrededor empezando nosotros en primer lugar y que no estamos solos en el emprendimiento”

Los Jóvenes por un mundo unido de Albania.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Elecciones de Alcalde junior

«Cuando escuché sobre la iniciativa de las elecciones para el Alcalde junior de mi ciudad, me propuse como candidata. Estaba entusiasmada con la idea de poder hacer algo y dar testimonio de mi ideal de vivir por un mundo unido. Enseguida nos encontramos con algunos amigos y nació el IPIF “Insieme per il futuro”, (“Juntos por el futuro”), nuestro partido. Creamos el programa, el logo y después arrancó la campaña electoral. Éramos 9 candidatos.

Estaba segura de que al final, prescindiendo del hecho que fuera elegida o no, aprendería muchas cosas, tanto en el ámbito político como en la tensión de ver a Jesús en el otro [Mt 25,40 ndr], aunque estuviera ‘compitiendo’ conmigo.

Sobre todo, quería intentar vivir con mis compañeros, algunos de ellos no creyentes, una experiencia con el ‘estilo de la unidad’. Finalmente llegó el día de las elecciones, mi mente no estaba concentrada en los votos que habría recibido, porque estaba llena de alegría al ver que todos los candidatos bromeábamos juntos: ¡había un clima diferente del que vemos comúnmente en estas circunstancias!  Sólo dos obtuvimos la mayoría de los votos e incluso yo obtuve cinco más que el otro candidato. Me sentía satisfecha, porque hacía sólo un año que me había transferido a la ciudad.

Siendo mínima la diferencia, fuimos a una segunda ronda y mi compañero resultó vencedor. Aunque para algunos podía parecer extraño, yo estaba feliz por él. La competencia fue un desafío sano, logramos ayudarnos recíprocamente tantos en las reuniones como en la campaña electoral, sin que el uno prevaleciera en detrimento del otro, todo lo contario, intercambiándonos ideas útiles. Al final fui nombrada presidente del Concejo. Todavía hoy mantenemos la máxima colaboración  entre todos y no hay distinción entre mayoría y minoría, juntos nos unimos para realizar lo que consideramos importante para nosotros o nuestra escuela.

Después, encontrándonos con el Alcalde ‘adulto’ hemos visto como ¡las ideas de nosotros los chicos son importantes para contribuir al mejoramiento de la ciudad! De hecho, nuestra solicitud de empezar a hacer una recolección diferenciada de los desechos fue tomada en consideración y ya está en acto».

(E. – Italia)

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

En viaje: Singapur, Indonesia, Malasia.

El viaje de María Voce a Johor para encontrar la comunidad de los Focolares es la ocasión para conocer mejor algunos Países de Asia: en particular Indonesia, Singapur y Malasia. El lema de Indonesia, Unidad en la diversidad, expresa la gran variedad étnico-lingüística del mayor estado-archipiélago del mundo, con sus 17.508 islas. En todas estas naciones los cristianos (de varias iglesias) representan menos del 10% de la población, que en su mayoría es musulmana tanto en Indonesia como en Malasia, y budista y taoísta en Singapur. Alrededor de los años ’60 la semilla de la espiritualidad de la unidad comienza a difundirse en estas naciones a través de religiosos como el Padre Tarcisio Centis, en Medan (Indonesia) y sacerdotes como Don José Lai (Singapur), actual obispo de Macau. También a través de la revista New City y la hoja de la Palabra de Vida. En 1991 se abren dos centros de los Focolares en Singapur (ahora transferidos a Yogyakarta, en Indonesia) y en el 2004 en Medan. Hacia fines de los años ’80 los Focolares llegan a Malasia, a través del Padre Raphael Kang; en los años ’90 se realizan las Mariápolis en Johor y Penang, y el Familyfest (encuentro para las familias) en Penang. Algunos miembros participan en las escuelas de formación en Loppiano y en las manifestaciones internacionales como el Genfest En Malasia (Johor) hay una “familia focolar”  y distintos miembros del Movimiento esparcidos en muchas localidades del país. La semilla de la espiritualidad de la unidad ha germinado, creándose así muchas comunidades, pequeñas pero con mucha actividad, que llevan adelante iniciativas también junto con personas de otras confesiones religiosas. Hoy, el centro de la vida de los Focolares de estos países se encuentra en Yogyakarta, en la isla de Java.

Los jóvenes de Penang

Vanna Lai y Caloi Adan, responsables de los Focolares,  nos refieren algunas características de la zona: “Cada isla aquí en Indonesia tiene su mentalidad y su forma de vivir. Nos asombra- explica Caloi- ver tanta variedad y riqueza de culturas dentro del mismo país: los dos focolarinos de Indonesia que están en Yogyakarta, provenientes de la isla Sumatra, dicen que tienen en común con los habitantes de Java casi solamente el idioma oficial” “Entre los meses de junio y septiembre- continúan- se desarrollaron tres Mariápolis en Penang y Johor (Malasia) y en Medan (Indonesia), que reunieron casi 400 personas”. ¿Dónde está más activo el Movimiento? “Sobretodo en la Iglesia local, como lo atestiguan los numerosos encuentros para los religiosos, la escuela para los catequistas en Yogyakarta, donde recientemente P. Salvo d’ Orto (OMI) habló de la Eucaristía en su relación con la espiritualidad de la unidad; e invitó a algunos gen de Singapur para que dieran su testimonio y también invitó a un grupo de jóvenes que asistían a un campamento organizado por una parroquia. El encuentro deportivo de los chicos Run4unity se realizó en Bantul (cerca de Yogyakarta) con la participación de un centenar de personas, muchachos y mayores, casi todos musulmanes. Además 31 jóvenes asistieron al Genfest 2012 en Budapest” “Es digno de notar –continúa Vanna- nuestra participación en una fiesta donde estaban reunidos varios pueblos musulmanes  el día en el que, en la historia de Indonesia, se conmemora el momento en que los jóvenes hicieron la promesa de vivir por la unidad de la Nación” Estos  pueblos son los que el Movimiento de los Focolares ayudó  en la reconstrucción de diversos pabellones después del terremoto del 2004. Desde la página de focolare.org y desde nuestro social network podrán conocer noticias del viaje.

Con Benedicto XVI: «El Señor me llama»

Necesidad de la unidad

“Jesús, estamos aquí (…) para pedirte ante todo una cosa grande ¡Señor!

Tú que has dicho: “Donde dos o más están reunidos en mi nombre [en mi amor], yo estoy en medio de ellos” (Mt 18,20), provoca en todos nosotros un gran respeto fraterno, una profunda escucha recíproca, enciende ese amor recíproco que permita, más aún, que merezca tu presencia espiritual en medio de nosotros. Porque, lo sabemos, Señor, sin ti no podemos hacer nada.

Pero, contigo en medio nuestro, podremos recibir la iluminación con tu luz, y podemos ser guiados durante este día (…).

Tú conoces (…) la llamada única aunque distinta, que cae sobre nosotros: trabajar, junto con otros muchos en el mundo cristiano, para que la comunión plena y visible entre las Iglesias se haga un día realidad. Sabemos que esto exige casi un milagro. Por eso te necesitamos a Ti, Jesús.

Nosotros por nuestra parte (…) no podemos dejar de abrirte nuestro corazón y desvelarte los sentimientos más profundos.

Sobre todo sentimos la necesidad de pedirte perdón, en nombre nuestro, y en el de nuestras hermanas y hermanos cristianos de todos los tiempos, perdón por haber roto sin consideración tu túnica y haberla convertido en tantos pedazos: y por la indiferencia de haberla mantenido así. Al mismo tiempo no podemos dejar de alimentar una ardiente esperanza en tu misericordia, mucho mayor que nuestro pecado, y capaz no sólo de perdonar sino de olvidar. De la misma manera no podemos negar una fe grande en tu inmenso amor, que sabe sacar bien de todos los males, si se cree en Ti y se te ama.

Todo esto nos quema en nuestro corazón, en este momento, Jesús, junto con el agradecimiento por todo lo que, con tu gracia, desde hace casi un siglo, los cristianos de muchas Iglesias, empujados por el Espíritu Santo, han hecho para un acercamiento recíproco mediante un diálogo de amor fecundo, un intenso trabajo teológico y una sensibilización general del pueblo por la necesidad de la unidad.

Por ello, – déjanos decírtelo, Señor – si bien ante la siempre viva y dolorosa situación de la todavía no plena comunión, sentimos ese optimismo cristiano que tu infinito Amor no puede dejar de provocar. De esta manera empezamos nuestro trabajo con la seguridad de que Tú, que sabes vencer al mundo, sabrás también ayudarnos y ayudarte a que un día mostremos Tu testamento realizado aquí en la tierra. Todo ello, por haber alcanzado la unidad, podrá dar testimonio al mundo de que Tú eres Rey y Señor de los corazones y de los pueblos. Amén”.

Chiara Lubich al Consejo Ecuménico de las Iglesias

Ginebra, 28 de octubre de 2002

Publicado en Città Nuova Editorial en el volumen titulado Il dialogo è vita  Roma 2002, p.47-49 (la recogida de diversas intervenciones de Chiara Lubich durante su viaje a Ginebra en el 2002, con una fuerte signo ecuménico).